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La muerte de Jesús fue el pago por todos los pecados de las personas que Él quitó a través de Su bautismo. El ser humano estaba enfrentándose con la muerte en el infierno por sus pecados. Pero como Jesús nos amó, Él aceptó el bautismo que pasó todos nuestros pecados sobre Sí mismo, y Él murió en la Cruz para salvarnos. Él se sacrificó a Sí mismo para salvarnos del infierno. Su muerte fue el pago por los pecados del ser humano. Él fue bautizado para quitar todos los pecados de las personas y recibió el juicio en la Cruz a fin de salvar a todas las personas del pecado, la muerte, el juicio y la condenación. La muerte de Jesús fue por los pecados de las personas que Él quitó en el río Jordán para que Él pudiera recibir juicio por los pecados del ser humano. Él murió en la Cruz y resucitó para hacernos vivir de nuevo como personas justificadas.