(Génesis 7, 1-24)
«Dijo luego Jehová a Noé: Entra tú y toda tu casa en el arca; porque a ti he visto justo delante de mí en esta generación. De todo animal limpio tomarás siete parejas, macho y su hembra; mas de los animales que no son limpios, una pareja, el macho y su hembra. También de las aves de los cielos, siete parejas, macho y hembra, para conservar viva la especie sobre la faz de la tierra. Porque pasados aún siete días, yo haré llover sobre la tierra cuarenta días y cuarenta noches; y raeré de sobre la faz de la tierra a todo ser viviente que hice. E hizo Noé conforme a todo lo que le mandó Jehová. Era Noé de seiscientos años cuando el diluvio de las aguas vino sobre la tierra. Y por causa de las aguas del diluvio entró Noé al arca, y con él sus hijos, su mujer, y las mujeres de sus hijos. De los animales limpios, y de los animales que no eran limpios, y de las aves, y de todo lo que se arrastra sobre la tierra, de dos en dos entraron con Noé en el arca; macho y hembra, como mandó Dios a Noé. Y sucedió que al séptimo día las aguas del diluvio vinieron sobre la tierra. El año seiscientos de la vida de Noé, en el mes segundo, a los diecisiete días del mes, aquel día fueron rotas todas las fuentes del grande abismo, y las cataratas de los cielos fueron abiertas, y hubo lluvia sobre la tierra cuarenta días y cuarenta noches. En este mismo día entraron Noé, y Sem, Cam y Jafet hijos de Noé, la mujer de Noé, y las tres mujeres de sus hijos, con él en el arca; ellos, y todos los animales silvestres según sus especies, y todos los animales domesticados según sus especies, y todo reptil que se arrastra sobre la tierra según su especie, y toda ave según su especie, y todo pájaro de toda especie. Vinieron, pues, con Noé al arca, de dos en dos de toda carne en que había espíritu de vida. Y los que vinieron, macho y hembra de toda carne vinieron, como le había mandado Dios; y Jehová le cerró la puerta. Y fue el diluvio cuarenta días sobre la tierra; y las aguas crecieron, y alzaron el arca, y se elevó sobre la tierra. Y subieron las aguas y crecieron en gran manera sobre la tierra; y flotaba el arca sobre la superficie de las aguas. Y las aguas subieron mucho sobre la tierra; y todos los montes altos que había debajo de todos los cielos, fueron cubiertos. Quince codos más alto subieron las aguas, después que fueron cubiertos los montes. Y murió toda carne que se mueve sobre la tierra, así de aves como de ganado y de bestias, y de todo reptil que se arrastra sobre la tierra, y todo hombre. Todo lo que tenía aliento de espíritu de vida en sus narices, todo lo que había en la tierra, murió. Así fue destruido todo ser que vivía sobre la faz de la tierra, desde el hombre hasta la bestia, los reptiles, y las aves del cielo; y fueron raídos de la tierra, y quedó solamente Noé, y los que con él estaban en el arca. Y prevalecieron las aguas sobre la tierra ciento cincuenta días».
Está escrito en Génesis 7, 1-5: «Dijo luego Jehová a Noé: Entra tú y toda tu casa en el arca; porque a ti he visto justo delante de mí en esta generación. De todo animal limpio tomarás siete parejas, macho y su hembra; mas de los animales que no son limpios, una pareja, el macho y su hembra. También de las aves de los cielos, siete parejas, macho y hembra, para conservar viva la especie sobre la faz de la tierra. Porque pasados aún siete días, yo haré llover sobre la tierra cuarenta días y cuarenta noches; y raeré de sobre la faz de la tierra a todo ser viviente que hice. E hizo Noé conforme a todo lo que le mandó Jehová».
Aquí Dios le dijo a Noé que llevase al arca dos pares de animales impuros, macho y hembra, y siete pares de animales limpios, también macho y hembra. Este es un pasaje muy importante. Dios le estaba diciendo a Noé que salvase a todas las especies cuando juzgó este mundo con agua. Así que, todas las especies que viven en la faz de la tierra entraron al arca sin excepción. ¿Por qué dijo Dios esto? Dios le dijo a Noé que metiese en el arca dos pares de animales impuros, macho y hembra, y esto significa que le confió la obra de salvar a todas las almas. Dicho de otra manera, Dios tomó a Noé como a Su trabajador para cumplir Su voluntad. Como entenderán pronto, Noé trabajó con Dios para llevar al arca animales limpios y sucios.
Dios trabaja con Sus siervos
Dios escogió un colaborador y este colaborador fue Noé. Dios le dijo a Noé: «Dijo luego Jehová a Noé: Entra tú y toda tu casa en el arca; porque a ti he visto justo delante de mí en esta generación. De todo animal limpio tomarás siete parejas, macho y su hembra; mas de los animales que no son limpios, una pareja, el macho y su hembra. También de las aves de los cielos, siete parejas, macho y hembra, para conservar viva la especie sobre la faz de la tierra». A través de Noé Dios juzgó a mundo y salvó a sus almas. Debemos entender aquí que fue a través de Noé, y con Noé, como Dios hizo Su obra.
Como he mencionado, Dios tomó a Noé como Su compañero, pero ¿qué tipo de obra deben hacer los colaboradores de Dios? Primero, Dios le dijo a Noé que llevase al arca siete pares de animales limpios y dos de animales impuros, macho y hembra. En la Biblia par implica trabajar juntos. Dios le estaba diciendo a Noé que tenía que trabajar con Él cuando le dijo que llevase animales impuros al arca. Al trabajar con Dios, Noé tenía que limpiar y perfeccionar a los animales sucios y llevarlos al arca.
En cada era, Dios levanta a Sus siervos y manifiesta Su voluntad a través de ellos, confiándoles Su obra. Dios trabajó a través de Noé en sus días. Dios le encomendó a Noé hacer el arca y llevar a los animales dentro. En otras palabras, Dios escogió a Noé como Su siervo y trabajó a través de él. Dios cumple Su voluntad a través de Sus siervos.
Mis queridos hermanos, si no trabajamos con Dios, no podemos llevar animales impuros al arca. Si no se unen a Dios como siervos ordenados por Él, no podrán salvar a las almas por mucho que lo intenten. Se darán cuenta de esto cuando empiecen a trabajar.
¿A quién habló Dios? Le habló a Noé, Su escogido. Cuando reflexionamos sobre la Biblia, podemos darnos cuenta de que cuando los seres humanos nos unimos sin escuchar a Dios, Dios nos esparce (Génesis 11, 9). Sin embargo, cuando nos unimos con la voluntad de Dios, cumple Su voluntad a través de Sus siervos. Noé llevó al arca dos pares de animales impuros, macho y hembra. El que Dios le dijese a Noe que llevase dos pares de animales al arca implica que debemos trabajar con Dios. Para trabajar con Dios debemos aceptar Su corazón completamente y unirnos a Él. Si no lo hacemos, ¿cómo podrá confiarnos Su obra que mete animales impuros en el arca y los salva?
No podemos trabajar con Dios con nuestros pensamientos. Como Noé había abandonado sus pensamientos y se había unido con Dios, Dios lo escogió como Su compañero, trabajó con él y le confió Su obra. Dios quiere que nos unamos con Él en Su Iglesia. A través de Sus siervos, la Palabra de Dios viene a la Iglesia. Por tanto, los que se unen con la Iglesia de Dios son Sus compañeros, y Dios los está llamando para hacer Su obra. Dios necesita que los que van a hacer Su obra trabajen juntos, unidos en Su Iglesia. Pero, mientras que algunas personas se unen a la Iglesia de Dios después de nacer de nuevo, otras no lo hacen.
En este mundo hay muchos animales sucios, es decir, los que no han nacido de nuevo. La Iglesia de Dios trabaja para llevar a estos animales sucios al arca y necesita trabajadores que se unan con Dios para esta obra de salvación, para que trabajen juntos y tomen la obra de Dios como suya. Dios nos levanta como Sus trabajadores a los que creemos en Su voluntad y la seguimos, y a través de estas personas Dios habla y obra.
Dios le dijo a Noé: «Entra tú y toda tu casa en el arca» y también le dijo: «De todo animal limpio tomarás siete parejas, macho y su hembra». Los que trabajan con Dios trabajan según Su Palabra, no según sus deseos. En otras palabras, los compañeros de Dios conocen Su corazón y trabajan unidos a Él. ¿Cómo pueden los siervos de Dios conocer Su corazón? Pueden conocer Su corazón porque Dios se manifiesta hablando a Sus siervos. Dios está vivo. Y mueve los corazones de Sus siervos, trabaja con ellos y les da todo lo que necesitan. Aunque Dios está vivo, como es Espíritu, hace Su obra de salvar a todas las almas a través de los seres humanos. El Espíritu Santo no obra por Su cuenta. Habla a través de los labios de los siervos de Dios y trabaja a través de la Palabra de Dios.
Dios levantó a Noé como Su siervo para llevar a cabo Su obra y trabajó con él. Aunque había muchas más personas viviendo en aquel entonces, Dios escogió específicamente a Noé como compañero. En esta era presente también hay muchas personas, pero Dios nos ha escogido a los que creemos en el Evangelio del agua y el Espíritu como Sus compañeros. Después de nombrar a Sus siervos, Dios trabaja a través de ellos. Su fe crecerá enormemente cuando se den cuenta de esto. Si creen que Dios obra a través de Sus siervos, que la Palabra que predican es la Palabra de Dios y que trabajar con su corazón unido con estos corazones de los siervos es trabajar con Dios, esto significa que han madurado en su fe. Oro para que todos tengan esta fe.
Dios obró a través de Noé, escogiéndole como Su compañero, dándole Su gracia y cumpliendo Su voluntad a través de él. Le dio Su corazón a Noé y le dio Su voluntad. Y Dios le dijo a Noé que la llevase a cabo. Dios le había dado Su gracia a Noé. Hizo trabajar a Noé, le comunicó Sus pensamientos y le ayudó a cumplir Su obra. Por otro lado, Satanás se levantó contra Noé, pero Noé venció porque Dios trabajó con Él.
Si Noé no tenía materiales suficientes para construir el arca y le resultaba difícil trabajar en ella, Dios le daba los materiales que necesitaba. Sin embargo, si Noé no hubiese hecho la obra que le pidió Dios, aunque le hubiese dado los materiales, y el arca no hubiese sido construida, habría desobedecido a Dios. Al ver como Dios había trabajado a través de Noé, quien obedeció Su Palabra contento, veo que ahora, en estos tiempos también, Dios les cuenta Su plan a Sus siervos y cumple Su voluntad a través de estos siervos de la misma manera. Puedo apreciar que el corazón de Dios sigue igual que entonces.
Noé lo hizo todo según la Palabra de Dios. ¿Se arruinó por esto? No, por supuesto que no. Ningún siervo de Dios verdadero ha sido arruinado. Dios nos bendice a todos los que hemos sido escogidos como Sus compañeros. Sin estos siervos de Dios es difícil que nadie conozca a Dios o le escucha directamente. A través de los siervos de Dios podemos cumplir Su voluntad. Por tanto, honrar a los siervos de Dios y unirse con ellos es honrar a Dios y unirse a Él. Dios le dio Su gracia a Noé. Es una bendición poder estar haciendo la obra de Dios en estos tiempos, tener comunión con Él y escuchar Sus enseñanzas a través de Sus siervos. Dentro de la Iglesia de Dios se encuentra Su gracia.
Unirse a los siervos de Dios es unirse a Dios
Dios trabajó con animales solo a través de Noé. No trabajó con ellos directamente. De esta manera, Dios manifiesta Su voluntad a Sus siervos y trabaja a través de ellos. En cada era, Dios llama a Sus colaboradores y trabaja con ellos. Después de que muriese la generación de Noé, Dios llamó a Abraham, Isaac y Jacob; después de ellos llamó a Moisés, Josué y a los Jueces; y entonces llamó a Samuel, y a David, etc. Cuando Israel fue dividido en un reino del norte y uno del sur, Dios llamó a multitud de profetas, desde Elías a Eliseo, Isaías, Jeremías, Ezequiel, Daniel, etc. y les habló y trabajó con ellos.
Dios entonces llamó a Juan el Bautista para que preparase el camino del Señor y al final envió a Jesucristo a este mundo. El Señor llama Sus discípulos a los que creen en Él y se unen a Su voluntad. Dios obra siempre a través de Sus siervos. Por tanto, desobedecer la voluntad de los siervos de Dios es desobedecer a Dios. ¿Cómo pueden conocer la voluntad de Dios por su cuenta? Cuando conocen los corazones de los siervos de Dios pueden conocer Su voluntad. Si buscan la voluntad de los siervos de Dios y la siguen con todo aprecio, esto es seguir la voluntad de Dios y la vida que sigue la voluntad de Dios es la más bendita para nosotros.
Dios habló a Noé con todo detalle y en términos concretos sobre cómo debía construir el arca, diciendo: «Hazte un arca de madera de gofer; harás aposentos en el arca, y la calafatearás con brea por dentro y por fuera. Y de esta manera la harás: de trescientos codos la longitud del arca, de cincuenta codos su anchura, y de treinta codos su altura. Una ventana harás al arca, y la acabarás a un codo de elevación por la parte de arriba; y pondrás la puerta del arca a su lado; y le harás piso bajo, segundo y tercero» (Génesis 6, 15-16). De la misma manera, Dios también instruye a Sus siervos de hoy en día sobre cómo deben construir sus arcas con todo detalle. Esto significa que Dios habla a Sus siervos en términos concretos sobre cómo establecer y guiar Su Iglesia. Cuando escuchamos y entendemos esta Palabra de Dios y unimos nuestros corazones con ella, podemos ser guiados por Dios y seguirle. Conocer los corazones de los siervos de Dios y unirse a ellos es trabajar con Dios. Los obreros de Dios son los que se unen a Sus siervos. Si alguien no se une a los siervos de Dios, esta persona no puede ser colaboradora de Dios. No es más que arrogancia juzgar por cuenta propia.
Estoy decidido a guiar a nuestra congregación como la verdadera Iglesia que comparte con toda la gente del mundo la gracia que hemos recibido de Dios. Hasta ahora hemos recibido la gracia de Dios enormemente y nuestra Iglesia debe compartir esta gracia de Dios con todo el mundo. Mi deseo más sincero es que Dios haga nuestra Iglesia y comparta nuestra riqueza espiritual, fe y todas las bendiciones espirituales que vienen de Dios. Debemos unirnos con esta voluntad de Dios por Su Iglesia y trabajar juntos. Debemos llevar a cabo estas obras por fe. Los que están por delante deben convertirse en compañeros de Dios por fe. Todos los que construyeron el arca con Noé eran colaboradores de Dios.
Debemos llevar a la Iglesia de Dios a los limpios y a los sucios. Los que están claramente sin pecados y los que son claramente pecadores deben entrar en la Iglesia; así de claro. Por supuesto, los que son sucios deben ser lavados de sus pecados antes de entrar en la Iglesia de Dios; los que son claramente pecadores deben recibir la remisión de sus pecados a través de la Iglesia de Dios, se hacen completamente justos y entran en la Iglesia de Dios nacida de nuevo; en la Iglesia de Dios no hay nadie que sea un pecador un minuto y un minuto después sea justo. En esta Iglesia, donde los pecadores y los santos han nacido de nuevo claramente, podemos trabajar con Dios.
Cuando leemos la genealogía de Adán como está escrita en la Biblia, podemos ver que, aunque Adán engendró a Caín y Abel, Caín mató a Abel por su maldad, y Set continuó la genealogía de Adán. Esta genealogía está escrita en el capítulo quinto de Génesis. Noé está al final de la genealogía de fe que empezó con Adán y continuó con Set, Enós, Cainán, Mahalaleel, Jared, Enoc, Matusalén y Lamec, que es el padre de Noé, y está escrito que en los días de Noé llegó el juicio.
Lo que Dios nos está mostrando a través de los descendientes de Adán es que trabaja a través de los descendientes de la fe, es decir, a través de Sus colaboradores. Incluso ahora, Dios está cumpliendo Su voluntad solo a través de Sus siervos. Incluso ahora, Dios está cumpliendo Su voluntad solo a través de Sus siervos. ¿Creen en esto, mis queridos hermanos? En otras palabras, Dios cumple Su voluntad a través de Sus colaboradores que siguen solo Su voluntad. Dios tomó a Noé como Su compañero. Así que, en los días de Noé, Dios solo obró a través de Noé. Los líderes nombrados por Dios trabajaron con todo detalle y con planes específicos. Al construir el arca, Noé también trabajó con un plan detallado para todo. Así que, aunque los que trabajan con los siervos de Dios no siempre entienden el objetivo de su obra, cuando está acabada se dan cuenta de por qué se hizo.
Incluso en este momento, Dios está trabajando a través de Sus colaboradores. Cuando predicamos el Evangelio del agua y el Espíritu, todo el que cree en este Evangelio recibe la remisión de los pecados. Los que escuchan el Evangelio del agua y el Espíritu rechazan o aceptan este Evangelio. Y debemos meter en el arca solo a los que aceptan el Evangelio del agua y el Espíritu. Los nacidos de nuevo están protegidos y alimentados en el arca. Dios hace estas cosas a través de Sus siervos. Algunas personas solo toman lo que es bueno para ellas de las palabras de los siervos de Dios y se niegan a escuchar lo que no les es ventajoso. Cuando tiene lugar alguna situación negativa para ellos por no dejarse llevar por los siervos, si se les pregunta por qué se negaron a escuchar las palabras de los siervos de Dios, dicen: “¿Cuándo me dijeron esto?” Ni siquiera se acuerdan de haber escuchado estas palabras de los siervos de Dios precisamente porque siempre han ignorado las palabras de los siervos y no les han dado importancia.
Los que tienen una fe inmadura no tienen una percepción adecuada de los siervos de Dios. Simplemente intentan hacerse amigos de los siervos de Dios de forma carnal, ya que parece que tienen poder en la Iglesia. Pero los santos deben intentar aprender lecciones espirituales de los siervos de Dios. Si quieren escuchar la Palabra de Dios, deben escuchar la Palabra que sale de los labios de Sus siervos, porque esa es la verdadera voz de Dios. Cuando escuchan la Palabra de Dios a través de Sus siervos, podrán darse cuenta de cómo les está guiando Dios. ¿Les habla Dios directamente? No. Dios habla a Sus siervos y a través de ellos Dios obra.
Por tanto, deben poder reconocer a los colaboradores de Dios y unir sus corazones con ellos. Deben darse cuenta de que es una bendición poder reconocer a los siervos de Dios y seguirlos uniéndose con su fe y planes. En tiempos del diluvio de Noé, todos los que colaboraron con Noé se convirtieron en colaboradores de Dios.
Dios trabaja con Sus colaboradores. Por tanto, primero deben examinarse a sí mismos para ver si son colaboradores de Dios. Si están sirviendo al Evangelio unidos a la Iglesia de Dios, son colaboradores de Dios. Incluso ahora, Dios está llamando a Sus colaboradores. Está llamando a colaboradores que trabajen con Él con lealtad para cumplir Su voluntad.
La voluntad de Dios es salvar a todos los que están destinados a ser destruidos en este mundo. A través de Su Iglesia, Dios permite que estas personas escapen de la condena eterna. La voluntad de Dios es salvar y proteger a todo el mundo a través de Su Iglesia. Por tanto, para cumplir esta voluntad de Dios debemos construir el arca. Debemos construir el arca, poner habitaciones en ella, preparar comida y tenerlo todo preparado dentro. El arca aquí denota la Iglesia de Dios. Dios ha confiado esta obra a Sus colaboradores. Incluso en este mismo instante Dios está llamando a colaboradores para que hagan Su obra diligentemente.
Les pido que no se contenten simplemente con haber recibido la remisión de los pecados. Deben examinarse a sí mismos y contestar estas palabras: “¿De verdad me he unido a Dios? ¿Me he unido con Sus colaboradores? ¿Tengo fe para unirme con la Iglesia de Dios? ¿Confío en los siervos de Dios?”. Y cuando se han unido con Dios verdaderamente, su corazón estará aún más lleno de gozo. Si cualquier alma recibe la remisión de los pecados, debemos enseñar a estas almas cómo vivir sus vidas de ahora en adelante y que han recibido la remisión de los pecados. Una vez se nace, es absolutamente indispensable que todo el mundo sepa cómo vivir una vida recta. Es muy importante para toda vida cristiana trabajar con Dios.
¿Para qué sirve nacer de nuevo como ser humano? Si alguien se alimenta de leche de loba y aúlla como un lobo, viendo una vida como bestias sin humanidad, ¿cómo se puede describir a esta persona como ser humano? Sin embargo, si alguien nace de nuevo y aprende la respuesta a las siguientes preguntas, esa persona es verdaderamente feliz: “¿Cuál es la voluntad de Dios para mí y qué quiere de mí? ¿Cuál es el objetivo de Dios para la humanidad? ¿Cómo quiere que trabaje? ¿Cuál es Su plan ultimo?”. Sé que, aunque es importante para las almas perdidas nacer de nuevo, es aún más importante alimentarlas después de que nazcan de nuevo.
Debemos preguntarnos a nosotros mismos cómo debemos alimentar y criar a estos santos nacidos de nuevo recientes. En tiempos de diluvio de Noé, solo su familia de ocho fue salvada. Excepto por los dos pares de animales sucios y siete pares de animales limpios, macho y hembra, el resto de las criaturas fueron juzgados por agua. Y después de 150 días, el agua que había cubierto todo el mundo retrocedió. Junto con su familia y todos los animales que habían entrado en el arca, Noé vivió una nueva vida en un mundo que había sido juzgado.
Les pido que se den cuenta de que Dios hizo Su obra a través de Noé y que Dios tomó a los que trabajaron con Noé como Sus colaboradores. Incluso ahora, Dios está construyendo el arca de Noé. Por eso está buscando colaboradores.
La Iglesia necesita colaboradores. Noé era un colaborador de Dios que había trabajado con Dios. Esta unidad con Dios es absolutamente necesaria. Como Dios cumplió todo a través de Sus siervos y comparte Su corazón con ellos, debemos pedirle que deje que nuestros corazones se unan a Él. Espero y oro para que obtengan este tipo de corazón que se une con el de Dios y que le den gozo como Sus compañeros. Recuerden que Noé fue utilizado como instrumento valioso de Dios porque se unió a Dios. De la misma manera en que se salvaron multitud de animales porque Noé fue utilizado por Dios, cuando nos unimos con Dios en nuestras vidas, podemos salvar a muchas almas. Cuando vivimos en Dios, podemos evitar el juicio y podemos vivir vidas maravillosas en un mundo que ha sido juzgado.
En el nuevo mundo que se abrió después del diluvio, ¿qué plantó Noé por primera vez? Una viña. Les pido que se den cuenta de que, cuando termine esta era, habrá verdadero gozo. Los que están trabajando con Dios pueden regocijarse incluso cuando están cansados porque tienen fe en que Dios está con ellos, y tienen esperanza para el nuevo mundo en el que entrarán. Por eso la Biblia dice: «Irá andando y llorando el que lleva la preciosa semilla; Mas volverá a venir con regocijo, trayendo sus gavillas» (Salmo 126, 6).
¿Está su corazón siempre unido con Dios? ¿Se han unido a Dios conociendo Sus planes? Quiero que todos se unan a la voluntad de Dios. Solo entonces pueden convertirse en compañeros de Dios. Dios no trabaja con cualquiera que no se una a Su voluntad.
Dios ha cumplido todos los detalles de Su obra al tomar a Noé como Su colaborador. Incluso ahora mismo Dios está hablando y manifestando Su voluntad. Algunas personas se unen a esta voluntad, mientras que otras se niegan a hacerlo. Pero todos deben trabajar juntos con Dios y unirse a Él cuando nacen de nuevo a través del Evangelio del agua y el Espíritu. Para los nacidos de nuevo, unirse a Dios en sus vidas es un deber, no una opción. Los nacidos de nuevo deben saber lo que es correcto y vivir según la voluntad de Dios.
Si no podemos serv ir al Evangelio con lealtad y le echamos la culpa a la falta de recursos en la Iglesia, entonces creo que esto se debe a que no nos hemos unido a Dios completamente. Aunque nuestros números sean reducidos, si estamos trabajando con Dios es imposible encontrarnos en una situación donde no podamos servir al Evangelio por falta de recursos o dinero. Si no hay suficientes recursos económicos para compartir el Evangelio por todo el mundo todo lo que queremos, es porque no nos hemos unido a Dios completamente.
¿Son ustedes colaboradores de Dios? ¿O simplemente son espectadores que miran la obra de Dios? No tengo duda de que son los colaboradores de Dios que viven en la Iglesia. Dios trabajó a través de Noé y cumplió toda Su voluntad. Le doy todas mis gracias a Dios. Les pido que se unan a los siervos de Dios. Estoy seguro de que saben lo que es la Verdad y que se unirán con lo que es cierto. Espero y oro porque todos se conviertan en colaboradores de Dios que alaban al Señor por salvarles a todos, que saben que Sus planes se cumplirán a través de ustedes y que desean que se cumpla esta voluntad y siguen al Señor con lealtad.