Search

Sermones

Tema 27: Cartas de Dios para nosotros en la era del Coronavirus

[27-5] No daré alabanza a imágenes grabadas (Isaías 42:8)

(Isaías 42:8)
«Yo Jehová; este es mi nombre; 
y a otro no daré mi gloria, 
ni mi alabanza a esculturas».
 

La lectura de las Escrituras de hoy es lo que Dios nos está diciendo a los creyentes del Evangelio del agua y el Espíritu. Cuando leemos la Biblia, muchos de nosotros solemos pensar simplemente: “Dios solo ha eliminado nuestros pecados al cargarlos a través de Su bautismo y no solamente nos ha hecho Sus hijos, sino que también nos ha bendecido para entrar y vivir en el Cielo. ¡Eso es todo!”. Sin embargo, en el versículo 8, Dios dice que no dará Su gloria a nadie más. Hay un significado profundo escondido en este pasaje. Cuando Dios creó los cielos y la tierra, también creó a los ángeles y uno de estos ángeles se levantó contra Dios e intentó usurpar Su trono. Debemos darnos cuenta de que, desde la antigüedad hasta este mismo día, el ángel que se rebeló contra Dios y sus secuaces se han estado levantando contra Dios sin cesar al entrar en el corazón de los seres humanos creados por Dios. Incluso en el presente, sin poder dejar su deseo de ser como Dios, el espíritu malvado de este ángel caído todavía está intentando cumplir su meta a través de las personas. Al convertirse en un Diablo malvado, está llevando a la humanidad por el mal camino con todo tipo de engaños y está intentando quitarle la gloria a Dios. 
Aunque el ángel caído todavía está levantándose contra Dios de esta manera, Dios no lo hizo desaparecer con Su poder. Por el contrario, concedió Su amor justo a los seres humanos pecadores, les dio la salvación a los que creyeron en este amor y les hizo darle alabanza y gloria. Y Dios le ha mostrado esto al ángel caído. Dios quiso demostrar a través de la salvación que es el verdadero Dios y que no le falta nada para recibir la gloria de todas Sus criaturas. En otras palabras, al darle la justicia de la salvación en este mundo a través de la Verdad del Evangelio del agua y el Espíritu, Dios nos ha salvado de todos nuestros pecados y nos ha hecho alabarle. Dentro de esta obra, Dios ha manifestado que es el Dios verdadero. Dios ha revelado Su gloria divina, omnipotencia y justicia y nos ha demostrado que es el verdadero del Rey del amor, el verdadero Pastor y el Señor verdadero. Ha demostrado que nadie puede ocupar Su lugar a la fuerza. A través de los creyentes en el Evangelio del agua y el Espíritu, Dios ha demostrado Su grandeza a Sus enemigos. Así, Dios quiere recibir gloria ahora de todas Sus criaturas. 
 


Dios ha cumplido Su plan de salvación a la perfección


Nuestro Dios es tan poderoso que, para salvar a la humanidad de los pecados, ha planeado la salvación eterna y la ha cumplido en silencio. Aunque Dios trabajó en silencio para cumplir Su plan, lo completó tan perfectamente que no hay nada más que hacer. 
La salvación de la humanidad fue completada a través de la obra que Jesucristo llevó a cabo con Su agua y sangre en Sus 33 años de vida en la tierra. Tanto de lo que los seres humanos hacen se encuentra con muchos problemas que tienen que hacerlo de nuevo. En contraste, el cumplimiento del plan de Dios fue completamente perfecto. Cuando Jesús vino a este mundo hace 2020 años, cargó con todos los pecados del mundo para siempre y lo hizo al ser bautizado por Juan el Bautista. Gracias al bautismo que Jesucristo, Dios mismo, recibió de Juan el Bautista, fue imposible que los seres humanos tuviesen pecados en sus corazones. Esto se debe a que Jesucristo cargó con todos los pecados de la humanidad a través de Su bautismo y los quitó de nuestros corazones. No todo el mundo entiende esto porque están siendo engañados por el ángel que se levantó contra Dios y lo retó hace mucho tiempo. Este ángel está amenazando a la humanidad diciendo: “Sois culpables. Seréis condenados por vuestros pecados”. Al final, esto es un engaño. Sin embargo, aunque el enemigo de Dios podría engañar a las personas para que piensen que sus pecados permanecen intactos, aunque Dios los ha borrado, no puede hacer que los que están sin pecados sean culpables de nuevo. Esto se debe a que Dios está vivo. 
Como Dios mismo ha borrado todos los pecados de la humanidad, como prueba nos ha dado la Biblia, Su Palabra. Por tanto, para que los seres humanos resuelvan el problema del pecado en su corazón, primero deben leer la Palabra de Dios y escuchar el Evangelio del agua y el Espíritu. Solo entonces pueden descubrir que están sin pecados. Se debe a que Jesucristo fue bautizado por Juan el Bautista que no solo fue juzgado en la corte de Pilato, sino también crucificado, derramando Su sangre hasta morir para cargar con la condena de todos los pecados de la humanidad. Lo hizo porque la Ley de Dios dice que “el precio del pecado es la muerte”. Al ser crucificado hasta morir y levantarse de entre los muertos, Jesús completó Su obra de eliminar los pecados. Y Dios se ha asegurado de que esta salvación y la remisión de los pecados que Dios mismo cumplió sea válida para siempre para los creyentes. 
Jesucristo es fundamentalmente Dios. Esto significa que Dios planeó y cumplió todas estas cosas para la humanidad a la perfección. No hay nada más que hacer, sino recibir la bendición de la salvación al creer en la Verdad de Dios de la salvación en nuestro corazón. No hay otra manera de ser salvados de los pecados aparte de creer en el plan de Dios. Y no tenemos otra opción que alabar a Dios por Su plan y la Verdad de la salvación que ha cumplido. No tenemos nada más que hacer sino alabar a Dios por todo Su plan y la obra justa que ha hecho por nosotros. Solo podemos alabar a Dios como nuestro Dios, alabar Su bondad, honrarlo, amarlo y darle toda la gloria. La cosa que es inmutable en este mundo es el hecho de que Dios mismo nos ha salvado de todos los pecados del mundo, y por eso, Dios se merece toda la gloria para siempre. 
 


La eficacia inamovible de la salvación


Aunque pase el tiempo, la eficacia de la salvación de Dios brilla aún más y nos hace estar aún más agradecidos. El tiempo no apaga la luz de la salvación ni disminuye su eficacia. Para algunos de nosotros han pasado 30, 40 e incluso 50 años desde que recibimos la remisión de los pecados, pero las bendiciones de la salvación que Dios nos ha concedido siguen siendo eficaces. Hemos cometido muchos pecados incluso después de recibir la remisión de los pecados. Pero ¿ha cambiado esto el hecho de que Dios ha borrado nuestros pecados? Si la eficacia de la salvación que Dios ha cumplido por nosotros está diluida ahora, es culpa nuestra. Como amamos al mundo más que a Dios nuestros corazones no tienen espacio para el amor de Dios. También se debe a que somos débiles y nuestra fe se vuelve débil temporalmente cuando pecamos, y nos hace preguntarnos: “¿Soy un pecador de nuevo?”. 
Sin embargo, como la obra bendita de la salvación que Dios ha cumplido por nosotros es inamovible a Sus ojos, nuestros corazones no tienen pecados y, gracias a la Verdad de la salvación de Dios, podemos alabar a Dios y glorificarlo siempre. Y como creemos en el amor de Dios y la Verdad de Su salvación justa, estamos practicando Sus mandamientos por fe. Incluso en este momento, para los que han aceptado en sus corazones la Palabra del Evangelio del agua y el Espíritu, es imposible que haya pecados en sus corazones. La bendición de la salvación de Dios nos hace alabarlo. Esto se debe a que la fe de la salvación con la que Dios nos ha bendecido sigue teniendo eficacia. ¿Entonces tienes pecados en tu corazón? No, no hay pecados. La obra bendita de la salvación que Dios ha cumplido para la humanidad no cambia nunca. 
 


Dios merece toda la gloria y alabanza


La Biblia dice: «Y a otro no daré mi gloria, ni mi alabanza a esculturas» (Isaías 42:8). Satanás todavía piensa que es el mejor y está incitando a muchas personas a levantarse contra Dios. Por ejemplo, un exorcista, como ya saben, es una persona que media entre los vivos y los muertos. Mientras invoca a los muertos, el exorcista podría decir algo como: “¿Hay alguien en su familia que haya sufrido una muerte violenta? Ese ancestro muerto quiere que reconozca su muerte injusta y está trayendo sufrimiento a su casa. Como no le importó mientras estaba vivo en este mundo, debe consolar su alma de inmediato. Los problemas en su casa desparecerán entonces”. Entonces la gente pone comida en el altar del espíritu del difunto y quema incienso. De este modo, para muchas personas los exorcistas desempeñan el papel de mediums entre los ancestros muertos y sus descendientes vivos, pero en realidad, están en contra de Dios. Incluso en la actualidad el enemigo de Dios está engañando a las personas para que adoren a los demonios en vez de a Dios y se rinden ante ellos. Sin embargo, Dios no quiere que nada de Su gloria y alabanza se entregue al ángel caído de Dios. 
Dios nos está diciendo ahora: “Soy Jehová. No hay ningún otro dios. Yo os he salvado de todos vuestros pecados perfectamente de la manera más justa. Por tanto, os estoy dando las bendiciones y la vida eterna a los que creéis en Mi amor. Quiero daros Mis bendiciones a todos los que creéis en el Evangelio del agua y el Espíritu. Y quiero recibir toda gloria y alabanza a través de los que creéis en el Evangelio del agua y el Espíritu”. De esto modo, cuando los que creemos en el Evangelio del agua y el Espíritu alabamos la obra de Dios y le oramos, Él es glorificado y nos contesta. Y estamos glorificando a Dios por contestar nuestras oraciones. Dios es un Dios tan glorioso para nosotros. 
Dios todavía sigue sin quebrar la caña cascada. Todos los seres humanos pecan, hacen cosas malas y están muriendo bajo el yugo de sus iniquidades, pero Dios no los quiebra. Lo que hace es buscar a estas personas y las sana con la Palabra del Evangelio del agua y el Espíritu. Jesús dijo: «Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar» (Mateo 11:28). Dios nos está diciendo: “Os quitaré la carga de los pecados. He resuelto el problema de vuestros pecados completamente con el Evangelio del agua y el Espíritu. Buscadme. Entended la Verdad del Evangelio del agua y el Espíritu que os he dado. Y creed en ella. No hay otro verdadero Dios que Yo. Soy vuestro Dios verdadero”. 
No deberíamos alabar ni exaltar a nadie aparte de a Dios. Los músicos jóvenes de hoy en día se están convirtiendo en ídolos. De hecho, en Corea, estos cantantes de pop son llamados literalmente ídolos. Cuando están en el escenario cantando y bailando, la multitud clama. Sin embargo, Dios odia cuando las personas adoran a un ser humano como a un ídolo. Así que no idolatro a ningún ser humano, ya que todos los humanos están hechos a la imagen de Dios. Dios detesta cuando los seres humanos son venerados y aclamados como si fueran divinos. Dios también detesta a los fundadores y líderes de las religiones mundanas. Estas religiones del mundo a menudo crean imágenes grabadas que las personas consideran objetos de adoración. Dios nos ha ordenado que no hagamos ninguna imagen grabada ni nos postremos ante ella, y que no vivamos por ellas y no las adoremos. Esta idolatría es una abominación para Dios. En la antigüedad, el pueblo de Israel solía invocar el nombre de Baal, un dios pagano y orarle en vez de orar a Dios. Baal era un ídolo, establecido por los nativos de la tierra de Canaán como el dios de la agricultura. Cuando tenían una buena cosecha, oraban al dios pagano Baal y le daban gracias por una cosecha abundante, diciendo: “Gracias por bendecirnos con una buena temporada”. Como el pueblo de Israel también oraba al dios pagano Baal, Dios se enojó por su insolencia y los reprendió, diciendo: “¡Sois tan desagradecidos! ¿Por qué le dais las gracias a Baal cuando he sido Yo quien ha enviado la lluvia?”. 
Los paganos también oraron al poste de Aserá cuando tenían problemas para concebir hijos. Grabaron imágenes de madera con docenas de pechos. Cuando sus mujeres no podían tener hijos, tocaban los pechos de Aserá, se inclinaban ante ese dios y ofrecían sacrificios. Dios aborrecía estos rituales religiosos que los paganos practicaban al adorar a las imágenes grabadas. Así que le ordenó al pueblo de Israel que se deshiciese de esas imágenes grabadas, pero en realidad adoraron a más ídolos, aún más que los paganos. Dios les dijo: “He sido Yo quien os ha bendecido y protegido de vuestros enemigos. Si soy vuestro Dios, ¿por qué estáis practicando la religión de los cananitas? ¿Por qué os inclinasteis ante estos ídolos y les orasteis? No lo hagáis u os castigaré”. De esta manera, Dios es un Dios celoso. Sin embargo, como el pueblo de Israel siguió adorando a los ídolos paganos y siguió adorándolos, acabaron manchando la gloria y la alabanza de Dios y Dios les envió Su ira. 
Hoy también hay personas que quieren probar a Dios. Desde los años 60 la humanidad ha estado enviando multitud de cohetes al espacio para explorarlo. Uno de los transbordadores espaciales utilizados en los años 80 fue el Challenger. En el campo de la genética algunos científicos están investigando la clonación, pero estos intentos son los mayores errores que la humanidad está cometiendo ante Dios. Desafiar al Creador de esta manera es levantarse contra Dios Todopoderoso y por tanto Dios lo odia. Recientemente, leí en las noticias que los científicos han experimentado con éxito extraer las células madre de las vacas y cultivarlas en placas de Petri para hacer carne de vaca. Así que se dice que en una década será posible comprar y comer carne cultivada en un laboratorio a partir de células madre. Este tipo de carne se producirá en fábricas. Un laboratorio en China también ha tenido éxito al crear carne criada artificialmente a partir de células madre y tiene planeado comercializarla. Se dice que el sabor es el mismo que la carne de verdad. Pero ¿tendría de verdad el mismo sabor? Como la humanidad está hecha del polvo, es mejor que los seres humanos coman verduras, frutas y carne cultivadas de manera natural. 
Dios dijo en Isaías 42:8-9: «Yo Jehová; este es mi nombre; y a otro no daré mi gloria, ni mi alabanza a esculturas. He aquí se cumplieron las cosas primeras, y yo anuncio cosas nuevas; antes que salgan a luz, yo os las haré notorias».
El Profeta Isaías había profetizado al pueblo de Israel: “Por vuestras iniquidades viviréis en cautividad. Seréis arrastrados a una nación extranjera. Y viviréis como esclavos. Pero gracias a la misericordia de Dios, seréis liberados de la cautividad y volveréis a casa”. Hace unos 4,000 años, Dios dijo: «Y yo anuncio cosas nuevas; antes que salgan a luz, yo os las haré notorias». Dios le dijo al pueblo de Israel que volvería de la esclavitud del pecado y viviría en Su casa. 
A todos los que estamos viviendo en esta era presente, Dios está diciendo que nos dará Su Reino del Cielo. Dios había prometido que Jesucristo revelaría Su justicia a este mundo y salvaría a todos los que creen en la Palabra del Evangelio del agua y el Espíritu del pecado y la condena, y Dios está diciendo ahora que aún más personas que los creyentes de la actualidad llegarán a creer en Su obra y lo alabarán. «Y yo anuncio cosas nuevas; antes que salgan a luz, yo os las haré notorias». Esto significa que, aunque creamos en el Evangelio del agua y el Espíritu en el presente, Dios ya nos prometió hace 4,000 años, a través del Profeta Isaías, que nos salvaría de nuestros pecados a través del agua, la sangre y el Espíritu. 
«Antes que salgan a luz, yo os las haré notorias». Dios es un Dios verdaderamente poderoso. Ya sabía lo que ocurriría 4,000 años después y ahora nos está hablando en la era presente también. Nos dijo que nos salvaría de todos los pecados del mundo a través de Su justicia y Verdad. Nuestro Dios vino por el Evangelio del agua y el Espíritu y le alabamos y le damos toda la gloria y gracias. Dios, nuestro Salvador, merece recibir toda la gloria y alabanza desde el principio a la eternidad. Dios es el único que merece recibir nuestra alabanza. ¿Hay alguien más que merezca ser alabado más que Dios? ¡No, por supuesto que no! Dios nos ha dado la bendición de la salvación para librarnos de nuestros pecados y nos hemos convertido en instrumentos para ser usados por Dios. Por tanto, es adecuado y correcto que nosotros, los que creemos ahora en el Evangelio del agua y el Espíritu, demos todas las gracias y la gloria a Dios. 
 


Dios es poderoso


Jesucristo es el Dios de los creyentes del Evangelio del agua y el Espíritu. Es el verdadero Dios Todopoderoso para todos nosotros. ¿No es esto maravilloso? Incluso cuando el Anticristo aparezca en este mundo en el futuro e intente matarnos a los que creen en el Evangelio del agua y el Espíritu, nunca podremos traicionar a nuestro Dios. Incluso en este momento del martirio nuestro Dios no nos abandonará. Dios nos ha dicho: “Soy Dios. Soy glorificado y exaltado a través de Mi pueblo amado. Por tanto, he hecho que Mi pueblo amado se siente junto a Mí, lo he bendecido para que disfrute de Mi gloria”. Dios mostrará al ángel caído y a sus secuaces que el pueblo de Dios, al haber tomado su lugar, le dará gloria y alabanza a Él. Y el ángel caído, al ver la lealtad de los santos, será arrojado al fondo del infierno y gritará: “¡Pobre de mí! ¡Dios, eres el Señor Dios!”. Es la justicia de Dios que Su enemigo y sus seguidores sean arrojados al infierno. 
Dios nos ha salvado de todos nuestros pecados. Dios tiene el poder de hacernos Sus propios hijos. Aunque es más poderoso que nadie, ha cumplido nuestra salvación en silencio. Deben darse cuenta de esto. Y deben creer en ello. Ahora, Dios está obrando a través de nosotros para propagar el Evangelio del agua y el Espíritu a toda la raza humana. Hace Su obra en silencio. No quiebra a los que están tristes por el hecho de que no tienen otra opción que ser arrojados al infierno por sus pecados. Tampoco los reprende severamente. Lo que hace es ofrecer salvarnos a través del Evangelio del agua y el Espíritu. Dios es Todopoderoso y nos está diciendo: “Estáis tristes porque os han engañado. Sois miserables por culpa de vuestros pecados. Habéis cometido muchos pecados. Por eso me he encargado de vuestros pecados. Os he salvado a través del agua, la sangre y el Espíritu. Os he salvado de todos vuestros pecados. No os preocupéis. Seréis salvados en el momento en que creáis de corazón en el Evangelio del agua y el Espíritu que he cumplido. Todo lo que tenéis que hacer es venir a Mí y creer”. Mis queridos hermanos, creemos en el Dios que ha venido por el agua y el Espíritu. Estamos predicando este Dios que vino al mundo por el Evangelio del agua y el Espíritu. Toda la humanidad llegará a darse cuenta de lo que Jesucristo habló. Toda la raza humana conocerá la obra de Dios, creerá en ella y lo venerará. Éramos pecadores, pero ahora creemos que Jesucristo es nuestro Dios y Salvador. Muchos otros glorificarán a Dios y lo alabarán por la misma fe. Los que no hagan esto ante Dios, por otro lado, caerán en la destrucción. 
En este momento hemos meditado sobre la Palabra de Dios que nos muestra lo poderoso que Él es. ¡Qué maravilloso es que nuestro Señor esté lleno de poder? ¿Cuánta paz y descanso nos da esto? Es tan maravilloso. Es absolutamente importante que nos demos cuenta de que nuestro Dios nos ha dado no solo la salvación, sino también la bendición de la gloria eterna. ¿Qué ocurriría si nuestro enemigo intentase encontrarnos y atormentarnos? Por eso Dios no solo se ha convertido en nuestro Salvador, sino también en nuestro Rey. Es nuestro Soberano Absoluto. Dios es el Rey del amor y nuestro Pastor. Como dice el himno: “Nuestro Dios es una fortaleza poderosa, un bastión que nunca falla; nuestro rescate en medio del torrente de los males mortales”. Este es el Dios en el que creemos. No hay palabras para expresar lo agradecido que estoy porque Dios Todopoderoso nos ha salvado de todos nuestros pecados. 
Estoy tan contento. Como creo en este Dios como mi Dios estoy viviendo en el mundo en paz. Me considero afortunado por haber encontrado a Dios Todopoderoso y vivir mi día a día agradeciendo a mi Dios. Confío en que hagan lo mismo. Como una madre que abraza a su bebé fuerte, Dios nos está abrazando a todos los que hemos recibido la remisión de los pecados, protegiéndonos y bendiciéndonos. Con nuestra fe le damos todas las gracias a Dios y le confiamos nuestro futuro. Creemos que Dios nos llevará al Cielo y nos cuidará. ¡Aleluya!