(Juan 19:12-37)
«Desde entonces procuraba Pilato soltarle; pero los judíos daban voces, diciendo: Si a éste sueltas, no eres amigo de César; todo el que se hace rey, a César se opone. Entonces Pilato, oyendo esto, llevó fuera a Jesús, y se sentó en el tribunal en el lugar llamado el Enlosado, y en hebreo Gabata. Era la preparación de la pascua, y como la hora sexta. Entonces dijo a los judíos: ¡He aquí vuestro Rey! Pero ellos gritaron: ¡Fuera, fuera, crucifícale! Pilato les dijo: ¿A vuestro Rey he de crucificar? Respondieron los principales sacerdotes: No tenemos más rey que César. Así que entonces lo entregó a ellos para que fuese crucificado. Tomaron, pues, a Jesús, y le llevaron. Y él, cargando su cruz, salió al lugar llamado de la Calavera, y en hebreo, Gólgota; y allí le crucificaron, y con él a otros dos, uno a cada lado, y Jesús en medio. Escribió también Pilato un título, que puso sobre la cruz, el cual decía: JESÚS NAZARENO, REY DE LOS JUDÍOS. Y muchos de los judíos leyeron este título; porque el lugar donde Jesús fue crucificado estaba cerca de la ciudad, y el título estaba escrito en hebreo, en griego y en latín. Dijeron a Pilato los principales sacerdotes de los judíos: No escribas: Rey de los judíos; sino, que él dijo: Soy Rey de los judíos. Respondió Pilato: Lo que he escrito, he escrito. Cuando los soldados hubieron crucificado a Jesús, tomaron sus vestidos, e hicieron cuatro partes, una para cada soldado. Tomaron también su túnica, la cual era sin costura, de un solo tejido de arriba abajo. Entonces dijeron entre sí: No la partamos, sino echemos suertes sobre ella, a ver de quién será. Esto fue para que se cumpliese la Escritura, que dice: Repartieron entre sí mis vestidos, Y sobre mi ropa echaron suertes. Y así lo hicieron los soldados. Estaban junto a la cruz de Jesús su madre, y la hermana de su madre, María mujer de Cleofas, y María Magdalena. Cuando vio Jesús a su madre, y al discípulo a quien él amaba, que estaba presente, dijo a su madre: Mujer, he ahí tu hijo. Después dijo al discípulo: He ahí tu madre. Y desde aquella hora el discípulo la recibió en su casa. Después de esto, sabiendo Jesús que ya todo estaba consumado, dijo, para que la Escritura se cumpliese: Tengo sed. Y estaba allí una vasija llena de vinagre; entonces ellos empaparon en vinagre una esponja, y poniéndola en un hisopo, se la acercaron a la boca. Cuando Jesús hubo tomado el vinagre, dijo: Consumado es. Y habiendo inclinado la cabeza, entregó el espíritu. Entonces los judíos, por cuanto era la preparación de la pascua, a fin de que los cuerpos no quedasen en la cruz en el día de reposo (pues aquel día de reposo era de gran solemnidad), rogaron a Pilato que se les quebrasen las piernas, y fuesen quitados de allí. Vinieron, pues, los soldados, y quebraron las piernas al primero, y asimismo al otro que había sido crucificado con él. Mas cuando llegaron a Jesús, como le vieron ya muerto, no le quebraron las piernas. Pero uno de los soldados le abrió el costado con una lanza, y al instante salió sangre y agua. Y el que lo vio da testimonio, y su testimonio es verdadero; y él sabe que dice verdad, para que vosotros también creáis. Porque estas cosas sucedieron para que se cumpliese la Escritura: No será quebrado hueso suyo. Y también otra Escritura dice: Mirarán al que traspasaron».
En el pasaje de las Escrituras de hoy vemos como Jesús sufrió mucho para mostrarnos Su amor, y que de Su costado salió agua y sangre cuando fue perforado con una lanza.
Pilatos quiso liberar al Señor Jesús al principio, pero después de escuchar a la multitud enojada, se lo entregó para ser crucificado. «Desde entonces procuraba Pilato soltarle; pero los judíos daban voces, diciendo: Si a éste sueltas, no eres amigo de César; todo el que se hace rey, a César se opone. Entonces Pilato, oyendo esto, llevó fuera a Jesús, y se sentó en el tribunal en el lugar llamado el Enlosado, y en hebreo Gabata. Era la preparación de la pascua, y como la hora sexta. Entonces dijo a los judíos: ¡He aquí vuestro Rey! Pero ellos gritaron: ¡Fuera, fuera, crucifícale! Pilato les dijo: ¿A vuestro Rey he de crucificar? Respondieron los principales sacerdotes: No tenemos más rey que César. Así que entonces lo entregó a ellos para que fuese crucificado. Tomaron, pues, a Jesús, y le llevaron» (Juan 19:12-16).
Los judíos exigieron la crucifixión de Jesús
Pilato les preguntó a los judíos: «¿Queréis que crucifique a vuestro Rey?». Pero los judíos gritaron: «No tenemos más rey que César» y exigieron Su crucifixión. Pilato intentó liberar a Jesús pero los judíos exigieron que crucificase a Jesús. Para ellos Jesús no era ni dios ni su Rey.
¿Quién es Jesús? Es nuestro Rey. ¿Se convirtió Jesús en el Rey solo porque nosotros queríamos que lo fuese? No. Debemos saber que Jesús lo creó todo en este universo; que era y sigue siendo el Rey, el Dios y el Pastor que nos ha salvado de nuestros pecados. Por tanto, aunque los judíos no reconociesen a Jesús como su rey, no hay duda de que es nuestro Rey.
Jesús es el Rey y el Creador de toda la raza humana: al nacer de nuevo en este mundo Él nos mostró Su amor, y nos salvó de todos los pecados. Los judíos se levantaron contra Jesús por eso. Los judíos dijeron que no tenían más rey que César que era el emperador de Roma en ese momento. ¿Es esto verdad? ¿Quién es el Rey de Su nación: César o Jesús? La verdad es que Jesús era y es el Rey de Su pueblo, los judíos. Para los que no creyeron en la justicia de Dios, César era su rey colonial. Para ellos solo era cierto lo que podían ver con sus ojos. Sabiendo que Dios estaba vivo y que era Su Dios, ¿cómo pudieron levantarse contra Él de esta manera? Si lo hubiesen sabido, no lo habrían hecho. Jesús le dijo a Pilato que los que le habían entregado habían cometido un pecado más grave.
Jesús nació en Belén de Judea. Creció en la aldea de Nazaret, y a los treinta años fue bautizado por Juan el Bautista. Y cuando cumplió los 33, murió crucificado y resucitó al tercer día. ¿Cómo no iba a ser el Rey de los judíos? Jesús es el Rey espiritual de los judíos. Es el Rey de todos los descendientes de Abraham. Es el Dios de Abraham y el de todos sus descendientes. Los judíos rechazaron a Jesús, pero nosotros creemos que es nuestro Rey. No solo nosotros, sino también todos los que creen en Él, tenemos a Jesús como Rey de reyes, Señor de señores y el Salvador Dios.
Pensamos más acerca de Jesús ante Dios Padre. Jesús es nuestro Salvador, Maestro, Rey y Salvador. Como nos ama tanto, soportó insultos crueles. Por tanto, debemos creer de todo corazón que el Señor fue crucificado y sufrió insultos tan crueles.
Pilato escribió en una placa encima de la Cruz de Jesús: «JESÚS NAZARENO, REY DE LOS JUDÍOS». Los judíos que vieron esto se quejaron y preguntaron porque no ponía «Soy el Rey de los judíos» en vez de «el Rey de los judíos». Pero Pilato les contestó: «Lo que está escrito, está escrito. Así que no discutáis más. Desde mi punto de vista Él es vuestro Rey. Pero a pesar de esto me habéis entregado a vuestro Rey». Los judíos no temieron a Dios cuando se levantaron contra Jesús. Cuando le pidieron crucificar a Jesús, Pilato les dijo: «Inocente soy yo de la sangre de este justo; allá vosotros». Pero el pueblo le contestó: «Su sangre sea sobre nosotros, y sobre nuestros hijos» (Mateo 27:24-25).
Al hacer este juramento sus descendientes han estado malditos para siempre. Cuando miramos esta maldición que el pueblo de Israel recibió después de entregar a Jesús para que fuese crucificado. No solo perdieron su país durante mucho tiempo, sino que además fueron dispersados por todo el mundo e incluso sufrieron el holocausto. Por tanto, debemos tener cuidado con cualquier persona que no crea en Jesús como el Rey, ya que recibirá estas maldiciones. Esto nos demuestra el hecho de que a los que no creen que Jesús sea el Hijo de Dios y el Salvador les espera un castigo terrible.
Jesús no fue crucificado porque no pudiese defenderse
¿Murió Jesús al ser crucificado porque no podía defenderse? No. Para salvarnos de nuestros pecados, Jesús tomó todos nuestros pecados al ser bautizado por Juan el Bautista, y al recibir el juicio por dichos pecados muriendo en la Cruz. Debemos aceptarlo y creer.
Debemos saber que este castigo de la crucifixión es horrible. Cuando hablamos de la crucifixión de Jesús no debemos hablar como si no tuviese importancia, sino que debemos pensar en ella como si fuera una espina clavada en nuestro dedo pulgar. Sería muy doloroso. Imaginen que alguien les pone clavos en los pies y en las muñecas cortando las arterias vitales. El dolor insoportable y la sangre que saldría de la carne serían indescriptibles. Los doctores en medicina probaron una vez que este tipo de muerte es lo más doloroso que le puede pasar a una persona.
Cuando una persona estaba clavada en una cruz con clavos grandes que le desgarran las muñecas y los pies, su cuerpo pierde sensibilidad primero, y después la carne empieza a romperse y derrama mucha sangre. Cuando esto ocurre, la sangre que hay en el corazón empieza a circular y a salir del cuerpo, y la sangre que queda circulando en el cuerpo acaba saliendo. Se dice que los temblores y el dolor que se sufre no pueden expresarse con palabras. El dolor de la crucifixión es difícil de imaginar.
Por tanto no podemos expresarlo con palabras. Esto se debe a que no podemos expresar nuestras emociones de manera tan íntima, y solo podemos decir: «Jesús fue crucificado». ¿Pueden imaginarse ser clavados a la Cruz? ¡Qué horrible y doloroso sería! Pero cuando expresamos esto con palabras (en una sola frase), solo podemos decir: «Sufrió una muerte dolorosa al ser clavado en un instrumento de tortura». Pero el caso es que Jesús fue crucificado en vez de nosotros y por eso debemos guardar esto en nuestros corazones para recordar cuánto nos ama el Señor y cuánto sufrió por nosotros.
Cierto director famoso creó una película para reproducir el dolor horrible que Jesús sufrió. Esta película es muy famosa hoy en día. También se dice que muchas personas empezaron a creer en Jesús después de ver la película, y que los que se habían distanciado del Señor volvieron a Él. Creo que esta película capturó muy bien el dolor que Jesús debió sufrir.
Jesús sufrió el dolor terrible de la Cruz por nosotros
Cuando vemos esta película, vemos que Jesús sufrió mucho en la Cruz. Los clavos que fueron introducidos en las muñecas y los pies de Jesús eran enormes, como los utilizados en los postes de la electricidad. Y se dice que cuando este tipo de clavos se clavan en un cuerpo humano, se sufre mucho durante mucho tiempo y no se muere inmediatamente.
Cuando una persona recibe un disparo o es apuñalada con un cuchillo, las extremidades empiezan a sufrir convulsiones y después muere. Pero Jesús estuvo colgado en la Cruz durante seis horas antes de morir, desde las 9 de la mañana hasta las 3 de la tarde (Marcos 15:25-34). ¿Pueden imaginar pasar por este dolor? Seguramente sería increíble. Pero debemos saber que Jesús sufrió mucho dolor. Fue bautizado por Juan el Bautista sufrió tanto dolor en la Cruz porque nos amaba tanto y tuvo que morir por todos nuestros pecados.
Como el Señor nos amó tanto nació en este mundo con una apariencia humilde. Jesús nació con una apariencia tan poco atractiva porque quería salvarnos a nosotros, los que somos tan humildes e insignificantes. Jesús no vino a este mundo para salvar a los ricos, sino que vino a salvarnos a los pobres de espíritu. Por esta razón Jesús se convirtió en nuestro Salvador y es nuestro Pastor que nos apacienta, nos viste y nos nutre con Su amor infinito. Jesús es el Rey del amor. Debemos reconocer esto y creer que solo Jesucristo y solo Dios Padre nos aman así, y que Jesús sufrió tanto por nosotros.
El Señor dijo: «Yo os he enviado a segar lo que vosotros no labrasteis; otros labraron, y vosotros habéis entrado en sus labores» (Juan 4:38). Por tanto alabamos a Jesús diciendo: «Mi Pastor es el Rey del amor, y es mi Escudo en la tribulación». Como Jesús sufrió tanto dolor para salvarnos, ahora podemos recibir nuestra salvación por fe y recoger la cosecha espiritual por fe. Además, hemos recibido mucha gracia y bendiciones. ¿Pueden servir a otro dios al dejar al Señor de lado? No. Al venir a este mundo, Jesús nos demostró Su amor y sufrió mucho para salvarnos. Si creemos en esto, ¿podemos tener otro dios? No puede haber otros dioses. No pueden existir.
Hay muchas cosas en este mundo que son una tentación para nosotros, y a veces no podemos escapar de la tentación por culpa de nuestras debilidades. Pero hay una cosa que nunca cambia y es que no hay nadie que nos ame tanto como Dios. Por tanto le alabamos cantando: «♩Jesús es lo mejor que tenemos. ♬Este mundo es solo temporal ♪». Esto es cierto. No hay nadie mejor que nuestro Señor. No puede haber nadie más. Ahora mismo no estamos profesando una religión ni siguiendo a un líder religioso, sino que creemos en el Dios verdadero que nos ha salvado completamente. Al recibir nuestra salvación de este Dios, solo deseamos conocer a este Dios, vivir a través de Él sabiendo que es nuestro Rey, y creyendo en esto y sirviéndole.
La crucifixión de Jesús es la perfección del amor
El que Jesús fuese clavado en la Cruz significa que Su amor es perfecto. Este es Jesús, el Rey de todas las cosas; Jesús dejó Su gloria de lado y se sacrificó por Su pueblo. Por eso Su pueblo no puede traicionar al Rey.
Antes de morir en la Cruz, Jesús dijo: «Llevaron a Jesús de casa de Caifás al pretorio. Era de mañana, y ellos no entraron en el pretorio para no contaminarse, y así poder comer la pascua. Entonces salió Pilato a ellos, y les dijo: ¿Qué acusación traéis contra este hombre? Respondieron y le dijeron: Si éste no fuera malhechor, no te lo habríamos entregado» (Juan 19:28-30). Cuando Jesús dijo que tenía sed había derramado toda la sangre de Su cuerpo. Esto también significa que nos había dado el agua de la vida eterna. Como Jesús nos dio esta vida nueva, nosotros debemos refrescar Su corazón al vivir con fe sin traicionarle. Asimismo, debemos amar y seguir al Señor y vivir nuestras vidas con Él.
La Biblia dice que cuando el Señor murió en la Cruz, un soldado le perforó el costado con una lanza y empezó a salir agua y sangre. La sangre demuestra que Jesús murió en la Cruz. Desde un punto de vista médico, cuando alguien muere su cuerpo expulsa agua y sangre por separado y no una mezcla de ambas sustancias. Y por eso, cuando se perfora la carne de una persona que ha muerto recientemente, expulsa agua y sangre por separado.
Por desgracia hay personas que dudan que Jesús muriese en la Cruz y resucitase tres días después. Piensan que no es posible que una persona tarde tres horas en morir. Y creen que podría haberse desmayado y despertado después. Pero el hecho de que saliese agua y sangre de su cuerpo por separado demuestra que Jesús murió. Aunque hubiese estado vivo, cuando el soldado le perforó el costado con la lanza, se confirmó que estaba muerto porque eso le hubiese matado de todas formas. Como Jesús había demostrado anteriormente que tenía el poder de resucitar a los muertos, el soldado le perforó el costado porque temía que fuese a levantarse de nuevo. Era costumbre confirmar la muerte de los criminales y esto se hacía rompiéndoles las piernas, como les ocurrió a los dos ladrones que fueron crucificados con Jesús. Pero cuando le tocó el turno a Jesús, vieron que ya estaba muerto y no le rompieron las piernas, sino que le perforaron el costado para confirmar la muerte. Así que Jesús murió a las 6 horas de estar clavado en la Cruz.
Jesús sufrió tanto por nosotros. Por eso debemos creer en Jesús de esta manera y vivir nuestras vidas hasta el final con fe. Las cosas no son lo que eran, pero no debemos olvidar el amor del Señor. Si hay fe dentro de nuestros corazones el amor de Jesús vivirá en nosotros. Además como el Señor nos ha dado este amor y esta salvación tan grande, debemos hacer la obra que satis facerá al Señor. Esta obra consiste en vivir unidos al Señor con nuestros corazones y seguirle. Esto es lo que contenta al Señor.
Aunque Jesús no es el Rey de los que se le oponían, sino el de los fieles, es el Rey absoluto. Para los que no creen en Él, Jesús es el Rey que juzga, pero para los que creen en Él, es el Rey que nos da todas las bendiciones. Pilato escribió: «JESÚS DE NAZARET, REY DE LOS JUDÍOS» en la Cruz porque Jesús era el verdadero Rey de los judíos. Como Rey se sacrificó por Su pueblo y no lo odió por lo que le hizo. ¿Podemos encontrar un rey así en este mundo? No. Por supuesto una persona puede morir por su país o por sus amigos, pero en realidad esa muerte es por uno mismo, por la fama o por una convicción. Pero Jesús murió por nosotros de verdad, y resucitó por nosotros también. Y algún día el Señor volverá a este mundo por nosotros.
Cuando pensamos en la muerte de Jesús nos preguntamos: «¿Quién mató a Jesús? ¿Fueron los judíos? ¿O fueron los soldados romanos?». Esta pregunta es bastante controvertida. Cuando los judíos piensen en esta pregunta, tendrán que discutir acerca de la respuesta y esto es bueno porque así habrá más judíos que lleguen a creer en Jesús.
Pero, queridos hermanos, los que mataron a Jesús son otros. Son los que no creen en Jesús. La gente que no cree en Jesús como su Dios y Salvador es como los enemigos de Jesús que pidieron Su crucifixión. Son los judíos carnales y no los judíos espirituales.
¿Podemos seguir viviendo sin Jesús?
No, no podemos seguir viviendo sin Jesús. ¿Pueden las criaturas, incluyendo los seres humanos, seguir viviendo sin Dios? No. Solo pueden vivir porque Dios les concede la luz solar. Del mismo modo, podemos seguir viviendo gracias a Dios y a Jesucristo y no por nada más.
Aunque creemos en Jesús como nuestro Salvador, hay muchas personas que se niegan a creer en Él. Hemos mencionado sin cesar aquí que Jesús bajó del Cielo para salvarnos y murió en la Cruz después de haber sido bautizado. Después resucitó de entre los muertos y así nos salvó perfectamente. La gente que no cree en este gran amor de Dios debe darse cuenta del castigo tan duro que les espera. Después de haber vivido bien en este mundo, un día deberán dejarlo, como puercos que van al matadero. La gente que no cree en Jesús tendrá el mismo destino que el puerco que acaba su vida en el matadero. Quizás el puerco tenga mejor fin, ya que cuando muere, se acaba todo para él; pero para las personas hay una vida futura cuando mueren. La vida eterna empieza en una encrucijada entre la felicidad eterna y el castigo eterno.
Además, las personas que no creen en el amor de Jesús son como los judíos. Como los judíos pidieron la sangre de Jesús fueron atacados por otras naciones y vagaron fuera de su tierra durante dos mil años viviendo en la diáspora. Los judíos han sido tan perseguidos que no hay otra nación en el mundo que haya recibido más maldiciones que Israel. Por eso si alguien se levanta contra Dios y Su Evangelio del agua y el Espíritu sufrirá un juicio severo en este mundo. Y si muere en esta situación, será arrojado al fuego eterno que nunca se extingue y será castigado con una vida eterna así. Esta es la justicia de Dios.
Pero en este mundo hay personas tercas que se niegan a creer por mucho que les expliquemos la Palabra. Suelen pensar que siempre y cuando vivamos bien en este mundo, todo estará bien. No les entiendo. Estas personas sufrirán más tarde por negarse a creer; y por tanto no podemos tener misericordia de ellas. Jesús sufrió mucho para salvar a Su pueblo de los pecados; y por eso si sufren por negarse a aceptarlo, es culpa suya y deben sufrir ante Dios.
Si este es el caso, ¿qué tipo de obra necesitamos hacer para el Señor, quien nos salvó al sufrir la pasión en la Cruz? La obra de predicar el Evangelio del agua y el Espíritu.
No hace mucho, el Pastor Andrew Jung, director del centro de distribución, me visitó y me dijo que se estaban solicitando muchos libros por todo el mundo. Había muchos pedidos individuales pero también colectivos. La cantidad de libros que estamos distribuyendo en un mes es mayor de la que solíamos distribuir en seis meses. El pastor también nos contó que los gastos de envío han subido mucho. Cuando revisé nuestro informe financiero mensual, vi que había mucho dinero que debíamos gastar en algunas cosas y por eso pensé que debíamos ganar más dinero. Nos gustaría estar en una situación de abundancia; ya que si tuviésemos suficiente dinero para predicar el Evangelio del agua y el Espíritu a más naciones habría más gente que recibiría la remisión de los pecados.
No hace mucho intenté reducir los gastos de publicidad de nuestra página Web pero me di cuenta de que cada vez había menos visitas a la página. Tuve que comprobar que era así para asegurarme de que el dinero no se estaba malgastando, pero entonces estuvo claro que nuestros gastos de publicidad no eran extravagantes. Incluso hoy en día se nos piden 500 libros al día, y pensé que esto se debe a la publicidad. Por tanto, cuando me reúna con los ministros de la junta directiva la próxima vez, les hablaré de los gastos de publicidad para que podamos distribuir más libros.
Hace algunos días, un corresponsal de un periódico que está en Vietnam, leyó nuestros libros y se puso en contacto con nosotros. Nos dijo que muchos pastores en Vietnam, especialmente los que tienen un ministerio falso no quieren que se lean nuestros libros. Nuestros libros son demasiado bíblicos para ellos y hablan del bautismo de Jesús, y por eso son diferentes de su fe. Sin embargo, aunque estos pastores digan cosas así, el corresponsal nos dijo que piensa que el contenido de nuestros libros es perfectamente bíblico. Y además nos dijo que como los libros repiten un tema continuamente, las enseñanzas se graban en su corazón fácilmente. Así que le he mandado un mensaje de gratitud.
A pesar de esto pienso que hay demasiadas personas en este mundo que no conocen el secreto del bautismo aunque crean que Jesús murió en la Cruz. El reportero de Vietnam me dijo que al final había averiguado cómo fue crucificado Jesús gracias a nuestros libros. Había encontrado la Verdad y confesado: «Jesús sufrió el sacrificio de la crucifixión porque había tomado los pecados del mundo a través de Su bautismo». Además del reportero hay muchas personas en este mundo que pueden encontrar la Verdad a través de nuestros libros. Gracias a esta experiencia me he dado cuenta de que esta obra que estamos haciendo es muy valiosa y he llegado a tener la convicción de que debemos llevar a cabo esta obra a pesar de las distracciones, los problemas y las preocupaciones.
Por tanto, como parte de nuestro método para predicar el Evangelio del agua y el Espíritu, estamos produciendo libros que predican la verdad. Cuando se publica un libro en inglés, después se traduce a casi todos los idiomas del mundo. ¿Pueden imaginarse cuántas versiones y títulos tenemos ya? El libro que se está publicando ahora será el decimoquinto. Y ahora estamos traduciendo los libros de sermones sobre Gálatas, pero como uno de nuestros traductores nos ha dejado, y solo tenemos un traductor, tardaremos un mes por lo menos en publicarlo.
Cuando la gente lea estos sermones sobre Gálatas habrá una época de progreso en el Evangelio del agua y el Espíritu. Esto se deberá a que en vez de simplemente predicar el Evangelio del agua y el Espíritu, se manifestará la verdad de que todos los que han ofrecido oraciones de penitencia al creer solamente en la sangre derramada en la Cruz están equivocados. Incluso durante los días en que el Apóstol Pablo predicaba el Evangelio, el pueblo de Israel creía que la gente que había recibido la circuncisión física era el pueblo de Dios.
En el principio de la Epístola, el Apóstol Pablo se presentó diciendo: «Pablo, apóstol (no de hombres ni por hombre, sino por Jesucristo y por Dios el Padre que lo resucitó de los muertos)» (Gálatas 1:1). Y sigue hablando sobre lo equivocados que están los que defienden la circuncisión. También habla del hecho de que la Iglesia de Dios, que tenía fe en el Evangelio del agua y el Espíritu, había sido perturbada por los defensores de la circuncisión que requerían la circuncisión física. Ahora mismo, toda la comunidad cristiana cree que si se ofrecen oraciones de penitencia se recibe la remisión de los pecados; estas afirmaciones son las mismas que la de los defensores de la circuncisión física de los tiempos del Apóstol Pablo.
Algunas personas dicen: «Aunque el Evangelio del agua y el Espíritu es correcto, ¿qué hay de malo en ofrecer oraciones de penitencia?» y siguen afirmando que hay que creer en Jesús y ofrecer oraciones de penitencia también. Incluso piensan que no hay nada malo en creer así. Pero debemos saber sin duda alguna que las oraciones de penitencia son una falacia. Y esto es lo que dice Pablo en el Libro de Gálatas.
El Evangelio del agua y el Espíritu es verdadero, pero el evangelio que cree solo en la sangre derramada en la Cruz es falso
A través de estos sermones sobre Gálatas, toda la gente del mundo se dará cuenta de que el Evangelio del agua y el Espíritu es verdadero y de que las oraciones de penitencia y la fe que cree solamente en la sangre derramada en la Cruz son falsas y están contra la voluntad de Dios. Al leer el primer volumen de esta serie, muchas personas sabrán lo que es una herejía y muchas confesarán que habían creído en una herejía y confesarán las falacias de su pasado.
Como un tsunami, el cristianismo será borrado completamente y será cambiado gracias a los libros de sermones sobre Gálatas. La gente empezará a darse cuenta de que lo que había creído antes estaba en contra de Dios. Espero que estos cristianos se den cuenta pronto de que su fe era falsa. Y a través de esta enseñanza espero que borren todos sus pecados al creer en Jesús y Su Evangelio del agua y el Espíritu.
Queridos hermanos, ofrecer oraciones de penitencia al creer en la sangre derramada en la Cruz es levantarse directamente contra el amor de Dios. ¿Piensan que sus pecados desaparecen al ofrecer oraciones de penitencia? Los judíos gritaron: «Crucifícale, crucifícale» y dijeron que no tenían otro rey que César. Pero ¿es Jesús menor que César? ¿Es el Evangelio del agua y el Espíritu menor que la fe que cree solamente en la sangre derramada en la Cruz y las oraciones de penitencia? Si los pecados se pudiesen borrar ofreciendo oraciones de penitencia, todo lo que Jesús consiguió sería innecesario. ¿No sería eso igual que levantarse contra Jesús? Esta fe falsa está desafiando el amor de Jesús públicamente.
Muchas personas todavía creen solamente en la crucifixión de Jesús y la proclaman a gritos ofreciendo oraciones de penitencia, creyendo que pueden borrar sus muchos pecados de esta manera. Esta fe es completamente falsa y es una doctrina inventada por el hombre que deteriora el amor de Dios y la salvación. Estos libros de sermones explicarán paso a paso por qué esa fe está tan equivocada. Y por eso estoy pensando en enviar estos libros por todo el mundo. Al leer este volumen muchas personas se darán cuanta de que lo que habían creído hasta ahora no era ni el amor ni la Verdad de Dios, y que han estado desafiando a Dios todo este tiempo cuando se reúnen en las iglesias inmensas que construyen. Desde el punto de vista de Dios, construir una iglesia gigante con un campanario es un desafío. Delante del Congreso de los Estados Unidos hay un obelisco llamado el monumento a Washington. Este obelisco parece una espada, que demuestra claramente cómo la gente desafía a Dios. De esta manera, cuando las personas intentan añadir sus propios esfuerzos al ofrecer oraciones de penitencia, ¿acaso no están equivocadas porque intentan añadir sus esfuerzos a la obra del Señor? Así que la realidad es que hay muchos cristianos pecadores que desafían a Dios.
Crean en el Evangelio del agua y el Espíritu que Dios nos ha dado
En la lectura de las Escrituras de hoy leemos que cuando Jesús murió en la Cruz y dijo: «Tengo sed» y «Está acabado», Jesús terminó Su obra. Así que no hay necesidad de añadir nuestros méritos y nuestras fuerzas. Tenemos que creer en la obra que Dios ha hecho por nosotros; así que la pregunta es: ¿qué nos falta en Su salvación que requiere que lloremos y ofrezcamos oraciones de penitencia? ¿Hizo Dios una obra incompleta cuando vino a salvarnos a este mundo? Antes del final del mundo todas las personas se darán cuenta de esta fe incorrecta.
Pero aún así muchas personas creen de manera incorrecta: «¿Acaso no pudimos recibir nuestra salvación al creer solamente en la sangre derramada en la Cruz o al vivir un estilo de vida dedicado?». Pero de la misma manera en que los defensores de la circuncisión no recibieron la remisión de los pecados, la gente que sigue ofreciendo oraciones de penitencia no han recibido la remisión de los pecados. La gente que solo cree en la sangre de la Cruz no conoce el bautismo de Jesús, y por eso no puede evitar ofrecer oraciones de penitencia porque sus pecados siguen intactos en sus corazones. Por eso no pueden pasarle los pecados a Jesús, porque no tienen la fe que cree en el bautismo de Jesús. Como no creen en el Evangelio del agua y el Espíritu, esa es su única alternativa. Pero debemos saber que estas personas no pueden ir al Cielo. Puede que se pregunten: «¿Cómo puede decir esto de estas personas?». Lo puedo decir con toda convicción. Hay muchas personas que leen nuestros libros y dicen: «Estas enseñanzas son correctas».
Ya les he hablado de un corresponsal del periódico AP en Vietnam. Me dijo que había personas que no querían leer nuestros libros porque señalan claramente que su fe es incorrecta. Por eso, si la gente leyese los tres primeros volúmenes de nuestros libros, se daría cuenta de que hoy en día hay una fe supersticiosa en las iglesias de este mundo, y de que su fe es incorrecta.
¿Saben cuántos cristianos se oponen a Dios ahora? Los judíos, aunque profesaban creer en Dios, entregaron a Jesús a los crueles soldados romanos para que lo clavasen en la Cruz. Estos judíos y los cristianos de hoy en día son iguales. Los legalistas de la iglesia presbiteriana, que ofrecen oraciones de penitencia y solo creen en la sangre de Jesús, dicen creer en Dios, pero la realidad es que se oponen al amor de Dios. Aunque dicen creer en Jesús y hacen lo que hacen, como no creen en el Evangelio del agua y el Espíritu, se levantan contra Jesús e irán al infierno por ello.
Me gusta predicar el Evangelio del agua y el Espíritu. Por supuesto que cuesta mucho esfuerzo, pero sé que hay muchas personas que necesitan escuchar este Evangelio en todo el mundo, y por eso hago todo lo posible. Les pido que ustedes también hagan todo lo posible y que así se unan a la Iglesia. Debemos unir nuestros corazones para la obra de predicar el Evangelio de Dios. Debemos servir al Señor por fe. Si nuestros corazones están en otra parte y solo fingimos estar unidos, no estamos unidos de verdad. La unión verdadera consiste en unirse en cuerpo y en espíritu ante el Señor que nos ha permitido hacer esta obra al darnos fe y fuerzas.
El mundo se está haciendo cada vez más difícil
Hace poco los Estados Unidos anunciaron que cualquier persona, sin importar su nacionalidad, tendría que dar sus huellas digitales y fotografía antes de entrar en los Estados Unidos. ¿Qué significa esto? Además siete países de la antigua URRSS se han unido a la alianza militar de la OTAN. ¿Qué creen que significa esto? Significa que los Estados Unidos, al hacer alianzas con diferentes países, considerará enemigo a cualquier país que no sea parte de esa alianza. El signo del final de los días se está llevando a cabo en silencio, pero rápidamente. El día de recibir la marca de la bestia en la frente o en la mano derecha está cerca, especialmente ahora que el terrorismo está dominando el mundo, que cada vez es más caótico. Hasta que llegue ese momento, debemos estar atentos. Al final surgirá un dictador terrible y pasaremos por los días de la tribulación que tememos tanto.
Ahora el presidente de cierto país poderoso está intentando implementar una política para que el mundo entero esté bajo su dominio. Desde una perspectiva humana, este hombre es un buen político y es digno de ser presidente y líder del mundo entero. Pero el mundo entero se opone porque piensa que la solución a todos los problemas es la guerra. Sin embargo, la triste verdad es que seguirán apareciendo figuras como este presidente en el futuro.
Un verdadero líder debe demostrar cómo se implementan las políticas. Un líder debe mirar hacia el futuro y el presente con una dirección para la vida de fe implementando una política factible. Y el resto de nosotros, quienes debemos seguir a este líder, debemos seguir adelante siguiendo su liderazgo. Si un líder no sabe cómo establecer políticas, todo lo que hace es inútil. Por mucho talento que tenga, si una persona no sabe cómo establecer políticas, no es digno de ser un líder. Lo mismo se aplica a cualquiera que sea presidente de un país. Un líder debe saber establecer políticas correctamente. Si el líder establece políticas para guiar al país y las refuerza una por una, ese país será rico y poderoso. Sin embargo, si un presidente no puede establecer políticas y hace las cosas sin cuidado, ese país caerá en la ruina al final.
Al saber esto debemos orar por la economía de nuestra nación, por la estabilidad política y por nuestro líder, porque solo cuando el país está en una situación estable podemos servir bien al Evangelio. Si un país es inestable, sus ciudadanos dejan de gastar dinero. Si esto ocurre, la economía doméstica se deteriora y esto se convierte en un obstáculo para servir al Evangelio en ese país. Por tanto, debemos orar por la estabilidad y prosperidad económica de nuestro país y de los países donde estamos predicando el Evangelio.
Como he mencionado anteriormente, me siento bien cuando sirvo a este Evangelio del agua y el Espíritu con ustedes. De la misma manera en que el Señor se sacrificó por nosotros, pienso siempre que debemos refrescar el corazón del Señor viviendo por fe. Yo vivo así todos los días. Hasta el día en que vuelva el Señor, debemos refrescar el corazón de Dios sirviendo el Evangelio del agua y el Espíritu.
Cuando visito una casa que está de luto para ofrecer mi pésame, me doy cuenta una vez más de que la vida no es nada. Al final, cuando muere una persona, todo en este mundo es absolutamente irrelevante, y esa persona pasa a la siguiente vida, lejos de este mundo material. Por tanto, pienso que debo estar bien preparado para cuando llegue ese momento para no ser juzgado por mis pecados y sufrir en la vida eterna. Así que para los creyentes hay muchos preparativos de fe antes de pasar a la vida siguiente; pero hay muchas personas que siguen viviendo sin haber preparado su fe al creer en el Evangelio del agua y el Espíritu. Cuando veo a estas personas me siento triste por ellas. Y por eso me doy aún más cuenta de lo afortunado que soy por haber recibido la misión de predicar el Evangelio del agua y el Espíritu. Mientras sigo predicando el Evangelio del agua y el Espíritu, recibo fuerzas espirituales. Por tanto, cuando voy a una casa de luto, doy el pésame y predico el Evangelio del agua y el Espíritu como si estuviese en una reunión de resurgimiento espiritual. Les digo que se preparen para el mundo siguiente porque nadie sabe cuándo se acabará la vida. Espero que estén preparados para el día en que mueran.
Queridos hermanos, estoy siempre agradecido por todas las obras de Dios. Aunque muy a menudo estamos decepcionados debemos seguir viviendo por fe hasta que muramos. La obra de predicar el Evangelio del agua y el Espíritu no ha llegado a su fin todavía. Quizás esto sea solo el principio.
Ante todo Jesús es nuestro Rey y nuestro Dios. Creo que Jesús ha borrado todos nuestros pecados al ser bautizado y derramar Su sangre por nuestros pecados. Así que debemos grabar el sacrificio de Jesús en nuestros corazones por fe. El Señor nos ha dado Su amor para que podamos ser salvados de todos nuestros pecados. Cuando me siento a pensar en el Evangelio del agua y el Espíritu, siempre me sorprendo. Y siempre estoy agradecido por haber conocido este Evangelio del agua y el Espíritu.
Pero deben saber que no encontré el Evangelio del agua y el Espíritu por casualidad. Lo estudié hasta que me dolía la cabeza y le pedí a Dios, en largas noches sin dormir, que me lo enseñase: «¿Por qué fue Jesús bautizado por Juan el Bautista?». Cuando todo el mundo estaba dormido yo oraba pegando con la cabeza en el suelo, y cuando el resto de compañeros estaban memorizando vocabulario de inglés, yo leía la Biblia. El Señor puso curiosidad en mi corazón y al final me encontró a través del Evangelio del agua y el Espíritu. Además me permitió conocer y predicar el Evangelio del agua y el Espíritu.
Dios ha establecido Su Iglesia de esta manera. ¿Es cierto o no? Sí, es cierto. La Iglesia de Dios no se cumple a través de la voluntad de cualquier ser humano. Cuando los justos nos unimos los unos a los otros a través del Evangelio del agua y el Espíritu al ser obedientes a Dios, predicamos de forma natural el Evangelio del agua y el Espíritu por todo el mundo. Así que deben saber que esto no es algo que ocurriese por casualidad, sino que es algo que salió directamente de la sabiduría y la revelación de Dios. Es algo por lo que debemos estar agradecidos a Dios.
De ahora en adelante el mundo entero cambiará rápidamente. Con la expansión de Internet, entraremos en una nueva era en la que la mayor parte del mundo podrá leer el Evangelio del agua y el Espíritu de forma electrónica. Y al traducir nuestros libros en varios idiomas y ponerlos en la página Web como libros electrónicos, habrá un momento en que podremos predicar el Evangelio del agua y el Espíritu por todo el mundo sin levantarnos de la silla. Dios nos ha dado esa sabiduría.
Cuando empezamos a predicar el Evangelio del agua y el Espíritu, nuestros esfuerzos eran bastante débiles. Por supuesto sabemos que nadie más en este mundo está predicando el Evangelio del agua y el Espíritu. Al principio empezamos a publicar los libros y compramos un PC, que cumplía la función de máquina de escribir. Y no saben lo difícil que nos resultó aprender a utilizar una computadora. Pero las cosas han mejorado. ¿No estamos en la era del Pentium y de los aparatos sin cables? Podemos navegar por la red rápidamente y llegar a todos los rincones del mundo. Por eso ahora estamos predicando el Evangelio del agua y el Espíritu utilizando los beneficios de esta sociedad orientada hacia la información. Actualmente el número de personas que visitan nuestra página Web ha llegado a superar las mil personas al día y por eso el Evangelio se está predicando rápidamente. La obra de Dios es así.
A pesar de esto, cuando consideramos las obras que se están haciendo, no lo celebramos demasiado, ni nos sentimos satisfechos, sino que sentimos nuestras debilidades. Debemos reflexionar acerca de nosotros para ver si estamos trabajando con devoción y fe o no, o si estamos demasiado absortos en lo que conseguimos cuando predicamos el Evangelio. Dios es el que ha hecho esta obra. Dios nos ha confiado estas obras maravillosas a través de estos instrumentos electrónicos, así que quiero predicar el Evangelio hasta el día en el que el Señor retorne, y quiero oírle decirme: «Querido siervo leal, has sido fiel en poco, y por eso te confío muchas cosas». Hasta que llegue ese día en el que el Señor nos confiará muchas cosas y nos dará muchas bendiciones, debemos hacer estas obras del Señor sin cesar.
Hoy en día veo que mucha gente se ha resfriado o tiene la gripe. Por eso les pido que cuiden sus cuerpos para poder servir al Evangelio con energía. De la misma manera en que se dice que el suelo se endurece después de la lluvia, cuando pasan los problemas del cuerpo y el espíritu, su fe crecerá aún más. Voy a ir a una reunión de una de nuestras Iglesias. Tendré un buen viaje y volveré pronto. Y espero que todos ustedes lleven a cabo las obras que se les han confiado y que cuiden de su salud.
Con el deseo de servir siempre al Evangelio del agua y el Espíritu hasta el día en que vuelva el Señor, espero que vivamos con fe amando al Señor, de la misma manera en que Dios nos ha amado.