(Génesis 29:1-14)
“Y miró, y vio un pozo en el campo; y he aquí tres rebaños de ovejas que yacían cerca de él, porque de aquel pozo abrevaban los ganados; y había una gran piedra sobre la boca del pozo. Y juntaban allí todos los rebaños; y revolvían la piedra de la boca del pozo, y abrevaban las ovejas, y volvían la piedra sobre la boca del pozo a su lugar. Y les dijo Jacob: Hermanos míos, ¿de dónde sois? Y ellos respondieron: De Harán somos. El les dijo: ¿Conocéis a Labán hijo de Nacor? Y ellos dijeron: Sí, le conocemos. Y él les dijo: ¿Está bien? Y ellos dijeron: Bien, y he aquí Raquel su hija viene con las ovejas. Y él dijo: He aquí es aún muy de día; no es tiempo todavía de recoger el ganado; abrevad las ovejas, e id a apacentarlas. Y ellos respondieron: No podemos, hasta que se junten todos los rebaños, y remuevan la piedra de la boca del pozo, para que abrevemos las ovejas. Mientras él aún hablaba con ellos, Raquel vino con el rebaño de su padre, porque ella era la pastora. Y sucedió que cuando Jacob vio a Raquel, hija de Labán hermano de su madre, y las ovejas de Labán el hermano de su madre, se acercó Jacob y removió la piedra de la boca del pozo, y abrevó el rebaño de Labán hermano de su madre. Y Jacob besó a Raquel, y alzó su voz y lloró. Y Jacob dijo a Raquel que él era hermano de su padre, y que era hijo de Rebeca; y ella corrió, y dio las nuevas a su padre. Así que oyó Labán las nuevas de Jacob, hijo de su hermana, corrió a recibirlo, y lo abrazó, lo besó, y lo trajo a su casa; y él contó a Labán todas estas cosas. Y Labán le dijo: Ciertamente hueso mío y carne mía eres. Y estuvo con él durante un mes.”
Jacob huyó a Harán
Génesis 29:1-2 dice: “Y miró, y vio un pozo en el campo; y he aquí tres rebaños de ovejas que yacían cerca de él, porque de aquel pozo abrevaban los ganados; y había una gran piedra sobre la boca del pozo”.
Como se menciona aquí, Jacob estaba de camino a la casa de su tío huyendo de la ira de su hermano mayor. Esto se debe a que utilizó el nombre de su hermano y se puso la ropa de Esaú cuando fue a su padre. Y recibió las bendiciones que Esaú debería haber recibido. Cuando la vista de Isaac se cegó y no podía ver bien, le preguntó a Jacob quién estaba delante de él: “¿Eres Esaú de verdad?” y Jacob contestó: “Sí, soy tu hijo mayor, Esaú”. Le dijo esto a su padre. Antes de este incidente, Jacob compró su derecho de primogénito con un plato de lentejas y ahora recibía la oración de bendición de su padre en lugar de Esaú. Y cuando su hermano se enteró de cómo había manipulado todo su hermano, intentó matarlo. Cuando esto ocurrió, Rebeca le dijo a Jacob: “Si no haces algo, perderé a mis dos hijos en un día. Vete a casa de tu tío Labán y quédate allí durante un tiempo y luego vuelve”. Jacob hizo lo que le dijo su madre porque estaba desesperado y tenía que huir para salvar su vida. De camino a Harán, Jacob fue bendecido por Dios a través de un sueño que tuvo mientras dormía en Betel.
Cuando Jacob llegó a Harán, donde vivía su tío, vio un pozo. Génesis 29:2-3 dice: “Y miró, y vio un pozo en el campo; y he aquí tres rebaños de ovejas que yacían cerca de él, porque de aquel pozo abrevaban los ganados; y había una gran piedra sobre la boca del pozo. Y juntaban allí todos los rebaños; y revolvían la piedra de la boca del pozo, y abrevaban las ovejas, y volvían la piedra sobre la boca del pozo a su lugar”.
¿Qué hizo Jacob cuando llegó a la casa de Labán? Fue pastor de ovejas durante catorce años. Y así, el pasaje de las Escrituras de hoy nos habla de los pastores espirituales. ¿Quién es un verdadero pastor ante Dios? ¿Quién es un buen pastor? ¿Y qué tipo de pastor es un pastor falso? Dios nos está hablando a través del pasaje de las Escrituras de hoy.
La relación entre la oveja y el pastor
En primer lugar, echaremos un vistazo a la relación entre la oveja y el pastor. Las ovejas tienen sed cuando están pastando y vuelven al pozo a beber agua. Por eso los pastores tienen pozos en los campos para sus ovejas. La Biblia dice que había una piedra grande tapando todos los pozos. Y por eso, cuando las ovejas iban al pozo, el pastor tenía que retirar la piedra de la boca del pozo para que las ovejas bebiesen. El pastor tenía que quitar las piedras para dejar que las ovejas bebiesen tanta agua como quisiesen. Esto es lo que hacen los verdaderos pastores. Es algo obvio. Pero desgraciadamente, hay muchos que se consideran pastores pero no son así.
¿Cómo operan estos pastores falsos? No quitan la piedra que tapa el pozo para sus ovejas. Les dicen a sus ovejas: “Si queréis agua, moved vosotras la piedra y bebed”. Este tipo de pastores no son buenos pastores. Piensen en esto. Aunque la oveja sea muy fuerte, ¿cómo va a quitar la piedra? Aunque la oveja sea justa, ¿cómo va a cumplir la Palabra de la Ley? Las ovejas pueden intentar vivir según la Palabra de Dios, pero ¿cómo van a cumplir toda la Ley justa?
Miren a todos los pastores de este mundo que están en el ministerio. Cuando la oveja se les acerca e intenta recibir la gracia de la salvación, estos pastores le predican lo siguiente: “Cumplid la Ley y vivid según la Ley. Deben vivir por la Ley para recibir las bendiciones de Dios. No recibirán las bendiciones de Dios si no viven según la Ley de Dios”. Queridos hermanos, escuchen esto. Deben saber y reconocer que quien diga algo así es un pastor falso.
Un pastor falso les dice a sus ovejas que cumplan la Ley
Después del culto de esta mañana estaba cansado y por eso me he echado una siesta. Después vi un canal de televisión cristiano. Se estaba predicando un sermón en la iglesia más grande de nuestro país. El texto de las Escrituras de ese sermón estaba sacado de Éxodo 15, donde el agua amarga se transformó en agua dulce y entonces este pastor dijo: “¿Cómo se convierte en dulce el agua amarga? Debemos cumplir la Ley de Dios en nuestras vidas para que esto ocurra”. Le predicaba a su congregación que deben cumplir la Ley o los Diez Mandamientos. Siguió diciendo: “No adoraréis a ningún otro dios ante Mí; no tomaréis el nombre del Señor en vano; no serviréis a ningún ídolo; santificaréis el sábado; honraréis a vuestros padres; no mataréis; no cometeréis adulterio y no robaréis. Debéis cumplir todos estos mandamientos y el Nuevo Mandamiento que Dios nos ha dado en el Nuevo Testamento. Así, debéis amar al prójimo como a vosotros mismos según el mandamiento del amor. Como Dios nos dijo que amásemos al Señor Dios y al prójimo con todas nuestras fuerzas y con toda nuestra voluntad y poder. Como Dios nos dijo que amásemos a nuestro prójimo, debemos hacerlo. Solo entonces convertiremos el agua amarga en dulce”. Este pastor dio un sermón muy elocuente, pero su mensaje no era más que un sermón que representaba incorrectamente la Palabra de Dios.
El pasaje que dice: “Amarás al Señor Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con todas tus fuerzas” es la Palabra de Dios de Deuteronomio. Y este pasaje también aparece en el Nuevo Testamento. Pero, ¿cómo predican este pasaje los falsos maestros? Dicen: “Si cumplís la Ley de Dios, todas las dificultades en sus vidas se resolverán”.
Debemos parar aquí un momento y pensar en esto. ¿Cómo podemos cumplir la Ley de Dios bien? ¿Hemos recibido la remisión de los pecados por haber cumplido la Ley de Dios? Hablaré un poco acerca de la Ley, pero estoy diciendo que es absolutamente imposible cumplir la Ley.
Un verdadero pastor ayuda a los miembros de Su Iglesia a que se den cuenta de que son pecadores ante la Ley
En el pasaje de las Escrituras que hemos leído hoy, Jacob ayudó a las ovejas de su tío a beber agua del pozo. Entonces, ¿quién es un verdadero pastor entre los pastores de este mundo? ¿Quién es un buen pastor? Un buen pastor es alguien que proclama el Evangelio del agua y el Espíritu a los demás.
La piedra grande que aparece en el pasaje de las Escrituras de hoy se refiere a la Ley de Dios. Dios hizo que Moisés subiese al Monte Sinaí y escribió los Diez Mandamientos en dos tablas de piedra y se las dio. Un verdadero pastor enseña lealmente a través de la Ley de los Diez Mandamientos como estaban escritos en las tablas de piedra acerca del pecado y su gravedad. El Apóstol Pablo dice en el Libro de Romanos 7 que solía pensar en el pasado que se estaba haciendo más santo a través de la Ley, pero que se dio cuenta de que se convirtió en un pecador aún mayor a través de la Ley. ¿Qué significa esto? Pablo está confesando aquí que se ha convertido en un mayor pecador por culpa de la Ley de Dios. Admite que la Ley de Dios y los Mandamientos le hicieron engañarse a sí mismo y convertirse en un mayor pecador.
El Apóstol Pablo, cuando todavía era conocido como Saúl, no sabía qué decía la Ley de Dios y era una persona que hizo un gran esfuerzo para cumplir toda la Ley de Dios. Pensaba que era una persona que cumplía la Ley de Dios bien. Pero cuando se conoció a sí mismo, se dio cuenta de que era una persona que no podía cumplir la Palabra de la Ley de Dios. La Ley de Dios estaba resaltando a Pablo que era un adúltero, un ladrón y un asesino. Al principio, pensó que la Ley de Dios existía para que el hombre la cumpliese, pero la realidad es que no es así. Se dio cuenta de que la Ley existía para resaltar que era incapaz de cumplir la Ley y un pecador destinado a ir al infierno. De esta manera, el Apóstol Pablo vino a entender la razón por la que Dios nos dio la Ley. Su exclamación de que era un grave pecador fue el resultado de reconocer la razón por la que Dios le dio la Ley a la humanidad.
Distingan a los verdaderos pastores de los falsos
Entre los muchos pastores de hoy en día, debemos distinguir correctamente a los verdaderos pastores de los falsos. Dios nos está hablando a través del pasaje de las Escrituras de hoy. Entre la multitud de ministros hay muchos pastores que no permiten a los miembros de sus iglesias que vayan ante Dios con la Palabra de la Ley, que es la piedra grande espiritualmente hablando. No resuelven el problema del pecado de su rebaño, sino que les dicen que resuelvan el problema del pecado por su cuenta mediante oraciones de penitencia. Hacen hincapié en la Ley y predican diciendo: “Debéis cumplir la Ley de Dios”. Un pastor que predica la Ley de Dios de esta manera todos los domingos a los miembros de su iglesia es un falso pastor. ¿Tienen los miembros de una iglesia la habilidad de cumplir la Ley de Dios? No, no la cumplen. Entonces, ¿por qué dan estos sermones legalistas a su rebaño? Los miembros de sus iglesias morirán.
Miremos a Jacob. Jacob era un hombre de Dios que recibió las bendiciones de Dios. Jacob, después de haber nacido de nuevo por las bendiciones de Dios, fue a casa de su tío Labán y allí se hizo pastor. Y la primera cosa que hizo como pastor fue quitar la piedra que había en el pozo. Sí, así es. Quitó la piedra que tababa el pozo para que las ovejas de su tío bebiesen toda el agua que necesitasen para calmar su sed.
Entonces, ¿qué hay de nosotros? Piensen en lo que creyeron como pecadores antes de nacer de nuevo de verdad. ¿Acaso no les dijeron una multitud de líderes espirituales que para tener la verdadera fe en Jesús deben cumplir la Ley de Dios y la Palabra? Probablemente han escuchado sermones así. En aquel entonces, ¿cómo era la condición espiritual de sus almas? Divididos por los pecados del mundo y con un corazón roto querían ir a la iglesia para encontrar consuelo. Sin embargo, se desalentaron con los mensajes legalistas y los sermones tan estrictos que les decían que cumpliesen la Ley. Y se acercaron cada vez más a la muerte espiritual. ¿Es esto cierto o no? Como solo escucharon sermones legalistas como pecadores se convirtieron en peores pecadores al ir a esa iglesia. Y a medida que pasaba el tiempo, la esperanza de salvación desaparecía y solo quedaban las lágrimas de dolor.
Sin embargo, ¿qué nos dice la justicia del Señor, que es nuestro buen pastor? Nuestro Señor nos dio la Ley para enseñarnos que somos pecadores perdidos. En otras palabras, a través de la Ley, nos permite entender que somos pecadores horribles que van a ir al infierno. Pero nuestro Señor nos dio la esperanza de que seríamos salvados de todos nuestros pecados a través de Su obra justa. Cargó con todos los pecados del mundo al ser bautizado por Juan el Bautista y pagó por todos esos pecados al derramar Su sangre en la Cruz.
¿Cómo es un buen pastor? Alguien que nos enseña que Jesucristo cargó con la maldición de la Ley de Dios es un buen pastor. Por tanto, alguien que libera a la gente de los pecados predicando la justicia de Dios es un siervo de Dios. Esta persona es un pastor espiritual. Por desgracia, es un hecho trágico que hay muchos pastores falsos en este mundo. Quiero dar testimonio de esto. Hay muchas personas así. No quitan la piedra pesada por las ovejas. No quitan la piedra ni la maldición de la Ley mediante la justicia de Dios por sus seguidores. No entienden el hecho de que Jesucristo cargó con todos los pecados de la Ley para siempre mediante la justicia de Dios y por eso no pueden compartirlo. Y por eso predican a la congregación diciendo: “Cumplid la Ley. ¿Han cumplido bien la Ley esta semana? Deben arrepentirse si no lo han hecho”.
Queridos hermanos, ¿qué dice el Libro de Romanos 3 acerca de la Ley. Leamos Romanos 3:20 juntos: “Ya que por las obras de la ley ningún ser humano será justificado delante de él; porque por medio de la ley es el conocimiento del pecado” Este pasaje da testimonio de que la Ley fue entregada a todo el que reconociese sus pecados. ¿Y qué dice en el Libro de Gálatas? Dice que la Ley es un tutor. El Libro de Gálatas da testimonio de que la Ley era necesaria hasta llegar por fe a Jesucristo. La Ley fue entregada por esta razón.
Queridos hermanos, ¿saben qué es un tutor? Un tutor, epitropos en griego, es alguien que cuida y enseña a los niños, cuando el padre está muerto (guardián de menores) o cuando el padre está vivo. Tiene que cuidar de los hijos de su maestro hasta que crezcan para poder ejercer sus derechos personal y completamente. Así que su papel termina cuando los hijos se convierten en adultos decentes.
¿Dónde nos lleva la Ley? La Ley tiene el papel de llevarnos a Jesucristo. Sí, así es. Cuando todos los que nacieron como descendientes de Adán se convirtieron en pecadores al cometer pecados, la Ley cumplió el papel de enseñarles que eran pecadores y hacerles confesar ante Dios que lo son. Cuando reconocemos nuestra naturaleza verdadera y nuestra naturaleza pecadora a través de la Ley, no podemos evitar creer en Jesucristo. Entonces nos veremos arrastrados a buscar a nuestro Señor. Sí, es cierto. A través de la Ley podemos buscar a Jesucristo. Después de esto, al escuchar la Palabra de Verdad de la justicia de Dios, podemos darnos cuenta de cómo Jesucristo absolvió todos nuestros pecados. Después de creer en la justicia de Dios, exclamamos: “Jesucristo es nuestro verdadero Salvador. El Señor fue bautizado por Juan el Bautista y cargó con todos mis pecados para siempre. Y el Señor murió en la Cruz por mí cargando con mis pecados. El Señor fue bautizado en mi lugar y fue juzgado en la Cruz y se levantó de nuevo y ahora está sentado a la derecha del trono de Dios Padre. Cargó con todos mis pecados, todos y cada uno de ellos. Mediante el bautismo del Señor, no solo tomó mis propios pecados, sino también todos los pecados del mundo y cargó con la maldición de la Ley. La justicia de Dios cargó con todos los pecados de la humanidad, empezando con Adán hasta el día en que este mundo se acabe”. Debemos tener la verdadera fe como esta y obtener la salvación y la vida eterna. Al aprender de la Palabra de Dios, llegamos a creer en la justicia de Cristo de todo corazón.
Sin embargo, hay muchas personas en el cristianismo de hoy en día que viven sin conocer el objetivo de la Ley. Estos falsos pastores predican lo siguiente: “Seréis ricos si cumplís la Ley”. Muchas iglesias y denominaciones famosas parecen enseñar esta enseñanza incorrecta. Puedo confirmar esta tendencia cuando escucho los sermones de un pastor de este mundo en la televisión cristiana. ¿Qué hicieron los miembros de la iglesia cuando un pastor famoso dijo: “Queridos hermanos, debemos cumplir los Diez Mandamientos. Cumplir los Diez Mandamientos es lo mismo que convertir el agua amarga en agua dulce. Si cumplen los Diez Mandamientos, recibirán las bendiciones de la vida”? Contestaron: “Amen”. Los miembros de esa iglesia deben estar ciegos y sordos espiritualmente porque no saben qué es la Verdad. Simplemente dicen amén a ciegas porque el pastor dijo que prosperarían si confiaban en Jesús de esa manera. Pero si les dijese: “Si cumplen los Diez Mandamientos, seréis bendecidos”, no dirían amén, sino que me tirarían piedras.
¿Hay alguien que pueda cumplir todos los Diez Mandamientos?
Queridos hermanos, ¿hay alguien entre ustedes que pueda cumplir los Diez Mandamientos? Incluso Moisés no pudo hacerlo. Quiero hablarles de Moisés un momento. Cuando Moisés llevó a los hijos de Israel al desierto no había casi agua y la gente se quejó a Dios. Cuando esto ocurrió, Dios le dijo a Moisés que diese un golpe a una piedra una vez y entonces haría salir agua para el pueblo de Israel.
Pero ¿qué hizo Moisés? Como el pueblo de Israel se quejo tanto de él, se enojó tanto que en vez de darle a la piedra con su bastón una vez, le dio dos veces. Por supuesto que salió agua abundantemente y la congregación y sus animales bebieron de esta agua. Pero, ¿qué le dijo Dios a Moisés? Dios dijo: “Y Jehová dijo a Moisés y a Aarón: Por cuanto no creísteis en mí, para santificarme delante de los hijos de Israel, por tanto, no meteréis esta congregación en la tierra que les he dado” (Números 20:12).
Dios nos dio la Ley a través de Moisés, pero incluso Moisés no pudo entrar en la tierra de Canaán. Moisés era el hombre más humilde de este mundo. Pero incluso él no pudo cumplir la Ley de Dios. Si es así, ¿cómo puede cualquier persona en este mundo cumplir la Ley? Nadie puede.
Pero a pesar de ello, hay muchos líderes y pastores falsos en las comunidades cristianas que siguen diciendo: “Cumplid la Ley. Creed en Jesús, pero también cumplid la Ley para ser salvados”. ¿Qué dice esta gente? Dicen que, aunque creen en Jesús, deben ofrecer oraciones de penitencia perpetuas y confesar sus pecados para que sean limpiados. Estas enseñanzas solo nos traen la maldición de la Ley.
Queridos hermanos, recuerden esto: Ya confiesen sus pecados o no, Jesucristo ya ha cargado con todos nuestros pecados. Cargó con ellos incluso antes de que naciésemos. Entonces, ¿cuál es el método por el que podemos recibir la remisión de los pecados de Dios? No es la Ley. Debemos confesar ante Dios lo siguiente: “Son una masa de pecados que depende de tu misericordia. Soy un pecador. Estoy destinado a ir al infierno. Cuando me presento ante Jesucristo y le miro, puedo ver la escena de Jesucristo cargando con todos nuestros pecados al ser bautizado en el Río Jordán. También veo la escena de Jesucristo muriendo en mi lugar en la Cruz. El Señor cargó con todos mis pecados en mi lugar”. Debemos hacer esto para acercarnos a la justicia de Dios y recibir la verdadera liberación de nuestros pecados.
En la Palabra de Dios, en Romanos 8:1 se dice: “Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu”. La liberación de la condena no viene de la Ley, sino que se recibe por fe en la justicia de nuestro Señor. Solo cuando un pecador cree en la justicia de Dios se convertirá en una persona justa.
Sin embargo, muchos cristianos en este mundo no conocen la Verdad del Evangelio del agua y el Espíritu. Asumen el título de “pastores” pero cuando los miembros de su iglesia se les acercan, dicen: “Deben cumplir la Ley. Pase lo que pase, deben cumplir la Ley”, presionándoles de esta manera. Debemos amar al prójimo como nos dijo el Señor. ¿Qué es el amor verdadero? Es el amor de la verdad, el amor de la salvación de Dios (2 Tesalonicenses 2:10). Pero, ¿es posible que los que no han nacido de nuevo amen a los demás? No. Sin conocer el Evangelio del agua y el Espíritu y sin nacer de nuevo, y al ser un pecador cerrado en una mazmorra, es una ilusión pensar que una persona así pueda salvar a alguien. Queridos hermanos, ¿entienden esto? La gente que ha recibido la remisión de los pecados es la única que puede salvar a los demás de sus pecados y amar a estas almas.
Pero ¿qué pasa con los que no han nacido de nuevo todavía? Estas personas que no han nacido de nuevo son pecadoras todavía, ¿cómo van a poder salvar a los demás de sus pecados? Alguien que esté maldito por la Ley no puede ayudar a los demás a ser salvados de los pecados. Pero ¿acaso no hay muchos cristianos como estos en este mundo? En realidad, hay demasiados falsos ministros. Por el contrario, los líderes verdaderos que han nacido de nuevo por la fe que cree en la justicia de Dios, que solo son ministros después de nacer de nuevo son una minoría. Hay una gran multitud de falsos pastores en este mundo.
La Palabra de Dios es misteriosa y profunda
¿Qué dice el pasaje de las Escrituras de hoy? Génesis 29:2-3 dice: “Y miró, y vio un pozo en el campo; y he aquí tres rebaños de ovejas que yacían cerca de él, porque de aquel pozo abrevaban los ganados; y había una gran piedra sobre la boca del pozo. Y juntaban allí todos los rebaños; y revolvían la piedra de la boca del pozo, y abrevaban las ovejas, y volvían la piedra sobre la boca del pozo a su lugar”.
Queridos hermanos, cuando leemos los Cuatro Evangelios, incluyendo el Libro de Mateo, vemos que el Reino de los Cieloses un misterio. Mateo 13:11 dice: “Porque a vosotros os es dado saber los misterios del reino de los cielos; mas a ellos no les es dado”. ¿Qué significa esto? Cuando alguien que no conoce el Evangelio del agua y el Espíritu y no ha nacido de nuevo lee el Antiguo y Nuevo Testamento todo le parece la Ley. Para los que todavía son pecadores, la Palabra de Dios parece solo la Ley.
Está escrito que después de dar agua al rebaño, la piedra se volvía a poner en la boca del pozo. Queridos hermanos, escuchen esto. A los que no han nacido de nuevo porque no conocen el Evangelio del agua y el Espíritu, la Palabra de Dios entera les parece la Palabra de la Ley. Este es el misterio del Reino de los Cielos. Lo que estoy diciendo es que, si alguien no ha nacido de nuevo por el Evangelio del agua y el Espíritu, no es posible que entienda la Palabra de Dios.
Los falsos pastores ofrecen sermones basando sus propios pensamientos, diciendo: “Jesús es nuestro Salvador. No somos salvados por nuestras obras, sino por la fe que cree en la sangre justa derramada en la Cruz. Jesucristo ha eliminado todos mis pecados a través de la sangre derramada en la Cruz. Y por eso, somos justos. Pero a pesar de esto, pecamos todos los días. Y así, debemos arrepentirnos de nuestros pecados a diario para siempre y así alcanzamos la santificación”. Utilizan la Ley de esta manera para tapar la boca del pozo.
Pero ¿qué hacen los pastores que han nacido de nuevo de verdad? Cuando la congregación va al pozo, el verdadero pastor mueve la piedra y dice: “Eres un pecador según la Ley. Por este pecado estabas destinado a ir al infierno. No puede cumplir la Ley y necesitas librarte de tus muchos pecados”. Y los verdaderos pastores proclaman el verdadero Evangelio y ayudan a los miembros de su iglesia a plantarse en la verdadera fe. Estos siervos justos quitan la piedra de la Ley y proclama la justicia de Jesucristo, que está situada detrás de la piedra de la Ley. Y permite que la gente beba del pozo de agua viva. La gente puede calmar su sed y recibir fuerzas a través de esta agua. De esta manera, los verdaderos pastores de Dios pueden alimentar a los santos con la Palabra de Jesucristo. Y a través de esto, las ovejas que están reunidas en la Iglesia pueden recibir vida a través de la justicia de Jesucristo.
Los falsos pastores que no han nacido de nuevo hacen justo lo contrario. Cada semana predican sermones legalistas. Dicen: “Hemos creído en la sangre derramada en la Cruz de Jesús y hemos sido salvados. Pero todavía somos pecadores. Y debemos ser santificados todos los días. Debemos arrepentirnos de nuestros pecados todos los días. Y por eso, las iglesias que no están gobernadas por los verdaderos pastores ofrecen la posición de diáconos, evangelistas y ancianos a los que van a la iglesia, ofrecen grandes donaciones y parecen justos en la carne. No necesitan conocer el Evangelio del agua y el Espíritu en sus vidas espirituales. Y por eso, ¿qué predica un pastor que no ha nacido de nuevo? Su ministerio consiste en ofrecer sermones legalistas, incluyendo enseñanzas morales y éticas. ¿Cuál sería la orientación interna o las características de una iglesia así? Las vidas espirituales de esta iglesia serían un caos. No conocen las Escrituras ni el Evangelio del agua y el Espíritu. Como estos líderes no han nacido de nuevo quieren tener grandes iglesias, más salario y fama. Y así, incluso un creyente nuevo que da el diezmo y se somete a un pastor así se convierte en un anciano de repente. Un pastor de una iglesia así es un pastor falso. Estos pastores falsos siempre dan un mensaje que dice: “Cumplid la Ley y sed bendecidos”. Todos los sermones que ofrecen hablan de esto. Dicen: “Sea cual sea la situación, si quieren ser bendecidos, cumplan la Ley. Hagan el bien y vivan según la Palabra de Dios”. Pero, queridos hermanos, piensen en esto. ¿Cómo podemos los humanos vivir según la Palabra de Dios solo con sus esfuerzos? Podemos vivir una vida con virtud cuando Dios nos permite buscar Su justicia y tener la gracia de salvación a través de ella. ¿No es esto cierto?
Así, la Palabra de Dios es una Verdad misteriosa. Los falsos pastores que no han nacido de nuevo no pueden entender la justicia de Dios. Por eso estos pastores están involucrados en un ministerio falso.
La Biblia dice que hay dos tipos de pastores
Hay dos tipos de pastores en este mundo. Un verdadero pastor quita la piedra del pozo para que beban sus ovejas. Un pastor falso no quita la piedra y no puede ofrecer agua viva del pozo. Sin embargo, en este mundo hay más falsos profetas que no quitan la piedra que cubre el pozo y simplemente les dicen a sus ovejas que lo hagan ellas. Todo el mundo debe diferenciar correctamente a los buenos pastores de los falsos pastores.
Entonces, ¿cuál es el método para distinguir entre un buen pastor y un falso pastor? Un verdadero pastor no solo pone la Ley delante de las ovejas, sino que también pone la justicia de Dios con la Ley para que las ovejas coman de las dos. Esto es cierto. Un buen pastor verdadero no solo pone la Ley de Dios ante los santos. La Palabra de Dios dice: “Los justos vivirán por fe”. Por supuesto que los verdaderos pastores hablan de la Ley. Pero no les dicen a sus rebaños simplemente que la cumplan. Enseñan que la Ley es perfecta y hablan de su función. Y a través de esto, nos predican acerca de la justicia de Jesucristo que ha borrado todos nuestros pecados y fracasos. En otras palabras, un verdadero pastor libera a todos los creyentes con la Verdad del Evangelio que contiene la justicia de Dios. Es como el ministerio de Jesús que hizo posible la resurrección de Lázaro. Lázaro volvió a la vida cuando Jesucristo le ordenó en voz alta: “Lázaro, sal de ahí”. Entonces salió de su tumba envuelto con el sudario de su entierro y con una tela en la cara. Jesús les dijo a Sus discípulos: “Desatadle y dejadle ir” (Juan 11:44).
Lo mismo ocurre con ustedes. Cuando se acercan a la Iglesia de Dios, los verdaderos líderes resuelven el problema del pecado, así como las debilidades y límites de nuestras vidas a través de Palabra de Dios. Les dirán toda la Verdad: “Los humanos somos así de pecadores, pero la justicia de Jesucristo se ha ocupado de todas nuestras debilidades y límites”. Los falsos pastores no pueden resolver el problema del pecado, pero el verdadero pastor puede resolver todos los pecados de todos los pecadores a través de la justicia de Dios. En realidad, un buen pastor hace que los santos vayan a la Iglesia como rebaño de Dios para que prosperen y engorden. Las ovejas crecen de esta manera bajo la dirección de un buen pastor. El siervo de Dios enseña la Ley de Dios primero para que todo el mundo reconozca sus pecados claramente. Y cuando reconocen que son graves pecadores destinados a ir al infierno, el verdadero pastor les ayuda a ser salvados a través de la justicia de Dios.
Entonces, ¿qué hace un siervo de Dios después? Lleva a estos nuevos santos a vivir una vida de trabajadores de la justicia para que ellos también puedan ayudar a los demás a tener vida. Dicho de esta manera, un verdadero pastor les da el Evangelio de la salvación al enseñarles la justicia de Jesucristo. De hecho, un verdadero pastor cuida de su rebaño para que reciba el pan de vida y crezca sano todos los días. Un verdadero pastor es así.
¿Cómo es un pastor falso? Cada vez que las ovejas intentan beber agua, el pastor falso tapa la boca del pozo poniendo una piedra delante. El falso profeta pone la Ley delante del rebaño y no le permite comer de la justicia de Dios. Los falsos profetas ponen la Ley delante de sus congregaciones para que la cumplan. Dicen que las ovejas deben vivir por la Ley. Pero en realidad ellos tampoco cumplen la Ley. Se sientan en la silla de Moisés y les dicen a los demás que cumplan la Ley. No cumplen la Ley bien, sino que siguen pidiendo a los miembros de su iglesia que la cumplan. Enseñan que sus seguidores deberían cumplir la Ley bien para ser bendecidos. Enseñan que esta es la teología ortodoxa y la manera de recibir el amor de Dios. Quien hace esto es un falso maestro.
¿Qué hacen estos pastores falsos que hablan a gritos acerca de la Ley a sus ovejas? Ponen cargas muy pesadas sobre sus ovejas para que hagan obras de servicio. Siguen poniendo cargas pesadas en el corazón y la carne de las ovejas. Les imponen cargas físicas y espirituales. Hacen que los pecadores se conviertan en aún más pecadores para que les den su dinero. Entonces les dicen a sus ovejas: “Vendan sus casas y ofrézcanlas a Dios”. Ni siquiera les quitan la piel a sus ovejas correctamente antes de comérselas vivas.
Queridos hermanos, ¿por qué servimos a la justicia del Señor? Porque el Señor nos ha salvado perfectamente de todos nuestros pecados. Servimos a la justicia de Dios porque estamos agradecidos por la justicia del Señor. Estamos sirviendo al Señor para que los demás reciban la gracia de Dios con nosotros. Pero estos falsos profetas simplemente les dicen que sirvan a Dios con sus posesiones y con su dinero. Estos falsos profetas que no han nacido de nuevo hacen el mal hasta extremos insospechables.
¿Acaso no hay muchos cristianos pecadores que a punto de caer en la trampa de estos falsos pastores y cuyas vidas van a ser arruinadas? Hay muchos cristianos que han vendido sus casas para satisfacer a estos falsos pastores. Hace mucho tiempo, cierto predicador de resurgimiento dijo lo siguiente: “Si dan mucho dinero al Señor, serán muy bendecidos”. Y una anciana insensata que vivía en el campo lo escuchó y vendió su casa diciendo: “Mi casa vale $10,000 y si se la vendo y se la ofrezco a Dios, creo que me dará $20,000 en bendiciones”. Pero ¿qué pasó? No hay ninguna razón por la que Dios deba bendecir a alguien así. Esta anciana esperó 1, 2 y 3 años. Me enteré de que había muerto de una enfermedad mental.
Hay muchas personas que viven sus vidas cristianas de esta manera. ¿Qué tipo de fe enseña el cristianismo conservador en nuestro país? Enseña que, si se vive por la Ley, se reciben las bendiciones. Esta es una fe centrada en las bendiciones. Por eso las vidas espirituales de los miembros de esas iglesias hacen que cuando van a la iglesia, se comportan como ángeles y cuando van al mundo se comportan como pródigos. Cuando van a la iglesia, parecen humildes. Se preguntan los unos a los otros: “¿Cómo estás?” mostrando su falsa humildad. Pero ¿qué hacen cuando se van de la iglesia? Su humildad desaparece y se comportan de manera diferente.
¿Saben que hay muchas personas que usan la Biblia para engañar a otros en sus negocios?
Queridos hermanos, ¿saben que hay muchas personas que ponen la Biblia en sus oficinas y engañan a otros? Puede que ahora eso no funcione, pero en el pasado era efectivo. La gente solía decir: “He ido a su tienda y tenía una Biblia en el mostrador. ¿Cómo nos va a engañar una persona que cree en Jesús?”. Los coreanos tienen corazones grandes y confían en los demás fácilmente. Somos los mejores del mundo en cuanto a confianza. Los coreanos creemos en todas las religiones que entran en nuestro país. Creemos en los falsos pastores fácilmente, confiamos en la gente que enseña que si cumplimos la Ley seremos bendecidos y pensamos que creer es bueno pase lo que pase. Ninguna nación cree en cosas tan fácilmente como nosotros. Se nos llama la gente de la ropa blanca, y esto implica que somos puros y no violentos. Pero es problema es que la ropa blanca que tiñe fácilmente. Hablando espiritualmente, los coreamos creemos en cualquier cosa sin razonamiento. Los coreanos tendemos a creer en los chamanes, los adivinadores, los falsos predicadores de la Biblia y básicamente en cualquier cosa. Los coreanos creemos en lo que nos digan. Y entonces ¿cómo reaccionamos ante un verdadero predicador cuando habla? Decimos: “¡Oh! Lo que dice es diferente de lo que nos enseñan nuestros pastores”. Hay una tendencia a tratar al verdadero pastor que enseña la Verdad de la justicia de Dios como hereje. Esto está mal.
Si visitásemos las iglesias que se denominan ortodoxas o sus organizaciones misioneras veríamos que están diciendo cosas que no tienen sentido. Si algo no es correcto, tenemos la obligación ante Dios de denunciarlo. Si nuestros corazones son demasiado buenos y denunciamos lo que está mal como si fuera cierto, seremos castigados por Dios. Una iglesia falsa impone la Ley. Hace demasiado hincapié en las obras y alardea de su propia justicia ante los demás. Cuando hacen esto, ni siquiera ayudan a los demás. Aunque ayuden, solo fingen hacerlo. Están demasiado ocupados alardeando con sus obras. No están interesados en glorificar al Señor, pero piensan solo en el honor de su iglesia o denominación. Esta no es la fe. Están son las obras del hombre.
Queridos hermanos, deben saber cuál es la verdadera Iglesia y quién es un verdadero o falso pastor. Como les he dicho, un pastor que no conoce la justicia de Dios y solo impone la Ley de Dios es un falso pastor. En nuestras vidas espirituales lo primero que debemos tener es la fe que cree solo en la justicia de Dios y la segunda prioridad son nuestras obras. ¿Qué vino primero el huevo o la gallina? La gallina. La Biblia dice que en el principio Dios lo creó todos según su tipo. Piensen en esto: ¿Nació Adán como un bebé? Dios creó a Adán como un hombre joven, una persona adulta. Y entonces tomó una costilla de Adán y creó a la mujer. Sí. La Biblia dice que la fe viene primero y las palabras después.
Pero ¿qué enseñan los falsos maestros? Dicen que la fe que cree en la sangre de la Cruz viene primero y las obras después. Esto parece similar. Pero los falsos profetas solo predican la sangre en la Cruz. Y siempre hacen hincapié en las obras más que en la sangre de Jesús en realidad. Dicen: “Servid a Dios un poco más, un poco mejor”. Cuando los santos intentan beber agua viva de la Palabra de Dios, estos falsos líderes lo impiden poniendo una piedra enorme delante de ellos y diciendo: “Haced más. Debéis vivid una vida más justa. Debéis hacerlo mejor. Debéis vivir por la Ley”. ¿Qué les pasa a estos creyentes? Se cansas y desfallecen. Incluso ahora hay muchas personas que enseñan y guían de esta manera.
Queridos hermanos, debemos diferenciar entre los verdaderos pastores y los falsos pastores y la verdadera iglesia de las iglesias falsas. Las falsas iglesias hablan mucho acerca del amor, pero no tienen amor verdadero. No tienen el amor que sale de un corazón agradecido.
Miren a la gente que cría cerdos. Cría cerdos para matarlos un día. Lo mismo ocurre con los pastores de las iglesias falsas. Para recibir el diezmo y otras donaciones les dicen a los miembros de sus iglesias que hagan ciertas osas para ser bendecidos. No aman de verdad a las almas ni enseñan cómo recibir la remisión de los pecados. Y no nutren a las almas con la Palabra de Dios para que estas almas disfruten con gozo las bendiciones del Señor. Si sus seguidores les obedecen primero, pero luego dejan de obedecerles, es el fin. Los legalistas y los falsos profetas empiezan a considerar a estos creyentes que no se someten a ellos como sus enemigos.
Como se muestra en el pasaje de las Escrituras de hoy, la persona que quita la piedra del pozo y hace que las ovejas beban agua es un buen pastor. ¿Quién es un verdadero pastor hoy en día? Un verdadero pastor es alguien que proclama la Verdad de que Jesucristo cargó con todos nuestros pecados y maldiciones de la Ley para eliminarlos. ¿Lo entienden? Les digo esto porque hay muchos falsos pastores en este mundo.
Queridos hermanos, piensen en esto. ¿Hay muchos verdaderos pastores en este mundo? Son la completa minoría. Son muy pocos. Por tanto, debemos predicar el Evangelio del agua y el Espíritu a todo el mundo. ¿Tienen conocimiento espiritual para distinguir entre un pastor verdadero o falso? Cuando comparten el Evangelio con nosotros, o cuando vienen a una Iglesia verdadera y escuchan la Palabra de la Verdad, pueden saber si nuestra Iglesia es una Iglesia verdadera de Dios o no.
En el pasaje de las Escrituras de hoy Jacob fue a su tío Labán y cuidó de sus ovejas. Queridos hermanos, somos como Jacob. Jacob era una persona astuta y un mentiroso, pero recibió las bendiciones ante Dios al obedecer a su madre completamente. Ocurre lo mismo con los que somos pecadores pero nacimos de nuevo al tener la fe que cree en la justicia de Jesucristo.
Jacob era una persona que mentía mucho y no era bueno. Era como una lombriz. Entonces, ¿qué hay de nosotros? Somos iguales. Sin embargo, nuestro Dios nos ha salvado a todos los que somos así del pecado con Su justicia. Este Dios ha establecido a un siervo como Jacob como su pastor. Ha hecho que esta persona quite la piedra de la boca del pozo y cuide de las ovejas y que sea un buen pastor. Sí. Nuestro Dios hizo a Jacob un verdadero pastor. Dios quiere ser el Dios de los que creen en Su justicia como Jacob.
Si la Ley obstruye el camino, la gente no recibirá la remisión de los pecados. El Señor Jesús dijo: “No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas; no he venido para abrogar, sino para cumplir” (Mateo 5:17). Debemos hacer la obra de cumplir la Ley con la justicia de Dios. Cuando enseñamos la Ley a cualquier person y después introducimos la justicia de Dios, nuestra audiencia recibirá la remisión de sus pecados por fe.