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Sermones

Tema 18: Génesis

[Capítulo 7-3] Vean el mundo a través de los ojos de Dios (Génesis 7:1-12)

Vean el mundo a través de los ojos de Dios(Génesis 7:1-12)
«Dijo luego Jehová a Noé: Entra tú y toda tu casa en el arca; porque a ti he visto justo delante de mí en esta generación. De todo animal limpio tomarás siete parejas, macho y su hembra; mas de los animales que no son limpios, una pareja, el macho y su hembra. También de las aves de los cielos, siete parejas, macho y hembra, para conservar viva la especie sobre la faz de la tierra. Porque pasados aún siete días, yo haré llover sobre la tierra cuarenta días y cuarenta noches; y raeré de sobre la faz de la tierra a todo ser viviente que hice. E hizo Noé conforme a todo lo que le mandó Jehová. Era Noé de seiscientos años cuando el diluvio de las aguas vino sobre la tierra. Y por causa de las aguas del diluvio entró Noé al arca, y con él sus hijos, su mujer, y las mujeres de sus hijos. De los animales limpios, y de los animales que no eran limpios, y de las aves, y de todo lo que se arrastra sobre la tierra, de dos en dos entraron con Noé en el arca; macho y hembra, como mandó Dios a Noé. Y sucedió que al séptimo día las aguas del diluvio vinieron sobre la tierra. El año seiscientos de la vida de Noé, en el mes segundo, a los diecisiete días del mes, aquel día fueron rotas todas las fuentes del grande abismo, y las cataratas de los cielos fueron abiertas, y hubo lluvia sobre la tierra cuarenta días y cuarenta noches».
 
 
Cuando Noé terminó el arca, Dios le dijo: «Dijo luego Jehová a Noé: Entra tú y toda tu casa en el arca; porque a ti he visto justo delante de mí en esta generación» (Génesis 7:1). En el capítulo seis, Dios le había dicho a Noé que llevase dos criaturas al arca para mantenerlas con vida, macho y hembra (Génesis 6:19) y en el capítulo siete Dios le dijo específicamente que llevase al arca siete pares de animales limpios y dos de animales impuros, macho y hembra.
De esta manera, Dios nos cuenta primero lo esencial y después nos da los detalles. Lo mismo ocurrió en los capítulos uno y dos de Génesis. En el capítulo uno vemos cómo Dios creó los cielos y la tierra y todo lo que hay en ellos durante los primeros cinco días e hizo que se multiplicasen; al sexto día creó a la humanidad y dice que era buena a Sus ojos. En el capítulo dos vemos cómo Dios nos explica con todo detalle lo que dijo en el capítulo uno. Nos explica que Dios descansó el séptimo día y bendijo ese día y también explica en más detalle cómo creó la humanidad. Dios formó al hombre del polvo de la tierra, le sopló el aliento de la vida en la nariz e hizo que viviese.
De esta manera, en el capítulo siete Dios nos está explicando lo que dijo en el capítulo seis con más detalle. En el capítulo seis, Dios le había dicho a Noé que construyese un arca, entrase en ella y se llevase dentro a un par de cada criatura viva de toda la carne, macho y hembra. En el capítulo siete, Dios le habló más específicamente, diciéndole que llevase en el arca siete de cada animal puro y dos de cada animal impuro, macho y hembra, para mantener vivas a las especies en la faz de la tierra. Noé hizo todo esto según lo que Dios le había pedido.
Entonces, ¿por qué le dijo Dios a Noé que metiese en el arca a siete de cada animal puro, macho y hembra, y dos de cada animal impuro, macho y hembra? Claramente, Dios le mandó a Noé específicamente que hiciese esto porque tenía algo que decirnos a través de este pasaje. En otras palabras, a través de este pasaje Dios está explicándonos lo que es espiritual, carnal y perfecto. La gente normalmente duda entre los pensamientos espirituales y carnales. A menudo, cuando se dejan llevar por los pensamientos carnales, sus corazones se oscurecen y su estado espiritual también se oscurece, pero otras veces, los pensamientos carnales prevalecen y se llenan del Espíritu de Dios.
Entonces, ¿qué dice Dios que es tener una mente espiritual? Dice que la fe en la Verdad de que Dios Padre nos ha salvado a todos los seres humanos a través de Su Hijo es la fe espiritual y que seguir esta Verdad es tener una mente espiritual. Dios le había dicho a Noé que llevase al arca siete de cada animal puro, macho y hembra, para recordarnos que hemos recibido la remisión de los pecados al creer de corazón que el Señor ha borrado todos los pecados de la gente. Tener esta fe es tener una mente espiritual. Cuando contemplamos cómo Dios Padre nos ha salvado perfectamente de todos nuestros pecados a través de Jesucristo, nuestros pensamientos se hacen completos. En otras palabras, cuando pensamos en el Evangelio del agua y el Espíritu y recordamos la Palabra de Dios nuestros pensamientos se hacen espirituales. Todos debemos tener una mente espiritual.
Sabemos muy bien la Verdad de que Jesús tomó todos nuestros pecados y por tanto estamos sin pecados. Sin embargo, como los nacidos de nuevo siguen viviendo con la carne intacta, no siempre vivimos con pensamientos espirituales. Dios le había dicho a Noé que metiese en el arca a un par de cada animal impuro, macho y hembra, y esos animales impuros se refieren a nuestros pensamientos carnales. En otras palabras, de la misma manera en que los animales impuros tenían que entrar en el arca, nosotros todavía tenemos una carne impura.
Entonces, ¿por qué le dijo Dios a Noé que llevase dos de cada animal impuro, macho y hembra, en el arca, y siete de cada animal puro, macho y hembra? Esto significa que mientras que el Espíritu y la carne están constantemente luchando el uno contra el otro en los corazones de los nacidos de nuevo, nuestras mentes deben ser más espirituales que carnales. En otras palabras, mientras que es inevitable quedar atrapados en nuestra carne hasta que resucitemos en un cuerpo nuevo, debemos obedecer la voluntad de Dios que nos dice que tengamos una mente espiritual. Los pensamientos espirituales, en otras palabras, deben estar plantados más firmemente que los carnales. Debemos admitir que ambos tipos de pensamientos, espirituales y carnales, están presentes con nosotros, y debemos asegurarnos de que los espirituales prevalecen sobre los pensamientos carnales en nuestros corazones.
Debemos tener una mente espiritual siempre. Dependiendo de si pensamos espiritualmente o no, hay una gran diferencia en el resultado de la fe. Si aceptamos y seguimos la Verdad, que Dios Padre ha eliminado todos los pensamientos de toda la raza humana y nos ha salvado a través de Su único Hijo, nuestros pensamientos serán espirituales. Solo entonces podemos seguir la fe espiritual. Por tanto, debemos estar llenos de pensamientos espirituales. Esto es lo que Dios nos está enseñando a través del pasaje de las Escrituras de hoy, donde le ordenó a Noé que llevase al arca siete de cada animal puro, macho y hembra. Debemos tener una mente espiritual y confesar: “Hay un Dios, el Padre, el Hijo Jesucristo y el Espíritu Santo. El Padre de Jesucristo nos ha salvado a través de Su Hijo. Al creer en Jesucristo, quien vino por el agua y la sangre, hemos sido salvados a través de la voluntad del Padre, y somos Sus hijos. Tenemos al Padre celestial. Dios ha hecho Su obra de salvación completa y perfectamente de esta manera”. Cuando creemos así, nuestros pensamientos se hacen completos, y por tanto debemos evitar seguir a la carne.
Sin embargo, Dios también le dijo a Noé que le llevase dos de cada animal impuro, macho y hembra, en el arca. En otras palabras, incluso los animales impuros entraron en el arca. Esto implica que si no tenemos cuidado con nuestros pensamientos, es más que posible caer en pensamientos carnales. Dicho de otra manera, aunque recibamos la remisión de los pecados, si nos dejamos llevar por los pensamientos carnales como los animales impuros, y por tanto no podemos pensar espiritualmente, nuestros corazones se oscurecerán enseguida. Cuando quedamos atrapados en los pensamientos carnales, no podemos pensar en la perfecta salvación que Dios ha cumplido por nosotros. Si caemos en los pensamientos de la carne y confiamos en nuestros pensamientos carnales, incluso los nacidos de nuevo nos llenaremos de oscuridad espiritual. Por tanto, debemos pensar correctamente siempre. En otras palabras, incluso después de ser salvados, debemos tener una mente espiritual.
En Génesis 6:19, el Señor le había dicho a Noé: «Y de todo lo que vive, de toda carne, dos de cada especie meterás en el arca, para que tengan vida contigo; macho y hembra serán». ¿Por qué dijo Dios más específicamente en el siguiente capítulo: «De todo animal limpio tomarás siete parejas, macho y su hembra; mas de los animales que no son limpios, una pareja, el macho y su hembra»? Dios nos dio esta Palabra para hacernos saber qué son los pensamientos espirituales y para que tuviésemos una mente espiritual. Para que nuestros pensamientos sean completos, debemos siempre pensar por fe en la Verdad de que Dios Padre nos ha salvado al eliminar todos los pecados del mundo. Mientras que tenemos carne y espíritu, para seguir la voluntad de Dios, debemos pensar en lo que Dios Padre planeó y cumplió por nosotros.
Claramente, tanto los pensamientos perfectos del Espíritu y los pensamientos imperfectos de la carne están presentes en nosotros. Aunque hemos sido salvados espiritualmente, todavía es posible que nuestros pensamientos vayan por el mal camino. Por eso Dios nos está diciendo que creamos completamente que nos ha salvado perfectamente. Nuestros pensamientos deben ser rectos por tanto. Debemos asegurarnos de que nuestros pensamientos están dentro de la voluntad de Dios Padre. Lo que el Padre quiere, debemos tenerlo en mente, y donde cese Su voluntad, nuestros pensamientos también deben hacerlo.
Dios podría haberle dicho a Noé que llevase ocho animales puros, macho y hembra, o cinco. ¿Por qué le pidió Dios a Noé específicamente que llevase siete? El número siete denota la perfección. Es el número de Dios. El séptimo días de la semana es el día de Dios. En otras palabras, Dios nos está explicando qué son los pensamientos perfectos. Nuestros pensamientos deben ser adecuados. Nuestros pensamientos deben vivir en la perfección. Nosotros no tenemos pecados porque hemos sido salvados. Así que, siempre debemos pensar: “Dios Padre nos ha salvado a través de Su Hijo. Todo el mundo por tanto está sin pecados”. Este es el pensamiento adecuado. Al creer en esta Verdad de corazón, alcanzamos la salvación, y al confesar esta fe con nuestros labios, alcanzamos la justicia.
Después de nacer de nuevo y convertirnos en personas justas, ¿dónde podemos poner nuestros pensamientos? Nuestros pensamientos deben estar en la perfecta voluntad de Dios. Dependiendo de si nuestros corazones viven en la Palabra de Dios o en nuestra carne, podemos dar el fruto del Espíritu o el fruto de la carne. Nuestros cuerpos son instrumentos que hacen la obra espiritual. Por tanto, nuestros pensamientos deben estar unidos con lo que Dios Padre ha hecho por nosotros. Esto es lo que significa tener una mente espiritual.
Ahora, ustedes han recibido la remisión de los pecados. Pero, ¿a veces no siguen dejando que entren animales impuros en el arca con sus pensamientos? Por supuesto que sí. ¿Entonces qué pasa? Cuando nuestros pensamientos están puestos en animales impuros, ¿acaso no solo pensamos en nuestra propia carne? Cuando nuestros pensamientos caen en la carne, nos obsesionamos solo con la carne, y no podemos ver lo que es espiritual. Entonces tenemos problemas graves. Aunque digamos “Jesús ha borrado todos mis pecados, y es así como he recibido la remisión de mis pecados”, si nuestros corazones caen en la carne no podremos seguir la justicia de Dios a pesar de que hayamos sido hechos perfectos y sin pecados, y por eso nuestros pensamientos deben estar en lo que Dios Padre ha hecho por nosotros. Solo entonces dejamos que nuestros pensamientos espirituales nos dominen y podemos vivir una vida perfecta confiando y sirviendo la justicia de Dios.
¿Qué ha hecho Dios Padre por nosotros? Al enviar a Su único Hijo, Dios Padre ha eliminado todos nuestros pecados y nos ha convertido en personas sin pecados. No solo nos ha dejado sin pecados a nosotros, sino también a todos los demás. Hemos recibido la remisión de nuestros pecados a través de Jesucristo.
Esta salvación no fue cumplida por Jesucristo solamente. Fue cumplida por la voluntad de Dios Padre. Dios Padre no solo nos ha salvado a través de Su Hijo, sino que también nos ha mostrado Su amor infinito y esta voluntad para ver el mundo y a nosotros mismos a través de Sus ojos. Por tanto, para llevar una vida espiritual, nuestros pensamientos deben estar en lo que Dios Padre ha hecho por nosotros a través de Su Hijo, en Su plan majestuoso y perfecto, y en Su obra. Solo entonces nuestros pensamientos pueden ser espirituales. Cuando nuestros pensamientos viven en el Evangelio, en el plan de la salvación de Dios y Su amor, y cuando podemos ver el mundo a través de Sus ojos, podemos practicar la fe espiritual, los pensamientos espirituales y las necesidades espirituales. Cuando nuestros pensamientos están fundados en la voluntad del Padre Él hace que Su luz brille sobre nosotros.
Nosotros no solo hemos sido salvados a través de Jesús, sino que somos justos y renovados en nuestros pensamientos y conocimiento (Colosenses 3:10). Por tanto, debemos ver el mundo a través de esa fe y esa perspectiva que a través de Su Hijo, Dios Padre ha eliminado los pecados de todo el mundo y nos ha salvado perfectamente de nuestros pecados. El Señor dijo: «La lámpara del cuerpo es el ojo; cuando tu ojo es bueno, también todo tu cuerpo está lleno de luz; pero cuando tu ojo es maligno, también tu cuerpo está en tinieblas» (Lucas 11:34). El ojo se refiere aquí a nuestros corazones y pensamientos. El que el corazón esté oscuro es lo mismo que decir que los pensamientos están oscuros.
Dios le dijo a Noé: «Porque a ti he visto justo delante de mí en esta generación. De todo animal limpio tomarás siete parejas, macho y su hembra; mas de los animales que no son limpios, una pareja, el macho y su hembra. También de las aves de los cielos, siete parejas, macho y hembra, para conservar viva la especie sobre la faz de la tierra». Este pasaje significa que Dios nos está diciendo que guardemos lo que es perfecto en nuestros corazones. ¿Qué es perfecto en nosotros? Nuestra fe en que Dios ha salvado a todo el mundo a través de Su Hijo. En otras palabras, Dios nos está diciendo que nos aseguremos de que esta fe se encuentra en nuestros corazones y pensemos según esta fe. Como nuestra salvación se cumplió mediante este plan majestuoso del Padre, debemos pensar en lo que ha hecho por nosotros. Dios quiere que tengamos esta fe y estos pensamientos. Aunque los redimidos siguen viviendo en la carne, Dios quiere que tengamos el mismo punto de vista que el Padre y veamos al mundo a través de estos ojos de la fe. De la misma manera en que Dios Padre nos ve a través de la justicia de la salvación cumplida por Su Hijo, debemos ver este mundo a través de estos ojos de la fe.
¿Se dan cuenta de qué tipo de fe Dios Padre quiere que tengamos? Entienden lo que quiere decir Dios Padre cuando dice que quiere que vivamos en Él? Dios dice que los que hemos sido salvados debemos mantener nuestros corazones con toda diligencia ante todo (Proverbios 4:23). ¿De dónde procede este corazón? Todo el mundo tiene un espíritu, un alma y un cuerpo (1 Tesalonicenses 5:23) y el corazón puede encontrarse en su espíritu. Dios Padre guía nuestros corazones espiritualmente y nuestros corazones están gobernados por nuestros pensamientos.
Por tanto, para que nuestros pensamientos sean perfectos debemos tener fe en que Dios Padre ha salvado a todo el mundo perfectamente en todo el mundo a través de Su Hijo, y debemos ver el mundo a través de estos ojos de la fe. Entonces nuestros corazones y pensamientos pueden ser perfectos. Sin embargo, si nuestros ojos no ven que Dios Padre ha salvado a todo el mundo a través de Jesucristo, y caemos en nuestros pensamientos de la carne y pensamos en todo en términos carnales, nuestras mentes irán por el mal camino. En otras palabras, si no nos vemos a través de los ojos de la fe, estamos destinados a caer presa de los pensamientos carnales y seguir caminando en la dirección equivocada, hasta que incluso nuestros corazones se pierdan. Lo que nos impide ver a través de los ojos de Dios son los pensamientos carnales. Cuando los justos caen en los pensamientos de la carne es inevitable que vayan por el mal camino.
Dios quiere que seamos perfectos incluso en nuestros pensamientos. El que le dijera a Noé que tomase siete pares de cada animal limpio significa que nos pide que tengamos pensamientos puros. Dios quiere que nuestros pensamientos sean perfectos. Si nuestros pensamientos son malos, nuestros corazones se oscurecerán; y cuando nuestros corazones se oscurecen, nuestras vidas de fe se convierten en un problema para nosotros. Nuestros ojos no pueden ver lo que es correcto cuando nuestros corazones están oscuros; la esperanza desaparece y en vez de crecer, nuestra fe se pierde completamente.
Los que tenemos una mente espiritual, debemos verlo todo a través de los ojos de la fe, creyendo que Dios Padre ha salvado a todo el mundo a través de Jesucristo. Entonces podemos hacer la obra espiritual ante Dios, hacer la obra de fe bajo Su plan, tener esperanza en nuestros corazones y vivir una vida perfecta en la luz como hijos suyos.
Sin embargo, si nuestros pensamientos son malos, nuestras vidas de fe también serán malas. Deben darse cuenta de que, aunque han recibido la remisión de los pecados, si sus pensamientos son malos, todo lo demás también lo será. Al darnos cuenta de esto, debemos ver el mundo a través de los ojos de Dios y asegurarnos de antemano de que nuestros pensamientos no se pierdan nunca. Cuando pensamos según lo que Dios dice, creemos según Su Palabra, y esperamos según la Palabra de Dios, podemos evitar que nuestros corazones vayan por el mal camino. Si nuestros pensamientos, corazones o fe están llenos de nuestra mentalidad estrecha, no podremos seguir la voluntad espiritual del Padre. Deben entender que solo cuando piensan según la Palabra de Dios y bajo Su plan pueden ser perfectos.
Dios le había pedido a Noé que llevase al arca a siete pares de cada tipo de animal limpio, macho y hembra, y dos pares de animales impuros. Noé lo hizo todo como se lo había pedido el Señor Dios. Nosotros también debemos ver el mundo con los ojos de la fe, creyendo en la Verdad de que, a través de Jesucristo, Dios Padre ha salvado a la raza humana con el agua, la sangre y el Espíritu. No debemos ver el mundo según nuestra carne.
¿Qué significa estar atado por la carne? Significa seguir los pensamientos carnales propios. Si estamos atados por nuestra carne, nuestros corazones se oscurecen y al final acabamos siguiendo a este corazón oscuro. No debemos seguir a nuestra carne. Por tanto, debemos pensar en Dios Padre y ver lo que ha hecho por nosotros a través de Su Hijo. Aún más, somos los hijos de Dios Padre. Debemos tener una mente espiritual como Sus hijos y Sus obreros. De la misma manera en que el Padre es perfecto, nuestros pensamientos deben ser perfectos también según Su plan y voluntad. En otras palabras, debemos ver el mundo según los ojos de Dios y vivir por fe.