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Tema 22: Evangelio de Lucas

[Capítulo 9-2] El Reino de Dios que ha venido a este mundo (Lucas 9, 57-62)

El Reino de Dios que ha venido a este mundo(Lucas 9, 57-62)
«Yendo ellos, uno le dijo en el camino: Señor, te seguiré adondequiera que vayas. Y le dijo Jesús: Las zorras tienen guaridas, y las aves de los cielos nidos; mas el Hijo del Hombre no tiene dónde recostar la cabeza. Y dijo a otro: Sígueme. El le dijo: Señor, déjame que primero vaya y entierre a mi padre. Jesús le dijo: Deja que los muertos entierren a sus muertos; y tú ve, y anuncia el reino de Dios. Entonces también dijo otro: Te seguiré, Señor; pero déjame que me despida primero de los que están en mi casa. Y Jesús le dijo: Ninguno que poniendo su mano en el arado mira hacia atrás, es apto para el reino de Dios».
 
 

¿Qué tipo de lugar es el reino que ha venido al mundo?

 
A través del sermón del servicio de esta mañana, les he hablado del tema «debemos seguir viviendo para salvar a otras almas». Queridos hermanos, si de verdad vivimos por la obra de salvar a las almas, entonces Dios cuidará del resto de nuestras vidas. Así que, antes que nada, estoy seguro de que primero debemos hacer la obra de Dios de salvar a otras almas por todo el mundo de sus pecados. Creo que debemos tener esta meta en nuestros corazones.
En este momento, quiero leer el pasaje de las Escrituras de Lucas, capítulo 9. Los versículos 59 y 60 dicen: «Y dijo a otro: Sígueme. El le dijo: Señor, déjame que primero vaya y entierre a mi padre. Jesús le dijo: Deja que los muertos entierren a sus muertos; y tú ve, y anuncia el reino de Dios». Antes de este pasaje, cuando alguien le dijo a Jesús: «Te seguiré», el Señor dijo: «El Hijo del Hombre no tiene dónde recostar la cabeza». Entonces el Señor fue a otra persona y le dijo que le siguiera. Pero ese hombre le contestó: «Señor, déjame primero que entierre a mi padre». ¿Qué le dijo Jesús entonces? Le dijo: «Deja que los muertos entierren a sus muertos; y tú ve, y anuncia el reino de Dios». Y otra persona le dijo a Jesús que le iba a seguir y le dijo: «Déjame primero que les diga adiós a los que están en mi casa». Pero entonces Jesús le dijo: «Ninguno que poniendo su mano en el arado mira hacia atrás, es apto para el reino de Dios».
Queridos hermanos, ¿cuál piensan que es el verdadero significado de esta Palabra? Significa que la gente que quiere seguir al Señor debe esforzarse para hacer la obra de predicar el Reino de Dios más que nada.
Quiero que examinen el Reino de Dios. Aquí el Señor les está diciendo que prediquen el Reino de Dios, pero para que un reino se forme, primero tiene que haber un rey. Además necesita gente por debajo. Solo entonces se puede formar un reino.
Entonces, ¿quién es el Jesucristo en el que creemos? Jesús es nuestro Salvador que nos ha salvado del pecado. Y es nuestro Juez. En el Libro de Apocalipsis, capítulo 20, versículo 11, hay alguien sentado en un trono blanco juzgando, y ese alguien es Jesucristo. Jesús, que nos ha salvado mediante Su bautismo y Su sangre derramada en la Cruz, se convertirá en el Señor del juicio el último día d este mundo, y se sentará y juzgará a toda la humanidad. Debemos reconocer que solamente Jesús es el Rey del Reino de Dios. Solo cuando reconocemos a Jesús y creemos en Él, quien se ha convertido en nuestro Rey, nuestro Salvador y Juez, el Reino de Dios estará perfectamente formado. Jesucristo, que es Dios, es nuestro Rey. Y la Biblia nos dice que este Jesucristo es también el Juez y el Creador. En el Libro de Génesis, el Creador creó los cielos y la tierra, pero ¿quién es este Creador de los cielos y la tierra? Es Jesucristo, quien nos ha salvado.
Queridos hermanos, en realidad, conocemos al Señor solo como el Salvador que nos ha salvado. Sin embargo, el Señor nos ha dicho que prediquemos el Reino de Dios. Debemos reconocer el significado de esta Palabra. ¿Qué es el reino de Dios? ¿Quién es Jesucristo? ¿Qué tipo de obra hizo este Jesucristo por nosotros? ¿Quién es el Maestro del Reino de Dios? El Rey del Reino de Dios es nuestro Señor Jesucristo. Es el Creador. Debemos creen en nuestros corazones que Jesucristo es el Dios Creador. No solo debemos creer en Él como el Salvador, sino que estoy diciendo que deben tener fe en que es el Creador. Es cierto. Es omnipotente. Nuestro Señor es omnipotente y puede incluso calmar el mar con tempestad. Es el Juez. Este Señor omnipotente nos ha dicho a los que queremos seguirle que prediquemos el Reino de Dios. Esto significa que quiere que prediquen Su Reino.
Pero, ¿por qué piensan que el Señor nos dijo que predicásemos el Reino de Dios? En realidad, este mundo fue tomado una vez por Satanás, el Diablo. Dios confió a Adán y Eva todo el mundo que había creado, pero Satanás, el Diablo, se lo arrebató. Cuando esto ocurrió, nuestro Señor vino al mundo encarnado en un cuerpo humano y retomó este Reino. Así, nos está diciendo a los que le seguimos que prediquemos este Reino de Dios para que nunca más nos lo vuelva a arrebatar el Diablo.
Queridos hermanos, nuestro Señor quiere que prediquemos Su Reino. El Señor, que es el Rey de este mundo, vino a la tierra y eliminó por completo los pecados que tuvieron lugar por culpa de Satanás, el Diablo. Destruyó completamente el poder de Satanás, el Diablo. Al retomar Su Reino, nos lo ha entregado a nosotros. Nos lo ha dado al pueblo de Dios. Y una vez más, se convirtió en el verdadero Rey de este mundo.
Queridos hermanos, precisamente por esta razón, el Señor le dijo a Su pueblo que predicase Su Reino. Sé que pondremos esta Palabra, que nos dice que prediquemos el Reino de Dios, en nuestros corazones. ¿Qué mandamiento nos dio Dios a los que hemos nacido de nuevo? El Señor nos dijo: «Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo» (Mateo 28, 19-20). Y esto es precisamente lo que significa que quiere que prediquemos el Reino de Dios. «Jesucristo es el Rey del mundo. Jesús es Dios, el Creador y el Juez. Este Jesús es quien ha borrado todos nuestros pecados y todos los pecados del mundo». Debemos predicar esta verdad. Predicar el Reino de Dios significa eso. Todavía hay muchas personas en este mundo que son engañadas por Satanás, el Diablo. Por tanto, debemos predicar el Reino de Dios a estas personas. Al hacer esto, muchas personas podrán recibir la liberación de sus pecados porque conocerán a Dios correctamente, y también podrán adorar a Dios y vestirse de la gracia de Dios. Y por eso nuestro Señor nos dio esta Palabra hoy. Esta Palabra en la que dice: «El mundo de Satanás, el Diablo, se ha acabado. El verdadero Maestro del mundo es Jesucristo».
Queridos hermanos, ¿quién es el Maestro de todo el mundo? Además, ¿quién es el Creador del mundo? ¿Quién es el Juez? Jesucristo. ¿Creen en esta verdad? Solo cuando creemos en Dios correctamente, nos convertimos en Su verdadero pueblo. Solo cuando tenemos esta fe, nos convertimos en personas de fe que sirven al Rey y predican el Reino de Dios al presentarse ante el trono del Rey.
Nuestro Señor volvió a este mundo que había sido tomado por Satanás por culpa de los pecados. Ahora Jesús quiere ser adorado por Su pueblo como Rey del mundo. Quiere ser servido y alabado. Quiere que le demos las gracias. Queridos hermanos, debemos grabar en nuestros corazones esta Palabra que el Señor nos ha dado hoy. Y debemos adorar al Señor sinceramente. Entonces, ¿cómo adoramos al Señor? Los nacidos de nuevo debemos tener un corazón que adore al Señor. Si no hay ningún corazón que adora a Dios y solo está satisfecho con recibir la salvación, acabaremos separándonos de Dios para siempre.
¿Quién es Jesús? El Señor es nuestro Rey, nuestro Juez, nuestro Salvador y el Creador de todas las cosas. Debemos darnos cuenta de que Jesús es el rey del Reino de Dios y que somos Su pueblo. Y después de darnos cuenta de esto, debemos predicar el Reino de Dios. Lo que estoy diciendo es que solo al hacer esto podemos predicar al mundo: «Jesucristo ha destruido todos los poderes de Satanás. Ha eliminado todos los pecados del mundo» mientras hablamos del Evangelio del Reino de Dios.
 
 

Nuestro Señor redime los pecados de todos los seres humanos

 
Nuestro Señor ha borrado todos los pecados del mundo como el Salvador de la tierra. Gracias al Señor no hay ninguna persona que tenga pecados. Sin embargo, Satanás, el Diablo, sigue mintiendo a la gente para evitar que adoren a Dios, diciendo: «Jesucristo no ha borrado todos los pecados. Solo ha borrado el pecado original, pero los pecados personales siguen intactos en sus corazones». Por eso nuestro Dios dijo a los que le siguen que predicasen el Reino de Dios. Y entonces dijo: «Ninguno que poniendo su mano en el arado mira hacia atrás, es apto para el reino de Dios».
Queridos hermanos, debemos predicar el Reino de Dios de acuerdo con esta Palabra del Señor, pero en realidad, ¿qué debemos predicar? Debemos predicar que Jesucristo eliminó todos los pecados del mundo. Cuando predicamos el Reino de Dios correctamente, el poder omnipotente de Jesucristo se demuestra. Las almas que estén prisioneras al haber sido engañadas por Satanás, el Diablo, serán liberadas, y como el pueblo de Dios, conocerán a Jesucristo, le adorarán y le alabarán. Así es. Por tanto, la obra que debemos hacer es la obra de predicar el Reino de Dios. Y para eso debemos darnos cuenta de que somos Su pueblo. También debemos darnos cuenta de que es nuestro Rey, el Juez, el Creador y el Ser Absoluto. Debemos entender correctamente que no es exactamente igual que nosotros, sino que es digno de ser adorado y es el Ser todopoderoso que ha eliminado todos nuestros pecados. Para poder predicar el Reino de Dios, ¿qué más necesitamos? Debemos saber cómo Jesús, que es Dios, ha borrado todos nuestros pecados completamente. Solo así podremos dar testimonio del ministerio de salvación de Jesús ante la gente del mundo.
Queridos hermanos, ¿en qué debemos poner nuestros esfuerzos? Si somos nacidos de nuevo, antes de nada debemos esforzarnos por predicar el Reino de Dios. En realidad, no solo a nuestro alrededor, sino también en todos los rincones del mundo, muchas personas están atadas por sus pecados porque han sido engañadas por Satanás. Entonces, ¿qué debemos predicar a esas personas? Debemos predicar el Reino de Dios. Debemos predicarles que Jesucristo es el Rey de este mundo y que ha borrado todos los pecados del mundo. Por culpa de Satanás muchas personas están actuando como siervos del pecado ahora mismo, pero debemos predicarles el hecho de que estos pecados han desaparecido completamente gracias a Jesucristo. Es cierto. Debemos predicar a estas personas que Jesucristo ha borrado todos sus pecados porque les ama. Y así el Reino de Dios ha llegado a sus corazones. Queridos hermanos, debemos predicar por todo el mundo que el Reino de Dios ha llegado a este mundo. La predicación del Evangelio es la Gran Comisión que nos encargó Jesucristo, pero esto también es predicar el Reino de Dios. Esto no significa que debamos convertir este mundo en el momento de Jesucristo con nuestros propios esfuerzos. Así es como se comportan los cristianos legalistas que creen que el Reino de Dios no ha llegado todavía. Dicen que deben servir al mundo y sacrificarse para construir el Reino de Dios que no ha llegado todavía.
Sin embargo, la estación verde de Jesucristo ya ha llegado. Es cierto. El Reino de Dios ha llegado a este mundo. No les estoy diciendo que tengamos que hacerlo llegar en el futuro, sino que el Reino de Dios ya ha llegado a este mundo. Los que creemos en este hecho debemos predicárselo a los que no conocen el Reino de Dios todavía. Esta es precisamente la misión de los santos. Mientras vivimos en este mundo, debemos adorar a Dios, servir a Dios, cantar alabanzas a Dios y dar testimonio a todo el mundo en este mundo sobre el hecho de que el Reino de Dios ha venido a este mundo en Jesucristo. Esto es lo que debemos hacer al predicar el Reino de Dios.
¿Están predicando el Reino de Dios? Si el Señor les hubiese dicho que predicasen el Evangelio, habrían entendido que deben predicar el Evangelio. Sin embargo, el Señor nos dijo que predicásemos el Reino de Dios. Lo dijo claramente. Dijo: «He borrado todos los pecados del mundo y el Reino de Dios ha venido a este mundo. Pero, ¿por qué seguís viviendo con pecados sin conocer a Dios correctamente?». Dios no es alguien que reciba nuestra adoración sin motivo alguno. Es el Salvador que ha borrado nuestros pecados, y es el Dios del amor y el Juez. Además es justo, y es el Dios de la Verdad. Debemos decirle a la gente del mundo que ha eliminado todos nuestros pecados al venir a este mundo como prometió. Debemos decirles que el Reino de Dios ha llegado.
Pero hay muchas personas que han sido engañadas por Satanás y que no están interesadas en el Reino de Dios que ya ha llegado. Pero debemos seguir hablándoles del Reino de Dios. Debemos creer de todo corazón que el Reino de Dios ha venido y después debemos dar testimonio de esta verdad a los espíritus de las personas. El mundo de Satanás ha terminado. «El Reino de Dios ha venido a este mundo y Jesucristo es el Rey, el Creador, el Juez y el que reinará sobre nosotros. Nosotros somos Su pueblo. Además, la humanidad es Su pueblo y le sirve». Cuando anunciamos y damos testimonio de que el Reino de Dios ha llegado, Satanás no nos engañará más a nosotros ni a la gente del mundo.
Queridos hermanos, ¿quién ha engañado a las almas de la gente? Satanás, el Diablo. Aún así este Satanás entra en los espíritus de las personas y las engaña como si fuera el reino y como si su reino estuviese en este mundo todavía. Satanás existe en los corazones de los pecadores en forma de demonios que maldicen y torturan a las personas si no escuchan sus palabras. Por eso debemos decirles a esas personas que el reino de Satanás ha acabado. Debemos instalar esta verdad en sus corazones y almas. Debemos predicar que el Reino de Dios ha venido a las personas que han sido seducidas por Satanás. Al hacer esto Satanás ya no podrá negar a la gente. Queridos hermanos, nuestro Señor nos está diciendo: «El Reino de Dios ha llegado. Predicad Mi Reino. Luchad contra Satanás, el Diablo».
Hace mucho tiempo, los japoneses ocuparon la mayoría de los países del Este de Asia. Corea también estaba a manos de Japón, pero poco después de que los Estados Unidos lanzarán las bombas atómicas sobre Hiroshima y Nagasaki, Japón se rindió por completo. Cuando el emperador de Japón anunció que se rendían, los coreanos se enteraron por la radio. La gente de Corea se enteró de que Japón ya no era la dueña de su país y de que ahora era su país. Entonces, ¿qué piensan que sintieron los coreanos mientras daban gritos de alegría con la bandera de Corea, llamada Taegukgi, en las manos? Entonces los coreanos se dieron cuenta de que Corea ya no era de Japón, sino suya, es decir, se dieron cuenta en sus corazones de que los japoneses ya no podían ejercer su poder sobre Corea.
Queridos hermanos, predicar el Reino de Dios es igual. Todavía hay muchas personas en este mundo que están atormentadas y esclavizadas por Satanás, y por eso debemos hablarles de la Verdad: «Están bajo el poder de Satanás. No escuchen lo que Satanás les está diciendo. Jesucristo vino a este mundo y ha tomado el control de este mundo, que es el Reino de Dios. Al borrar todos sus pecados, ha eliminado todas las maldiciones que les ataban al Diablo. Jesucristo ha tomado el reino de Satanás y ahora es el Reino de Dios. Por tanto, deben creer en Jesucristo. Cuando crean, recibirán la salvación. Recibirán la remisión de los pecados en sus corazones y además los poderes de Satanás desaparecerán. Por tanto, acepten a Jesucristo y crean en que ha borrado todos sus pecados y ha vencido los poderes de Satanás».
Así es como debemos predicar el hecho de que el Reino de Dios ha venido a este mundo cuando predicamos el Evangelio. Y mientras hacemos esto, Satanás ya no tiene ningún poder. Queridos hermanos, el pasaje de las Escrituras de hoy en el que el Señor nos pide que prediquemos el Reino de Dios es una Palabra de mucha importancia para nosotros.
Incluso ahora, muchas personas están siendo engañadas por el Diablo. ¿Cómo son engañadas? Piensan que este mundo todavía está dominado por Satanás. Pero, ¿qué es la verdad? Este mundo no está gobernado por Satanás. Sin embargo, el Diablo siempre nos ataca para engañarnos. Satanás nos mete la idea de que si no le escuchamos, seremos destruidos, pero no deben dejarse engañar. Cuando piensan que están siendo destruidos, todo lo que tienen que hacer es vencer a Satanás y gritarle: «En el nombre de Jesucristo, vete Satanás» por fe. Cuando hacen esto, el Diablo no podrá usar su poder porque habrá escuchado el nombre de Jesucristo, que es el Rey del Reino de Dios y nuestro Rey. Queridos hermanos, debemos dar testimonio de lo siguiente: «El Reino de Dios también ha venido a este mundo» cuando sea posible en todos los rincones de la tierra. ¿Lo entienden? Cuando Corea fue liberada del poder de Japón, los coreanos lo gritaron a los cuatro vientos. Así, ahora nosotros debemos predicar a todo el mundo: «El Reino de Dios ha venido a nosotros y Jesucristo he borrado todos nuestros pecados, nos ha librado de todas las maldiciones de Satanás y nos ha salvado».
Cuando nuestro Señor Jesús iba de camino por la carretera, cierto hombre intentó seguirle. Cuando le dijo a Jesús: «Te seguiré vayas donde vayas», el Señor contestó: «Las zorras tienen guaridas, y las aves de los cielos nidos; mas el Hijo del Hombre no tiene dónde recostar la cabeza» (Lucas 9, 58). Creo que el Señor conocía el corazón de ese hombre. Era un hombre que quería actuar como rey en este mundo mientras intentaba seguir a Jesús. Por eso Jesús le dijo estas cosas. Cuando Jesús estaba en el mundo no tenía donde poner la cabeza. No había ningún lugar en este mundo donde encontrar paz hasta que completó la salvación al tomar todos los pecados del mundo al ser bautizado y morir en la Cruz. Todos los enemigos de nuestro Señor Jesús se levantaron contra Él. Y nuestro Señor les dijo a los que quieren seguirle que deben predicar el Reino de Dios. El Señor quiso dar testimonio del hecho de que vino al mundo como el Rey, destruyó la autoridad del Diablo y luchó hasta vencer a Satanás, el Diablo.
Su verdadera lucha era la lucha contra Satanás, no contra nosotros. Originalmente, el Diablo era un arcángel, pero después se levantó contra Dios. Y Jesucristo personalmente luchó contra el Diablo con la ley justa de Dios y así le venció. Así el Señor nos dijo que predicásemos el Reino de Dios.
Pero aquí, ¿qué otra cosa es importante? Nuestro Señor permitió que algunas personas le siguieran y otras no. Es decir, rechazó a los que ponen sus esperanzas en este mundo, pero los que no lo hacen pueden seguirle y hacer la obra de predicar el Reino de Dios. Queridos hermanos, nuestro Señor mencionó claramente el Reino de Dios. No estaba hablando del reino de este mundo. Nuestro Dios quiere darle a Su pueblo Su Reino. No solo quiere darnos Su Reino, sino que además quiere que el Reino de Dios esté en nuestros corazones. Sí, esto es cierto. Quiere grabar en nuestros corazones el hecho de que somos Su pueblo, que es nuestro Rey y que nos hemos convertido en el Reino de Dios al unirnos con Él.
Nuestro Dios tiene el deseo en Su corazón de que cumplamos el Reino de Dios predicándolo en este mundo. ¿Qué quiere nuestro Dios que hagamos en este mundo? La voluntad de Dios es que todas las almas reciban la salvación, pero además, Su meta última es que el Reino de Dios esté grabado en los espíritus de toda la gente del mundo. Así se cumple el Reino de Dios en este mundo. Esta es la meta que Dios tiene para nosotros.
¿Qué quiere nuestro Señor de nosotros? Quiero que el Reino de Dios se cumpla dentro de nuestros espíritus. ¿Han recibido la remisión de los pecados en sus corazones? Si recibieron la remisión de los pecados, ¿son el pueblo de dios? ¿Es Jesucristo su Maestro? ¿Es el Rey? ¿Es el Creador? ¿Es el Juez? Jesucristo no solo quiere ser nuestro Salvador, sino también el Rey para nosotros, y quiere que le adoremos. Todo esto es de lo que se trata el Reino de Dios. Cuando nos dice que prediquemos esto, nos está diciendo que hagamos la obra de predicar el Reino de Dios.
Creo que el Reino de Dios ha venido sobre nosotros porque hemos nacido de nuevo. Pero, debemos tener en nuestros corazones el Reino de Dios. «¿Está Jesucristo en mi corazón como Dios? ¿Está en el corazón solamente como el Salvador? ¿Está en mi corazón como el Dios absoluto? ¿Está en mi corazón como el Juez? ¿Está en mi corazón como el Dios de la Verdad absoluta? ¿Está en mi corazón como el Creador? Ante todo, ¿es el Rey para mí?». Así debemos examinar nuestros corazones una vez más.
Fundamentalmente, es Dios para los humanos. El Creador y el Juez desde el principio. Estaba en los corazones de la gente y de Adán y Eva desde el principio. Sin embargo, Adán y Eva pecaron porque Satanás, el Diablo, los engañó, y Jesucristo tuvo que venir como un hombre y el Salvador de los descendientes de Adán y Eva en vez de venir como el Rey de la humanidad.
Pero, ¿qué es la verdad? Jesús es el Rey de todos los reyes y es Dios. Este Jesús quiso recuperar la autoridad real de Dios. Quiso hacernos saber que es el Rey de toda la humanidad. Por tanto dice aquí que prediquemos el Reino de Dios. Jesús quiere existir en nuestros corazones como Dios: el Dios de la creación, nuestro Juez, el Dios omnipotente, el Rey de los que creen, y el Dios que nos ha creado. ¿Está Jesucristo dentro de sus espíritus como Dios? Jesús es el Dios verdadero, pero si esta verdad no está dentro de sus corazones, empezarán a pensar: «El Señor es simplemente el Salvador. Aunque haya borrado nuestros pecados, ¿puede haber otros dioses? ¿Acaso Dios no podría estar en otra parte?». Pero solo puede haber un Dios, Jesucristo, que nos ha salvado, creado y que nos juzgará. Solamente Jesucristo es Dios en este mundo, el Rey de reyes, el Señor de todos los señores, y el que debe recibir adoración y alabanza durante todas las generaciones.
Cuando leemos el Libro del Apocalipsis, vemos que Jesucristo se sentará a la derecha del trono de Dios Padre, abrirá el Libro sellado con los siete sellos y juzgará a todo el mundo. ¿Quién es el que gobernará todo en este mundo, desde el alfa al omega, desde el principio hasta el fin? Es Jesucristo, quien nos ha salvado. Es el Creador, y nos ha salvado, ha borrado todos nuestros pecados, y nos ha dado el Reino eterno de Dios. Este Jesucristo quiere recuperar la autoridad real para ser el Rey dentro de nuestros corazones. Quiere ser el Rey de Su Iglesia, el Rey dentro de los corazones de los santos, y el Rey de este mundo. La razón por la que Jesucristo vino a este mundo fue que quiso recuperar Su autoridad como el Rey.
Sin embargo, hay santos cuyos corazones no tienen a Jesucristo como su Rey. Dicho de otra manera, hay personas para las que Jesucristo no se ha convertido en su Rey. A pesar de haber recibido la salvación, hay personas para las que el Señor nos es su Rey, y hay personas que no saben qué tipo de ser es el Señor.
¿Qué pasaría si fuésemos así? Cuando no sabemos correctamente qué tipo de ser es el Señor, nuestras fuerzas se acaban. Por eso debemos tener en nuestros corazones el hecho de que es nuestro Creador, que es el Salvador que nos ha salvado de nuestros pecados, y el hecho de que será el Dios del juicio al final de los tiempos. De la misma manera, cuando le conocemos correctamente, los santos tendrán fuerzas en sus corazones y de ahí saldrán habilidades. Y además tendrán una fe firme ante Él. Estoy diciendo que cuando nos damos cuenta de que el Señor es Dios, el Creador, y nuestro Rey, recibiremos las fuerzas omnipotentes de Su poder.
 
 

¿Ha entrado en nuestros corazones el Reino de Dios?

 
Queridos hermanos, ¿se ha convertido Dios en el Rey para ustedes? ¿Es Jesucristo su Juez? ¿Es el Creador? Entonces, quiero predicarle al mundo quién es Jesucristo. Este Jesús, Dios, nos ha pedido que prediquemos el Reino de Dios.
Queridos hermanos, el cristianismo no es una mera religión. ¿Qué debemos tener en nuestros espíritus cuando creemos en Jesucristo? ¿Qué debemos tener organizado en nuestros corazones? El hecho de que Jesucristo es nuestro Dios y nuestro Ser Divino. Jesucristo es nuestro Dios, y es el único Dios. Debemos tener en nuestros corazones el conocimiento de que es el Dios absoluto. Solo entonces el Reino de Dios podremos predicar el Reino de Dios a los demás y el poder de Dios aparecerá cuando prediquemos.
Queridos hermanos, si los santos pierden las fuerzas y no oran bien, y si su fe se enturbia, se debe a que no conocen a Jesús correctamente. Los 66 Libros de la Biblia hablan de Jesucristo. En el Libro de Génesis está escrito: «Al principio Dios creó los cielos y la tierra. Entonces Dios dijo: “Que haya luz” y hubo luz» (Génesis 1, 1, 3). ¿Quién dijo que hubiese luz? Jesucristo, quien nos ha salvado. Esto significa que el Creador de este mundo desde el principio era Jesucristo.
Cuando leemos el siguiente pasaje de las Escrituras, dice: «Y el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas» (Génesis 1, 2). Este pasaje describe al Espíritu Santo, pero ¿quién es el que mostró este Espíritu Santo? Dios Padre y Su Hijo Jesucristo. Cuando leemos el Libro del Apocalipsis, Dios Padre y el Espíritu Santo aparecen en él, y también el Cordero de Dios, Jesucristo. ¿Y qué ocurre en el bautismo de Jesús? Que aparecen Jesucristo, el Espíritu Santo y Dios Padre.
¿Qué significa esto? Significa que Jesús, quien nos ha salvado, es Dios. Y existió desde el principio cuando creó este mundo y a los seres humanos. Y ¿quién es el Señor que juzgará al mundo al final? Es también Jesucristo. Esto significa que Dios Padre le ha dado a Jesucristo toda la autoridad para reinar, juzgar y salvar a los cielos y la tierra, y por tanto, hizo que reinase este mundo y lo juzgase. Por tanto, debemos grabar en nuestros corazones que Jesucristo es el verdadero Rey; el verdadero Dios; y que es Dios. Así podemos orar ante Él, depender de Él y dar testimonio del Reino de Dios para ofrecerle nuestras vidas por completo.
Queridos hermanos, el Señor dijo: «Ninguno que poniendo su mano en el arado mira hacia atrás, es apto para el reino de Dios». En realidad solo cuando el hecho de que el Reino de Dios ha llegado a este mundo entra en nuestros corazones, podemos predicar el Reino de Dios con poder.
Queridos santos, ¿pueden entender qué es el Reino de Dios? ¿Entienden las intenciones de Dios cuando les pide que prediquen el Reino de Dios? En realidad el Reino de Dios ya ha llegado a todo el mundo. Sin embargo, muchas personas no conocen esta verdad. Debemos predicarles esta verdad.
Jesucristo quiere mostrarnos en nuestros corazones la verdad de que es el Creador. Quiero demostrarnos que es el Juez y el Rey. Espero que todos se conviertan en el tipo de santos que reciben fuerzas de Jesucristo y dan testimonio al conocerle y creer en Él. ¡Aleluya!