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Tema 10: El Apocalipsis

[Capítulo 2-7] Los Seguidores de la Doctrina de los Nicolaítas (Apocalipsis 2:12-17)

(Apocalipsis 2:12-17)(Apocalipsis 2:12-17)
 
 
El Camino de Balaam
 
Se dice que entre las siete iglesias en Asia, la Iglesia de Pérgamo tenía algunos miembros que seguían la doctrina de los Nicolaítas. Esta gente estaba consumida por su único deseo de acumular su propia fama y riqueza mundana, y no tenía ningún interés en salvar almas. Particularmente los ministros deben de tener cuidado de no terminar siguiendo estas doctrinas de Balaam. Balaam hizo que los santos adoraran el mundo y los guió a su destrucción.
Dios dio la Palabra de promesa que aquellos que vencieran, Él les daría del maná escondido y una piedra blanca. Puesto de otra manera, esto también quiere decir que los pastores que van tras el mundo terminarán perdiendo su maná. El maná aquí se refiere a “la exquisita Palabra de Dios,” y perder el maná escondido significa perder la voluntad de Dios que está escondida en Su Palabra.
Cuando los siervos de Dios nacidos de Nuevo van tras el mundo, llegan a perder de vista Su Palabra. Este es un prospecto temible. Yo temo a esta posibilidad, y tú, también, deberías temer. Dios nos dice que aquellos que venzan Él les dará el maná escondido y una piedra blanca, pero aquellos que pierdan ante el mundo, comprometiéndose con él y rindiéndose a la fama o al placer mundano no tendrán de este maná.
La Biblia nos dice: «Al que venciere, daré a comer del maná escondido, y le daré una piedrecita blanca, y en la piedrecita escrito un nombre nuevo, el cual ninguno conoce sino aquel que lo recibe». ¡Cuan verdadera es la Palabra de Dios! Aquellos que aman el mundo secular, son aquellos que no han sido salvos de sus pecados por no creer en el bautismo de Jesucristo y Su sangre sobre la Cruz. Esta gente no conoce la verdad que Cristo ha perdonado todos sus pecados con Su bautismo.
La fe en Jesús de algunas personas permanece solo en el plano teórico. Piensan que Jesús quitó sus pecados, y por lo tanto han sido hechos justos, pero su fe es vacía ya que el Espíritu Santo no está en sus corazones. Esta es una fe teórica. Si uno realmente ha recibido la redención, él/ella debe pelear y vencer las cosas del mundo–la fama mundana, honor, riqueza, o poder. Vencer al mundo significa asirse de la Palabra de Dios que nos ha permitido nacer de nuevo, y mantener el Espíritu Santo en nuestros corazones, peleando en contra de aquellos que van tras la riqueza y el honor de este mundo
Dios nos dice que Él escribirá en el Libro de la Vida los nombres de aquellos que han sido redimidos, y en cuyos corazones mora el Espíritu Santo. Como la Biblia nos dice: «De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas». Aquellos que han nacido de nuevo y que tienen al Espíritu Santo morando en sus corazones, saben que ya no son lo que solían ser antes. Ellos saben que sus viejas naturalezas, ahora son hechas nuevas al convertirse en nuevas criaturas, creyendo en el agua y en la sangre de Jesucristo. Con su fe ellos saben que sus nombres están escritos en el Libro de la Vida. Es así como ellos pueden ver el maná escondido de Dios, y es así como tales siervos y santos de Dios pueden oír la verdad de la Palabra de Dios, la exquisita voz de Dios.
El maná fue dado a los israelitas cuando anduvieron por el desierto durante cuarenta años, antes de alcanzar la tierra prometida de Canaán. De acuerdo a la descripción de la Biblia, el maná era como escarcha blanca, redonda y menuda. Cuando los israelitas se despertaron en la mañana, la superficie de los alrededores estaba cubierta por el maná, como si hubiera nevado durante la noche. Los Israelitas reunieron el maná y lo comieron en la mañana. Este fue su pan diario. Tal vez lo frieron, tal vez lo hirvieron, o tal vez lo hornearon; sin importar, esta fue la marca de los Israelitas durante su peregrinación en el desierto durante 40 años. 
Debido a que el maná era pequeño como la escarcha, uno no podía llenarse comiendo un solo maná. Pero Dios les dio suficiente maná durante la noche para que la necesidad de cada Israelita fuera satisfecha diariamente –ni más, ni menos al día, ya que el maná no se podía almacenar. Pero en el sexto día. Dios les dio maná suficiente para dos días, para que los israelitas no tuvieran que recoger maná en el día del Sabbath.
 

El Pan de Vida
 
La Palabra de Dios es nuestro maná, nuestro pan diario. En la Palabra de Dios se encuentra el pan para nuestras almas, el pan de vida. No es que en un pasaje en particular vas a encontrar una gran tira de pan, sino que la grande voluntad de Dios es encontrada a través de la Escritura, aún en los detalles más pequeños.
A los siervos y santos de Dios que no hicieron compromisos con el mundo, Dios ha dado el pan de vida. Y Él continúa dando a cada uno de nosotros este pan diario que satisface ambas necesidades, físicas y espirituales.
Debido a este maná, los Israelitas nunca tuvieron hambre durante sus 40 años de caminata por el desierto, aunque el desierto no producía nada comible para ellos. De la misma manera, a aquellos que rechacen las obras de los Nicolaítas, Dios ha prometido que Él les dará de Su maná escondido para que coman. A los siervos de Dios que no vayan tras las cosas del mundo como riqueza y posición, Dios les dará de Su exquisita Palabra, la Palabra de Vida que les permite nacer de nuevo por el evangelio del agua y el Espíritu.
Debemos odiar y rechazar las obras de los Nicolaítas que prevalecen en las comunidades Cristianas actuales. No debemos seguir la fe de aquellos que no han nacido de nuevo, y no debemos conformarnos a este mundo. Aunque es la ley de Dios que nuestra carne persiga las cosas de la carne y nuestro espíritu persiga las cosas del Espíritu, aún así debemos rechazar la doctrina de los Nicolaítas, aborrecer todas las obras que conforman al mundo, y en lugar de eso alimentémonos con el maná de Dios, creyendo en la Palabra de verdad que Dios nos ha dado. Reconociendo que hemos sido justificados y que ahora tenemos el Espíritu Santo morando en nuestros corazones, todos debemos vivir por fe.
Los nacidos de Nuevo deben luchar contra el mundo. Deben luchar contra los Nicolaítas. Como tu mismo sabes, muchos de los pastores de la actualidad persiguen su propia fama y riqueza, se adornan ellos mismos, se conforman al mundo, y tratan de ser exitosos en los caminos del mundo. Debemos luchar con estos falsos profetas.
Nosotros, también, tenemos nuestra carne, así que también tenemos el deseo de buscar las ganancias seculares. Pero aquellos que tienen al Espíritu Santo en ellos, deben saber que no hay que seguir al mundo en sus corazones, y que deben vivir solo por fe. Si tu corazón se une con aquellos que siguen al mundo, apruebas su fe, y vas tras el mundo como ellos lo hacen, terminarás siguiendo el camino de Balaam, moviéndote hacia tu destrucción final. Este es el camino para la destrucción de ambos, tu carne y tu espíritu. Cuando sigues al mundo, perderás tu fe. Dios dice que el escupirá de su boca a tal gente; esta gente ya no se alimentará del maná, y terminará perdiendo su fe totalmente.
La razón por la cual Dios reprendió a la Iglesia de Pérgamo fue que seguían la doctrina de Balaam. Dios reprendió al siervo de la Iglesia de Pérgamo ya que él, aunque era un siervo nacido de nuevo en cuyo corazón moraba el Espíritu Santo, buscó el reconocimiento del mundo y ministró a su iglesia como si fuera una persona secular. No solo eso, también plantó la misma creencia equivocada entre su rebaño y los desvió. Tal siervo no es mejor que un pastor mundano que no ha nacido de nuevo. Con este pasaje, Dios ha enviado un aviso claro y estricto a la clase de siervos de Dios cuyo interés gira alrededor de las ganancias seculares, enriqueciendo las arcas de su iglesia: «Por tanto, arrepiéntete; pues si no, vendré a ti pronto, y pelearé contra ellos con la espada de mi boca».
 


La Fe Que te Guía a la Destrucción

 
¿Qué pasaría si un hombre peleara en contra de Dios? Ni siquiera lo tienes que pensar por un segundo –seguramente este sería el camino más rápido a la destrucción. Al decir “El que tiene la espada aguda de dos filos,” significa que la Palabra de Dios es una espada de doble filo. No importa quién seas tú, si eres golpeado por la Palabra de Dios, seguramente morirás. La Palabra de Dios es la espada de poder que puede penetrar «y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos» (Hebreos 4:12). Y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón, para que la gente sea revestida en la redención ofrecida por el agua y la sangre de Jesucristo.
Existen muchos que, aunque creen en Jesucristo, aún así caen en la trampa del legalismo, y como resultado terminan siendo golpeados a muerte por la Ley. Para evitar este lamentable final, debemos luchar y vencer esta fe mundana. Los obreros de Dios deben vencer las falsas enseñanzas, y también deben asegurarse de que sus rebaños no sean engañados por tales mentiras. Cualquiera que ame al mundo y caiga en sus trampas verá su fe desaparecer.
Muchas de las iglesias de la actualidad, no son descritas como iglesias sino como negocios. ¿Por qué hacer que estas iglesias terminen siendo tratadas como negocios? Por qué las iglesias están demasiado ocupadas en ir tras el mundo, siendo las primeras en seguir y adorar los valores mundanos. Desde luego, no estoy diciendo que los nacidos de nuevo no tienen deseos de la carne en lo absoluto. Aún los creyentes nacidos de nuevo tienen los deseos de la carne, pero estos deseos son cortados por su fe. Ellos no buscan las cosas de la carne como los incrédulos persiguen sus deseos carnales con todo su corazón.
Aquellos que no han nacido de nuevo fijan sus propios estándares, y viven sus vidas disfrutando todo lo que pueden dentro de los límites de sus estándares. La idolatría y la inmoralidad sexual son muy naturales para ellos. Aún peor, algunos de ellos adoran al Demonio. ¿Pueden los nacidos de nuevo hacer estas cosas? ¡Claro que no! Nunca podrán hacer tales cosas, ya que los nacidos de nuevo saben cuan sucios e impuros son estos actos. Debido a que nosotros quienes hemos nacido de nuevo somos fundamentalmente diferentes de aquellos que buscan la gloria del mundo y cada deseo carnal propio, no debemos vivir nuestras vidas obsesionándonos con las ganancias mundanas, ni podríamos vivir de esa manera.
Aquellos que persiguen las obras de los Nicolaítas son aquellos quienes solo van tras la riqueza de este mundo. Desde luego no hay nada malo en tratar de ganarse la vida, y aún llegar a ser rico. Pero cuando el único propósito de tu vida se convierte en la acumulación, y caes en la idolatría y terminas siendo controlado por tu ambición, entonces tu fe seguramente será destruida. Aquellos que ministran por dinero y aquellos que van a la iglesia por la riqueza del mundo, están siguiendo las obras de los Nicolaítas. Esta gente perderá con el mundo al final, ya que aunque afirman creer en Dios, sus corazones aún están por ser totalmente redimidos de todos sus pecados.
 

Cuatro Tipos de Campo del Corazón
 
El Evangelio de Mateo nos relata una parábola en la cual Jesús habló acerca de un sembrador cuyas semillas cayeron en cuatro terrenos diferentes. El primer campo en el cual cayeron las semillas es al lado del camino; el segundo un lugar rocoso, el tercero es un terreno espinoso y el cuarto es buen terreno. Veamos cada uno de ellos.
Al lado del camino simboliza un corazón endurecido. Esta persona escucha la Palabra de Dios, pero él/ella no la toman con rapidez en el corazón, es arrancada por las aves. En otras palabras, debido a que tal persona solo mira intelectualmente a la Palabra de salvación, que le permitiría a él/ella nacer de nuevo por el agua y el Espíritu, el pájaro (Satanás) la arranca, y su fe ni siquiera empieza a crecer.
Entonces, ¿qué significa el lugar rocoso? Esto se refiere a aquellos quienes, mientras reciben la Palabra con gozo, no permanecen mucho tiempo, debido a que no hay raíz en un terreno poco profundo. Por otro lado, aquellos que reciben la semilla entre los espinos, se refieren a aquellos cuyo interés por este mundo y por el engaño de las riquezas ahogan la Palabra que habían recibido con gozo al principio.
Finalmente, aquellos que recibieron la Palabra en buen terreno, son aquellos que dan fruto en sus corazones, aceptando y siguiendo la Palabra de Dios totalmente.
¿Cuál de estos terrenos representa tu corazón? Si tu corazón es como el lado del camino, que no está completamente preparado para que la semilla de la Palabra crezca, será barrida o arrancada por las aves, convirtiendo la bendición de esta Palabra en algo completamente irrelevante para ti. Debemos darnos cuenta de que debido a que somos las semillas del pecado, si no fuera por la Palabra de Dios, hubiéramos permanecido irrelevantes a Él. Por otro lado, si nuestros corazones fueran como el terreno rocoso, entonces la semilla de la Palabra no hubiera permitido que la raíz creciera, y no sobreviviría a las tormentas, los vientos y las sequías. Esta gente necesita entregar sus terrenos. No importa cuan gozosos hayan recibido la Palabra de Dios al principio, si no puede crecer y se seca al primer problema, entonces su primera aceptación no sirve de nada.
También debemos vencer los corazones con terrenos espinosos. Debemos luchar en contra y cortar a través de las espinas que amenazan nuestras vidas. Si las dejas solas, las espinas nos cubrirán en poco tiempo y nos taparán la luz solar. Ser bloqueados del sol y perder los nutrientes del terreno por las espinas, entonces significa que este árbol de la Palabra morirá.
Cuando encaramos pruebas y tribulaciones en nuestras vidas, debemos vencerlas atrevidamente. Debemos pelear con las espinas que están bloqueando nuestro camino y cubrir nuestros rostros con toda nuestra fuerza, como si nuestra vida dependiera de ello. Cuando el dinero de este mundo nos quiere detener o su fama nos amenaza, debemos pelear contra todo y vencerlo. Debido a que las preocupaciones del mundo y su ambición son mortales para el alma, debemos conquistarlas siempre. Cuando vivimos una vida de victoria espiritual, nuestros cuerpos y almas prosperarán, ya que recibirán la luz y el alimento de Dios.
Para los santos y siervos de Dios nacidos de nuevo, siempre habrá una batalla espiritual en contra del mundo. Por lo tanto no debemos seguir a los Nicolaítas. Se dice que los Nicolaítas estaban fuertemente involucrados en proveer servicios para el público. Pero servir al público en el mundo no es el papel principal de la iglesia. Sería un gran error pensar que el propósito principal de la iglesia es el servicio social.
 

¡Rechaza Atrevidamente!
 
Dios nos dice que nosotros somos la sal de este mundo. ¿Qué quiere Él decirnos con esto? Cuando Dios nos dice que nosotros somos la sal del mundo, quiere decir que somos necesitados por el mundo. El papel de la sal es predicar la Palabra del agua y la sangre de Cristo a los pecadores para que sean liberados de sus pecados, sean convertidos en hijos de Dios, y recibidos en el Cielo. Así como la sal se necesita para resaltar el sabor, el mundo necesita a los justos nacidos de nuevo como su sal. En otras palabras, los justos nacidos de nuevo, deben predicar la Palabra del agua y el Espíritu y guiar a la gente a su redención. Debemos cumplir este papel de sal y ayudar a las almas a nacer de nuevo. Debemos convertir a los pecadores en justos.
¿Cuál es la verdadera iglesia de Dios? La verdadera iglesia de Dios es donde la gente se reúne a adorarle a Él; es donde alaban a Dios; y es donde oran a Él. Cuando la tentación llega, los siervos de Dios deben ser capaces de resistirla. También los santos deben ser capaces de resistir las tentaciones del mundo que vienen de Satanás. El Demonio puede tentarte, “Olvídate de tu fe; ¡Te enriqueceré! ¡No tienes que asistir a una iglesia nacida de nuevo; ven a una de mis iglesias, y hasta te haré ser uno de los ancianos!”. Debido a que Satanás siempre está tratando de que los justos tropiecen y está atrayéndolos a una de sus trampas, siempre debemos estar listos para pelear y vencerlo para que defendamos nuestra fe hasta el final.
Aquellos que tienen una fe falsa con frecuencia tratan de tentar a los redimidos con cosas materiales. Tientan con dinero y fama. Satanás nos muestra los valores mundanos y nos dice que abandonemos nuestra fe y a Dios. Lo que debemos tener en esos momentos es la fe el Señor, en que Él llenará todas nuestras necesidades, y con esta fe atrevidamente podemos rechazar y vencer las tentaciones de Satanás.
La raíz de las bendiciones es encontrada en Dios. Dios es quien nos bendice, espiritual y físicamente. Sabiendo que el Demonio no es el que bendice a la humanidad, podemos pelear en contra de él. Existen también momentos en los que luchamos en contra de nuestros propios deseos. Cuando la ambición y la lujuria comienzan a surgir, mientras dejamos que nuestros corazones sean llevados por la corriente de este mundo, debemos luchar con nosotros mismos. Se sobre entiende que debemos luchar en contra de la gente mundana quienes buscan sabotear nuestra fe. Simplemente, estamos destinados a luchar en batallas espirituales en contra de las fuerzas mundanas.
¿Por qué? Porque cuando un Cristiano no está metido en una batalla espiritual, esto solo quiere decir que su fe está muerta para cualquier propósito práctico. Hasta que el mundo termine y el día del juicio de los justos y de los pecadores termine, continuará habiendo trucos para destruir nuestra fe. Es por eso que sin cesar debemos estar metidos en batallas espirituales. Si toleramos a aquellos que están en contra de Dios y que buscan destruir nuestra fe, terminaremos perdiéndolo todo, incluyendo nuestras vidas. Sin la fuerte determinación de no permitir que nada gobierne nuestras vidas, excepto nuestra fe, no solo perderemos todas nuestras posesiones, también seremos abandonados por Dios. Debemos ser capaces de discernir claramente quien está con nosotros y quien está contra nosotros, para poder luchar y vencer a nuestros enemigos. Mientras que debemos ser generosos los unos con los otros, debemos ser firmes en nuestra resolución en contra de nuestros enemigos–hasta el punto en el que nuestros enemigos no puedan atreverse a intentar nada en contra nuestra.
Los Nicolaítas son enemigos para nosotros. Ellos son nuestros enemigos ya que son “sinagoga de Satanás,” con los cuales ni podemos trabajar, ni podemos tolerar. Nosotros quienes hemos sido perdonados de nuestros pecados no debemos tolerar a los Nicolaítas quienes están metidos en la idolatría y solo van tras las ganancias materiales, sino que debemos, en lugar de eso, entregar nuestras vidas a servir al Señor y a Su justa obra de construir el Reino de Dios sobre esta tierra.
 
 
Busca Primero el Reino de Dios
 
Jesús nos dijo «buscad primeramente el reino de Dios y su justicia» advirtiéndonos que primero hiciéramos la obra de Dios, antes de las obras de la carne. Nosotros, los que hemos nacido de nuevo tenemos deseos espirituales. Estos no son los deseos de la carne, sino los deseos del Espíritu. Así es como podemos servir a la obra de Dios y a Su Reino. Primero servimos a Dios, pero también hacemos las obras de la carne. Como la Biblia nos dice: «No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios». En otras palabras, vivimos no solo por nuestra carne, sino por ambos, la carne y el espíritu. Debemos de ser capaces de tener balance entre estos dos. Si seguimos las obras de los Nicolaítas pensando que todo lo que importa es nuestra felicidad en esta tierra, terminaremos encarando nuestra propia destrucción. Es por eso que primero debemos buscar nuestros deseos espirituales.
Alguna gente se torna más bien hostil siempre que se toca el tema del Cielo y el infierno. Se pregunta, “¿Has estado en el infierno? ¿Lo has visto con tus propios ojos?”. Pero estas preguntas vienen de los pensamientos de Satanás. La gente común no solo es así, también la mayoría de los pastores que pasan años estudiando teología, ministran a sus rebaños sin tener ninguna seguridad en el Cielo y el conocimiento de cómo nacer de nuevo. Esta es una posición deplorable y desafortunada, ya que tales ministros que no tienen esa convicción y ni siquiera han nacido de nuevo, nunca podrán guiar a aquellos que no saben nada de Dios a nacer de nuevo. Cuando tantas almas están confinadas a los pensamientos de Satanás y están en contra de Dios, ¿qué pueden ellos aprender de pastores que ni creen en el Cielo, ni están convencidos de su propia salvación?
Al decir “donde está el trono de Satanás,” se refiere a que Satanás ahora reina sobre todo el mundo. Esta es la clase de era en la que vivimos, la clase de era que está llena de los Nicolaítas quienes iluminan los cielos nocturnos con sus cruces de neón y manejan sus iglesias como si estuvieran manejando un negocio. Dios nos ha dicho que estas no son Sus iglesias, sino las “sinagogas de Satanás.” El mundo actual está lleno de innumerable gente, quien atrapada por los pensamientos de Satanás y yendo tras la ambición de este mundo, pretendiendo ministrar, atendiendo a la iglesia, e invocando el nombre del Señor; sin embargo, el renacimiento de sus almas y la esperanza por el Cielo han desaparecido mucho tiempo atrás. Esta es la clase de era en la que ahora vivimos y servimos al Señor.
 


Batalla Espiritual en contra de Aquellos Que No Han Nacido de Nuevo

 
Ahora estamos viviendo en esta era “donde está el trono de Satanás.” Debemos defender nuestra fe y estar en guardia, y encarando a nuestros enemigos con valentía cuando se nos rete. Hasta el día del regreso del Señor, debemos ser muy cuidadosos y guardar nuestra “piedrecilla blanca” –esto es, nuestra fe– creyendo en el evangelio que nos ha permitido nacer de nuevo por el agua y la sangre.
Debemos vivir comiendo maná, la Palabra de Dios. Para hacer eso, debemos luchar y vencer las obras de los Nicolaítas. Debemos rechazarlos. No debemos acercarnos a aquellos que solo buscan el dinero y la fama del mundo. Aunque podemos tolerar y perdonar su debilidad, no podemos compartir el pan con aquellos que están en contra de la verdad y solo desean el dinero, mucho menos el hacer las obras de Dios con tales personas.
¿En dónde están registrados los nombres de aquellos que han nacido de nuevo por creer en el evangelio del agua y el Espíritu? Están escritos en el Libro de la Vida. Entonces, ¿qué significa decir que escribe un nombre nuevo en una piedra blanca? Significa que hemos llegado a ser los hijos de Dios. También está escrito que nadie sabe este nombre nuevo, “excepto aquel que le recibe.” Esto quiere decir que nadie, excepto aquellos que han nacido de nuevo, por creer en el evangelio del agua y el Espíritu, conocen la salvación de Jesús. Los pecadores no saben que ellos pueden ser justificados –esto es, solo aquellos que reciben sus nombres nuevos de Jesús, saben que sus pecados fueron hechos para desaparecer. 
Debemos luchar en contra de los Nicolaítas, en contra de nadie más, sino en contra de los Nicolaítas. La esencia central del pasaje es que debemos luchar y vencer a los Nicolaítas, quienes, aunque creen en Dios y conocen la Palabra de la verdad, continúan desobedeciendo y rechazan la Palabra de Dios y solo van tras el dinero, ganancias materiales, riqueza y fama para su carne.
Debemos luchar en contra nuestra. Si no podemos seguir a Dios debido a nuestra vanidad u orgullo, debemos pelear contra el corazón. También debemos involucrarnos en la lucha espiritual en contra de aquellos que afirman creer en Jesús sin haber nacido de nuevo.
A pesar de haber estado lejos de Su gloria, el Señor nos hay salvado por el agua y Su sangre. Debemos defender nuestra fe, creyendo en esta Palabra y vivir nuestras vidas como siervos de Dios, dando gracias a Él por la perfecta salvación que nos ha dado. Debemos buscar primero el Reino de Dios y Su justicia. Convirtamos en los que vencen, peleando hasta el final en fe.
 

Aquellos Que Venzan Les Será Dado Maná
 
El mayor caso de desaparición en la historia humana será el rapto que ha de ocurrir. Al mismo tiempo, la segunda venida de Jesús es el tema que llama la atención a todos aquellos que creen en Cristo. Algunas personas piensan, “Habrá una desaparición masiva de gente mientras los santos son raptados; mientras gente de todos los estratos de la vida desaparecen, desde pilotos, taxistas, hasta conductores de trenes, el mundo será inundado con toda clase de accidentes y desastres, con aviones que caerán del cielo, descarrilamientos de trenes y caminos obstruidos con accidentes de trafico.” Un libro titulado Rapto, basó su historia dentro de estos lineamientos, y fue el libro más vendido en el pasado. Esta gente creía que los santos desaparecerían en el aire cuando fueran raptados. De esta manera, la gente no solo se arrepintió, sino que preparó su fe para el día de su rapto, pero algunos de ellos abandonaron sus trabajos y sus escuelas, un fenómeno nada risible.
No hace mucho tiempo, una denominación que abrazaba la doctrina del rapto pre-tribulación, hizo que sus congregantes dieran sus posesiones a la iglesia y solo esperaron por el día en que sus líderes profetizaron el rapto. Desde luego, el día que profetizaron y que tan ansiosamente esperaron, terminó como cualquier otro día -¡toda esa espera para nada! Todo en lo que habían creído y esperado con tanta sinceridad, demostró que tan solo había sido una mentira.
Pero algunos de ellos declararon otro día en 1999 como el día del rapto, y esperaron y esperaron. Sin embargo, como antes, se demostró que fueron engañados una vez más por mentiras. Sus líderes, habiendo sido avergonzados con su profecía no cumplida, decidieron nunca más volver a poner tiempo al regreso de Cristo. De estos eventos podemos ver como la doctrina del rapto pre-tribulación no encaja para nada en la Palabra de Dios.
Los puntos más importantes en el Libro del Apocalipsis son la segunda venida de Jesús y el rapto de los santos. Para todos los Cristianos fieles, su mayor esperanza y espera es cuando Cristo regrese al mundo y levante a Sus santos en el aire. De hecho, es razonable que los cristianos esperen con ansia el regreso de Cristo en su fe. Quienquiera que verdaderamente crea en Jesús debe esperar el día del regreso del Señor con gran anticipación y deseo.
Es mejor tener la clase de fe que espera la segunda venida del Señor y el rapto, que la del que nada espera. De lo que se desviaron del camino correcto los apocalípticos de los tiempos finales, es que pusieron un día y un tiempo específico para su rapto. Como base para sus cálculos, muchos de ellos interpretaron mal la profecía de las setenta semanas que aparece en Daniel 9, así como en Zacarías, y llegaron a sus propias predicciones en fechas.
Pablo dice en 1 de Tesalonicenses 4 que cuando Cristo regrese a esta tierra, los santos serán levantados en el aire para reunirse con Él. Por lo tanto, es apropiado que aquellos que genuinamente creen en Jesús esperen por el día de su rapto. Pero el calcular y fijar una fecha específica para el rapto fue algo profundamente equivocado, ya que fue un reflejo de su orgullo que ignoró la sabiduría de Dios. Fue un gran error tratar de resolver y entender las profecías de la Biblia con fórmulas matemáticas hechas por hombres.
Entonces, ¿cuándo ocurrirá el rapto real? Apocalipsis 6 habla del rapto de los santos, de acuerdo a él, durante la cuarta era, de las siete eras de Dios–esto es, la era del caballo amarillo- ocurrirá el martirio de los santos, y después de esto vendrá el rapto de los santos en la quinta era. El rapto de los santos se describe en detalle, y ciertamente se convertirá en una realidad cuando el tiempo llegue.
Dios ha planeado siete eras para la humanidad, la primera de las cuales es la era del caballo blanco. Esta es la era en la que el evangelio del agua y el Espíritu comienza y continúa triunfante. La segunda era, es la era del caballo rojo. Esta era marca el comienzo de la era de Satanás. La tercera, es la era del caballo negro, cuando el mundo será golpeado por hambre física y espiritual. La cuarta era, es la era del caballo amarillo. Esta es la era en la que el Anticristo surgirá y los santos serán martirizados. La quinta era, es cuando los santos serán resucitados y raptados después de su martirio. La sexta era comprende la total destrucción de la primera creación –esto es, el mundo– por Dios, la cual entonces será seguida por la séptima era en la cual Dios abrirá el Reino del Milenio y la Tierra y Cielo Nuevos para vivir con Sus santos para siempre. Así, Dios ha puesto estas siete eras distintas para toda la humanidad. Es correcto que aquellos que creen en Jesús conozcan y crean en estas siete eras que Dios ha preparado para ellos.
Tan solo en Corea, se estima que más de 100,000 personas, al final del último siglo, pusieron un día y tiempo, y esperaron la segunda venida de Cristo y su rapto. Se dice que aproximadamente 12 millones de Coreanos son Cristianos. Entre ellos, cerca de 100,000 esperaron el regreso de Jesús y su rapto. Puesto de otra manera, estos son los creyentes de corazón quienes creyeron el Palabra de Dios como fue escrita y esperaron por el regreso del Señor –solo 100,000 de 12 millones, esto es, menos del 1 por ciento.
Sin embargo, su problema fue que no tenían un entendimiento adecuado de las eras que Dios ha puesto para ellos. Sin un entendimiento correcto del evangelio del agua y el Espíritu, muchos de los Cristianos de la Primera Iglesia cometieron errores tratando de calcular la fecha del regreso de Cristo basado en su conocimiento equivocado de la era de la segunda venida de Cristo y el rapto de los santos. Así que el Apóstol Pablo les advirtió para «que no os dejéis mover fácilmente de vuestro modo de pensar, ni os conturbéis, ni por espíritu, ni por palabra, ni por carta como si fuera nuestra, en el sentido de que el día del Señor está cerca» (2 Tesalonicenses 2:2).
Hablando históricamente, muchos continuaron en su ignorancia del plan de Dios y en vano continuaron con sus errores en las fechas una y otra vez. Yo creo que existe la necesidad de corregir su equivocada fe. Pero no tengo deseos de reprenderlos fuertemente –solo deseo corregirlos. ¿Por qué? Porque su falla se debió a su ignorancia de las siete eras que Dios ha puesto a la humanidad. Calcularon mal la fecha de la segunda venida de Jesús, ya que aplicaron y entendieron mal los números que aparecen en la Biblia, viéndolos tan solo en términos humanos.
Este error no ha sido confinado a los Cristianos Coreanos, sino que ha sido muy común para el resto del mundo. Los líderes de la iglesia de diferentes partes de la tierra, algunos de ellos famosos, han cometido el mismo tipo de error. Mi corazón desea dar testimonio del plan de Dios a todos aquellos que habiendo creído en Jesús y esperaron por la fecha del rapto que ellos fijaron, puedan tener un entendimiento apropiado del plan de Dios para ellos, y no uno equivocado. Mi única esperanza es que ellos también les sea dada, de hecho, la bendición de ser raptados por Dios.
El verdadero rapto de Dios vendrá después de la era del caballo amarillo y acontecerá el martirio de los santos. Cuando comience el periodo de los siete años de la Gran Tribulación en esta era del caballo amarillo, el Anticristo emergerá como el líder más poderoso del mundo y reinará sobre el.
El Anticristo comenzará a perseguir a los santos cuando la Gran Tribulación comience, acelerándose en intensidad después de la primera parte de la Gran Tribulación –esto es, los primeros tres años y medio– hasta que alcance su cumbre en el punto medio del periodo de los siete años. Esto es cuando los santos serán martirizados por defender su fe.
Aquellos que creen en Jesús deben conocer bien los tiempos. Dependiendo de si creen en el rapto pre-tribulación o en el rapto a la mitad de la tribulación, sus vidas de fe serán muy diferentes. Ya sea que los creyentes esperen sabiamente por su rapto con la fe apropiada, o cometan el error de enfocar sus mentes en una fecha absurda de su propia elección –todo dependerá de si basan su fe en la Palabra de Dios o no.
Si usted se acerca a estas enseñanzas sobre la Palabra de Dios con calma, usted podrá de hecho descubrir cuales son las propuestas razonables, y así tener la capacidad de resolver todas sus preguntas correctamente. Pero si usted no tiene el entendimiento correcto del rapto y falla por no esperar apropiadamente, entonces su fe será una ruina.
La teoría del rapto pre-tribulación fue expuesta por Scofield, un teólogo Americano, quien fue el primero en establecer sistemáticamente su posición doctrinal en su Biblia de Referencias Scofield. Esta Biblia de Referencias fue ampliamente traducida y usada por todo el mundo. Es debido al impacto de la Biblia de Referencias de Scofield que la teoría del rapto pre-tribulación llegó a ser difundida tan extensamente. Debido a que la Biblia de Referencias de Scofield fue escrita por un teólogo influyente de un país tan poderoso, el libro fue traducido a muchos idiomas y leido por un gran número de Cristianos.
El mismo Scofield no tenía idea de que su afirmación del rapto pre-tribulación llegaría a difundirse a través del mundo. El resultado fue la aceptación que prevalece de la teoría del rapto pre-tribulación, virtualmente por todos los Cristianos del mundo. Pero antes que la teoría de Scofield del rapto pre-tribulación hiciera su aparición, la creencia dominante que había prevalecido en el mundo Cristiano fue la teoría del rapto post-tribulación.
La teoría del rapto post-tribulación afirma que Cristo regresaría después del final del periodo de siete años de la Gran Tribulación, y de que Él raptaría a los santos en ese tiempo. Así mucha gente tenía un gran temor de la Tribulación antes del rapto y de la segunda venida del Señor. Cuando los avivadores predicaban desde su púlpito acerca de la segunda venida del Señor, la gente corría a arrepentirse, llorando y agonizando por sus pecados, inundándose a si mismos con oraciones constantes de arrepentimiento. Así que quien lloraba con mayor frecuencia fue usado como el barómetro para medir quien era más bendecido. Tales personas, aunque creían en Jesús, derramaban demasiadas lágrimas.
Pero esta primera creencia del rapto post-tribulación fue reemplazada lentamente por el rapto pre-tribulación. ¿Por qué se dio este caso? Le gente descubrió infinitamente más cómodo cambiar del rapto post-tribulación al rapto pre-tribulación, ya que este cambio significaba que no tendrían que encarar todas las pruebas y las tribulaciones que de otra manera tendrían que atravesar. Es poco sorprendente que prefirieran ser levantados en el aire, antes de que las atemorizantes dificultades de la Gran Tribulación descendieran sobre ellos. De esta manera, la teoría del rapto pre-tribulación se expandió como un arbusto en llamas, ya que ofrecía una fe cómoda, mucho más digerible que el prospecto atemorizante de atravesar los sufrimientos de la Gran Tribulación.
Así como la gente prefiere lo dulce sobre lo simple o lo amargo, la gente también prefiere que sea más fácil cuando se trata también de su fe. De entre las diferentes teorías que los académicos han producido, prefieren escoger y creer en lo que se acomoda mejor a su paladar. Es así como mucha gente terminó creyendo en la teoría del rapto pre-tribulación tan fácilmente. Aquellos que apoyaban esta opinión del rapto pre-tribulación, pensaban que tenían que conservar sus cuerpos y sus corazones inmaculadamente limpios para ser raptados. Así que eran muy fervientes en su vida de fe. Pero una falacia muy seria apretó su creencia en el rapto pre-tribulación. Mientras que su fe en Jesús y su espera en el regreso del Señor eran muy buenas, a pesar de esto cometieron dos errores muy serios y graves.
Primero, no habiendo creído en el evangelio del agua y el Espíritu, esperaron por el Señor mientras que aún tenían pecado en sus corazones. Solo se sostuvieron y confiaron en la sangre de la Cruz, pero ninguna cantidad de arrepentimiento puede traerles la remisión absoluta de los pecados que han cometido diariamente. Así, durante día y noche, esperaron por la segunda venida de Cristo. Se reunieron en sus iglesias para arrepentirse de sus pecados, a orar y cantar alabanzas durante toda la noche, unidos en espera del rapto. No hay nada de malo en el hecho de que esperaran y anhelaran el rapto. Pero cometieron el grave error de esperar sin la fe correcta –esto es, no creyeron en el evangelio del agua y el Espíritu, la única fe que permite pararse ante Dios como Sus hijos.
Su segundo error fue que artificialmente pusieron una fecha sin el entendimiento correcto del plan de Dios. Esto no solo hizo que muchos creyentes creyeran en vano, sino que produjo toda clase de caos en el mundo, dejando tan solo malas impresiones del Cristianismo y arruinando su reputación entre los incrédulos.
Debido a estos dos errores, cuando el rapto por el cual esta gente esperó tan fervientemente y nunca se materializó, solo terminó guiando a mucha gente a pensar mal de él, alejándolos aún más de la verdad. Ahora, cuando realmente es el tiempo de hablar de la segunda venida de Cristo y cuando Su regreso es inminente, difícilmente alguien habla más de él–todo gracias al fiasco de los pocos que fueron mal guiados.
El pasaje que estamos discutiendo actualmente, fue lo que Dios escribió al ángel de la Iglesia de Pérgamo a través de Juan. Dios felicitó al siervo de la Iglesia y a los santos por defender su fe hasta el fin con su martirio. Pero la felicitación para la Iglesia también llegó con algunas reprensiones, ya que la Iglesia tenía entre sus miembros a aquellos que iban tras el mundo. Es por eso que Dios le dijo a la Iglesia que se arrepintiera, y el porqué Él les dijo que de otra manera vendría pronto y la castigaría.
Necesitamos prestar atención aquí a lo que Dios dijo en común, a través de Juan a todas las siete iglesias en Asia: «El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias». Esto quiere decir que Él habla Su verdad a los santos y a las almas a través de Sus iglesias y de Sus siervos. Notoriamente, Dios le dijo a la Iglesia de Pérgamo: «El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. Al que venciere, daré a comer del maná escondido, y le daré una piedrecita blanca, y en la piedrecita escrito un nombre nuevo, el cual ninguno conoce sino aquel que lo recibe».
Permítame enfatizar la frase: «Al que venciere, daré a comer del maná escondido». Esto significa que aquellos que verdaderamente esperen al Señor deben vencer a los enemigos de Dios. Significa que debemos pelear en contra de aquellos que sigan al mundo, y que ellos deben de apartarse de estos amantes del mundo. Aquellos que siguen a Balaam, son aquellos que siguen a los falsos profetas. Dios nos dice que esta gente solo busca las riquezas del mundo en su ambición pecadora, llamándolos seguidores de la doctrina de Balaam.
No todas las iglesias son iglesias de Dios. Muchos de los líderes de la iglesia de hoy aceptan que Jesús es el Hijo de Dios, pero no creen que Él es Dios. Existen muchos que ni siquiera creen que Jesucristo creó este mundo.
Además, mucha gente viene a la iglesia solo porque pueden ser bendecidos materialmente. Muchos líderes de iglesias les dicen a sus congregaciones que serán bendecidos si dan más dinero a la iglesia. Engañados por esas falsas enseñanzas, muchos creyentes en verdad piensan que lo mucho que den en ofrendas a la iglesia es un reflejo de su fe. Solo por dar ofrendas y asistir a la iglesia con regularidad, muchos de ellos son aprobados como creyentes fieles. Más aún, algunos de ellos les son dadas posiciones de liderazgo dentro de la iglesia, como diaconias o consejeros, solo por asistir con regularidad y por servicios a la iglesia, y por dar grandes cheques como ofrenda. Estos son los caminos de Balaam, algo de lo que todos debemos alejarnos.
Debemos pelear en contra de tal fe. Si realmente quieres ser alimentado por el maná escondido, primero debes discernir si tu iglesia es una iglesia que verdaderamente sigue la Palabra de Dios. Si no lo es, entonces debes pelear y vencerla. Solo haciendo eso podrás ser alimentado con la verdad del agua y el Espíritu, la verdadera Palabra de Dios.
Solo comiendo de la Palabra del agua y el Espíritu, el maná escondido, puedes nacer de nuevo, y solo naciendo de nuevo puedes continuar alimentándote con la Palabra de verdad dada por Dios. Es de esta manera que los nacidos de nuevo pueden comentar lo que es la Palabra de Dios, alimentarse oyéndola, viéndola y compartiendo en comunión.
Si honestamente deseas ser raptado por Dios, si realmente quieres nacer de nuevo, entonces es una necedad el seguir asistiendo a una iglesia que lo es solo de nombre. Asistiendo a una iglesia que no pertenece a Dios, no serás capaz de alimentarte de la verdad de la Palabra de vida, no importa el tiempo que hayas estado asistiendo a esa iglesia–cien años, mil años, o aún más, nada te pondrá en la senda correcta hacia tu salvación.
Tal gente no solo no puede nacer de Nuevo por fe, sino que terminan cometiendo el error de esperar su rapto sin haber cumplido su primer requisito–esto es, sin haber nacido de nuevo. Esta clase de fe simplemente está equivocada. No importa que tan deseosamente esperes el regreso de Cristo, no importa si realmente amas al Señor en tu corazón, no importa si estás dispuesto a dar tu vida por Jesús, todas estas cosas serán vanas. Esta gente no se encintrará con el Señor. Su amor por Dios terminará tan solo como un amor no correspondido.
Es por eso que Dios les dijo a las siete iglesias en Asia: “Al que venza le daré de comer del maná escondido.” Dios no nos dice que podemos tener Su Palabra de verdad sin luchar. Si no luchamos en contra de los mentirosos y vencemos, nunca seremos capaces de comer de Su maná, la Palabra de vida. No importa con que fidelidad hayas asistido a tu iglesia; si no conoces la verdad, significa que lo que has sabido hasta ahora han sido solo mentiras. Debes escapar de estas mentiras, peleando y venciéndolas en tu búsqueda por la verdad. Solo cuando encuentras esta verdad, encontrando una iglesia que de testimonio de la Palabra de Dios y predique el evangelio del agua y el Espíritu serás capaz de comer el maná de vida.
No existe nada que evite que aceptemos la Palabra de la verdad del agua y el Espíritu en nuestros corazones. Los corazones de aquellos que predican y escuchan esta Palabra del agua y el Espíritu se unen, y el Espíritu Santo habita en sus corazones por igual.
Dios nos ha prometido que dará Su maná escondido a aquellos que venzan; como tal, debemos vencer a Satanás en nuestra lucha en su contra, y luchar contra y vencer a los mentirosos. Si quieres vida eterna, debes nacer de nuevo verdaderamente; y si deseas ser raptado por Dios, debes tener la fe correcta. Debes luchar y vencer a los mentirosos de este mundo, así como a los mentirosos que se encuentran dentro de este mundo Cristiano.
Tu fe no debe ser una de indecisión, una que continúe vacilando de un lado al otro y es arrastrada por cualquier corriente que fluya en un tiempo dado. Si tu iglesia no predica la Palabra de Dios como es, debes dejar de asistir a tal iglesia. Solo a aquellos cuyos corazones aman y van tras la verdad, Dios vendrá a su encuentro a través de Su Palabra de maná, la Palabra de la verdad del agua y el Espíritu.
Fui un buen estudiante cuando estuve en el seminario. Nunca falté a una clase y mis calificaciones eran todas excelentes. Estudié con diligencia y con fidelidad. Aún así había muchas cosas que no sabía. Debido a que había sido, junto con toda mi familia, un Budista antes de encontrar a Jesús y creer en Él, mi conocimiento de Él era muy limitado en ese entonces. Aún más limitado era mi entendimiento de la Palabra, así que estaba muy ansioso por aprender acerca de la Escritura. Sediento por el conocimiento de la Palabra de Dios, busqué aprender de los muchos profesores del seminario, haciéndoles muchas preguntas y esperanzado a que sus respuestas apagaran mi sed por la Biblia.
Sin embargo, ninguno de ellos me dio una respuesta clara. Cuando llevaba mis preguntas a los profesores aclamados por su conocimiento de la Escritura, solían felicitarme por mi propio conocimiento de la Biblia en lugar de responder mis preguntas. En los seminarios, los profesores no predican la Palabra, sino que enseñan sus propias teorías de la Biblia. Pero todas sus teorías, de la Teología del Antiguo Testamento a la Teología del Nuevo Testamento, de la Teología Sistemática a la Historia del Cristianismo, del Calvinismo al Arminianismo, de Cristología a Neumatología y de estudios introductorios a exposiciones avanzadas, eran solo producto de los pensamientos del hombre. Solo enseñan diferentes teorías expuestas por académicos, nada diferente de su propia experiencia universitaria en su campo de estudio secular.
Era una persona que era ignorante de la Biblia. No importaba cuan extensivo había sido mi entrenamiento escolar, o cuantos me felicitaron por mi amplio conocimiento sobre la Biblia, o como yo mismo había basado mis sermones sobre este conocimiento–entre más estudiaba la Biblia y la teología, más dudas tenía acerca de mi camino. Eventualmente llegué a darme cuenta de algo, que era una persona completamente ignorante, y que tenía que empezar desde el principio de nuevo. Así que comencé a hacer preguntas en mi clase, lo que entonces era considerado extraño y raro. Una de ellas era esta: ¿Por qué fue bautizado Jesús? Nunca escuché una respuesta clara para esta pregunta, de que Jesús fue bautizado en el Río Jordán por Juan el Bautista para tomar todos nuestros pecados sobre Su propia carne.
También tenía preguntas acerca de los milagros que Jesús realizó, como aquel en el cual Jesús alimentó a más de cinco mil hombres con solo cinco piezas de pan y dos pescados. Así que pregunté, “Cuando Jesús bendijo las cinco piezas de pan y los dos pescados, ¿explotaron en una montaña de pan y pescado todo a la vez, o continuaron multiplicándose cuando se distribuyó la comida a cada uno?”. Con mayor frecuencia, era regañado y se me reprochaba el hacer tales preguntas.
Así es como llegué a darme cuenta, “Así que de esto se trata la teología. Tan solo estamos aprendiendo lo que el francés Calvino sistematizó en exposiciones académicas y teológicas. No sabemos nada de la Biblia.” Así que yo mismo me metí en una búsqueda extensiva, recopilando las publicaciones de muchas denominaciones y comparándolas con la Biblia. Aún así no gané nada.
Todos llegaban a la misma conclusión, que cuando la gente cree en Jesús, sus pecados desaparecen gradualmente mientras se santifican con sus oraciones de arrepentimiento, y que llegan a estar totalmente sin pecado en su muerte y después entran al Cielo. Las diferencias denominacionales no importaban–el punto final de la conclusión para todas ellas era que los Cristianos buscaran las oraciones de arrepentimiento y la santificación incremental, algo que no tenía nada que ver con la Palabra. Todas estas afirmaciones partían de lo que la Palabra de Dios tenía que decir. Así que me arrodillé ante Dios, busqué y pregunté Su verdad.
Fue así cuando Dios me enseñó el verdadero evangelio del agua y el Espíritu. Esta verdad simplemente me maravilló. Y cuando me di cuenta de que la verdad del agua y el Espíritu es encontrada en todos los 66 libros de la Biblia, mis ojos ciegos fueron abiertos y comencé a ver la Palabra de la Biblia claramente. Tuve la capacidad de descubrir como el Antiguo Testamento y el Nuevo Testamento encajaban, y el Espíritu Santo vino a morar en mi corazón cuando encontré esta verdad. Después de ver y de darme cuenta de esta Palabra de verdad, en un hecho sorprendente y maravilloso de la gracia y el amor de Dios, muchos pecados que habían plagado mi corazón y que me habían deprimido tanto desaparecieron completamente.
Como se forman las ondas cuando una pequeña piedra es lanzada en un apacible lago, un gozo y una luz serena entró en mi corazón. Al decir la luz, me refiero a que llegué a darme cuenta de la que la verdad de la Palabra era. En este preciso momento de reconocimiento, el Espíritu Santo entró en mi corazón, y debido al Espíritu Santo llegué a ver la Palabra de la Biblia claramente. A partir de este momento, siempre he estado predicando el evangelio del agua y el Espíritu.
Hasta este día, el evangelio del agua y el Espíritu le ha dado calma a mi corazón, me ha confortado y me ha fortalecido, y ha guardado mi corazón siempre limpio. Es así como llegué a alimentarme de la Palabra de Dios, junto con el darme cuenta de su significado vino la serena bendición que llenó mi corazón, y mi corazón a su vez comenzó a nadar en este mar de gracia. Así como mi corazón comenzó a llenarse con esta bendición, cuando tú crees en Su Palabra de salvación por nacer de nuevo, la Palabra de Dios también te traerá a Su gracia y bendición.
Cuando abrí la Biblia y habité en la Palabra, todas mis preocupaciones y mis pensamientos inquietantes desaparecieron, y en su lugar mi corazón se llenó con gozo y paz. Fui habilitado para responder lo que Dios realmente quiere decir en Su Palabra siempre que se me preguntaba acerca de la Biblia. Solo conociendo y creyendo en el evangelio del agua y el Espíritu puede uno alimentarse de la Palabra de Dios, y solo alimentándose de la palabra de Dios puede uno nacer de nuevo. Debido a que los nacidos de nuevo ya no tienen más pecado en sus corazones, sin importar cuando regrese el Señor a esta tierra, están todos listos para su rapto cuando el Señor finalmente los levante en el aire.
 

La Fe Que Puede Guiarnos al Rapto
 
El rapto es lo que esperamos después de que recibimos nuestra redención, conociendo y creyendo en el evangelio del agua y el Espíritu. Y cuando esperamos, debemos esperar con un entendimiento claro de los tiempos puestos por Dios. Los tiempos puestos por Dios son las siete eras, y de entre ellas, la era del martirio es la era del caballo amarillo. Esta era del caballo amarillo es la cuarta de las siete eras puestas por Dios. Por otro lado, la era en la cual vivimos ahora es la tercera, la era del caballo negro.
Cuando escalamos una montaña elevada, confiamos en un mapa como nuestro guía. Pero para poder alcanzar nuestro destino, usando este mapa con precisión y seguridad, primero debemos saber en dónde nos encontramos. No importa cuan hábiles podamos ser para leer mapas, o que tan preciso sea el mapa–si no sabemos donde estamos, el mapa no sirve para nada. Solo cuando conoces tu propia ubicación, puedes alcanzar tu destino con seguridad.
De la misma manera, solo naciendo de nuevo a través del evangelio del agua y el Espíritu puedes descubrir el momento de tu rapto. Bíblicamente, el tiempo preciso del rapto es ligeramente después de la mitad del periodo de siete años de la Gran Tribulación–esto es, a tres años y medio de la Gran Tribulación. Esto es lo que Dios planeó en Jesucristo cuando primeramente creó este universo.
El Plan de salvación de Dios en Jesucristo, con el que envió a Su Hijo Unigénito a esta tierra, hizo que Él se bautizara y muriera en la Cruz, y lo levantó de los muertos, no es todo el plan, también Él puso tiempos para el universo, desde su creación hasta su final, con las siete eras. Aún nosotros hacemos planos antes de construir nuestras casas y planeamos a futuro en nuestros negocios –aún mejor, también escribimos en nuestras agendas lo que haremos en el día. Entonces, ¿habrá creado Dios este universo, al hombre, a ti y a mí en Jesucristo sin ningún plan? ¡Claro que no! ¡Él nos creó con un plan!
Este plan está claramente revelado en la Palabra del Apocalipsis. Cuando abrimos y moramos en esta Palabra, podemos descubrir exactamente cuál es el plan de Dios. Esta Palabra es la verdad. Aunque la Palabra de Dios tiene varios miles de años, continúa siendo la verdad inalterable y que no cambia, ni se le agrega, ni se le quita. Aquellos que no saben esto y que no han nacido de nuevo por el agua y el Espíritu, continúan ignorantes de la verdad revelada a nosotros por la Palabra de Dios. Pero aquellos que moran en la Palabra serán capaces de encontrar y descubrir toda la verdad revelada en la Biblia.
El pasaje en el cual Dios promete dar Su maná a aquellos que venzan significa que Dios derramará luz sobre Su Palabra solo a aquellos que puedan discernir lo verdadero de lo falso, y vencer a los mentirosos conociendo Su Palabra de verdad. Aquellos que han escapado de las mentiras y encontrado la verdad, deben vencer estas mentiras predicando esta verdad. Dios nos ha prometido que aquellos que creen en el evangelio, Él les dará la bendición de comer de Su maná: «El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. Al que venciere, daré a comer del maná escondido, y le daré una piedrecita blanca, y en la piedrecita escrito un nombre nuevo, el cual ninguno conoce sino aquel que lo recibe».
El maná escondido aquí significa la Palabra de Dios. Por otro lado, la piedra blanca significa que nuestros nombres serán escritos en el Libro de la Vida. Cuando la gente cree en el evangelio del agua y el Espíritu que Dios les ha dado, sus corazones cambian. Con sus corazones llenos por la Palabra del Espíritu Santo, llegan a descubrir que creyendo la Palabra, todos los pecados de su corazón han desaparecido. Habiendo sido limpiados por el agua y el Espíritu, sus nombres son escritos en la piedra blanca.
Dios nos dice que nadie sabe este nombre Nuevo, excepto aquel que lo recibe. Aquellos que han sido perdonados de todos sus pecados deben darse cuenta que sus corazones ya no tienen ningún pecado en ellos, y que sus nombres han sido escritos en el Libro de la Vida. Ellos saben, en otras palabras, que el evangelio del agua y el Espíritu ha quitado todos los pecados de sus corazones. Solo aquellos que han nacido de nuevo, conociendo la verdadera Palabra del agua y el Espíritu y recibiendo la redención, son capaces de conocer al Señor y a la verdad. Aquellos que no han nacido de nuevo no se dan cuenta que tienen que hacerlo. Pero los nacidos de nuevo pueden discernir fácilmente a esta gente, que les hace falta comer del maná de Dios y que sus nombres no están escritos en una piedra blanca.
¿Realmente desea ser raptado? Si deseas ser raptado, debes calificar para comer maná. Al decir calificar para comer maná, me refiero a que debes nacer de nuevo por el agua y el Espíritu. Para alimentarte con el maná, debes luchar en contra y vencer las mentiras con tu fe. Los falsos maestros no traen redención a los pecadores, sino solo la explotación de sus almas y de sus posesiones materiales. Debemos luchar en contra de y vencer a las falsas iglesias, los falsos profetas y a los falsos siervos de la Cristiandad actual.
Debemos saber, basado en la Biblia, exactamente cómo Jesús ha quitado todos nuestros pecados, por qué fue bautizado, por qué murió en la Cruz y por qué se levantó de los muertos de nuevo. Debemos saber con precisión porqué Jesús vino a esta tierra en la carne e hizo todas estas cosas, y debemos saber exactamente quién es Jesús. Pero las falsas iglesias, en lugar de enseñar estas verdades, llaman a cada uno de los que asisten “un santo” sobre su propia autoridad. Ellos solo preguntan, “¿Crees en Jesús? Si la respuesta es, “Sí,” entonces estas falsas iglesias inmediatamente les llaman santos, y en aproximadamente un año los bautiza y después procede a sustraer toda clase de ofrendas de ellos, desde ofrendas de gratitud hasta ofrendas especiales y por promesa para la nueva y reluciente iglesia. Las iglesias así, obsesionadas solo con el dinero y su ambición por construir iglesias más grandes y resplandecientes son las iglesias falsas.
Cuando nos alimentamos del maná, debemos pelear en contra de las falsas iglesias y en contra de aquellos que esparcen falsas enseñanzas. Si perdemos en nuestra batalla, significaría no solamente que ya no somos los santos de Dios, también significaría que ya no seremos raptados por Él. El no ser los santos de Dios es lo mismo que no ser los hijos de Dios; aún si Cristo regresara 100 veces, nosotros nunca seríamos raptados.
Mateo 25 nos cuenta la parábola de las 10 novias, cinco de ellas sabias y cinco de ellas insensatas. Nos dice cuan insensatas eran las cinco novias que llevaban sus lámparas pero sin aceite y salieron a comprarlo solo después del anuncio de la llegada del novio. Debemos ser las novias sabias quienes prepararon el aceite desde antes. Al decir que hay que tener la fe para preparar el aceite, me refiero a que debemos estar calificados para alimentarnos con maná ante Jesús, vencer a los mentirosos, y nacer de nuevo por la Palabra del agua y el Espíritu.
Cuando escuchamos un sermón, debemos preguntarnos si el Pastor está predicando la Palabra de Dios o no. También debemos preguntarnos si la iglesia gasta su dinero como Dios quiere–esto es, en Sus obras, no en ella misma. En otras palabras, debemos encontrar la verdadera iglesia de Dios. Hastíate de las iglesias que solo ofrecen servicio de labios al predicar la Palabra de Dios y Sus enseñanzas.
No importa lo buenos que sean en sus pláticas y arrepentimiento, sus obras te dirán lo que realmente creen –si están interesados en construir edificios para iglesias más grandes que en cualquier otra cosa; si se ocupan de los pobres o tan solo atienden a los ricos; y en si muestran interés en salvar a las almas. Dios te ha dado tus ojos y tus oídos para que puedas ver y juzgar por ti mismo. Y cuando llegues a la conclusión de que tu iglesia no es la correcta, entonces no dudes en salir de ella inmediatamente, ya que el continuar asistiendo a tal iglesia falsa es solo tratar de entrar al infierno. Sería lo mismo que desperdiciaras tu vida.
¿Te das cuanta de cuan bueno es el evangelio del agua y el Espíritu? Cuando conoces y aceptas la verdad, el evangelio del agua y el Espíritu, en tu corazón, te conviertes en una nueva persona. Aquellos que han pertenecido a la tierra antes, ahora pertenecen al Cielo, y aquellos que habían sido atormentados por los demonios ahora son libres.
Los demonios pueden entrar y atormentar a las almas de aquellos que tienen pecado en sus corazones y por lo tanto están encadenados por sus pecados. Pero el Señor vino a esta tierra y quitó todos nuestros pecados con el evangelio del agua y el Espíritu. Debido a que Él quitó nuestros pecados completamente, los demonios ya no pueden atormentarte más o robar tu alma. Es por eso que cuando tú conoces y crees en este evangelio, los demonios son arrojados y tú vida es cambiada.
En otras palabras, aquellos que han sido siervos de este mundo pueden ser liberados de su servidumbre. Dios ha hecho la maravillosa obra de convertir a los pecadores en justos, reconstruyendo a aquellos que eran de esta tierra en aquellos que ahora son del Cielo, y, cuando el Señor regrese, Él los llevará a Su Reino.
Nuestra vida terrenal no es el fin para nosotros. Habiéndonos hecho a Su imagen, Dios no nos puso en esta Tierra para vivir brevemente. La vida en la carne es de hecho muy corta. Para cuando salimos de la escuela, ya estamos a la mitad de nuestros 20 años. Pasamos nuestros 30 tratando de establecer una base para nuestras vidas, y para cuando esta base está lista para construir, ya estamos en los 40 o 50. Cuando finalmente llegamos a la fase en que pensamos que ya podemos relajarnos un poco y disfrutar la vida, toda nuestra vida ya ha pasado y encaramos su final. Así como las flores florecen en la mañana y se secan en la tarde, justo cuando pensamos que entendemos la vida, nos damos cuenta que nuestro tiempo ha pasado, y que solo vemos el final que se aproxima.
Así es de corta la vida. Perro lo que es más desafortunado es que existe demasiada gente que no se da cuenta de la brevedad de la vida. Sin embargo el final de nuestras vidas en la carne no es el fin para nosotros, sino solo es el principio de la vida espiritual de nuestras almas. ¿Por qué? Porque Dios, como si estuviera compensándonos por la brevedad de nuestras vidas en la tierra, ha preparado para nosotros no solo el Reino del Milenio, sino también el Cielo y la Tierra Nueva, en donde viviremos eternamente. Esta es la bendición de vida eterna de Dios, con la que Él ha revestido solo a aquellos que han nacido de nuevo creyendo en la Palabra de Su agua y el Espíritu.
Solo cuando comes del maná escondido y tú nombre es escrito en una piedra blanca podrás ser raptado. Dios nos dice que solo aquellos que se alimentan de Su maná serán capaces de vencer a Satanás durante la Gran Tribulación, y que solo los nombres de aquellos que así vencen serán escritos en la piedra blanca. Por lo tanto, aquellos que no vencen, ni siquiera soñaran con ser raptados, ni pueden soñar con nacer de nuevo.
Se requiere de gran sacrificio para obtener algo valioso y precioso. Un buen ejemplo es el oro; se requiere de gran esfuerzo, tiempo y riesgo para encontrar y extraer oro. Mucha gente ha muerto en minas de oro antes de siquiera encontrar una pepita. Extraer una beta de oro también requiere de mucho esfuerzo. Extraer la tierra de un camión durante todo el día produce solo una diminuta porción de oro. En otras palabras, se requiere de gran esfuerzo para encontrar oro, en ocasiones aún la vida misma. Entonces, ¿por qué la gente se esfuerza en encontrar oro? Lo hacen porque piensan que el oro es valioso, y que vale la pena arriesgar sus propias vidas.
Sin embargo, que es más precioso que el oro y la plata, es el hecho que podemos llegar a ser hijos de Dios. El oro puede traerte un poco de felicidad temporal a tu carne, pero convertirte en hijo de Dios te trae algo sin fin, felicidad eterna. Para ser raptado al final de los tiempos, para disfrutar la riqueza, la prosperidad y el honor del reino del Milenio, y la Tierra y el Cielo Nuevos, y vivir una vida así por la eternidad, debes pelear con todos los mentirosos de esta tierra, creer en el evangelio del agua y el Espíritu, y defender tu fe y asegurar tu victoria.
Existen muchas mentiras en este mundo que siempre están buscando la oportunidad de atrapar nuestros corazones, intentando que perdamos nuestra fe. Aquellos que creen en el evangelio del agua y el Espíritu, y que tienen la verdad en sus corazones saben cuan preciosa es su fe. Y debido a que saben cuan preciosa es su fe, pelean en contra de todas las falsas enseñanzas que tratan de robárselas. Si nos damos cuenta de cuánta gente anhela esta fe y que no puede obtenerla, y si nos damos cuenta que solo esta fe nos vestirá para la cena de las bodas del Cordero y darnos Su bendición de la vida eterna, debemos hacerla totalmente nuestra y nunca dejar que nadie nos la quite. Esta es la clase de fe que lucha y vence.
Estaba convencido de la necesidad de propagar el conocimiento y entendimiento apropiado de la Palabra del Apocalipsis–debido a que yo sabía que muchos falsos maestros tratarían de usar la Palabra del Apocalipsis para engañar y confundir, no solo a la gente, sino también a los santos nacidos de nuevo. Es por eso que estoy predicando la Palabra del Apocalipsis a través de mis sermones y libros, para asegurar que usted puede vivir su vida de fe con el entendimiento y la creencia correcta en el fin de los tiempos.
El libro del Apocalipsis ofrece algo tremendamente importante. Pero la palabra del Apocalipsis no revela nada a aquellos que no pueden comer del maná escondido de Dios y que no tienen al Espíritu Santo en sus corazones. De las señales del fin de los tiempos hasta el rapto, la esperanza de cada Cristiano, por el Cielo y la Tierra Nueva , un extraordinario plan es escrito en la palabra del Apocalipsis. Debido a la sabiduría de Dios que no revela Sus secretos a cualquiera, Apocalipsis continúa siendo un texto difícil que no cualquiera puede entender. Nadie puede entender la Palabra del Apocalipsis, sino solo aquellos que han sido alimentados con el maná de Dios y cuyos nombres están escritos sobre una piedra blanca al haber nacido de nuevo por el agua y el Espíritu, y que han vencido las mentiras
Es por eso que, en su ignorancia, aquellos que no han nacido de Nuevo hablan de un rapto pre-tribulación o de un rapto post-tribulación, y es por eso que ahora también tenemos alguna gente que afirma que el Reino del Milenio es solo simbólico. La Palabra de Dios es la verdad, y claramente afirma que el rapto no ocurrirá sin la Gran Tribulación–después del martirio de los santos, y simultáneamente con su resurrección. 
Ser raptado mientras se vive la vida normal–pilotos desapareciendo repentinamente y madres desapareciendo de los comedores por todo el mundo- me da pena informarlo, simplemente no sucederá. Más bien, el rapto ocurrirá cuando los grandes desastres caigan sobre el mundo, terremotos por todos lados, estrellas cayendo del cielo, y la tierra abriéndose. En otras palabras, el rapto no ocurrirá en un día pacifico a plena luz del día. 
Las estrellas no han caído, la tercera parte del mundo está por ser quemada, y el mar no se ha convertido en sangre. ¿Qué quiero decir con esto? Quiero decir que ahora todavía no es el tiempo. Dios nos dice que Él nos dará señales que todos podremos reconocer antes de que venga el rapto. Estas señales son los desastres que caerán sobre este mundo–un tercio del mar y de los ríos volviéndose sangre, un tercio de los bosques quemado, estrellas que caen, agua no potable y demás. 
Cuando el mundo se envuelto en grandes calamidades, el Anticristo emergerá para poner orden. Primero surgirá como un destacable líder mundial, eventualmente se convertirá en un tirano que reinará el mundo con su poder absoluto. La Biblia nos dice que en este tiempo cuando, el reinado tiránico del Anticristo es establecido sobre este mundo, que el Señor regresará a la tierra para tomar a Sus santos. El rapto no ocurrirá cuando los grandes desastres naturales estén por ocurrir y el Anticristo esté por surgir.
En otras palabras, está mal que la gente abandone su trabajo, deje de ir a la escuela, y que en todos sentidos llegue a un alto total en sus vidas, pensando que están a punto de ser raptados, cuando de hecho estas señales que Dios nos ha prometido aún no se han materializado. No debes ser engañado de esta manera, ya que es caer en la trampa de mentiras de Satanás.
Debemos luchar en contra y vencer todo con lo que las falsas enseñanzas se han dispuesto para atraparlos. La única fe que puede triunfar sobre las falsas enseñanzas es la fe en el evangelio del agua y el Espíritu. Solo aquellos que creen en el bautismo de Jesús, que ha quitado todos sus pecados, están completamente libres de las cadenas de estos pecados. Debido a que Jesús tomó todos nuestros pecados sobre Sí mismo con Su bautismo, y debido a que Él nos ha comprado con su propia sangre al creer en todas estas cosas que el Señor ha hecho por nosotros–por fe y solo por fe. Aquellos que creen en esta palabra ahora se han convertido en los hijos de Dios, y triunfarán en todos los planes que Dios ha dispuesto para ellos.
Por otro lado, la única cosa que les espera a los mentirosos que afirman creer en Jesús pero que aún tienen pecado en sus corazones, y que van solo tras su propia ambición al servir al Señor, encararán el castigo junto con Satanás. Es por eso que nuestro evangelio del agua y el Espíritu es tan precioso. Solo aquellos que lo conocen y que pueden discernir entre el evangelio verdadero y el falso pueden comer del maná escondido de Dios, superar todas las mentiras al final, y entrar en el Reino del Milenio, y el Cielo y Tierra nuevos. Lee la Palabra y ve tu mismo cual es la verdad real que puede salvarte, darte esperanza y bendecirte con vida eterna. Date cuenta y cree en ella. Esta es la fe de la victoria. 
La Victoria en nuestra batalla espiritual es extremadamente importante para nosotros, ya que el perder esta batalla no es una simple pérdida, sino que significa estar atado al infierno. En otras batallas podemos recuperarnos de una derrota, pero en esta batalla de fe no hay oportunidad de recuperarse. Por lo tanto debes ser capaz de discernir entre lo que es la verdad y lo que son tus propios pensamientos, el deseo de tu carne, las mentiras de los falsos maestros y debes preparar tu fe para el final llegando a tomarte del conocimiento correcto en su tiempo con la luz de la Palabra.
Dios ha preparado las plagas de las siete trompetas y de los siete tazones, y El ha permitido la gran tribulación para nosotros. Cuando el mundo sea golpeado por enormes desastres naturales–grandes fuegos, estrellas que caen, mares, ríos y arroyos convirtiéndose en sangre- el Anticristo surgirá, y debes darte cuenta que estas señales son el comienzo del periodo de siete años de la Gran tribulación. El martirio, resurrección y rapto de los santos ocurrirá al final de las plagas de las siete trompetas, cuando la última trompeta suene, pero antes de que las plagas de los siete tazones sean arrojadas.
Cuando el cuarto sello de Dios sea abierto, el Anticristo demandará la apostasía de los santos. En este tiempo, aquellos cuyos nombres están escritos en el Libro de la Vida–esto es, los santos nacidos de nuevo que han comido maná y cuyos nombres están escritos en la piedra blanca- serán martirizados valientemente. Esta es la última y la más grande fe que da toda la gloria al Señor. Esta es la fe valerosa de aquellos que creen y viven de acuerdo al evangelio del agua y el Espíritu. En concreto, esta es la fe con la cual podemos llegar a ser victoriosos en nuestra batalla espiritual.
Debemos vencer a nuestros adversarios a cualquier precio. Después de nacer de nuevo, debemos vencer y continuar luchando en contra de los mentirosos. Para lograr esto, debemos vivir la clase de vida que se alimenta del maná de Dios y predica la Palabra de nuestro Señor hasta el fin. A aquellos que venzan, Dios ha prometido dar Su gloria y Sus bendiciones. La fe que merece ser levantado en el aire por Dios, la más grande esperanza para los creyentes, y la convicción del Reino del Milenio y el Cielo y Tierra Nuevos -todas estas cosas serán permitidas solo a aquellos que han recibido el maná escondido de Dios, venciendo todas las mentiras con la fe en la Palabra de Dios.
Aquellos que saben lo que realmente es valioso venden todo para obtenerla y realizan grandes sacrificios para guardarla. Debido a que tales sacrificios vendrán, no como dolor, sino como grande gozo para nosotros, y debido a que esto es un tesoro invaluable que nos dará todo al final, vale la pena que demos todo lo que tenemos para defenderla.
Es mi esperanza y oración que continuarás con la esperanza por el Reino del Milenio, y el Cielo y la Tierra Nuevos, vencerás a todos los adversarios con esta esperanza, y te levantaras como vencedor con gran gozo y felicidad al final.
 
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Comentarios y Sermones sobre el Libro del Apocalipsis - ¿Acaso viene la Era del Anticristo, Martirio, Rapto y Reino del Milenio? (Ⅰ)