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Tema 16: Evangelio de Juan

[Capítulo 18-2] No consideren una gran cosa perseguir a Jesús (Juan 18:12-24)

No consideren una gran cosa perseguir a Jesús(Juan 18:12-24)
«Entonces la compañía de soldados, el tribuno y los alguaciles de los judíos, prendieron a Jesús y le ataron, y le llevaron primeramente a Anás; porque era suegro de Caifás, que era sumo sacerdote aquel año. Era Caifás el que había dado el consejo a los judíos, de que convenía que un solo hombre muriese por el pueblo. Y seguían a Jesús Simón Pedro y otro discípulo. Y este discípulo era conocido del sumo sacerdote, y entró con Jesús al patio del sumo sacerdote; mas Pedro estaba fuera, a la puerta. Salió, pues, el discípulo que era conocido del sumo sacerdote, y habló a la portera, e hizo entrar a Pedro. Entonces la criada portera dijo a Pedro: ¿No eres tú también de los discípulos de este hombre? Dijo él: No lo soy. Y estaban en pie los siervos y los alguaciles que habían encendido un fuego; porque hacía frío, y se calentaban; y también con ellos estaba Pedro en pie, calentándose. Y el sumo sacerdote preguntó a Jesús acerca de sus discípulos y de su doctrina. Jesús le respondió: Yo públicamente he hablado al mundo; siempre he enseñado en la sinagoga y en el templo, donde se reúnen todos los judíos, y nada he hablado en oculto. ¿Por qué me preguntas a mí? Pregunta a los que han oído, qué les haya yo hablado; he aquí, ellos saben lo que yo he dicho. Cuando Jesús hubo dicho esto, uno de los alguaciles, que estaba allí, le dio una bofetada, diciendo: ¿Así respondes al sumo sacerdote? Jesús le respondió: Si he hablado mal, testifica en qué está el mal; y si bien, ¿por qué me golpeas? Anás entonces le envió atado a Caifás, el sumo sacerdote».
 
 
Este verano habrá algunas fluctuaciones en el tiempo debido al cambio climático anormal causado por el efecto invernadero. Aunque el mundo está lleno de eventos preocupantes, estoy seguro de que todo saldrá bien porque Dios está con nosotros.
Retomando el hilo del sermón de esta mañana, me gustaría continuar predicando acerca del sufrimiento de Jesús. Está escrito en Juan 18:12-14: «Entonces la compañía de soldados, el tribuno y los alguaciles de los judíos, prendieron a Jesús y le ataron, y le llevaron primeramente a Anás; porque era suegro de Caifás, que era sumo sacerdote aquel año. Era Caifás el que había dado el consejo a los judíos, de que convenía que un solo hombre muriese por el pueblo». Este pasaje explica que un capitán romano junto con sus tropas y los oficiales de los judíos arrestaron a Jesús y lo llevaron a Anás, el suegro de Caifás, que era el Sumo Sacerdote ese año.
Cuando leemos la Biblia encontramos diferentes eventos, pero cuando leemos sobre los últimos días de la vida de Jesús vemos que están llenos de eventos drásticos, desde su arresto violento hasta el juicio injusto y lleno de odio, Su muerte en la Cruz y Su resurrección. Aunque Jesús terminó Sus 33 años de vida en este mundo de esta manera, nos dejó con la promesa de que volvería después de ascender al Reino de los Cielos.
Algunas personas sin fe piensan que Jesús fue arrestado como una persona cualquiera porque estaba indefenso. Así que se sienten mal por Jesús y creen en Él por pena. De alguna manera, los enemigos de Jesús que le entregaron a la muerte y le denunciaron y acusaron, persiguieron y ejecutaron, pueden parecer personas de gran poder. Actuaron como si fuesen los amos del mundo, como si tuviesen grandes privilegios. Pero en realidad no pudieron ver el sufrimiento que les estaba esperando a los que persiguieron a Jesús, atormentaron a Sus discípulos y pensaron ser poderosos de manera arrogante.
Juan 18:19 dice: «Y el sumo sacerdote preguntó a Jesús acerca de sus discípulos y de su doctrina». Este pasaje significa que los que querían asesinar a Jesús estaban intentando encontrar alguna razón para acusarle. Así que le preguntaron: «¿Qué enseñabas?». Entonces Jesús les contestó: «He hablado de todo abiertamente sin esconder nada. He enseñado en las sinagogas con muchas personas presentes. Preguntadles. Ellos saben lo que he dicho». Un hombre sin escrúpulos que estaba sentado al lado del Sumo Sacerdote pegó a Jesús y le reprendió diciendo: «¿Cómo te atreves a contestar al Sumo Sacerdote de esa manera?». Entonces Jesús dijo: «Si he hablado mal, testifica en qué está el mal; y si bien, ¿por qué me golpeas?».
Un nombre llamado Anás aparece en el pasaje de las Escrituras de hoy, y era el suegro del Sumo Sacerdote Caifás. Así que no solo tenía poder el Sumo Sacerdote, sino que también su suegro tenía gran poder, hasta el punto en que las tropas, el capitán y los oficiales de los judíos arrestaron a Jesús y lo llevaron a Anás.
 
 

Los poderosos de este mundo persiguieron a Jesús más que nadie

 
En esta era presente los que dicen creer en Jesús se han convertido en sus persecutores y actúan como si fueran personas con gran poder. Estas personas no están en la posición de ser perseguidas, sino de ser las que persiguen. Pero debemos darnos cuenta de que no es su deber perseguir a Jesús, maltratarle, oponerse a Él o denunciarle. Es un gran error que estas personas actúen como si tuvieran privilegios y poder. Deben entender su posición. No deben pensar que pueden escapar del juicio de Dios. Los que no son cristianos suelen pensar que tienen algún tipo de poder sobre los cristianos, pero no es verdad.
Los que no creen en Jesús ni en el Evangelio del agua y el Espíritu deben darse cuenta de que no son persecutores por tener más poder, ser más inteligentes o tener más talento. En realidad son peores que los creyentes. Piensan que tienen todo el poder, pero es un gran error. Cuando Jesús proclamó que todo el mundo debía ser salvado al creer en Él como el Salvador, no estaba rogando, sino que nos lo pidió por nuestro bien. Dijo que todo el mundo puede ser salvado del pecado, recibir la vida eterna y ser librado del juicio. Todos los que piensan que no creer es una opción no son más que necios.
Algunas personas piensan que como no creen en Dios, Dios se siente mal por esto, y como pueden perseguir a los creyentes, creen que tienen mucho poder. Pero cuando vemos esto a través de los ojos espirituales, vemos que es lo contrario. Si supiesen que les espera un gran castigo por no creen en Dios, no estarían riendo. En realidad es Dios, Su Hijo Jesucristo, y los que creen en Jesucristo los que tienen todo el poder. Los que creemos en el Evangelio del agua y el Espíritu tenemos la vida eterna, hemos recibido la remisión de los pecados y somos privilegiados por ser el pueblo de Dios y Sus siervos que han recibido Su amor y salvación especiales.
Pero aún así muchas personas se niegan a creer en Jesús y le persiguen, pidiendo ser malditos. Aunque Jesús Todopoderoso tiene compasión por estas personas y soporta sus tonterías para que sean salvados por fe, estas personas no se dan cuenta de esto y se levantan contra Él. Piensan: «Les molesta mucho que no crea. ¿Qué debo hacer? ¿Debo creer o esperar un poco más? Creo que esperaré un poco más para darles más problemas y después creeré.» Pero estas ideas incorrectas.
¿Escapará el juicio alguna de las personas mencionadas en el pasaje de las Escrituras de hoy, desde el Sumo sacerdote, hasta su suegro o los soldados romanos u oficiales judíos? No, todas estas personas están destinadas a sufrir un juicio y un castigo aún peores. Son arrogantes porque no saben que les espera un juicio terrible. Estas personas deben darse cuenta de que están vivas solo porque el que tiene todo el poder, el Todopoderoso, tuvo paciencia y está esperando a que se arrepientan.
¿Quién puede perseguir a Jesús? ¿Quién se atreve a perseguir a los que creen en Jesús? Nadie, porque el Dios Todopoderoso que tiene todo el poder y autoridad está tolerándolos con paciencia y esperando que esos pecadores se arrepientan. Cuando se tiene esta última oportunidad hay que darse cuenta de la misericordia, poder y amor de Dios, y someterse a Él.
 
 
No tengan ideas erróneas
 
Nadie debe pensar que perseguir a Jesús y Sus creyentes es un derecho. Estas personas deben darse cuenta de que no tienen autoridad para esto. Y deben arrepentirse.
Echen un vistazo a este mundo. No tienen que mirar más allá de sus familias o amigos cercanos. ¿Acaso los que no creen no actúan como si tuvieran mucho poder? A veces tratan a los cristianos como si fuera un pecado grave creer en Jesús. Aunque no hayan hecho daño a los cristianos, a menudo los tratan como si les hubieran hecho algo malo. ¿Qué mal ha hecho la gente de fe a los no cristianos? Pero aún así actúan como si fuera su deber insultar a los creyentes, oponerse a ellos y perseguirlos. Estas personas deben arrepentirse ahora mismo y darse cuenta de que serán juzgados por Dios. Deben darse cuenta de quiénes son y deben creer en Jesús. Deben entrar en el Reino bendito del Hijo de Dios por fe.
Muchas personas no han entendido a Jesús correctamente y piensan que fue crucificado por los pecadores y que siempre los amará pase lo que pase. Pero la verdad es muy diferente. Aunque Jesús les ama, cuando se levantan contra el Señor hasta ese punto intolerable, Su amor incondicional se agota.
En la primera epístola a los tesalonicenses Dios juzgará a los creyentes y a los no creyentes. Jesús dijo que juzgaría a los que no creen en Dios por su falta de fe. Juzgará a los no creyentes por no creer y por sus pecados ya que no creen en el Evangelio del agua y el Espíritu aunque lo conocen. Hay un proverbio coreano que dice: «Un cachorro no tiene miedo de un tigre». Como dice este proverbio, muchas personas son tan ignorantes que se levantan contra Dios y Su Ungido diciendo: «Rompamos sus ligaduras, Y echemos de nosotros sus cuerdas» (Salmos 2:3). Pero Dios, que se sienta en los cielos, se ríe de ellos, ya que es ridículo que seres tan débiles se atrevan a retarle al Dios Omnipotente (Salmos 2:4).
Cuando Jesús soportó Su sufrimiento, los que le persiguieron se sintieron triunfantes porque creyeron que tenían algún tipo de poder sobre Él, pero la verdad era muy diferente. Estas personas eran necias. Les pido que se den cuenta de que como Jesús es amor, está dispuesto a perdonar a los pecadores y espera pacientemente a que se arrepientan. Deben entender que los que no han nacido de nuevo no pueden levantarse contra los nacidos de nuevo. Los nacidos de nuevo pueden vencer fácilmente a 10,000 personas que no han nacido de nuevo. Con su fe y su sabiduría, y no con puños, pueden vencer a un millón de no creyentes, e incluso a cientos de millones. Pero a pesar de esto, los que no han nacido de nuevo por el agua y el Espíritu, los necios que no tienen ninguna virtud, están viviendo engañados.
¿Hay algo que aprender de Anás, Caifás o Judas? No hay nada bueno que aprender de una persona que traiciona a su maestro por 30 monedas de plata. Incluso los que no han sido redimidos de sus pecados no harían lo que Judas hizo. Jesús había tomado a Judas bajo Sus alas y le había enseñado verdades profundas, le había alimentado y vestido. Es inconcebible que una persona traicione de esa manera a su maestro.
¿Y qué hay de los sacerdotes? Se creían personas poderosas, pero ¿qué autoridad tenían? En aquel entonces el puesto de Sumo Sacerdote rotaba cada año. El primer Sumo Sacerdote fue Aarón, y el último Sumo Sacerdote terrenal era su descendiente Juan el Bautista. El verdadero Sumo Sacerdote es Juan el Bautista, y el Sumo Sacerdote celestial es Jesús. Ellos tienen verdadera autoridad. Hay gente que parece tener autoridad, pero en realidad no la tiene. La Semana Santa esta cerca y por eso los que persiguen y amenazan a los cristianos deben mirar al pasado y preguntarse qué autoridad tienen para hacer estas cosas y arrepentirse de su maldad.
 
 

Los que persiguen a Jesús deben pensar en su comportamiento

 
En mi propia casa muchos de mis familiares piensan mal de mí. Aunque nunca les he hecho nada para merecerlo, me han tratado mal después de empezar a creer en el Señor.
Yo solía cuidar de mis sobrinos, pero después de conocer al Señor no pude seguir cuidando de ellos. No tenía los medios para hacerlo ya que estaba intentando servir al Señor. Para cuidar de ellos tenía que ganar dinero, pero esto me dejaba con poco para servir al Señor. Incluso después de eso no pude ayudarles tanto como quería porque no era un hombre rico, pero seguí haciendo lo que podía.
Cuando encontré al Señor no pude seguir ayudando a mis sobrinos porque tenía que servir al Evangelio y por eso mi familia me culpó. Me acusaron y me hicieron parecer una mala persona, pero cuando escuchaba lo que decían, no tenía sentido. Muchas veces me preguntaba qué había hecho para merecer esas palabras tan duras. Todo lo que había hecho para ayudar a mis sobrinos lo consideraban mi deber. Y ahora que no podía ayudarles pensaban que estaba haciendo algo malo. Así que yo me sentía muy mal y pensaba que todos mis esfuerzos habían sido en vano.
Mis familiares pensaban que estaba ganando mucho dinero. En general, los pastores en Corea ganan mucho dinero. La mayoría gana miles de dólares al mes como mínimo, y en algunas iglesias grandes no es raro que su salario pase de los 10,000 dólares. Si no ayudase a mis sobrinos aunque estuviese viviendo con todo lujo, habría sido malvado. Pero la realidad es que no tenía dinero para ayudarles. Todo el dinero que tenía lo gastaba para servir al Evangelio. Mis familiares me trataron muy mal porque no estaba ayudando a mis sobrinos aunque era un pastor.
Pero no me afectó la manera en que me trataron. Por mucho que me criticasen, les decía que todo el dinero que ganase lo iba a gastar en servir a Dios. Probablemente ustedes tengan familiares como los míos, que les tratan como si estuviesen haciendo algo malo, que se levantan contra ustedes y les persiguen porque creen en Jesús. Pero no les hemos hecho nada malo. Por el contrario, estas personas son las que hacen algo malo por no creer en Jesús. Pero por desgracia nos tratan como si hubiésemos hecho algo malo.
No solo son los familiares los que nos tratan mal, sino también los amigos que nos ignoran y se burlan de nosotros por creer en Jesús. Algunos de mis amigos intentaron hacerme beber alcohol cuando les dije que creía en el Señor. Les dije una vez que si querían podía obligarme a beber. Les dijo: «Si bebo una sola gota de licor, dejaré de tener fe en Jesús y os seguiré durante el resto de mis vidas para atormentaros. Así que si eso es lo que queréis, podéis obligarme a beber. ¿Qué tiene de malo creer en Jesús?».
Muchas personas piensan equivocadamente que los cristianos deben ser perseguidos y oprimidos. Creen que los cristianos deben ser maltratados como gusanos. Piensan que les queremos obligar a creer y que si nos persiguen seguiremos rogándoles.
Pero esto no es verdad. ¿Quién debe rogar a quién? Jesús es el Salvador y nosotros somos pecadores. Todos estábamos destinados a ser juzgados y ser destruidos. ¿Así que quién es mejor? Los pecadores no pueden creer que tienen autoridad, sino que deben rogar por su salvación. Pero a pesar de esto algunos de ellos todavía juzgan a los cristianos y los persiguen. Esto está mal. Ellos son los que deben arrepentirse.
 
 

El mundo debe arrodillarse ante nosotros

 
El mundo debe arrodillarse ante los que tienen fe verdadera en Dios. Los pecadores deben rogarnos para que les enseñemos la Verdad. Deben pedirnos que no les abandonemos. Si les abandonamos serán destruidos. Pero no les hemos abandonado. Lo trágico es que no saben que el Señor les ha salvado. Por eso debemos predicar esta buena noticia por todo el mundo. Como estamos en deuda con Jesús por Su amor, debemos hacerlo. Aunque seamos perseguidos, debemos darnos cuenta de que la gente no nos persigue porque tenga derecho a hacerlo, sino porque no se da cuenta de lo que está haciendo. Debemos hacer la obra de predicar el Evangelio aún más. Debemos seguir gritando a todo el mundo que debe creer en Jesús.
Algunas personas nos miran mal porque tenemos fe en Dios. No debemos ser humildes antes esas personas. No está mal creer en Jesús. Por el contrario, lo que está mal es perseguir a los verdaderos seguidores de Jesús pensando que se tiene poder para hacerlo. Por desgracia, muchos cristianos tienen esta idea y actúan así. Cuando estas personas tienen miedo al juicio proclaman creer en Jesús, cantando himnos y poniéndose cruces en el cuello. Pero proclamar el nombre de Jesús y creer en Él por conveniencia no es conocer a Jesús ni creer en Él como el Salvador. Saber que Jesús nos ha salvado a través del Evangelio del agua y el Espíritu es creer en Jesús. Pero muchas personas que no creen, incluso los que se creen cristianos, no quieren saber nada de esto y por eso buscan faltas en todo lo que hacemos.
Siempre ha habido personas así. La gente del mundo durante los tiempos del imperio romano persiguió a los cristianos de manera extrema. La crueldad de esta persecución fue indescriptible. El imperio romano dominó el mundo secular con un poder corrupto que al final lo llevó a su ruina. Entonces aceptó el cristianismo que había perseguido hasta entonces. Lo hiso porque era la manera de asegurar su supervivencia aceptando el estilo de vida cristiano.
Constantino el Grande fue el emperador que adoptó esta política. Cuando el imperio romano se fragmentó en el imperio romano occidental y el oriental, los romanos declararon el cristianismo como religión estatal y buscó una manera de reformar, pero al final fue destruido. Pero a pesar de esto la Iglesia Católica Romana sobrevivió y se procuró un pequeño Estado llamado Ciudad del Vaticano que ahora está gobernado por el Papa. Aunque el imperio romano ha desaparecido, el catolicismo sigue estando arraigado en este mundo.
Los persecutores de los cristianos hablan como si tuviesen gran poder, pero en realidad no hay nadie con más autoridad que Jesús. Jesús es nuestro Maestro y el de todo el universo, y al mismo tiempo es el Juez. Es impensable que un ser humano, que es una mera criatura, se crea más que el Creador y el Salvador y persiga a los que creen en Jesucristo.
¿Creen que porque Jesús fue crucificado siempre soporta el sufrimiento? ¿Creen que se levantó de entre los muertos después de ser crucificado y por eso les está rogando que crean en Él? ¿Creen que Jesús necesita su amor porque no tiene suficiente? No, si eso es lo que piensan de Dios están completamente equivocados. Jesús, que es Dios, es el Ser misericordioso que ha cumplido nuestra salvación y nos está diciendo que creamos por nuestro propio bien al tiempo en que nos señala el camino de la salvación. Él es la Verdad. Él solo es la Verdad. Pero a pesar de esto la gente de este mundo piensa que tiene el poder, y piensa que tiene derecho a perseguir a Jesús y a Sus creyentes como si les debiesen algo. Esto es un error, es completamente lo contrario a la realidad.
Hace algún tiempo, algunas personas querían utilizar nuestra iglesia para celebrar una reunión de la comunidad. No podían encontrar un edificio suficientemente grande para la reunión y por eso querían utilizar nuestro edificio. Pero yo les dije que utilizasen el centro comunitario o que buscasen una iglesia más grande. Hoy en día los edificios de las iglesias se utilizan para otras cosas que no son el culto, y se denominan iglesias abiertas. Las iglesias se han abierto tanto que incluso algunas dejan que se celebren conciertos seculares. Pero no puedo dejar que esto ocurra. ¿Cómo se puede venir a un lugar de culto a fumar y a bailar?
Muchas personas piensan que los cristianos están obligados a hacer algo por ellas, pero no les debemos nada. Solo les debemos predicar el Evangelio del agua y el Espíritu. No hay ningún motivo por el que humillarse ante la gente del mundo ni hacerle ningún favor. Nuestra única esperanza para estas personas es que sean salvadas por Dios; no tenemos ninguna otra obligación.
 
 
Jesús no soporta el sufrimiento para siempre
 
Los que no conocen a Jesús o se niegan a conocerle o creer en el Evangelio del agua y el Espíritu no son más que bestias. La Biblia dice que aunque los seres humanos son valiosos, los que no se dan cuenta de su valor son como las bestias que perecen (Salmo 49:20).
A medida que se acerca la Semana Santa me gustaría decirles que Jesús no sufre para siempre. Aunque Jesús murió en la Cruz, se levantó de entre los muertos y dio testimonio durante 40 días. Aunque dijo que moriría por nosotros y se sacrificaría por Su rebaño mientras estaba en la tierra, no entregó Su vida porque fuera débil. No rogó a nadie que creyese en Él para poder propagar Su influencias. El Señor es justo y es el Rey de reyes y el Ser Supremo.
Cuando Jesús fue bautizado, le dijo a Juan el Bautista: «Permíteme hacer ahora pues conviene así que cumplamos toda justicia» (Mateo 3:15). La palabra así en griego es “οϋτως” (hutos), que significa de esta manera, de la manera más adecuada, o de ninguna otra manera. Y toda justicia en griego es “πάσαν δικαιοσύνην” (pasan dikaiosunen), que significa en el estado más justo sin defecto alguno. Esta palabra en el texto bíblico original nos muestra que Jesús tomó todos nuestros pecados sobre Sí mismo de manera irreversible de la manera más adecuada a través del bautismo que recibió de Juan el Bautista. En resumen, Jesús nos ha salvado de manera justa. Por culpa de nuestros pecados tuvimos que morir, pero para salvar a gente como nosotros, Jesús tuvo que venir a este mundo encarnado en un hombre y aceptar todos los pecados del mundo al ser bautizado, y al final fue crucificado. Nos ha salvado al morir en nuestro lugar. Esta es la justicia de Jesús. Nos ha salvado de manera justa. Ante todo esta es la Verdad y quiero proclamarla por todo el mundo.
Si no se dan cuenta de esta Verdad y no creen en Jesucristo, quien vino por el Evangelio del agua y el Espíritu, no deben engañarse y creer que tienen algún tipo de poder. Si hacen esto acabarán arrepintiéndose de ello.
 
 
No hay tiempo para creerse poderoso
 
El tiempo pasa tan deprisa que una semana parece un día. Hoy es el Día del Señor y mañana es lunes, pero el sábado llegará enseguida. ¿No creen que el tiempo vuela? Por eso se dice que el tiempo pasa como un río. Por eso pronto todos estaremos ante el trono del juicio de Dios. Nadie puede parar el tiempo y por eso es importante hacer buen uso del tiempo que nos queda.
¿Tienen tiempo para creerse poderosos? ¿Hay tiempo para fingir tener el poder que no tienen? Aunque hemos recibido la remisión de los pecados al creer en el Evangelio del agua y el Espíritu, hay muchas personas que no creen en este Evangelio. Los que han nacido de nuevo a través del Evangelio del agua y el Espíritu están utilizando su tiempo para una causa justa. Pero los que no han nacido de nuevo están malgastando su tiempo persiguiendo a los nacidos de nuevo y creyendo tener poder. Pero no hay tiempo para eso.
A medida que pasa el tiempo, diciembre llega y se va, y el 2008 estará aquí pronto. Una hermana de nuestra Iglesia se vino a vivir aquí desde Seúl en cuanto se graduó de la escuela secundaria. Me acuerdo cuando vino aquí después de graduarse, pero el tiempo ha pasado tan deprisa que el año que viene tendrá 30 años. Así de deprisa pasa el tiempo.
Aunque todo el mundo sabe que el tiempo pasa, no todo el mundo se da cuenta de que vive con un poder imaginario que no tiene en realidad. Todo el mundo debe abandonar estas imaginaciones, darse cuenta de que será juzgado si no cree en Jesús, arrepentirse y tener fe en Él. La gente debe servir al Evangelio en vez de a sus persecutores, obedecer a Dios en vez de desobedecerle, vivir por fe en Jesús en vez de confiar en su propio poder, y cambiar su mentalidad para vivir por el bien de los demás en vez de su propio bien. ¿No están de acuerdo?
Mis queridos hermanos, aunque crean en Jesús, no pueden conseguir nada si viven por su cuenta. Pero si viven por los demás, podrán hacer muchas cosas. Los que han nacido de nuevo a través del Evangelio del agua y el Espíritu, viven para servir al Señor y a Su Evangelio en vez de servir a los demás; por eso tienen mucho trabajo que hacer. Si nuestros colaboradores en Corea estuviesen solos, no conseguirían nada. Debemos encontrar oportunidades para que puedan trabajar. Esto es servir al Señor.
Algunas personas piensan que como soy un pastor, solo quiero que me sirvan. Pero cuando nuestros trabajadores están juntos les digo siempre: «¿Son ustedes los que me sirven o les sirvo yo a ustedes? ¿Me estoy aprovechando de ustedes o estamos todos viviendo juntos?». Les hago estas preguntas directamente. Ustedes son siervos del Evangelio, pero yo también lo soy. En otras palabras los justos sirven al Evangelio en Dios, ninguno de nosotros vive del sudor de los demás ni intenta que le sirvan. Todos los justos viven para servir al Evangelio. Yo les encargo diferentes tareas para que trabajen y así sirvan al Señor. Así es como sirvo al Señor, y ustedes también le sirven desde su posición asignada, con su tiempo y sus cuerpos.
Lo que todos debemos entender claramente es que los pecadores no tienen poder. Los que no han nacido de nuevo no tienen poder alguno. Pero aún así fingen ser poderosos. Pero aún así hay personas que persiguieron a Jesús en Sus días. ¿Creen que no habrá juicio para esas personas? ¿Creen que los que no creen en el Evangelio del agua y el Espíritu podrán escapar el juicio de Dios? No, el Señor dijo que pagarían diez veces más. Dijo que los arrojaría en el fuego eterno del infierno. Por tanto, todos los que actúan como si fueran poderosos aunque no hayan nacido de nuevo deben arrepentirse cuanto antes. Los que se rodean de dinero para adquirir poder sufrirán bajo el peso de ese dinero.
No creer no es un privilegio. Creer es el verdadero privilegio y poder. La idea más falsa que tiene la gente del mundo es pensar que es su privilegio y derecho no creer en Jesús como su Salvador. Esta idea es completamente errónea. Dios dijo claramente que arrojaría al infierno a los que no creen en Él. Dejó claro que los que no creen en Él serán destruidos. El juicio de Dios nos dice que estas personas sufrirán. La gente del mundo debe darse cuenta de esto. Los que creen que tienen algún tipo de poder deben enfrentarse a su situación real y arrepentirse ante los que tienen la autoridad de Dios.
A medida que se acerca la Semana Santa, me gustaría resaltar lo siguiente una vez más: hay muchas personas que están perdidas en este mundo y por eso debemos tener compasión y predicarles el Evangelio. No tienen nada en realidad. Pero no se dan cuenta de esto y viven con arrogancia. Debemos decirles la verdad. Si sus familiares o amigos les persiguen, se burlan de ustedes e intentan dominarles como si tuvieran poder para hacerlo, quiero que les expliquen cuáles son sus verdaderas circunstancias y cuál será su futuro. Enséñenles que quien no crea en el Evangelio del agua y el Espíritu estará maldito y recibirá el castigo eterno del fuego del infierno.
Enséñenles también que si creen en el poder de Dios y del Evangelio del agua y el Espíritu recibirán muchas bendiciones. Ayúdenles a darse cuenta de que están fingiendo y a reconocer que perseguir a Jesús y a Sus seguidores no es su derecho. Nuestro deber como nacidos de nuevo es predicar el Evangelio del agua y el Espíritu a estas personas y así permitir que sean salvadas y disfruten de verdadero poder.