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Sermons

Tema 19: Efesios

[Capítulo 6-1] Sírvanse los unos a los otros como sirven a Cristo (Efesios 6, 1-9)

(Efesios 6, 1-9)
«Hijos, obedeced en el Señor a vuestros padres, porque esto es justo. Honra a tu padre y a tu madre, que es el primer mandamiento con promesa; para que te vaya bien, y seas de larga vida sobre la tierra. Y vosotros, padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos en disciplina y amonestación del Señor. Siervos, obedeced a vuestros amos terrenales con temor y temblor, con sencillez de vuestro corazón, como a Cristo; no sirviendo al ojo, como los que quieren agradar a los hombres, sino como siervos de Cristo, de corazón haciendo la voluntad de Dios; sirviendo de buena voluntad, como al Señor y no a los hombres, sabiendo que el bien que cada uno hiciere, ése recibirá del Señor, sea siervo o sea libre. Y vosotros, amos, haced con ellos lo mismo, dejando las amenazas, sabiendo que el Señor de ellos y vuestro está en los cielos, y que para él no hay acepción de personas».
 
 
Ayer Myung-bak Lee fue elegido décimo séptimo presidente de Corea del Sur. Sin tener en cuenta el resultado de las elecciones, todos esperamos y oramos que Dios ayude al presidente y le cuide para que sea un buen líder en todos los asuntos de la nación, desde el ejército hasta la economía, la diplomacia y las políticas culturales. Debemos orar por los líderes de nuestro país porque la estabilidad nacional y la prosperidad influyen directamente en nuestro ministerio de predicación del Evangelio.
Anteriormente, en el capítulo 5 de Efesios, vimos cómo el Apóstol Pablo nos pidió a todas las parejas casadas que nos sirviésemos los unos a los otros, y también aprendimos el significado espiritual de este pasaje, que es que la Iglesia de Dios debe someterse a Cristo.
El pasaje de las Escrituras de hoy es Efesios 6, 1-9, y Pablo dijo en los versículos 1-3: «Hijos, obedeced en el Señor a vuestros padres, porque esto es justo. Honra a tu padre y a tu madre, que es el primer mandamiento con promesa; para que te vaya bien, y seas de larga vida sobre la tierra».
Este pasaje implica que ni los padres ni las madres deben enseñar cosas incorrectas a sus hijos para que acaben yendo por el mal camino. Espiritualmente hablando, el Apóstol Pablo estaba hablando de la relación que tenemos con nuestros predecesores de la fe, diciendo que debemos obedecerles siempre y cuando lo que nos digan esté de acuerdo con nuestra fe en la justicia de Dios. Debemos obedecer a nuestros predecesores de la fe en la Iglesia según el mandamiento que dice: «Obedeced en el Señor a vuestros padres». Si desobedecemos a nuestros predecesores de la fe en vez de obedecerles, estaremos en contra de la justicia de Dios en desobediencia.
Pablo dijo en el pasaje de las Escrituras de hoy que debemos honrar en el Señor a nuestros padres. Hablando espiritualmente, esto significa que debemos seguir a nuestros predecesores de la fe cuando nos guían y debemos aprender de ellos. Si les obedecemos y aprendemos de nuestros predecesores de la fe que nos guían en la Iglesia de Dios, prosperaremos en este mundo.
 
 

Debemos seguir a nuestros padres de la fe que creen en la justicia del Señor

 
Si sus padres creen en la justicia de Dios y la obedecen, deben obedecer a sus padres. Mientras que sus padres crean en la justicia de Dios, deben hacerles caso. Así que, si sus padres son justos, ustedes deben creer que la voluntad de Dios es que les obedezcan y les hagan caso, y por eso deben hacerlo. Deben confiar en que Cristo les está guiando así. El Señor dijo que entonces floreceran en este mundo y que se encargará de todo lo demás.
No hay padre espiritual que quiera que un hijo suyo se pierda. La realidad es que todos los padres espirituales guían a sus hijos para que prosperen. Sin embargo, los padres que no han nacido de nuevo no pueden dar buen consejo espiritual a los hijos de Dios. Por eso, aunque se preocupen mucho de la prosperidad material de sus hijos, en los asuntos espirituales los llevan hacia la destrucción.
Por eso el Apóstol Pablo nos dijo que obedeciésemos a nuestros padres en el Señor. Esto significa que la obediencia a nuestros padres depende de si ellos tienen la misma fe en la justicia de Dios que nosotros tenemos. Aunque todos nosotros debemos honrar a nuestros padres, no debemos obedecerles incondicionalmente, porque si lo hacemos sin tener en cuenta la justicia de Dios, iremos por el camino de la destrucción y acabaremos siendo siervos de Satanás. Por tanto, lo correcto para nosotros es servir a la justicia del Señor en unidad con nuestros padres espirituales y predecesores de fe.
Recientemente en Corea, un barco que transportaba combustible chocó con un barco grúa en la costa oeste, y como resultado se vertieron enormes cantidades de crudo en el mar. Hay muchos voluntarios que están trabajando duro para limpiar el chapapote que está extendido por toda la costa. El daño medioambiental es tan grave que no es seguro que se pueda recuperar el daño hecho en muchos años.
Aunque hay un nuevo presidente en Corea, que ha sido elegido hoy, el antiguo presidente sigue en funciones. Aunque su candidatura va a terminar, tiene que hacer frente a esta cristis y pedirle a su gabinete de ministros que adopten las medidas necesarias para afrontar la crisis cuanto antes. Los miembros de este gabinete deben moverse rápidamente para hacer lo que el presidente les ha pedido.
El mismo principio puede aplicarse a la Iglesia de Dios. Si todos los miembros de la Iglesia obedecen a sus líderes espirituales como los mandamientos de Cristo, todos los problemas se resolverían fácilmente. Pero ¿qué pasaría si la cadena de orden se rompiese? Que la Iglesia tendría muchas dificultades en todo lo que hace.
 
 

Todos los que vivimos en la Iglesia de Dios somos los soldados de Cristo

 
Cuando miran a los predecesores de la fe, deben ver sus puntos fuertes espirituales aunque no tengan mucho por lo que ser admirados en términos carnales. Es muy importante ver la parte buena de los predecesores de la fe y soportar sus debilidades con el amor de Cristo. Mientras que los líderes de la Iglesia sean gente de Cristo y les den instrucciones para servir al Evangelio del agua y el Espíritu, deben obedecer sus instrucciones como si viniesen del Señor. Es su propia bendición obedecer a los predecesores de la fe como si obedeciesen a Cristo. Esto es lo correcto.
Sin embargo, el problema es que hay pocas personas que piensen así y vivan por fe. No hay muchos santos que traten a sus predecesores de la fe como sus líderes espirituales. La mayoría piensa en ellos en términos carnales en vez de espirituales, y los tratan como al resto de la gente. Cuando trato con ustedes, no puedo ser maleducado porque les trato como siervos de Dios. Es cierto que a veces les regaño y les llevo en la dirección correcta aunque esto hiera sus sentimientos y les duela en el corazón, pero lo hago por la obra de Dios para guiarles por el buen camino, pero no tengo ningún rencor personal por ustedes ni ningún deseo de hacer que sus vidas sean más difíciles. Es simplemente impensable para mí intentar dominarles o manipularles. Para el predecesor de fe, su tarea es alimentar a los que tienen una fe joven para que sirvan a la justicia del Señor. Esto es lo correcto para todos los líderes de la Iglesia.
Ahora estamos predicando el Evangelio del agua y el Espíritu por todo el mundo. Hasta hace poco, la gente que visitaba nuestra página Web solo podía pedir dos libros la primera vez, y si quería pedir más libros, tenían que registrarse y ser aprobados como colaboradores. Pero ahora hemos decidido quitar esta restricción y permitir que todos los visitantes con una dirección válida pidan todos los libros que quieren. Mucha gente de todo el mundo ha creído en el Evangelio del agua y el Espíritu después de leer nuestros libros. Ahora estamos proporcionando espacios en Internet para los colaboradores de todo el mundo para que puedan tener su página personal y compartan hermandad espiritual con otros colaboradores en línea. Estos blogs permiten que nuestros colaboradores escriban sus testimonios de salvación, sus confesiones de fe en el Evangelio del agua y el Espíritu, sus reseñas sobre nuestros libros, o lo que tengan en su mente para compartir bendiciones con los demás. Así nuestros colaboradores podrán compartir hermandad con los demás en línea a través de sus blogs. Como nuestros colaboradores creen en el Evangelio del agua y el Espíritu y están sirviéndolo con nosotros, debemos amarles. Debemos tratarles bien, con respeto y honor, como trataríamos a Cristo, y nunca debemos ser maleducados con ellos.
Es muy importante que nos demos cuenta de la Palabra de Dios que debemos respetar y amar a todos los que tienen nuestra fe y están sirviendo al Evangelio con nosotros, y debemos comportarnos como tales. Por supuesto, a veces me encuentro regañando a mis hermanos ministros que trabajan conmigo para predicar el Evangelio. Pero hago esto cuando van por el mal camino y lo que intentan hacer no es beneficioso para el Evangelio. Aunque a veces parezca demasiado mandón, lo hago porque hay mucho trabajo que hacer para predicar el Evangelio del agua y el Espíritu por todo el mundo, y tengo que ser el líder adecuado para guiar nuestro ministerio del Evangelio. Por eso tengo que centrarme de vez en cuando y aparentar que les estoy dando órdenes obstinadamente.
Sin embargo, el problema es que algunos miembros, aunque entiendan el racionamiento que hay detrás de mis intrucciones, se niegan a seguirlas porque son demasiado escépticos y no creen que puedan alcanzar los objetivos que les he marcado. Es cierto que, de las muchas cosas que hace la Iglesia para servir al Evangelio, algunos planes no funcionan. Incluso un líder puede cometer errores. Pero todos podemos aprender de estos intentos y errores y hacer ajustes para conseguir nuestros objetivos. Aunque esto sea duro, la obra de Dios se cumplirá al final, es decir, el Evangelio del agua y el Espíritu será predicado vigorosamente si todos nos unimos en esta tarea común para predicar el verdadero Evangelio por todo el mundo.
 
 

No provoquen a ira a sus hijos

 
Para entender lo que quiero decir con esto, pasemos a Efesios 6, 4: «Y vosotros, padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos en disciplina y amonestación del Señor». Si son líderes de la Iglesia, pueden dar instrucciones para hacer la obra de Dios, pero cuando sus seguidores no entienden estas instrucciones, deben enseñarles con la Palabra del Señor. El Apóstol Pablo dijo aquí que educar a sus hijos espirituales en la disciplina y amonestación del Señor es hacer la voluntad del Señor. Así que es muy importante enseñar a sus hijos espirituales y nutrirlos para que sepan qué deben hacer para cumplir la voluntad del Señor y cómo hacerlo. Como líderes deben hacer lo mejor que sepan para explicar a sus hijos espirituales por qué deben obedecer las decisiones que ustedes han tomado, y deben pedirles humildemente que sigan sus instrucciones aunque no las entiendan de momento. Como seguidores, por otro lado, deben obedecer las instrucciones de sus predecesores de la fe y las consideren como instrucciones de Cristo. La parte más difícil es que, como todo el mundo tiene emociones, a veces un líder puede dejar que sus emociones o sentimientos nublen su juicio y puede llevarlos por el mal camino. Pero recuerden que nuestro Señor nos avisó que no debemos dejar que nuestras emociones se pongan en nuestro camino.
Dios nos dijo que no provocásemos a Sus hijos a la ira. Esto significa que, aunque los líderes de la Iglesia hacen que sus hijos espirituales trabajen duro por la obra de Dios, no deben pedirles nada que no sea hacer la obra de Dios, y pagar sus frustraciones con ellos por razones personales. La Biblia dice claramente que todo predecesor de la fe debe criar a sus hijos espirituales en la disciplina y la amonestación del Señor. Los hijos espirituales, a su vez, deben obedecer a sus líderes como obedecen a Cristo, como dice la Biblia: «Siervos, obedeced a vuestros amos terrenales con temor y temblor, con sencillez de vuestro corazón, como a Cristo; no sirviendo al ojo, como los que quieren agradar a los hombres, sino como siervos de Cristo, de corazón haciendo la voluntad de Dios» (Efesios 6, 5-6).
Todos nosotros debemos obedecer a los líderes de nuestra iglesia. Sus líderes también tienen problemas y dificultades cuando tratan con ustedes. Como recibieron la remisión de los pecados antes que ustedes, tienen la tarea dura de alimentar su fe, de mantenerles espiritualmente, guiarles para recibir las bendiciones de Dios, y guiarles bien para que su labor no sea en vano. Deben guiarles con cuidado para asegurarse de que su trabajo duro se hace en servicio a la justicia del Señor. Solo cuando todo líder de la Iglesia asegura esto, ustedes y sus hermanos santos de todo el mundo podrán ser bendecidos.
 
 

El trabajo de los líderes de la Iglesia no es fácil

 
No es fácil ser un líder de la Iglesia. Esto se debe a que todo líder debe seguir la justicia del Señor. Está escrito en el pasaje de las Escrituras de hoy: «Y vosotros, amos, haced con ellos lo mismo, dejando las amenazas, sabiendo que el Señor de ellos y vuestro está en los cielos, y que para él no hay acepción de personas» (Efesios 6, 9). Este pasaje significa que los predecesores de la fe deben servir a sus seguidores con un corazón sincero como si sirviesen al Señor, del mismo modo en que sus seguidores obedecen sus instrucciones como si obedeciesen a Cristo. En resumen, todos los miembros de la Iglesia deben obedecer los mandamientos del Señor ya sean líderes o seguidores.
Lo que el Apóstol Pablo dijo aquí, en el pasaje de las Escrituras de hoy, es el mandamiento del Señor. Por eso está escrito en la Biblia. Dios no mira las apariencias externas, sino que mira en el centro de nuestros corazones para ver si nos tratamos los unos a los otros como trataríamos a Cristo. Este es el mensaje principal del pasaje de las Escrituras de hoy. Lo que busca nuestro Señor es si tratamos a nuestros líderes sinceramente como si tratásemos a Cristo, y si estos líderes tratan a sus seguidores como si tratasen a Cristo. Así es como todos deberíamos tratarnos, nutriendo a nuestros seguidores con sinceridad, obedeciendo a nuestros líderes con sinceridad y viviendo nuestra fe con sinceridad.
Es bastante difícil para sus líderes portarse como deben ante ustedes. Algunos de ustedes a veces piensan: «Bueno, como el Reverendo Jong es nuestro líder, no tiene a nadie que le regañe, así que ¿acaso no está mejor que todos nosotros?» Pero yo no soy diferente, yo también tengo mis problemas y dificultades. A sus ojos puede parecer que solo doy órdenes, pero en realidad cuando les pido que hagan una tarea, tengo que considerar los diferentes problemas y discutir el tema con otros colaboradores antes de tomar una decisión final. Como su líder, tengo que considerarlo todo antes de tomar una decisión. Cuando les pido que hagan algo, lo hago después de haber sopesado todas las opciones y de haberlas evaluado con mucho cuidado.
Así que les pido que se den cuenta de esto y sirvan a sus líderes y a sus seguidores como servirían a Cristo, confiando en la justicia de Dios. Esto es lo que todos nosotros debemos hacer. Solo entonces podemos estar unidos, servir al Señor con lealtad, y trabajar juntos para tener éxito en nuestra tarea del Evangelio. Si dejamos que la Iglesia se venga abajo, y obramos sin respetar a nuestros predecesores de la fe o sin amar a nuestros seguidores, nuestra labor será en vano.
Estamos sembrando setas shiitake en nuestro centro de discípulo en Inje, y como esta es la primera vez que los sembramos, hemos cometido muchos errores. Pero ahora que tenemos suficiente experiencia, nuestra habilidad para sembrar setas ha aumentado considerablemente. Así que hemos comido muchas setas últimamente. Cuando decidí sembrar setas shiitake, no pensaba que requerían tantos cuidados, y pensaba que salían nuevas setas después de cosecharlos. Pero me enteré de que no era así. Para poder cosechar setas shiitake de manera constante, el tronco donde se cultuvas tiene que descansar durante una semana después de una cosecha. No conozco todos los detalles técnicos de por qué se tiene que hacer esto, pero se ve que este es un paso necesario para que crezcan otras setas.
A parte de las setas, también sembramos otras verduras en el centro de discípulos de Inje. Solíamos tener una granja grande en el pasado, pero ahora la hemos reducido en tamaño. Pero todavía es lo suficientemente grande como para producir verduras que den para todos los ministros de nuestras iglesias hermanas cuando nos reunimos en el centro de Inje. Esta producción agrícola es muy valiosa para nosotros. Las verduras no cuestan mucho dinero; nuestros ministros pueden comprarlas en cualquier tienda por poco dinero. Con diez dólares se puede comprar una bolsa entera de verduras. Así que puede que piensen por qué es tan importante darles media bolsa de verduras a nuestros ministros. Pero esta producción es muy importante para mí porque la he cultivado con mis propias manos. Aunque nuestra cosecha no sea tan grande como para compartirla en abundancia, seguimos compartiendo lo que cosechamos con todas las iglesias hermanas en Corea. Por supuesto, algunas de las iglesias cerca del centro de entrenamiento de discípulos de Inje, como la Iglesia de Chuncheon o la de Sokcho, reciben una parte mayor porque están cerca del centro. Como estas iglesias tienen muchos trabajadores, sus partes tienen que ser lógicamente mayores. Pero aún así hacemos lo que podemos para darles verduras a todas las iglesias.
La granja del centro de Inje es muy querida por nosotros, no a consecuencia de las ganancias materiales que pudiésemos sacar de ella, sino porque nos permite compartir productos agrícolas que hemos cultivado con nuestras propias manos. Lo que importa es compartir. Aunque nuestra cosecha de setas shiitake sigue siendo relativamente pequeña, todos nuestros santos en todas las iglesias han disfrutado de ella por lo menos una vez. Como hemos cultivado estas setas con todo nuestro amor y devoción, son muy importantes para nosotros. Personalmente, amo todos los productos que hemos cultivado en la granja de Inje. Por supuesto, el centro de entrenamiento de discípulos de Inje no es solo una granja, sino que se utiliza frecuentemente como centro de reuniones para nuestros ministros y santos de todo el país. Nuestros ministros necesitan un lugar donde poder reunirse de vez en cuando, ya sea por motivos de trabajo o para descansar.
Algunos de ustedes pueden pensar que podríamos reunirnos en la Iglesia de Chuncheon en vez de en el centro de entrenamiento de discípulo. De hecho podríamos utilizar la Iglesia de Chuncheon como centro de reuniones a veces. Pero esta iglesia no puede acomodar a todos los siervos que vienen de todas las iglesias de Corea a la vez. Esto era posible en el pasado, pero ahora ya no, debido al número creciente de miembros. Necesitamos un lugar que sea lo suficientemente grande como para acomodar todas nuestras necesidades. Por ejemplo, necesitamos un campo de fútbol para relajar nuestros cuerpos y nuestras mentes del estrés acumulado mientras servimos al Evangelio del agua y el Espíritu. Por eso me gusta el centro de entrenamiento de discípulos de Inje. Es un lugar donde todos podemos reunirnos y compartir sus instalaciones, un lugar construido con nuestras contribuciones colectivas. Así que para mí este centro es muy importante y querido.
Algunos ministros no piensan que el centro de Inje sea tan importante. No ven el motivo por el que invertir en el centro, y se preguntan a quién le beneficia. Pero la respuesta es obvia: construimos el centro para nosotros mismos. Entonces pueden decir que solo van dos veces al año. Pero sin importa cuántas veces se reúnan nuestros santos y los siervos de Dios en Inje, lo construimos para que todos tuviesen la oportunidad de relajarse y descansar. Para mí es muy importante reunirnos de esta manera. Cuando la gente viene al centro de Inje, ya sean ministros o nuevos miembros que hayan venido a ecuchar el Evangelio por primera vez, ¿no son todos nuestra familia?
Digamos que los miembros de nuestra familia vinieron aquí a escuchar el Evangelio del agua y el Espíritu, pero que tuvimos que dar la clase sobre el Evangelio en una chavola porque no tenñiamos un edificio en condiciones. ¿Quién iría allí a escuchar el Evangelio del agua y el Espíritu? A principios de los 90, cuando dábamos la clase del Evangelio en un invernadero cubierto con una cinta de vinilo en pleno invierno, la gente aún así escuchaba la Palabra de Dios y dormía bien a pesar del frío. Pero hoy en día, nadie vendría. Así que necesitamos buenas instalaciones en el centro de entrenamiento de discípulos de Inje para dar un buen servicio a la gente. Por eso el centro de Inje es tan importante. Por eso nos hemos dedicado tanto a este sitio. Hagamos lo que hagamos, debemos dedicarnos por completo como si estuviésemos sirviendo al Señor mismo.
Tenemos algunos negocios para apoyar el ministerio del Evangelio, y como esta es una forma de servir al Evangelio del agua y el Espíritu, estamos dedicados a ellos. Predicar el Evangelio del agua y el Espíritu a todo el mundo es servir al Señor, y por eso estamos sirviendo a este Evangelio devotamente con acción de gracias. Esto es lo que debemos hacer, y seremos recompensados por esto.
Asú que todo lo que salga del centro de Inje es muy preciado para mí. Por esta razón no reparto las tareas entre todas las iglesias si se pueden hacer colectivamente en Inje. Todas las iglesias hermanas podrían cultivar productos agrícolas fácilmente, pero no lo hacemos. Cuando nos reunimos y plantamos la semilla juntos con un solo corazón, y recogemos lo embrado juntos, podemos apreciar el producto de nuestro trabajo. Si cultivásemos individualmente, ¿quién apreciaría el cultivo del centro de Inje? Nadie apreciaría el trabajo hecho por nuestros hermanos y hermanas aquí. Y si pensásemos de esta manera, tendríamos que darles otro trabajo a los trabajadores de Inje, cerrar el centro y utilizarlo solo una o dos veces al año.
Por eso el centro de entrenamiento de discípulos de Inje es tan preciado, y por eso disfruto de todo lo que se hace en ese centro. Así que no tengo ninguna intención de cambiar el centro por el bien de todos. Podemos hacerlo todo en unidad en este centro, aunque algunas cosas se pudieran hacer individualmente. Por ejemplo, estamos criando conejos en el centro de Inje. A los niños les encantan los conejos. Así que si se les dieran algunos conejos a nuestros ministros con hijos, sus hijos estarían muy contentos. Estarían tan contentos que querrían tenerlos en sus habitaciones. Pero estos conejos no son mascotas, aunque eso sería bonito. Están siendo criados en el centro de Inje para compartirlos con nuestros ministros que sirven al Evangelio en cada iglesia hermana de nuestro país. ¿No debería haber algo que hacer en el centro de Inje? ¿No sería bueno que criásemos más animales en este centro y los compartiésemos con nuestros ministros?
Así, hagamos lo que hagamos, debemos dedicar nuestros corazones en unidad a la Iglesia. Ya comamos o bebamos, en tiempos de gozo y de sufrimiento, debemos hacerlo todo por la gloria de Dios. Esto es lo que debemos hacer. Esto es lo que el Apóstol Pablo nos está enseñando en Efesios 6.
Si son seguidores, deben obedecer a los líderes de su iglesia como obedecen a Cristo, confiando en Dios. Si son líderes, deben guiar a sus seguidores en humildad para que su fe crezca y estén más benditos en cuerpo y alma. Así es como todos los santos en la Iglesia deberían tratarse. Solo cuando todos hacemos esto, la Iglesia puede crecer como el cuerpo de Cristo. Esto es lo que el Apóstol Pablo está intentando enseñarnos en los capítulos 5 y 6 de Efesios al utilizar la relación entre mujeres y maridos, padres e hijos, esclavos y siervos, como ilustración para todo el mundo en la Iglesia. Así que debemos creer en esta enseñanza de la Palabra y seguirla.
Debemos mirar atrás y examinarnos para ver si hemos sido maleducados con nuestros seguidores y si hemos herido sus sentimientos de manera que no puedan vivir con fe. Todo líder de la Iglesia tiene el deber de nutrir a sus seguidores con las enseñanzas correctas de la Palabra y de tratarles con amor. Como líder, deben hacer saber a sus seguidores que les aman de todo corazón, y ayudarles a darse cuenta de que la única razón por la que les regañan es porque sus espíritus morirían si los dejasen solos. Asimismo, como seguidores, deben obedecer a sus predecesores en la fe con ganas. Se beneficiarán de esto y la voluntad del Señor se cumplirá
¿Qué ocurriría si un líder de una iglesia se impusiese demasiado sobre sus seguidores? Algunos hermanos y hermanas consideran que soy difícil de tratar. Supongo que me tienen miedo. Pero no hay nada que temer. Si me tienen miedo, ¿cómo van a seguirme como líder? Deben confiar y tener fe en sus líderes. Aunque a veces parezcan demasiado autoritarios, ellos les aman de todo corazón, intentan hacer lo mejor que pueden para entenderles, oran sin cesar por ustedes, y trabajan noche y día para guiarles por el buen camino para que su trabajo no sea en vano.
Así que deben confiar en los líderes de su iglesia aunque no comprendan sus instrucciones al principio. Solo cuando obedecen a sus líderes espirituales, pueden hacer la obra de Dios. Espero y oro por que Dios nos convierta en santos que puedan confiar.