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Sermones

Tema 24: SERMONES PARA LOS QUE SE HAN CONVERTIDO EN NUESTROS COLABORADORES

[24-10] Noé encontró gracia a los ojos del Señor Dios (Génesis 6:1-22)

(Génesis 6:1-22)
«Aconteció que cuando comenzaron los hombres a multiplicarse sobre la faz de la tierra, y les nacieron hijas, que viendo los hijos de Dios que las hijas de los hombres eran hermosas, tomaron para sí mujeres, escogiendo entre todas. Y dijo Jehová: No contenderá mi espíritu con el hombre para siempre, porque ciertamente él es carne; mas serán sus días ciento veinte años. Había gigantes en la tierra en aquellos días, y también después que se llegaron los hijos de Dios a las hijas de los hombres, y les engendraron hijos. Estos fueron los valientes que desde la antigüedad fueron varones de renombre. Y vio Jehová que la maldad de los hombres era mucha en la tierra, y que todo designio de los pensamientos del corazón de ellos era de continuo solamente el mal. Y se arrepintió Jehová de haber hecho hombre en la tierra, y le dolió en su corazón. Y dijo Jehová: Raeré de sobre la faz de la tierra a los hombres que he creado, desde el hombre hasta la bestia, y hasta el reptil y las aves del cielo; pues me arrepiento de haberlos hecho. Pero Noé halló gracia ante los ojos de Jehová. Estas son las generaciones de Noé: Noé, varón justo, era perfecto en sus generaciones; con Dios caminó Noé. Y engendró Noé tres hijos: a Sem, a Cam y a Jafet. Y se corrompió la tierra delante de Dios, y estaba la tierra llena de violencia. Y miró Dios la tierra, y he aquí que estaba corrompida; porque toda carne había corrompido su camino sobre la tierra. Dijo, pues, Dios a Noé: He decidido el fin de todo ser, porque la tierra está llena de violencia a causa de ellos; y he aquí que yo los destruiré con la tierra. Hazte un arca de madera de gofer; harás aposentos en el arca, y la calafatearás con brea por dentro y por fuera. Y de esta manera la harás: de trescientos codos la longitud del arca, de cincuenta codos su anchura, y de treinta codos su altura. Una ventana harás al arca, y la acabarás a un codo de elevación por la parte de arriba; y pondrás la puerta del arca a su lado; y le harás piso bajo, segundo y tercero. Y he aquí que yo traigo un diluvio de aguas sobre la tierra, para destruir toda carne en que haya espíritu de vida debajo del cielo; todo lo que hay en la tierra morirá. Mas estableceré mi pacto contigo, y entrarás en el arca tú, tus hijos, tu mujer, y las mujeres de tus hijos contigo. Y de todo lo que vive, de toda carne, dos de cada especie meterás en el arca, para que tengan vida contigo; macho y hembra serán. De las aves según su especie, y de las bestias según su especie, de todo reptil de la tierra según su especie, dos de cada especie entrarán contigo, para que tengan vida. Y toma contigo de todo alimento que se come, y almacénalo, y servirá de sustento para ti y para ellos. Y lo hizo así Noé; hizo conforme a todo lo que Dios le mandó».
 
 
Esta tarde quiero compartir la Palabra acerca del ministerio de Noé y cómo encontró gracia a los ojos del Señor Dios. ¿En qué tiempos vivió Noé? Me gustaría examinar esta pregunta ante de empezar el sermón de hoy.
La raza humana empezó a extenderse por la faz de la tierra desde el primer hombre, Adán, quien engendró a Set y a todos los descendientes que le siguieron. Del linaje de Adán y Set nació Noé. Esta genealogía es el linaje de la fe y Dios se ha concentrado en esta genealogía. Dios es el Maestro de la historia de la raza humana, como el dicho de que la “historia es Su historia”. Así que, desde el principio, la historia de la raza humana era la historia del pueblo de Dios. Cuando Adán cayó en el pecado, Dios no solo le salvó de ese pecado, sino que también le dio descendientes de la fe.
Los primeros dos hijos de Adán fueron Caín y Abel. Caín, el primer hijo, no creyó en Dios. Pero Adán perdió a estos dos hijos, perdió a Caín espiritualmente y a Abel físicamente. Entonces Dios le dio a Adán a Set como su tercer hijo y a través de este hijo su linaje de fe continuó. Todo el que está contenido en esta genealogía había recibido la remisión de los pecados a través de la fe. Así, el principio de la raza humana tuvo lugar según el plan de Dios, y por tanto Dios les dio Su gracia a todos los hombres, permitiéndoles obtener la remisión de los pecados y las bendiciones a sus descendientes para que recibiesen la remisión de los pecados.
Es cierto que había muchos descendientes de Adán que no confiaban en Dios, pero a pesar de esto, la raza humana siguió multiplicándose. Con los avances que hicieron que la vida fuese más próspera y cómoda, la raza humana floreció y se multiplicó. Los hijos de Dios vieron la belleza de las hijas de los hombres y las tomaron como esposas. La Biblia dice que como resultado los hijos de Dios también degeneraron en seres carnales. Esto significa que dejaron de ser seres espirituales y se convirtieron en seres carnales. En otras palabras, se preocuparon solamente por sus cálculos carnales y no pudieron ver el dominio espiritual.
En aquel entonces había gigantes en este mundo. Eran hombres poderosos de estatura importante junto a los cuales los hombres normales no eran nada. Y se aprovecharon de su poder físico para dominar y oprimir a los débiles. Como hemos mencionado, los hijos de Dios tomaron a las hijas de los hombres y tuvieron hijos con ellas en aquel entonces; como resultado acabaron apartándose de Dios y el mundo se lleno de pecado como consecuencia de ello. La maldad prevalecía en aquel entonces como ahora. Este mundo presente se ha hecho tan malvado que incluso los jóvenes cometen los tipos de pecados que solo los adultos solían cometer, y los días de Noé eran malvados como estos tiempos. La Biblia dice que todas las intenciones de la gente de los días de Noé eran malvadas continuamente. Por tanto, Dios decidió eliminar a toda la raza humana de la faz de la tierra, pero la Biblia dice: «Pero Noé halló gracia ante los ojos de Jehová» (Génesis 6:8).
 
 

Noé se vistió de la gracia de salvación

 
¿Por qué se vistió Dios de la gracia de Dios? ¿Cómo recibió la remisión de los pecados? ¿Cómo pudo salvar a todos los miembros de su familia? ¿Cómo pudo vivir como siervo de Dios? Noé encontró la salvación de Dios, pero esta salvación no fue alcanzada porque Noé fuese más virtuoso que cualquier otra persona en sus días, sino porque tenía el temor de Dios en su corazón. Noé temió a Dios, tuvo cuidado de cumplir la voluntad de Dios, lo miró todo desde el punto de vista de Dios y vivió según Su voluntad por fe. Por eso Noé encontró la gracia de Dios a pesar de haber cometido pecados a los ojos de Dios. En otras palabras, Noé pudo hacer la obra de Dios porque había seguido a Dios por fe.
Todo el mundo es igual en la carne. Nadie es especial. Sin embargo, cuando pensamos en esto de manera espiritual la gente de fe tiene en cuenta el plan de Dios y quiere seguir Su voluntad en total obediencia. Aunque viven sus vidas de fe en este mundo como cualquier otra persona, son especiales a los ojos de Dios. Dios bendice a estas personas espirituales y les confía Su obra.
El pasaje de las Escrituras de hoy dice que Noé encontró gracia en los ojos del Señor Dios y esto significa que Noé era un hombre espiritual a los ojos de Dios. Noé tuvo en cuenta la voluntad de Dios y quiso practicarla en su vida. Por eso Dios no solo salvó a Noé, sino que le permitió preparase para el mundo siguiente. Dios hizo que Noé construyese el arca. Dios hizo que construyese el arca. Y después de que dejase que Noé y su familia y los animales entrasen en el arca, Dios le hizo abrir el nuevo mundo.
Como Noé hay muchas personas en este mundo que han recibido la remisión de los pecados. ¿Quién es esta gente que ha recibido la gracia de Dios? Es la gente que conoce la voluntad de Dios. Estas personas desean seguir la voluntad de Dios y todavía existen personas así hoy en día. A través de estas personas Dios revela Su voluntad y hace Su obra.
Hay una diferencia fundamental entre los que viven en este mundo sin pensar y sin ninguna meta y los que viven conociendo la voluntad de Dios conseguida de Su Palabra. Estos últimos tienen en cuenta la voluntad de Dios cuando ven lo que está pasando en estos tiempos presentes y quieren practicar la voluntad de Dios; y estas personas de fe tienen un punto de vista diferente a las personas carnales de este mundo. Por tanto, a través de estas personas que tienen en cuenta Su voluntad y la siguen Dios revela y cumple Su voluntad.
Tenemos muchos colaboradores en el extranjero. Uno de ellos, un pastor en Vietnam nos envió buenas noticias de Singapur. Su hijo va a un seminario en Singapur y siete de los estudiantes han recibido la remisión de los pecados porque su hijo les predicó el Evangelio. Así que fue a Singapur a bautizarlos. Nos envió algunas fotos de esta ceremonia, que tuvo lugar en el mar. Una de las hermanas en la foto parece asustada, mientras que otra mayor estaba sonriendo. El resto estaba muy solemne.
Mis queridos hermanos, aunque estos tiempos presentes estén tan llenos de pecados y Dios no pueda evitar condenar al mundo, todavía hay personas que tienen en cuenta Su voluntad y la siguen. Dios salva a estas personas y a través de ellas cumple Su voluntad; y estos santos redimidos se visten de la gracia de Dios. Además, Dios permite que estas personas salven a los demás y a través de ellas Dios cumple todo lo que ha planeado para el futuro. Es muy importante que todos entendamos esto.
Después de vestir a Noé con Su gracia, Dios le pidió que construyese un arca. Dios le dio a Noé instrucciones detalladas sobre cómo construir el arca, especificando el tamaño y los materiales, y Noé hizo exactamente lo que Dios le había pedido. Uno de los pasos necesarios para Construir el arca era cubrirla con brea dentro y fuera. En términos actuales, la brea es un tipo de sellador y adhesivo que se usa para hacer muebles sin utilizar clavos. Esto es la brea de la que habla el pasaje de las Escrituras de hoy.
Al pedirle a Noé que cubriese el arca con esta brea por dentro y por fuera, Dios se aseguró de que el agua no entrase dentro del arca y flotase. Espiritualmente hablando, Noé cubrió el arca con brea de la misma manera en que nuestro ministerio predica el Evangelio del agua y el Espíritu. Aunque Noé no predicó el Evangelio del agua y el Espíritu en sí en aquel entonces, hizo todo lo que Dios le pidió.
Cuando terminemos de predicar el Evangelio del agua y el Espíritu a la gente de mundo para salvarla de su destrucción, el juicio de Dios vendrá. Ahora estamos cubriendo a la gente de este mundo con brea espiritual para librarla de este mundo perverso. Para los que siguen ignorando la Verdad de la remisión de los pecados estamos predicando el Evangelio del agua y le sangre de esta manera: “El Señor ha eliminado todos vuestros pecados de esta manera. También os ha salvado de ellos. Cuando nuestro Señor fue bautizado por Juan el Bautista, cargó con todos los pecados que cometemos por nuestras debilidades mientras vivimos en este mundo. Al ser bautizado, nuestro Señor cargó con todos los pecados de este mundo cometidos por todos los seres humanos desde que nacen hasta que mueren. Y el Señor murió en la Cruz en nuestro lugar para ser condenado por todos nuestros pecados y al levantarse de entre los muertos se ha convertido en nuestro Salvador. Dios ha salvado a todo el mundo de esta manera y nos ha hecho predicar este Evangelio del agua y la sangre a todo el mundo”. En resumen, estamos haciendo la voluntad de Dios al predicar este verdadero Evangelio.
Cuando Noé construyó el arca, era absolutamente indispensable que la cubriese con brea dentro y fuera. Cubrir el arca con brea por dentro y fuera era absolutamente necesario para construir un barco de madera correctamente. Aunque Noé hubiese construido el arca con todo el cuidado del mundo, siguiendo todas las instrucciones, si no la hubiese cubierto con brea, el agua habría entrado dentro y la habría hundido. Pero Noé cubrió todo el arca con brea, dentro y fuera, meticulosamente y el era sólida y segura.
 
 

¿Por qué le dijo Dios a Noé que cubriese el Arca con brea por dentro y por fuera?

 
Dios le dijo a Noé que cubriese el arca entra por dentro y por fuera para que no entrase agua entre los tableros de madera. Si solo hubiese cubierto el arca con brea por fuera, el agua habría entrado dentro del arca si hubiese chocado con un arrecife y los tableros de fuera se hubiesen roto. Por eso Dios le ordenó a Noé que cubriese el arca entera con brea por dentro y por fuera, y por eso Dios salvó a la familia de Noé y a todas las criaturas y las llevó a un mundo nuevo.
Estamos viviendo en este segundo mundo, no en el primero. Dios juzgó el primer mundo con agua, pero también dijo que juzgaría al segundo con fuego. Esta Palabra de Dios se va a cumplir ahora. De la misma manera en que era absolutamente importante que Noé cubriese el arca con brea, también es importante que los que creemos en el Evangelio y el Espíritu prediquemos el Evangelio por todo el mundo.
Muchos cristianos dicen arbitrariamente que han recibido la remisión de los pecados al creer en la sangre derramada en la Cruz solamente. Pero siguen cometiendo multitud de pecados mientras viven en este mundo. ¿Cómo pueden vivir con estos pecados? No tienen a nadie que les ayuda aparte de nosotros. En otras palabras, sus pecados pueden ser eliminados de sus conciencias solo si les predicamos este Evangelio del agua y el Espíritu, diciéndoles: “El Señor ha cumplido toda la justicia al cargar con todos vuestros pecados cuando fue bautizado por Juan el Bautista. Cargó con todos y cada uno de esos pecados para cumplir toda justicia”. Solo al creer en el bautismo del Señor y Su sangre en la Cruz pueden ser salvados de sus pecados.
Los seres humanos son frágiles. Como son tan débiles, están sujetos a sus circunstancias y por tanto no pueden evitar seguir cometiendo pecados siempre que las circunstancias se lo pongan fácil. Por eso el Señor le ordenó a Noé que cubriese el arca con brea por dentro y por fuera. Dicho de otra manera, el Señor nos ha salvado a través del Evangelio del agua y el Espíritu. El Señor no nos ha salvado solo con el agua y la sangre, sino con el agua, la sangre y el Espíritu (1 Juan 5:6-8). Dios nos ha librado de todos nuestros pecados con el agua y la sangre y el Espíritu Santo. Por eso es absolutamente imperativo que todos nos demos cuenta de que el Evangelio del agua y el Espíritu es la Verdad de salvación a través de la que nos ha salvado el Señor. Si tienen fe en este Evangelio, por muy débiles que seamos, podremos ser liberados de todos nuestros pecados y convertirnos en personas completamente justas para nunca volver a nuestro estado de pecadores.
Sus corazones pueden estar completamente libres de pecados solo si creen en el Evangelio del agua y el Espíritu de todo corazón. Después de todo, ¿cómo puede alguien decir que está sin pecados si su corazón no tiene fe en el verdadero Evangelio? Solo porque tenemos fe en este verdadero Evangelio en nuestros corazones podemos decir con toda confianza que hemos sido redimidos de todos los pecados. Solo gracias a este Evangelio del agua y el Espíritu pudimos recibir la remisión de los pecados por fe.
Como tenemos el Evangelio del agua y el Espíritu en nuestros corazones, por muchas debilidades que tengamos, todos podemos renovar nuestros corazones y fe y seguir al Señor solo si tenemos un deseo profundo de obedecer la voluntad de Dios en nuestras vidas. Esto significa que el Señor Santo nos ha bendecido a los que creemos en el Evangelio del agua y el Espíritu para que podamos seguirle con un corazón limpio y una fe inamovible. De lo contrario nadie puede seguir al Señor.
De la misma manera en que Dios dijo que no hay nadie justo, ni uno solo, no hay ni una sola persona en este mundo que sea justa de manera innata. Sin embargo, como el Señor nos ha salvado al venir a este mundo, ser bautizado por Juan el Bautista, derramar Su sangre en la Cruz y levantarse de entre los muertos de nuevo, podemos estar sin pecados a los ojos del Señor, y ahora podemos vivir por la obra justa de Dios por muy insuficientes que sean las obras de la carne. Ha eliminado todos nuestros pecados cometidos con nuestra carne y nuestra mente. Por tanto, es muy importante entender lo maravillosa que es la bendición de que Dios nos haya sellado completamente por dentro y fuera con Su gracia, de la misma manera en que el arca estaba cubierta con brea por fuera y por dentro. Por la gracia maravillosa de Dios hemos recibido estas bendiciones maravillosas.
Y por si fuera poco haber sido salvados de todos nuestros pecados gracias a la gracia y las bendiciones de Dios, aún es una bendición mayor vivir por la obra justa de Dios ahora que hemos recibido la remisión de los pecados. El hecho de que estemos viviendo por la obra justa de Dios en sí es una bendición maravillosa. El Señor nos dijo: «Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas» (Mateo 6:33). Y como nos lo pidió el Señor, estamos viviendo por la justicia de Dios y Su obra justa de salvación. Hemos dedicado nuestras vidas a salvar a otras almas, apoyar el ministerio del Evangelio, predicar el Evangelio personalmente y orar por su obra sin cesar. Esta es una bendición maravillosa. Dios nos prometió que nos lo daría todo espiritualmente y físicamente a los que vivimos por Su obra justa.
Muchas personas en este mundo piensan que han tenido bastante éxito por su cuenta. Pero desde mi punto de vista, estas personas mundanas no han conseguido nada. Todo lo que han conseguido es sobrevivir. Algunas de estas personas son incluso miembros del consejo de algunas empresas importantes, pero solo tienen cosas materiales; otras personas pueden tener negocios con éxito, pero simplemente están ganándose la vida. En el momento en que algo vaya mal podrán quedarse completamente arruinados. En casi todos los países, todos los miembros del gobierno tienen derecho a recibir un plan de pensiones generoso cuando dejan sus cargos, aunque hayan servido solo durante unos pocos meses. Lo mismo ocurre con los presidentes, primeros ministros, legisladores, etc. Quizás por eso hay tantos políticos que se mueren por alcanzar un cargo en el gobierno. Pero incluso los políticos solo están ganándose la vida como todo el mundo. Si han mantenido toda su integridad durante su carrera política, nunca han recibido ningún soborno, su pensión generosa les da para vivir una vida cómoda pero no muy lujosa. Estas personas están tan preocupadas con su éxito que no pueden vivir una vida altruista por el bien de los demás.
Por el contrario, los que han recibido la remisión de los pecados al creer en el Evangelio del agua y el Espíritu viven sus vidas de fe por los demás. Estas personas que están viviendo por el Señor para salvar a otras almas tienen sus necesidades básicas cubiertas. Esto se debe a que Dios lo hace todo para asegurarse de que sus necesidades están satisfechas.
¿Puede alguien estar completamente seguro de que sus necesidades básicas estarán satisfechas si trabaja duro? No, no es cierto. El trabajo duro solo no significa poder cubrir las necesidades básicas. Aunque hay multitud de personas en este mundo que trabajan duro y a veces engañan a otras y hacen cosas malvadas para asegurar su éxito, casi no pueden ni cubrir sus necesidades básicas. Solo unos pocos pueden cubrir sus necesidades básicas.
¿Qué hay de bendito en los que han recibido la remisión de los pecados? Están viviendo por la justicia de Dios y para complacerle. ¿Quiénes son estas personas benditas? Son las que no adoran a los becerros de oro.
 
 

Bienaventurados los que no adoran a los becerros de oro creados y adorados por Jeroboam

 
Cuando se adora a un becerro de oro, hay que seguir ofreciendo sacrificios, adorando y sirviendo a estos becerros. ¿Quién está detrás de esta adoración de los becerros de oro? El Diablo. Así que quien adore a los becerros de oro morirá definitivamente. Y quien sirva al Diablo estará maldito por Dios. Aunque muchas personas en el mundo practican una religión u otra con toda devoción, no hay ninguna religión en este mundo que les dé bendiciones.
Los que no adoran a los becerros de oro son las personas benditas que han recibido las bendiciones de Dios. Pero los que adoran a becerros de oro están malditos por Dios. De hecho, cuanto más se adora a los becerros de oro, más maldita está una persona. Por eso el pueblo de Israel estuvo maldito durante tanto tiempo. Aunque los israelitas eran el pueblo de Dios, como adoraron a los becerros de oro como dioses, fueron malditos durante generaciones y miles de años. Cuando Hitler tomó el control de Alemania, multitud de judíos murieron en cámaras de gas bajo su dictadura. Esto ocurrió porque el pueblo de Israel había adorado a becerros de oro. Esta era la causa de la maldición. Esta maldición horrible seguirá a cualquiera que adore a los becerros de oro.
Si creen en el Dios vivo y confían en Su justicia, esto es una bendición en sí. Dios no está muerto. Es un Dios vivo, es el Dios de los vivos y no de los muertos. Y como Dios es el Dios de los vivos lo sabe todo acerca de los que le sirven por fe. Así que Dios bendice a los que obedecen Su voluntad como Noé. Y entonces les permitirá vivir en un mundo nuevo que vendrá. Aunque este mundo que vemos es donde estamos viviendo ahora, el Señor destruirá este planeta pronto. Abrirá los nuevos cielos y nueva tierra para sustituir este planeta tierra. De la misma manera en que el Señor creó este universo y esta tierra que vemos y experimentamos ahora, también creará los nuevos cielos y la nueva tierra. Y el Señor permitirá que estas personas vivan allí. Cuando llegue este momento, viviremos allí. Esto no es un cuento de hadas. Es completamente real. Dios creó este universo. Y Dios destruirá este mundo presente que vemos ahora y creará unos cielos y una tierra nuevos y nos dejará vivir allí. Viviremos allí para siempre con Dios como hijos Suyos disfrutando de Su gloria divina. Esta es la bendición que Dios quiere darnos a todos los seres humanos.
Está escrito en Juan 1:16: «Porque de su plenitud tomamos todos, y gracia sobre gracia». La Biblia también dice que, mientras que la Ley fue entregada a través de Moisés, la gracia de Dios vino a través de Jesucristo. Gracias a Jesucristo hemos sido bendecidos. Jesús es Dios mismo, el único Hijo de Dios Padre y el Salvador de todos nosotros. Además, el Señor no solo es nuestro Dios Salvador que nos ha salvado de todos los pecados del mundo, sino el Pastor que cuida de nosotros y nos protege.
La Biblia dice que los que son pobres de espíritu están benditos. Todos debemos ser pobres de espíritu. Cuando entendemos a Dios y confiamos en Su justicia por fe, no somos solo salvados de todos nuestros pecados, sino que también somos bendecidos para no sufrir más en este mundo atados por las cadenas de este mundo. Cuando somos salvados, todos podemos vivir con las bendiciones de Dios, no solo en prosperidad y salud, sino también haciendo Su obra justa. Y seremos bendecidos para entrar en el Reino del Señor para disfrutar de toda su gloria. Incluso ahora Dios está buscando a estas personas que son como Noé. Y cuando las encuentra, las viste con Su gracia sin falta.
Tenemos muchos colaboradores por todo el mundo y hoy he oído al reverendo Jim Montgomerie de los Países Bajos decir que ha distribuido nuestros libros a muchas personas. Estoy seguro de que Dios está muy contento con su devoción. Mi corazón también está lleno de gozo cuando escucha estas noticias. No hace mucho también fuimos a la Universidad de Gangwon y predicamos el Evangelio a la gente que había allí y les dimos nuestros libros. Cuando oí estas noticias del Rev. Montgomerie, pensé en ir a los Países Bajos y ayudarle a distribuir nuestros libros. Pero cambié de opinión. ¿Cuántos libros podría distribuir si fuese allí? Después de todo, no hablo holandés. Tengo que hacer la obra que se me ha confiado aquí.
Lo que estoy diciendo es que Dios bendice a los que obedecen Su voluntad con gozo. ¿Por qué encontró Noé gracia a los ojos de Dios? Porque Noé buscó la voluntad de Dios y la entendió, y como entendió la voluntad de Dios, pudo seguirla. De la misma manera, aunque este mundo presente esté sumido en un caos, podemos entender las intenciones de Dios si examinamos Su voluntad detenidamente.
Esta era presente es la era del caballo negro descrito en el Libro del Apocalipsis. He escuchado en las noticias hoy que una pequeña aldea costera de Corea fue azotada por una gran ola y más de una docena de pescadores fueron arrastrados por el mar. Las autoridades están intentando averiguar qué ocurrió y los esfuerzos por rescatarlos continúan. El mar había estado en calma todo ese día, pero de repente salieron unas olas enormes y se llevaron a estos pescadores que estaban disfrutando del día, llevándolos dentro del mar. Entonces el mar se calmó de repente de la misma manera en que había estado furioso, como si no hubiese pasado nada. Estas olas inesperadas son muy comunes hoy en día. Las llamamos tsunamis. Los tsunamis suelen ser causados por un terremoto. Cuando hay un terremoto en el fondo del mar, el temblor manda olas gigantes que se rompen en la orilla del mar. Un pescador que fue testigo de aquel incidente vio olas gigantes tan grandes como de 5 m rompiendo en la orilla y llevándose a las víctimas al mar.
Si miramos esta era presente detenidamente, podemos ver qué tipo de tiempos son estos. Esta era presente es la era de la destrucción. Esta era es la misma que la de Noé justo antes de que Dios juzgara al mundo con agua. Y Dios dijo que quemaría este mundo completamente con fuego. Estamos viviendo en estos tiempos. Por tanto, debemos estar en guardia.
Tenemos este deber de predicar el Evangelio del agua y el Espíritu a todo el mundo que no conozca este Evangelio. Y debemos confiar en la justicia de Dios y vivir una vida justa. Esta vida de fe es por su propio bien. Noé obedeció la voluntad de Dios por Él, pero ¿quién se benefició en realidad? ¿Acaso no fue Noé mismo quien se benefició de su obediencia? De hecho, la obediencia de Noé le benefició a él y a su familia. Noé también pudo salvar a multitud de animales al obedecer la Palabra de Dios. ¿Quién sería salvado si nosotros obedeciésemos a Dios así? ¿No serían nuestras familias? ¿No serían nuestros vecinos y todo el mundo? Vivir por Dios es por nuestro bien, y es por el bien de todo el mundo. Debemos vivir nuestra fe al darnos cuenta de esto. Es absolutamente importante que todos entendamos esta era presente y vivamos por fe.
Esta era presente está yendo hacia la era del caballo bayo desde la era del caballo negro. Así que, esta es la era de la destrucción. Es la era en la que todo el mundo morirá en cuerpo y almas. Los precios del petróleo han subido tanto que si sigue esta tendencia no podremos conducir nuestros coches. Hay mucha gente que ha aparcado sus coches y ya no los conduce. Habrá mucha más gente así si el precio del petróleo sigue subiendo. En mi vecindario hay muchos coches aparcados en los garajes. Con los precios de la gasolina por las nubes, cada vez más personas se están dando cuenta de que no pueden conducir porque tienen que poner prioridades en sus gastos.
Los costes de vida han incrementado bastante últimamente. Como si pagar el pan y las necesidades básicas no fuera suficiente, las facturas se acumulan, desde los seguros médicos hasta las contribuciones a las pensiones, los impuestos, las facturas de los servicios públicos, etc. Un pastor que está trabajando en Seúl me dijo que aunque la ciudad es famosa por su riqueza, muchos de los propietarios de pequeñas empresas están arruinados. Tienen que recortar gastos para sobrevivir. En Seúl se necesita un millón de dólares para comprar un apartamento. Cuando escuché esto le dije al pastor: “Bueno, si alguien en Seúl vende su apartamento se puede comprar una mansión en mi ciudad”. Pero el pastor me dijo: “No es tan simple. Muchas personas en Seúl no tienen ni para subsistir. Algunas de ellas están alquilando sus casas y están viviendo en los tejados de sus edificios para poder comer”. Les estoy diciendo esto para mostrarles lo difícil que es vivir en estos tiempos.
Es muy importante que todos entendamos en qué tiempos estamos viviendo. Incluso ahora hay muchas personas en muchas partes del mundo que están muriendo de hambre. Aunque estas calamidades no están ocurriendo en países ricos, llegará el día en que estas personas no podrán comprar comida. Tenemos suerte de que Dios esté protegiendo nuestro país. Esto se debe a que estamos predicando el Evangelio del agua y el Espíritu y por eso Dios nos está protegiendo a nosotros y a nuestro país. Como la Biblia dice aquí en el pasaje de las Escrituras, Noé encontró gracia a los ojos de Dios y nosotros también la hemos encontrado.
Si no han encontrado gracia a los ojos de Dios les pido que busquen la voluntad de Dios y consigan Su gracia mediante obediencia para que puedan vivir el resto de sus vidas con Sus bendiciones. Espero que vivan con las bendiciones de Dios. Nadie puede vivir si Dios no le ha bendecido, por mucho que intente vivir por su cuenta. Yo solo puedo vivir gracias a las bendiciones de Dios y ustedes también. Pueden imaginarse cuanto sufre la gente de este mundo. Aunque por fuera parezcan estar bien, están vacíos por dentro. No tienen nada que valga la pena en este mundo.
En estos tiempos, cuando el mundo está yendo por el camino de la destrucción, es todavía más importante conocer la voluntad de Dios y obedecerla. Así que todos debemos buscar la ayuda de Dios y con esta ayuda debemos vivir una vida recta durante el resto de nuestras vidas en este mundo.