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Sermones

Tema 24: SERMONES PARA LOS QUE SE HAN CONVERTIDO EN NUESTROS COLABORADORES

[24-33] Dios y Abraham (Génesis 12, 1-4)

(Génesis 12, 1-4)
«Pero Jehová había dicho a Abram: 
Vete de tu tierra y de tu parentela, 
y de la casa de tu padre, a la tierra que te mostraré. Y haré de ti una nación grande, 
y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, 
y serás bendición. 
Bendeciré a los que te bendijeren, 
y a los que te maldijeren maldeciré; 
y serán benditas en ti todas las familias de la tierra.
Y se fue Abram, como Jehová le dijo; y Lot fue con él. Y era Abram de edad de setenta y cinco años cuando salió de Harán».
 
 
¡Saludos a todos! Como el campamento de formación de discípulos de verano ha acabado, todos hemos trabajado muy duro durante la última mitad de este año para servir y predicar el Evangelio con toda lealtad aunque hayamos estado ocupados cuidando de nuestras familias, estudiando o trabajando. Miren fuera. Ha estado nevando mucho desde ayer. Como todo está cubierto de nieve, estoy seguro de que de la misma manera nuestros esfuerzos diligentes harán que el Evangelio se predique para cubrir el mundo entero. Sé que todos los aquí reunidos no han cambiado mucho desde el pasado campamento de formación de discípulos de verano, y estoy muy agradecido por su dedicación. El hecho de ver caras conocidas una vez más aquí es una maravillosa bendición de Dios. 
 
 

La manera de seguir la Palabra más bendita

 
El Señor Dios llamó a Abraham para que saliese de Ur de los Caldeos y le dijo que saliese de su país. Dios le dijo: “Haré que tu nombre sea grande, y te haré ser una gran bendición. Bendeciré a los que os bendigan y maldeciré a los que os maldigan. En ti todas las familias de la tierra serán bendecidas”. Al escuchar esto, Abraham obedeció la Palabra del Señor y Lot fue con él. Abraham tenía 75 años cuando se fue de Harán. Pero a pesar de su anciana edad siguió la Palabra de Dios. Dios Padre le dijo a Abraham que toda nación sería bendecida por él. Las Escrituras dicen que Abraham obedeció esta Palabra del Señor y Dios le dio todas las bendiciones que le había prometido. 
Sé que, de la misma manera en que Dios había bendecido a Abraham, también nos dará todas Sus bendiciones. No solo le dio Sus bendiciones a Abraham, sino que también nos da las mismas bendiciones de fe a nosotros. Y bendice a los que nos bendicen y maldice a los que nos maldicen. Cuando nuestro Dios le dijo a Abraham: “En ti todas las familias de la tierra serán bendecidas” le estaba diciendo que todas las tribus de este mundo serían bendecidas a través de los que hemos sido salvados por Dios y que nos convertiría en Sus hijos. La Biblia dice: “Y se fue Abram, como Jehová le dijo” y este pasaje corto nos muestra que Abraham obedeció la Palabra de Dios y que esto es una bendición para nosotros, y también nos enseña el buen camino claramente. 
El camino correcto y la bendición para nosotros es seguir la Palabra del Señor Dios en nuestras vidas de fe. Sin embargo, aunque obedezcamos la Palabra de Dios con lealtad, a veces nos dejamos engañar sin querer, así que caemos en la tentación y dudas, preguntándonos si tenemos que seguir la Palabra de Dios y pensando si está bien hacer lo que queramos. Nuestro Señor dijo: «Entonces la concupiscencia, después que ha concebido, da a luz el pecado; y el pecado, siendo consumado, da a luz la muerte» (Santiago 1, 15). Esto significa que hay veces en que nuestros deseos nos llevan a pensar que podemos hacer lo que queramos en vez de seguir la Palabra de Dios, vivir nuestras vidas así y permitir dejarnos llevar por nuestra propia codicia sin poder obedecer la Palabra de Dios. Pero, de la misma manera en que Abraham siguió la Palabra de Dios, debemos seguir la Palabra de Dios con una convicción inamovible en vez de dejarnos llevar por nuestros deseos de la carne, dándonos cuenta de que esta es la manera de ser bendecidos. 
Para los que han sido salvados no hay vida más bendita que la vida que se vive según la Palabra del Señor como Abraham. No hay nadie en este mundo que viva una vida más bendita que los que estamos siguiendo la Palabra del Señor Dios. Los que viven una vida bendita y caminan por el camino de la Verdad absoluta son los que creen y sirven al Evangelio del agua y el Espíritu en sus vidas. Todos debemos darnos cuenta de la gran bendición que es seguir la Palabra de Dios en nuestras vidas. Cuando nos damos cuenta de lo bendito que es este camino, el Espíritu Santo que viven en nosotros estará complacido con nosotros. 
De vez en cuando caemos en la trampa de nuestros pecados y vemos como entra la levadura en nuestros corazones. Las palabras flotan a nuestro alrededor, ya tengan significado o no, y no desaparecen sin afectarnos. Estas palabras llenas de levadura pueden agitar nuestros corazones desde sus cimientos. Algunas palabras pueden parecer ciertas y tener cierto sonido bíblico. Hay muchas afirmaciones que se parecen a la verdad tanto que nos confunden. Así que, de alguna manera, puede parecer que los que creen en Dios y añaden algunas doctrinas humanas o pensamientos humanos a su fe son mejores que los que siguen a la Palabra del Señor Dios completamente y de todo corazón. De esta manera, estamos constantemente bombardeados con palabras engañosas que algunas veces agitan nuestros corazones e incluso ponen en peligro nuestra fe en el peor de los casos. Sin embargo, escuchemos lo que escuchemos acerca de lo que pasa en el mundo, sean cuales sean nuestros pensamientos y deseos y sentimientos, no debemos olvidar nunca que la voluntad de Dios y Su Palabra escrita son lo más importante para nosotros. Esta Palabra escrita de Dios es nuestra absoluta prioridad por encima de todo y en cualquier circunstancia. 
Aunque solemos cambiar como cañas movidas por el viento, la Palabra de Dios nunca cambia. Como seres humanos, a menudo nos dejamos llevar por nuestra propia codicia o nuestros pensamientos erróneos o motivos equivocados. Pero la Palabra del Señor Dios es la misma ayer, hoy y siempre, porque contiene la voluntad del Señor y nos habla a través de las Escrituras. Por tanto, pase lo que pase y por mucho que cambie el mundo, la Palabra del Señor Dios nunca cambia. La Palabra del Señor Dios habla de la Verdad y nada más que la Verdad, desde el principio hasta el fin. Por tanto, es completamente imprescindible que queramos seguir la Palabra del Señor Dios en nuestras vidas de fe como Abraham; en realidad obedecer la Palabra de Dios y darnos cuenta de que esta es la vida más bendita. 
 
 

Abraham vivió en obediencia a Su Palabra

 
Seguir la Palabra del Señor Dios significa reflexionar acerca de toda la Palabra del Señor Dios. El tipo de fe que debemos tener, cómo vivir, cómo mirar al futuro son cosas que podemos encontrar en la Palabra de las Escrituras. Cuando nos aferramos a la Palabra de Dios, aunque nos desviemos del buen camino durante un tiempo, podemos encontrar el camino y volver al Señor Dios. Es una bendición enorme seguir la Palabra del Señor Dios. El pasaje que dice: «Y se fue Abram, como Jehová le dijo» me inspira. Estoy completamente seguro de que este pasaje me enseña la manera más adecuada de vivir mi vida. Así que deseo tener esta fe y vivir con ella. 
De hecho, es mi más sincero deseo que todos los santos y siervos de Dios en nuestra Iglesia que han nacido de nuevo del agua y el Espíritu vivan sus vidas como Abraham, en obediencia a la Palabra del Señor Dios. Abraham se lo confió todo al Señor, su vida y su fe, y vivió según esta Palabra de Dios. Abraham fue completamente obediente a Dios. Siguió la Palabra de Dios para ser salvado, y obedeció la Palabra de Dios porque quiso que sus descendientes se convirtieran en el pueblo de Dios. Abraham obedeció la Palabra del Señor Dios incluso cuando concertó el matrimonio de su hijo. Así, dedicó toda su vida a seguir la Palabra del Señor Dios. Y, cuando llegó el momento en que Abraham dejó esta vida terrenal, adoró al Señor Dios e hizo que su última voluntad fuese que sus descendientes obedeciesen la Palabra. De hecho, toda su vida se centró en la Palabra del Señor Dios. Y por haber obedecido la Palabra de Dios de esta manera, recibió abundantes bendiciones de Dios. Abraham siguió la Palabra del Señor Dios incluso cuando engendró a su hijo. 
Como Abraham caminó siguiendo la Palabra del Señor Dios, Dios fue el mismo Dios fiel complacido para sus descendientes. Cuando el hijo de Abraham fue circuncidado, Dios dijo: “Yo seré tu Dios y seré el Dios de tus descendientes”. Cuando pasamos a Génesis 17, 7 vemos que Dios dice: «Entonces Abraham se postró sobre su rostro, y se rió, y dijo en su corazón: ¿A hombre de cien años ha de nacer hijo? ¿Y Sara, ya de noventa años, ha de concebir?». Con Su Palabra de la alianza, Dios prometió a Abraham y a sus descendientes que sería su Dios y les daría la tierra de Canaán. 
Entonces Dios le dijo a Abraham: «Este es mi pacto, que guardaréis entre mí y vosotros y tu descendencia después de ti: Será circuncidado todo varón de entre vosotros. Circuncidaréis, pues, la carne de vuestro prepucio, y será por señal del pacto entre mí y vosotros. Y de edad de ocho días será circuncidado todo varón entre vosotros por vuestras generaciones; el nacido en casa, y el comprado por dinero a cualquier extranjero, que no fuere de tu linaje. Debe ser circuncidado el nacido en tu casa, y el comprado por tu dinero; y estará mi pacto en vuestra carne por pacto perpetuo. Y el varón incircunciso, el que no hubiere circuncidado la carne de su prepucio, aquella persona será cortada de su pueblo; ha violado mi pacto» (Génesis 17, 10-14). 
Dios hizo Su promesa, no solo a Abraham, sino también a sus descendientes, diciendo: “Vosotros y vuestros descendientes deberéis ser circuncidados en obediencia a Mi Palabra y yo seré vuestro Dios y el Dios de vuestros descendientes”. Así que el Señor Dios no solo se convirtió en el Dios de Abraham, sino que también prometió que sería el Dios de todos los descendientes circuncidados de Abraham. El Señor Dios prometió todo esto a Abraham con Su Palabra y por ello Abraham confió en la Palabra del Señor Dios y la obedeció completamente. 
Desde entonces el pueblo de Israel hizo que todos sus hijos varones fuesen circuncidados a los ocho días después de nacer. Dios era tan estricto con este requisito que rechazó a cualquiera que no hubiese sido circuncidado sin excepción. Dijo: “No soy el Dios de los que no han sido circuncidados. Aunque sean descendientes de Abraham en la carne, como no siguen Mi Palabra, ni la obedecen, ni creen en ella, ni la practican, no son Mi pueblo. Las eliminaré de Mi pueblo. Yo soy el Dios de los circuncidados y no de los que no han sido circuncidados”.
Al haber llamado a Abraham, Dios lo bendijo y Abraham creyó en toda la Palabra del Señor Dios, la obedeció y la practicó. Este es el modelo ejemplar que Abraham, nuestro padre de la fe, nos está mostrando. Si confiamos en la Palabra del Señor Dios como Abraham, recibiremos todas las bendiciones espirituales del Cielo y la fertilidad de la tierra; sin embargo, si no seguimos la Palabra del Señor Dios por fe, aunque recibamos las bendiciones espirituales del Cielo, no podremos recibir la fertilidad de la tierra ni las bendiciones que el Señor Dios les dio a los descendientes de Abraham. 
 
 

El camino más seguro

 
Todos los aspectos de nuestras vidas, desde el principio hasta el final, deben estar destinados a seguir la Palabra del Señor Dios, ya sea por nuestra salvación, por vivir nuestra fe o cumplir nuestra misión en este mundo. Para Abraham solo fue cuestión de tiempo seguir la Palabra de Dios. Algunos de ustedes podrían pensar: “Abraham siguió la Palabra porque era el padre de la fe. No es nada especial. ¿Por qué está pasando tanto tiempo el Pastor Jong hablando de esto tan obvio y dándole demasiada importancia a Abraham?”.
Sin embargo, mis queridos hermanos, debemos darnos cuenta de lo bendito que es vivir en obediencia a la Palabra del Señor Dios. Quien sigue a la Palabra del Señor Dios no está maldito, ni es destruido, ni necesita nada, ni sufre. Solo cuando no seguimos al Señor Dios sufrimos, nos enojamos, nos sentimos frustrados y tenemos muchos problemas. Mientras sigamos la Palabra del Señor Dios todo estará bien. Estaremos en paz con todas las cosas. Seguir la Palabra del Señor Dios es la cosa más segura, más garantizada y más beneficiosa. No hay nada mejor o más seguro que seguir la Palabra del Señor Dios. Aunque haya incertidumbres en nuestras vidas que nos hagan sentir inseguros y preocupados, al seguir la Palabra del Señor Dios, podemos vivir una vida bendita con toda confianza. 
Hay bastantes personas que han abandonado la Palabra del Señor Dios aunque la hubiesen seguido una vez. He sido testigo en muchas ocasiones de cómo alguien que había sido muy obediente a la Palabra del Señor Dios cambió de opinión de repente y se alejó de Dios. Esto es más que posible porque todo el mundo es humano. Sin embargo, el hecho que no podemos negar es que no hay otro camino más seguro que el de seguir la Palabra del Señor Dios. Vivir según la Palabra del Señor Dios es lo más seguro. Puede parecerles bien abandonar la Palabra del Señor Dios durante un tiempo, alejarse de ella y embarcarse en su propio camino. Sin embargo, como esta no es la vida recta que se vive en el Señor Dios, se darán cuenta más delante de que han cometido un grave error. Pero entonces será demasiado tarde por mucho que lo sientan. No debemos olvidar nunca que solo cuando vivimos en la Palabra del Señor Dios y la seguimos en nuestras vidas podemos encontrar verdadera paz y tener la garantía más absoluta de nuestras bendiciones. 
 
 
Dos tipos de personas
 
Aunque seguir la Palabra del Señor Dios es la cosa más segura, más adecuada y más bendita que se puede hacer, a veces vivir según esta Palabra parece costar demasiado. Cuando la gente de nuestro alrededor nos considera demasiado densos, tercos e inflexibles, nos podemos preguntar si no estamos viviendo una vida al revés. Cuando nos miramos a nosotros mismos y vemos cómo hemos estado siguiendo la Palabra del Señor Dios de manera tan singular y firme, es posible preguntarse si no estamos por detrás de los demás; de hecho, puede parecer insensato a menudo. Podemos parecer estúpidos, pero en realidad somos sabios. Los necios son tercos. Y cuando son tercos es casi imposible hacer que cambien de opinión. Por el contrario, una persona inteligente sabe cuándo dejar de ser terca. Un necio no lo sabe. Nunca deja su voluntad. Cuando vemos a alguien necio, denso o inflexible, no pensamos nada bueno de esta persona. Sin embargo, como ahora sabemos que Abraham y sus descendientes fueron bendecidos durante todas sus vidas por seguir la Palabra del Señor Dios con tanto tesón, y sabemos que esto es lo correcto a los ojos de Dios, todos debemos seguir Su Palabra como Abraham, como necios tercos. 
Cuando miro a los que se han separado completamente de la Palabra del Señor Dios, veo que al principio solo dieron un paso para alejarse de Dios, pero al final dieron más pasos y acabaron abandonándole por completo. Este ha sido el caso de todos los que han abandonado a Dios a mi alrededor. Aunque una persona se desvíe de la Palabra de Dios un poco y no sea detectable, como cuando Lot dejó a Abraham, al final trae consecuencias devastadoras. Lot vio como todas sus posesiones se quemaron hasta no dejar rastro, mientras que Abraham recibió mucha prosperidad. El contraste no podría ser más obvio. Probablemente conozcan a alguien entre ustedes que se esté desviando un poco de la Palabra. En realidad, lo que es visible para los ojos de la carne no es tan importante. Lo que es verdaderamente importante es lo que tiene lugar en el corazón. Uno puede dar un paso para alejarse de Dios sin pensar mucho en ello, pero esto puede llevar a esta persona a dejar la Palabra completamente. Cuando vemos a estas personas, es nuestra responsabilidad ayudarlas. Tenemos el deber de abrir sus oídos y hacerles escuchar la Palabra. 
Hay dos tipos de personas: los que siguen la Palabra del Señor Dios y los que no. Hay muchas personas que no siguen la Palabra del Señor Dios. Estas personas están caminando por el camino ancho. Por el contrario, los que están siguiendo la Palabra del Señor Dios son muy pocos. Son muy escasos. Y de alguna manera pueden parecer densos, necios y estúpidos. Sin embargo, estas personas han sido bendecidas por Dios. No hay muchas personas en este mundo que hayan sido bendecidas por Dios. Los que son bendecidos por Dios son los que siguen Su Palabra y estas personas son escasas. Esto se debe a que muchas personas que siguieron la Palabra al principio, acabaron separándose al final. Cualquier de nosotros puede alejarse durante un tiempo, pero todos debemos volver a la Palabra. El problema es que algunos seguimos yendo por el mal camino irreversiblemente. Esto ocurre porque estas personas se dejan convertir en prisioneras de sus propios deseos y siguen su propia codicia. Como todo el mundo es estúpido, es posible dejarse llevar por sus propios deseos e ir por el mal camino. Sin embargo, mientras que los que siguen la Palabra de Dios pueden ir por el mal camino durante un tiempo, todos vuelven a Dios sin falta. 
Es imposible que los que no han nacido de nuevo por el agua y la sangre sigan la Palabra del Señor Dios. Pero, es más posible que los que han nacido del agua y el Espíritu sigan la Palabra de Dios. Mientras que dejen de lado sus deseos privados, pueden confiar en la Palabra de Dios completamente y seguirla con lealtad. Y podrán vivir el resto de sus vidas con todas las bendiciones del Señor Dios, recibir las bendiciones eternas en el próximo mundo y pasar estas bendiciones del Señor Dios a sus descendientes de la manera más segura. De la misma manera en que Abraham fue bendecido por el Señor Dios podemos convertirnos en una bendición para todas las naciones del mundo y compartir nuestras bendiciones con ellas. Este es un privilegio especial reservado solo para los que siguen la Palabra del Señor Dios. Así que, los que han nacido de nuevo del agua y la sangre son las personas más felices y benditas. Aunque hay muchas personas en este mundo no hay nadie más bendito que los que siguen la Palabra del Señor Dios, ni nadie más grande, ni en este mundo ni en el Reino de los Cielos, que los que siguen la Palabra del Señor Dios. Por tanto, todos debemos entender que los que siguen la Palabra del Señor Dios son los más grandes y benditos del mundo. 
Las personas estúpidas no siguen la Palabra del Señor Dios por ignorancia y también desobedecen la voluntad de Dios y abandonan Su Palabra completamente. Para estas personas, parece más atractivo seguir otro camino. Pero no deben dejarse engañar por estas tentaciones. Lo más seguro es mirar hacia la Palabra del Señor Dios solamente y caminar por el camino correcto con paciencia y sin dudar aunque parezca un poco estúpido. Los que siguen la Palabra del Señor Dios sin dudar y en silencio, sin importar lo que nadie tenga que decir, estas personas solamente son las personas de gran fe benditas. 
 
 
Lo correcto es que sigan la Palabra del Señor Dios
 
¿Cuántas personas en este mundo están siguiendo la Palabra de Señor Dios? ¿Qué ocurriría si siguiésemos la Palabra de Dios por nuestra cuenta sin la Iglesia? ¿Está bien intentar cumplir la Palabra de Dios individualmente como hizo Lot? Estas preguntas nos vienen a la mente de vez en cuando. Pero, sin importar cuánto pensemos en estas personas, la conclusión es que seguir a la Palabra de Dios en Su Iglesia es lo correcto. Por mucho que cambie el mundo, la fe de la gente, las doctrinas y los corazones y las mentes, debemos seguir la Palabra de Dios. 
Todos los que hemos vivido hasta el presente tenemos muchos pensamientos egoístas y codiciosos. Sin embargo, debemos vivir el resto de nuestras vidas teniendo presentes por lo menos estas preguntas: “¿Hemos estado siguiendo la Palabra de Dios? ¿Queremos seguirla? ¿Sabemos que esto es lo correcto? ¿Creemos que debemos seguir absolutamente la Palabra de Dios en nuestras vidas? ¿Estamos caminando hacia adelante con el objetivo claro y la fe clara? ¿Nos hemos decidido a hacerlo?” Aunque en nuestras acciones no hayamos podido vivir de esta manera completamente, por lo menos debemos saber claramente qué es lo correcto y seguir al Señor Dios según Su Palabra, y vivir con una idea clara. Solo entonces podemos seguir la Palabra de Dios a pesar de nuestras debilidades, y solo entonces Dios nos da las fuerzas para seguir Su Palabra, y solo entonces nos da las bendiciones que nos prometió en Su Palabra. 
Quiero repetir que todos los que están siguiendo la Palabra de Dios son personas felices. Yo también soy tan feliz que no tengo palabras para describirlo. Para ser sincero, hay momentos en que me defraudo a mí mismo y me siento atormentado por mis debilidades. Sin embargo, mi sufrimiento no es nada comparado con mi gozo y mi felicidad. Esto no se debe a mis propios méritos, sino porque creo que seguir la Palabra de Dios es lo correcto, y Dios se complace con esto. Aunque soy inadecuado en otras cosas, Dios se complace porque estoy siguiendo la Palabra y por eso mi gozo supera mi sufrimiento. 
 
 

La gente más feliz del planeta tierra

 
Aunque la gente vive vidas diferentes, todos somos personas benditas. A menudo me digo a mí mismo que estoy bendecido. Se pueden preguntar por qué. Estoy bendecido porque creo en la Palabra de Dios. Así que, a menudo, me encuentro sonriendo solo con un gozo desbordante en mi corazón que me hace feliz y contento. Cuando nos enfadamos, nos irritamos fácilmente, pero cuando nos sentimos contentos, nos parece que todo el mundo nos pertenece. Así es como me siento cuando pienso en el Señor Dios. Aunque nos sintamos irritados cuando pensamos en nosotros mismos y en nuestras debilidades, todos los que seguimos la Palabra de Dios estamos bendecidos, de la misma manera en que Abraham nos bendijo por seguir la Palabra de Dios. Como estamos siguiendo la Palabra de Dios, estamos tremendamente bendecidos. 
Mis queridos hermanos, si no hubiésemos seguido la Palabra de Dios, no podemos saber lo que nos habría pasado. Las consecuencias serían devastadoras. Incluso podría haberme suicidado. Somos así de estúpidos y llenos de debilidades como seres humanos. Pero, seguimos sentados aquí como las personas más benditas del mundo, todo porque el Señor Dios nos ha ayudado con Su Palabra, reinando en nuestros corazones, nuestras almas, nuestras circunstancias, nuestros pensamientos y nuestra fe. 
En mi opinión, todos los que están aquí reunidos son hombres y mujeres de fe, completamente bendecidos por Dios. No pienso que ustedes sean insignificantes. No lo estoy diciendo para que les guste mi sermón. Creo de verdad que todos ustedes han sido bendecidos en los brazos de Dios. Y cuando pienso en la Palabra de Dios, estoy seguro de que estoy bendecido y sé que su fe para seguir la Palabra de Dios juntos también está bendecida. Estoy completamente seguro de que, si el Señor nos da suficiente tiempo antes de que regrese, muchas personas serán salvadas a través de la obra del Evangelio y glorificarán a Dios. Todos podemos vivir una vida bendita llena de energía, trabajando sin cesar por todo el mundo para predicar el Evangelio a un número inimaginable de personas para la gloria de Dios. Creo sinceramente que el hecho en que estemos en este mundo es una bendición enorme para todo el que busca la salvación. Aunque somos solo humanos con muchas debilidades, estamos siguiendo la Palabra de Dios, y todos debemos entender lo maravilloso que es esto.
A menudo vamos por el mal camino, pero volvemos al buen camino. Como un perro que va dando vueltas y al final vuelve a su dueño, nosotros también volvemos a Dios. Debemos volver. Volver a Dios es lo verdaderamente importante. Cuando un perro perdido encuentra el camino de Vuelta a su dueño, el dueño está contento de volverlo a ver. ¿Cuánto más contento estará el Señor Dios cuando volvamos a Él después de ir por el mal camino? Con un gozo desbordante nos dirá: “Sí, sois Mis siervos y Mi pueblo. Viviréis conmigo para siempre. Habéis sido bendecidos por Mí”.
Mis queridos hermanos, los que siguen la Palabra del Señor Dios en sus vidas están más bendecidos que los que no. Las personas más bendecidas en este planeta son las que siguen la Palabra del Señor Dios. Todas las bendiciones son recibidas por los que siguen la Palabra del Señor Dios. Incluso sus descendientes futuros recibirán todas las bendiciones, todas las garantías y todo el esplendor. Cuando me reúno con mis hermanos ministros de Corea, aprecio aún más nuestras bendiciones. Esta creencia es la base sobre la que estoy viviendo mi vida de fe y es lo que guía mis interacciones con ustedes. Aunque estemos sufriendo en casa, en la Iglesia o en el trabajo, hemos sido verdaderamente bendecidos. 
Está escrito en Salmos 1, 1-6: 
«Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos, 
Ni estuvo en camino de pecadores, 
Ni en silla de escarnecedores se ha sentado; 
Sino que en la ley de Jehová está su delicia, 
Y en su ley medita de día y de noche. 
Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas, 
Que da su fruto en su tiempo, Y su hoja no cae; 
Y todo lo que hace, prosperará. No así los malos, 
Que son como el tamo que arrebata el viento. 
Por tanto, no se levantarán los malos en el juicio, 
Ni los pecadores en la congregación de los justos. 
Porque Jehová conoce el camino de los justos; 
Mas la senda de los malos perecerá».
¿Quiénes son los pecadores? Son los que no siguen la Palabra de Dios. Solo los que siguen la Palabra del Señor Dios están bendecidos y son justos. 
 
 

El camino a las bendiciones

 
No sé cómo han vivido sus vidas hasta ahora, pero desde el momento en que creen en el Evangelio del agua y el Espíritu todas las riquezas y el esplendor serán suyos, y ustedes serán los más grandes. Para conseguir esto debemos creer en la Palabra de Dios y seguirla. 
El Señor Dios aprueba el camino de los justos. Los justos siguen la Palabra del Señor Dios. Como los justos siguen esta Palabra, están llenos de gozo y como todas sus necesidades están cubiertas por Dios en Su tiempo, tienen la fuerza para vivir una vida segura sin preocupaciones aunque este mundo se venga abajo. Mientras vivimos nuestras vidas en este mundo, no pasa ni un día sin que nos preocupemos. Esto se debe a que en esta era presente hay mucha inestabilidad. No hay nada estable en estos tiempos. Hay muchas preocupaciones y ansiedades que se meten en nuestros corazones sin que nos demos cuenta. Sin embargo, mis queridos hermanos, si seguimos la Palabra del Señor Dios, Él cuidará de nosotros y les protegerá completamente ahora y en el futuro. Todo está en manos de Dios. 
De hecho, esta era presente es en realidad el momento más ideal para recibir las bendiciones. Si quieren vivir con seguridad y ser libres de todas las preocupaciones de este mundo, deben seguir la Palabra del Señor Dios. Si de verdad quieren que sus almas estén bendecidas y quieren embarcarse en el camino bendito, deben seguir la Palabra del Señor Dios y vivir por su fe inamovible para ser librados de todos los problemas de este mundo. Todo irá bien si siguen la Palabra del Señor Dios. Así que les pido que se den cuenta de que no hay nadie en este planeta que esté más bendecido que los que hemos nacido de nuevo del agua y el Espíritu. Los que siguen la Palabra del Señor Dios son las personas de fe como Abraham. 
Cuando Abraham concertó el matrimonio de su hijo, se aseguró de que la mujer fuese de su familia. Lo hizo en obediencia a la Palabra del Señor. Está mal pensar que no hay diferencia entre alguien que sigue la Palabra del Señor Dios y alguien que no lo hace. La diferencia entre estos dos tipos de personas es enorme. Así que les pido que vivan su fe entendiendo esta importante diferencia. 
 
 
Debemos determinar nuestra voluntad
 
Los que siguen la Palabra del Señor Dios son vibrantes y florecen en las estaciones como un árbol plantado junto a un río. Siempre están preparados para dar frutos y siempre dan fruto según la estación. Hay muchas variaciones en nuestras vidas de fe. Debemos examinarnos a nosotros mismos de vez en cuando para determinar qué tipo de fe queremos tener. Debemos preguntarnos a nosotros mismos si estamos contentos con dejar que nuestras vidas de fe sucumban a la complacencia, o si queremos estar decididos a vivir con nuestra fe dinámicamente. Entonces pueden decir que ya es bastante difícil vivir sus vidas de fe tal y como son. Puede que incluso estén resentidos conmigo porque les estoy pidiendo que sigan la Palabra del Señor Dios. Pero esto es absolutamente indispensable. Solo los que siguen al Señor Dios hasta el final pueden ponerse la corona del gozo. Por tanto, cuanto más difícil sea, más debemos seguir a Dios. Debemos poner nuestra voluntad en el Señor Dios y vivir nuestra fe según esta voluntad. Si estamos viviendo con fe a medias dependiendo de las circunstancias, no podemos decir que estamos viviendo por fe. Es absolutamente imprescindible que nos decidamos a vivir por fe. 
Entonces, ¿qué van a hacer? ¿Van a seguir la Palabra o van a ir por su propio camino? Deben escoger una cosa o la otra, y solo si escogen seguir la Palabra de Dios y practicarla en sus vidas podrán decir que están viviendo una vida de fe correcta. Deben decidir si van a seguir la Palabra del Señor Dios y recibir todas Sus bendiciones como un santo justo, o si van a vivir según sus propios deseos en vez de seguir la Palabra y así seguir siendo personas pecadoras. Lo que está claro es que hay una gran diferencia en el resultado entre los que siguen la Palabra del Señor Dios y los que no. Los que siguen la Palabra del Señor Dios por fe recibirán todas Sus bendiciones como Abraham e incluso sus descendientes serán bendecidos y prosperarán. 
Por el contrario, los que no sigan la Palabra de Dios puede que rían primero pensando que son libres, pero al final serán tan miserables que no tendrán energía ni para llorar. Esta es la Palabra de Verdad. Esto es lo que la Biblia nos enseña. Nos enseña que quien sigue la Palabra del Señor Dios está bendito, pero quien no la sigue no recibe bendiciones. Por eso, la Palabra del Señor Dios no es algo que podamos escoger seguir o ignorar, sino que es algo que debemos seguir sin falta. Si queremos seguir con nuestras vidas de fe, debemos seguir la Palabra del Señor Dios sin dudar. Debemos decidirnos a hacerlo. 
Este mundo es incierto e inestable. Sin embargo, estamos viviendo una vida segura y estamos caminando por un camino seguro. Estamos corriendo con una meta clara. Si seguimos la Palabra del Señor Dios, entonces no solo nosotros, sino nuestros descendientes y todo el mundo a nuestro alrededor será bendecido, pero si no seguimos la Palabra del Señor Dios, no solo seremos maldecidos nosotros, sino también todo el mundo a nuestro alrededor. Al darnos cuenta de esto claramente, todos debemos seguir la Palabra del Señor Dios por fe y correr hacia nuestra meta, reconociendo que esto es lo correcto. Solo si seguimos la Palabra sin dudar podemos recibir las mismas bendiciones que Abraham recibió. Y solo entonces podemos decir que estamos viviendo una vida de fe correcta. 
No debemos dejar que nuestras vidas se vayan a la deriva sin ningún objetivo, malgastando nuestro tiempo año tras año. Debemos perseguir una sola meta hasta el día en que el Señor vuelva y estemos ante Él cara a cara. Si vivimos en obediencia a la Palabra del Señor Dios según Su voluntad, nuestras vidas serán consideradas vidas exitosas y valiosas. 
También es importante creer que el único camino es seguir la Palabra del Señor Dios. No puede haber ningún otro compromiso. Lo que es aún más importante que una voluntad fuerte es tener fe para seguir la Palabra del Señor Dios. Si no seguimos la Palabra de Dios, no podemos esperar ningún beneficio. Entonces, ¿por qué vamos a comprometernos con el tipo de vida que no nos ofrece ningún beneficio? Los compromisos solo se pueden hacer si ofrecen algún beneficio; sin beneficios, ¿para qué negociar? Por eso vivo todos los días según la Palabra del Señor Dios a pesar de mis debilidades. Así, reconociendo mis propias debilidades y creyendo que debemos seguir la Palabra del Señor Dios, todos debemos caminar hacia esta meta y vivir por esta fe. 
Mi deseo es que todos nuestros ministros y hermanos y hermanas en nuestra Iglesia de Corea y alrededor del mundo vivan por este tipo de fe. No somos pocos. Algunos de ustedes se preocupan de que haya pocos justos. Pero no somos tan pocos. No deben preocuparse de esto. Después de todo, ¿había muchos justos en los tiempos de Abraham? No, al principio solo había un hombre justo, Abraham. ¿Cuántos hijos tuvo Abraham? Solo tuvo un hijo, Isaac. Pero, de todas las personas en aquel entonces la Biblia dice que solo estos dos hombres, Abraham y su hijo Isaac, estaban bendecidos. ¿Cuántos hijos tuvo Isaac? Tuvo dos hijos, Esaú y Jacob. De estos dos hombres, ¿quién estaba bendecido? Jacob solo. ¿Por qué fue bendecido Jacob? Fue bendecido porque había seguido la Palabra del Señor Dios. De esta manera, solo los que viven por fe en obediencia a la Palabra del Señor Dios pueden disfrutar Sus bendiciones. 
¿Cuántos hijos tuvo Jacob? Tuvo doce hijos. La Biblia dice que Jacob tuvo doce hijos y que estos doce hijos formaron las doce tribus de Israel. Se dice que estas doce tribus gobernaron la tierra de Canaán. ¿Cuántos discípulos tuvo Jesús? Es cierto, tuvo doce. Pero, a pesar de su reducido número, la Biblia dice que eran los discípulos verdaderos del Señor y que fueron bendecidos. 
Solo porque haya mucha gente en una iglesia, esto no significa que sea una iglesia bendecida. Los que están bendecidos por Dios son los que siguen la Palabra del Señor Dios de todo corazón. Por el contrario, quien no siga la Palabra del Señor Dios está caminando por el camino de los pecadores y será maldito. El estar bendecido o maldito depende de si una persona sigue la Palabra de Dios como Abraham o no. 
Hoy hemos compartido la Palabra de cómo Abraham siguió la Palabra de Dios. Todos los aquí reunidos estamos siguiendo la Palabra del Señor Dios. Espero y oro para que al final de nuestras vidas todos aparezcamos como personas que han vivido sus vidas en obediencia a la Palabra del Señor Dios para Su complacencia y deleite.