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Tema 9: Romanos

[Capítulo 8-4] Ser de Mente Carnal es Muerte, pero ser de Mente Espiritual es Vida y Paz (Romanos 8:4-11)

(Romanos 8:4-11)
“para que la justicia de la ley se cumpliese en nosotros, que no andamos conforme a la carne, sino conforme al Espíritu.
Porque los que son de la carne piensan en las cosas de la carn que e; pero los que son del Espíritu, en las cosas del Espíritu.
Porque el ocuparse de la carne es muerte, pero el ocuparse del Espíritu es vida y paz.
Por cuanto los designios de la carne son enemistad contra Dios; porque no se sujetan a la ley de Dios, ni tampoco pueden;
y los que viven según la carne no pueden agradar a Dios.
Mas vosotros no vivís según la carne, sino según el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios mora en vosotros. Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de él.
Pero si Cristo está en vosotros, el cuerpo en verdad está muerto a causa del pecado, mas el espíritu vive a causa de la justicia.
Y si el Espíritu de aquel que levantó de los muertos a Jesús mora en vosotros, el que levantó de los muertos a Cristo Jesús vivificará también vuestros cuerpos mortales por su Espíritu que mora en vosotros.
Así que, hermanos, deudores somos, no a la carne, para que vivamos conforme a la carne;”
 

Las misiones en el extranjero son efectivas cuando se hace a través de la literatura, lo cual estamos haciendo ahora. Somos bendecidos cuando leemos la Palabra de Dios y nuestra fe crece debido a que creemos en su Palabra.
La gente ha estado sufriendo durante los últimos cinco siglos, engañada por falsas doctrinas tales como la Doctrina de la Santificación Incremental, la Doctrina de la Justificación y otras que afirman que la redención es posible a través de oraciones de arrepentimiento.
Romanos 8:3 nos dice que Dios hizo lo que la ley no podía hacer, ya que era débil en la carne. Dios envió a su propio Hijo en semejanza de carne pecaminosa, condeno al pecado en su carne, y lo juzgó a él para liberarnos de todos nuestros pecados.
Hoy nos volvemos a la verdad de Dios en Romanos 8:4-11. Romanos 8:3-4 dice, “Porque lo que era imposible para la ley, por cuanto era débil por la carne, Dios, enviando a su Hijo en semejanza de carne de pecado y a causa del pecado, condenó al pecado en la carne;
para que la justicia de la ley se cumpliese en nosotros, que no andamos conforme a la carne, sino conforme al Espíritu.” La pregunta desde luego es esta: ¿Qué quiere decir esto?
 


Primero, ¿que significa no vivir de acuerdo a la Carne?


Esto significa no buscar las ganancias de la carne. Es discriminar entre los deseos del Espíritu y los deseos de la carne y alejarse de aquellos que no obedecen la Palabra de Dios. El versículo 5 afirma, “Porque los que son de la carne piensan en las cosas de la carne; pero los que son del Espíritu, en las cosas del Espíritu.” ¿Qué quiere decir “las cosas de la carne”? Esto significa que existen aquellos quienes, aún cuando asisten a la iglesia, buscan sus propios deseos.
Para ponerlo simplemente, los cristianos no deberían ir a la iglesia con el propósito de buscar ganancias de negocios del mundo. Esto es vivir de acuerdo a la carne. Estas personas van a las iglesias de grandes congregaciones para introducir y publicitar sus negocios, en la esperanza de adquirir clientes regulares y leales. Asisten a la iglesia y creen en Jesús por amor de su propia carne.
Existen otros. Aquellos que enseñan el sectarismo dentro de la comunidad cristiana y aquellos que enseñan a sus seguidores a buscar solo bendiciones materiales, también son de aquellos que viven de acuerdo a la carne y han puesto sus mentes en las cosas de la carne.
Fácilmente podemos encontrar sectarismo en nuestra comunidad cristiana. ¿Entonces, quienes son estos sectarios? Esta es la gente que se engaña a si misma con una fe mal puesta en la superioridad de su denominación. Dicen que su secta fue establecida por tal y tal teólogo, que son tan grandes y altamente conocidos en todo el mundo y que tienen una tradición muy fuerte y así sucesivamente. Todas estas jactancias son las que inventan las vanidades de estas personas y construyen su propia fe. Existen muchos con tal fe en este mundo.
Los sectarios creen en Jesús por los beneficios de su propia carne. Aquellos que viven de acuerdo a la carne aún se jactan de sus iglesias y de haber sido bendecidos materialmente por asistir a sus grandes iglesias. Algunas iglesias tienen metas en común de la comunidad como “ama a tu esposa.” Pero esto es lo que quiere decir “aquellos que viven de acuerdo a la carne.” ¿Deben poner sus ojos en metas tales como amar a tu propia esposa? No deberían. ¿Acaso estoy diciendo que no debemos amar a nuestras esposas? ¡Claro que no! Pero tales metas, sin embargo y a pesar de lo bueno y atractivo, no pueden ser el propósito fundamental de nuestra Iglesia.
Aquellos que viven de acuerdo a la carne ponen sus mentes en las cosas de la carne. Demasiados ministros de hoy se han convertido en tales personas, que solo están interesados en el número de los miembros, las ofrendas y el edificio – esto se ha convertido en el principal propósito de su fe. El construir una iglesia más alta y más grande se ha convertido en su meta más elevada. Aún si ellos dicen externamente que reunir a más seguidores es guiarlos al cielo y ofrecer otras excusas similares, su propósito final es reunir más dinero para construir iglesias más grandes.
Para hacer que sus iglesias sigan las cosas de la carne, tuvieron que convertir a sus seguidores en fanáticos religiosos. Algunos pastores han construido su éxito sobre su habilidad para convertir su congregación en fanáticos, medios locos, obsesivos y finalmente mal guiados.
 


Aquellos que viven de acuerdo al Espíritu de Dios


Sin embargo, existen entre los cristianos aquellos que realmente viven de acuerdo al Espíritu conforme a la Palabra de Dios, creen lo que esta escrito en las Escrituras mientras que niegan sus propios pensamientos, hacen lo que le agrada a Dios y predican el evangelio del agua y el Espíritu.
La Biblia afirma que aquellos que viven de acuerdo al Espíritu ponen sus mentes en las cosas del Espíritu. Si hemos sido perdonados por todos nuestros pecados por creer en la justicia de Dios, no deberíamos de vivir bruscamente, sino vivir meditando en las obras del Espíritu. Aquellos que viven por el Espíritu piensan espiritualmente y salen a hacer las cosas del Espíritu por fe. Felices son aquellos que persiguen las cosas del Espíritu. Esta es la gente que agrada a Dios, salvan a otros de los pecados del mundo y viven por fe. Hemos sido perdonados por nuestros pecados y por lo tanto debemos poner nuestras mentes en las cosas del Espíritu y vivir de acuerdo a él.
La meta en nuestras vidas es completar la obra del Espíritu, lo cual es predicar el evangelio del agua y el Espíritu. Debemos fijar nuestras mentes en las cosas del Espíritu. ¿Qué tanto hemos puesto nuestras mentes en las cosas del Espíritu? Estamos sosteniendo una guerra espiritual y debemos practicar las cosas del Espíritu, creyendo en la justicia de Dios y predicándolo. Siempre debemos de pensar en lo que agrada al Señor y retar la obra del Espíritu, poniendo nuestras mentes en las obras de Dios, aun si fuéramos débiles y llenos de limitaciones. Cuando un trabajo en particular es realizado, debemos de luchar de nuevo por más trabajo que agrade al Señor.
Nosotros ahora estamos predicando el evangelio del agua y el Espíritu a todo el mundo a través de la literatura. Cerca de 200 o 300 personas reciben nuestros libros-e y libros impresos cristianos gratuitos diariamente visitando nuestro sitio de red. Luchando con fe por la predicación del evangelio del agua y el Espíritu a todos en cada país del mundo, servimos al evangelio contigo en su iglesia. Si no hemos fijado nuestras mentes en las cosas del Espíritu, no se nos habría otorgado estos frutos del Espíritu. Debemos llevar a cabo su trabajo uno por uno con nuestras mentes fijas en las cosas del Espíritu. Entonces agradaremos a nuestro novio espiritual, Jesucristo, como la esposa virtuosa que se encuentra en Proverbios capitulo 31.
El versículo afirma, “Por cuanto los designios de la carne son enemistad contra Dios; porque no se sujetan a la ley de Dios, ni tampoco pueden;
 y los que viven según la carne no pueden agradar a Dios.” (Romanos 8:7-8). Como tal los pecadores que no tienen el Espíritu en ellos no pueden hacer el trabajo de Dios ni agradarlo a él.
Los pecadores no se sujetan a la ley de Dios. Ni se sujetan a la justicia de Dios. No pueden agradarlo a él. Esto se debe a que ellos no pueden entender cual es la voluntad de Dios, ya que el Espíritu Santo no habita en ellos. Lo que agrada al Señor es perdonar todos los pecados de la humanidad con el evangelio del agua y el Espíritu. Él no se agrada con la alabanza y la adoración de los pecadores.
Dios no se agrada cuando los pecadores lo alaban. No importa cuan alto levanten sus manos los pecadores para alabarlo a él y derramen lagrimas en adoración, no pueden agradarlo a él. Cristianos pecadores tratan de agradar a Dios, siendo intoxicados con sus emociones. No pueden agradar al Señor. Aquellos que están con pecado no pueden agradar al Señor debido a que son pecadores. No importa cuanto lo intenten, los pecadores nunca podrán agradar al Señor. No es asunto de cuan dispuestos están a agradar al Señor; es un asunto de cuan imposible es para ellos agradarlo a él. 
¿Se agradaría Dios si la gente construyera iglesias más grandes? No lo haría. Si es necesario moverse a una iglesia más grande, por favor una iglesia más grande deberá ser construida. Pero, el construir una iglesia tan solo por el hecho de construirla, no agrada a Dios para nada.
Por ejemplo, una iglesia de mi pueblo, recientemente gasto $3 millones de dólares americanos para construir una nueva iglesia, aún cuando el edificio anterior esta justo al lado del nuevo y aún en excelentes condiciones. ¿Cuándo el número de congregantes era de 200-300 máximo, realmente era necesario construir una iglesia así? La iglesia de Dios no es construida de ladrillos. Dios nos dice que somos su templo y que el espíritu de Dios habita en los corazones de los justos.
Es correcto construir una iglesia más grande como una necesidad, pero ¿el construir iglesias más grandes le da gloria a Dios por si mismo? No, no lo hace. ¿Reunir más gente en una iglesia da más gloria a Dios? No, no puedes agradar a Dios por solo hacer eso. Aquellos que están en la carne no pueden agradar al Señor.
Algunas veces, existen personas Justas que solo persiguen las ganancias de la carne. Esta gente no puede agradar al Señor. Entre los justos, existen algunos que aún están atados por sus pensamientos carnales como los pecadores. Esta gente no puede agradar a Dios. Ellos, en realidad, no son capaces de vivir una vida sana de fe en la iglesia, quejándose y resintiendo la iglesia de Dios y eventualmente abandonarán la iglesia.
Por lo tanto, nosotros que somos justos deberíamos llevar una vida justa y agradable a Dios y no una vida que solo busca las ganancias de la carne. Debemos pensar en las obras de Dios y su justicia, servir a la obra de su justicia y usar nuestros cuerpos, mentes y pertenencias como instrumentos de la justicia de Dios. Debemos llevar vidas que sean agradables a Dios.
 


Aquellos que están en el Espíritu de Cristo


Leamos el versículo 9 juntos. “Mas vosotros no vivís según la carne, sino según el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios mora en vosotros. Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de él
.Este pasaje, de acuerdo a Pablo, quiere decir que si creemos en el evangelio del agua y el Espíritu–en otras palabras, si creemos en la justicia de Dios–y hemos sido redimidos de nuestros pecados, ya no estamos en la carne, sino en el Espíritu. Si alguno tiene el Espíritu en su corazón, esta persona esta en Cristo, y que si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, esta persona no es de él.
Estamos, por lo tanto, no en la carne sino en el Espíritu. Nosotros, quienes estamos en el Espíritu y hemos sido liberados del pecado a través del evangelio del agua y el Espíritu, no deberíamos olvidar que somos soldados de la justicia, que tenemos la capacidad de agradar a Dios como justificados en Cristo. No debemos desesperarnos ante las debilidades de la carne, sino agradar a Dios con la fe que, aunque somos débiles, somos de él y estamos en él, y por lo tanto somos sus colaboradores.
Debemos saber que no nos es permitido perseguir solo las ganancias de la carne después de nacer de nuevo. Debemos vivir sabiendo que los justos estamos destinados a vivir solo por la justicia de Dios. El versículo 10 nos muestra como debemos vivir los cristianos: “Pero si Cristo está en vosotros, el cuerpo en verdad está muerto a causa del pecado, mas el espíritu vive a causa de la justicia.”
En verdad, nuestros cuerpos, fueron crucificados y murieron con Jesucristo debido a nuestros pecados. Hemos sido salvados de todos nuestros pecados a través de la justicia de Dios. Debido a esta justicia, los espíritus de los justos tienen vida eterna. ¡Vida eterna! Debemos saber que aquellos que han sido justificados no les es permitido vivir para su propia carne. Aquellos que no viven para la justicia de Dios después de haber nacido de nuevo están muy lejos de sus bendiciones.
Estábamos destinados para vivir para la justicia de Dios. Tal vez algunos de ustedes, después de haber nacido de nuevo del agua y el Espíritu, han pensado con desesperación, “La Biblia dice que aquellos que están en la carne no pueden agradar a Dios. Debo ser uno de ellos.” Pero esto no es verdad. Dios nos ha regenerado para vivir como los soldados de su justicia.
Alguna gente piensa de esa manera debido a que han mal interpretado la Biblia. Aún si algunos de los justos piensan que no pueden vivir de acuerdo a Dios, ya que sus cuerpos viven de acuerdo a la carne y porque son débiles., la verdad es que aquellos que tienen el Espíritu Santo en ellos, se regocijan haciendo las obras de Dios. Hacer las obras de Dios los hace felices, contentos y sanos. Por otro lado, una vida sin hacer las obras de Dios es una vida sin motivación, ni propósito, una vida de maldición. 
Después de que hemos aceptado el evangelio del agua y el Espíritu y habitamos en la justicia de Dios, el Espíritu Santo mora en nosotros. El Espíritu Santo viene sobre y habita en cualquiera que haya recibido la redención. ¿Qué pasa a aquellos en quienes habita el Espíritu Santo? Están destinados a servir a la justicia de Dios y a hacer sus justas obras.
En breve, aquellos que han recibido el perdón de pecados y han sido justificados deben vivir solo por fe. Los justos pueden guardar su fe solo cuando viven por fe y hacen las obras de Dios. Si piensas que vivirás en este mundo en tu carne a pesar de haber sido justificado, esto es porque no se han dado cuenta de que han recibido el perdón de pecados y que su destino ya ha cambiado.
El destino de los justos ha cambiado. Antes de que nacieran de nuevo, habían vivido para el mundo y para sus propios propósitos y habían sido felices mientras vivían para sus deseos carnales. Sin embargo, después de nacer de nuevo, es imposible vivir así de nuevo. Hemos recibido el perdón de los pecados. ¿Seriamos felices si recibiéramos un ingreso de seis cifras? Cuando tenemos que entregarnos a liberar a otras almas del mundo, ¿Cómo podríamos ser felices solo con cosas materiales?
Yo estoy, en otras palabras, pidiéndote que pienses duro acerca de las cosas de la carne y aquellas del Espíritu. No tienes que hacer esas cosas para conocerlas; todo lo que tienes que hacer es pensar seriamente acerca de este asunto.
En mi libro de sermones sobre Romanos anterior he predicado los capítulos del 1 al 6 y del capitulo 7 al 16 en este libro. Estos dos libros de sermones el cuarto y el quinto volumen de mis series de libros cristianos, serán entregados a cristianos de todo el mundo para su lectura, estoy seguro que mucha gente llegará a conocer la justicia de Dios a través de mis series de libros cristianos. A través de mis tres libros de sermones anteriores, he hablado acerca de las enseñanzas fundamentales de la salvación de Dios. El primer volumen hablo acerca del evangelio, el segundo libro discutí sobre temas teológicos y el tercer libro fue acerca del Espíritu Santo y la forma correcta de recibir el Espíritu. Y este cuarto y quinto volúmenes sobre Romanos hablan en profundidad acerca de cuan equivocadas están muchas de las doctrinas teológicas, el porque los pecados no desaparecen aún cuando los cristianos creen en Jesús y de cómo el evangelio del agua y el Espíritu es revelado como la justicia de Dios.
Yo creo que el evangelio se esparcirá ampliamente por todo el mundo a través de este libro. Ha existido un progreso impresionante en la predicación del evangelio cuando publicamos el tercer volumen, comparado con las veces que publicamos los dos primeros volúmenes. Ahora, después del tercer volumen más y más gente está pidiendo los volúmenes uno y dos de mis series de libros cristianos.
Después de que estos dos libros sean publicados, sabremos cuan grande es el poder del evangelio del agua y el Espíritu. Oro por que muchas bendiciones sean abundantemente distribuidas por Dios a aquellos que vienen a conocer su justicia. Sabrán como entender el Libro de Romanos, que es para ser entendido por la fe en el evangelio que contiene la justicia de Dios.
Estamos trabajando juntos para el evangelio. ¿Acaso no estas también haciendo las obras de Dios? Estas apoyando el ministerio de predicar el evangelio para salvar a los pecadores de sus pecados. Cuando somos fieles en nuestra parte y servimos al evangelio, muchas almas en todo el mundo serán liberadas de todos sus pecados. ¿Cómo, entonces, podemos abandonar esta preciosa obra por amor del trabajo mundano? 
Quiero aclararte que nosotros, los justos, estamos destinados a no solo vivir para nuestra carne. Ahora, nuestro destino ha sido puesto para llevar a cabo la justicia de Dios, para salvar almas, y para vivir para esta justicia. Debes saber esto y vivir el resto de tu vida para Dios, para el evangelio verdadero y para la salvación de las almas perdidas en el pecado.
Esto es acerca de lo que habla el libro de Romanos en esta parte. Veamos los versículos 10 y 11. “Pero si Cristo está en vosotros, el cuerpo en verdad está muerto a causa del pecado, mas el espíritu vive a causa de la justicia.
Y si el Espíritu de aquel que levantó de los muertos a Jesús mora en vosotros, el que levantó de los muertos a Cristo Jesús vivificará también vuestros cuerpos mortales por su Espíritu que mora en vosotros.”
El pasaje anterior significa que nosotros, nuestros cuerpos, han estado muertos por mucho tiempo debido a nuestros pecados. Pero nuestros espíritus están vivos debido a la fe y ala justicia de Dios. Si alguno cree en la justicia de Dios, él / ella ganará nueva vida. Hemos ganado nuevas vidas por creer en la justicia de Dios.
El versículo 11 dice, “Y si el Espíritu de aquel que levantó de los muertos a Jesús mora en vosotros, el que levantó de los muertos a Cristo Jesús vivificará también vuestros cuerpos mortales por su Espíritu que mora en vosotros.” Esto quiere decir que él nos resucitará al final del mundo. La vida que habíamos vivido tiempo atrás, solo para la carne y el pecado, ahora ha pasado y nuestro destino ha cambiado para vivir el resto de nuestras vidas para Dios y su justicia.
Puedes estar aburrido con la vida de los justos, pensando, “Sin duda los justos se reunirán seguido para decir lo que dicen.” Sin embargo, aún el oír un bostezo de un creyente nacido de nuevo sentado al lado tuyo o el escuchar sus alabanzas y voces renovara sus mentes si permaneces en la iglesia. Esto se debe a que el Espíritu Santo obra en la iglesia de Dios y en los corazones de los creyentes. Tu mente será renovada y obtendrás nuevas fuerzas en tu corazón, se alimentado por el pan de vida espiritual, y obtén obligaciones espirituales para salir y realizar obras espirituales.
Puedes ser refrescado en las reuniones de los creyentes. El hecho de que hayas llegado a ser separado del mundo muestra que tu destino ha cambiado. Es por eso que aquellos que viven de acuerdo a la carne han puesto sus mentes en las cosas de la carne, pero aquellos que viven de acuerdo al Espíritu, en las cosas del Espíritu. Nosotros, quienes ahora hemos sido justificados, ya no vivimos más para la carne. Los justos ya no quieren ser esclavos del pecado. Por lo menos queremos vivir de acuerdo al Espíritu y poner nuestras mentes en las cosas del Espíritu. Los justos hacen las cosas del Espíritu, la obra de ganar almas para Cristo.
Debemos trabajar duro para la obra de Dios, negar nuestros propios pensamientos y poner nuestras mentes en ello. Ahora debemos vivir el resto de nuestras vidas de esta manera. Tú destino ha sido cambiado para solo vivir para la justicia de Dios, ya que has recibido redención por creer en el evangelio del agua y el Espíritu. Espero que sepas esta verdad.
Lo siento, pero tú ya no puedes regresar al mundo y hacerte esclavo del pecado nunca más. Si ahora tú regresas al mundo, significaría tu propia muerte. Ser de mente carnal es muerte. Tú espíritu morirá, tu mente morirá y tú cuerpo morirá si aún continuas persiguiendo tus deseos carnales. Los israelitas no regresaron a Egipto después de su éxodo; ni podían ser felices si se encontraban con un egipcio después de cruzar el Mar Rojo. De la misma manera, nosotros que hemos sido justificados ya no podemos regresar a Egipto, ni ser felices al encontrarnos con un egipcio espiritual.
Si un justo, una persona nacida de nuevo sale al mundo y vive con los pecadores del mundo, él / ella enloquecerá queriendo regresar a la iglesia de Dios. Él / ella extrañará la iglesia de Dios. Vamos, por lo tanto, a vivir con nuestras mentes puestas en las cosas del Espíritu.
¿Qué significan las cosas del Espíritu de Dios? ¿Acaso no son las cosas de Dios? ¿Acaso no son las cosas que sirven al evangelio de Dios? Y acaso, ¿no somos débiles e imperfectos? Tú eres débil y yo también. Pero, ¿acaso no has recibido el perdón de los pecados, aún cuando eras débil e imperfecto? ¡Claro que si! ¿El Espíritu de Dios vive en ti? La respuesta es un enfático ¡si!
Entonces, ¿somos capaces de poner nuestras mentes en las cosas del Espíritu? Claro que si–todos somos capaces de poner nuestras mentes en las cosas del Espíritu. ¿Sabes que Dios ha cambiado tu destino para que hagas las cosas del Espíritu? ¿Crees esto?
Ahora nuestras mentes han cambiado. Si tú no sabes que nuestra mente ha cambiado cuando de hecho si, esto significa solo problemas para ti. Debes poner tu mente firme en la justicia de Dios. La iglesia de Dios será entonces tu casa, tus compañeros creyentes serán tus hermanos, hermanas, padres–tu familia, en otras palabras–en el mismo Espíritu. Todos en la iglesia se convertirán en tu familia. Si no lo has pensado así antes, ahora es el tiempo de reconsiderar y pensar seriamente esta enseñanza.
No pienses que solo la familia de la carne y sangre es tu familia. Aquí es tu casa y la casa de todo nacido de nuevo. Eres parte de la familia de Dios. Es por eso que debemos vivir de acuerdo al Espíritu. Debemos vivir para Dios, ya que tener una mente espiritual es tener paz. 
 
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La justicia de Dios es revelada en Romanos - Nuestro Señor Quien Llego a Ser la Justicia de Dios (II)