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Sermons

Tema 10: El Apocalipsis

[Capítulo 17-2] Concentremos Nuestra Atención en Su Voluntad (Apocalipsis 17:1-8)

Concentremos Nuestra Atención en Su Voluntad(Apocalipsis 17:1-8)
 
Apocalipsis 17:1-5 afirma: «Vino entonces uno de los siete ángeles que tenían las siete copas, y habló conmigo diciéndome: Ven acá, y te mostraré la sentencia contra la gran ramera, la que está sentada sobre muchas aguas; con la cual han fornicado los reyes de la tierra, y los moradores de la tierra se han embriagado con el vino de su fornicación. Y me llevó en el Espíritu al desierto; y vi a una mujer sentada sobre una bestia escarlata llena de nombres de blasfemia, que tenía siete cabezas y diez cuernos. Y la mujer estaba vestida de púrpura y escarlata, y adornada de oro de piedras preciosas y de perlas, y tenía en la mano un cáliz de oro lleno de abominaciones y de la inmundicia de su fornicación; y en su frente un nombre escrito, un misterio: 
BABILONIA LA GRANDE, LA MADRE DE LAS RAMERAS Y DE LAS ABOMINACIONES DE LA TIERRA».
La ramera en el pasaje anterior se refiere a lo religiosos de este mundo, y nos dice que han caído en lujos extravagantes con las cosas del mundo y la abundancia material dada por el Señor. Se adornaron a si mismos con toda clase de lujos, con collares de oro y aretes de diamantes y se pusieron toda clase de aceites fragantes. Este pasaje nos dice que en su mano estaba una copa de oro, y que estaba lleno de abominaciones y de la suciedad de su fornicación. Esto es lo que Dios le mostró a Juan.
Lo que este pasaje nos dice es que Satanás engaña las almas de la gente y busca hacer que se rindan a él emborrachándolos con las cosas del mundo. Todos los reyes del mundo, también, se han emborrachado con las cosas del mundo a través de Satanás. Como tal, todos en esta tierra se embriagan con el vino de la fornicación de este mundo.
Satanás logra sus metas cuando la gente se emborracha con la marea de este mundo, sus placeres y su ambición material. La verdad es que su meta es evitar que la gente se vuelva a Dios. Para hacer eso, Satanás emborracha sus almas con las cosas materiales del mundo. Debemos darnos cuenta de esta verdad.
No hay nadie en este mundo que se escape de caer en la trampa del materialismo. Todos caen en el materialismo. Las modas de este mundo son todas manipuladas y guiadas por Satanás. Todos piensan que él / ella tienen un estilo único. Pero detrás de esto descansa un manipulador, y este manipulador no es ningún otro que Satanás. Es por ello que no debemos vivir hundidos en el materialismo, sino que vivamos bebiendo Su Palabra y haciendo las obras de Dios.
La Palabra del Apocalipsis de Dios nos revela a través del Apóstol Juan esta verdad. Entonces, ¿qué está tratando de decirnos Dios con esta Palabra? Nuestro Señor nos está diciendo que no debemos saturarnos a nosotros mismos con este mundo, sino que estemos contra el. En otras palabras, Él nos está diciendo a nosotros, los santos, que pensemos y creamos en Dios con nuestros corazones.
1 de Juan 2:15 dice: «No améis al mundo ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él». Cuando nuestros corazones aman las cosas materiales del mundo, Dios no puede habitar en nuestros corazones. Pero cuando nuestros corazones se despojan de las cosas del mundo, entonces Dios habitará en nuestros corazones. No debemos vivir nuestras vidas saturados con las cosas materiales del mundo. Solo cuando consideramos la Palabra de nuestro Señor y solo vemos Sus propósitos podremos ser guiados por Él.
Podemos cambiar de forma de pensar en cualquier momento. Cuando las cosas del mundo tratan de entrar en nuestro corazón, debemos rechazarlas siempre. Entonces podremos sacar todas las cosas sucias de nuestro corazón, y nuestros corazones pronto se disolverán en el propio corazón del Señor. ¿Qué desea nuestro Señor de nosotros? ¿Y que nos dice que hagamos? Para asegurase de que tales pensamientos piadosos broten en nuestros corazones, debemos borrar las cosas mundanas de ellos.
Dios nos ha dado muchísimas bendiciones, y ahora nos damos cuenta que debemos predicar el evangelio del agua y el Espíritu a la gente de todo el mundo durante el resto de nuestros días. Por lo tanto, no bajemos la guardia, y vamos a concentrar nuestra atención en Su voluntad. Pensando en cosas espirituales, podemos sacar las cosas del mundo que se hayan en nuestro corazón.
Nosotros los santos debemos sacar las cosas del mundo. Hasta que el Señor venga de nuevo, debemos vivir nuestras vidas Cristianas con fe. Por lo que nos queda de vida, debemos hacer lo que el Señor nos ha confiado hasta que estemos frente a Él, y debemos amar al Señor, y vivir por fe, realizando cualquier obra que Él nos permita hacer.
 
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