(Génesis 21, 1-7)
«Visitó Jehová a Sara, como había dicho, e hizo Jehová con Sara como había hablado. Y Sara concibió y dio a Abraham un hijo en su vejez, en el tiempo que Dios le había dicho. Y llamó Abraham el nombre de su hijo que le nació, que le dio a luz Sara, Isaac. Y circuncidó Abraham a su hijo Isaac de ocho días, como Dios le había mandado. Y era Abraham de cien años cuando nació Isaac su hijo. Entonces dijo Sara: Dios me ha hecho reír, y cualquiera que lo oyere, se reirá conmigo. Y añadió: ¿Quién dijera a Abraham que Sara habría de dar de mamar a hijos? Pues le he dado un hijo en su vejez».
Las cosas que parecen imposibles
El pasaje de las Escrituras de hoy, Génesis 21, 1-3 dice: «Visitó Jehová a Sara, como había dicho, e hizo Jehová con Sara como había hablado. Y Sara concibió y dio a Abraham un hijo en su vejez, en el tiempo que Dios le había dicho. Y llamó Abraham el nombre de su hijo que le nació, que le dio a luz Sara, Isaac». Cuando Dios habló estas palabras a Abraham, Abraham tenía 100 años y su mujer Sara tenía 91. ¿Quién habría pensado que esta Sara a su edad tendría un hijo? Pero, en realidad, Dios les permitió a Sara y a Abraham tener un hijo a su edad avanzada.
En realidad, Abraham tuvo un hijo después de esperar mucho tiempo. Abraham se fue de Ur de los Caldeos y de la casa de su padre cuando tenía 75 años. Esto significa que se fue de su país cuando tenía más de setenta años. Y después, unos meses más tarde, Dios se le apareció a Abraham y dijo: “Soy el Señor Dios, tu escudo, tu gran recompensa. Te daré un heredero que saldrá de tu propio cuerpo”. Sin embargo, aunque Dios ya le había dicho que le daría un hijo, él contestó: “Ahora soy anciano y no puedo tener hijos, así que haré que Eliezer sea mi heredero”. Dios respondió: “No, te daré un heredero de tu propio cuerpo” y se lo prometió claramente una vez más.
¿Cumplió Dios esta promesa unos años después? No. La cumplió 25 años después. Veinticinco años después de que Dios prometiese que le daría un hijo, la Palabra de Dios se cumplió al final. Veinticinco años pasaron desde esta promesa y entonces Abraham tenía 100 años y su mujer 91. Eran muy viejos los dos. ¿Quién habría pensado que a su edad tendrían un hijo?
Pero Dios lo hizo posible. Cuando esto parecía imposible desde una perspectiva humana, Dios se le apareció a Abraham y Sara y les habló de nuevo y cumplió todas Sus Palabras. A través de este pasaje de las Escrituras podemos saber que Abraham y Sara creyeron en la Palabra de Dios y Él la cumplió; y podemos saber que Abraham era un verdadero hombre de fe.
Sin embargo, ¿cuál es la mayor verdad aquí? Es que nuestro Dios es el Dios que cumple toda Su Palabra. Dios se le apareció a Abraham y dijo: “Te daré un hijo de tu propio cuerpo. Te daré un hijo a través de tu mujer”. Y veinticinco años después, la Palabra de Dios se cumplió exactamente como la dijo. Es verdaderamente increíble que Abraham creyese en la Palabra que Dios le había dado completamente y esperase a que se cumpliese. Abraham es nuestro padre de la fe y el cabeza de nuestra fe y por eso tenía que tener fe en la Palabra de Dios. Pero aún así, tenemos que apreciarle mucho aunque fuese un ser humano como nosotros porque tenía una fe completa.
Todo lo que Dios promete se cumple
Dios le dio la promesa de Dios a Abraham y la Palabra se cumplió completamente. Debemos parar y pensar en esto por un momento. Jesucristo dijo a Sus discípulos y a nosotros también, después de salvar a toda la humanidad a través del agua, la sangre y el Espíritu (1 Juan 5, 8): “Vendré de la misma manera en que me visteis ser tomado al cielo”. Pensemos en si esta Palabra será cumplida como Jesucristo lo dijo. ¿Qué piensan? La respuesta correcta es, por supuesto: “Se cumplirá seguramente”. Como Jesucristo es el Hijo de Dios, cumple todas las promesas que hizo. Ahora, la pregunta es si podemos creer en Su Palabra y esperar pacientemente como Abraham.
Nuestro Señor cumple todo lo prometido. Como la promesa que Dios le dio a Abraham fue cumplida veinticinco años después, la Palabra que nuestro Señor nos ha dado a los creyentes será cumplida. Sé que esta promesa de nuestro Señor de que regresará al final del mundo se cumplirá.
Debemos pensar profundamente en esto. Dios cumplió todo lo que le había prometido a Abraham y ha prometido a todos los creyentes unas cuantas cosas a través de Su Palabra. Las promesas son: “Volveré de nuevo, prepararé el Cielo para vosotros, volveré y os resucitaré y me llevaré a todos los creyentes”. Entre estas muchas promesas, la Palabra del Señor dijo que debíamos creer que volveríamos a este mundo. Dios siempre cumple lo que promete. Debemos creer que Dios siempre cumple toda la Palabra que nos prometió a los que hemos nacido de nuevo.
Nuestro Señor nos dijo que volvería de nuevo, pero ¿creen que volverá? Hace algún tiempo, algunos pastores que no habían nacido de nuevo esperaban al Señor cuando veían una nube extraña en el cielo. En realidad, muchas personas han esperado el regreso de nuestro Señor. Sinceramente, estos pastores no están cualificados para esperar al Señor. Si Dios hubiese venido entonces, habría sido terrible para ellos. Esto se debe a que tenía pecados en sus corazones, así que se habrían encontrado con un Dios que llevaba una vara para juzgar.
El Señor nos dijo personalmente que volvería a este mundo, así que nuestro Señor volvería de nuevo. ¿Se cumplirá esta Palabra o no, o creemos en Su Palabra de promesa o no? Estas dos cosas significan lo mismo. Necesitamos probar nuestra fe preguntando: “¿Se cumplirán todas las promesas de Dios a Abraham en las vidas de los nacidos de nuevo o no? ¿Creo que se cumplirá o creo que no se cumplirá?”. Nuestro Señor nos dijo que volvería de nuevo y Su Palabra se cumplirá. Debemos creer en esto. Debemos ser los santos que tienen la misma fe que Abraham. Debemos ser los santos que no cambian y tienen la fe que espera pacientemente que se cumpla la Palabra del Señor.
Esto ocurrió durante el Nuevo Testamento también
Es totalmente imposible que una mujer estéril de noventa años tenga un hijo. Sin embargo, nuestro Dios se le apareció a esta mujer anciana y dijo: “El año que viene por estas fechas tendrás un hijo”.
Queridos hermanos, pensemos en esto honestamente de nuevo. Si hubiesen estado en la situación de Sara, ¿habrían creído que esta era la Palabra de Dios? ¿Cuál sería nuestra respuesta si tuviésemos noventa años y Dios nos dijese: “Soy el Señor Dios, vas a dar a luz a un hijo el año que viene”? Probablemente pensarán: “¿Cómo puede pasar algo así?”. Estoy diciendo que, como es la Palabra de Dios, debemos creer en ella tal y como es, pero es difícil.
Este incidente ocurrió en el Antiguo Testamento. En el Nuevo Testamento, ocurrió un incidente similar con Isabel, la mujer del Sacerdote Zacarías. En aquel entonces, Isabel, la mujer de Zacarías era una mujer anciana. Isabel era una mujer anciana que ya no tenía edad de concebir y Zacarías también era un hombre anciano. Físicamente hablando, ambos eran personas que estaban cerca de la muerte. Sin embargo, Dios se le apareció a este Zacarías y dijo: “He escuchado tus oraciones. Tu mujer concebirá un hijo”. Zacarías no podía creer en esta Palabra de Dios y por eso se quedó mudo. Y por eso, le hizo señas a su mujer y le dijo que un ángel se le había aparecido y le había dicho que daría luz a un hijo. Isabel creyó.
Después de que el ángel se le apareciera a Zacarías y diese el mensaje de Dios, Isabel se quedó embarazada y empezó a tener náuseas por la mañana. En el Antiguo Testamento, Dios le dio un hijo a una mujer anciana llamada Sara, que era la mujer de Abraham, y también le dio un hijo a Isabel en el Nuevo Testamento. Y, un día, seis meses después de que Isabel se quedase embarazada, lo siguiente le ocurrió a cierta mujer joven. El ángel de Dios se le apareció a una virgen llamada María y le dijo: “Has encontrado gracia a los ojos de Dios. Te quedarás embarazada y tendrás al Hijo de Dios”. Como respuesta, la Virgen María dijo: “¿Cómo puede ser esto si no conozco a hombre?”. El ángel de Dios dijo: “Con Dios nada es imposible. Isabel, tu parienta, ha concebido y va a tener un hijo a su avanzada edad”. Cuando María escuchó esto, confió en esta Palabra de Dios y en la manera en que se le dio porque había creído completamente en la Palabra de Dios durante toda su vida. Y el hijo que iba a ser Jesucristo empezó a crecer en su vientre.
Queridos hermanos, hay muchas promesas maravillosas como estas que Dios ha hecho. La promesa de Dios que Dios le dio a María y Zacarías es la promesa que Dios les dio a los seres humanos a través de Sus siervos unos 700 años antes de que Jesús viniese a este mundo. En otras palabras, unos 700 años después de que Dios diera Su promesa, la Palabra fue cumplida exactamente como se prometió cuando Su ángel se le apareció ante María e Isabel. La Palabra que Dios le dio a Abraham veinticinco años antes se cumplió exactamente como se había dado veinticinco años después a través de Sara.
Si es así, queridos hermanos, ¿se cumplirá o no la Palabra de Dios? Nuestro Señor nos dijo claramente que regresará y que renovará toda Su creación, que se nos llevará y que preparará un cielo y una tierra nuevos y el Reino de los Cielos para nosotros. Dios dijo que transformaría nuestros cuerpos para que podamos vivir juntos con Él para siempre. Esta Palabra que Dios nos ha dado no es diferente de la increíble Palabra que Dios le dio a Abraham. Dios le habló a Abraham y a su mujer Sara y cumplió Su Palabra para ellos. Este Dios también cumple toda la Palabra que nos da. Las profecías que parecen sueños para nosotros se harán realidad. Dios es el Dios de Su Palabra y cumple todas Sus promesas. Dios no cambia. No hay ningún rastro de cambio en Dios. Por tanto, las Palabras que Dios nos ha dado se cumplirán. Todo se cumplirá.
Ahora es el momento de tener fe y vivir con esperanza
A través del pasaje de las Escrituras debemos tener fe en el hecho de que Dios, quien cumplió la Palabra de promesa a Abraham, también nos ha dado promesas y cumplirá Su Palabra. Con esta fe debemos vivir con la esperanza del Cielo en nuestros corazones. En realidad, esperamos las cosas que no podríamos esperar si no fuese por nuestra fe. Confiamos completa y totalmente en la Palabra escrita de Dios y en que la cumplirá tal y como es.
Creemos que la Gran Tribulación vendrá a este mundo algún día y que el Señor regresará. Y creemos que Satanás pondrá el número 666 en todos los seres humanos como está escrito en el Libro del Apocalipsis. Creemos que Dios preparará el Cielo para nosotros, los nacidos de nuevo. La razón es que esta Palabra, que nos ha limpiado de todos nuestros pecados con la verdad del Evangelio del agua y el Espíritu, se cumplirá exactamente como fue prometida.
Cuando leemos el Libro de Josué, está escrito que nuestro Señor secó las aguas del río Jordán para dejar paso a la tierra de Canaán. Dios también ha dejado constancia en el Libro de 2 Reyes la historia del General Namaán que fue sanado de su lepra en el río Jordán. De esta manera, a través de muchos profetas, en sus momentos respectivos, el Señor hizo Su promesa de que nuestros pecados serían pasados a Jesucristo. Al final, hace unos 2000 años, el Señor vino a este mundo y cumplió todas esas Palabras completamente. Dios dijo: “Haré que Juan el Bautista bautice a Mi Hijo para pasar todos vuestros pecados a Mi Hijo para poder salvaros de todos vuestros pecados. Y os haré hijos míos sin pecados, los santos y justos”. Y, la Palabra de la promesa de Dios que nos dio se cumplió completamente. Creemos que toda la Palabra de Dios acerca de Su regreso, de ser tomados por Él, y de vivir en esta tierra durante 1000 años se cumplirá. También creemos que viviremos para siempre en la vida siguiente en el Cielo y que la gente que no ha nacido de nuevo correctamente será enviada al infierno. Como Abraham creyó en la Palabra de Dios y tuvo un hijo, nosotros, como Abraham, creemos en todas las Palabras de la promesa de Dios para nosotros, y por eso recibiremos todas las bendiciones desde Su Palabra.
Abraham tuvo un hijo al creer en la Palabra de Dios y llamó Isaac a este hijo. El nombre “Isaac” significa “se ríe.” ¿Por qué no examinamos este pasaje de las Escrituras acerca del origen de este nombre? Se le apreció un ángel a Abraham y le dio la Palabra de Dios, y cuando la mujer de Abraham, Sara, que estaba detrás de la puerta de la cocina, escuchó el mensaje del ángel de que tendría un hijo el próximo año, ella se rió. Y por tanto, el ángel de Dios le dijo a Sara: “¿Por qué te has reído?”. Como repuesta a esto Sara intentó mentir diciendo: “No me he reído”. El ángel dijo entonces: “Sí te has reído”. El año que viene tendrás un hijo y le llamarás Isaac. Llámale así porque te reíste”. Y por tanto, Isaac significa “risa” y representa o simboliza la obediencia. Isaac no fue felicitado por su obediencia porque tuviese gran fe, sino a que era el hijo que obedeció y aceptó la Palabra de Dios en la que su padre Abraham creyó.
Creemos que la Palabra de Dios será cumplida
Como podemos ver, toda la Palabra que Dios le dio a Abraham fue cumplida, y creemos que hará lo mismo por nosotros. Podemos experimentar el cumplimiento de la Palabra de Dios por la fe que cree en todas las Palabras de Dios. En realidad, cuando veo cómo Dios cumplió Su promesa para Abraham, creo que la Palabra que nos ha dado Dios se cumplirá también. Aunque no tarde veinte años como pasó con Abraham, la Palabra de Dios se cumplirá en el futuro cercano.
Cuando leemos el Libro de Daniel, nuestro Señor dijo que cumpliría todo en su momento cuando muchos van de aquí para allá y que el conocimiento aumentaría (Daniel 12, 4). Nuestro Señor dijo estas Palabras hace 2600 años. Dios nos ha dicho que todo ocurriría en los últimos días. Casi todo se ha cumplido hasta ahora. ¿Saben qué falta por cumplir de la Palabra de Dios? Lo que falta es la promesa de que nos bendeciría y enviaría al Cielo a los que han sido salvados al creer en la Palabra de la salvación con la que Jesús eliminó todos nuestros pecados por el Evangelio del agua y el Espíritu. Y Dios arrojará al fuego eterno del infierno a los que no han recibido la salvación porque no creen en Su Palabra. Solo quedan unas pocas cosas que Dios prometió cumplir al final de los tiempos.
Hoy, como hemos visto que Dios cumplió Su Palabra para Abraham, hemos podido entender que toda la Palabra de Dios contenida en la Biblia se cumplirá en el futuro. Los que creemos y esperamos que Dios cumpla Sus promesas no somos Abraham o Sara, pero seguimos sus pasos. Creemos que toda la Palabra que Dios nos ha dado se cumplirá en el creyente y el no creyente. A través de la obra que cumplió para Abraham y Sara, Dios nos está enseñando la verdad de que “todo lo que ha dicho se cumplirá” a los que hemos nacidos de nuevo de verdad. Le damos gracias a Dios porque nos ha permitido entender estas verdades profundas.
Como somos débiles e insuficientes, no somos pacientes con el cumplimiento de la Palabra de Dios. Nos cansamos y es difícil para nosotros. Sin embargo, debemos esperar, ser pacientes y tener fe en Dios. El Señor nos dijo claramente que vendrá de nuevo y renovará Su creación en este mundo para reinar personalmente sobre ella durante mil años. Por eso, los que creemos que la Palabra de Dios se cumplirá debemos estar preparados. Queridos hermanos, esperemos. En el futuro, nuestro Señor cumplirá Su Palabra completamente y tenemos esta esperanza en Su Palabra durante nuestras vidas.
Le damos gracias al Señor que nos ha dado esperanza
Creemos en Dios. Le damos gloria a Dios. En realidad, Dios no miente y, si dice algo una vez, cumple toda Su Palabra. Creemos esto. Y por encima de todo, estamos agradecidos. Mientras vivimos en este mundo sin esperanza, vacío e inseguro, ponemos nuestra esperanza en el hecho de que nuestro Dios que nos salvó está vivo y que nos ha dado esta promesa. Debemos saber que nuestra esperanza se cumplirá completamente. Por tanto, debemos esperar con fe en nuestras vidas. Si hay gente entre nosotros que no han nacido de nuevo, les pido que escuchen detenidamente la Palabra de Dios y que sean salvados al escuchar esta Verdad de cómo el Señor ha eliminado todos nuestros pecados a través del agua y el Espíritu. Les pido que se unan a nosotros como santos sin pecados y esperar a que regrese el Señor. Oro para que vivan con fe con la esperanza de que toda la Palabra de Dios sea cumplida.
Tenemos esperanza. Vivimos nuestras vidas en este mundo agotador y sofocante, pero todavía tenemos esperanza. Queridos hermanos, no desfallezcan en este mundo sin esperanzas. En poco tiempo, el Señor vendrá de nuevo. Y por eso deben tener esperanza. El Dios de Abraham es nuestro Dios. Está escrito: «Yo soy el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob. Dios no es Dios de muertos, sino de vivos» (Mateo 22, 32). Este Dios de Abraham también le prometió a Abraham: “Si hay alguien de tu familia que recibe la circuncisión, seré su Dios. Soy el Dios de los que están circuncidados”. De esta manera, Dios prometió que sería el Dios de los descendientes de Abraham que recibirían esta circuncisión. ¿Qué significa esta promesa? Es la promesa de que Dios será el Dios de los justos, la gente que ha erradicado sus pecados al creer en el hecho de que todos sus pecados fueron pasados a Jesús a través de Su bautismo, los que no tienen pecados por fe, los que se han convertido en hijos de Dios y los santos que han recibido la remisión de los pecados. Y Dios es nuestro Dios también.
Queridos hermanos, debemos esperar pacientemente que Dios cumpla Su promesa. No abandonen con el pretexto de que se cansan de esperar a que se cumpla y esperen con persistencia. ¿Por qué tarda en regresar el Señor? Algunas personas han dicho que, como el Señor no regresa, prefieren ir al Señor. Pero esto no tiene ningún sentido. Si es difícil esperar a que regrese Jesús, debemos hacer la obra del Señor diligentemente. Si es difícil esperar, entonces trabajen para Dios y no dejen de trabajar por Él. Nunca se cansarán entonces.
Para ser sincero, hace mucho tiempo pasé por un momento difícil en mi vida, intentando sobrevivir en este mundo duro, y cuando intenté vivir espiritualmente, no salió demasiado bien y por eso esperar al Señor se hizo muy difícil. Los momentos de esperar eran muy difíciles y vacíos. Pero a medida en que mi corazón se sumergió en la Biblia, pensé que no sería difícil vivir de esta manera. Así que empecé a imaginar que era el protagonista de todas las historias de la Biblia. Cantaba alabanzas cuando alguien cantaba en la Biblia. Pensé que si me sumergía en la Palabra de esta manera, podría vivir una vida de fe sin cansarme.
Queridos hermanos, Dios es nuestro Dios. Así que debemos esperar mientras vivimos con nuestras vidas de fe. No debemos cansarnos y tener esperanzas en nuestras vidas. Está escrito que la tribulación produce perseverancia, la perseverancia produce carácter y el carácter produce esperanza. Debemos esperar al Señor con esperanza. ¿Qué trae la tribulación? Trae perseverancia. La perseverancia produce carácter. La fe en nuestros corazones crece con carácter. Y dice que la perseverancia produce esperanza. Vivir con esperanza es creer en Dios y esperarle, diciendo: “Aunque es cansado y difícil, Dios ha hablado así, y según la Palabra del Señor, sé que se cumplirá todo según nuestra fe”.
El nombre de nuestra Iglesia es la Iglesia de la Esperanza. En los últimos días es necesario tener esperanza y por eso la hemos llamado Iglesia de la Esperanza. La Palabra que Dios le dio a Abraham se cumplió veinte años después. Antes de que pasen veinte años para ustedes, el Señor volverá. No se preocupen. Debemos esperar la cantidad de tiempo que tardó la Palabra de Dios para Abraham en cumplirse. Entonces ustedes también tendrán un hijo. Se reirán con risa santa como hizo Sara después de dar a luz a Isaac. Incluso en el Cielo sus corazones saltarán de gozo con felicidad enorme. El pasaje de las Escrituras nos enseña esto.
De esta manera, Dios nos da esperanza. Y por eso cumple esa esperanza. Creemos en esto y le damos gracias a Dios de corazón. ¡Aleluya!