(Juan 1:1-4)
“En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. Este era en el principio con Dios. Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho. En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres.”
¡Cuan Grande es Jesús Quién Nos Amó Tanto Que Nos ha Liberado De Todos Nuestros Pecados!
Juan capitulo 1 describe a Jesús como el Creador de todo el universo. Si nos comparáramos a nosotros mismos con el universo infinito que Dios ha creado, nos daremos cuenta de que somos criaturas insignificantes y pequeñas. Es por ello que no podemos agradecer a Dios lo suficiente por tener la capacidad de encontrarnos con ese Dios tan grande. Fue el mayor de todos los milagros. Aún ahora, yo pienso que es el más grande de los milagros el que me haya encontrado con Dios, quién vino por el evangelio del agua y el Espíritu.
Jesús es el Creador, quién creó este vasto universo que esparce millones de millones de años luz por todas partes. Dios también ha preparado la Verdad y la verdadera salvación, las cuales son invisibles a nuestros ojos. Dios es un Dios maravilloso. La obra más grande de Dios fue crear a los humanos, de entre todas las demás creaciones de Dios, como Sus hijos propios hijos.
Sin embargo, ¿como podríamos dejar de dar gracias a Dios, cuando pudimos encontrar a un Dios tan grande y tan maravilloso? Dios ha realizado obras tan maravillosas que es imposible que las entendamos con nuestra inteligencia. El mundo que Dios ha creado esta lleno de misterios los cuales son incomprensibles para la mente humana. No podemos dejar de alabar a Dios, ya que pudimos encontrar a un gran Dios con nuestra propia discreción. No podemos dejar de alabar a Dios, cuando vemos el universo que esta lleno con muchas galaxias que van más allá de nuestra imaginación. El universo, el cual ha creado Dios, es magnifico. Somos seres tan pequeños que no podemos compararnos con el mundo creado por Dios. Cada persona no es más grande que un grano de polvo ante los ojos de Dios. Aún así, ¿Cómo no dar gracias a Dios, cuando tales seres tan pequeños como somos pudimos encontrarnos con Dios, el Creador de este magnifico universo? Con un corazón lleno de gratitud, yo doy gracias a Dios una vez más.
Sin embargo, es una pena que exista tanta gente que está intentando encontrarse con el gran Dios y con el Espíritu Santo sin tener la Verdad del evangelio del agua y el Espíritu. Es absolutamente imposible que nosotros nos encontremos con Jesús sin primeramente tener fe en este verdadero evangelio. También, es imposible que recibamos la remisión del pecado sin el evangelio del agua y el Espíritu.
Entonces, ¿cómo es capaz Jesucristo de encontrarse con los humanos? No existe otro camino a través del cual Dios puede encontrarse con nosotros excepto a través de Jesús, quién se hizo humano como tú y yo. Jesús recibió el bautismo de parte de Juan el Bautista para tomar todos los pecados sobre Sí Mismo de una sola vez, y Él totalmente borró los pecados de una vez por todas al ser crucificado en la Cruz. A través de Su bautismo y crucifixión, Jesús hizo posible que Dios nos adoptara como Sus propios hijos. En otras palabras, no hay otra forma de salvación excepto la venida de Dios como Salvador, quién nos ha liberado de los pecados de una vez por todas. Sin embargo, si Dios fuese a encontrarse con nosotros en Su carácter fundamental, ningún pecador hubiese sido capaz de escapar del juicio de acuerdo a sus pecados, ya que Él es el Juez más solemne y es Santísimo. Debido a que básicamente éramos pecadores, hubiéramos muerto si nos hubiésemos puesto ante la santa luz de Dios. Así, para que Dios se encontrara con nosotros, Él tuvo que venir a nosotros en semejanza de hombre, al igual que nosotros.
Nuestro Señor en Persona tuvo así que venir en semejanza de hombre para que Él pudiera encontrarse con nosotros y liberarnos, a nosotros, quienes somos débiles y deficientes. Para tener la carne y la sangre de un hombre, como tienen nuestros cuerpos, Jesús nació en este mundo a través de la Virgen maría. Como está escrito, “Por tanto, el Señor mismo os dará señal: He aquí que la virgen concebirá, y dará a luz un hijo, y llamará su nombre Emmanuel” (Isaías 7:14), Dios ha venido a nosotros en carne y sangre al igual que nosotros solamente para estar con nosotros. Esta promesa fue profetizada hace más de 700 años antes del nacimiento de Jesús. Si nuestro Señor no se hubiese humillado a nuestro nivel y se hubiese acercado a nosotros, tú y yo nunca habríamos sido capaces de encontrarnos con nuestro Señor. Nuestro Señor vino a este mundo en semejanza de hombre, como nosotros, para encontrarse con nosotros.
Dios Se Ha Convertido en Emmanuel para Nosotros
“Emmanuel” significa “Dios con nosotros,” y el nombre “Jesús” significa “Aquel que salvara a Su pueblo de sus pecados” (Mateo 1:21, 23). Juan 3:16 habla acerca de Emmanuel Jesús lo siguiente: “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.” Debido a que Dios nos amó así, Él se hizo semejante al hombre y vino a este mundo para encontrarse con nosotros.
Jesucristo vino a este mundo en semejanza de hombre nos hizo sin pecado por el evangelio del agua y el Espíritu. Así, Él nos ha convertido en Su propio pueblo. Él ha venido a este mundo por el evangelio del agua y el Espíritu. Cuando escuchamos y creemos en nuestro corazón la Verdad del evangelio del agua y el Espíritu, podemos tener un encuentro con el Santísimo Dios y llegar a ser del pueblo propio de Dios. Podemos encontrarnos con Dios debido a que hemos sido liberados de todos nuestros pecados por el evangelio del agua y el Espíritu. También podemos tener verdadera comunión con Dios debido a que hemos llegado a ser Su propio pueblo. Debido a esto, debemos darnos cuenta que no podemos tener un encuentro con Dios sin creer primeramente en el evangelio del agua y el Espíritu. Por lo tanto, podemos tener un encuentro con Él únicamente a través de la fe. Aunque básicamente nuestro Señor es Dios, Él visitó este mundo por la Verdad del evangelio del agua y el Espíritu para tener un encuentro con quienes básicamente somos pecadores.
Nosotros creemos en el evangelio del agua y el Espíritu, creemos que nuestro Señor es el Rey de reyes, el Dios Creador, y el verdadero Salvador. Estamos agradecidos porque Jesucristo vino a esta tierra en semejanza de hombre. Podemos encontrarnos con Él cuando creemos en la Palabra de Su evangelio hablado. Quienquiera que desee encontrarse con Jesucristo debe darse cuenta que esto solamente es posible creyendo en Él quién vino a este mundo para liberarnos de todos nuestros pecados. No podemos encontrarnos con Él meramente porque lo queremos hacer. Debido a que creemos en el evangelio del agua y el Espíritu, ahora podemos encontrarnos libremente con Dios. Al creer en la Verdad del evangelio del agua y el Espíritu dado por el Señor, hemos llegado a ser le pueblo de Dios. Queridos compañeros creyentes, ¿estas palabras tienen sentido para ustedes?
Cada persona creció en un ambiente distinto, y el sistema de creencias de alguien es moldeado principalmente por este ambiente. Puedes ser un Cristiano debido al ambiente en el cual tú creciste. Entre los creyentes de Jesús, también existen aquellos que se han encontrado con el evangelio por primera vez en una parte postrera de sus vidas. Aunque la Palabra del evangelio del agua y el Espíritu puedan sonar un poco rara cuando se oye por vez primera, sabemos que es correcta. Es natural que nosotros inicialmente nos confundamos cuando entramos en el poder del evangelio del agua y el Espíritu. Todos atravesamos la misma experiencia al principio. Sin embargo, tu confusión ciertamente será superada cuando pongas tu fe en el evangelio del agua y el Espíritu.
Existen muchos Cristianos que alaban a Dios por su simple afecto hacia Dios a pesar de que no conocen el evangelio del agua y el Espíritu. ¿Realmente le agrada a Él esta alabanza equívoca de los pecadores? Aquellos que han llegado a ser justos por su fe están alabando a Dios con un corazón gozoso. Si va a una iglesia de Dios, podrás encontrar a otra gente que está alabando únicamente la justicia de Dios.
Quienquiera que venga a la iglesia de Dios eventualmente escuchará la Palabra del evangelio del agua y el Espíritu. Este evangelio del agua y el Espíritu es la Verdad del evangelio que no puede ser escuchada en ninguna parte del mundo. Aquellos que escuchan y creen la Verdad del evangelio del agua y el Espíritu se reúnen en la Iglesia de Dios para llevar sus vidas espirituales. También, ya que no puede haber una sola mancha de pecado en sus corazones, llegan a alabar a Dios con corazones totalmente sin pecado. Ellos pueden alabar a Dios desde lo más profundo de sus corazones ya que se han encontrado con el Señor en la Verdad y por lo tanto tienen convicción de su salvación. En la Iglesia de Dios, la gracia de la remisión del pecado, la cual nos la ha dado el Señor, sobre abunda en todo tiempo.
¿Cómo fue posible que nosotros tuviésemos un encuentro con el Señor? Realmente, esto es imposible a través de medios meramente humanos. Carece de sentido común el que nosotros tratemos de encontrarnos con Dios solamente con nuestro propio esfuerzo. Somos incapaces de tener un encuentro con Dios con una fe que esta basada en pensamientos humanos. Es solo por creer en la Verdad del evangelio del agua y el Espíritu por lo que somos liberados de todos nuestros pecados y también es por lo que podemos tener un encuentro con Dios el Creador de todos los Cielos. Para que tengamos un encuentro con Dios, tenemos una necesidad absoluta del evangelio del agua y el Espíritu. No existe defecto en nuestra remisión del pecado la cual es ganada a través de la fe en ese evangelio. Ahora, quien sea que crea en el evangelio del agua y el Espíritu puede encontrarse con Dios y convertirse en el pueblo propio de Dios a través de su fe.
Nuestro verdadero Mediador es Jesucristo (1 Timoteo 2:5). Y el evangelio dado por el Señor del agua y el Espíritu es la verdadera salvación. Nadie puede tener un encuentro con Jesús excepto a través de la Verdad del evangelio del agua y el Espíritu. Ninguno de nosotros puede ser exentado de la condenación eterna a menos que conozcamos la Verdad del evangelio del agua y el Espíritu. Podemos tener un encuentro con Jesucristo, nuestro Señor y Salvador, solo creyendo en la Verdad real de la salvación la cual vino por el agua y el Espíritu. Así, yo te digo ahora, el que crea en el evangelio del agua y el Espíritu será el más bendecido.
Sin embargo, aquellos Cristianos ministros que no se han topado con el evangelio del agua y el Espíritu no pueden predicar sermones verdaderos ya que no han tenido un encuentro con Dios. Así, solo son capaces de predicar sermones falsos. Puede que prediquen la Palabra de Dios a su modo personal, pero son incapaces de compartir la Verdad que le permite a la gente resolver el problema del pecado en su espíritu. Es absolutamente imposible para ellos hablar de la realidad de la Verdad del evangelio del agua y el Espíritu, ya que no tienen ni la menor idea de la Verdad de este evangelio. Muchos predicadores dan sermones a sus congregantes, pero sus palabras no son nada más que pensamientos teóricos salidos de su propia carne.
¿Cómo es Verdaderamente el Amor de Dios?
¿Cómo es el amor de Dios? En este mundo, existen muchas clases de amor. Existe el amor de la gente, de los amigos, de un amante, de los padres de uno y el amor de Dios. Entonces, ¿Cuál clase de amor es el más precioso? Debido a que al amor incondicional y que nunca cambia es el más valioso, el amor de Dios sobrepasa a los otros sin pensarlo dos veces. Todos deseamos tener el amor de Dios en nuestro corazón. ¿Cómo, entonces, podemos tener el amor de Dios en nuestro corazón? Cuando creemos en Jesucristo, quién vino por la Palabra del evangelio del agua y el Espíritu, como nuestro Salvador, podemos tener el amor de Dios.
Hasta la última generación, la gente solía pensar que podían adquirir sabiduría mundana asistiendo a la iglesia. Sin embargo, en la actualidad, la gente ni siquiera lo considera una ventaja. En estos días, debido a que existen muchos lugares para aprender en el mundo y debido a que la gente había aprendido muchísimo, la gente se haya descontenta a menos que les sea predicado el evangelio del agua y el Espíritu.
El evangelio del agua y el Espíritu solo se predica en la iglesia de Dios. La gente no viene a la iglesia en estos días para tener conocimiento mundano sino para aprender acerca de Dios y para escuchar la voz de Dios a través del evangelio del agua y el Espíritu. Sin embargo, ¿Cómo puede un ministro, que ignora el evangelio del agua y el Espíritu, guiar a los demás a la Palabra de Dios? Aquellos que aún ignoran el evangelio del agua y el Espíritu ni han recibido la remisión de sus pecados ni han tenido un encuentro con Dios ya que no conocen la Verdad de este evangelio. ¿Cómo, entonces, pueden discutir el evangelio del agua y el Espíritu, el cual es el evangelio de Dios? Además, ¿cómo pueden hablar de tú condición espiritual? Son incapaces de discutir la remisión del pecado y la salvación verdadera. Ellos solo confunden los corazones de los Cristianos espiritualmente ciegos con sus doctrinas. Todos deben ser lavados completamente de todos sus pecados por su fe en el evangelio del agua y el Espíritu. De otra manera, es imposible compartir este verdadero evangelio claramente manifestado en la Biblia.
Sin embargo, nosotros los que creemos en el evangelio del agua y el Espíritu pudimos tener un encuentro con Jesús a través de la Verdad de este evangelio. Ya que Jesús vino a este mundo por el agua y la sangre (1 Juan 5:6), nacemos de nuevo y también somos parte del pueblo propio de Dios por nuestra fe en este evangelio.
En el pasaje de la Escritura de hoy, escrito está que Jesucristo es Dios: “En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. Este era en el principio con Dios. Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho. En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres. La luz en las tinieblas resplandece, y las tinieblas no prevalecieron contra ella” (1 Juan 1:1-5).
En el principio, existía la Palabra. Esta Palabra era de hecho la Palabra de Dios. Este mundo fue creado a través de la Palabra de Dios, y no existía nada en este mundo que no fuese hecho a través de la palabra de Dios. En la Palabra de Dios, la vida llegó para todas las cosas. Esa vida también dio vida a los hombres.
Dios el Creador de todo el universo es el mismísimo Dios Trino; -el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Dios hizo del universo una realidad por Su Palabra, “Hágase algo.” Cuando Dios habló, así se hizo. Lo que estoy diciendo es que este Dios Omnipotente ha venido a nosotros como nuestro Salvador. Con nuestro Señor, quién vino a este mundo, llegó la autoridad para limpiarnos de todos nuestros pecados. Sin embargo, muchísima gente no conoce al Señor y mueren como pecadores. “La luz en las tinieblas resplandece, y las tinieblas no prevalecieron contra ella.” (Juan 1:5).
Sin embargo, tú y yo que creemos en el evangelio del agua y el Espíritu hemos recibido muchísimo amor de parte de Dios. Dios nuestro Salvador vino a este mundo en semejanza de hombre como nosotros. Al recibir el bautismo de Juan el Bautista y al morir sobre la Cruz, Él tomó todos nuestros pecados sobre Sí Mismo y los expió todos ellos. Al resucitar de entre los muertos, Él nos ha dado, a quienes creemos en el evangelio del agua y el Espíritu, la gracia para llamar a Dios Padre “Abba padre.” Al conocer y al creer en el evangelio del agua y el Espíritu, hemos sido liberados de todos nuestros pecados y hemos sido adoptados como los propios hijos de Dios. Así, a través del evangelio del agua y el Espíritu, hemos tenido un encuentro con nuestro Salvador, Jesucristo. Ya que hemos conocido a Dios por la Verdad de este evangelio, ¿Qué gran amor hemos recibido de Dios?
Nosotros, quienes hemos nacido de Nuevo al creer en Jesús como nuestro Salvador a través del evangelio del agua y el Espíritu, hemos recibido la enorme gracia de la salvación. Sin embargo, mucha gente permanece como pecadora en las tinieblas, aunque la luz del evangelio del agua y el Espíritu ha resplandecido sobre ellos. ¿Cuan grande vergüenza es que muchísima gente aún continué vagando en las tinieblas, cuando Jesucristo ya ha liberado a todos de todos sus pecados al venir a través del evangelio del agua y el Espíritu? Ciertamente hemos recibido gracia abundante, porque hemos encontrado a Jesús a través de nuestra fe en el evangelio del agua y el Espíritu.
Si tomamos un momento para reflexionar sobre nosotros mismos, no hemos conocido a nuestro Señor debido a nuestra inteligencia. Si pudiéramos conocer a nuestro Señor por nuestras habilidades carnales, no hubiésemos podido conocer a nuestro Señor. ¿Cómo gente tan insignificante como nosotros puede conocer a este maravilloso Dios?
Si observamos a cada individuo en comparación con el universo, somos como polvo. No, ni siquiera polvo. Si tales seres intentaran encontrarse con el Señor, es razonable pensar que no sería posible. Es por eso que Él vino a nosotros y se encontró con nosotros. No hemos tenido un encuentro con Dios a través de nuestra excelencia en la carne, sino que pudimos tener un encuentro con Dios debido a que nuestro Señor nos ha liberado con la Palabra del evangelio del agua y el Espíritu. Aquellos que han creído esto y han tenido un encuentro con el Señor han recibido Su amor verdadero. Así como ahora traigo puesto un traje formal, aquellos que han creído en el evangelio del agua y el Espíritu están usando las ropas de la justicia de Dios. Nosotros, quienes nos hemos puesto el amor de Dios, estamos usando ciertamente Su gran amor. Es un gran privilegio recibir bendiciones, gracia, salvación y el amor del Dios Todopoderoso, quién es el Creador y el Salvador.
Nosotros no hemos amado a Dios, sino que Dios nos amó primero y lo hizo incondicionalmente por la Verdad del evangelio del agua y el Espíritu, al encontrarse con nosotros y al cubrirnos con Su amor (1 Juan 4:19). Así, hemos llegado a ser el propio pueblo de Dios, siendo adoptados como Sus hijos, y hemos ganado el derecho de entrar al mundo de la eternidad. No existe nada que hayamos hecho por nuestra parte para completar esta sorprendente Verdad de Dios. Dios lo hizo todo por Su parte.
El que nosotros persigamos ese amor de Dios es tan inútil como el viajar por todo el mundo buscando a una madre desconocida, como lo menciona un cuento de hadas. No seremos capaces de encontrar al Salvador, aún si intentáramos buscar en cada esquina de este universo. Podemos tener un encuentro con Dios solo porque Él Mismo vino a tener un encuentro con nosotros. Podemos tener un encuentro con el Señor y somos libres de todos nuestros pecados solo al creer en el evangelio dado por el Señor del agua y el Espíritu. Nadie puede recibir la remisión del pecado por sus propias obras o habilidades.
Así, tenemos que abandonar nuestros pensamientos humanos que se oponen a la voluntad de Dios. Toda la salvación sale de nuestro Señor. El pensar que haremos algo con nuestro propio conocimiento humano es una ilusión. Es olvidarse del lugar de uno, actuando como un cachorro que no tiene temor del tigre. Si realmente deseamos tener un encuentro con el Señor de la Verdad, tenemos que poner atención a la Palabra de Dios con nuestros ojos y con nuestros oídos. El problema es que la gente es engañada por las falsas enseñanzas y, por lo tanto, fallan en reconocer la Verdad del evangelio del agua y el Espíritu.
Aquellos que son ignorantes de la Verdad del agua y el Espíritu no tendrán un encuentro con el Señor aún cuando les sea dad una segunda oportunidad. Aquellos que no han sido lavados completamente de todos sus pecados por su fe en el evangelio del agua y el Espíritu no pueden comprender ni siquiera una línea de la Biblia correctamente. Ellos solo pueden decir que la Palabra de Dios se compone de la parte blanca la cual es el papel y de las letras negras. Podrán llegar a tener conocimiento académico de este mundo, pero la Palabra escrita de la Biblia es indescriptiblemente complicada para ellos. Si Jesús habló la Palabra en el principio para crear los cielos y la tierra, esa Palabra es la Palabra de Dios. Y este universo fue creado solamente por Su Palabra. Pero los Cristianos religiosos tratan de interpretar Su Palabra únicamente a través de su propio entendimiento limitado. Por lo tanto, es imposible para aquellos, que no conocen el evangelio del agua y el Espíritu, comprendan cómo Dios vino a este mundo en semejanza humana.
Yo tuve un encuentro a través de la Palabra del evangelio del agua y el Espíritu 10 años después de que a creer en Jesús como mi Salvador. Mientras estudiaba teología me di cuenta que con un nivel de graduado, era expresamente imposible conocer a Jesucristo a través de tal teología. “¡Ah! Espresamente es imposible conocer a Jesús. Entre más aprendo de la Biblia, solo se hace más complicado comprender. Puedo entender cada variación de las doctrinas Cristianas.- Puedo memorizar cada detalle de la soteriología, de la teología sistemática y la pneumatología.- pero la Biblia es diferente. Un día creo que tengo algo muy firme, al día siguiente no estoy tan seguro. Entre más estudio la Biblia, más me confundo.” Así que más bien me di por vencido. Eventualmente pensé, “Soy muy ignorante de la Biblia.”
Cuando creí en Jesús por primera vez, yo pensé que conocía la Biblia más o menos bien. Aunque yo afirmaba haber creído en Jesús como mi Salvador, todo lo que pensé que sabía me puso a dudar 10 años después. Afortunadamente, me di cuenta de la Verdad del evangelio del agua y el Espíritu mientras leía las Escrituras. A través de ellas, los pecados de mi corazón fueron borrados completamente. Recibí la bendición de Dios de nacer de nuevo conociendo y luego creyendo en el evangelio del agua y el Espíritu a través de la Palabra escrita de Dios. El evangelio del agua y el Espíritu afirma, “Jesús eliminó todos los pecados del mundo al recibir el bautismo de Juan el Bautista y al morir sobre la Cruz.” Solo después de que conocí la Verdad del evangelio del agua y el Espíritu, pude verdaderamente tener un encuentro con Jesús mi Salvador. En concreto, cuando conocí el evangelio del agua y el Espíritu, verdaderamente pude conocer a Jesús.
Desde entonces, he podido predicar la Palabra del evangelio del agua y el Espíritu. Cuando comparto la Palabra del evangelio del agua y el Espíritu, aquellos que escucharon el mensaje pudieron tener un encuentro apropiado con el Señor al igual que yo tuve un encuentro con el Señor mi Dios.
En retrospectiva, yo tenía una creencia en Dios incompleta antes de conocer el evangelio del agua y el Espíritu. Sin embargo, mi fe es muy diferente ahora. Tengo muchas ocupaciones en mi trabajo, pero cuando me tomo un tiempo para orar y leer la Biblia, un pensamiento me llega; “¿Cómo conocí a Dios?” esta era una pregunta que antes no podía contestar con precisión.
“Señor Jesús, Tú has venido a mi con la Palabra del evangelio del agua y el Espíritu. Tú me has visitado al venir a este mundo en semejanza de hombre. Tú tomaste todos mis pecados sobre Tú cuerpo al recibir el bautismo, y moriste en la Cruz en mi lugar. Al tercer día, te levantaste de entre los muertos, y ascendiste a los Cielos. La Palabra que Tú hablaste fue grabada para que pudiera conocerme a mi mismo y a Dios a través de ella. Cuando yo se en mi corazón y creo que Dios me ha liberado de todos mis pecados, yo recibí mi salvación. Expresamente esto se debió a Tú gracia y amor. ¿Cómo pude haber tenido un encuentro con Dios de cualquier otra forma?” no puedo evitar el confesar esto. Lo que estoy diciendo es que no fue a través de los esfuerzos de mi parte por lo que tuve un encuentro con el Señor. El Señor me ha liberado de todos mis pecados por Su gracia, Él me ha amado por Su gracia, y Él se encontró conmigo y contigo por Su gracia. Yo doy gracias a Dios, mientras reflexiono en esto.
Meramente soy una criatura, débil y deficiente, no teniendo nada de que jactarme. No solamente ante Dios sino ante gente tampoco tengo nada de que jactarme, pero Él tuvo un encuentro conmigo de Su amor. “Él se hizo hombre por amor a mí y trajo la salvación a la humanidad al venir a nosotros por el agua y el Espíritu. Es por el ello que Él Señor desea no solo tener un encuentro conmigo sino con el resto de la humanidad. Él Señor siempre esta cerca de la gente. Sin embargo, la mayoría de ellos no han tenido un encuentro con Él, aunque nosotros si.” Mi corazón esta alegre siempre que estos pensamientos me acontecen. Mientras veo a los congregantes y a los siervos de la Iglesia de Dios, me pongo feliz ya que siento que “Son gente que verdaderamente ha encontrado a Dios.”
Queridos compañeros creyentes, ¿cuanta gente hay en este mundo que ha creído en Jesús y se ha encontrado con el Dios de la Verdad? ¿Hay muchos? Queridos compañeros creyentes, no existen muchos Cristianos que han encontrado a Dios por el evangelio del agua y el Espíritu.
Es por ellos que estamos sirviendo a la Palabra del evangelio del agua y el Espíritu. La razón por la cual tenemos reuniones de avivamiento en la Iglesia de Dios es para que aquellos que no han tenido un encuentro con Dios ciertamente tengan un encuentro con Dios. Aunque la Biblia es un libro muy grueso, puede ser resumido en unas cuantas palabras: Ellas son el evangelio del agua y el Espíritu. Si después de escuchar la Palabra y de chocarla y de descubrirte a ti mismo a través de ella, el Señor vendrá a ti. Si conoces y crees que Jesús llevó todos tus pecados y los expió por el bautismo y por la Cruz, entonces puedes tener un encuentro con el Señor.
Podrás inquirir, “¿Cómo es posible que meras criaturas se encuentren con Dios?” si nos encontramos con el Señor a través de nuestra fe en el evangelio del agua y el Espíritu, comprenderemos el evangelio del agua y el Espíritu en ese momento y diremos “Ah eso es.” Sin embargo, aquellos que carecen de un corazón humilde es difícil que reciban este amor especial de Dios. Muchos bebes nacen a cada momento. Sin embargo, ¿existe alguien que haya conocido a Dios, el Creador de todo el universo, a través de su propio método? No, nadie puede conocerlo a Él por sí mismo.
Entonces, ¿cómo puedo recibir el amor de Dios y la bendición de Él? La respuesta correcta es que “El Señor ha tenido un encuentro conmigo.” Para encontrarse conmigo, el Señor vino a este mundo en semejanza de hombre como yo: Él tomó todos nuestros pecados sobre Sí Mismo al recibir el bautismo de Juan el Bautista. Cuando Él murió sobre la Cruz, Él recibió el juicio por todos nuestros pecados en lugar nuestro. Y al tercer día, Él resucitó de entre los muertos. A través de estos actos de justicia, el Señor ha tenido un encuentro conmigo y contigo. Así, hemos recibido nuestra salvación de todos nuestros pecados.
Yo estoy delante de ustedes como un pastor que cree en el evangelio del agua y el Espíritu. Aunque soy insuficiente en muchas áreas, es mi más sincero deseo guiar a toda la gente que no ha tenido un encuentro con el Señor a quién yo he encintrado. Yo no soy un VIP. Me comparo con un guía de turistas. Como un guía en una atracción turística, aquellos que han tenido un encuentro con el Señor a través de su fe en el evangelio del agua y el Espíritu son predicadores del evangelio, que guían a otros a Jesús. Si vamos a ser buenos guías espirituales, necesitamos creer en el evangelio del agua y el Espíritu y recibir un entrenamiento espiritual apropiado. Sin importar cuan articulada es una persona, a menos que conozca la atracción turística y del papel de un guía, no podrá ser un buen guía. Por lo tanto, nosotros, primero que nada, tenemos que saber acerca del Evangelio del agua y el Espíritu.
Pude acercarme a Dios porque primero me encontré con el evangelio del agua y el Espíritu. Y solo porque el Señor escogió encontrarse conmigo por el evangelio del agua y el Espíritu, por ello yo pude tener un encuentro con el Señor. Me he vestido con el amor del Señor debido a que el Señor verdaderamente me amó primero. Debido a me he vestido con el amor de Dios, estoy tratando de esparcir ese amor por todo el mundo. También, debido a que me he encontrado con Él, estoy tratando de presentarte con Él y de guiarte a Él. Debido a que estoy agradecido por el hecho de que el Señor se ha encontrado conmigo, también me hace feliz que el Señor se haya encontrado contigo. A través de estos sermones, espero que todos ustedes experimenten cuan honrados y agradecidos debemos estar todos porque el Señor haya tenido un encuentro con nosotros. Aún así, tengo confianza que somos de un mismo corazón, ya que todos hemos nacido de nuevo por el evangelio del agua y el Espíritu.
La Verdad del evangelio del agua y el Espíritu es la piedra angular de la salvación para todos los pecadores. Si nos falta la fe en esta Verdad, somos incapaces de tener un encuentro con el Señor. Si alguno de ustedes no cree en el evangelio del agua y el Espíritu, será engañado por los falsos ministros y perderán sus almas al igual que su dinero.
¿Existe alguien de entre ustedes que aún tiene pecado en el corazón? ¿Cómo puedes decir que has aceptado en tu corazón a Jesús como tu Salvador, cuando los pecados en tu corazón continúan intactos ya que no conoces el evangelio del agua y el Espíritu? ¿Cuál otra Verdad hay aparte del evangelio del agua y el Espíritu por el cual pueden encontrar a Jesús y recibir salvación? Su tonta afirmación de que han nacido de nuevo sin creer correctamente en el evangelio del agua y el Espíritu te está guiando a la muerte. Es por ello que constantemente debemos soplar la trompeta de la salvación para que todos en el mundo puedan escuchar la Verdad del evangelio y sean salvos del pecado. Si la gente fracasa en tener un encuentro con el Señor y recibir nuevamente la salvación ya que escogen no hacer caso del evangelio del agua y el Espíritu cuando lo estamos predicando fielmente, la responsabilidad es sobre ellos.
Debemos amar, agradecer, creer y glorificar a Dios durante los días de nuestras vidas. Debemos compartir lo que hemos recibido. Y al igual que Dios tuvo un encuentro con nosotros, también nosotros debemos compartir el evangelio del agua y el Espíritu y presentar a Dios a aquellos que ignoran Su existencia para que también pueda tener un encuentro con Él. Eso es lo que nosotros los justos debemos hacer.
El Señor nos ha liberado de todos nuestros pecados. Debemos vivir nuestras vidas alabando al Señor y dándole gracias a Él.