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Sermones

Tema 22: Evangelio de Lucas

[Capítulo 13] Quien entre en el mensaje de la Cruz cree en el Evangelio del agua y el Espíritu (Lucas 13, 22-29, 1 Corintios 1, 18-25)

Quien entre en el mensaje de la Cruz cree en el Evangelio del agua y el Espíritu(Lucas 13, 22-29)
«Pasaba Jesús por ciudades y aldeas, enseñando, y encaminándose a Jerusalén. Y alguien le dijo: Señor, ¿son pocos los que se salvan? Y él les dijo: Esforzaos a entrar por la puerta angosta; porque os digo que muchos procurarán entrar, y no podrán. Después que el padre de familia se haya levantado y cerrado la puerta, y estando fuera empecéis a llamar a la puerta, diciendo: Señor, Señor, ábrenos, él respondiendo os dirá: No sé de dónde sois. Entonces comenzaréis a decir: Delante de ti hemos comido y bebido, y en nuestras plazas enseñaste. Pero os dirá: Os digo que no sé de dónde sois; apartaos de mí todos vosotros, hacedores de maldad. Allí será el llanto y el crujir de dientes, cuando veáis a Abraham, a Isaac, a Jacob y a todos los profetas en el reino de Dios, y vosotros estéis excluidos. Porque vendrán del oriente y del occidente, del norte y del sur, y se sentarán a la mesa en el reino de Dios».
 
(1 Corintios 1, 18-25)
«Porque la palabra de la cruz es locura a los que se pierden; pero a los que se salvan, esto es, a nosotros, es poder de Dios. Pues está escrito: Destruiré la sabiduría de los sabios, Y desecharé el entendimiento de los entendidos ¿Dónde está el sabio? ¿Dónde está el escriba? ¿Dónde está el disputador de este siglo? ¿No ha enloquecido Dios la sabiduría del mundo? Pues ya que en la sabiduría de Dios, el mundo no conoció a Dios mediante la sabiduría, agradó a Dios salvar a los creyentes por la locura de la predicación. Porque los judíos piden señales, y los griegos buscan sabiduría; pero nosotros predicamos a Cristo crucificado, para los judíos ciertamente tropezadero, y para los gentiles locura; mas para los llamados, así judíos como griegos, Cristo poder de Dios, y sabiduría de Dios. Porque lo insensato de Dios es más sabio que los hombres, y lo débil de Dios es más fuerte que los hombres».
 
 

¿Qué tipo de personas pueden entrar por la puerta estrecha?

 
En 1 Corintios 1, 18, el Apóstol Pablo les dijo a los creyentes de Corintio: «Porque la palabra de la cruz es locura a los que se pierden; pero a los que se salvan, esto es, a nosotros, es poder de Dios». En otras palabras, el mensaje de la Cruz es el mensaje de la destrucción para los que van a ser destruidos, pero es sabiduría de Dios para los que hemos recibido la salvación.
Entonces, ¿qué significa aquí la Cruz? El mensaje de la Cruz significa que debemos pasar por la muerte una vez para ir al Reino de Dios después de recibir la remisión de los pecados al creer en Dios. En otras palabras, significa que todos los pecadores deben ser pecadores antes de nacer de nuevo al creer en el Evangelio del agua y el Espíritu. ¿Cómo podemos convertirnos en pecadores? Podemos convertirnos en pecadores al darnos cuenta de nuestra propia naturaleza ante la Palabra de Dios. Las Escrituras dicen que podemos convertirnos en pecadores porque somos seres vivos que no pueden vivir según la Ley de Dios.
Por tanto, creer en el mensaje de la Cruz significa creer en las siguientes cosas: primero, creer que Dios es el Creador. En segundo lugar, debemos creer que somos pecadores que van a morir por sus pecados ante la presencia de Dios. Y en último lugar, debemos creer que nuestro Señor tomó todos nuestros pecados sobre Sí mismo al ser bautizado por Juan el Bautista, murió en la Cruz en nuestro lugar y nos salvó. El mensaje de la Cruz significa estas tres cosas. Esto significa que hemos recibido la salvación de los pecados y podemos conseguir la vida eterna solo al creer en el Evangelio del agua y el Espíritu que el Señor nos ha dado, y al morir con Jesucristo una vez porque somos pecadores que van a morir por sus pecados ante la presencia de Dios.
Esto es cierto. Todos los que creen en Dios deben reconocer que son personas que van a morir una vez por sus pecados. Significa que una persona puede entrar en el mensaje de la Cruz solo si reconoce: «No puedo recibir la salvación si no es por Jesucristo y soy una persona que no podría evitar morir si Jesucristo no me hubiese salvado con el bautismo que recibió en el río Jordán y con Su sangre derramada en la Cruz». No podemos creer en Jesús y ser salvados sin saber nada acerca del Evangelio del agua y el Espíritu, de la misma manera en que no podemos entrar en casa de una persona sin hacer un agujero en la pared. No tiene sentido.
Somos personas que deben morir una vez porque nacimos siendo pecadores. Debemos reconocer el hecho de que somos personas que no pueden evitar morir ante Dios por nuestros pecados. Éramos personas que iban a morir por sus pecados. Somos personas que nacieron con un destino miserable. ¿Lo entienden? Por eso el Apóstol Pablo dice aquí: «Porque la palabra de la cruz es locura a los que se pierden; pero a los que se salvan, esto es, a nosotros, es poder de Dios». Los cristianos deben darse cuenta primero de que son pecados ante la presencia de Dios y deben morir una vez por fe al reconocer la Ley de Dios y rebajarse ante la Ley justa de Dios: «El precio de la muerte es el pecado».
Una persona que reconoce la Palabra de Dios y muere por fe puede ser librada de sus pecados al creer en el bautismo que Jesucristo recibió de Juan el Bautista. ¿Pero qué parte de una persona no reconoce que es pecadora? Una persona que no reconoce que va a ir al infierno cuando se mira en la luz de la Palabra de Dios no puede recibir la remisión de los pecados. Si todavía son pecadores, deben reconocer sus pecados ante la presencia de Dios y morir por la destrucción. Podrán recibir la verdadera salvación solo si creen en el Evangelio del agua y el Espíritu después- Piensen en esto. ¿Cómo puede una persona que no ha muerto una vez por fe nacer de nuevo? ¿Cómo puede una persona ser salvada de ahogarse cuando no se ha ahogado todavía? ¿Cómo puede una persona ir al Cielo con la misma persona que ha nacido? ¿Hay algo justo o bueno en un ser humano? ¿Hay algo justo en ustedes? No hay nada.
Por eso todo el mundo debe nacer de nuevo si quiere entrar en el Reino de Dios. Debemos pasar por el mensaje de la Cruz. Debemos pasar por la muerte espiritual por el mensaje de la Cruz y recibir una vida nueva.
Debemos reconocer primero a Dios y reconocer Su poder para recibir la vida nueva. Dios dijo: «El precio del pecado es la muerte». Esto significa: «Los que tienen pecados deben morir y recibir la destrucción eterna». Sin embargo, no hemos cumplido los mandamientos de Dios muchas veces y seguiremos haciéndolo en el futuro. Esto significa que moriremos al final. Debemos reconocer esto ante la Ley de Dios. Después de esto, debemos ir a nuestro Salvador y recibir la salvación de todos nuestros pecados al creer en el bautismo de Jesucristo y en la sangre que derramó en la Cruz.
El Apóstol Pablo dice aquí: «¿Dónde está el sabio? ¿Dónde está el escriba? ¿Dónde está el disputador de este siglo?». Habló de la sabiduría de Dios con mucho interés: «Porque en la sabiduría de Dios, la sabiduría humana no puede sustituir la sabiduría de Dios. El mundo no puede conocer a Dios porque la insensatez de Dios es más sabia que los hombres y la debilidad de Dios es más fuerte que los hombres». ¿Qué significa esta Palabra? Significa que todos los humanos pueden recibir la salvación solo a través de la sabiduría de Dios. Los que son considerados sabios por la gente del mundo y la gente que cree ser sabia no conocen a Dios correctamente. La debilidad de Dios es mucho más fuerte que los humanos más poderosos. La sabiduría de Dios no puede ser comparada con la sabiduría humana.
 
 

Sin embargo, la gente piensa que es sabia e intenta conseguir cosas por su propia sabiduría

 
Dicho de otra manera, la gente piensa en la salvación de una manera legalista. Piensa en términos de la ley cuando dice: «Si viven por la Ley de manera incesante y fiel, serán salvados. Pero si no cumplen Su Ley y pecan, tendrán que ofrecer oraciones de penitencia por esos pecados».
Sin embargo, la sabiduría de Dios no es así. ¿Cómo es la sabiduría de Dios? Dios nos hizo perfectamente justos a través de Su justicia. Aunque esta es la Verdad, la gente del mundo finge ser inteligente y estar atada a la Ley. Piensa que deben dar algo si reciben algo y viceversa, incluso cuando se trata de la salvación. Miren a todas las personas del mundo que son reconocidas oficialmente como sabias. Su forma de pensar es la misma. Todos piensan que solo ganarán mucho si trabajan. Estas personas piensan igual acerca de la salvación. Incluso en las cuestiones de eliminar los pecados piensan: «Mis pecados serán eliminados solamente si hago buenas obras».
Sin embargo, la sabiduría del mundo no es así. Dios vino a este mundo y fue bautizado por Juan el Bautista, murió en la Cruz y nos hizo perfectos a todos al resucitar de entre los muertos, y eliminó todos los pecados eternamente para siempre. Esta sabiduría perfecta es la sabiduría de Dios. Nuestros pensamientos humanos están limitados. Pensamos que iremos a un buen lugar si hacemos cosas buenas; que tendremos éxito si trabajamos duro y que alcanzaremos nuestro objetivo si nos esforzamos. Sin embargo, estos son nuestros pensamientos humanos limitados. Nuestros pensamientos humanos están muy limitados. ¿Cómo piensa Dios? Dios tiene una sabiduría enorme, ilimitada e inmensa. Dios envió a Jesucristo a este mundo y le hizo recibir la remisión de los pecados, le hizo morir en la Cruz, resucitar de entre los muertos y borró todos los pecados eternos del universo. Esta es la sabiduría inmensa de Dios.
¿Cómo es comparar la sabiduría de Dios y la sabiduría de los seres humanos? Los seres humanos piensan que trabajar duro en sus carreras para progresar y recibir algo valioso es tener sabiduría. Por tanto, debemos seguir la sabiduría inmensa de Dios porque la sabiduría de los seres humanos es siempre estrecha e injusta.
 
 

Sin embargo, no podemos ni imaginar la sabiduría de Dios porque es tan inmensa

 
¿Qué tipo de sabiduría es la sabiduría de Dios? En la sabiduría de Dios no hay límite en Su amor, pero no hay excepción en Su juicio. Nos da Su gracia que es inmensa. Dios Padre nos ha salvado, ha enviado a Jesucristo a este mundo y le ha hecho recibir el bautismo, morir en la Cruz y así ha borrado todos nuestros pecados eternamente para siempre. Esta es la sabiduría de Dios. Este Dios ha salvado con gracia a los que reconocen a Dios y Su Palabra para mostrar que los que se levantan contra Dios con la sabiduría del mundo son insensatos.
Hay muchas personas en este mundo. Entre estas personas hay algunas que no reconocen la Palabra de Dios. Piensan que son más inteligentes que Dios y que su sabiduría es mejor que la de Dios. Muchas personas piensan: «Puedo vivir bien si hago esto». Hay muchas personas que piensan que son grandes. Estas personas no creen en la Palabra de Dios. No pueden creer en Dios. Como no creen en la Palabra de Dios, intentan resolver su problema de los pecados con su sabiduría, intentan ir al Cielo y recibir la salvación de sus pecados con su sabiduría. Por eso viven una vida religiosa. Viven religiosamente y hacen cosas buenas en el mundo. Creen que los pecados han sido borrados si viven con sabiduría pensando que sus pecados son perdonados solo si hacen el bien.
Aunque es inusual, hay algunas personas que piensan: «Creo en la Palabra de Dios. No puedo vivir así, debo reconocer que esta Palabra es la Verdad y que es la sabiduría de Dios». Saben que tienen debilidades y que su pensamiento es injusto y que nada sabio puede salir de ellas. Creen en la Palabra de Dios, que es más sabio que ellos porque se conocen a sí mismos.
Sin embargo, hay muchas personas en este mundo que no son así. Hay muchas personas que alardean de su propia justicia y viven una vida religiosa con su sabiduría en vez de vivir la vida espiritual con la Palabra de Dios. Hay pocas personas en el mundo que reconocen ante Dios que tienen muchas debilidades, que no han aprendido mucho, y que creen en la Palabra de Dios para guiar su vida espiritual.
¿Quién recibirá la salvación entre estos dos tipos de personas? Las personas que reconocen que no han aprendido mucho y que no saben mucho y que se rebajan ante la presencia de Dios; las personas que reconocen la Palabra de las Escrituras como la Verdad y se aferran a la justicia de Dios en vez de reconocer que han adquirido sabiduría en el mundo; la gente que considera que la Palabra de Dios es la única Verdad y la reconocen en sus corazones es la gente que cree en el Evangelio del agua y el Espíritu y reciben la verdadera salvación. Dios le da esta salvación a esta gente y les da gracia. El Señor vino a este mundo, fue bautizado, cargó con los pecados del mundo y murió en la Cruz y fue resucitado de entre los muertos por estas personas. Por tanto, se convirtió en el Salvador de estas personas.
Sin embargo, hay gente en este mundo que no reconoce la Palabra de Dios aunque no tenga nada, nada de lo que alardear, nada inteligente. La gente que no reconoce a Dios y Su Palabra, la gente que intenta vivir por su poder y sabiduría; la gente que intenta recibir su salvación con sus esfuerzos, la gente que quiere recibir la bendición de Dios aunque viva bien con su voluntad y fuerzas es la gente que nunca reconoce la Palabra de Dios, pero Dios nunca aprueba a esta gente.
El pasaje de las Escrituras de hoy dice: «Porque la palabra de la cruz es locura a los que se pierden; pero a los que se salvan, esto es, a nosotros, es poder de Dios». Esta Palabra de la Biblia es la sabiduría de Dios y Su poder. En realidad, muchas personas viven en América, África, Asia, Europa, Oceanía y muchos otros países del mundo, y muchas personas, incluyendo ustedes y sus familias, viven en Corea. Sin embargo, no hay muchas personas que reconozcan la Palabra de Dios y a Dios, quien está manifestado en las Escrituras. Muchas personas piensan con su propia sabiduría que son inteligentes, pero nadie en este mundo es más insensato que estas personas.
Entonces, ¿quiénes son las personas sabias? Las personas que reconocen a Dios y a Su Palabra; las personas que saben que son criaturas de Dios y que son pecadoras; los que saben que no pueden evitar ir al infierno y creen en Jesucristo y reciben la remisión de los pecados, son personas sabias. La gente que tiene la fe que cree en Dios y en Su Palabra es gente verdaderamente espiritual.
 
 

¿Quién es la gente espiritual?

 
Nosotros podemos convertirnos en personas espirituales si reconocemos la Palabra de Dios. Nos hemos convertido en personas de Dios cuando reconocemos la Palabra de Dios con nuestros corazones. Dicho de otra manera, nos convertimos en personas que han recibido la remisión de los pecados, en gente de fe y en personas que han recibido la bendición al creer en la Palabra de Dios. Esta es la sabiduría de Dios. Por eso las Escrituras dicen que la insensatez de Dios es más sabia que la sabiduría de los hombres. El Apóstol Pablo expresó esto honestamente para que nos sintiésemos avergonzados a veces.
La Palabra del primer libro de Corintios 1, 26-30 dice: «Pues mirad, hermanos, vuestra vocación, que no sois muchos sabios según la carne, ni muchos poderosos, ni muchos nobles; sino que lo necio del mundo escogió Dios, para avergonzar a los sabios; y lo débil del mundo escogió Dios, para avergonzar a lo fuerte; y lo vil del mundo y lo menospreciado escogió Dios, y lo que no es, para deshacer lo que es, a fin de que nadie se jacte en su presencia. Mas por él estáis vosotros en Cristo Jesús, el cual nos ha sido hecho por Dios sabiduría, justificación, santificación y redención».
¿Qué significa esta palabra? Según nuestras ideas carnales, no hay muchas personas sabias, no hay muchas personas con habilidad, poder y dinero y nobleza. Pero aún así, muchas personas consideran tener mucha educación, poder, mientras que otras personas son consideradas ignorantes, insuficientes y humildes. Debemos saber que esta categorización de los seres humanos es inválida a los ojos del verdadero Dios todopoderoso. El Apóstol Pablo nombró tres tipos de personas que eran consideradas sabias en aquel entonces diciendo: «¿Dónde está el sabio? ¿Dónde está el escriba? ¿Dónde está el disputador de este siglo? ¿No ha enloquecido Dios la sabiduría del mundo?» (1 Corintios 1, 20). Por tanto, los expertos, los abogados y las personas que están en cargos oficiales en este mundo no saben mucho. Para ser más sincero, hay muchos médicos que no saben mucho de su propio campo de estudio. Puede que tengan mucho conocimiento acerca de su programa de doctorado y que estén cualificados, pero hay muchos médicos que no saben mucho acerca de su especialidad y simplemente utilizan un vocabulario difícil y cuando se les hace una pregunta difícil, dicen que está siendo estudiada.
¿Piensan que los teólogos del mundo saben mucho acerca de Teología, de Dios o las Escrituras? No. No saben nada. No piensen que las personas en cargos altos como los abogados, los contables, los cargos oficiales y los expertos saben mucho. Simplemente han llegado a estas posiciones, pero no saben nada. No saben que son ignorantes y piensan que tienen una posición prestigiosa porque la gente les llama doctores o señores. Miran mal a los demás si piensan que son de un estatus social más bajo. Tienen mucho orgullo y arrogancia. Sin embargo son personas insensatas e ignorantes.
La mayoría de las personas que categorizan a la gente basándose en las posesiones materiales, la apariencia exterior y el estado social del mundo no creen en Dios. Simplemente piensa que son los mejores y se niegan a rebajarse y se alejan de la Palabra de Dios. Por supuesto, hay personas que creen en Jesús entre esas personas. Pero aunque creen en Jesús, están llenas de su propia arrogancia. Por tanto, niegan el Evangelio de la Verdad que les permite nacer de nuevo por el agua y el Espíritu, e insisten que pueden recibir la salvación si creen en la Cruz. No creen en la Palabra de la Verdad por mucho que les digamos que creer en el bautismo y la sangre derramada en la Cruz constituye el verdadero mensaje de la Cruz y la Palabra de la Verdad que le da la salvación a todos los seres humanos.
Es cierto. Van a la iglesia solo porque esperan recibir ayuda en este mundo, para calmar su conciencia y tener más confianza en el mundo. Estas personas no quieren nacer de nuevo, convertirse en hijas de Dios y en personas justas. Aunque demos testimonio de la Palabra de la Verdad, simplemente se niegan a escucharlo. «¿Por qué vas a la iglesia con esta meta? Tienes que ir a la iglesia para compartir con los demás y no estar aburrido. ¿Por qué tienes que creer así?». La gente simplemente alardea de su grandeza pero no cree en la Palabra de Dios.
Por otro lado, hay personas que tienen mucho conocimiento en el mundo pero intentan encontrar el significado de la vida. Hay personas que piensan mucho en sus propias almas, en el futuro, reconsideran sus vidas y buscan la Verdad aunque no tienen educación, dinero ni distinción en este mundo. ¿Qué ocurre cuando damos testimonio del Evangelio del agua y el Espíritu y les hablamos de la Verdad? Creen en el hecho de que Jesucristo es la Verdad y que la Palabra de Dios es la Verdad y se arrodillan ante la presencia de la Verdad porque no tienen justicia propia de la que alardear. Reciben la Palabra de la Verdad en sus corazones y confiesan: «El Señor es el Cristo, el Hijo del Dios vivo que se convirtió en mi Salvador al nacer en este mundo, ser bautizado, morir en la Cruz y resucitar de entre los muertos para salvarme de los pecados. Creo en esta Verdad».
Hay personas en este mundo que creen en la Palabra de la Verdad de esta manera. Estas personas son espirituales aunque su condición social en el mundo sea baja y no sean ricas o respetadas. Ya sean personas indigentes o tengas un doctorado, obreros de la construcción o personas ricas, todos son hijos de Dios en Jesucristo sea cual sea su posición social. Son personas que se han librado de las cosas carnales. Esto significa que hay personas que alcanzan la sabiduría de Dios al ser libradas de la sabiduría insensata de los hombres y que adoran a Dios, creen en Él y aceptan la Palabra de Verdad de Dios.
El Apóstol Pablo dijo en la era de la Iglesia Primitiva: «Pues mirad, hermanos, vuestra vocación, que no sois muchos sabios según la carne, ni muchos poderosos, ni muchos nobles» (1 Corintios 1, 26). La Iglesia de Corintio de aquel entonces era así y en nuestro país hoy en día ocurre lo mismo. Incluso en nuestro país, nuestros ancestros se humillaron ante cualquier país que tuviese poder por el confucianismo y el toadyismo que prevalecía cuando el cristianismo fue introducido por primera vez. Crearon una distinción entre la clase alta y la clase baja, entre los expertos y los siervos, basándose en los criterios sociales de aquel entonces. Como el toadyismo prevalecía por todo el país, la gente se arrodilló ante las naciones fuertes y trató con desprecio a las naciones más débiles. Esto también se aplicó a las relaciones humanas, así que la gente se arrodilló ante los poderosos y trató a la gente débil con desprecio, peor que a los animales. El cristianismo entró en nuestro país en aquel entonces cuando esta noción incorrecta prevalecía en el pensamiento de las personas y en su estilo de vida. Aunque la gente en los cargos altos del gobierno aceptó el cristianismo a veces, la gente de clase baja aceptó el cristianismo más fácilmente. ¿Por qué fue más fácil para las clases bajas aceptar el cristianismo? La gente de clase baja tenía la ideología de la igualdad heredada de la religión indígena llamada Tong-hak, que enseñaba que todos los seres humanos son dioses. Por tanto, cuando el cristianismo entró en Corea, pensaron: «Es cierto. Todos los seres humanos son iguales. Los hombres y las mujeres son iguales y nadie es mejor o peor. Todos los seres humanos son valiosos. Todos somos iguales» y aceptaron el cristianismo naturalmente. La gente que creía en la ideología de Tong-hak que dice que todos los hombres son dioses, creyó en el ser absoluto llamado Dios y aceptó el cristianismo en sus corazones.
Sin embargo, muchas personas despreciaron a los cristianos y los llamaron fanáticos de Jesús, e insultaron a Jesucristo y la Palabra de Dios. La gente que insultó a Jesús de esta manera no aceptó el cristianismo. Por supuesto, la gente que aceptó el cristianismo no conocía la Verdad de Dios correctamente. Aunque no podían aceptar la Verdad porque incluso los predicadores no conocían la Verdad perfecta, aceptaron el hecho de que Dios es el único Ser Divino y que se pueden convertir en pecadores según los mandamientos de Dios, y que deben morir por esos pecados.
Este era el mismo fenómeno que se manifestó en la Iglesia de Corintio. Lo mismo ocurrió cuando el cristianismo se predicó por primera vez en nuestro país. Además, nosotros también estamos viviendo este fenómeno ahora. Todo el mundo es igual ante Dios, en el pasado o en el presente. La gente intenta hacer distinciones diciendo: «Yo soy mejor, yo soy más respetable y tú eres más bajo», pero todos los seres humanos son iguales. Los seres humanos no tienen mucho por lo que distinguirse los unos de los otros y no hay diferencias entre la gente.
Me pregunto si hay personas que todavía piensen que la gente respetada del mundo es verdaderamente respetable. Sin embargo, hoy en día parece que no se admira a la gente y que solo se busca el placer para los ojos instantáneamente. Todo el mundo es igual. La única diferencia es que su prestigio sube o baja dependiendo del dinero, el poder o la fama. Sin embargo, esta distinción es insignificante ante la presencia de Dios. La riqueza puede ser una distinción entre la gente del mundo, pero todo es igual a los ojos de Dios. Lo único que diferencia a la gente es el creer en la Palabra de Dios o no. La gente que no cree en la Palabra de Dios es insensata por muy bien educada que esté. La gente que acepta la Palabra de Dios es espiritual, sea quien sea. Lo mismo ocurre en toda la historia de la humanidad.
Recuerden esto. Una persona que cree en la Palabra de Dios es sabia y espiritual, y una persona que no acepta la Palabra de Dios es insensata y está destinada a ser destruida. Esto también ocurre con los nacidos de nuevo. Cuando predicamos el Evangelio a los que no han nacido de nuevo, algunos aceptan el Evangelio y otros no. De todas formas. Una persona que no acepta el Evangelio es insensata.
 
 

¿Cómo puede una persona borrar todos los pecados por sí misma?

 
¿Cómo podríamos habernos convertido en personas sin pecados si no hubiese sido por la salvación de Jesucristo que fue completada por Su bautismo y Su muerte en la Cruz? ¿Pueden recibir la salvación a través de las buenas obras? ¿Pueden estar sin pecados solo con intentar vivir con justicia? ¿Pueden estar sin pecados si los borran todos los días? ¿Pueden estar sin pecados ofreciendo oraciones de arrepentimiento todos los días al tiempo en que viven con justicia, ayunando cuarenta días diez o veinte veces en sus vidas? La gente que intenta saber si es pecadora con sus propias fuerzas y la gente que intenta recibir la remisión de los pecados así es insensata. No son personas espirituales. Estas personas no pueden conseguir nada con sus propias fuerzas.
Piensen en esto. ¿Podemos ser justos por nuestra propia cuenta? No. Por tanto, debemos entender nuestras insuficiencias y creer en la Palabra de Dios tal y como es. Si la Palabra de Dios dice: «En el principio Dios creó los cielos y la tierra» debemos creer: «Dios lo creó todo. Dios me creó a mí también». Si Dios dijo: «En el principio Dios creó los cielos y la tierra», entonces Dios creó los cielos y la tierra, lo crean o no. Esta es la Verdad.
¿Dudan acerca de esta Palabra? Los científicos dicen que solo creen en algo cuando pueden probarlo mediante experimentos. ¿Debemos ver para creer los cristianos? ¿Dónde estábamos cuando Dios creó el universo? ¿Quién estaba allí? Se podría decir si se ha visto o no si una persona hubiera existido desde el principio del universo. Pero, una persona que solo ha vivido unas pocas décadas después de haber nacido de su madre no puede refutar lo que Dios hizo cuando creó el universo y los seres humanos hace miles de millones de años.
Una persona que ha sido creada debe creer en la Palabra del Creador. Si Dios dice que nos ha creado, entonces debemos creerlo. ¿Cómo puede una persona que solo ha vivido durante unas décadas decirle al Creador: «No lo creo. Enséñamelo»? Esto es ridículo. Si Dios dice que es así, entonces es así. Debemos creer en Su Palabra tal y como es.
La Palabra de Dios dice: «Porque la palabra de la cruz es locura a los que se pierden; pero a los que se salvan, esto es, a nosotros, es poder de Dios» (1 Corintios 1, 18). También dice: «Y de la manera que está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio» (Hebreos 9, 27). Es cierto. Una persona no puede evitar morir una vez después de nacer en este mundo. Cuando se recibe el juicio hay que ir al infierno por los pecados cometidos. Todos nacimos con este destino. Ustedes nacieron con este destino y yo también. Entonces, ¿cómo podemos ser salvados de esta situación desesperada cuando nacimos con este patético destino de ir al infierno? ¿Quién es el que nos ha salvado? ¿Quién es nuestro Salvador? Es Jesucristo. Es solamente Él, Jesucristo.
Jesucristo nos ha salvado. Vino al mundo y tomó todos nuestros pecados al ser bautizado porque no podíamos evitar ir al infierno. Jesús fue juzgado y murió en la Cruz en nuestro lugar aunque deberíamos haber muerto según la Palabra de Dios que dice que el precio del pecado es la muerte. Como Jesús no es el Señor cuyo poder acaba con la muerte, el Señor resucitó de entre los muertos y se convirtió en nuestro Salvador eterno.
Las Escrituras dicen:
«Mas él herido fue por nuestras rebeliones,
molido por nuestros pecados;
el castigo de nuestra paz fue sobre él,
y por su llaga fuimos nosotros» (Isaías 53, 5).
¿Qué significa esta Palabra? Significa que Jesús vino al mundo para salvarnos; que Jesucristo fue bautizado para cargar con todos nuestros pecados en la Cruz; que fue crucificado en la Cruz para morir en nuestro lugar, y que ha resucitado de entre los muertos para darnos una vida nueva.
Si la Palabra de Dios dice que es así, entonces debemos creerlo y reconocerlo en nuestros corazones. La gente que acepta esto es la gente espiritual, y esta gente puede convertirse en hijos de Dios y en Su pueblo. Sin embargo, la gente que no lo acepta es insensata, está maldita y va al infierno donde será destruida eternamente.
Para la gente que va a ser destruida el mensaje de la Cruz parece una tontería. ¿Cómo no vamos a creer en esto cuando el Señor lo ha hecho? ¿Cómo vamos a desobedecer la Palabra del Dios Todopoderoso que tiene mucho poder? Piensen en esto. Pueden hacer una flor de imitación. Pero, ¿pueden hacer una flor de verdad? ¿Pueden crear este universo y a los seres humanos? No tenemos esta habilidad. Sin embargo, ¿cómo es Dios? Dios creó todo el universo, los cielos y la tierra, solo con la Palabra: «Que haya luz», y esa luz está aquí en el universo. Cuando el Señor dijo esto hubo día y noche y todavía los hay porque la Palabra vive incluso ahora. ¿Qué significa ignorar la obra que Dios ha hecho con Su poder inmenso? Esto es ignorante. Es ignorante no creer en la Palabra de Dios.
Por tanto, estas personas insensatas no pueden ser destruidas. ¿Qué ha preparado Dios para estas personas insensatas? Dios ha preparado un lugar horrible para ellos, que es el infierno. El infierno es el lugar que arde eternamente como un vertedero. El infierno arde para la gente insensata que se aferra a su sabiduría en vez de creer en el Evangelio del agua y el Espíritu. Hay vida eterna para la gente que cree en Jesucristo y un castigo eterno para los que no creen en Él. El castigo eterno significa que la gente será castigada eternamente en el infierno.
El Apóstol Pablo dijo que hemos recibido la salvación a través de la sabiduría de Dios. Dios envió a Su Hijo Jesucristo a este mundo y le hizo recibir el bautismo para salvarnos con Su sabiduría. Además, nos ha salvado perfectamente al hacer que Jesús cargase todos los pecados del mundo después de haber cargado con ellos a través de Su bautismo y morir en la Cruz. Dios resucitó al Señor de entre los muertos, se sentó a la derecha del trono de Dios Padre y nos dio bendiciones a través de Él. La sabiduría del Dios Todopoderoso es inmensa e infinita.
¿Creen en la Verdad de nacer de nuevo, es decir, en el Evangelio del agua y el Espíritu? En lugar de la muerte que teníamos que sufrir una vez Jesucristo recibió el bautismo, tomó todos nuestros pecados y murió en la Cruz. ¿Creen que el Señor nos ha salvado con Su bautismo y Su sangre? Creo en la Verdad de nacer de nuevo del agua y el Espíritu. La sabiduría de Dios es digna de alabanza. En realidad, evaluar la sabiduría de Dios es insensato. De todas formas, alabo la sabiduría de Dios con gran prestigio y la admiro.
Dios tiene una sabiduría maravillosa porque borró todos los pecados de la humanidad para siempre a través de Su Hijo. Transfirió todos los pecados de la humanidad a Su Hijo a través de Su bautismo y muerte en la Cruz, y nos ha hecho personas sin pecados para siempre. Aceptar la Palabra de Dios es la mayor sabiduría y no aceptarla es la mayor insensatez. Por tanto, debemos recibir la sabiduría de Dios a través de Su Palabra y convertirnos en personas espirituales y entender las cosas espirituales. Demos gloria al Señor y vivamos así para siempre, conozcamos al Señor y entremos en el Reino eterno con Él para vivir felices eternamente.
No quiero que desperdicien sus vidas. ¿Hay alguien que no haya recibido la Palabra de Dios aunque esté en la Iglesia? Es un grave problema para una persona que no haya recibido la Palabra de la remisión de los pecados que Dios nos ha dado. Sin embargo, creemos que Dios nos ha salvado con la sabiduría de Dios. Le doy gracias sinceramente a Dios por salvarnos. Le doy gracias a Dios desde lo más profundo de mi corazón por darnos la sabiduría eterna.