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Tema 3: El Evangelio del agua y del Espiritu

[3-28] ¡El Cordero de Dios que quita el pecado del mundo! (Juan 1, 29)

¡El Cordero de Dios que quita el pecado del mundo!(Juan 1, 29)
«El siguiente día vio Juan a Jesús que venía a él, y dijo: He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo».
 
 
¿Qué ocurrió cuando Jesús estaba a punto de ser bautizado? Está escrito en el Evangelio de Mateo 3, 15: «Pero Jesús contestó: “Permíteme hacer ahora pues conviene así que cumplamos toda justicia”. Y entonces le permitió». ¿De verdad tomó Jesús todos los pecados del mundo cuando fue bautizado? Es absolutamente imperativo que conozcamos claramente las razones por las que Jesús fue bautizado. Solo entonces estará nuestra fe arraigada firmemente en la Palabra de Dios y podremos recibir la remisión de los pecados que lavará todos nuestros pecados. 
Jesús tomó todos los pecados futuros de nuestros descendientes cuando fue bautizado, pero la gente que se niega a creer en esta verdad bíblica, aunque crean en Él, no pueden evitar seguir siendo pecadores a los ojos de Dios. Por tanto, los que creen en Jesús deben tener un conocimiento claro de por qué Jesús recibió el bautismo y qué pasó cuando recibió el bautismo. 
Esta escrito en Mateo 3, 13: «Entonces Jesús vino de Galilea al Jordán para ser bautizado por él». Durante este periodo todos los descendientes de Aarón de la tribu de Levi tenían que tener treinta años para poder ser Sumos Sacerdotes. Y los levitas normalmente podían realizar las tareas diarias de ofrecer sacrificios en el lugar santo por la gente solo cuando cumplían veinticinco años. Pero para ser un Sumo Sacerdote, uno tenía que tener 30 años como Dios les dijo. De la misma manera en que el Señor tuvo que recibir el bautismo cuando cumplió los treinta años. 
Solo después de que Jesús recibiese Su bautismo, se alcanzó el primer paso de la salvación que salvó a todos los seres humanos de sus pecados. Antes de este evento Jesús llevó a cabo obras personales y vivía una vida normal cuidando de Su negocio familiar. Pero cuando cumplió los treinta años, Jesús empezó Su ministerio de salvar a la humanidad. A esto lo llamamos la vida pública de Jesús, es decir la vida que salvó a toda la humanidad. 
Así que la pregunta ¿cuál es la primera cosa que Jesús hizo para salvar a la humanidad del pecado? recibe la respuesta: recibir el bautismo de Su siervo elegido con el nombre de Juan el Bautista. Este era el principio del Evangelio de la redención de los pecados para toda la humanidad. 
Jesús estaba decidido a recibir el bautismo de Juan el Bautista en aquel entonces. Así que la siguiente pregunta es: ¿quién es Juan el Bautista? Es el siervo escogido de Dios que vino seis meses antes que Jesús. Dios envió a Juan el Bautista seis meses antes que Jesús. Es imperativo saber esto porque nos está diciendo que Dios hizo que estos dos eventos ocurran en este mundo para salvarnos de todos los pecados. Una abuela concibiendo un bebé y una virgen concibiendo otro es la obra especial de Dios para salvarnos de los pecados. Nuestro Señor había preparado nuestra salvación de esta manera. La preparó así para salvar a la humanidad de los pecados. 
Este hombre escogido llamado Juan el Bautista que bautizó a Jesús también había cumplido treinta años. Por tanto, la Palabra nos informa sobre este hombre: «Y entró Jesús en Jerusalén, y en el templo; y habiendo mirado alrededor todas las cosas, como ya anochecía, se fue a Betania con los doce» (Mateo 11, 11). Jesús nos estaba informando de que: “Entre los nacidos de mujer, Juan el Bautista es el mayor de ellos. Enviaré a Elías, a quien prometí enviar, y este es Juan el Bautista. Juan el Bautista es el mayor de todos los nacidos de mujer”. Dios había establecido a este Juan como representante de la humanidad y último Sumo Sacerdote del Antiguo Testamento y de este mundo. 
En el Antiguo Testamento, cuando un Sumo Sacerdote tenía un hijo recibía la autoridad de la posición del Sumo Sacerdote solo cuando cumplía 30 años. Recibir esta autoridad de Sumo Sacerdote era como ungir a un pastor. El padre tenía que ungir con aceite y poner ambas manos en su cabeza, y cuando su padre quitaba las manos, le transfería las responsabilidades y autoridades a su hijo, quien entonces ofrecía el sacrificio del Día de la Expiación por los pecados de un año en el lugar santo como el representante de todo su pueblo. 
Durante los tiempos del Antiguo Testamento, el Sumo Sacerdote tenía que ofrecer el sacrificio del Día de la Expiación el décimo día del séptimo mes. Esto se hacía según el sistema de sacrificios que Dios había establecido por ellos y era la sombra de lo verdadero que vendría en el Nuevo Testamento (Hebreos 10, 1). Así que la pregunta es: ¿a quién envió Dios? En primer lugar Dios envió a Juan el Bautista. Juan el Bautista es el mayor hombre nacido de mujer y cumplió la misión del Sumo Sacerdote cuando cumplió los 30 años, y nació como descendiente de Aarón, el Sumo Sacerdote. 
La siguiente pregunta es ¿Quién es Jesús? Jesús es el Salvador de la humanidad. Como el Antiguo Testamento había establecido este requisito de edad para un Sumo Sacerdote, este requisito de edad también se aplicaba en el Nuevo Testamento; y como el Antiguo Testamento había establecido la obra del Sumo Sacerdote de pasar los pecados de los israelitas para siempre mediante la imposición de manos del Día de la Expiación, Dios envió a Juan el Bautista a este mundo para confiarle esta tarea del sacerdocio; y Jesús también había venido a este mundo como el Cordero del sacrificio que tenía que ser ofrecido a Dios como expiación de toda la humanidad. 
Por tanto, Jesús recibió el bautismo de Juan el Bautista. Me doy cuenta de que mi presentación es un poco larga. Pero tengan paciencia mientras hablo sobre esto largo y tendido. ¿Quién es Juan el Bautista? ¿Es realmente el representante de la humanidad o no? La Biblia nos dice que es el representante de toda la humanidad. 
Leamos la Palabra del Evangelio de Mateo 11, 10-12: «Porque éste es de quien está escrito: He aquí, yo envío mi mensajero delante de tu faz, El cual preparará tu camino delante de ti. De cierto os digo: Entre los que nacen de mujer no se ha levantado otro mayor que Juan el Bautista; pero el más pequeño en el reino de los cielos, mayor es que él. Desde los días de Juan el Bautista hasta ahora, el reino de los cielos sufre violencia, y los violentos lo arrebatan». 
Y en el versículo 13: «Porque todos los profetas y la ley profetizaron hasta Juan». Ahora debemos analizar esto. Nuestro Señor dijo que no se ha levantado nadie más grande que Juan el Bautista entre los nacidos de mujer. ¿Qué significan estas palabras: “Entre los que nacen de mujer no se ha levantado otro mayor que Juan el Bautista”? Significa que Juan el Bautista es el representante de la humanidad. 
Si Aarón era el representante de toda la humanidad en el Antiguo Testamento, ¿quién es el representante de toda la humanidad en todo el Antiguo Testamento y el Nuevo Testamento? ¿Quién es el más grande de los nacidos de mujer? Es Juan el Bautista, quien bautizó a Jesús. Juan el Bautista que bautizó a Jesús es el representante de toda la humanidad. Hermanos y hermanas, ¿entienden de verdad quién es el representante de toda la humanidad ahora? 
El presidente de nuestro país está visitando países europeos, ¿no es así? ¿Qué creen que está haciendo en esos países? ¿Acaso no está desarrollando relaciones diplomáticas y firmando acuerdos de comercio y otras cosas como representante de nuestro país? ¿Están haciendo ustedes estas cosas? ¿O simplemente están mirando? ¿Pero para quién está haciendo esto? El presidente da un discurso en cada uno de estos países y firma acuerdos recíprocos y hace obras importantes. Pero cuando está firmando estos acuerdos, ¿acaso no los están firmando ustedes?
¿Cuál es el nombre de la coalición para la cooperación económica de 30 países desarrollados de este mundo? ¿No se abrevia como a OCED? Si el presidente va algún sitio y se une a la OCED, nosotros también nos unimos a esta organización. En este país, y estoy seguro que en el suyo también, hay un representante de cada provincia. De la misma manera, hay un representante para toda la humanidad. 
¿Entonces quién es el representante de toda la humanidad? Es Juan el Bautista. Dios le nombró representante. El nombre de Juan aparece en las Escrituras, pero este Juan que bautizó a Jesús no es otro que el representante de toda la humanidad. Empezarán a tener un conocimiento claro de las Escrituras con este conocimiento. 
Cuando Jesús intentó recibir el bautismo de Juan el Bautista, al principio este se resistió diciendo: “Yo necesito ser bautizado por ti, pero ¿tú vienes a mí?”. Ahora, ¿quién es Jesús? Dios estableció a Jesús como el Sumo Sacerdote del Reino de los Cielos. En otras palabras, Dios Padre ha establecido a Su Hijo como al Sumo Sacerdote del Reino de los Cielos, y solo los que han recibido la remisión de los pecados y están sin pecados gracias a Jesús pueden entrar y vivir en este lugar increíble. 
Si Jesús es el Sumo Sacerdote del Reino de los Cielos, entonces la pregunta es: “¿Quién es el Sumo Sacerdote del mundo?”. Es Juan el Bautista. Estos dos Sumos Sacerdotes se encontraron en el río Jordán. Deberían haberse conocido, ¿no creen?
El Sumo Sacerdote del Antiguo Testamento llevaba dos chivos y los ofrecía como sacrificio el Día de la Expiación. Por tanto, como Dios había prometido eliminar todos nuestros pecados de esta manera, Jesús no dijo arbitrariamente: “Juan, voy a eliminar los pecados del mundo. Haré lo que quiera. Por tanto, no te preocupes. Lo haré todo por mi cuenta”. Dios tuvo que hacer esto exactamente como había prometido. 
Por tanto, Jesús, como Sumo Sacerdote del Reino de los Cielos, vino a este mundo encarnado en un hombre, y cuando cumplió veinte años, cargó con todos los pecados del mundo sobre Su propio cuerpo para convertirse en el Cordero del sacrificio y derramó Su sangre y murió con todos los pecados del mundo, de la misma manera que se cortaba el cuello del animal y derramaba la sangre y moría en el Antiguo Testamento. Jesús vino a este mundo a hacer esta obra. Dios envió a Juan el Bautista a este mundo como representante de toda la humanidad para hacer la obra de pasar todos los pecados del mundo a Jesús. 
Así que vemos al Sumo Sacerdote de este mundo venir a conocer al Sumo Sacerdote del Reino de los Cielos. Cuando se encontraron, ¿quién era mayor que el otro? ¿Quién es mayor entre el Sumo Sacerdote del Reino de los Cielos y el Sumo Sacerdote de este mundo? El Sumo Sacerdote del Reino de los Cielos es mayor. El agua en el río Jordán fluía serenamente como siempre. Juan el Bautista estaba en la parte profunda del río, cubierto hasta la cintura mientras bautizaba a la gente. Entonces, un día, Jesús fue hacia él. Jesús fue a Juan el Bautista y le dijo que le bautizase. Pero Juan el Bautista vio inmediatamente que este Jesús es el Hijo de Dios, el Sumo Sacerdote del Reino de los Cielos. Entonces pensó: “Eres el representante del Reino de los Cielos aunque yo soy solo el representante de este mundo”. Por eso Juan el Bautista le dijo a Juan: “Yo necesito ser bautizado por ti, ¿y tú vienes a mí? ¿Cómo vas a ser bautizado por mí?”. 
La tarea del sacerdocio de Juan el Bautista era pasar todos los pecados del mundo a Jesús, pero ¿quién era el personaje principal de la ofrenda del sacrificio? El cordero del sacrificio del Antiguo Testamento no era otro que este Jesucristo. Jesucristo le dijo a Juan el Bautista que le bautizase para tomar los pecados del mundo sobre Sí mismo, pero Juan el Bautista dijo en términos humanos: “Tú eres mayor que yo. ¿Cómo puedo bautizarte cuando tengo que ser bautizado por ti?”. 
Pero debemos leer detenidamente lo que el Señor dice aquí. Está escrito: «Pero Jesús le contestó: “Permíteme hacer ahora, pues conviene así que cumplamos toda justicia”. Entonces le permitió» (Mateo 3, 15). Jesús le dijo a Juan que le permitiese hacer. Ahora veamos qué nos dice el capítulo 3, versículo 15. Jesús le estaba diciendo a Juan el Bautista: “Permíteme hacer ahora, pues conviene así que cumpla toda justicia”, esta palabra “así” significa que Jesús redimió los pecados de toda la gente al recibir el bautismo de Juan el Bautista e hizo que todos los que creen en el bautismo de Jesús de esta manera estén completamente sin pecados. 
Hermanos y hermanas, ¿por qué fue bautizado Jesús? ¿Cuál es el significado de Su bautismo? ¿Cuál es el objetivo de ser bautizado? Jesús fue bautizado para salvar a toda la humanidad de los pecados, para lavar esos pecados y eliminarlos por completo. Jesús fue bautizado. Dijo: “Permíteme hacer ahora pues conviene así que cumplamos toda justicia”. Toda justicia significa todas las obras justas. Entonces, ¿qué son todas estas obras justas? Es hablar del bautismo que Jesús recibió y no tiene nada que ver con nuestro bautismo por agua. 
El carácter chino para justicia es “yi” (義) y está compuesto de dos letras, ‘wo’ (我, yo) y ‘yang’ (羊, cordero). ¿No es increíble? Cuando confié en el Cordero de Dios, me convertí en una persona justa por la salvación de este Cordero. Como pueden ver aquí, es exactamente la misma manera en que el Sumo Sacerdote ponía las manos sobre un chivo o una oveja en el Antiguo Testamento. Cuando el Sumo Sacerdote ponía ambas manos sobre la cabeza del sacrificio, decía: “Dios, he cometido pecados. Y los israelitas también han cometido pecados. Los israelitas han cometido asesinato, hurto y muchas cosas malvadas”. Esta imposición de manos se utilizaba para pasar los pecados a la ofrenda del sacrificio. 
Entonces, ¿qué es el bautismo? El bautismo que Jesús recibió de Juan el Bautista, quien puso las manos sobre la cabeza de Jesús, fue para tomar todos los pecados del mundo y transferirlos a Su cuerpo. Toda justicia es la obra de Jesús, quien vino e hizo en este mundo la obra de tomar todos los pecados del mundo y dejarnos sin pecados. Jesús le dijo a Juan el Bautista: “Conviene así cumplir toda justicia” y recibió Su bautismo. Él que Jesús recibiese el bautismo significa que todos nuestros pecados fueron pasados a Él. Todos los pecados de la humanidad fueron transferidos a Jesús cuando fue bautizado. 
Está escrito: “pues conviene así que cumplamos toda justicia. Y entonces se lo permitió”. He traído el texto original en griego para explicar lo que dice el idioma original, aunque no sé mucho griego. Pero lo voy a leer en griego, escuchen atentamente. “Αποκριθεις δε ο ιησους ειπεν προς αυτον αφες αρτι ουτως γαρ πρεπον εστιν ημιν πληρωσαι πασαν δικαιοσυνην τοτε αφιησιν αυτον.” Debemos prestar atención a las palabras subrayadas: “ουτως” y “πασαν δικαιοσυνην.” La Palabra griega “ουτως” (hutos) significa de esta manera, la más adecuada, o no hay ninguna manera a parte de esta. Y las palabras “πασαν δικαιοσυνην” (pasan dik-ah-yos-oo’-nayn) quieren decir el estado más puro sin ningún defecto. Por tanto, este versículo significa que Jesús tomó todos los pecados del mundo de una manera irreversible sobre Sí mismo de la manera más adecuada mediante Su bautismo que recibió de Juan el Bautista. 
Se dice que el acto de que Jesús recibiese el bautismo de Juan el Bautista y el que Juan el Bautista bautizase a Jesús así cumple abundantemente la obra de eliminar todos los pecados del mundo; eliminar todos los pecados de los corazones de la gente. Y Jesús quiso decir: “Conviene así (πρεπο; prepo) cumplir esta obra abundantemente al recibir el bautismo para hacer que toda la gente, todos los pecadores, todos los descendientes de Adán, estén completamente sin pecados; y para cumplir esta obra de eliminar los pecados de manera justa y perfecta sin ningún defecto he sido bautizado y tú me has bautizado. Por tanto es adecuado y suficiente cumplir toda justicia y el ministerio de la salvación que hace que todo el mundo esté sin pecados”. Este es el significado del texto original. 
¿Recibió Jesús el bautismo de Juan el Bautista? ¿Recibió o no el bautismo? Sí que lo recibió. ¿Es una historia inventado como piensa mucha gente? ¿Significa que fue bautizado sin ningún objetivo especial? No. 
El río Jordán es el río de la muerte. Hay un himno que dice: “♬Nos encontraremos en esa orilla bella♪”. Debemos cruzar el río Jordán para encontrarnos con Jesús. El Cielo y el infierno solo aparecen cuando hemos cruzado este río de la muerte. Es un principio natural que todo el mundo nazca en este mundo una vez y muera una vez, y después venga el juicio. Por tanto, debemos morir en el río Jordán una vez, donde Jesús ha cumplido toda la justicia al cargar con todos nuestros pecados y morir en la Cruz en nuestro lugar para hacernos entrar en el Cielo sin falta a los que creemos en Él. Lo ha hecho. Jesús dijo: “Pues conviene así cumplir toda justicia”. En griego, cumplir es “πληρωσαι” (prerosai), lo que significa hacer abundantemente, llenar la copa sin que falte nada. Significa que algo sobreabunde. 
Como el cordero del sacrificio del Antiguo Testamento que recibía los pecados anuales de los israelitas en décimo día del séptimo mes y eliminaba todos los pecados completamente, Jesús también vino a este mundo y completó la obra de salvar a todo el mundo de sus pecados completamente. Ha salvado a toda la humanidad al recibir el bautismo una vez para tomar todos los pecados de la humanidad y llevarlos a la Cruz y derramar Su sangre preciosa en la Cruz. Para que Jesús cumpliese esto, tuvo que recibir el bautismo diciendo: “Permíteme hacer ahora, pues conviene así que cumplamos toda justicia”.
Jesús fue bautizado por Juan el Bautista. ¿De qué trata este bautismo? De tomar los pecados de toda la humanidad. Jesús vino a este mundo para eliminar los pecados de la humanidad como el Cordero de Dios, como la sustancia real de la ofrenda de los sacrificios del Antiguo Testamento. Por eso Jesús fue bautizado. El que Jesús recibiese este bautismo significa que el precio de los pecados de la humanidad fue pagado por completo. 
De la misma manera en que los israelitas recibían la remisión de los pecados anuales acumulados el Día de la Expiación cuando el Sumo Sacerdote ponía las manos sobre el chivo expiatorio; Jesús, que es el Alfa y el Omega, vino a este mundo e hizo que la gente estuviese sin pecados al tomar sus pecados y cargar con ellos al recibir el bautismo, los pecados desde el principio de la humanidad hasta el final. 
Esto significa que toda la justicia de la salvación de Dios fue cumplida cuando Jesús pagó el precio de todos los pecados al ser bautizado y derramar Su sangre en la Cruz. Esta es la justicia de Dios. Esta es la justicia de Jesús. Aunque nuestra justicia es como un paño sucio, la justicia de Jesús brilla eternamente. Está escrito en Juan 8, 32: “Y conoceréis la verdad y la verdad os hará libres”. Jesús es la Verdad. Jesús es el verdadero Salvador. Es el Camino. Es la verdadera Vida. Jesús ha recibido todos nuestros pecados al ser bautizado. 
 
 

¿Dónde dice eso en las Escrituras?

 
La gente pregunta a menudo: ¿dónde en las Escrituras se dice que los pecados del mundo fueron pasados a Jesús cuando fue bautizado. El bautismo de Jesús y la imposición de manos del Antiguo Testamento tienen el mismo significado. El Antiguo Testamento es la sombra y la promesa, y el Nuevo Testamento es el cumplimiento. ¿No son lo mismo? Sí. 
Ahora, cuando leemos el Libro de Josué 3, podemos ver que después de la muerte de Moisés, Josué se convirtió en el líder y llevó a los israelitas a la tierra de Canaán. El primer reto al que se enfrentaron al entrar en esta tierra fue cruzar el río Jordán con seguridad. Dios habló a Josué acerca de cruzar el río Jordán. Dios prometió: “Los sacerdotes que lleven el arca deben meter los pies en el río Jordán. El agua que fluye corriente abajo debe parar de repente y acumularse con una pared de agua, y el suelo debe estar completamente seco porque el agua que fluye corriente abajo al Mar Muerte será cortada completamente. Entonces deberéis entrar en la tierra de Canaán al caminar sobre tierra firme”.
Así que Josué le dijo a los sacerdotes: “Llevad el arca a hombros y entrad en el río Jordán delante de todo el pueblo”. Cuando entraron en el agua, el agua dejó de fluir y se acumuló en un sitio y se posó cerca de la ciudad de Adán. ¿Qué significa esto? Que el arca paró en el río Jordán, denota el bautismo de Jesús la Palabra que se convirtió en carne y vivió entre nosotros. 
Jesús es el Dios de la Palabra (Juan 1, 1). Jesús vino a este mundo en la era del Nuevo Testamento y acabó con todos los pecados de este mundo al tomarlos sobre Su propio cuerpo al recibir el bautismo del último Sumo Sacerdote terrenal, es decir, de Juan el Bautista. Así cumplió la promesa que había hecho en el Antiguo Testamento. Este es el significado de este evento en el río Jordán. El suceso del río Jordán en el Antiguo Testamento es este mismo evento. 
¿Cómo borra nuestros pecados el Señor hoy en día? Elimina nuestros pecados mediante Su Palabra. Cuenta como justos a los que creen en la Palabra como Abraham. Esta salvación es la que redime todos los pecados de los que creen en Su Palabra. 
Jesús fue bautizado. Está escrito: “Permíteme hacer ahora, pues conviene así que cumplamos toda justicia. Entonces le permitió”. Hermanos y hermanas, ¿recibió Jesús el bautismo o no? Sí, lo recibió. ¿Qué significa que Jesús fuese bautizado? Significa que tomó todos nuestros pecados sobre Sí mismo. ¿Es esto correcto o no? Es bíblicamente correcto. Entonces, ¿significa esto que el Señor no tomó los pecados que cometeremos en el futuro sobre Sí mismo? Todos los pecados, cada uno de ellos, están incluidos en la frase “toda justicia”, lo que significa que el Señor tomó todos los pecados de este mundo sobre Sí mismo. Está escrito: “Conviene así que cumplamos toda justicia”, esto significa que el Señor cumplió toda justicia. 
¿Estábamos allí cuando Jesús fue bautizado? Jesús cumplió toda la justicia de la humanidad en el río Jordán hace 2,000 años. Jesús tomó todos los pecados, incluso los pecados de los que nacerán en el futuro, suficientemente mediante Su bautismo. Jesús eliminó todos los pecados del mundo y los tomó sobre Sí mismo perfectamente sin dejar ni uno y así hizo que la humanidad estuviese sin pecados. Entonces, ¿siguen teniendo pecados aunque Jesús se los llevase y cargase con ellos sobre Su cabeza? No. 
Nuestro Jesús es el Señor que tomó los pecados del mundo, incluso los pecados futuros. Le dijo a Juan el Bautista: “Permíteme hacer ahora, pues conviene así que cumplamos toda justicia”. Entonces Juan el Bautista bautizó a Jesús; esto significa que la obra de eliminar los pecados fue completada completamente. Entonces, la obra de Jesús que eliminó todos los pecados para siempre al recibir el juicio en la Cruz para siempre. 
Habrán recibido la remisión de los pecados si creen que Jesús tomó todos sus pecados futuros, que Jesús tomó todos los pecados de todos sus descendientes, que Jesús tomó todos los pecados del último bebé que una mujer tendrá al final del mundo, aunque no sepamos cuándo será ese momento ni cuánto más existirá la Tierra. Está claramente escrito: «Pero Jesús contestó: “Permíteme hacer ahora pues conviene así que cumplamos toda justicia”. Y entonces le permitió».
Jesús fue bautizado. Y Jesús salió del agua. Esto significa que fue sumergido en el agua. Fue bautizado por inmersión total. La palabra bautismo en griego es “βάφτισμα” (baptisma), lo que significa ser sumergido. Por eso la Iglesia Baptista y otros movimientos similares insisten en que los cristianos deben recibir el bautismo infalible mediante la inmersión total. Cuando Jesús fue bautizado después de tomar todos los pecados del mundo sobre Sí mismo y salió inmediatamente del agua, los cielos se abrieron y el Espíritu de Dios descendió como una paloma. Entonces Dios Padre dijo: “Este es Mi hijo amado, en quien tengo Mi complacencia”. Esto significa que Dios había borrado todos los pecados del mundo suficientemente a través de Su Hijo, en quien tiene Su complacencia. 
 
 

Mientras caminaba hacia la Cruz después de ser bautizado

 
Después de recibir Su bautismo, Jesús tardó tres años en ser crucificado. Vivió Su vida pública durante tres años. En el Evangelio de Juan 8 vemos que Jesús encontró a una mujer que había sido sorprendida en el acto de adulterio. Los fariseos y los escribas arrastraron a la mujer delante de Jesús acusándola. Cada uno tenía una piedra en la mano mientras la acusaban diciendo: «Jesús, hablas constantemente del amor, amor y amor. Como siempre hablar de amor, ¿debemos lapidar a esta mujer adúltera o no? Dinos que debemos hacer». Jesús se agachó y empezó a escribir en el suelo. “El que esté sin pecado, que tire la primera piedra”. Y entonces se levantó después de escribir y dijo: “El que esté sin pecado, que tire la primera piedra”. No solo los que tenían piedras en la mano, sino también toda la gente del mundo que no cree que Jesús fuese bautizado y muriese en la Cruz son pecadores. Los fariseos y escribas no creían en Jesús. ¿Cómo es posible que una persona que no crea en Jesús correctamente no tenga pecados? Estaban a punto de lapidarla, pero Jesús llegó al corazón del asunto. Les dijo claramente: “El que no tenga pecados entre vosotros, que tire la primera piedra. Ustedes también tienen pecados y son pecadores. Así que, ¿cómo puede un pecador condenar a otro pecador a muerte?”. Cuando el Señor les dijo claramente que el que no tuviese pecados que tirase la primera piedra, reconocieron sus pecados, dejaron las piedras y se fueron y algunos dijeron que tenían que irse y cortaron leña para hacer un fuego, mientras otros dijeron que tenían que ir a dar de comer a las vacas, y así todos los que la acusaban se fueron, desde el más anciano al más viejo, como si no hubiese pasado nada. 
Jesús se agachó una vez más y escribió en el suelo, y después de levantó de nuevo y le dijo a la mujer: “Yo tampoco te condeno”. Lo que le estaba diciendo es que Él tampoco podía decir que ella tuviese pecados. ¿Por qué? Estaba diciendo: “Tomé todos tus pecados mediante mi bautismo por pecadores como tú porque sabía que cometerías pecados en este mundo. Tengo pecados en mi cuerpo, no porque haya cometido pecados, sino porque cargué con ellos y recibiré el juicio horrible para salvar a los pecadores como tú. Debo recibir este juicio de Dios Padre”. Por eso nuestro Señor estaba diciendo: “Mujer, yo tampoco te condeno”.
Los seres humanos no pueden evitar cometer estos 12 tipos de pecados que aparecen en la Biblia hasta el día en que mueren. ¿Es esto cierto? Es absolutamente cierto. ¿Están seguros de que no cometerán pecados de ahora en adelante? No, no lo están. No pueden evitar pecar porque son insuficientes. No pueden evitar cometer pecados hasta que dejan de respirar. Por eso nuestro Señor cumplió toda justicia. Jesús tomó todos nuestros pecados sin falta al recibir Su bautismo y dejarnos sin pecados. 
Jesús fue bautizado y así tomó todos los pecados de la humanidad. Y cuando salió del agua, Dios Padre dijo: “Mi Hijo ha eliminado todos vuestros pecados. Es Mi Hijo, en quien tengo Mi complacencia. Mi Hijo, en quien tengo Mi complacencia nunca ha cometido pecados, y aunque es vuestro Creador y Dios y el Señor se ha convertido en vuestro Salvador”. Por tanto, nuestro Dios Padre levantó a Jesús en el lugar más alto de este mundo. Dios elevó a Su Hijo al lugar más alto. Dios le hizo recibir la mayor gloria. El hijo de Dios obedeció la voluntad de Dios al eliminar los pecados de todo el mundo y recibió Su bautismo según Su voluntad. Por eso Dios Padre dijo: “Este es Mi Hijo amado, en quien tengo Mi complacencia”. Jesús cargó con todos nuestros pecados sobre Sí mismo al ser bautizado y a través de esta obra nos ha salvado de todos nuestros pecados. 
Así que, cuando Jesús fue bautizado, los cielos se abrieron y Dios Padre dio testimonio de esto personalmente diciendo: “Este es mi hijo Amado, en quien tengo mi complacencia”. Queridos hermanos, ¿entienden lo que esto nos está diciendo? Cuando Jesús recibió Su bautismo, le dijo a Juan el Bautista: “Permíteme hacer ahora, pues conviene así que cumplamos toda justicia”. Entonces Juan el Bautista le permitió. ¿Creen que Jesús tomó todos los pecados de la humanidad incluyendo todos sus pecados sobre Sí mismo al ser bautizado por Juan el Bautista? ¿Creen que Jesús tomó todos los pecados de la humanidad incluyendo todos sus pecados sobre Sí mismo al ser bautizado por Juan el Bautista? ¿Creen que los pecados que estaban presentes en ustedes desde que fueron concebidos en el vientre materno y los pecados que cometieron desde el nacimiento hasta los 10 daños, 20 años y 30 años, todos los pecados cometidos hasta ahora, fueron pasados a Jesús? Aunque no saben qué pasará en el futuro, ¿creen que Jesús tomó sobre Sí mismo los pecados que cometerán en el futuro, los pecados de pasado mañana, los pecados que cometerán hasta el momento de su muerte, los pecados de sus descendientes y todos los pecados de la gente de este mundo?
 
 

“He aquí el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo”

 
Leamos la Palabra del Evangelio de Juan 1, versículo 29. Está escrito: «El siguiente día vio Juan a Jesús que venía a él, y dijo: He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo». Un día después de que Jesús fuese bautizado por Juan el Bautista, muchas personas se reunieron alrededor de Juan. Y Jesús caminó por delante de Juan el Bautista al día siguiente de Su bautismo. Entonces Juan el Bautista le reconoció y gritó: «He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo». Juan el Bautista pasó todos los pecados de este mundo a Jesús el día antes en el río Jordán. Y el día siguiente del bautismo de Jesús, cuando Jesús pasó por delante de Juan, dio testimonio a la gente diciendo: “He aquí el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo. Ha cargado con todos los pecados del mundo. Es el Hijo de Dios, nuestro Salvador, la propiciación de toda la humanidad. Es el Salvador que ha redimido nuestros pecados”. 
Queridos hermanos, debemos entender lo que significa el pecado del mundo. Debemos entender lo que significa literalmente el pecado del mundo como está escrito en la Palabra de Dios. Los pecados del mundo son los pecados que cometemos desde el momento en que fuimos concebidos en el vientre de nuestras madres hasta que morimos; los pecados que cometemos mientras respiramos en este mundo hasta que morimos. Aunque muchas personas no han estudiado teología basada en las Escrituras, dicen que los pecados que tenían en el vientre materno constituyen el pecado original y los errores que cometieron mientras eran niños pecados después de nacer del vientre materno mientras lloraban, ensuciaban, y las trasgresiones cometidas después de madurar son sus pecados personales. Intentan dividirlos así, pero debemos saber que las Escrituras no hacen esta distinción. Como Dios es grande, dice que todos los pecados que han cometido desde el momento en que fueron concebidos hasta que mueren son los pecados del mundo, y deben recordarlo. 
Los pecados del mundo que Jesús llevó encima son muy diferentes de nuestra perspectiva del pecado. Nuestra perspectiva es muy estrecha. Entonces, ¿qué dice nuestro Dios? Dice que el pecado del mundo, como está escrito. “He aquí el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo”. Si esto es así, ¿eliminó Jesús los pecados del mundo o no? Sí que los eliminó. Eliminó los pecados del mundo, ¿no es así? Es absolutamente necesario que definamos el concepto de esta Palabra correctamente. 
“He aquí el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo”. Antes de nacer de nuevo, interpreté este pasaje carnalmente de la siguiente manera: “He aquí el Cordero de Dios que quita el pecado original”. Interpreté esto y lo interpreté cambiando la Palabra de las Escrituras para que se adaptase a mis circunstancias. 
Por tanto, mis pecados no podían ser eliminados por mucho que lo intentase. Puede que ustedes piensen como yo, aunque hayan recibido la remisión de los pecados que han cometido hoy, serán pecadores mañana cuando cometan pecados de nuevo. Por eso deben recibir la remisión de los pecados una y otra vez. Es imposible eliminar los pecados de esta manera. Entonces, ¿qué son los pecados del mundo? ¿Son personas de este mundo o no? ¿Son extraterrestres? Aunque fuesen extraterrestres, también serían personas del mundo. Somos personas que viven en este mundo que fue creado por Dios desde el principio hasta el final. 
Incluso los Apóstoles recibieron la salvación de los pecados al creer en Jesús hace 2,000 años. Abraham y David recibieron la remisión de los pecados al creer que Jesús vendría a borrar todos los pecados. Isaías el Profeta escribió: «He aquí, amargura grande me sobrevino en la paz, mas a ti agradó librar mi vida del hoyo de corrupción; porque echaste tras tus espaldas todos mis pecados» (Isaías 38, 17). 
La gente del Antiguo Testamento recibió la remisión de los pecados por fe y la gente de la fe en el Nuevo Testamento también recibió la remisión de los pecados por la que Jesús tomó todos sus pecados sobre Sí mismo mediante el bautismo en el río Jordán y el juicio en la Cruz. Ahora, casi 1900 años han pasado desde este evento, ¿recibimos la remisión de los pecados al creer en Jesús? ¿O recibimos la remisión de los pecados mediante nuestros propios méritos? Recibimos la remisión de los pecados al creer en Jesús correctamente. Debemos recibir la remisión de los pecados al creer en Jesús y hemos recibido nuestra salvación de Jesús, que vino por el agua, la sangre y el Espíritu. 
Está escrito en el Evangelio de Juan 3, 5: «Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios». “El agua y el Espíritu” aquí significa que Jesús fue bautizado; que el Espíritu Sagrado se convirtiese en un ser humano y tomase todos nuestros pecados al recibir el bautismo; Jesús recibió el juicio en la Cruz, y Jesús es Dios y derramó el agua y la sangre en la Cruz. 
La prueba de que Jesús nos ha salvado completamente es la obra de Jesús que tomó todos nuestros pecados sobre Sí mismo cuando fue bautizado y Su muerte en la Cruz es nuestra muerte. Su muerte fue nuestra muerte y recibió el bautismo para salvarnos de nuestros pecados. Jesús vino a este mundo como el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo. Jesús vino a este mundo hace 2,000 años y tomó el pecado del mundo. Cargó con todos estos pecados y recibió el juicio completo en la Cruz. 
Pensemos detenidamente en el momento en que Jesús tomó los pecados del mundo. Si los pecados que cometieron pertenecen al pecado del mundo, ¿tomó Jesús todos los pecados del mundo, lo que incluye todos sus pecados, o no? Tomó todos los pecados del mundo. ¿Tomó Jesús todos los pecados de sus nietos? Sí, tomó esos pecados. ¿Tienen pecados o no? Ya no tienen pecados. 
 
 

Dios cumplió toda justicia

 
Está escrito: “Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro” (Romanos 6, 23). El precio del pecado es la muerte, pero a pesar de esto Jesús tomó todos los pecados sobre Sí mismo. Por tanto, lo único que le quedaba hacer era morir en la Cruz. Recibió el juicio en nuestro lugar según la ley de Dios que declara que el precio del pecado es la muerte. ¿Murió Jesús en la Cruz o no? Sí, murió en la Cruz. 
Dijo colgado en la Cruz, “Está acabado” justo antes morir. Jesús lo terminó todo. Jesús dijo: “Porque conviene así cumplir toda justicia” cuando fue bautizado, y lo confirmó diciendo “Está acabado” en la Cruz. ¿Faltaba algo en Su salvación completa? Por supuesto que no. ¿Y tendríamos pecados si cometiésemos pecados en el futuro? No. ¿Deben cometer pecados como quieran solo porque no tienen pecados? No. Los seres humanos cometen pecados aunque intenten no cometerles. Juan el Bautista dijo: “He aquí el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo”. ¿Quién era este Cordero de Dios? ¿No era Jesús? Sí, era Jesús, y era el Señor que quita el pecado del mundo. 
Si esto es cierto, ¿creen en Jesús? ¿Creen que Jesús tomó todos los pecados del mundo y los eliminó? ¿Creen que todos los pecados fueron pasados a Jesús cuando recibió el bautismo en el río Jordán? Deben creer claramente en estas dos cosas importantes: el agua y la sangre. La Primera Epístola de Juan dice claramente que el agua, la sangre y el Espíritu son uno. Dios nos ha salvado por el agua, la sangre y el Espíritu. Jesús es el Dios del Espíritu originalmente. El Espíritu de Dios, y el Espíritu se vistió de carne humana y vino a este mundo y fue bautizado. Tomó todos nuestros pecados sobre Sí mismo. Y derramó el agua y la sangre en la Cruz. Recibió el juicio completo. A través de esto nos salvó completamente. 
Si hasta ahora hemos creído sin un conocimiento completo de la salvación de Jesús, y si no estamos seguros de haber recibido la remisión de los pecados, entonces hemos aprendido incorrectamente y nuestra fe en Jesús es incorrecta. En el Evangelio de Mateo 3, 15, Jesús dijo justo después de ser bautizado: “Pues conviene así que cumplamos toda justicia”. Jesús tomó todos nuestros pecados y los llevó a la Cruz. Esta es la Verdad Bíblica. Todos nuestros pecados fueron pasados a Jesús. ¿Dice el pasaje de las Escrituras de hoy que todos nuestros pecados fueron pasados a Jesús o no? Dice que todos nuestros pecados fueron pasados a Él. El significado del texto original es este. 
La palabra “bautismo” significa “enterrar, sumergir, lavar”. Si las Escrituras dicen que Jesús fue enterrado cuando fue bautizado, si dicen que Jesús murió por todos nuestros pecados, si dice que Jesús fue bautizado para limpiarnos de los pecados, y si dice que Jesús fue bautizado por esto, debemos mirar el contexto del pasaje de las Escrituras y entender la razón por la que Jesús fue bautizado. La palabra “así” significa que Jesús hizo a todo el mundo estar sin pecado al cargar con los pecados de la humanidad sobre Sí mismo mediante el bautismo recibido de Juan el Bautista, el representante de toda la humanidad, que era el mayor de entre los nacidos de mujer. El bautismo de Jesús es la prueba de que tomó todos los pecados del mundo. 
 
 

¿Fue bautizado Jesús porque estaba aburrido?

 
¿Creen que Jesús fue bautizado solo porque no tenía otra casa que hacer durante el inicio de Su ministerio o porque quería demostrar que era humilde? No había nada importante en las obras que Jesús hizo en este mundo. Todas eran importantes. Jesús fue bautizado y murió en la Cruz para salvarnos y librarnos de todos nuestros pecados. ¿En qué pasaje de las Escrituras dice Dios que Jesús recibió el bautismo porque era humilde o para servir de ejemplo?
Si alguien pregunta la razón por la que Jesús fue bautizado mediante la imposición de manos, mi respuesta será: para cargar con todos los pecados del mundo sobre Su cuerpo. Así en Mateo 3, 15 nos dice la razón. Nos está explicando la razón. Nos dice que Jesús fue bautizado por Juan el Bautista y Juan el Bautista bautizó a Jesús para cumplir toda justicia; Jesús tenía que ser bautizado para cumplir toda justicia; y era justo que Jesús borrase todos los pecados mediante el bautismo. ¿Es cierto esto? Es la Verdad Bíblica obvia. Si esto es lo que significa la Palabra del Espíritu, deben creer en ella. 
¿Cuál fue el primer paso de la vida pública de Jesús? El bautismo. Jesús fue bautizado por Juan el Bautista. ¿Por qué fue bautizado? Jesús fue bautizado para tomar todos los pecados sobre Sí mismo, para cargar con ellos y dejarnos sin pecados. ¿Por qué murió Jesús en la Cruz? Murió en la Cruz para ser juzgado en nuestro lugar y así redimir nuestros pecados. Queridos hermanos, ¿es esto cierto? Es obviamente cierto. Pero por desgracia la mayoría de cristianos de hoy en día lo disputan y cuestionan esta verdad diciendo: ¿Dónde dice la Palabra que los pecados fueron pasados a Jesús cuando fue bautizado?
Era conveniente que Jesús recibiese el bautismo para eliminar nuestros pecados. ¿Creen así? ¿Tienen pecados o no? No tienen pecados de ninguna manera. No hay manera de tener pecados si creen en Jesús correctamente. Sin embargo, la mayoría de los cristianos hoy en día siguen creyendo firmemente que solo reciben la remisión de los pecados pasados e intentan recibir la remisión de los pecados presentes y futuros ofreciendo oraciones de penitencia todos los días al intentar vivir con justicia. En resumen, intentan por todos medios alcanzar la santificación al vivir una vida virtuosa. Y además se hace más difícil ser santificados cuanto más mayor se es. La gente se vuelve más impaciente y su temperamento empeora con el tiempo. 
Entonces, ¿qué es la santificación? ¿Dicen las Escrituras que vamos al Reino de los Cielos y que nuestros pecados desaparecen mientras intentamos ser santificados? Está escrito: «Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe, como está escrito: Mas el justo por la fe vivirá» (Romanos 1, 17). Nos hemos convertido en los justos por fe y también vivimos en este mundo por fe. La justicia de Dios se manifiesta en el Evangelio y Jesús es el Señor del Evangelio. Creer en la justicia es creer que Dios eliminó nuestros pecados completamente y que Jesús nos dejó sin pecados al ser bautizado y ser juzgado en la Cruz. ¿Creen en esto? Si creen deben convertirse en los justos por fe. 
El Apóstol Pablo dijo: «Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu. Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte» (Romanos 8, 1-2). Y en el Libro de Isaías está escrito: «Venid luego, dice Jehová, y estemos a cuenta: 
si vuestros pecados fueren como la grana, 
como la nieve serán emblanquecidos; 
si fueren rojos como el carmesí, 
vendrán a ser como blanca lana» (Isaías 1, 18). 
Intentar recibir la remisión de los pecados todos los días es una mera religión. Estamos sin pecados cuando creemos que Jesús fue bautizado para cargar con todos nuestros pecados. ¿Es esto cierto o no? Si Jesús no hubiese sido bautizado, no podríamos estar sin pecados. ¿Puede la deuda ser pagada con tan solo declarar que se ha pagado sin que nadie la pague? ¿Es Jesús el Señor y Salvador solo con palabras? Jesús no nos salvó solo con palabras. Jesús, Dios, se vistió de carne humana y vino a este mundo. Se humilló. Vino a este mundo como un hombre y fue bautizado para salvar a la humanidad de sus pecados. No dijo esto solo con los labios. El Señor fue bautizado para tomar todos nuestros pecados sobre Sí mismo y murió en la Cruz para librarnos de la muerte. Jesús fue crucificado hasta morir en esa Cruz por los pecados del mundo. Por tanto, el Señor no se convirtió en nuestro Salvador con solo palabras, sino que se convirtió en nuestro Salvador y Señor. Jesús es nuestro Salvador y Señor. 
 
 

La historia del poste eléctrico

 
Voy a contarles una historia graciosa. Había dos hermanos muy tontos hace mucho tiempo. El hermano mayor trabajaba lejos en una ciudad grande para ganar dinero. Cuando se acercaba el Día de Acción de Gracias volvió a casa a ver a su hermano pequeño. Hacía mucho tiempo que los hermanos no subían a una colina detrás de su casa, así que decidieron hacerlos en esta festividad. No había muchos postes eléctrico allí antes de que el hermano mayor se fuese, pero desde entonces había puesto muchos. 
Había señales en cada poste eléctrico que decían: “Cuidado con los incendios forestales. Tengan cuidado con el fuego día y noche”. Pero ambos hermanos eran analfabetos. Simplemente reconocieron las palabras como escritura en negro y el fondo blanco. No sabían lo que ponía en las advertencias. 
Había muchos incendios en esa montaña y el jefe del condado estaba a punto de perder su trabajo si ocurría otro incendio. Como los incendios eran tan prevalentes en la estación de otoño seca, había señales de precaución por todas partes. Ahora que el hermano había vuelto de la gran ciudad, llevaba un bonito traje con corbata y zapatos relucientes y el hermano pequeño lo admiraba. El hermano pequeño pensaba que su hermano mayor sabría lo que ponía en las señales porque venía de la gran ciudad. Así que, mientras subían, el hermano pequeño le preguntó al mayor: “Hermano, ¿qué pone en esos carteles? ¿Qué pone en ese cartel en el poste eléctrico?”. Ponía “Cuidado con los incendios”. 
Pero el hermano mayor era analfabeto y no lo sabía. No había ni pisado el umbral de una escuela elemental. 
Pero como el hermano mayor había ido a la gran ciudad durante años, parecía grande a los ojos del hermano pequeño aunque para otras personas no lo hubiese parecido. A los ojos del hermano menor, el mayor parecía una persona importante que lo sabía todo, a la que no le faltaba nada y con puños poderosos. El hermano mayor era orgulloso. Así que cuando el pequeño le preguntó lo que ponía en el letrero, el mayor lo miró con arrogancia, pero no lo entendió. Pensó: “¿Cómo podemos saberlo si nuestra madre y padre no nos enviaron a la escuela?”. El hermano mayor miró el cartel y contó las palabras. El cartel decía: “Peligro de Incendio” y tenía tres palabras. Normalmente las personas analfabetas son muy ingeniosas y este hermano mayor lo era. Entonces el hermano mayor el dijo al pequeño: “Hermano, repite conmigo. Dice: “El poste eléctrico”. El hermano menor pensó: “Vaya. Mi hermano es tan inteligente. Estoy avergonzado porque no he aprendido a leer ni a escribir, pero debo aprender esto: “El poste eléctrico” ahora que mi hermano me lo ha dicho”. Contó las palabras y coincidían con el cartel. 
Entonces, cuando se iban apareció otra señal. Esta vez decía: “Precaución con los incendios”. Así que el hermano pequeño le preguntó de nuevo al hermano mayor lo que significaba esta señal con cuatro palabras. Le preguntó: “Hermano mayor, ¿qué pone?”. El hermano mayor pensó: “¿O eso? Pone “El poste eléctrico también””. Contó las palabras perfectamente y coincidían. Le dijo a su hermano pequeño con arrogancia: “Hermano pequeño, repite conmigo: “El poste eléctrico también” ¿Lo entiendes? ¿Viste el poste antes? Pues aquí está otra vez. Por lo tanto dice “El poste eléctrico también”. Es cierto, ¿no?”. El hermano pequeño sintió admiración y pensó: “Vaya. Mi hermano mayor es fantástico”. Y siguieron su camino diciendo: “El poste eléctrico también”, “El poste eléctrico también”, etc. hasta que apareció el siguiente poste. 
Siguieron su camino y se encontraron con otro poste eléctrico y otro cartel. ¿Qué decía este cartel? Tenía cinco palabras y decía “Peligro de fuego, fuego, fuego”. ¿Qué podía hacer ahora ya que tenía que ser parecido a “El poste eléctrico”? Así que el hermano mayor pensó y dijo: “El poste eléctrico otra vez”, ya que el poste seguía apareciendo. Le dijo al hermano pequeño: “Hermano, ahí pone “El poste eléctrico otra vez””. El hermano pequeño contó las palabras con sus dedos y pensó: “El poste eléctrico otra vez. Cierto. Mi hermano es fantástico”. 
Así que siguieron y apareció otro poste. ¿Qué ponía en el poste esta vez? Decía: “Peligro de fuego día y noche” y el hermano mayor le dijo al pequeño que ponía: “El poste eléctrico una vez más”. 
Por supuesto esta es una historia ficticia. Pero esto nos recuerda a las enseñanzas de los maestros falsos que dicen que uno puede recibir la remisión de los pecados ofreciendo oraciones de penitencia. Los pastores que son ciegos espiritualmente enseñan a su congregación dogmáticamente sin conocer la Verdad. A los ojos de estos creyentes estos pastores espiritualmente ciegos parecen grandes hombres de fe que lo saben todo. Los creyentes les preguntan a los pastores: “Pastor, ¿qué debo hacer si tengo pecado? Ofrezco oraciones de penitencia todos los días porque tengo pecados e intento no cometer pecados, pero sigo teniéndolos. ¿Qué debo hacer?”. Entonces estos pastores falsos dicen: “Arrepentíos” y cuando eso no es suficiente, les dicen que oren y ayunen durante muchos días y si esto no es suficiente dicen que busquen a Dios diligentemente con oraciones y ayuno durante cuarenta días. Siguen cambiando el título de estas oraciones y siempre les piden a sus congregaciones que ofrezcan oraciones de penitencia. 
Dicen: “No habéis ofrecido oraciones de penitencia suficientemente. No habéis orado no ayunado como vuestro sacrificio diario de adoración. No habéis orado toda la noche”. Así que oran durante toda la noche, ofrecen oraciones de penitencia todo el viernes, van al servicio de adoración pronto por la mañana el domingo y ofrecen oraciones de penitencia durante treinta minutos antes del servicio de adoración, ofrecen oraciones de penitencia después del servicio de adoración, ofrecen oraciones de penitencia durante el servicio de la tarde, ofrecen oraciones de penitencia al amanecer y no dejan de ofrecer oraciones de penitencia. 
La doctrina de santificación nació de estas enseñanzas. La doctrina de la santificación dice que una persona cambia gradualmente y no está sin pecados solo por creer en Jesús inmediatamente. Pero las Escrituras nos dicen claramente que Jesús ha eliminado nuestros pecados para siempre. Jesús lo hizo todo de una vez. Pero dicen que Jesús fue bautizado porque era un Hombre humilde. Esto se debe a que no saben la razón por la que Jesús fue bautizado. Pero díganme, ¿qué humildad? ¿Vino Jesús a este mundo par mostrar Su humildad? No. Después de graduarse de los seminarios teológicos, los pastores y ministros enseñan a sus congregaciones a ofrecer oraciones de penitencia sin razón alguna aunque no hayan recibido la remisión de los pecados. 
Estos falsos pastores se han convertido en pastores de su fe. Es una cuestión de vida y muerte. Lo digo de nuevo: es una cuestión de vida o muerte. A las personas que son analfabetas espiritualmente, estos falsos pastores siempre les enseñan lo que está escrito en los carteles: “Un poste eléctrico”, pero estas personas deberían decir: “No, no es cierto. No pone esto. Pone “Peligro de incendio””. ¿Y cómo va a poner ahí “El poste eléctrico también”? Dice: “Peligro de fuego día y noche”. Así que estos líderes cristianos aplican la doctrina de las oraciones de penitencia a sus creyentes incondicionalmente durante miles de años. Y siguen oprimiéndoles con la Ley diciendo: “¿Acaso no cometieron pecados durante la semana pasada? Ofrezcan oraciones de penitencia antes de empezar el culto”. Les piden a sus creyentes deprimidos que ofrezcan oraciones de penitencia cada vez que se reúnen. 
¿Quién es Jesús? Jesús le lavó los pies a Pedro. ¿Por qué le lavó los pies a Pedro? Jesús le lavó los pies a Pedro para que no fuese engañado por el Diablo. Está escrito en 1 Pedro 3, 21: «El bautismo que corresponde a esto ahora nos salva (no quitando las inmundicias de la carne, sino como la aspiración de una buena conciencia hacia Dios) por la resurrección de Jesucristo». Dice que el agua es la sombra que ahora nos salva a través de la resurrección de Jesucristo. ¿Cuál es esta sombra? Esto significa que algo es identificado o profetizado con un símbolo anterior, como una figura en el Nuevo Testamento, que tiene una contrapartida en el Antiguo Testamento. En resumen, es la sustancia real. 
Jesús ha tomado todos nuestros pecados sobre Su cuerpo al ser bautizado, así que morir en la Cruz era el verdadero juicio de nuestros pecados. El agua de Jesús es el tipo que ahora nos salva, es decir, Su bautismo; y ahora hemos recibido la remisión de nuestros pecados al creer que Jesús tomó todos nuestros pecados al recibir el bautismo. 
Por tanto, estos dos ministerios de Jesús han cumplido la redención de nuestros pecados: 1 Juan 5, 5-7 nos dice que fue completada por el agua y la sangre. Nos dice que no es solo por el agua o solo por la sangre, sino por el agua y la sangre y el Espíritu: Jesús, el verdadero Dios vino a este mundo encarnado y fue bautizado y recibió el juicio completo en la Cruz para que tuviésemos la autoridad para convertirnos en hijos Suyos los que creemos en esto. ¿Está esto escrito en las Escrituras o no? Está escrito en las Escrituras. 
Ahora debemos leer 1 Pedro 1, 22-25 juntos: «Habiendo purificado vuestras almas por la obediencia a la verdad, mediante el Espíritu, para el amor fraternal no fingido, amaos unos a otros entrañablemente, de corazón puro; siendo renacidos, no de simiente corruptible, sino de incorruptible, por la palabra de Dios que vive y permanece para siempre. Porque: 
Toda carne es como hierba, 
Y toda la gloria del hombre como flor de la hierba. 
La hierba se seca, y la flor se cae; 
Mas la palabra del Señor permanece para siempre.
Y esta es la palabra que por el evangelio os ha sido anunciada». 
Queridos hermanos, ¿es la Palabra del pasaje anterior el Evangelio o no? Se refiere al Evangelio. Este es el verdadero Evangelio que nos salva. ¿Dice la Palabra de Dios que nos salvó recibiendo el bautismo o no? Sí. Han alcanzado la salvación si creen en esta Palabra. ¿Creen? Han nacido de nuevo mediante semillas que se pudieron, y no por emociones, ni siquiera mediante su voluntad. Entonces, ¿cómo hemos nacido de nuevo? Hemos nacido de nuevo por la Palabra. Hemos nacido de nuevo, no de una semilla corrupta, sino incorruptible, a través de la Palabra de Dios que vive para siempre. Y esta Palabra está siempre con nosotros. Dice que la Palabra de Dios nos ha salvado completamente. 
Está escrito: «Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad» (Juan 1, 14). La Palabra de Dios dice que el Señor nos ha salvado por el agua, es decir, el bautismo de Jesús y Su sangre derramada en la Cruz. Recibimos la salvación al creer en la Palabra. ¿Creen en la Palabra?
Miremos el Libro de Tito 3, 5-7: «Nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo, el cual derramó en nosotros abundantemente por Jesucristo nuestro Salvador, para que justificados por su gracia, viniésemos a ser herederos conforme a la esperanza de la vida eterna».
Está escrito aquí en el capítulo 3, 5: «Nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la regeneración». Esta regeneración significa nacer de nuevo de verdad. El Señor nos hizo nacer de nuevo como santos nuevos y justos porque eliminó todos nuestros pecados mediante Su bautismo. Jesús eliminó nuestros pecados completamente con Su bautismo. Dios nos ha hecho personas nuevas porque está escrito: «Por su misericordia, por el lavamiento de la regeneración». Dios les ha hecho justo. Dios ha hecho a todo el mundo justo ante Él. Creen en la justicia de Dios es la salvación. Creer en la justicia de Dios en vez de la justicia propia es la verdadera salvación. 
Leamos la Palabra del Libro de Hebreos 10, 9-18: «Y diciendo luego: He aquí que vengo, oh Dios, para hacer tu voluntad; quita lo primero, para establecer esto último. En esa voluntad somos santificados mediante la ofrenda del cuerpo de Jesucristo hecha una vez para siempre. Y ciertamente todo sacerdote está día tras día ministrando y ofreciendo muchas veces los mismos sacrificios, que nunca pueden quitar los pecados; pero Cristo, habiendo ofrecido una vez para siempre un solo sacrificio por los pecados, se ha sentado a la diestra de Dios, de ahí en adelante esperando hasta que sus enemigos sean puestos por estrado de sus pies; porque con una sola ofrenda hizo perfectos para siempre a los santificados. Y nos atestigua lo mismo el Espíritu Santo; porque después de haber dicho: Este es el pacto que haré con ellos Después de aquellos días, dice el Señor: Pondré mis leyes en sus corazones, Y en sus mentes las escribiré añade: Y nunca más me acordaré de sus pecados y transgresiones. Pues donde hay remisión de éstos, no hay más ofrenda por el pecado».
El versículo 18 dice: «Pues donde hay remisión de éstos, no hay más ofrenda por el pecado» y esto significa que no hay necesidad de ofrecer sacrificios por nuestros pecados. Jesús, el Hijo de Dios, vino a este mundo para hacer la voluntad de Dios. Las Escrituras dicen: «Pues la voluntad de Dios es vuestra santificación; que os apartéis de fornicación» (1 Tesalonicenses 4, 3). Jesús fue bautizado en nuestro lugar y murió en la Cruz para dejarnos sin pecados. Está escrito: «Quita lo primero, para establecer esto último» (Hebreos 10, 9). La verdadera satisfacción no pudo cumplirse por la Ley, ofreciendo oraciones de penitencia, por los esfuerzos humanos, por las buenas obras o por la voluntad humana. No pudo cumplirse al decidirse a conseguirla arriesgando la vida. Pero Jesús cumplió personalmente esta verdadera santificación. 
Eliminó el primer sacrificio porque la santificación no podía conseguirse por la Ley, por las buenas obras y los esfuerzos humanos. ¿Qué hizo? Jesús nos santificó por Su salvación. Está escrito: «En esa voluntad somos santificados mediante la ofrenda del cuerpo de Jesucristo hecha una vez para siempre». El haber sido santificados significa que hemos recibido la remisión de los pecados. La hemos recibido. Esto significa: “Por esa voluntad Jesucristo eliminó nuestros pecados para siempre por fe a través de la ofrenda del cuerpo de Jesucristo”. Queridos hermanos, ¿la han recibido? ¿La recibirán? ¿O la han recibido? La han recibido si creen en esta Verdad del Evangelio. 
Queridos hermanos, ¿tenían pecados antes verdad? Pero esa no era la verdadera salvación. Dios llamó a los trabajadores a Su viña y les ha confiado varias tareas, y algunos llegaron a las 9 de la mañana y otros por la tarde, y otros llegaron a las 5 pm, cuando el trabajo ya casi había terminado. ¿Pero qué ocurrió con todos ellos? Que recibieron el mismo salario. Queridos hermanos, ya empezaran a creer en Jesús cuando tenían un año, cuando estaban en el seno materno, cuando tenían veinte años, cuando tenían sesenta años, el verdadero significado es que el Señor nos hizo creer en Jesús para hacernos recibir la verdadera salvación. Ya hayamos creído en Jesús durante decenas o cientos de años, esa no puede ser la justicia ante la presencia de Dios. Él nos ha salvado perfectamente para siempre. Hemos recibido la salvación al creer que nuestro Señor nos salvó completamente. Queridos hermanos quiero que crean en esto. 
¿Ofreció Cristo un eterno sacrificio por los pecados o no? Jesucristo tomó todos los pecados del mundo al ser bautizado y los llevó a la Cruz. Y murió en la Cruz después de decir: “Está acabado”. Así ha cumplido toda la justicia para siempre. Al tercer día después de haber muerto en la Cruz, Jesús fue resucitado y dio testimonio durante 40 años, y ahora está sentado a la derecha del trono de Dios Padre. Por tanto no obra más ya que ahora está sentado a la derecha del trono de Dios. Ya no obra para eliminar los pecados. No hace la obra de eliminar los pecados porque los eliminó todos de una vez. 
Debemos hacer el trabajo desde nuestro punto de vista humano. ¿Qué tipo de trabajo debemos hacer? Debemos hacer la obra de creer. Debemos recibir la salvación de Dios ahora al creer en la salvación que Jesús cumplió por nosotros. Es por fe. Queridos hermanos, ¿creen? Jesús no puede darles la remisión de los pecados todos los días. Intentar recibir la remisión de los pecados cada día es lo mismo que crucificar a Jesús todos los días. Si dicen que tienen pecados incluso después de haber creído en Jesús, le están insultando. Este es el pecado de blasfemar contra el Espíritu Santo. 
Está escrito: «Este es el pacto que haré con ellos después de aquellos días, dice el Señor: Pondré mis leyes en sus corazones, y en sus mentes las escribiré». Ahora, ¿han recibido la remisión de los pecados? ¿Creen en el Evangelio del agua y el Espíritu? ¿Entonces tienen o no tienen pecados? Quiero que piensen en esto bien. ¿Creen que tienen pecados o no? No tienen pecados, ¿están de acuerdo? ¿Tienen o no tienen pecados en su corazón? No tienen ni rastro de pecados en su corazón. ¿Cómo pueden tener pecados cuando todos han sido pasados a Jesús? ¿Cómo pueden tener pecados cuando han sido pasados? Esta es la realidad. 
Después del día en que recibí la remisión de los pecados, después de creer que mis pecados han sido pasados a Jesús mediante Su bautismo, que Jesús murió en la Cruz, que murió en mi lugar y que fue resucitado en mi lugar el Señor Dios me dijo: “Pondré mis leyes en sus corazones, y en sus mentes las escribiré”. Entonces, ¿qué es la ley de Dios? Es la ley del amor. Es la ley que dice: “Os he salvado”. Así que ahora confieso: “Señor, me has salvado a través del agua y la sangre”. ¿Creen en esto en sus corazones? Dice que Dios grabará esto en sus mentes. ¿Está esto grabado en sus corazones? Este es el Evangelio primitivo. Quiero que venzan este mundo y reciban la salvación al creer en este Evangelio. 
Dar testimonio del agua del bautismo que Jesús recibió y Su sangre en la Cruz y el Señor, que fue resucitado de la muerte como nuestro Señor es el Evangelio primitivo u original. La única fe que puede vencer este mundo es la fe que cree en este Evangelio primito u original.
 
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LA SABIDURÍA DEL EVANGELIO PRIMITIVO