(Apocalipsis 16:1-21)
De las plagas de los siete tazones, la primer plaga es la de la úlcera, la segunda plaga es la que convierte el mar en sangre y la tercera es la que convierte el agua fresca en sangre. La cuarta plaga es en la que la gente es quemada a muerte por el calor del sol.
El pasaje principal nos dice: «El cuarto ángel derramó su copa sobre el sol, al cual fue dado quemar a los hombres con fuego. Y los hombres se quemaron con el gran calor». Esto nos dice que Dios moverá el sol cerca de la tierra y quemará sus formas de vida hasta la muerte. Cuando Dios permita que esto suceda, nadie será capaz de escapar del quemante calor del sol, aún si alguien cavara una cueva profunda debajo del piso y se escondiera ahí. Ni encendiendo el aire acondicionado de alta eficiencia para esta plaga, ni así serán capaces de detener la plaga de Dios. Todos ellos no tienen otra opción que la de morir.
Solo podemos imaginarnos lo que les ocurrirá a ellos cundo llegue el tiempo de esta plaga –su piel se pelará, su carne interna literalmente se cocinará, deshaciéndose y pudriéndose. Entonces todos morirán de cáncer de la piel.
Y aún así, mientras se queman hasta morir del calor insoportable del sol, la gente con todo esto no se arrepentirá de sus pecados. La plaga de Dios es sorprendente, pero también lo es esta gente que rehúsa arrepentirse aún cuando atraviesan esta plaga. Mientras ellos rehúsan arrepentirse, las plagas de Dios continuarán.
El pasaje principal dice: «El quinto ángel derramó su copa sobre el trono de la bestia; y su reino se cubrió de tinieblas, y mordían de dolor sus lenguas, y blasfemaron contra el Dios del cielo por sus dolores y por sus úlceras, y no se arrepintieron de sus obras». Cuando vemos al mundo actual, ¿acaso no vemos la multitud de gente que debería ser juzgada por Dios ahora? Pero debido a que Dios está deteniendo Su ira en gran paciencia, todavía no son juzgados. Sin embargo, si murieran sin haber creído en el evangelio del agua y el Espíritu dado por Jesucristo, serán devueltos a la vida nuevamente por Dios en cuerpos que no mueren, y encararán los sufrimientos eternos en el fuego eterno que arde por siempre.
Cuando esto ocurra, la gente querrá morir, ya que su sufrimiento será demasiado grande para tolerarlo. Pero el sufrimiento del infierno dura para siempre. El tiempo vendrá cuando aquellos que serán juzgados por Dios desearán morir, pero la muerte huirá de ellos, ya que Dios evitará que mueran para que Él los pueda juzgar por siempre.
La sexta plaga es la Guerra del Armagedón. Y la séptima es la última plaga que terminará con un gran terremoto y enorme granizo.
Los versículos 17-21 nos dicen: «El séptimo ángel derramó su copa por el aire; y salió una gran voz del templo del cielo, del trono, diciendo: Hecho está. Entonces hubo relámpagos y voces y truenos, y un gran temblor de tierra, un terremoto tan grande, cual no lo hubo jamás desde que los hombres han estado sobre la tierra. Y la gran ciudad fue dividida en tres partes, y las ciudades de las naciones cayeron; y la gran Babilonia vino en memoria delante de Dios, para darle el cáliz del vino del ardor de su ira. Y toda isla huyó, y los montes no fueron hallados. Y cayó del cielo sobre los hombres un enorme granizo como del peso de un talento; y los hombres blasfemaron contra Dios por la plaga del granizo; porque su plaga fue sobremanera grande».
El pasaje anterior nos dice que mientras Dios derrama el séptimo tazón, un gran terremoto golpeará el planeta, el mundo entero se partirá en tres, y los edificios que aún continúen de pie sobre esta tierra serán derrumbados, sin dejar uno solo intacto. Mientras este mundo es sometido bajo la feroz ira de Dios, todas las islas y las montañas desaparecerán.
¿Acaso las Montañas Himalayas continuaran de pie cuando esto ocurra? ¡Claro que no! Todas las altas montañas desaparecerán ante la vista de los vivos. Cada montaña en este mundo simplemente se evaporará sin dejar rastro. El pasaje también nos dice que enorme granizo, que pesa como 100 libras (45 Kg.), caerá sobre esta tierra. ¿Habrá alguien que pueda sobrevivir durante estos terremotos y el granizo?
Apocalipsis 18 nos dice que la ira de Dios cae sobre aquellos que no han creído en Él y que han ignorado Su Palabra. Algunas personas de este mundo afirman, como si fueran divinos, “Yo nunca estaré sujeto bajo la ira de Dios, y nunca seré juzgado por Él.” Sin embargo, el juicio de Dios cae precisamente por esta clase de gente que está llena de su propia arrogancia y orgullo. Debemos creer que este mundo desaparecerá cuando sea golpeado por las plagas de los siete tazones derramados por Dios.
Debemos Tener Fe en la Palabra de Dios
Dios nos dice que Él hará desaparecer este mundo. Por lo tanto, este mundo no durará para siempre. Así que, todos aquellos que están encarando su cercano final deben creer en esta verdad aún con mayor firmeza e ir tras su fe espiritual. Por lo tanto, toda la gente de este mundo debe ser despertada de su sueño espiritual. Yo no se con que clase de fe hayas vivido tu vida hasta ahora, pero ahora es el tiempo de que concentres tu atención en lo que acontecerá en los tiempos finales, despertar y creer. Tu debes tener el conocimiento exacto de las plagas profetizadas en el Apocalipsis, y debes estar alerta.
Nuestro Señor nos ha dicho que este mundo pronto estará bajo las plagas de los siete tazones de Dios. Así que, debemos esperar por el Señor mientras continuamos predicando el evangelio, aunque la gente no lo reciba bien.
El destino de este mundo ahora está en riesgo. El mundo de hoy esta expuesto a toda clase de peligros, desde la amenaza de guerra hasta la precaria degradación del ambiente climático, multiplicación de los conflictos sociales y toda clase de enfermedades. Por lo tanto, Dios nos dice que la era actual es como los tiempos de Noé. Si el tiempo actual es como el tiempo de Noé, solo quiere decir que este mundo ahora entrado en sus últimos días. La señal de los tiempos finales es que la gente solo estará interesada en las cosas de la carne, como comer, beber, casarse y otros asuntos triviales. Por lo tanto, merecen ser juzgados por Dios. En los tiempos de Noé, también, tal gente no escuchaba lo que les decía Noé, así que todos fueron destruidos, excepto Noé y su familia de 8 personas. El mundo que viene será también como ese.
Casi todas las cosas que Dios ha prometido han sido cumplidas como fueron escritas en la Biblia. De estas, cerca del 5 por ciento aún quedan por cumplirse, pero el resto ya ha sido realizado. La Palabra de salvación y de la redención prometida por el Señor también ha sido cumplida totalmente. En la Palabra de Dios, solo resta el juicio reservado para aquellos que no creen en el evangelio del agua y el Espíritu para los santos nacidos de nuevo, solo les espera el Reino del Milenio, y el Cielo y la Tierra Nuevas, donde los justos entrarán y vivirán.
Dios es misericordioso, y Él está del lado de los justos. Sin embargo, para aquellos que merecen Su ira, ciertamente Dios traerá Su ira para descargarla sobre ellos, mientras que aquellos que merecen Su misericordia, ciertamente Él otorgará Su misericordia.
¿Cuando ocurrirán estas plagas? Las plagas de los siete tazones vendrá después del martirio de los santos, mientras que la marca 666 es colocada sobre este mundo y es resistida por los santos. Después de las plagas vendrá la primer resurrección, el Reino del Milenio y el juicio final de Jesús sentado en el gran trono blanco. Esto será seguido por la apertura del eterno Reino del Cielo. A través de la Biblia, debemos obtener el conocimiento de la providencia de Dios.
¿Crees en el hecho de que Jesús se levantó de los muertos de nuevo? ¿Crees que el Señor ha hecho que todos los pecados desaparezcan a través de Su bautismo y sangre? Nuestro Señor quitó todos los pecados de la humanidad con Su agua y sangre, se levantó de los muertos en tres días, y ahora está sentado a la diestra del trono del Padre. Como tal, los pecados de aquellos que creen en Jesucristo han desaparecido claramente, y como Cristo se levantó de entre los muertos, también ellos serán resucitados.
Por lo tanto, los santos serán glorificados con el Señor, pero mientras estén en esta tierra, también encararán muchos sufrimientos por el Señor. Pero los sufrimientos de este tiempo presente no son dignos de compararse con la gloria que les espera a los santos nacidos de nuevo. Por lo tanto, los santos no tienen nada de que preocuparse en lo que respecta al futuro. Todo lo que los justos tienen que hacer por el resto de sus vidas es vivir para el evangelio y por su fe. Debemos dedicarnos nosotros mismos al trabajo de salvar almas, y de no seguir al mundo.
Vamos a Dedicar el Resto de Nuestras Vidas a Dios
Yo estoy preocupado que pueda existir alguien entre nosotros que traicione el evangelio. Quien sea que traicione el evangelio del agua y el Espíritu negará al Mismo Señor al final. Aunque somos débiles, si creemos y seguimos el evangelio del agua y el Espíritu logrado por el Señor, todos seremos capaces de vivir por fe. Los santos no pueden vivir solo con su propia sabiduría y fuerza. Si hicieran eso, terminarán traicionando su fe y encarando su propia destrucción. Para evitar esto, debemos vivir por fe.
¿Por qué nuestro Señor permitirá que la humanidad reciba la marca 666? Esto es para separar el trigo de la cizaña. Antes de permitir el rapto de los santos, la primer cosa que Dios debe hacer es separar claramente el trigo de la cizaña.
Existen batallas espirituales que pelear para los santos. Así que, los santos no deben evitar la pelea contra los enemigos de Dios. Si ellos dudan en su lucha contra Satanás, pueden recibir en vez de eso un golpe fatal de parte de Satanás. Por lo tanto, todos los santos deben y pueden pelear batallas espirituales aún por ellos mismos. Todas las batallas espirituales peleadas por los santos son justificables. Para seguir a Dios, cada santo debe pelear y vencer a Satanás y a sus siervos.
Los santos deben pelear por el Reino de Dios. También deben ser perseguidos por el Reino de Dios, y ser odiados por la gente del mundo. El que a los santos les sea dada la oportunidad de pelear por el Señor en si mismo es algo bueno. Si esta oportunidad para pelear por Dios te fuese dada, debes darle las gracias a Él por ello. Tal pelea es una buena pelea, ya que es una pelea por la justicia de Dios.
Dios ayuda a los justos. No quedan muchos días en nuestras vidas, y mi esperanza y oración es que todos vivamos lo que resta de nuestras vidas peleando las batallas espirituales y haciendo las obras espirituales hasta que estemos ante el Señor. No importa lo que la gente de este mundo nos diga a nosotros, debemos pelear las batallas espirituales, dar frutos espirituales y ofrecer estos frutos ante nuestro Señor. Cuando llegue el día del regreso de nuestro Señor, estemos confiadamente de pie ante Él. Cuando este día llegue, Él Señor limpiará nuestras lagrimas y viviremos en un lugar en donde ya no lloraremos más, ni sufriremos dolor de nuevo, ni encontraremos más pecado.
Vivamos todos por fe, y por esta fe entremos todos en el Reino de Dios.
Este sermón también está disponible en formato de libro electrónico. Haga clic en la portada del libro a continuación.