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Tema 6: Herejía

[6-12] La maldición de Dios sobre los herejes (1 Reyes 15, 25-34)

La maldición de Dios sobre los herejes (1 Reyes 15, 25-34)
«Nadab hijo de Jeroboam comenzó a reinar sobre Israel en el segundo año de Asa rey de Judá; y reinó sobre Israel dos años. E hizo lo malo ante los ojos de Jehová, andando en el camino de su padre, y en los pecados con que hizo pecar a Israel. Y Baasa hijo de Ahías, el cual era de la casa de Isacar, conspiró contra él, y lo hirió Baasa en Gibetón, que era de los filisteos; porque Nadab y todo Israel tenían sitiado a Gibetón. Lo mató, pues, Baasa en el tercer año de Asa rey de Judá, y reinó en lugar suyo. Y cuando él vino al reino, mató a toda la casa de Jeroboam, sin dejar alma viviente de los de Jeroboam, hasta raerla, conforme a la palabra que Jehová habló por su siervo Ahías silonita; por los pecados que Jeroboam había cometido, y con los cuales hizo pecar a Israel; y por su provocación con que provocó a enojo a Jehová Dios de Israel. Los demás hechos de Nadab, y todo lo que hizo, ¿no está todo escrito en el libro de las crónicas de los reyes de Israel? Y hubo guerra entre Asa y Baasa rey de Israel, todo el tiempo de ambos. En el tercer año de Asa rey de Judá, comenzó a reinar Baasa hijo de Ahías sobre todo Israel en Tirsa; y reinó veinticuatro años. E hizo lo malo ante los ojos de Jehová, y anduvo en el camino de Jeroboam, y en su pecado con que hizo pecar a Israel».
 


Los herejes estarán malditos durante generaciones


El hijo de Jeroboam se llamaba Nadab. Aunque sucedió a su padre en el trono de Israel, fue asesinado por uno de sus sirvientes, junto con toda su familia. Como el rey Nadab era malvado a los ojos de Jehová, y como siguió los pasos de Jeroboam, la maldición de la muerte siguió a las generaciones de la familia de Jeroboam. Mientras el rey Nadab, hijo de Jeroboam, luchaba en Gibetón, uno de sus oficiales, llamado Baasa, conspiró contra él durante la guerra, lo asesinó y se convirtió en el nuevo rey. Cuando Nadab se convirtió en el rey de Israel, destruyó la casa de Jeroboam, sin dejar a nadie con vida. Jehová había profetizado la destrucción de la casa de Jeroboam a través del profeta Ahías, y la profecía se cumplió. La Biblia demuestra que todo lo que Dios les dijo a estos reyes a través de Sus profetas se cumplió. Baasa, que conspiró contra su rey Nadab y lo asesinó, pasó el trono a su hijo, pero de nuevo, un oficial llamado Zimri conspiró contra el nuevo rey y lo mató, usurpando así el trono de Israel.
Dios había dicho que, por culpa de los pecados de Jeroboam, mataría a todo hombre en la casa de Jeroboam. Como los pecados de Jeroboam habían provocado la ira de Dios, prometió que mataría a todo aquel que emulase la fe de Jeroboam, y todo se cumplió según Su Palabra. No hubo casi ningún rey de Israel que viviera mucho tiempo después de convertirse en rey. Casi todos los reyes murieron en el campo de batalla o asesinados por un siervo que les traicionó.
Una cosa que todos estos reyes tenían en común, era el hecho de que habían cometido el mismo pecado que Jeroboam y que Dios les hizo morir. Cuando el hijo de Jeroboam se convirtió en rey, también cometió el mismo pecado que su padre cometió ante Dios. Adoró a sus dioses, los becerros de oro, en los que había creído su padre, y al así provocar la ira de Dios, fue asesinado. De la misma manera que su padre, pecó al nombrar sacerdotes a gente ordinaria. Como resultado sufrió una muerte maldita. Casi todos los reyes del reino del norte de Israel subieron al trono a través de la traición.
El rey Nadab fue asesinado por un hombre llamado Baasa, que se menciona en el pasaje de las Escrituras de hoy, y este Baasa conspiró contra su rey Nadab y lo asesinó en Gibetón. Mientras el rey Nadab estaba ocupado luchando contra sus enemigos en Gibetón, Baasa subió al trono y se autoproclamó rey de Israel. Cuando Baasa subió al trono, mató a todo hombre de la casa de Jeroboam y no le perdonó la vida a nadie. Al convertirse en rey, Baasa cometió el mismo  pecado que Jeroboam. Esta fe incorrecta fue pasada de generación en generación, y todo esto fue el resultado de la fe incorrecta de un hombre. Del mismo modo en que un niño hereda la sangre de sus padres de la carne, la fe de un hereje también se pasa a sus sucesores. 
Aquí tenemos que pensar que toda fe se pasa o se hereda, ya sea correcta o no. Del mismo modo en que un hijo sucede al padre en una dinastía, la fe incorrecta se sigue pasando de generación en generación. Por eso en el reino del norte de Israel, los monarcas cometieron los mismos pecados de que el rey Jeroboam. Como cometieron los mismos pecados, Dios los castigó e hizo que sus oficiales se convirtieran en traidores, y cuando estos se convirtieron en reyes, cometieron los mismos pecados. De aquí podemos sacar una lección importante: la fe se hereda. 
 

¿Hasta dónde llega la fe incorrecta del rey Jeroboam?

Como ya sabemos, la fe del rey Jeroboam ha llegado hasta el cristianismo de hoy en día. Esto se debe a que los cristianos de todo el mundo están sirviendo a becerros de oro como sus dioses. Muchos de ustedes conocen al rey Acab, quien quizás sea el peor de los reyes de la historia de Israel. El rey Acab, del reino del norte de Israel, heredó la fe del rey Jeroboam. Su esposa era Jezabel. Esta mujer extranjera adoraba a ídolos dentro de Israel y tenía tanto control sobre su marido, que contribuyó a que la nación de Israel se convirtiese en una nación idólatra y pagana.
Después de que el rey Jeroboam se convirtiese en rey del reino del norte de Israel, hizo dos becerros de oro e hizo que el pueblo de Israel creyese en estos becerros de oro como Jehová Dios. Al hacer esto se convirtió en el pionero que llevó a los israelitas a tener una fe falsa. Esta fe de Jeroboam siguió pasándose hasta los días de Jesucristo. ¿No es increíble? Jeroboam fue castigado por Dios por esta fe, entonces ¿cómo se pudo pasar de generación en generación? ¿Por qué repitió los mismos errores el pueblo de Israel si sabía que esa fe era incorrecta? Aunque el trono del norte de Israel pasó de mano en mano, la fe de sus reyes siguió siendo la misma. Aunque el sucesor al trono fuera un heredero legítimo o un oficial traidor, todo rey heredaba la fe de Jeroboam. Los reyes del norte de Israel se convirtieron en Sumos Sacerdotes y llevaron al pueblo a tener una fe incorrecta. Por eso el pueblo de Israel creyó como se lo ordenaron sus reyes, y así provocó la ira de Jehová al cometer el mismo pecado que el rey Jeroboam. El pueblo de Israel fue destruido junto con sus reyes.
Mientras leía 1 Reyes, pensé: «El pueblo de Israel y sus reyes son patéticos». A medida que el linaje real continuaba, se deberían haber dado cuenta de que los reyes anteriores estaban malditos por adorar a becerros de oro como sus dioses, y deberían haber cambiado y creído en Dios correctamente, pero no lo hicieron. No quiero que ninguno de ustedes sea así. Cuando el hijo de Jeroboam se convirtió en rey, también cometió los mismos pecados que su padre cuando adoró a becerros de oro e ídolos. Pero no solo el hijo de Jeroboam cometió este pecado, sino que su pueblo también creyó como él y siguió el mismo camino. Por culpa de la fe del rey Jeroboam, toda la nación de Israel fue destruida. Cuando los reyes de Israel se dieron cuenta de que su fe era incorrecta, deberían haber vuelto a Dios para evitar la maldición, pero en vez de esto, enseñaron su fe a su pueblo. Hicieron esto porque eran reyes de Israel. El pueblo creyó tal y como se lo ordenaron sus reyes. 
Lo mismo está ocurriendo en las comunidades cristianas de hoy en día: los cristianos creen según lo que aprenden de sus líderes. Algunas denominaciones hacen hincapié en su historia, y se preguntan: «Como los pastores de esta denominación fueron martirizados por Dios, todos debemos vivir como ellos». Esto no es incorrecto, pero creo que sería mejor hacer que los cristianos viviesen su fe ahora, en vez de explotar la fe de los mártires. Creo que la fe correcta en Dios sale voluntariamente de un corazón inspirado por la Verdad del Evangelio del agua y el Espíritu.
 


Incluso ahora mismo la fe de Jeroboam sigue viva en los que adoran a becerros de oro


Hoy en día podemos ver que la fe incorrecta sigue estando en las comunidades cristianas de todo el mundo. En el cristianismo de hoy en día hay muchas denominaciones: presbiterianos, metodistas, baptistas y evangélicos. Existe una iglesia denominada Iglesia de la santidad evangélica que está muy extendida en Corea, aunque apenas fuera de este país. Las denominaciones mayoritarias como la presbiteriana están extendidas por todo el mundo. Esto se debe a que fueron fundadas por teólogos famosos. John Wesley, el fundador de la Iglesia Metodista, fue un gran teólogo, y Juan Calvino, un francés, fue un teólogo de renombre que fundó la Iglesia Presbiteriana. La Iglesia Luterana, también fue fundada por un teólogo famoso, Martín Lutero. Todos estos hombres fueron grandes celebridades. Sin embargo, aunque parezca que hay muchos sabios teólogos en las comunidades cristianas del mundo, cuando pensamos en ello, vemos que no hay tantos.
En el siglo XX aparecieron nuevas denominaciones bajo el ala de la Iglesia Pentecostal. Estas nuevas denominaciones estaban ligadas con el movimiento carismático que hace hincapié en las señales y milagros, porque intenta emular la fe de la Iglesia Primitiva. Sus seguidores creen que, de la misma manera en que Dios hizo milagros durante los tiempos de la Iglesia Primitiva, está haciendo los mismos milagros en sus vidas. Los primeros seguidores del movimiento carismático creían que la obra de Dios se manifestaba con milagros de curación, de hablar en lenguas y otros fenómenos físicos, y por eso se reunieron para crear una denominación propia. Sin embargo, no tenían líderes que pudieran determinar si los milagros y todos esos fenómenos eran la obra de Dios o no. Así que creyeron a ciegas que todas estas obras venían de Dios, porque estaban convencidos de que el movimiento pentecostal era la obra de Dios. Así que en vez de examinar si su fe era correcta o no, su único objetivo fue servir a Dios y seguirle con gran afán. Este tipo de fe ha sobrevivido hasta la actualidad y ahora podemos ver cómo sus seguidores adoran a becerros de oro. Este es el veredicto cuando tenemos en cuenta las pruebas.
Sin embargo, este tipo de sucesión de fe ciega no se da solo en la Iglesia Pentecostal. Echen un vistazo a las otras denominaciones. Pasa lo mismo en todas. John Wesley predicó la evangelización social, que hacía hincapié en el concepto de la «santidad social» que decía: «El Evangelio de Cristo no conoce religión a parte de la social, y no conoce santidad a parte de la santidad social». En resumen, este Evangelio llamaba a la cristianización de la sociedad. La Iglesia Metodista hoy en día dedica sus esfuerzos a emular la fe de este teólogo. Así que la Iglesia Metodista está muy interesada en la reforma social. Por eso lleva a cabo obras de caridad y alaba a los que están al frente de este movimiento.
Por otro lado, los teólogos presbiterianos, formados con las enseñanzas de Juan Calvino, creen en la doctrina de la predestinación. ¿Cuál es el concepto de la predestinación de Dios? La Biblia dice: «Según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él, en amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad» (Efesios 1, 4-5). Este pasaje significa que Dios ha predestinado que los que creen en el Evangelio del agua y el Espíritu, el Evangelio a través del cual Jesucristo ha borrado nuestros pecados, serán salvados. Sin embargo, la doctrina de la predestinación calvinista dice: «Los que están predestinados a ser salvados, creerán en Jesús como su Salvador incondicionalmente, pero los que no estaban predestinados, no creerán pase lo que pase». ¿Es esta la verdadera predestinación de Dios? No. Los que siguen a estos teólogos heredan estas creencias.
La Iglesia Luterana heredó la fe de Lutero y hoy en día su fe sigue pasando de generación en generación. Así que si el primer fundador de una denominación no cree con la fe correcta, su fe se hereda y los que siguen sus pasos están malditos. Por eso es tan importante tener la verdadera fe. 
Para mí era difícil entender cómo el pueblo de Israel pudo continuar la fe de Jeroboam durante miles de años. Antes, cuando leía el Antiguo Testamento, pensaba que por culpa de los pecados de los israelitas, fueron esclavizados por Babilonia durante 70 años. Pero más tarde me di cuenta de que todo este sufrimiento se debía al hecho de que el pueblo de Israel había tenido la fe de Jeroboam ante Dios. Todo lo que los israelitas tenían que hacer era abandonar la fe del rey Jeroboam, perpetuada por sus reyes y antecesores, pero no lo pudieron hacer y siguieron la fe de Jeroboam. 
El pueblo de Israel creía que si se inclinaba ante una imagen de Aserá, la diosa de la fertilidad, prosperaría e incluso sus descendientes prosperarían. Adoraron a Aserá como si fuera Dios, deseando tener muchos hijos, ser ricos y vivir una vida larga y sana, todo esto en la carne. Además adoraron a Baal pensando que prosperarían en la carne. Mientras los que siguieron la fe de Jeroboam adoraron a Dios, también adoraron a ídolos, se inclinaron ante ellos y creyeron en ellos. ¿No es por esto por lo que el profeta Isaías y muchos otros profetas del Antiguo Testamento reprendieron al pueblo de Israel y a sus reyes? Aunque estos reyes fueron reprendidos por sus pecados, no escucharon las palabras de los profetas de Dios, y al final Dios permitió que fueran asesinados. 
Deben darse cuenta de que, incluso ahora mismo, el cristianismo sigue teniendo la fe  del rey Jeroboam, y aún así no lo sabe. Incluso hoy en día, aunque el cristianismo esté lleno doctrinas falsas, los cristianos pecadores las siguen y las acepta. Pasemos a las doctrinas sobre la Sagrada Comunión en la que creen diferentes denominaciones. Algunas iglesias, como la iglesia luterana, creen en la doctrina de la consubstanciación, defendida por Martín Lutero. Esta doctrina es diferente de la doctrina de la transustanciación, aunque ambas son casi iguales. La doctrina de la transustanciación afirma que cuando una persona toma parte en la comunión, el pan y el vino se transforman en el cuerpo y la sangre de Jesús. 
En la última cena, cuando Jesús realizó la Sagrada Comunión, el pan que utilizó era una barra. Jesús partió la barra de pan y la pasó a sus discípulos diciendo: «Comed este pan, porque es Mi carne». Cuando Jesús compartió el vino con Sus discípulos, dijo: «Tomad este cáliz y bebed de él, porque es Mi sangre, derramada por vosotros». ¿Por qué estableció este sacramento y les pidió que lo mantuviesen para siempre? La noche que fue arrestado, tomó el pan, lo partió y dio gracias diciendo: «Y habiendo dado gracias, lo partió, y dijo: Tomad, comed; esto es mi cuerpo que por vosotros es partido; haced esto en memoria de mí. Asimismo tomó también la copa, después de haber cenado, diciendo: Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre; haced esto todas las veces que la bebiereis, en memoria de mí» (1 Corintios 11, 24-25). Está claro que Jesús nos dio este sacramento para recordar Su obra de salvación. En la Sagrada Comunión, el pan implica el bautismo que Jesús recibió para cargaron los pecados del mundo para siempre, mientras que el vino implica que la sangre que derramó en la Cruz borró nuestros pecados.
La doctrina de la transustanciación afirma que cuando un sacerdote católico consagra el pan y el vino de la Sagrada Comunión, orando: «El Cordero de Dios que borra el pecado del mundo interceda por nosotros», el pan y el vino se transforman en la carne y la sangre de Jesús. 
Cuando Lutero se separó de la Iglesia Católica durante la Reforma, se llevó consigo casi la misma doctrina pero con un nombre diferente, la consubstanciación. Esta doctrina afirma que la sustancia del pan y el cuerpo de Jesucristo coexisten cuando el sacerdote toma el pan y da gracias a Dios. Lutero distribuía la comunión durante todos los cultos, tal y como lo hacen los católicos. Lutero, que había sido un monje y teólogo en la Iglesia Católica, trajo algunas de sus doctrinas y rituales cuando se separó de ella, y esta fe sigue intacta en la Iglesia Luterana. Otro ejemplo es el bautismo de los recién nacidos, que también se practica en la Iglesia Luterana. Así es como las creencias de los fundadores de las comunidades cristianas se heredan a ciegas. 
Sin embargo, estas creencias son falsas cuando las comparamos con la Palabra de Dios. Para tomar parte en la Sagrada Comunión por fe, debemos creer en el Evangelio del agua y el Espíritu, y solo entonces podemos participar en este sacramento por fe. Solo porque los padres crean en el Evangelio del agua y el Espíritu, no significa que sus hijos vayan a ser salvados automáticamente. Tampoco es cierto que por estar bautizados formalmente, estemos salvados de nuestros pecados. Lo que debemos hacer para ser salvados es creer en el Evangelio del agua y el Espíritu, y darnos cuenta de por qué Jesús fue bautizado en el río Jordán, y por qué derramó Su sangre y murió en la Cruz. Para ello, debemos conocer la naturaleza fundamental de la humanidad, y llegar al conocimiento exacto de nuestros pecados. Debemos predicar la Verdad a todo el mundo y proclamar nuestra fe en el Evangelio del agua y el Espíritu a todo el mundo.
Sin embargo, como estas creencias erróneas, dogmáticas y doctrinales se pasaron de generación en generación, el cristianismo se ha convertido en una religión mundana. La espina dorsal de la Iglesia Presbiteriana está formada por los Cinco Puntos del calvinismo establecidos por Calvino. La doctrina de la predestinación está dentro de estos Cinco Puntos. Esta doctrina dice que Dios amó a algunas personas y decidió salvarlas del pecado incluso antes de la fundación del mundo, mientras que otras personas no fueron escogidas. Así que los que fueron destinados a ser salvados por Dios ya habían sido salvados por Jesucristo. Los que defienden esta doctrina dicen que algunas personas están destinadas a ser salvadas, y que los que han sido elegidos por Dios son salvados y entran en el Cielo al creer en Jesús, mientras que los que Dios no ama son abandonados. Estas doctrinas han continuado hasta nuestros días. Así la fe de los reformistas religiosos se ha mantenido intacta. 
La cuestión es si estos reformistas religiosos conocían el Evangelio del agua y el Espíritu. Si no conocían el Evangelio del agua y el Espíritu y solo predicaban un medio evangelio, los cristianos que han heredado su fe están destinados a creer en este medio evangelio. ¿No creen que es una consecuencia terrible? ¿Se dan cuenta de que seguir a un medio evangelio es como seguir los pecados que cometió Jeroboam en tiempos del Antiguo Testamento? 
¿Cómo se llegó a tales resultados? ¿Acaso la fe de Abraham no se pasó al pueblo de Israel continuamente? Después de Abraham vino Isaac y después Jacob, y la nación de Israel se formó con los doce hijos de Jacob. Estos tenían la fe de sus antecesores, aunque sufrieron todo tipo de tragedias. Los profetas habían reinado en Israel hasta los días de Samuel. Después de la muerte de Samuel, sus hijos le sucedieron como siervos de Dios, pero como el pueblo de Israel consideró que no eran buenos (1 Samuel 8, 3), le pidió a Dios que estableciera un rey. Así que Dios instituyó la monarquía en Israel, y el primer rey fue Saúl. Sin embargo, Dios no estaba contento con Saúl. Dios quería a alguien como David. Así que Dios coronó a David, y en aquel entonces se reestableció la teocracia por poco tiempo. Cuando David subió al trono, reinó en Israel con sabiduría, estableció a la casa de Aarón para que sus miembros fueran sumos sacerdotes, y estableció la división de sacerdotes. Después de establecer este orden, David le pasó el relevo a Salomón. 
Sin embargo, la tragedia comenzó cuando Salomón subió al trono, ya que tomó a mujeres extranjeras como esposas, y su fe se derrumbó por completo. Entonces entraron ídolos extranjeros en Israel y se dedicaron altares a estos dioses. El pueblo de Israel empezó a postrarse ante estos ídolos. Después de la muerte de Salomón, su hijo Roboam fue rey, pero él también adoró a ídolos como su padre. Como su padre había cometido tantos pecados, durante el reinado de Roboam, Dios separó a 10 tribus y se las dio a Jerboam, quien estableció un nuevo reino. 
Pero, ¿qué hizo Jeroboam después de convertirse en el primer rey del reino del norte? Para proteger su trono ideó un plan malvado, diseñado para calmar sus temores de que el pueblo de Israel volviera al rey Roboam. Para ello creó dos becerros de oro y los puso en Betel y Dan. Entonces hizo que su pueblo los adorase. Cambió el Día de la Expiación al decimoquinto día del octavo mes, cuando originalmente se había establecido el décimo día del séptimo mes. Asimismo nombró sacerdotes a personas ordinarias que no eran descendientes de Leví. El pueblo de Israel acabó sustituyendo a Jehová Dios con becerros de oro. Este pecado horroroso de idolatría fue cometido por los siguientes reyes de Israel y emulado por el pueblo. Todos imitaron la fe de Jeroboam. Por eso, si los líderes van por el mal camino, toda la gente que les sigue va por el mal camino y muere en cuerpo y espíritu. Aunque el pueblo de Israel intentó ser fiel a Dios, no pudo cambiar su fe por sus propios medios. 
En la actualidad, los que creen en el Evangelio del agua y el Espíritu como nosotros, pueden decir que todo evangelio que no sea el Evangelio del agua y el Espíritu es falso, porque pueden distinguir la fe verdadera de la falsa. Pero durante el reinado de Jeroboam, era inevitable que los israelitas confiasen en las palabras de sus líderes y que los siguieran, porque la gente era ciega espiritualmente. Por eso el pueblo de Israel acabó sirviendo a ídolos. Como el rey Jeroboam había llevado a la gente por el mal camino y no creyó en Dios, los israelitas siguieron sus pasos. Entonces los reyes que le sucedieron, junto con el pueblo de Israel, continuaron creyendo así y fueron malditos. 
Incluso hoy en día, casi todos los cristianos creen en falsas doctrinas de sus denominaciones. Hoy en día lo mismo ocurre con los cristianos de todo el mundo. En Corea hay una cómica que ha hecho reír a muchos con su programa de televisión, en el que adopta la personalidad de un líder de una secta imaginaria que adora la obesidad. Su comedia es muy graciosa, y aunque no la imito muy bien, voy a intentarlo. Empieza su programa entrando en el plató diciendo: «¡Alejaos de mí, todos los delgados! ¡La era de los gordos ha llegado! ¡Comed! Aunque al principio erais delgados, acabaréis gordos. Soy la líder de los adoradores de la obesidad. Me llamo Childbirthandra, la salvadora de los delgados del mundo».
Entonces recita un eslogan sobre los adoradores de la obesidad que dice: «¡Dad a luz de manera natural, dadle el pecho a vuestros hijos! ¡Dad a luz de manera natural, dadle el pecho a vuestros hijos!». Empieza un sermón de la siguiente manera: «¡Oh, pecadores delgados! Hoy voy a daros mis bendiciones. Comed. Arrepentíos y comed. Oh, tú, el gordo sentado cerca de esa mujer, has sido bendecido. Pero los que todavía no habéis sido bendecidos, escuchad la palabra de nuevo. El pasaje sagrado de hoy lo he sacado del Libro de la gula. Hoy me gustaría compartir la palabra con vosotros y proclamar la inocencia de la transformación del “señor gamba”. Con su misericordia intentó mediar en una pelea de ballenas, pero fue herido y se rompió la espalda (nota del editor: hay un proverbio coreano que dice: “La espalda de la gamba se hiere en una pelea de ballenas”, que se refiere a un observador inocente que recibe un golpe cuando está cerca de una pelea). Pero, ¿qué hizo? ¿No nos hemos reído de sus ojos pequeños? Pero a pesar de esto, nos demostró su humildad al doblar su espalda. Eso no es todo. Para curar su dolor crónico de espalda, se rebozó con sal, después con harina, se puso salsa y se sacrificó a sí mismo para convertirse en una gamba rebozada. Entonces se lanzó dentro de una sartén con aceite y se reencarnó en un apetitoso aperitivo que nadie puede dejar de comer una vez lo ha probado. ¿Coméis esta aperitivo de gamba? ¿Os lo coméis? ¿Coméis hamburguesas de gambas? ¿Coméis gambas rebozadas? ¡Eh! Camarera, ¿me puede traer un poco de salsa?»
Después la cómica canta: «♪ Si se quedan dormidos por tanto comer, ♫ les bendeciré. ♪ Si se quedan dormidos por tanto comer, ♫ les bendeciré. ¡Gordos! ¡Gordos! ♪».
«Ahora me tengo que ir».
Entonces otro cómico la para y le dice: «Pero, Childbirthandra, ¿por qué dejas de predicar la buena palabra? ¿Por qué te vas?».
«Me voy a erradicar trenes que no tengan un vagón con restaurante».
Cuando miramos el mundo cristiano de hoy en día, vemos que no es muy diferente de esta comedia. Aunque los cristianos saben que Jesús fue sacrificado para perdonar los pecados del mundo, no saben que ha salvado perfectamente a toda la gente del mundo de los pecados y nos ha hecho hijos de Dios. Creen en el Señor a medias, sin darse cuenta de que nos ha dejado sin pecados, incluso en nuestras conciencias. Así que, a pesar de que hay muchas denominaciones cristianas que dicen creen en Jesús como el Salvador, el Evangelio predicado por esta gente pone la fe solo en el sacrificio que Jesús hizo al derramar Su sangre en la Cruz. Por eso su fe es similar a pesar de las diferencias entre denominaciones. Su fe común es que Jesús les ama, y que fue crucificado para salvarlos de los pecados del mundo. Afirman que gracias a la sangre de Jesús, han sido salvados. Pero a pesar de esta afirmación, sus pecados siguen intactos en sus corazones. 
Si sus corazones siguen teniendo pecados aunque crean en Jesús, ¿no creen que esto significa que su fe es incorrecta? ¿No es esto ridículo? ¿No es absurdo que tengan pecados en sus corazones, a pesar de que dicen que Jesús les ha salvado al ser crucificado y sacrificado? El cristianismo se ha convertido en un mundo ridículo de religión que no es muy diferente de la comedia que he mencionado anteriormente. La cómica que he mencionado seguramente habría ido a la iglesia con anterioridad. Parece que por eso está parodiando la manera de hablar de los predicadores para provocar risas. La semana pasada empezó un sermón cómico: «Hoy me gustaría compartir las palabras de la primer epístola de la gamba, capítulo x, versículos x. El señor gamba se sacrificó a sí mismo al saltar en la salsa y salvar a los delgados. Era tan humilde que nunca se levantó ante nosotros, los que no somos nada. ¿Somos nosotros humildes ante él? No, en vez de ser humildes, nos reímos de él, que se sacrificó por nosotros». ¿Acaso no es esto una parodia de la fe que cree que Jesús nos ha salvado al sacrificarse por Su amor hacia nosotros?
Debemos asegurarnos de que, aunque los cristianos de todo el mundo creen en Jesús como su Salvador, sus pecados siguen intactos en sus corazones. En otras palabras, los cristianos de hoy en día todavía tienen pecados en sus corazones. Esto implica que el cristianismo se ha convertido en una religión mundana. La religión es un producto de los seres humanos. Los cristianos que creen es Jesús como una mera religión, piensan en Su ministerio en la tierra solo en términos humanos, y solo creen en lo que pueden entender. Aunque Jesús vino al mundo a salvar a los pecadores, muchos cristianos lo niegan. Esto es ridículo. Me hace tanta gracia que parece que esté viendo esa comedia en la televisión. ¿Cómo pueden hacer reír tanto a la gente? Los líderes cristianos de hoy en día hacen reír a la gente. Cuando les dicen a sus congregaciones: «Recibid las bendiciones de Dios», sus seguidores gritan: «¡Aleluya! ¡Amén, creo!». Hacen hincapié en el sacrificio de Jesús y dicen que una persona puede ser salvada del pecado al creer en la sangre que Jesús derramó en la Cruz, y afirman que los que creen en esta sangre son salvados. 
Dicen que si se entregan grandes cantidades de dinero a la iglesia, se reciben más bendiciones de Dios. El cristianismo de hoy en día se ha convertido en una religión absurda. ¿Quién es responsable? Los líderes cristianos que adoran a becerros de oro. Ahora están  escuchando algo muy importante aquí. Respeto a los líderes cristianos como seres humanos, pero en cuanto a los asuntos espirituales, tengo que decirles lo que pienso. Los reformistas de la Edad Media llevaron a cabo reformas importantes. Pero también está claro que del mismo modo en que la Iglesia Católica en aquel entonces estaba corrupta, ¿no se han convertido las iglesias protestantes en religiones mundanas también? Sus enseñanzas se alejan de la Biblia, no solo un poco, sino que están completamente desviadas de las Escrituras. Como el cristianismo de hoy en día ha quedado reducido a una religión del mundo, cree en sus propias doctrinas y no en Jesús, quien vino por el Evangelio del agua y el Espíritu. Es cierto que los cristianos de la Reforma quisieron reformar la Iglesia y vivir una vida recta basada en la Palabra de Dios. Intentaron acercarse a Jesús. Pero a pesar de esto, los cristianos de hoy en día siguen viviendo una religión que adora a becerros de oro. ¿En qué se diferencian los protestantes de los católicos hoy en día, cuando ambos practican religiones mundanas? Ambos grupos se parecen mucho, tanto en la arquitectura de sus iglesias como en sus acciones diarias. 
Deben entender lo serio que es que el cristianismo de hoy en día haya caído en los pecados de Jeroboam. En el pasaje de las Escrituras de hoy en día, un hombre llamado Baasa mató al rey Nadab, el hijo del rey Jeroboam. Está escrito que cuando Baasa subió al trono, mató a toda la casa de Jeroboam, y nadie quedó con vida. ¿Entienden esto? Baasa era un oficial del rey Nadab, pero cuando usurpó el trono, no perdonó la vida a ningún familiar de Jeroboam. Ordenó a sus soldados que matasen a toda su familia. Toda la familia de Jeroboam fue asesinada. ¿Por qué ocurrió esto? La Biblia dice que: «Por los pecados que Jeroboam había cometido, y con los cuales hizo pecar a Israel; y por su provocación con que provocó a enojo a Jehová Dios de Israel» (1 Reyes 15, 30). Sin embargo, cuando Baasa se convirtió en rey, acabó haciendo lo mismo que Jeroboam. Como está escrito: «En el tercer año de Asa rey de Judá, comenzó a reinar Baasa hijo de Ahías sobre todo Israel en Tirsa; y reinó veinticuatro años. E hizo lo malo ante los ojos de Jehová, y anduvo en el camino de Jeroboam, y en su pecado con que hizo pecar a Israel» (1 Reyes 15, 33-34).
Los líderes cristianos de hoy en día no solo están pecando por sí mismos, sino que están haciendo que sus congregaciones cometan los mismos pecados. ¿No creen que esto es terrible? Los líderes cristianos de hoy en día están equivocados. Pero aún así no saben que lo que están haciendo está mal. Los líderes cristianos de hoy en día ni se imaginan que están cometiendo los mismos pecados que Jeroboam al enseñar que la remisión de los pecados se recibe al creer en la sangre derramada en la Cruz. Piensan que si se muestran como seres insuficientes, esto se debe a que no han prestado atención, y se consideran buenos cristianos. Si consideramos cómo estos líderes creen que Jesús les ha salvado de sus pecados con tan solo morir en la Cruz, es razonable esperar que no haya casi nadie entre sus congregaciones que crea que esto no es cierto.  Probablemente no haya ni uno que se lo imagine.
Aunque haya diferencias entre denominaciones, todas creen firmemente que Jesús les salvó en la Cruz en el Calvario. Por eso ni se imaginan que su fe sea incorrecta. Les conviene creer así porque todos los demás cristianos creen en lo mismo. Así que los ministros y pastores predican que solo la sangre de Jesús en la Cruz del Calvario, puede salvarles. Sin embargo, esta gente no desconoce del todo el Evangelio del agua y el Espíritu, pero lo rechazan y predican falsos evangelios sin saber que lo están haciendo. Probablemente ninguno piense que predicar estas falacias es el mismo pecado que cometió Jeroboam ante Dios. 
Pero, ¿qué dice la Biblia? Dice que Jeroboam no solo pecó, sino que hizo pecar a su pueblo, y por eso fue destruido. Este mensaje se repite en el Antiguo Testamento, desde el libro de 1 Reyes hasta el libro de Malaquías. ¿No es esto terrible? Los cristianos de hoy en día piensan que su fe en Jesús es correcta. Los que predican solo la sangre de Jesús, suelen ayunar y orar y hacer servicios voluntariamente. Probablemente se consideren buenos cristianos por practicar el amor de Jesús, no solo de palabra, sino también en sus vidas diarias. Por eso no piensan que sus predecesores de la fe estuviesen equivocados. Además están convencidos de que lo que creen es la verdad absoluta. Dicho de otra manera, piensan que no hay otro evangelio que les de la salvación si no es el evangelio de la sangre derramada en la Cruz.
Sin embargo, la Biblia dice que el Evangelio del agua y el Espíritu es la Verdad y el Evangelio verdadero (1 Juan 5, 4-8). Cuando reflexionamos acerca del Evangelio del agua y el Espíritu, podemos ver que el cristianismo de hoy en día está lejos de Dios. Por eso, aunque el cristianismo tenga una historia de más de 2000 años, sus seguidores no creen correctamente. Incluso la sociedad secular los denuncia. Los presbiterianos creen en sus propias doctrinas, los católicos en las suyas, etc. Toda comunidad cristiana se ha alejado de la Palabra de la Biblia por culpa de sus doctrinas erróneas. Su fe es diferente a la fe en el Evangelio del agua y el Espíritu.
¿Habla el Evangelio del agua y el Espíritu solo de la sangre de Jesús? No. El Evangelio del agua y el Espíritu proclama que cuando el Señor vino al mundo, tomó sobre Sí mismo los pecados del mundo a través de Su bautismo, los llevó a la Cruz, fue condenado a muerte para pagar el precio de esos pecados, y así se ha convertido en nuestro Salvador. Declara que Jesús no solo cargó con nuestros pecados a través de Su bautismo, sino que al derramar Su sangre en la Cruz, fue condenado por ellos, y así nos libró de la muerte y la destrucción para llevarnos al Reino del Hijo de Dios. Esta es la Verdad del Evangelio del agua y el Espíritu, de la que habla la Biblia. Hoy en día, los que creen en el Evangelio del agua y el Espíritu, son la gente bendita de los últimos tiempos, que ha recibido la salvación de Dios. 
El cristianismo tiene una larga historia llena de obstáculos. Aunque ahora cuente con más de 2000 años de historia, con el Edicto de Milán promulgado por el emperador romano en el 313 a.C., entró en el período oscuro durante más de 1000 años, en los que la Iglesia Católica tenía el monopolio. Aunque el protestantismo surgiera con el movimiento de la Reforma en el siglo XIV, después de esto, las doctrinas cristianas todavía estaban lejos de la justicia de Dios. El cristianismo de hoy den día no conoce el Evangelio del agua y el Espíritu. Tampoco se puede decir que los que viven con fe en las distintas iglesias protestantes, originadas tras la Reforma, se hayan separado completamente de la fe católica. Todo lo que han hecho es dejar la Iglesia Católica, pero todavía creen en vano, porque se adhieren a sus doctrinas de salvación que se basan solo en la sangre de la Cruz y que no creen en el Evangelio del agua y el Espíritu. En otras palabras, el problema es que solo conocen la sangre derramada en la Cruz, y no creen que Jesús tomó nuestros pecados al ser bautizado por Juan el Bautista. Sus líderes no creen en el Evangelio del agua y el Espíritu, ni lo predican. Por eso, incluso Calvino dejó muchas oraciones desesperadas en sus comentarios, suplicando a Dios que le perdonase. 
Por tanto, en vez de estar sin pecado al creer en Jesús, los líderes cristianos se han convertido cada vez más en pecadores. Al difundir sus doctrinas cristianas, han acabado engañando a multitud de personas. Como no conocen el Evangelio del agua y el Espíritu, han enseñado la doctrina de la santificación incremental, que dice que hay que ser santificado gradualmente para estar sin pecado. 
Como resultado, los cristianos han llegado a pensar que aunque tengan pecados, pueden ir al Reino de Dios por creer en Jesús, y también han creído que solo Dios sabe si una persona ha sido salvada o no. Su fe es la herencia de la fe errónea de sus líderes, que están perdidos en la confusión. Están viviendo como herederos de la doctrina de la predestinación. En otras palabras, no creen en la Verdad. Si los líderes cristianos de cualquier denominación creen de una manera equivocada, todos los que les siguen creerán de la misma manera. ¿Por qué? Porque no distinguen cuál es la fe errónea, ya que es la única que conocen.
El origen de la herejía se remonta al Antiguo Testamento, al rey Jeroboam. El pionero de la herejía colectiva fue Jeroboam y desde sus días la herejía floreció hasta el final del Antiguo Testamento y más allá, de manera que ha llegado hasta el Nuevo Testamento. Ahora los líderes de las denominaciones de hoy en día siguen esta herejía porque tienen la misma fe que Jeroboam. Incluso después de que Jesús viniese al mundo y nos salvase de todos los pecados a través del Evangelio del agua y el Espíritu, el cristianismo se alejó de Dios. Por eso el cristianismo se sumió en la oscuridad. El mundo entero está a oscuras. Sin embargo, hoy en día, Dios ha alumbrado el mundo con la Verdad del Evangelio del agua y el Espíritu. Al hacerlo, nos ha permitido a los que creemos en el Evangelio del agua y el Espíritu, alcanzar la salvación del pecado. Nos ha salvado completamente y perfectamente para que no digamos que tenemos pecados. 
Los líderes de las comunidades cristianos están equivocados y deben darse cuenta de que están llevando a la gente por el mal camino. De hecho estos líderes cristianos deben conocer el Evangelio del agua y el Espíritu, creer en él correctamente y enseñarlo correctamente. Debemos dar gracias a Dios y glorificarle por la Palabra del Evangelio del agua y el Espíritu, el Evangelio que Dios nos ha dado en estos tiempos. Incluso de ahora en adelante deben creer en este Evangelio y predicarlo por todo el mundo, porque este Evangelio del agua y el Espíritu es la Verdad escrita en la Biblia.
Pero los líderes cristianos de hoy en día no conocen este Evangelio y siguen creyendo a ciegas en las doctrinas de sus propias denominaciones. Esto es inevitable para cualquiera que no tenga el poder del Evangelio del agua y el Espíritu. Por eso debemos destacar sus pecados basándonos en la Palabra, y entonces debemos predicarles el Evangelio, diciendo: «¿Hay pecados en sus conciencias? Jesús cargó con estos pecados al ser bautizado y los cargó hasta la Cruz, donde fue crucificado. Entonces se levantó de entre los muertos de nuevo y nos ha salvado perfectamente. Jesús ha borrado todos sus pecados de esta manera. ¿Siguen teniendo pecados o no?». De esta manera, los líderes cristianos de todo el mundo deben alcanzar su salvación, tener la fe correcta, convertirse en obreros del Reino de Dios, vivir por el Evangelio, y convertirse en los jornaleros de Dios en los últimos días. 
Si estudian Teología superficialmente, sin entender la historia del cristianismo, acabarán siendo herejes. Todo el mundo debe entender el Evangelio del agua y el Espíritu, la Verdad del cristianismo. Aunque muchos cristianos piensan que solo el evangelio de la sangre derramada en la Cruz es el verdadero evangelio, en realidad, el verdadero es el Evangelio del agua y el Espíritu. La Biblia testifica que solo el Evangelio del agua y el Espíritu es la Verdad. Como está escrito: «El bautismo que corresponde a esto ahora nos salva (no quitando las inmundicias de la carne, sino como la aspiración de una buena conciencia hacia Dios) por la resurrección de Jesucristo» (1 Pedro 3, 21). Este pasaje significa que Jesús nos ha salvado de nuestros pecados para siempre al venir al mundo, ser bautizado, morir en la Cruz, y levantarse de entre los muertos, para eliminar los pecados de nuestra conciencia y contestar la llamada de Dios. Así es cómo creyeron los apóstoles. 
La Biblia también deja claro que Jesús nos ha salvado a través del agua, la sangre y el Espíritu (1 Juan 5, 3-8). Jesús mismo dijo: «A no ser que uno nazca de nuevo del agua y el Espíritu, no podrá entrar en el Reino de los Cielos, ni verlo» (Juan 3, 2-7). El que tengamos que nacer de nuevo del agua y el Espíritu, significa que somos salvados de nuestros pecados solo si creemos que Jesús aceptó los pecados del mundo a través del bautismo que recibió de Juan el Bautista, que murió en la Cruz, se levantó de entre los muertos, y que así nos ha salvado. Solo entonces podemos convertirnos en hijos de Dios y en Sus obreros, disfrutar la vida eterna en el próximo mundo, y revestirnos de toda gloria y esplendor con Dios. 
Como la gente no conoce la Verdad del Evangelio del agua y el Espíritu, acogen las doctrinas que enseñan sus denominaciones. Para aprender el Evangelio del agua y el Espíritu, hay que estudiar la Biblia y aprender de los que entendieron este Evangelio antes que ustedes. Para abrir sus ojos espirituales, deben estudiar la Biblia y aprender de los que creyeron en el Evangelio del agua y el Espíritu y nacieron de nuevo antes que ustedes. Sé que toda la Biblia, tanto el Antiguo como el Nuevo Testamento, habla del Evangelio del agua y el Espíritu. Esto es algo que Dios me enseñó. Debemos examinar la historia del cristianismo para ver cuándo la fe del Evangelio del agua y el Espíritu empezó a estar corrupto, y ver si la fe de los cristianos de la actualidad es correcta o no. Si conocen el Evangelio del agua y el Espíritu y creen en él, deben dar gracias a sus predecesores de la fe; si no, deben empezar a creer ahora, antes de que sea demasiado tarde. Los líderes cristianos deben ser personas de fe que tengan la misma fe que Abraham.
¿Conocemos el Evangelio del agua y el Espíritu gracias a los teólogos? No. En realidad ellos creen en otro evangelio que es diferente al Evangelio del agua y el Espíritu. Si los cristianos de hoy en día no hubiesen heredado la fe de los reformistas religiosos, podrían tener la oportunidad de conocer el Evangelio del agua y el Espíritu.
Durante la Reforma era inevitable que los reformistas no llevasen a cabo reformas en las iglesias. La Iglesia Católica en la Edad Media estaba ocupada robando dinero a la gente y confiscando propiedades al tachar a los propietarios de herejes. Acusó y asesinó a multitud de personas por considerarlas herejes. Por ejemplo, si había una mujer rica considerada una amenaza por la iglesia, era acusada de brujería y de adoración a Satanás, solo para poder confiscar sus propiedades. En aquel entonces había un tribunal eclesiástico, llamado Inquisición, que condenaba a la gente a muerte. El tribunal buscaba dos falsos testigos para dar falso testimonio: «Esa mujer maldijo a Jehová Dios. Dijo que Jesús no es Dios, ni el Hijo de Dios». Entonces la mujer era torturada hasta que se veía forzada a confesar, y al final era ejecutada brutalmente. Los métodos de tortura eran brutales, a veces se estiraba la lengua de los condenados o se les quitaba la piel del cuerpo, hasta que confesaban algo que no habían hecho. Entonces la mujer era asesinada en el nombre de la Iglesia, y todas sus propiedades eran confiscadas. Esto es la caza de brujas. Así es como la Iglesia Católica acumuló su riqueza durante la Edad Media. Por supuesto, la Iglesia Católica no lleva a cabo estas prácticas. Durante mil años, la historia de la Iglesia estuvo marcada por tales atrocidades.  
Todas estas cosas les sonarán si han estudiado la historia de la iglesia. Pero muchas personas no conocen la historia de la Reforma a fondo. Por ejemplo, Juan Calvino, un reformista francés, tomó la divinidad de Jesús como un elemento doctrinal indispensable. Pero hubo otros que negaron la divinidad de Jesús. Así que, como la Iglesia Católica Romana, Calvino creó tribunales para perseguir a esta gente, y para condenarlos como herejes y quemarlos en la hoguera. En aquellos días los líderes religiosos tenían mucho poder. 
Pero ¿tenemos la autoridad de quemar a gente en la hoguera porque estén acusados de herejía? No, no tenemos esta autoridad. Simplemente estamos cambiando a los cristianos herejes, porque creen en un evangelio diferente al Evangelio del agua y el Espíritu. No tenemos derecho a quemarlos en la hoguera o matarlos a palos por herejes. Pero antes y durante la Reforma, muchos líderes religiosos tenían el poder de hacerlo. Hoy en día, por supuesto, esto es absolutamente imposible, ya que vivimos bajo la ley secular, pero sí que era posible en aquellos tiempos. 
Sin embargo, los herederos de la Reforma, que enseñaba la fe de los reformistas religiosos como la verdadera fe, rechazan a ciegas a los que creen en algo diferente, y los tachan de herejes. Hace mucho tiempo los presbiterianos acusaron a los metodistas de herejes, y los metodistas denunciaron a los presbiterianos de herejes, y ambos condenaron a la Iglesia del Completo Evangelio de herejía. Toda denominación ha acusado a otra de herejía. Por lo menos esto es lo que ocurrió en Corea. Pero, ¿qué ocurre hoy en día? Como la Iglesia del Completo Evangelio es una iglesia pentecostal, cada vez tiene más influencia y nadie se atreve a tacharla de herejía. Todas estas denominaciones se reconocen las unas a las otras como iglesias ortodoxas y tienen buenas relaciones. 
De aquí podemos sacar una lección importante: «Los seguidores de cierto líder siempre creen de la misma manera que su líder. La fe de un líder es crucial. Es inevitable que los seguidores hereden esta fe, aunque no lo quieran. Por tanto, si seguimos a líderes que tienen la fe errónea, estamos destinados a convertirnos en herejes, aunque no lo queramos». Ahora mismo el cristianismo de todo el mundo se ha convertido en una herejía colectiva. Así que todos sabemos muy bien que Dios nos ha llamado para que devolvamos a toda esta gente a Dios. Por eso estamos predicando el Evangelio del agua y el Espíritu, y por eso estoy utilizando el ejemplo de Jeroboam para explicar la herejía. 
A veces deseamos decirles a estos pecadores: «No deberíais creer así. Sois herejes», pero esta aproximación no nos permitirá cambiar sus corazones. Cuando alguien se deja influenciar por los pensamientos de otras personas, es difícil hacerle cambiar de opinión si le contamos todo de una sola vez. Podemos hacerles cambiar de opinión si les explicamos la verdad paso a paso, basándonos en la Palabra, y explicándoles lo que es incorrecto en sus creencias. Así es como creen en la Palabra correctamente y se transforman para alcanzar la salvación.
Incluso ahora hay muchas personas que están recibiendo la remisión de los pecados a través de nuestros libros. Aunque algunas personas reciben la remisión de los pecados después de leer dos libros, la mayoría lo hace después de leer seis o más. Lo que me hace sentir mal es que, aunque estamos publicando nuestras series de crecimiento espiritual, por culpa de nuestros problemas económicos, no podemos compartir el Evangelio con tantas personas como querríamos. Pero afortunadamente, nuestros libros siguen siendo traducidos y compartidos en formato electrónico, por lo que muchas personas pueden descargarlos. Al ver cuánta gente ha caído en la herejía colectiva hoy en día, debemos entender que Dios nos llama para que salvemos a esta gente. Todos debemos vivir para esto.
La razón por la que debemos orar es simple: porque Dios escucha nuestras oraciones. Como Dios escucha nuestras oraciones, si oramos lo suficiente, Dios obrará y escuchará nuestras oraciones. Últimamente se ha creado cierta tensión por el programa nuclear de Corea del Norte, pero el Ministro de Unificación de Corea del Sur, Chung, Dong Young, volvió de su último viaje a Corea del Norte con éxito porque había llegado a un acuerdo con Kim Jong II para llevar a cabo intercambios entre ambos países. Hemos estado orando por este problema y parece que Dios quiere mover el corazón de Kim para resolver este problema y prevenir que haya una guerra en la Península coreana. Le doy gracias a Dios por esto.
De la misma manera debemos orar siempre a Dios para que salve a los que han caído en la herejía colectiva. Cuando predicamos la Palabra después de orar, Dios les cambiará y les hará volver al Evangelio del agua y el Espíritu. Por tanto, la gente ha vuelto a Dios y estamos agradecidos por eso, pero ahora, es muy posible que las denominaciones vuelvan a aparecer. Creo que llegará el día en el que la obra del Evangelio se llevará a cabo en las vidas de todos estos cristianos y les hará volver al verdadero Evangelio diciendo que había ignorado la verdad pero ahora han encontrado la Verdad a través de nuestros libros. 
Oremos entonces por todos los que están atrapados en la herejía colectiva, y continuemos llevando a cabo nuestra obra de salvación para librarlos a todos.