Search

Проповеди

Tema 22: Evangelio de Lucas

[Capítulo 19-10] El Señor les necesita (Lucas 19, 28-40)

(Lucas 19, 28-40)(Lucas 19, 28-40)
«Dicho esto, iba delante subiendo a Jerusalén. Y aconteció que llegando cerca de Betfagé y de Betania, al monte que se llama de los Olivos, envió dos de sus discípulos, diciendo: Id a la aldea de enfrente, y al entrar en ella hallaréis un pollino atado, en el cual ningún hombre ha montado jamás; desatadlo, y traedlo. Y si alguien os preguntare: ¿Por qué lo desatáis? le responderéis así: Porque el Señor lo necesita. Fueron los que habían sido enviados, y hallaron como les dijo. Y cuando desataban el pollino, sus dueños les dijeron: ¿Por qué desatáis el pollino? Ellos dijeron: Porque el Señor lo necesita. Y lo trajeron a Jesús; y habiendo echado sus mantos sobre el pollino, subieron a Jesús encima. Y a su paso tendían sus mantos por el camino. Cuando llegaban ya cerca de la bajada del monte de los Olivos, toda la multitud de los discípulos, gozándose, comenzó a alabar a Dios a grandes voces por todas las maravillas que habían visto, diciendo: ¡Bendito el rey que viene en el nombre del Señor; paz en el cielo, y gloria en las alturas! Entonces algunos de los fariseos de entre la multitud le dijeron: Maestro, reprende a tus discípulos. El, respondiendo, les dijo: Os digo que si éstos callaran, las piedras clamarían.»
 
 

¿Quién nos utiliza?

 
El pasaje de las Escrituras que hemos leído hoy describe lo que Jesús dijo después de darnos la parábola de las minas cuando iba de camino a Jerusalén para cargar con el castigo en la Cruz. Está escrito aquí: «Y aconteció que llegando cerca de Betfagé y de Betania, al monte que se llama de los Olivos, envió dos de sus discípulos, diciendo: Id a la aldea de enfrente, y al entrar en ella hallaréis un pollino atado, en el cual ningún hombre ha montado jamás; desatadlo, y traedlo. Y si alguien os preguntare: ¿Por qué lo desatáis? le responderéis así: Porque el Señor lo necesita». Aquí el Señor les dijo a los discípulos que le llevasen un asno y le dijeran a todo el que preguntase: “El Señor lo necesita”. Debemos centrarnos en esta parte y meditar sobre la voluntad del Señor que está revelada aquí.
Nuestro Señor les dijo a los discípulos que fueran a la aldea y soltasen a un pollino que había atado allí y que si alguien les preguntase dijeran: “Porque el Señor lo necesita”. Cuando lo miramos desde el sentido común, es imposible entender lo que Jesús dijo aquí. Es fácil quedarnos sorprendidos por el hecho de que Jesús les dijese a los discípulos que desatasen un pollino y se lo llevasen, y que si alguien preguntaba que dijeran que el Señor lo necesitaba. ¿Qué habrían pensado si alguien le hubiera dicho esto? Habrían pensado que no tenía sentido. Sin embargo, aunque esto no tenga sentido para muchas personas, si lo escuchan con sus oídos espirituales y lo ven con sus ojos de la fe, tendrá sentido pronto. En resumen, el pasaje de las Escrituras de hoy significa que nuestro Dios llama a ser obreros Suyos a los que no han servido al mundo, como el pollino, aunque estén atados a él. Por supuesto, Dios a veces llama a otros a ser Sus obreros cuando han servido al mundo durante mucho tiempo.
Cuando el Señor dijo aquí: “Soltad el asno atado y traédmelo. Y si el dueño o alguien pregunta, decidle que el Señor lo necesita”. Sus discípulos le obedecieron. ¿No están maravillados por los discípulos del Señor? Por supuesto, Jesús es su Maestro. Era su Maestro y Dios, pero aún así, ¿cómo puede alguien ir a una aldea extraña y llevarse el asno de otra persona porque se lo hayan pedido? Pero aún así los discípulos obedecieron al Señor y le llevaron el pollino como se lo había pedido. Está escrito claramente en la Palabra de Dios: «Fueron los que habían sido enviados, y hallaron como les dijo. Y cuando desataban el pollino, sus dueños les dijeron: ¿Por qué desatáis el pollino? Ellos dijeron: Porque el Señor lo necesita. Y lo trajeron a Jesús». Esta no es una historia inventada. Es exactamente lo que ocurrió.
Si estuviesen en la situación de los discípulos, ¿podrían haber hecho lo que hicieron ellos? Si les dijera: “Id a este sitio y veréis dos coches. Traédmelo”. ¿Lo harían ustedes? ¿Están seguros de que cuando alguien les viera dirían que el Señor lo necesitaba? Si yo les pidiese que hiciesen esto, probablemente me dirían: “Sé que creemos en Dios y que no tenemos pecados, pero ¿cómo puede un pastor pedirme que le lleve las cosas de otros? No puedo seguirle. Ahora podemos ver que no eres un pastor, sino un ladrón. Pídenos algo razonable, no algo que no tenga sentido. Esto es demasiado”. De esta manera se habrían resistido.
La Biblia revela la justicia de Dios y hay muchas cosas en la Biblia que los seres humanos no pueden entender. Sin embargo, mientras crean en la justicia de Dios y tengan fe en esta Iglesia, no piensen que solo pueden creer lo que es comprensible en su cabeza. Deben creer en lo que diga el Señor aunque los humanos no puedan entenderlo. La Palabra de Dios que hemos leído hoy también es difícil de entender para la mente humana, pero es correcta.
Miren este pollino que aparece en el pasaje de las Escrituras de hoy. Nadie había montado en él todavía porque era joven. Tendría que haber llevado cargas durante el resto de su vida cuando creciera. Sin embargo, este pollino sirvió al Señor en vez de llevar cargas, lo que le hizo más feliz que llevar las cargas de este mundo. Dicho de otra manera, este pollino fue llamado por el Señor y ganó la lotería. Si se hubiese quedado donde estaba, tendría que haber cargado con la carga pesada del mundo durante el resto de su vida, pero como el Señor dijo que lo necesitaba y le dijo a los discípulos que se lo llevasen, el pollino fue utilizado por el Señor. De hecho, el Señor montó en este pollino para entrar en Jerusalén. La gente de aquel entonces cantó alabanzas y gritó: “¡Hosanna al Hijo de David! Bendito el que viene en nombre del Señor, Hosanna en las alturas”.
Mis queridos hermanos, Dios hace Su obra justa a través de nosotros y llama a los que, como este pollino, no han servido a este mundo y todavía tienen corazones inocentes para ser utilizados por Su obra. Escogió a los que tienen un corazón puro para servirle y hacer Su obra durante el resto de sus vidas. Dicho de otra manera, el pollino que aparece en el pasaje de las Escrituras de hoy se refiere a nosotros. Si alguien está muy atado por los asuntos del mundo, el Señor no puede utilizar a esa persona libremente. Por eso el Señor dijo: “Desatadlo y traédmelo. Yo lo utilizaré”.
 
 

Los que son utilizados por el Señor no están atados por las cosas del mundo

 
Antes de que Jesús utilice a los justos, los desata, ya estén atados al mundo, al dinero, a la gente u otra cosa. Así que para ser utilizados por el Señor primero debemos librarnos de las ataduras que nos atan al mundo. Por alguna casualidad, ¿hay algo que esté atando sus corazones al mundo? Debemos recordar que si estamos atados a algo que no sea la obra del Señor no podremos ser utilizados para Su obra.
Dios llama a los que son como el pollino del pasaje de las Escrituras de hoy y les hace obreros Suyos para ser utilizados para Su ministerio. El Señor ha llamado a estos asnos, es decir a la gente del mundo, a este mundo para hacerlos crecer. Por supuesto, los que dicen ser propietarios de estos pollinos piensan que son ellos los que han criado a los pollinos, y por eso se resisten cuando el Señor, a través de Sus discípulos, los suelta de todas las ataduras para usarlos. Dicen: “¿Por qué intentan llevarse a mi pollino sin permiso?”. Sin embargo, nuestro Señor tiene una respuesta simple: “Decidles que el Señor lo necesita”.
Cuando Dios nos llama para ser Sus instrumentos, todos estamos atados claramente al mundo. Tenemos ataduras, ya sean nuestras familias, otras personas, o algunos deberes del mundo. Sin embargo, Dios nos libra de estas ataduras. Cuando el Señor está a punto de darnos libertad para usarnos, los primeros en tener una objeción son nuestros propietarios antiguos, que dicen: “¿Por qué os lleváis lo que es mío?”. Pero el Señor tiene una respuesta simple: “Lo necesito. ¿Qué más tengo que decir?”.
Los discípulos del pasaje de las Escrituras de hoy soltaron al pollino y se lo llevaron al Señor, y el Señor lo utilizó. Así es como Dios nos llama. ¿Cuáles eran las ataduras que teníamos? Estábamos atados por los asuntos del mundo. Cuando el Señor quiere utilizarnos, solo hay una cosa que debemos decirle a la gente que se opone, a los que no nos entienden: “El Señor me necesita”. Esta es la respuesta adecuada. Dios nos ha confiado Su obra preciosa. Así que no tenemos nada más que decir.
Cuando el Señor les dijo a los discípulos que le llevasen al pollino atado en el pasaje de las Escrituras de hoy, estaba haciendo una analogía para explicar cómo llama a Sus obreros. Esto implica que hay muchos futuros obreros de Dios que están atados a las cosas del mundo. ¿Cuánto podrían servir al mundo si quisieran? Tenemos que preguntarnos constantemente qué es mejor, servir al mundo o a Dios. Y si alguien tiene alguna objeción cuando Dios nos llama, tenemos que decir: “Dios me necesita. Serviré Su justicia. Llevaré a cabo la obra de Dios”. El Señor no les dijo a Sus discípulos que le llevasen a un pollino libre, sino que les pidió que desatasen a un pollino. El Señor quería utilizar a ese pollino atado.
En realidad el Señor ha desatado a los pollinos que estaban atados a las cosas del mundo y los ha utilizado como siervos Suyos. ¿Qué simbolizan aquí los pollinos? Se refieren a los obreros de Dios. En un tiempo en el que no había automóviles, los asnos eran medios de transporte importantes. Llevaban cargas pesadas a ambos lados. Espiritualmente hablando estos pollinos se refieren a los obreros de Dios. Se refieren a nosotros. Antes de ser utilizados por el Señor, también estábamos atados por el mundo como este pollino. A través de Sus discípulos, nuestro Señor nos libró de todas las ataduras. Y entró en Jerusalén montado en el pollino. De esta manera, el Señor nos está guiando y utilizando como Sus instrumentos para hacer Su obra y cumplir Su voluntad. En el Antiguo Testamento se profetizó que Jesús montaría en un asno con toda humildad:
«Alégrate mucho, hija de Sion;
da voces de júbilo, hija de Jerusalén;
he aquí tu rey vendrá a ti, justo y salvador, humilde, y cabalgando sobre un asno, sobre un pollino hijo de asna» (Zacarías 9, 9).
El Señor dijo: “Soltad al pollino y traedlo aquí. Y decidles a la gente que el Señor lo necesita” y usó este pollino que le habían llevado. Cuando somos utilizados por Dios, y cuando servimos la justicia de Dios solo tenemos que decir: “Estoy siendo utilizado por el Señor porque ha dicho que me necesita”. Aunque la gente del mundo no entienda esto, es algo que tenemos el derecho a decir como justos. De hecho es lo que todos nosotros debemos decir sin falta. No debemos dar ninguna otra explicación. No hay nada más que decir que: “El Señor dijo que nos necesita y nos va a utilizar. Vamos a servir la justicia del Señor de ahora en adelante”. Cuando Dios les llama, otros no pueden oponerse a Su voluntad si les decimos: “El Señor me necesita”.
Literalmente, somos utilizados por Dios como Sus instrumentos. Si se resisten a esta llamada no podrán ser utilizados por Dios; si quieren estar atados al mundo de nuevo, no podrán evitar servir al mundo, pero si se someten a la llamada justa del Señor, serán utilizados por Dios como Sus preciosos instrumentos. Si obedecen la llamada del Señor y le siguen por fe, serán utilizados por Dios para Su justicia.
Cuando queremos dedicar nuestras vidas a servir a la justicia de Dios y entrar en Su presencia, la gente del mundo puede oponerse a la decisión correcta de nuestra fe espiritual. En tiempos como estos, debemos hablar con confianza ante todos los que quieren que nos quedemos atados al mundo. De la misma manera en que los discípulos dijeron: “El Señor lo necesita” nosotros debemos abrir nuestras bocas y decir: “El Señor quiere usarme. Me ha llamado a través de Sus siervos”. No hay nada más que decir. ¿Qué más hay que decir cuando el Señor quiere utilizarnos? Así es como Dios llama a Sus obreros.
Ninguno de nosotros sabe a quién está a punto de llamar Dios. Estas cosas no ocurren porque estén a punto de pasar. Dios hace Su obra según Su voluntad sin falta. Y para cumplir Su voluntad justa, llama a los asnos espirituales atados al mundo. Por eso debemos darnos cuenta que estos asnos somos nosotros, y debemos someternos a la llamada del Señor con obediencia.
De hecho, para estos asnos espirituales llamados por el Señor, la llamada en sí es un honor. Después de todo, por tan solo llevar al Señor a espaldas escuchan a la gente alabar: “Hosanna al que viene en nombre del Cristo, el Rey que viene en nombre del Señor. Paz en la tierra y gloria en lo más alto”. ¿Quién va a gritar Hosanna y darle la bienvenida a un pollino? El asno fue bienvenido solo porque fue utilizado por Jesús, si hubiese estado solo en la calle, le habrían apedreado y atormentado. Así que este asno estaba bendecido.
Mis queridos hermanos, de esta manera el Señor nos ha llamado y nos ha hecho obreros Suyos para cumplir la justicia de Dios cuando estábamos atados por el mundo. Y nos ha hecho Su pueblo. Todos los seres humanos nacen como seres bajos como este asno. El Antiguo Testamento dice que para salvar al asno primogénito había que sacrificar a un cordero como está escrito: «Mas todo primogénito de asno redimirás con un cordero; y si no lo redimieres, quebrarás su cerviz. También redimirás al primogénito de tus hijos» (Éxodo 13, 13). Desde el momento en que nacimos en este mundo, todos nacimos con pecado, y teníamos que morir por estos pecados. Todos nacimos como pecadores tercos. Sin embargo, Jesucristo tomó sobre Sí mismo todos nuestros pecados para siempre, se sacrificó por nuestros pecados y nos ha salvado perfectamente. Por eso estamos siendo utilizados por Dios como Sus preciosos instrumentos.
El mundo no nos trata bien. Protesta contra nosotros y nos pregunta por qué nos estamos librando de las ataduras del mundo. Pero aún así, este mundo no puede frenarnos porque el Señor dijo que nos va a utilizar. No hay nada más que decir cuando el Señor dice que nos va a utilizar para hacer Su obra. Si el Señor dice que nos va a utilizar, entonces nos va a utilizar.
Dios nos llama de repente cuando estamos ocupados con las cosas del mundo. La llamada del Señor viene de repente. Mientras leemos el pasaje de las Escrituras de hoy, me di cuenta de que aunque los discípulos del Señor eran simples y Jesús hablaba en términos simples, Su Palabra se cumplió exactamente porque es la verdad. El Señor dijo: “Id, soltad al pollino y traédmelo. Y si alguien pregunta por qué os lo lleváis, decidle que el Señor lo tiene que utilizar”.
Sin embargo, gracias a Jesucristo la gente de Su alrededor recibía la bienvenida; no era por el pollino. Esto es solo cuestión de tiempo. La gente había visto y escuchado como Jesús había devuelto a la vida a los muertos, sanado a los enfermos y había hecho el milagro de los cinco panes y los dos peces, y cuando alababan al Señor, los discípulos de Jesús también eran alabados. De esta manera, el asno que llevaba al Señor a Jerusalén recibió la bienvenida. De hecho, los que sirven al Señor también son alabados por otros. Pero no debemos dejar que el orgullo se nos apodere. Como siervos de Dios, debemos estar preparados para servir a Jesucristo en vez de intentar ser servidos o alabados por otros.
De esta manera, cuando somos utilizados por el Señor, a veces somos honrados gracias al Señor. Sin embargo, debemos prestar atención a lo que dijo el Señor: “Decidles que el Señor lo necesita”. Cuando Dios nos llama, debemos contestar Su llamada, sin importar como quiera usarnos. Cuando son llamados por Dios, algunas personas se oponen u dicen: “¿Por qué queréis hacer la obra de Dios en vez de servir al mundo y cuidar de sus asuntos?”. En esos momentos deben decirles: “Dios está diciendo que me va a utilizar para hacer Su obra. Así que debemos hacer esta obra”. Recuerden esto claramente. Recuerden que cuando Dios nos llama, debemos decir claramente lo que nos ha dicho que digamos a la gente de este mundo. Debemos decir que el Señor nos necesita.
Me pregunto qué estaríamos haciendo si no hubiésemos conocido a Dios, si no hubiésemos recibido la remisión de los pecados, y si no hubiésemos sido utilizados por el Señor. Aunque hubiésemos ganado dinero, ¿para qué nos valdría? Probablemente no habríamos prosperado de ninguna manera, ya que no tendría ningún significado.
En el pasaje de las Escrituras de hoy, los discípulos de Jesús dijeron: “El Señor lo necesita”, llevaron al pollino y ese pollino llevó a Jesús a sus espaldas a Jerusalén. ¿Qué significa esto? Esto significa que este pollino fue utilizado por Dios para salvar a las almas perdidas. De esta manera, si Dios dice que les va a utilizar como Sus obreros para salvar a las almas perdidas, debemos responder a Su llamada por fe. Aunque tengamos varios pensamientos en nuestras mentes y hay acosas que no entendamos, el Señor quiere utilizarnos, ¿para qué vamos a dudar? Debemos tener fe y obedecer la llamada de Dios para usarnos. Y debemos decirle al mundo: “El Señor quiere usarme”, cortar las cuerdas del mundo que nos atan y dedicar todas nuestras vidas a la obra del Señor.
Mis queridos hermanos, somos pedestales de Jesucristo. No solo nuestros ministros, sino también nuestros hermanos y hermanas son pedestales del Señor. Los nacidos de nuevo deben recordar que Jesucristo es la Rosa de Sarón, que nosotros somos los pedestales que apoyan al Señor y que tenemos un papel muy importante. Los pedestales son un apoyo esencial para que la flor del Evangelio florezca. En la lámpara de oro del Tabernáculo había siete copas en forma de flor de almendro y cada una estaba apoyada en un pomo ornamental para que las lámparas brillaran dentro del Tabernáculo (Éxodo 25, 31-39). De hecho, Jesús es la Luz y todos somos los pomos ornamentales que apoyan la predicación del Evangelio de la justicia de Dios.
Dios nos llama poco después de haber recibido la remisión de los pecados cuando todavía estamos atados por el mundo. Nos llama a Su Iglesia, diciendo que nos necesita. Al hacer esto, nos hace servir al Señor de varias maneras y formas, con nuestras posesiones, nuestras oraciones y nuestros cuerpos, todo para predicar la Palabra y el Evangelio. Así es como Dios nos ha llamado y nos ha utilizado.
Sin embargo, si hay ataduras que nos atan al mundo, no podremos ir ante Dios. Esto significa que si no nos desatamos no podremos ser usados por Dios. Así que a través de Sus discípulos, Dios nos ha librado de todas las ataduras que nos atan. Mis queridos hermanos, ¿no es cierto que muchos de nosotros seguimos atados por el mundo? ¿Están atados por el dinero? ¿Están atados por las relaciones del mundo? Como el pollino, los seres humanos también nacen para servir a alguien. Deben entender esto claramente. Como nacimos en este mundo, debemos servir a alguien. Si es así, nuestro destino es estar atados a algo, y ¿no es mejor estar atados a la obra de Dios y servirle a Él que servir al mundo como hizo el pollino del pasaje de las Escrituras de hoy que estaba bendecido para llevar a Jesucristo a sus espaldas en vez de llevar la carga del mundo?
Si no hacemos la obra de Dios, es inevitable servir a las cosas del mundo, aunque hayamos nacido de nuevo al creer en el Evangelio del agua y el Espíritu. Si acabamos sirviendo a las cosas del mundo, la carga será cien veces más pesada. El Señor dijo: “Mi yugo es fácil y Mi carga es ligera”. Nos está diciendo que Su obra es ligera. ¿Qué pasa con los asuntos del mundo? De la misma manera en que un pollino sirve a su dueño, todos debemos decidir si vamos a servir al mundo o a Dios. Estaremos atados a uno de ellos. Si no servimos a la justicia de Dios, debemos servir al mundo, y si no servimos al mundo, debemos servir a Dios. Y es muy duro servir al mundo. ¿No está clara la elección que debemos hacer? Debemos ser liberados de la esclavitud de este mundo. Esto significa que aunque vivamos en este mundo, no debemos servir al mundo.
Mis queridos hermanos, ¿quién es nuestro Señor? ¿Acaso no es el Rey de reyes, el Maestro de todas las cosas y nuestro Sumo Sacerdote? Debemos servir a Dios, nuestro Maestro. Somos como un asno, pero ¿a quién debemos servir si escogemos? Debemos servir al Dios Todopoderoso. Después de todo, ¿por qué vamos a llevar cosas sucias y sufrir bajo esta carga pesada? Aunque seamos pollinos, ¿por qué tenemos que cargar con cosas sucias? La gente de este mundo ni tan siquiera nos ofrecerá un baño. Pero Dios sí que les bañará. Cuando el asno esté caminando por el campo, Dios hará caer la lluvia para limpiar el cuerpo entero.
Mis queridos hermanos, como hemos nacido en este mundo todos debemos servir a alguien y estar atados a algo. Si es así, entonces el objeto de nuestro servicio debe ser solamente Dios. La gente del mundo no entiende cuando servimos a Dios. Probablemente nos mire pensando que estamos locos. Lo que debemos decirles en momentos como este es lo siguiente: “El Señor dijo que me utilizaría. Me dijo que me necesitaba para Su obra”. ¿Está claro?.
Aunque nacimos en este mundo con el destino de vivir como un pollino humilde, ¿cómo de maravilloso es poder vivir como pollinos que sirven al Señor? ¿No están de acuerdo? Lo único que tenemos que decir es lo siguiente: “Mis pecados han desaparecido gracias al Señor. El Señor dijo que nos necesitaba”. Debemos revelar esta verdad y confesarla claramente ante Dios y la gente del mundo.