Search

Preken

Tema 24: SERMONES PARA LOS QUE SE HAN CONVERTIDO EN NUESTROS COLABORADORES

[24-31] Dios nos ha dado las mismas bendiciones que a Abraham (Génesis 12, 1-4)

(Génesis 12, 1-4)
«Pero Jehová había dicho a Abram: 
Vete de tu tierra y de tu parentela, 
y de la casa de tu padre, a la tierra que te mostraré. Y haré de ti una nación grande, 
y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, 
y serás bendición. 
Bendeciré a los que te bendijeren, 
y a los que te maldijeren maldeciré; 
y serán benditas en ti todas las familias de la tierra.
Y se fue Abram, como Jehová le dijo; y Lot fue con él. Y era Abram de edad de setenta y cinco años cuando salió de Harán».
 
 
Se está volviendo bastante frío. Mañana por la mañana helará. Debemos mantenernos calientes este invierno. A medida que se acerca el invierno frío, pienso en que el momento de ir al Cielo se está acercando cada vez más. No sé ustedes, pero yo suelo pensar así. Cuando cambian las estaciones y llega el invierno, suelo pensar que el momento de la promesa del Señor está cerca. Me culpo a mí mismo por pensar así, seamos sinceros, porque hay mucho que hacer todavía. Parece que el cambio de estación me afecta emocionalmente. Cuando las hojas están verdes siento que trabajo aún más por el Señor y que debo terminar estas cosas antes de ir al Señor. Estos sentimientos afloran en mi corazón. Sin embargo, cuando cambian las estaciones, estoy contento porque esto me hace pensar en el Cielo y entonces puedo servir a Dios con más energía y un corazón renovado. 
 
 

Hay mucho trabajo que hacer todavía

 
Este viernes editaremos el primer volumen de la serie de sermones acerca del Evangelio de Mateo. Todos los sermones sobre el Evangelio de Mateo que han sido traducidos y revisados serán recopilados en un libro que se imprimirá la semana que viene. Después vendrá un libro de sermones sobre la Primera Epístola de Juan. Publicar estos sermones es proporcionar pan espiritual en su debido tiempo a los que han creído en el Evangelio del agua y el Espíritu. Seguiremos proporcionando pan espiritual a la gente de este mundo. No podemos dejar de predicar el Evangelio del agua y el Espíritu cuando sabemos que es la Verdad. 
Los practicantes de la religión en el cristianismo creen que sus pecados han sido redimidos incrementalmente al ofrecer oraciones de penitencia. Dicen que la razón por la que creen en esta doctrina es que la Biblia dice lo siguiente: «Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores» (Mateo 6, 12) en el Padrenuestro, y «Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos, y la verdad no está en nosotros» (1 Juan 1, 8). También piensan que, como creen en Jesús, Dios ignorará sus pecados aunque los tengan. También hay gente que sabe que el Evangelio del agua y el Espíritu es cierto, pero no pone su confianza en él plenamente. Siguen en una burbuja sin nacer de nuevo completamente. Por esta razón estoy dispuesto a publicar un libro de sermones sobre la Primera Epístola de Juan, y por eso mis colaboradores y yo estamos trabajando duro para preparar este libro. En el proceso, me está resultando difícil compartir esta Palabra de 1 Juan con nuestros lectores porque hay muchas perspectivas fijadas e interpretaciones completamente diferentes acerca del mismo pasaje de las Escrituras que fue enseñado por pastores y otros que no habían nacido de nuevo por el agua y el Espíritu. Las interpretaciones de las Escrituras se diferencian en que las aplicamos a una persona justa o a un pecador o a cualquier persona que sigue confundida después de creer en este verdadero Evangelio. Es muy difícil para alguien como yo sin grandes dotes literarias. Pero, en cuanto al contenido principal, debe ser predicado a todas las almas, y por eso estoy predicando. Cuando mi libro de sermones sobre Mateo y 1 Juan esté disponible, ayudará a que la gente construya una fe en Dios más fuerte. Y estos libros también ayudarán a los que han tenido una mala experiencia con el Evangelio del agua y el Espíritu a través de nuestro ministerio literario, pero no tienen seguridad completa, tienen algunas dudas y también algunos retos al confesar su fe a la otra gente del mundo. Estos libros de sermones también ayudarán a nuestros colaboradores y siervos de Dios a estar más seguros en su fe. Y por tanto, estos libros serán muy útiles para nuestro ministerio. 
Todavía tenemos mucho que hacer. Para proclamar el Evangelio del agua y el Espíritu a todo el mundo hemos sido llamados los que hemos nacido de nuevo de verdad. Satanás corrompió el Evangelio del agua y el Espíritu e hizo que la gente no creyese. Ha plantado muchas malas semillas por todo el mundo y nosotros debemos quitarlas y hacer la obra de alimentar a las almas perdidas con la Palabra santa y pura tal y como es. Hay mucho trabajo que hacer. Cuando comemos algo para sustentar nuestros cuerpos y poder hacer el ministerio debemos comer algo nutritivo y no comida basura. Debemos consumir solamente verduras y arroz que no hayan sido rociados con pesticidas y que hayan crecido en Buenos suelos sin polución, y esto también debe aplicarse a la carne y el pescado, así que debemos alimentarnos y alimentar a los demás con comida pura y nutritiva. Esto es lo que debemos hacer en este mundo. No estoy trabajando solo, sino que estamos trabajando con los colaboradores de nuestras Iglesias en Corea y con todos nuestros colaboradores de todo el mundo. Por eso no pienso que esté sufriendo en esta tarea. Sé que las cosas son difíciles para ustedes como lo son para mí. Sin embargo, le doy gracias a Dios por darnos trabajo y me siento completo haciendo esta obra. 
 
 

Los que tienen la misma fe que Abraham estarán bendecidos como Abraham

 
He leído el pasaje de las Escrituras de Génesis 12 hoy. Este pasaje, como bien saben, es un evento que trata de cómo Dios sacó a Abraham de su hogar y le dijo que fuese a la tierra que le iba a mostrar. Y también, Dios le dijo a Abraham que sería la fuente de todas las bendiciones y que en él todas las familias del mundo serían bendecidas. 
Estamos sirviendo al Evangelio juntos. Cuando miramos nuestras huellas y las obras que Dios ha hecho a través de nosotros, y cuando trabajo con ustedes y miro lo que Dios ha hecho por nuestros colaboradores por todo el mundo, estoy convencido de que las Palabras y promesas que Dios le dio a Abraham son nuestras también. Veo cómo Dios está trabajando con lealtad. Creo en esto cada vez más a medida que pasa el tiempo. Dios nos hace proclamar el Evangelio a través del ministerio literario a todo el mundo y hace que nos unamos los unos con los otros para apoyar este ministerio. Cuando veo cómo Dios ha permitido que nuestros colaboradores y colaboradoras hagan esta obra de Dios, estoy lleno de agradecimiento. 
Hace mucho tiempo, cuando prediqué un sermón en una reunión, hablé acerca del tema “¿Qué tipo de fe tenía Abraham?” Dije que la fe de Abraham era una fe que le hizo la fuente de todas las bendiciones. Dios le dijo a Abraham: «Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te maldijeren maldeciré; y serán benditas en ti todas las familias de la tierra» (Génesis 12, 3) y esta promesa fue cumplida. ¿Qué tipo de fe tenía Abraham? Tenía una fe que confiaba en la Palabra de Dios al 100%. Tenía una fe guiada por la Palabra de Dios. 
Incluso en el presente, Dios nos ha dado las mismas bendiciones que le dio a Abraham. Nos ha dado una fe bendita y está cumpliendo las promesas de Sus bendiciones. Dios también está bendiciendo a los que creen en el Evangelio que estamos predicando y maldice a los que se oponen a nosotros. Dios bendice a los que nos bendicen. Y entonces, Dios nos ha permitido predicar este Evangelio a todo el mundo. Cuando Dios nos mira, ya seamos nosotros o Abraham, todos somos iguales en Su opinión. Y desde una perspectiva humana, probablemente no haya nada de lo que alardear. Sin embargo, Dios nos ha escogido a los que no tenemos nada de lo que alardear en la carne para que seamos el pueblo de Dios. Abraham era un descendiente directo de Noé y Sem. Y por eso Dios bendijo a todo el mundo a través de Abraham. Dios quiso invitar a muchos al Cielo y por eso les dio bendiciones y promesas, y nos ha confiado la obra que nos da muchas bendiciones a la gente. 
Tenemos mucho por lo que darle gracias a Dios. ¿Hay alguien en este mundo que haya recibido tantas bendiciones de Dios como nosotros? ¿Cuántas personas creen que hay en este mundo que son llamadas por Dios para hacer Su obra justa, que estén protegidas de cualquier daño en la tierra, que tengan el Cielo garantizado y hayan sido confiadas con una obra justa que hace que muchas personas vuelvan al camino de la justicia? Dios nos encontró, nos permitió hacer Sus obras justas, y a través de todo lo que hacemos proporciona la salvación a las almas perdidas a través de nosotros. Cuando pensamos en las cosas espirituales, estamos muy agradecidos. Estamos verdaderamente agradecidos por el hecho de que Dios nos ha dado bendiciones infinitas, y por eso, cada vez somos más leales. No hay nada de lo que podamos quejarnos a Dios. No podemos evitar orar sin cesar y dar gracias a Dios en todas las cosas. 
Desde que nací en este mundo, lo haya querido o no, he entrado en contacto con diversas religiones incluyendo el confucianismo y el budismo. Y después empecé a creer en el cristianismo y descubrí finalmente la Verdad del Evangelio del agua y el Espíritu en la Palabra de Dios. Y he seguido sirviendo y proclamando esta Verdad de salvación. El Señor me salvó de las religiones de este mundo. El Señor también me ha salvado de los muchos pseudo-evangelistas y me ha permitido servir al verdadero Evangelio del agua y el Espíritu. Dios salva a muchas personas en este mundo gracias a nosotros, y nos bendice realmente en todo lo que queramos hacer. Dios también nos ha dado muchos colaboradores. Cuando miro a estos colaboradores y muchos santos, alabo a Dios. Cuando pienso en cómo Dios me ha dado una familia enorme, mi corazón se llena de gozo. No hay nadie tan rico como yo. Y no hay nadie tan rico como ustedes. 
Dios dijo que los que tienen hambre y sed de justicia serán satisfechos; y de verdad quise hacer la obra justa. Y ahora puedo hacer esta obra justa hasta que mi corazón esté satisfecho. Ha llegado el momento en que no puedo hacer más porque estoy exhausto. Estoy muy agradecido porque puedo hacer la obra justa. Aunque pierdan muchas cosas después de encontrar al Señor, todavía estarán agradecidos a Dios. Esto se debe a que en realidad hemos recibido mucho más de lo que hemos perdido. ¿Es esto cierto o no? Es cierto. Hemos Ganado mucho más de lo que hemos perdido. 
 
 

¿Dónde vamos después de ser llamados por Dios?

 
Dios nos ha permitido creer en el Evangelio del agua y el Espíritu y nos ha permitido ir al Cielo. De la misma manera en que sale el sol después de la oscuridad, después de haber vivido nuestras vidas con lealtad en este mundo iremos al Cielo. ¿No es esta una Verdad enorme? Tenemos un sitio donde ir. Y los que están siguiendo al Señor después de haber encontrado el Evangelio del agua y el Espíritu, gracias a Él han recibido más cosas de las que han perdido. ¿Es todo lo que tenemos de Dios ahora? Sus vidas y la mía y sus posesiones y las mías son de Dios. No tenemos ninguna riqueza personal ni posesiones propias. 
Queridos hermanos, ¿piensan por casualidad que tengo algunas posesiones propias? No tengo cosas mías. Espiritualmente soy simplemente un siervo. No hay nada mío a parte de mi fe. Soy un siervo que está satisfecho con tres comidas al día y un lugar donde dormir con un techo sobre mi cabeza. No necesito que haya un edificio con mi nombre o poseer ciertas cosas. 
Hubo un tiempo en que estábamos alquilando un edificio para la Iglesia de Busan. Un misionero que trabajaba en Rusia trabajaba en nuestro ministerio y por él, en vez de alquilar el edificio en la zona más céntrica de Busan lo alquilamos en las afueras de esta ciudad. Como este misionero Kim tenía una casa cerca de este edificio, lo alquilamos para que pudiese ir a la iglesia más fácilmente. La Iglesia de Dios cuida bien de los nuevos santos. Pero, por desgracia, todo lo que hizo este hombre fue mentirnos y se fue. Decía cosas que no beneficiaban a la obra de Dios y seguía mintiendo, y por eso le reprendí con severidad. Le dije: “La Iglesia te ayudó cuando estabas desesperado y te predicó el Evangelio, ¿así que no es tu padre espiritual? Entonces, ¿no deberías dejarte guiar a la Iglesia y trabajar con ella unida con un espíritu?”. Se lo pedí con buenas palabras, pero también le reprendí con severidad porque sabía que iba a engañarnos. Entonces, de repente, nos dijo que había recibido una llamada de Rusia y que no podía trabajar con nosotros. 
Deben saber qué tipo de persona era. Por ejemplo, el indicador de combustible de su coche indicaba que no le quedaba gasolina en su coche. Pero lo ignoró y siguió conduciendo. Al final, el motor se paró en una carretera cuesta arriba, y tuvo la audacia de pedirnos que le ayudásemos a empujar el coche hasta la gasolinera. ¿No sería posible que un accidente estuviese a punto de ocurrir? Esto describe perfectamente qué tipo de persona era. 
Las hermanas misioneras en Rusia, que habían estado trabajando con él durante años, eran iguales. Las conocimos a través de este falso misionero, pero a pesar de esto la Iglesia de Dios fue buena con ellas. Aunque no pudieron mantener sus trabajos, les dimos la misma cantidad de dinero que hubieran recibido con trabajos para que pudiesen centrarse en hacer la obra del Evangelio. Pero estas hermanas ni siquiera nos enviaron un informe mensual de sus actividades. Estipulamos claramente: “Por favor, enviarnos un informe frecuente acerca de vuestras actividades misioneras cada mes. Esta es vuestra tarea básica”. ¿Pero nos enviaron estos informes? Por mucho que se lo pidiésemos por teléfono, no lo hacían. Todo lo que hacían era pedirnos cosas, pero entonces no nos enviaban estos informes. Nos rogaban: “Por favor, compradnos una computadora, por favor, alquilad un almacén para guardar los libros y un edificio para la iglesia”. Como no había muchos creyentes en su grupo, habría sido suficiente con realizar las reuniones de culto en una de las habitaciones más grandes de una de las casas de un miembro. Pero insistieron en que debíamos alquilar un edificio grande. Podíamos ver que hubieran podido almacenar varios miles de libros en sus casas fácilmente, pero insistieron en que debíamos alquilar un almacén grande. Aunque no estaban trabajando, querían cosas que les hicieran estar bien consideradas. Así que decidí restringirles los privilegios, pero aún así las mantuve. ¿Saben que pasó entonces? Que dejaron nuestro ministerio después de llevarse el dinero. 
Les di dinero para la traducción y les dije que tradujesen nuestro primer libro al ruso. Nos dieron una traducción en ruso pero era un desastre. Trajeron material traducido con ellas cuando vinieron a Corea para participar en el Campamento de Formación de Discípulos, y algunos de nuestros trabajadores de aquí que estaban a cargo del ministerio literario hicieron una revisión final. Comprobaron página por página y descubrieron que faltaban dos tercios de la traducción. Pero cuando se lo dijimos, insistieron que habían hecho un buen trabajo. Y entonces les dije que podía ayudarles a hacer la obra de Dios, pero que no estaba bien que dijesen que la habían terminado cuando no era cierto. Les dije que este proyecto no era nuestro, sino que era la obra de Dios; por tanto, tenía que terminarse correctamente. La corregimos y no había manera alguna de que hubiésemos podido publicarla como un libro. Así que decidimos olvidarnos del dinero que habíamos pagados, deshacernos de la traducción incorrecta y empezar la traducción de nuevo. No lo haremos en Rusia, sino que buscaremos a alguien en Corea que haga la traducción. Así que volvimos a hacer la traducción. 
Pero, cuando fuimos a despedirlas, una colaboradora más mayor dijo que estaba un poco defraudada por lo que había pasado. Pero, ¿podemos decir ciertamente que está bien o que hicieron un buen trabajo cuando faltaban dos tercios de la traducción? Puedo ignorar algo cuando alguien hace algo malo por su falta de habilidad. Pero esta era la obra de Dios, después de todo, así que no pude ignorar su falta de diligencia. No les pedimos que devolviesen el dinero y no las tratamos mal. 
Ahora que tenemos un Nuevo colaborador en Rusia. No puede trabajar mucho, pero se une a nosotros de todo corazón y es obediente. Hace un buen trabajo. Este es un buen colaborador y un buen trabajador. Cuando le pedimos que nos envíe un informe, lo hace, y envía todos los recibos y el tipo de trabajo que ha hecho. Una persona nacida de nuevo es así. Sin embargo, cualquier persona que no haya nacido de nuevo, es decir, una persona que no crea en el Evangelio del agua y el Espíritu solo pide dinero cuando se le pide que haga algo por el Señor. Pero, el hombre o mujer que nace de nuevo pone primero la obra de Dios. Y, después de esto, si es necesario se puede recibir o pagar dinero. 
La razón por la que estoy mencionando esto es que quiero que sepan que los que están trabajando junto están bendecidos verdaderamente porque el Señor Dios dijo que los que bendijesen a Abraham estarían benditos, y los que le maldijesen estarían malditos. Ahora estamos haciendo misiones por el mundo a través de nuestro ministerio literario. Por eso estamos juntando nuestras fuerzas y recursos y colaborando para concentrarnos en nuestro ministerio literario. Mi mensaje hoy es para los que están haciendo esta obra. Somos las personas que han sido bendecidas con la misma bendición que Abraham recibió. Como Dios bendijo a Abraham y le dio todas las promesas y cumplió Su obra a través de Él, hoy Dios está haciendo Su obra a través de nosotros. Dios nos ha llamado para que hagamos Su obra y sigue haciendo esta obra a través de nosotros. 
Para hacer la obra de proclamar el Evangelio por todo el mundo, todos nosotros, los santos y santas de Dios, debemos unirnos para concentrarnos en esta obra. Cuando traducimos nuestros libros en cada idioma del mundo y los colgamos en nuestra página web, el mundo entero tiene acceso a ellos. Cuando publiquemos los libros de sermones sobre el Evangelio de Mateo y la Primera Epístola de Juan, los que estén confundidos acerca de su fe tendrán una fe más clara y firme. Por ejemplo, cuando los que no han nacido de nuevo se encuentran con el pasaje siguiente: «Si decimos que no hemos pecado, le hacemos a él mentiroso, y su palabra no está en nosotros» (1 Juan 1, 10), suelen pensar que siguen teniendo pecados. Pero ahora pueden tener la interpretación correcta de este pasaje a través de nuestra nueva publicación. 
Aplicaré la misma noción a la siguiente publicación sobre el Evangelio de Mateo. El Padrenuestro en Mateo nos enseña acerca de nuestra postura correcta y nuestra fe cuando ofrecemos oraciones a Dios. Al publicar este libro, quiero ofrecer a mis lectores la correcta interpretación y entendimiento del pasaje de las Escrituras de Mateo como: «Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores». A través de nuestra literatura, la gente de todo el mundo puede entender muchas cosas de las que no está segura y esto es algo muy bueno. Y nos sentimos bien publicando estos libros. Nos sentimos bien y útiles gracias a estos beneficios espirituales. No alardeamos de haber publicado muchos libros. Nuestros corazones están llenos de gozo cuando pensamos en la obra que se conseguirá con estos libros publicados. Cuando escribo un libro, intento esforzarme para que su contenido y mensaje ofrezcan consuelo a algunas personas y claridad en el entendimiento de la Verdad. Aunque mis sermones estén poco pulidos, mi corazón es así cuando preparo cualquier libro de sermones. Esto es muy importante y por eso hago este esfuerzo. 
Cuando predicamos la Verdad a la gente a través de nuestro ministerio literario, la Verdad nos libera, damos gracias a Dios, somos llamados como Abraham, nos convertimos en la fuente de bendiciones como Abraham y hacemos toda la obra de Dios como Abraham. Es muy importante y vale la pena hacer que muchas personas vuelvan a Dios. Estamos involucrados en la obra de hacer que toda la humanidad vuelva a Dios y debemos brillar como el sol ante los demás. Las bendiciones que Dios dio a Abraham las hemos recibido nosotros también. Seguimos haciendo la obra que hizo Abraham. Y Abraham creyó en la Palabra de Dios y la obedeció. Por eso Dios estaba complacido por lo que hizo y Su voluntad se cumplió. Estamos haciendo la misma cosa. Estamos siguiendo los pasos de Abraham. 
Aunque nuestros cuerpos están un poco cansados, nuestros corazones están llenos de gozo todavía. Estoy contento y ustedes también. Nuestra carne puede estar cansada sirviendo al Evangelio, pero espiritualmente somos personas felices. ¿No es cierto? Nuestros cuerpos se pueden cansar. Pero, si utilizásemos nuestros cuerpos carnales para otra cosa, ¿se sentirían así de bien por dentro? Nos sentimos bien por dentro porque estamos haciendo esta obra tan valiosa. Ya comamos o bebamos, estamos haciendo todo lo posible por la gloria de Dios y por eso sentimos este valor en nuestros corazones. Hagamos lo que hagamos, lo hacemos para librar a los demás del pecado, así que tenemos gozo en nuestras vidas. Estamos haciendo la obra de dar vida a los demás. Por eso nuestros cuerpos están cansados, pero a pesar de ello estamos llenos de gozo. Nuestros cuerpos siguen pidiendo que hagamos lo que nuestra carne quiere, pero como no podemos hacerlo, nuestros cuerpos se agotan. Sin embargo, seguimos dando gracias con toda sinceridad a Dios en nuestros espíritus. 
Los cambios de estación me ocasionan esta sensación de que el Reino de Dios está más cerca ahora de lo que pensamos. Espero que estemos más cerca del momento en que apareceremos ante Dios. No estoy diciendo que moriremos e iremos al Señor pronto, sino que los cambios de estación me recuerdan cómo iremos a Dios cuando hayamos terminado nuestro trabajo en el mundo. Estos pensamientos llenan mi mente. Y por eso, aunque sea difícil y duro, he escrito un libro de sermones acerca de la Primera Epístola de Juan, lo hemos traducido, editado y publicado. Cuando distribuyamos nuestros libros a la gente, los que ya conocen el Evangelio crecerán en la fe e incluso entre los que eran justos, había algunos que fueron tomados por Satanás y sacudidos, pero serán liberados de esta opresión. Estoy muy contento por esto y espiritualmente estoy lleno de gozo. ¿Les complace esto?
Digamos que estaba haciendo algo inútil en vez de esto. ¿No sería muy difícil para ustedes que yo solo pensase en construir una capilla grande o en ganar mucho dinero con un negocio? Como han escuchado este Evangelio, no podrían ir a ninguna parte o a ninguna iglesia. Estarían en un dilema si solo tuviese metas carnales. Pero, queridos hermanos, la obra que estamos haciendo ahora es buena para nosotros. Personalmente no hago nada valioso. No hago ningún tipo de obra para mi propio beneficio. Voy a servir al Evangelio hasta mi último aliento, y cuando el Señor me llame para ir a casa, iré a Él inmediatamente. No tengo ningún anhelo o atadura en este mundo. Sé que ustedes tampoco lo tienen. ¿Creen que es tan importante que sean más jóvenes que yo? Estamos en situaciones similares. La razón es que el retorno del Señor es inminente. Y por eso no tengo envidia de ustedes. 
Sea cual sea la situación en la que estoy, todo lo que puede pensar es en servir al Evangelio del agua y el Espíritu de manera más eficaz. Todos los días pienso en nuestro ministerio literario, libros electrónicos e impresos, la predicación del Evangelio, nuestros colaboradores en Corea y en el extranjero y la obra de recaudar fondos constantemente. Ustedes también, ¿verdad? Haga lo que haga, hago algo beneficioso o bueno para la proclamación del Evangelio del agua y el Espíritu hasta el día en que muera. 
Nosotros somos la luz del mundo. Somos el grano de trigo vivo de Dios y debemos ayudar a los demás, ayudar a la gente a ir al Cielo y edificar a los demás en vez de a nosotros mismos. Dios dijo que, a menos que un grano de trigo caiga en el suelo y muera, se queda solo; pero si muere, produce mucho grano. Dios nos ha pedido que seamos la luz del mundo, y nos ha hecho Su grano de trigo por el Evangelio. Le doy gracias por esto. Somos el pueblo de Dios. Y por eso somos la gente bendita. 
La razón por la que Abraham aparece en la Biblia y es recordado hasta ahora es porque confío en Dios y le obedeció y así se convirtió en el padre de la fe. A la gente que viene detrás de él, la Biblia le dice que será bendecida como Abraham al creer en la Palabra de Dios tal y como es. Tenemos fe al convertirnos en receptores de estas bendiciones. He compartido con ustedes la Palabra de Dios de cómo nos ha bendecido espiritualmente. Le doy gracias a Dios por ello.