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Tema 9: Romanos

[Capítulo 3-2] La Salvación de Pecados Sólo por Fe (Romanos 3:1-31)

(Romanos 3:1-31)
“¿Qué ventaja tiene, pues, el judío? ¿o de qué aprovecha la circuncisión? Mucho, en todas maneras. Primero, ciertamente, que les ha sido confiada la palabra de Dios. ¿Pues qué, si algunos de ellos han sido incrédulos? ¿Su incredulidad habrá hecho nula la fidelidad de Dios? De ninguna manera.; antes bien sea Dios veraz y todo hombre mentiroso; como esta escrito: ‘Para que seas justificado en tus palabras, y venzas cuando fueres juzgado’. Y si nuestra injusticia hace resaltar la justicia de Dios, ¿qué diremos? ¿Será injusto Dios que da castigo? (Hablo como hombre.) En ninguna manera; de otro modo, ¿cómo juzgaría Dios al mundo? Pero si por mi mentira la verdad de Dios abundó para su gloria, ¿por qué aún soy juzgado como pecador? ¿Y por qué no decir (cómo se nos calumnia, y como algunos, cuya condenación es justa afirman que nosotros decimos): ‘Hagamos males para que vengan bienes’? ¿Qué, pues? ¿Somos mejores que ellos? En ninguna manera; pues ya hemos acusado a judíos y a gentiles, que todos están bajo pecado. Como esta escrito: ‘No hay justo, ni aún uno; no hay quién entienda, no hay quién busque a Dios. Todos se desviaron, a una se hicieron inútiles; no hay quién haga lo bueno, no hay ni siquiera uno. Sepulcro abierto es su garganta; con su lengua engañan. Veneno de áspides hay debajo de sus labios; su boca está llena de maldición y de amargura. Sus pies se apresuran para derramar sangre; quebranto y desventura hay en sus caminos; y no conocieron camino de paz. No hay temor de Dios delante de sus ojos’. Pero sabemos que todo lo que la ley dice, lo dice a los que están bajo la ley, para que toda boca se cierre y todo el mundo quede bajo el juicio de Dios; ya quepor las obras de la ley ningún ser humano será justificado delante de él; porque que por medio de la ley es el conocimiento del pecado. Pero ahora, aparte de la ley, se ha manifestado la justicia de Dios, testificada por la ley y por los profetas; la justicia de Dios por medio de la fe en Jesucristo, para todos los que creen en él. Porque no hay diferencia, por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios, siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús, a quién Dios puso como propiciación por medio de la fe en su sangre, para manifestar su justicia, a causa de haber pasado por alto, en su paciencia, los pecados pasados, con la mira de manifestar en este tiempo su justicia, a fin de que él sea el justo, y el que justifica al que es de la fe de Jesús. ¿Dónde, pues, esta la jactancia? Queda excluida. ¿Por cuál ley? ¿Por la de las obras? No, sino por la ley de la fe. Concluimos, pues, que el hombre es justificado por fe sin las obras de la ley. ¿Es Dios solamente Dios de los judíos? ¿No es también Dios de los gentiles? Ciertamente, también de los gentiles. Porque Dios es uno, y él justificará por la fe a los de la circuncisión, y por medio de la fe a los de la incircuncisión. ¿Luego por la fe invalidamos la ley? En ninguna manera, sino que confirmamos la ley.”
 


La incredulidad de la gente no puede invalidar la Salvación de Dios

 
El apóstol Pablo dice que el cumplimiento de la ley y la redención de la gracia de Dios no son dadas a nosotros a través de nuestras obras, sino a través de la fe. Somos salvados de nuestros pecados y somos hechos justos a través de la salvación de Dios. “¿Qué ventaja tiene, pues, el judío? ¿o de qué aprovecha la circuncisión? Mucho, en todas maneras. Primero, ciertamente, porque les ha sido confiada la palabra de Dios. ¿Pues qué, si algunos de ellos han sido incrédulos? Su incredulidad, ¿habrá hecho nula la fidelidad de Dios? ¡De ninguna manera!” (Romanos 3:1-4).
La ventaja del judío es que la palabra de Dios les fue dada a ellos. Vivían mientras oían su palabra de sus antecesores. Ya que Dios les dio su palabra y les fue pasada de sus generaciones, ellos pensaban que eran mejores que los gentiles. Sin embargo, la Biblia dice que Dios abandonó a los judíos porque no creyeron a Jesús, quien los había liberado de sus pecados.
Pablo dice, “¿Pues qué, si algunos de ellos han sido incredulos? ¿Su incredulidad habrá hecho nula la fidelidad de Dios? De ninguna manera” La incredulidad de la gente no puede hacer la salvación de Dios nula. “La fidelidad de Dios” quiere decir “la sinceridad de Dios.” Él quiere decir que la sinceridad de Dios y la salvación de los pecados no pueden ser invalidadas, aunque los judíos no lo creen. La promesa de la palabra de Dios, de que él salvará a quienquiera que crea, no se cancela, aún si no la creen.
Los gentiles creerán, aún si los Judíos no creen. Dios dice que quien crea será salvo de sus pecados. Por lo tanto, Dios abandonó a los judíos porque ellos no creyeron que la palabra de verdad se cumplió de acuerdo a la promesa de Dios, a pesar de que Dios les dio su palabra.
La aseveración del apóstol Pablo es como sigue: Dios dio el regalo de la salvación a toda la humanidad. Dios dice que él la prometió en el Antiguo Testamento y la cumplió enviando a Jesucristo, su Hijo Unigénito, al mundo. Alguna gente cree en el evangelio de Dios, pero otros no. Así, quienquiera que cree es bendecido al ser hijo de Dios, como él lo prometió. Las bendiciones de Dios no se cancelan sin importar cuanta gente no crea. 
 


Quienquiera que crea la verdad puede recibir su Gran amor

 
Quien sea que oiga la palabra de verdad y crea en ella puede recibir el gran amor de Dios, pero los incrédulos aseguran que Dios es un mentiroso. De hecho, Dios cumplió su promesa, pero los incrédulos están excluidos de la salvación de Dios por que no creen en la gracia de la remisión del pecado.
Pablo dice, “¿Su incredulidad habrá hecho nula la fidelidad de Dios? De ninguna manera” Dios prometió una vez y fielmente dio el regalo de su salvación y gloria a toda la gente. 
¿Cuál dice la Biblia que es el regalo de Dios? La Biblia dice que Dios, el Padre, envió a su Hijo amado y dio la gracia de ser hijos de Dios a aquellos que crean en la remisión de pecados, a través de su Hijo. Aún antes de la fundación del mundo, él planeó que daría a todos los seres humanos la gloria de ser sus hijos y la salvación del pecado a través de su justicia. Y él lo cumplió fielmente. Por lo tanto, los creyentes son bendecidos de acuerdo a la palabra de Dios, pero de acuerdo a esto, los incrédulos son juzgados.
Es correcto que los incrédulos vayan al infierno. Dios estableció una ley para que podamos ser salvos por la fe en su Palabra. Él también dice que la fidelidad de Dios nunca quedará nulificada, aunque la gente no crea. Somos bendecidos aceptando la fidelidad de la salvación de Dios. Dios dice, “Antes bien, sea Dios veraz y todo hombre mentiroso; como está escrito: ‘Para que seas justificado en tus palabras, y venzas cuando fueres juzgado’” (Romanos 3:4).
Todo hombre es mentiroso. Dios es verdadero. ¿Por qué? Porque Dios dice, “Como está escrito: ‘Para que seas justificado en tus palabras, y venzas cuando fueres juzgado.’” Dios dice que él prometió por adelantado y bendijo a aquellos que serían bendecidos y maldijo a aquellos que serían maldecidos. Sólo Dios puede bendecir a los creyentes y maldecir a los incrédulos. Dios dice, “Sea Dios veraz y todo hombre mentiroso.”
“Para que seas justificado en tus palabras, y venzas cuando fueres juzgado.” Él dice que salvará a la gente de acuerdo a su palabra. La palabra fue hecha carne, vivió entre nosotros y nos salvó. Por lo tanto, el Señor es justificado a través de sus palabras.
El Señor derrotó a satanás con la palabra escrita de Dios. El Señor es justo y sincero ante él mismo, satanás y todos los seres espirituales porque él cumplió lo que prometió. Sin embargo, los seres humanos no son sinceros. Su conducta cambia rápidamente cuando están en desventaja. Al contrario, Dios nunca ha roto sus promesas. Así que el apóstol Pablo dice que nuestra fe debe estar basada en la palabra de Dios.
 

Nuestra injusticia demuestra la justicia de Dios
 
Romanos 3:5 afirma. “Y si nuestra injusticia hace resaltar la justicia de Dios, ¿qué diremos? ¿Será injusto Dios que da castigo? (Hablo como hombre.)” Todos los seres humanos son injustos, pero ¿qué diremos si tu injusticia demuestra la justicia de la salvación de Dios? ¿Qué diremos si nuestros pecados demuestran la justicia de Dios?
La justicia de Dios se revela aún más debido a nuestros pecados e injusticias. Dios es verdaderamente sincero. Él es el Señor de la salvación, el Salvador el Dios verdadero que prometió salvarnos con su palabra y cumplió lo que él prometió. ¿Qué diremos si la justicia de Dios es revelada debido a nuestras debilidades? Nuestras iniquidades revelan más la justicia de Dios, debido a que nosotros pecamos hasta que morimos. 
¿Cómo sabemos que Dios es el Señor de amor? Lo sabemos por nuestras iniquidades. El amor de Dios es revelado a través de nosotros por que pecamos hasta el último día de nuestras vidas. El Señor dice que él borró los pecados del mundo de una vez y para siempre. El amor de Dios sería imperfecto si él amará sólo a la gente buena que no peca. Es de su verdadero amor que Dios acepta y trata con nosotros los pecadores quienes nunca podríamos ser amados.
Los seres humanos somos injustos y traicionamos a Dios. No creemos en él y no tenemos un lado agradable delante de Dios. Los pecadores son aquellos que sólo cometen maldad, pero Jesús, quien nos salvó de todos nuestros pecados e iniquidades, ha cumplido el amor de Dios en nosotros. 
Dios dice que fue a través de su justicia y amor que él nos envió a su Hijo Unigénito para salvarnos de la oscuridad de satanás y de las maldiciones, cuando los seres humanos pecaron y estaban destinados a ir al infierno bajo el engaño de satanás. Esto es el amor y gracia de Dios. 
“Y si nuestra injusticia hace resaltar la justicia de Dios, ¿qué diremos?” dice el apóstol Pablo. Los pensamientos de los creyentes y la de los incrédulos están divididos en este pasaje. Los incrédulos tratan de ser buenos para poder entrar al reino del cielo y ser bendecidos por Dios. Pero Pablo hace un comentario contrario, diciendo, “Y si nuestra injusticia hace resaltar la justicia de Dios, ¿qué diremos?” Pablo dice que los seres humanos no pueden llevar a cabo la justicia de Dios, pero sólo cometen pecado ante él, y que nuestra maldad viene a demostrar el verdadero amor de Dios. Sí, si es cierto. Todos los seres humanos son malvados y no pueden ser justos, pero el Señor los salvó a todos ellos de sus pecados. 
 
 
Somos salvos por la justicia de Dios
 
El apóstol Pablo dice que los seres humanos no pueden ser justos y están presos en la trampa del pecado. El Señor salvó a tales pecadores de sus pecados y los amó. Estamos necesitados de su perfecto amor, debido a que no podemos evitar pecar cada día. Fuimos salvos sólo por el absoluto amor de Jesús, su gracia inmerecida, y el regalo de la salvación a través de Jesucristo. 
El apóstol Pablo dice que el que haya sido salvo, se lo debía a la justicia de Dios. Lo que Dios hizo para salvar a los pecadores de sus pecados, muestra su justicia. Pablo dice que el haber creído en el evangelio lo salvó. La justicia de Dios está revelada en el evangelio del agua y el Espíritu. Nuestra salvación depende en el acto de justicia que Dios ha hecho por nosotros. Por lo tanto, los pecadores son salvos de sus pecados por fe. Aquellos que no han nacido de nuevo piensan que deben ser buenos para entrar al reino de los cielos. 
Pablo no quiso decir que hagamos cosas malas a propósito, pero la gente terminará yendo al infierno porque trata de hacer buenas obras, sin recibir la justicia de Dios. Ellos deben arrepentirse, convertirse y creer en la salvación que Dios dio, para poder escapar de ir al infierno.
¿Quien puede hacer buenas obras delante de Dios? No existe ninguno. Entonces, ¿cómo puede un pecador ser liberado de todos sus pecados? Él/ella deben cambiar sus propios pensamientos. El apóstol Pablo dice que él fue salvo por fe. Pero, ¿qué piensa la gente? La gente piensa que ellos deben ser salvos haciendo buenas cosas. Es por eso que no pueden ser liberados. Aquellos que son salvados de sus pecados, creyendo en Jesús y tienen la remisión perfecta de pecados, solo se jactan de la justicia de Dios y permiten que sea exaltado.
Sin embargo, aquellos que no han nacido de Nuevo, aunque creen en Jesús, piensan que pueden entrar al reino de los cielos haciendo buenas obras e irán al infierno si no las hacen. Su fe es incorrecta. La fe del apóstol Pablo es la misma de los que han nacido de nuevo. Aquellos que no han nacido de nuevo, aunque piensan que creen en Jesús, tienen la fe equivocada porque tratan de adherir sus obras a su fe. No somos salvos por agregar nuestras obras virtuosas a nuestra fe, sino por creer en la justicia de Dios: el bautismo de Jesús y su muerte en la cruz.
 

Los justos no pueden pecar a propósito
 
“Y si nuestra injusticia hace resaltar la justicia de Dios, ¿qué diremos?” La Biblia dice que nuestra injusticia sólo demuestra la justicia y el amor de Dios. La Biblia también dice, “Pero si por mi mentira la verdad de Dios abundó para su gloria, ¿por qué aún soy juzgado como pecador? ¿Y por qué no decir (como se nos calumnia, y como algunos, cuya condenación es justa, afirman que nosotros decimos): ‘Hagamos males para que vengan bienes’?” (Romanos 3:7-8). Los nombres de los incrédulos están escritos en el libro del juicio y serán lanzados al lago de fuego. Así, deben arrepentirse para convertirse y creer en la salvación completada por el agua y la sangre.
Pablo dice, “¿Será injusto Dios que da castigo? (Hablo como hombre) En ninguna manera” La gente contradice, diciendo, “¿Acaso no es injusto Dios al dar el castigo a los incrédulos y enviarlos al infierno solo porque no creen que Jesús los salvó de sus pecados?” Pero Pablo dice, “¿Acaso es Dios injusto quien da el castigo? Es justo que los incrédulos vayan al infierno, porque no creen en la verdad. Dios no es injusto.”
Romanos 3:7 afirma, “Pero si por mi mentira la verdad de Dios abundó para su gloria, ¿por qué aún soy juzgado como pecador?” Entonces la gente puede decir, “¿Qué? ¿Pecarás a propósito porque tienes la remisión de los pecados? Pecarás más porque fuiste salvado por la justicia de Dios. ¿Pecarás más a propósito?” Pero la Biblia dice que actúan de tal forma, con corazones malvados, sin conocer la salvación de Dios, ni creyendo en su amor.
Por lo tanto, Pablo dice que la honestidad de Dios ha abundado para su gloria, peculiarmente a nuestra pecaminosidad y mentiras. Pero la gente argumentó en contra de Pablo con sus propios pensamientos, diciendo, “Puedes cometer más pecados, si tu crees que eres salvo por fe, sin obras.” No es verdad que la gente peque solo por el deseo de pecar. No pueden evitar el pecado porque nacieron como pecadores. Es natural que un árbol de manzanas de manzanas. La Biblia dice que también es natural para un ser humano que nació en pecado, continué pecando. El Señor salvo a tales pecadores con su justicia, y sólo pueden ser liberados aceptando la salvación del Señor.
“¿Y por qué no decir (como se nos calumnia, y como algunos, cuya condenación es justa, afirman que nosotros decimos): ‘Hagamos males para que vengan bienes’?” (Romanos 3:8). Aquellos que están bajo el engaño de los falsos maestros, mientras que asumen que creen en Jesús, piensan de esta manera. La epístola a los Romanos fue escrita por el apóstol Pablo aproximadamente hace 2,000 años. Mucha gente en aquellos días pensaba así, así como hoy lo hacen los incrédulos. Los falsos creyentes piensan como lo hacían los incrédulos en el tiempo de Pablo. Diciendo “¿Pecaras más a propósito si tú tienes la remisión de pecados, estas limpio, y el saber que tus pecados futuros están perdonados?”
Los incredulos actúan de acuerdo a los pensamientos sin fe de la carne. No pueden entrar a la verdad de la salvación de Dios, debido a los falsos pensamientos de la carne. Desde luego, aún los justos pecan después de haber recibido la remisión de los pecados, pero existe un límite. La Biblia dice que los pecadores continúan pecando porque no se dan cuenta que están cometiendo pecado y no sabían que era pecado antes de nacer de nuevo por agua y el Espíritu. Sin embargo, la Biblia dice que los justos no pueden pecar indiferentemente porque se encuentran bajo el reino de Dios.
Algunas personas le dijeron al apóstol Pablo, “¿Acaso no haces cosas malvadas, porque Dios te salvo de todos tus pecados? Será mejor que sigas haciendo cosas malas para que la justicia de Dios se revele aún más.” Pablo dice que su condenación es justa. Él quiere decir que es correcto que sean juzgados y vayan al infierno. ¿Por qué? Porque ellos no dependen de la fe, sino de sus obras.
 

La justicia de Dios nunca quedará invalidada
 
El apóstol Pablo dice, “¿Pues, qué, si algunos de ellos han sido incrédulos? ¿Su incredulidad habrá hecho nula la fidelidad de Dios?” ¿Acaso su incredulidad nulificará la salvación de Dios, solo porque ellos no creyeron? La gente es salvada si cree, pero pierden la gracia de la remisión de pecados si la justicia de Dios no permanece firme. ¿Entiendes? Aquellos que van al infierno se ofrecen como voluntarios, porque ellos escogieron no creer. Las obras de Dios y la gracia de la salvación del pecado nunca quedan sin validez. Permanecen firmes. 
La salvación del Señor no tiene relación con los esfuerzos humanos, basado sobre las obras de la ley. Sólo se relaciona con los creyentes. Los creyentes son salvos de acuerdo a la verdad de Dios, pero los incrédulos irán al infierno, ya que no pueden ser salvos al rechazar su verdad. Dios envió “por piedra para tropezar y por tropezadero para caer” (Isaías 8:14). Quienquiera que cree en Jesús es justificado y tiene la vida eterna, sin importar lo malo que él/ella puedan ser. Quienquiera que no crea en Jesús irá al infierno porque es la paga del pecado, sin importar lo bueno que él/ella puedan ser. Jesús es piedra para tropezar y tropezadero para caer a aquellos que no creen en el perdón de los pecados.
No existe una persona justa que tenga pecado
El apóstol Pablo habla acerca de la fe para salvación a aquellos que pretenden ser buenos, así que la gente considera Romanos como la palabra de Dios que habla acerca de la fe. Alguna gente se pregunta acerca de aquellos que se identifican a sí mismos como justos. De hecho, aquellos cuyos pecados son perdonados por Jesús, son justos porque todos sus pecados son perdonados. “Jesús es fiel” quiere decir “fielmente él salvó a los pecadores de sus pecados.” Alguna gente dice que ellos son pecadores’liberados’, pero no puede haber tal gente ante Dios. ¿Cómo puede una persona seguir siendo pecador, después de que él/ella han sido liberados del pecado? Somos salvos si Jesús nos salvó y somos pecadores si Jesús no nos ha salvado. No existe un ‘en medio’ en la salvación.
¿Existe una persona justa que tenga pecado? No existe una persona justificada que tenga pecado. La persona es pecadora si él/ella tienen pecado, pero justa y limpia si él/ella creen en Jesús. ¿Cómo podemos solucionar el problema de los pecados diarios y futuros? La gente piensa que no pueden evitar el pecado, ya que pecan cada día y pecarán hasta que mueran. Sin embargo, somos justificados, creyendo en el evangelio que dice que Jesús quitó todos los pecados del mundo, incluyendo pecados futuros, en el río Jordán y fue crucificado.
“Una persona justificada que tiene pecado”, no tiene sentido. ¿Es razonable pensar que una persona continúa con una deuda, aunque él/ella hayan pagado sus deudas? Supongamos: una vez existió un hombre que tenía mucho dinero, pero su hijo cayó en un mal hábito de comprar dulces a crédito en todas las tiendas del pueblo, todos los días mientras crecía. Sin embargo, su rico padre había pagado el dinero suficiente a cada tienda, cubriendo las grandes deudas de toda la vida del hijo por adelantado, él nunca podría ser deudor, aunque disfrutaba el comer dulces todos los días sin pagar, por el resto de su vida.
El Señor nos salvó con la justicia de tomar nuestros pecados sobre él de una vez y para siempre en el río Jordán. Él hizo una salvación perfecta de todos nosotros. Por lo tanto, nunca podremos ser pecadores de nuevo, sin importar lo débil que seamos. Dios dice que somos justificados, si no negamos lo que él hizo.
 

La gente no puede creer en el evangelio, ni nacer De nuevo con una mente carnal
 
Los cristianos que se identifican a sí mismos como pecadores ‘liberados’, piensan con mentes carnales. Ser de mente espiritual es creer en la palabra de Dios. La mente carnal es una mente humana. Es sabiduría humana. La carne no puede evitar el pecado, pero podemos ser justificados creyendo en el bautismo y la cruz de Jesús. La Biblia dice que nunca podremos ser justificados y santificados tratando de no pecar. 
¿Puede uno entrar al reino de los cielos, al llegar a ser una persona santa que nunca más peca después de creer en Jesús? ¿O sólo es posible con la salvación de una vez y para siempre? ¿Acaso los pecadores son realmente justificados por la gracia de la remisión de pecados? Es imposible para ti ser justo con tú mente carnal. La carne nunca puede ser justificada. La carne siempre quiere comer cada vez que tiene hambre. 
Es imposible para la carne santificarse, debido a que la carne codicia y desea. Debido a esto, somos justificados solo por creer en el agua y la sangre de Jesús. ¿Podemos entrar al reino del cielo no pecando más y limpiándonos nosotros mismos para quedar tan blancos como la nieve? Es un pensamiento orgulloso del ser humano, quien tiene codicia y pasiones en la carne, llegar a la santidad evitando el pecado. Es imposible.
La gente no puede creer en el evangelio, ni nacer de nuevo, porque piensan en la fe con una mente carnal. Jesús dijo, “Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del espíritu, espíritu es.” (Juan 3:6).
Es imposible ser justificado con una mente carnal. Puede que también pienses que es imposible ya que pecarás mañana, sin importar que tan cuidadosamente te hayas arrepentido y creas en Jesús hasta el día de hoy. Puede que pienses, ‘¿Cómo puedo decir que estoy limpio, cuando aún ahora continuo pecando? ¿Es posible para ti ser justificado si piensas carnalmente, como lo hace la carne? Es imposible ser santificado con la carne.
 

Sin embargo, Dios puede hacernos justos
 
Sin embargo, Dios puede perfectamente salvarnos, aún si los seres humanos no pueden. Dios puede limpiar nuestras conciencias y hacernos confesar que somos justificados y que él es nuestro Padre y nuestro Salvador. Tienes que saber que la fe comienza creyendo en la verdadera palabra con tu corazón. Comienza con la palabra de la verdad. Nunca podremos ser justificados por las obras de la carne.
Sin embargo, aquellos que no han nacido de nuevo no pueden ser libres de sus propios pensamientos, porque están encerrados en sus pensamientos. Nunca podrán decir que son justos, porque piensan con su mente carnal. Al contrario, la fe con la cuál podemos decir que somos justos, comienza conociendo la verdad de la palabra de Dios. Si en verdad deseas nacer de nuevo, con seguridad podrás nacer de nuevo escuchando la palabra verdadera a través de una persona concretamente nacida de nuevo, ya que el Espíritu en el santo que ha nacido de nuevo se deleita en trabajar con la verdad y “porque el espíritu todo lo escudriña, aún lo profundo de Dios” (1 Corintios 2:10). La gente puede nacer de nuevo cuando escuchan la palabra de Dios a través de los justos, porque el Espíritu habita dentro de ellos y que han nacido de nuevo. Quiero que lo tengas en cuenta. Tienes que conocer a los justos, que han nacido de nuevo, si quieres recibir la gracia de nacer de nuevo.
Abraham tuvo a Ismael e Isaac. Ismael nació de una esclava. Ismael tenía 14 años cuando Isaac nació, quien nació de una mujer libre. ¿Quién tenía el derecho de sucesión? Isaac, quien nació de la mujer libre Sara, tenía el derecho de sucesión.
Isaac estaba aprobado y tenía el derecho de sucesión, aunque Ismael era más grande y más fuerte que Isaac. ¿Por qué? Isaac nació después de la palabra de Dios. La fe que es establecida por pensamiento humano es como un castillo de arena. La gente puede nacer de nuevo sólo cuando aprende la verdad de la palabra de Dios y la cree.
“¿Qué,pués? ¿Somos nosotros mejores que ellos? En ninguna manera; pues ya hemos acusado a judios y a gentiles, que todos están bajo pecado. Como esta escrito: ‘No hay justo ni aún uno’” (Romanos 3:9-10). ¿Qué significan estos pasajes? ¿Acaso estos pasajes indican el estado de los seres humanos antes o después de haber nacido de nuevo? Todos éramos pecadores antes de haber nacido de nuevo. “No hay justo ni aún uno” era el estado de los seres humanos antes de que Jesús borrara todos los pecados del mundo. Uno nunca podrá ser santificado sin creer en Jesús.
La palabra “santificación gradual” vino de los adoradores de ídolos de las religiones paganas. La Biblia dice, “No hay justo ni aún uno” ¿Cómo puede alguien ser santificado entrenándose él mismo? Un ser humano no puede ser justificado por sí mismo. No existe alguien que sea limpio por su propio esfuerzo. Solo es posible por la fe en la palabra de Dios. La Biblia dice, “no hay quien entienda, no hay quien busque a Dios” (Romanos 3:11).
 

Todos se desviaron
 
“Todos se desviaron, a una se hicieron inútiles” (Romanos 3:12). ¿Es útil un ser humano delante de Dios? Un ser humano es inútil delante de Dios. ¿Acaso no señalan con sus dedos al cielo, mientras pelean y maldicen delante de Dios, con resentimiento hacia él por no enviar la lluvia, aunque todos ellos fueron creados por él?
“Todos se desviaron, a una se hicieron inútiles,” dijo Dios. ¿Cómo puede una persona con pecado en su corazón glorificar a Dios? ¿Cómo pueden los pecadores, quienes no pueden resolver sus problemas con el pecado, alabar al Señor? ¿Cómo puede un pecador alabar a Dios? Los pecadores no pueden dar gloria a Dios.
El ministerio de alabanza prevalece en estos días. Los pecadores solían escribir las letras de las canciones de alabanza, citando las Escrituras en el Apocalipsis. “Al que está sentado en el trono, y al Cordero, sea la alabanza, la honra, la gloria y el poder, por los siglos de los siglos” (Apocalipsis 5:13). Claro que el Señor es digno de alabanza, pero sólo los justos pueden alabar a Dios. ¿Acaso crees que el Señor acepta las alabanzas de los pecadores con gozo? La alabanza de los pecadores es como la ofrenda de Caín. Sus alabanzas son vanas y son cantadas hacia un cielo vacio, aunque creen que alaban al Señor. ¿Por qué? Porque Dios no se regocija con ellas. Dios nunca escucha las oraciones de los pecadores (Isaías 59:1-2).
La Biblia dice que todos se desviaron y que juntos se han hecho inútiles. Las palabras “todos se desviaron” quieren decir que creyeron en sus propios pensamientos, rechazando la palabra de Dios, el verdadero juicio es hecho por la palabra de Dios. Solo Dios juzga. Los humanos no pueden juzgar. Las palabras “todos se desviaron” quieren decir que todos se desviaron hacia sus propios pensamientos. Siempre dicen palabras como, “Yo pienso de esta manera y creo de esta forma.” Aquellos que no abandonan sus pensamientos, dan entrada a los suyos propios, así que no regresan a la palabra de Dios.
Aquellos que no han nacido de nuevo piensan que ellos son sus propios jueces. Para ellos no es importante lo que esta escrito en la palabra de Dios. Se aferran a sus propios pensamientos y juzgan de acuerdo a lo que ellos consideran que es cierto o falso, diciendo, “Yo pienso así y creo de esta manera. Eso no es lo mismo que lo que yo pienso.” ¿Cómo, pueden encontrar la verdad? Dios dice que todos los seres humanos se han desviado hacia sus propios pensamientos. En lugar de eso debemos volver al Señor. Tenemos que ser salvos en la forma justa. Tenemos que ser juzgados en frente de la palabra verdadera. ¿Entonces, que es la justicia?
 

Debemos nacer de nuevo por la palabra de Dios
 
Justicia es la palabra de Dios, la cual es verdad. La palabra de Dios es el canon, que se refiere a la ‘vara de medir.’ Debemos saber que la palabra de Dios es el criterio o la medida. “En el principio era el Verbo” (Juan 1:1). ¿Quién estaba con Dios, el Padre y el Espíritu Santo? Él es Dios, él Verbo. El Verbo es Dios. Jesucristo, nuestro Salvador y rey de reyes, es el verbo, nuestro Dios.
Está escrito que el Verbo estaba con Dios en el principio. ¿Quién estaba con Dios? El Verbo. Así que el Verbo es Jesús, nuestro Señor y Salvador. El Salvador es Dios. Una representación exacta de su naturaleza es el Verbo. Así que la palabra de Dios es diferente de nuestros propios pensamientos, porque el Verbo es Dios. Se es muy ignorante si un ser humano trata de entender la palabra de Dios con sus propios pensamientos carnales. 
Por lo tanto, Dios puede usar a una persona que se mantiene firme en su palabra y en fe. La persona que se mantiene firme en la palabra de Dios es fiel y útil ante Dios, y Dios bendice a tal persona.
¿Puede alguien hacer lo que es correcto? El Verbo, quien es Dios, dice: que no hay justo, no, ni aún uno. Sin embargo, algunos piensan, ‘Debe de haber una persona que haga lo bueno.’ De hecho, la gente le juega al hipócrita delante de Dios. Debemos saber que no tenemos ningún aspecto justo, antes de nacer de nuevo.
Todos los seres humanos se revelaron en contra de Dios. Se engañan unos a otros y aún a Dios mientras pretenden ser santos, buenos y misericordiosos. Para ellos, esto es retar a Dios, el pretender ser buenos. Solo Dios es bueno. Esto es estar en contra de Dios y revelarse en contra de su verdad, el pretender ser bueno sin haber nacido de nuevo y sin creer en su amor y en su justicia.
¿Piensas que solamente los grandes pecadores serán juzgados por Dios? Quienquiera que no sea nacido de nuevo, aún si él/ella es cristiano, no escapará de la ira de Dios. Por lo tanto, abandona tú hipócrita forma de vida y escucha la palabra de Dios. Nace de nuevo. Entonces, tú podrás escapar del juicio de Dios.
¿Alguna vez has visto a una persona malvada que no este llena de la obsesión de ser bueno entre aquellos que no han nacido de nuevo? La gente está obsesionada con ser buena. Un ser humano puede vivir una buena vida cuando todos sus pecados son borrados en frente de Dios. Entonces, ¿acaso Dios nos dice que hagamos cosas malas a propósito? No. Dios nos dice que recibamos la remisión de pecados por que ya estábamos infectados por el pecado aún antes de nacer y estábamos destinados a ir al infierno. Dios quiere que todos nosotros recibamos su palabra de verdad para que podamos ser salvos.
 

Satanás siempre habla mentiras a través de los Incrédulos
 
“Sepulcro abierto es su garganta; con su lengua engañan. Veneno de áspides hay debajo de sus labios; su boca está llena de maldición y de amargura. Sus pies se apresuran para derramar sangre; quebrantamiento y desventura hay en sus caminos; y no conocieron camino de paz. No hay temor de Dios delante de sus ojos” (Romanos 3:13-18).
“Con su lengua engañan.” Toda la gente es buena para engañar. Dios dice acerca de satanás, “Cuando habla mentira, de suyo habla” (Juan 8:44). Todos aquellos que no han nacido de nuevo dicen, “Realmente te digo la verdad. Es verdad,” pero lo que hablan es todo mentira. 
Aquellos que enfatizan que lo que dicen es cierto son mentirosos. ¿Cuándo tratan de engañar a otros, alguna vez has oído decir a los estafadores, “Soy un mentiroso y un estafador?” Hablan como si todo lo que dicen fuera cierto. Convincentemente pueden decir, “Déjame decirte algo. Sí inviertes tú dinero en esto, harás mucho dinero. Sí inviertes un millón de dólares, pronto podrás ganar tanto como el Director y ganarás 10 millones de dólares en un par de años. Es una inversión fantástica. ¿Quieres invertir?” Aquellos que no han nacido de nuevo engañan con sus lenguas.
Cuando satanás habla una mentira, habla de sus propios recursos. Un predicador que no ha nacido de nuevo miente. Él/ella afirman que uno puede ser rico si ofrece una gran cantidad como diezmo. ¿Existe algún pasaje en la Biblia que diga que uno puede llegar a enriquecerse si él/ella llegan a ser uno de los ancianos de la iglesia? ¿Por qué la gente trata de ser uno de los ancianos de la iglesia? Trata de ser uno de los ancianos por que se les guía a creer que si llegan a ser parte de ellos, Dios les dará bendiciones terrenales. Son engañados porque ellos creen que pueden tener la gracia de la riqueza si llegan a ser uno de los ancianos de la iglesia. Están atrapados en la trampa del engaño. 
¿Alguna vez has llegado a ser uno de los ancianos, siendo engañado por tal mentira? Mucha gente ha vivido como limosnero después de ser parte del grupo de ancianos. Conozco a muchos de ellos que están a mí alrededor. Los profetas falsos que no han nacido de nuevo comisionan a los ricos de sus iglesias. ¿Por qué? Porque quieren que los ancianos hagan contribuciones en sus iglesias. Algunas veces comisionan ancianos sin dinero por que quieren hacer de ellos sus ciegos seguidores. 
El dicho común, “Seré bendecido con riqueza si llego a ser uno de los ancianos,” es una mentira. No existe mención de esto en la Biblia. La Biblia dice los siervos de Dios preferirían ser perseguidos en lugar de tener la gracia de las riquezas. El Señor dice, “Buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas” (Mateo 6:33).
“Veneno de áspides hay debajo de sus labios,” afirma la Biblia. Realmente los seres humanos tienen veneno de áspides. ¿Qué es lo que dicen aquellos que no han nacido de nuevo a los justos? Maldicen a los justos y hablan como víboras. La Biblia dice, “Sus pies se apresuran para derramar sangre; Quebranto y desventura hay en sus caminos; y no conocieron camino de paz. No hay temor de Dios delante de sus ojos.”
 

¿Cuál es el propósito de la ley?
 
El pasaje, “Como está escrito,” significa que es una cita del Antiguo Testamento. El apóstol Pablo citó el Antiguo Testamento muchas veces. Él dijo, “Sus pies se apresuran para derramar sangre; Quebranto y desventura hay en sus caminos; Y no conocieron camino de paz. No hay temor de Dios delante de sus ojos.” Siento lástima por aquellos que irán al infierno sin conocer el camino del nuevo nacimiento.
Romanos 3:19 afirma, “Pero sabemos que todo lo que la Ley dice, lo dice a los que están bajo la Ley, para que toda boca se cierre y todo el mundo quede bajo el juicio de Dios.” Dios castiga con su ira de acuerdo a la ley. La razón por la cuál Pablo dice, “lo dice a los que están bajo la ley,” esto se debe a que Dios dio la ley a aquellos que no han nacido de nuevo, que no conocen el pecado y que no consideran el pecado como pecado, para iluminar a los pecadores, quienes no pueden guardar la ley en su existencia real. Dios no nos dio la Ley para hacer que la guardáramos. Entonces, ¿Acaso dice Dios que él destruyó la ley? No. él nos dio la ley a través de Moisés para darnos conocimiento de nuestros pecados. Él no nos dio la ley para que la guardáramos. La ley de Dios tiene el papel de enseñarnos lo pecaminosos que somos.
 

Nadie puede ser justificado por las obras de la ley
 
Romanos 3:20 firma, “ya que por las obras de la Ley ningún ser humano será justificado delante de él, porque por medio de la ley es el conocimiento del pecado.” Los cristianos nacidos de nuevo saben que ninguna carne será justificada por las obras de la ley. El apóstol Pablo y todos los siervos de Dios dicen, “ por las obras de la ley ningun ser humano sera justificado” No hay nadie que guarde la ley, y ni quien lo haga en el futuro. Por lo tanto, debemos confesar que nunca podremos ser justificados por las obras de la ley. Nuestras obras nunca podrán justificarnos.
El apóstol Pablo sabía y creía en esto. ¿Podemos ser justificados por observar la ley? ¿Puede la ley justificarnos? Cuando lees las Escrituras, ¿Después de creer en Jesús, piensas que es correcto creer que nuestros cambios carnales sean justificados y entremos al reino de los cielos por medio de las obras? No, esto no es verdad. Es una mentira. El hecho de que uno entre al reino de los cielos por medio de una transformación gradual para ser justificado, es una mentira. Toda la gente que no ha nacido de nuevo está bajo la ley, porque piensan que deben guardar la palabra de Dios con sus propias obras. Los hace tratar de guardar la ley y orar por el perdón diariamente. Esto se debe a la atadura de tomar el primer botón de la forma equivocada. La ley nos da el conocimiento de que somos pecadores. Los esfuerzos de un pecador por guardar la ley se debe a su ignorancia y a sus propios pensamientos, los cuales están en contra de la salvación por la verdad y están fuera de la carne. Es una fe mal orientada.
La doctrina de santificación, la cuál dice que vamos cambiando gradualmente hasta ser justificados, también está fundada en otra religión secular del mundo. El Budismo tiene una doctrina similar, la doctrina del Nirvana es como la doctrina cristiana de la santificación gradual. Mucha gente dice que su carne puede santificarse más y más, y eventualmente entrarán al reino del cielo. La verdad es que el Señor santificó nuestros espíritus de una vez y para siempre.
Ni aún los justos pueden llegar a ser santos por la carne. Aquellos que no tienen el Espíritu no pueden llegar a ser santos. Entre más tratan de hacer buenas obras, más pecadores se vuelven. Es porque tienen pecado en sus corazones. Algo sucio sale de ellos frecuentemente y los ensucia más, no importa que tan duro traten de limpiarse externamente, ya que están llenos de pecado internamente. Es la existencia real de un pecador. 
Esta situación es opuesta a aquellos que tienen la remisión de pecados. Pueden vivir vidas limpias, aunque no pueden evitar pecar con la carne. Los pecadores nacen infectados con el pecado y lo esparcen toda su vida, ya que el pecado sale de ellos aún en contra de su voluntad. No tienen otra opción que ponerse una inyección de sanidad que pueda eliminar sus pecados de una vez y para siempre. La inyección es el evangelio de la verdad de Dios. Pueden ser liberados de sus pecados escuchando la palabra de la remisión de pecados.
¿Quien puede vivir totalmente por la ley? ¿Quién puede vivir de acuerdo a la ley, aún si él/ella han nacido de nuevo? Nadie. En Romanos está escrito, “Por la ley es el conocimiento del pecado.” Es simple. Adán y Eva fueron engañados por satanás durante el tiempo de la inocencia y fueron vendidos al pecado. El pecado pasó a su descendencia quienes no conocían la palabra de Dios. Ellos no sabían que habían nacido pecadores, aunque habían heredado el pecado.
Después del tiempo de Abraham y Jacob, los Israelitas se olvidaron de la fe y de su existencia pecadora, aunque su antecesor fue justificado por fe. Así que Dios les dio su ley, para que tuvieran conocimiento del pecado y quería que ellos recibieran la remisión de pecados, creyendo en su promesa. ¿Crees esto?
 

Pero ahora, aparte de la Ley, se ha manifestado la Justicia de Dios
 
Romanos 3:21 afirma, “Pero ahora, aparte de la Ley, se ha manifestado la justicia de Dios, testificada por la ley y los Profetas.” El apóstol Pablo dice, que la justicia de Dios, aparte de la ley, es revelada. Las palabras, “testificada por la Ley y los Profetas,” indican el Antiguo Testamento. El evangelio del agua y el Espíritu es la justicia de Dios, la cual fue revelada a través del sistema sacrificial. El evangelio revela la justicia que nos guía a recibir la remisión de pecados a través de la ofrenda por el pecado.
Romanos 3:22 afirma, “La justicia de Dios por medio de la fe en Jesucristo, para todos los que creen en él. Porque no hay diferencia.” Nuestra fe esta en nuestros corazones. El autor y consumador de la fe es Jesucristo. Hebreos 12.2 afirma, “Puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe.” El autor y consumador de la fe es Jesús y nosotros creemos en la Palabra verdadera, la cuál es Dios. Debemos aprender y creer en las palabras verdaderas de la Biblia de los siervos que han nacido de nuevo, para poder ser salvados de sus pecados y vivir por fe. Debemos creer en Jesús con nuestro corazón.
Dios dice, “La justicia de Dios por medio de la fe en Jesucristo, para todos los que creen en él. Porque no hay diferencia.” Por lo tanto, somos justificados creyendo en la palabra verdadera con nuestros corazones y tenemos la confirmación de la salvación perfecta al confesar con nuestras bocas. No podemos ser salvos por nuestras obras, sino por fe. Solo damos gracias al Señor y a la iglesia de Dios.
¿Acaso te encuentras atado a tus obras, aunque todos tus pecados ya han sido borrados? Eres justo, a pesar de las debilidades de tu carne, si tú crees en Dios con tú corazón. El Espíritu Santo testifica la palabra de Dios en tu corazón diciendo, “Tú eres justo,” porque cuando oímos la palabra, él nos guía a entender la palabra verdadera. ¿Fuiste salvo por fe después de oír la palabra de Dios?
“La justicia de Dios por medio de la fe en Jesucristo, para todos los que creen en él. Porque no hay diferencia.” Quienquiera que aprenda y crea en la palabra de Dios, la cuál es la verdad, puede ser salvo de sus pecados.
 

Jesús lavó todos nuestros pecados, desde el Principio hasta el fin del mundo
 
Romanos 3:23-25 afirma, “Por cuanto todos pecaron y están destituidos de la gloria de Dios, siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús, a quien Dios puso como propiciación por medio de la fe en su sangre, para manifestar su justicia, a causa de haber pasado por alto, en su paciencia, los pecados pasados.”
La Biblia dice que todos pecaron y que están destituidos de la gloria de Dios. Recibimos el perdón de pecados y somos justificados gratuitamente por su gracia y amor, mientras que los pecadores van al infierno. Alcanzamos la gloria de Dios y somos justificados. Dios envió a Jesús para ser la propiciación por su sangre a través de la fe.
Los versículos 25 y 26 afirman, “A quien Dios puso como propiciación por medio de la fe en su sangre, para manifestar su justicia, a causa de haber pasado por alto, en su paciencia, los pecados pasados, con la mira de manifestar en este tiempo su justicia, a fin de que él sea el justo, y el que justifica al que es de la fe en Jesús.” Aquí, la palabra, “puso”, quiere decir que Dios envió a su Hijo Jesús para ser propiciación de la remisión de pecados para todo el universo.
Jesús quitó todos los pecados del mundo por su bautismo. Jesús es el Alfa y la Omega. Pensemos en el principio y en el fin del mundo. Dios nos liberó por la fe que lavó todos los pecados desde el principio hasta el fin del mundo. Dios puso a Jesús para ser la propiciación a través de la fe en la verdad. No fue si no hasta que yo creí en el evangelio que me di cuenta de las palabras, “Para manifestar su justicia, a causa de haber pasado por alto, en su paciencia, los pecados pasados.”
Todos nuestros pecados son eliminados cuando creemos en la palabra que dice que Jesús lavó todos nuestros pecados por su bautismo y sangre. Recibimos la remisión de pecados de una vez y para siempre, pero nuestra carne continua pecando. La carne peca debido a nuestra debilidad. Sin embargo, la Biblia afirma, “A causa de haber pasado por alto, en su paciencia, los pecados pasados.” Los pecados que la carne comete hoy y en el futuro, son pecados que fueron cometidos previamente desde el punto de vista de Dios.
¿Por qué? Dios hizo del bautismo de Jesús el punto cardinal de comienzo de nuestra salvación. Por lo tanto, los pecados presentes de la carne, son pecados que están en el pasado, dentro de la perspectiva de Dios, porque la remisión de pecados fue cumplida por Jesucristo de una vez y para siempre. Los pecados presentes, son pecados que ya han sido borrados. Las palabras, “A causa de haber pasado por alto, los pecados pasados” quiere decir que “Él ya ha dado la paga por los pecados del mundo.” Todos los pecados del mundo ya fueron perdonados a través del bautismo y la cruz de Jesús.
Por lo tanto, Dios ya borró todos los pecados cometidos desde el principio hasta el final del mundo. Así que todos los pecados han sido cometidos previamente ante los ojos de Dios. La gente en el mundo esta cometiendo pecados que ya fueron borrados por el Hijo de Dios. Jesús ya lavó los pecados que serán cometidos en el año 2,002, hace 2,000 años. ¿Entiendes esto?
Dios ya borró todos los pecados del mundo, incluyendo los tuyos y los míos. ¿Puedes ver lo que esto significa? Puede que te confundas cuando estés predicando el evangelio a otra gente si tú no entiendes esto. Las palabras, “A causa de haber pasado por alto, en su paciencia, los pecados pasados,” quiere decir que Dios pasa por alto todos los pecados, porque él ya los ha eliminado hace 2,000 años aproximadamente. Los pecados de todos los seres humanos ya fueron juzgados, porque Jesús fue bautizado en el río Jordán y fue crucificado. Dios pasa todos los pecados porque Jesús fue enviado al mundo y justificó perfectamente a todos los seres humanos de una vez y para siempre. Por lo tanto, Dios no nos carga con la culpa de los pecados que son cometidos por toda la gente en el mundo y que ya fueron borrados por él, sino sobre su incredulidad en el bautismo y en la cruz de Jesús.
¿Entiendes lo que el apóstol Pablo quiere decir? Es muy importante para nosotros que somos salvos. Aquellos que no han nacido de nuevo irán al infierno por ignorarlo. Debemos oír y tener el conocimiento correcto de la Palabra. Será de mucha ayuda para tú fe y para la predicación del evangelio a otras personas.
 

Entonces, ¿donde esta la jactancia?
 
La Biblia dice, “Para manifestar su justicia, a causa de haber pasado por alto, en su paciencia, los pecados pasados.” Dios nos enseña que los pecados del pasado ya fueron borrados porque Dios puso a Jesús como propiciación. Por lo tanto, somos justos por fe.
El versículo 26 afirma, “Con la mira de manifestar en este tiempo su justicia, a fin de que él sea el justo, y el que justifica al que es de la fe de Jesús.” “En este tiempo” Dios dio al mundo vida eterna, para que el mundo no pereciera. En este tiempo, Dios envió a Jesucristo para demostrar su justicia y cumplir lo que él prometió. El Señor demostró su justicia. Dios envió a su Hijo Unigénito y dejó que él fuera bautizado y crucificado para mostrarnos su amor a través de la salvación dela verdad. 
El Señor vino a los pecadores como su Salvador. “Con la mira de manifestar en este tiempo su justicia, a fin de que él sea el justo, y el que justifica al que es de la fe de Jesús.” Dios es justo y eliminó los pecados del mundo de una vez y para siempre. Creemos en Jesús con nuestros corazones, así que no tenemos pecado. Aquellos que creen en Jesús en verdad están limpios, porque él los limpió y aún los salvó de pecados futuros. Creer en lo que hizo Jesús con nuestros corazones nos salva. Nuestras obras no están incluidas, ni aún el 0.1%, en la fe de su salvación. 
Romanos 3:27-31 afirma, “¿Donde, pues, esta la jactancia? Queda excluida. ¿Por cuál ley? ¿Por la de las obras? No, sino por la ley de la fe. Concluimos, pues, que el hombre es justificado por la fe sin las obras de la ley. ¿Es Dios solamente Dios de los judíos? ¿No es también Dios de los gentiles? Ciertamente, también de los gentiles. Porque Dios es uno, y él justificará por la fe a los de la circuncisión, y por medio de la fe a los de la incircuncisión. ¿Luego por la fe invalidamos la ley? En ninguna manera, sino que confirmamos la ley.”
Las palabras, “Confirmamos la ley,” quieren decir que no podemos ser salvados por nuestras obras. Somos imperfectos y débiles y ante la ley estábamos destinados a ir al infierno. Sin embargo, la palabra de Dios nos hizo justos y perfectos, ya que por ella fuimos salvados. El Señor nos dice que nuestra carne sigue siendo imperfecta, aún después de haber sido salvados de todos nuestros pecados, pero él nos liberó a la perfección de todos nuestros pecados. Podemos acercarnos a Dios, creyendo que Jesús nos salvó.
“¿Donde, pues, esta la jactancia? Queda excluida. ¿Por cuál ley? ¿Por la de las obras? No, sino por la ley de la fe.” Debemos conocer la ley que Dios estableció y que la ley es para siempre en su reino. “¿Por cuál ley? ¿Por la de las obras? No, sino por la ley de la fe,” dice Dios. ¿Comprendes esto? Dios nos salvó de todos los pecados del mundo. Somos salvos cuando creemos de acuerdo a la verdad. Tenemos que recordar que las obras de la ley no pueden salvarnos.
Dios habla acerca de la ley de la fe a través del apóstol Pablo en Romanos capitulo 3. Dios dice, “ ¿Su incredulidad habrá hecho nula la fidelidad de Dios?” (Romanos 3:3). Los creyentes permanecen firmes por la fe, pero los incrédulos se tropiezan. Aquellos que no tienen una fe total en el evangelio de la verdad irán al infierno, aún si ellos piensan que creen en Jesús.
 

Dios nos salvo perfectamente de todos nuestros Pecados
 
Dios estableció su ley, para que aquellos que creen en sus propios pensamientos, tropiecen en la ley de la fe. Dios nos salvo de todos nuestros pecados perfectamente. El capitulo 3 de Romanos habla acerca de la ley de la fe. Somos salvos creyendo en la palabra verdadera. Heredamos el reino de los cielos y tenemos paz por fe. Los incrédulos no pueden tener paz. En lugar de eso ellos van al infierno. ¿Cuál es la razón de esto? Primero, son juzgados de acuerdo a la ley de la verdad de Dios, ya que ellos no la recibieron. La salvación viene del amor de Dios y somos salvos por el conocimiento de la verdad y creyendo lo que el Señor hizo con nuestros corazones. ¿Entiendes?
Yo alabo al Señor quien nos da esta fe y a su iglesia en la tierra. Le doy gracias al Señor quien nos da la verdad, la fe y la palabra, la cual tenía el apóstol Pablo, y quien reveló el secreto de la remisión de pecados a su iglesia. Yo le alabo desde el fondo de mi corazón. 
Podemos darle gracias al Señor porque él nos salvó a través de su bautismo y la muerte en la cruz. Sin esta fe y su iglesia, no tenemos otra opción que ir al infierno. Somos pecadores, que no podríamos ser salvos por nuestra naturaleza, pero creímos para justicia con nuestro corazón. Nos hizo sus hijos quienes creímos para justicia con el corazón y fuimos salvos con la confesión de nuestras bocas (Romanos 10:10).
 
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La justicia de Dios es revelada en Romanos - Nuestro Señor Quien Llego a Ser la Justicia de Dios (I)