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Tema 6: Herejía

[6-24] La lección de la Torre de Babel (Génesis 11, 1-9)

La lección de la Torre de Babel(Génesis 11, 1-9)
«Tenía entonces toda la tierra una sola lengua y unas mismas palabras. Y aconteció que cuando salieron de oriente, hallaron una llanura en la tierra de Sinar, y se establecieron allí. Y se dijeron unos a otros: Vamos, hagamos ladrillo y cozámoslo con fuego. Y les sirvió el ladrillo en lugar de piedra, y el asfalto en lugar de mezcla. Y dijeron: Vamos, edifiquémonos una ciudad y una torre, cuya cúspide llegue al cielo; y hagámonos un nombre, por si fuéremos esparcidos sobre la faz de toda la tierra. Y descendió Jehová para ver la ciudad y la torre que edificaban los hijos de los hombres. Y dijo Jehová: He aquí el pueblo es uno, y todos éstos tienen un solo lenguaje; y han comenzado la obra, y nada les hará desistir ahora de lo que han pensado hacer. Ahora, pues, descendamos, y confundamos allí su lengua, para que ninguno entienda el habla de su compañero. Así los esparció Jehová desde allí sobre la faz de toda la tierra, y dejaron de edificar la ciudad. Por esto fue llamado el nombre de ella Babel, porque allí confundió Jehová el lenguaje de toda la tierra, y desde allí los esparció sobre la faz de toda la tierra».
 

El linaje de todas las razas de este planeta se remonta a Noé y a sus hijos y nueras, que empezaron a multiplicarse de nuevo, cuando salieron del arca tras el diluvio. La Biblia dice: «Tenía entonces toda la tierra una sola lengua y unas mismas palabras. Y aconteció que cuando salieron de oriente, hallaron una llanura en la tierra de Sinar, y se establecieron allí. Y se dijeron unos a otros: Vamos, hagamos ladrillo y cozámoslo con fuego». Esto indica que la gente de aquel entonces intentaba construir una sociedad que estuviese muy unida para no quedar esparcidos por la tierra. Antes de la construcción de la Torre de Babel, solo había una lengua en el mundo. Pero como dice la Biblia, surgieron muchas lenguas después de la destrucción de la torre.
 


Las lecciones de la Torre de Babel


Los descendientes de Noé eran una familia, y hablaban el mismo idioma. Al viajar hacia el este, se encontraron con una llanura en la tierra de Sinar, y allí construyeron la Torre de Babel para estar unidos. La llanura de Sinar estaba situada en lo que hoy en Irak, y en esta región se establecieron y formaron una comunidad unida. Suponemos que esta región era muy fértil en aquel entonces, con grandes campos verdes y mucha fauna para poder comer. Allí construyeron una torre para llegar a los cielos y así hacerse un nombre para sí mismos y evitar ser esparcidos por toda la tierra. Cuando Dios vio cómo esta gente se había unido para hacerse un nombre, se dio cuenta de que si toleraba este acto de arrogancia, los hombres pensarían que nada les era imposible. Así que Dios puso fin a la construcción de la Torre de Babel.
Aquí hay una buena lección espiritual que todos podemos aprender: cuando los seres humanos nos unimos, podemos conseguir avances materiales impresionantes, pero entonces la humanidad se levanta contra la justicia de Dios. Así que la lección del pasaje de las Escrituras de hoy es que los humanos no debemos desear prosperar por nuestra cuenta sin tener fe en la justicia de Dios.
¿Cuál era la intención de esta gente cuando intentaba construir una torre que llegase al cielo? Ser exaltados. En otras palabras, la arrogancia de sus corazones llegó al cielo, y se levantaron contra la justicia de Dios. No hay otra razón para explicar por qué tenían tanto empeño en construir la Torre de Babel para llegar al cielo. Después de todo, podrían haber construido edificios normales para vivir. Pero no se dieron cuenta de que Satanás estaba obrando en este mundo a través de sus pensamientos.
El hombre justo es un desafío a Dios. Intentar establecer la justicia humana es lo mismo que alardear del poder ante Dios, y esto demuestra que se ha perdido la postura humilde que confía en la justicia de Dios. Así que deben darse cuenta de que está mal establecer la justicia propia ante Dios. El que la humanidad intentase construir una ciudad y una torre para llegar al cielo es lo mismo que rechazar la misericordia de Dios y provocar Su ira. Históricamente, cuando los seres humanos intentaron construir la Torre de Babel, después del diluvio universal, fueron esparcidos por la tierra, y por este incidente la gente del mundo habla idiomas distintos. Esto ocurrió como resultado de la ira de Dios provocada por la acción humana. Esto demuestra que Dios aborrece a los que se dejan gobernar por Satanás y se levantan contra Su justicia.
Incluso hoy en día podemos ver que, como los que construyeron la Torre de Babel, los seguidores de las religiones del mundo también se levantan contra la justicia de Dios acumulando su propia justicia. Toda religión en este mundo está retando a la justicia de Dios. Con su propia justicia, los seguidores de la religión están desafiando a Dios y a Su justicia. ¿No creen que a todo el mundo le gusta alardear de sus propias virtudes? Hoy en día, todo el mundo intenta acumular buenas obras y levantarse contra Dios, Su justicia y el Evangelio del agua y el Espíritu. La justicia de la humanidad es una afrenta a la justicia de Dios, y provoca la ira de Dios.
 


Las almas de la gente confusa espiritualmente


La Biblia dice que la Torre de Babel estaba hecha de asfalto y de ladrillos. Cuando se construye un altar a Dios tiene que estar hecho de piedra, pero esta gente construyó la Torre de Babel con ladrillos y asfalto. Esto implica que intentaron acercarse a Dios con una fe confusa que salía de sus propias ideas. Si alguien llama al Señor con esta fe tan confusa, ¿creen que el Señor les contestará? Por supuesto que no. Cuando se cae en las creencias erróneas, casa vez se está más confundido mientras se intenta escapar de esa situación, pero al final se cae todavía más bajo. Esto le pasa a todo el mundo. Por eso, los que quieren escapar de sus creencias deben primero conocer el Evangelio del agua y el Espíritu y creer en él de corazón. Si no lo hacen, nunca podrán escapar de las creencias falsas, y serán destruidos por su confusión. Los que no conocen el Evangelio del agua y el Espíritu serán destruidos para siempre por el pecado de levantarse contra la justicia de Dios con su propia justicia humana.
Con los sucesos que ocurrieron en la Torre de Babel, la Biblia nos enseña la fe falsa basada en los pensamientos carnales. A no ser que se levanten contra la justicia de Dios, deben creer que el Evangelio del agua y el Espíritu de Dios es la verdadera salvación. Muchos cristianos crean sus propias creencias confusas basadas en sus ideas humanas, y se aferran a ellas en vez de creer en el Evangelio del agua y el Espíritu. Por eso están llevando a muchos otros por el camino de las creencias confusas.
Hay muchos cristianos de hoy en día que están llenos de su propia justicia. Aunque su fe es falsa y está hecha de ideas humanas como la Torre de Babel, llena de confianza humana, esta gente cree en vano. Por eso las comunidades cristianas que tienen esta fe odian el Evangelio del agua y el Espíritu. El mensaje importante que Dios nos está comunicando a través del incidente de a Torre de Babel es que aborrece a los que se unen entre ellos con sus ideas humanas. Deben darse cuente de que cuando los cristianos del mundo que tienen una fe carnal se juntan, se levantan contra Dios.
¿Qué hacen los cristianos de hoy en día con creencias carnales cuando se unen? Levantarse contra la justicia de Dios. Su unidad no es lo que está mal, sino las consecuencias de su fe, que les hacen cometer el peor pecado de todos, que es levantarse contra la justicia de Dios y oponerse al Evangelio del agua y el Espíritu. Cuando observamos la fe de los que se oponen a la justicia de Dios, podemos ver que están intentando establecer su propia justicia humana. En otras palabras, desobedecen la voluntad de Dios y se levantan contra el Evangelio del agua y el Espíritu de Dios. Una lección que todos debemos considerar con cuidado una vez más, es que cuando la gente carnal se une, acaba cometiendo el pecado de levantarse contra la justicia de Dios. Por eso no deben unirse con los cristianos carnales. Entonces deben darse cuenta de que Dios no puede estar contento con esta gente pecadora.
Como Dios no estuvo contento con la arrogancia humana demostrada en la Torre de Babel, Dios confundió la lengua que hablaba esa gente. Les quitó poder e hizo imposible que se pudiese completar la Torre de Babel. Sin embargo, los cristianos de hoy en día están haciendo la obra que no le complace a Dios. ¿Qué podemos aprender aquí? Debemos aprender que las creencias confusas de la humanidad les hacen actuar de cierta manera. Debemos tener la fe correcta, entender la justicia de Dios y creer en ella según la Verdad.
¿Cómo era de alta la Torre de Babel que se construyó en tiempos del Antiguo Testamento? No lo sabemos, porque no está escrito en la Biblia. ¿Cuántos pisos tiene el edificio más alto del mundo? Tiene 101 pisos. ¿En qué país está? En Taiwán. ¿Cuál es la altura de este edificio? 509 metros. Aunque no sabemos lo alta que era la Torre de Babel, como toda la humanidad se había unido para construirla, debía haber sido bastante alta. Pero lo importante es considerar que Dios confundió la lengua de la humanidad y la esparció.
Ayer fue el cumpleaños de Siddharthat, el fundador del budismo, y he oído que la Iglesia Católica ha enviado una carta de felicitación a la comunidad budista. La Iglesia Católica en Corea también envió una felicitación y envió a un delegado al templo budista para celebrar ese día en persona. Hoy en día se ha hecho bastante popular que los líderes religiosos aprueban otras religiones. El movimiento ecuménico es la prueba de esta moda. Muchos cristianos participan en este movimiento. Ahora vivimos en una era en la que todas las religiones del mundo se unen en una sola.
¿Cuál es el objetivo de esta unificación religiosa? Levantarse contra la justicia de Dios. En otras palabras, la gente se está uniendo con su fe confusa para oponerse a la justicia de Dios. Esto era inimaginable hace años. Pero ahora, en estos últimos días del mundo, la humanidad está llevando a cabo este movimiento ecuménico unificador. Esta es la versión moderna de la Torre de Babel, donde los humanos se convierten en uno, no puede ocurrir en este mundo que no cree en nada y que está lleno de egoísmo, y no debe ocurrir.
Hace tiempo había mucha hostilidad entre los practicantes de diferentes religiones. El cristianismo en particular, siempre estaba rechazando a otras religiones, argumentando que se debía creer según la Biblia. Al contrario que el cristianismo, que es monoteísta, el budismo dice: «Todo el mundo es un dios. Debemos llegar al Nirvana con disciplina hasta llegar al estado divino». Así que hasta hace poco, los seguidores de estas dos religiones solía discutir. Pero ahora, ambos dicen que todos debemos aprobar y entender todas las religiones. También las iglesias protestantes defienden el pluralismo religioso últimamente, y todos los años hay una conferencia como la Conferencia Mundial sobre la Religión y la Paz, que se celebra para intentar que todas las religiones del mundo se unan. Esto está ocurriendo en todo el mundo. El movimiento ecuménico es global. Las monjas católicas y las budistas cantan himnos juntas. Espiritualmente, esta es la misma fe de los que construyeron la Torre de Babel. En otras palabras, todas las religiones del mundo están uniéndose.
La palabra Babel, de la Torre de Babel, significa confundir. Por esto la confusión espiritual ha descendido sobre las almas que viven en este mundo. Los líderes religiosos de estos tiempos dicen que es un paso hacia delante que todas las religiones se unan. Pero este movimiento que aspira a la unidad religiosa, ¿creen que es positivo? Los defensores de este movimiento se unirán y se levantarán contra la justicia de Dios, y cuando esto ocurra, se encontrarán con la destrucción espiritual. En el Antiguo Testamento, Dios confundió la lengua de la humanidad y esparció a los seres humanos por todo el mundo para que no pudieran completar la Torre de Babel. Pero ahora, como Jesucristo ha venido al mundo y le ha dado a la humanidad el Evangelio del agua y el Espíritu, ha hecho posible que quien crea en este Evangelio sea salvado en Cristo. Sin embargo, los que no aceptan esta gracia en sus corazones, serán destruidos para siempre.
Pase lo que pase debemos vivir unidos con el Señor y confiando en la justicia de Dios y el Evangelio del agua y el Espíritu. Nunca debemos unirnos con la gente carnal que tiene creencias falsas. Sería maravilloso si todas las religiones del mundo recibieran la remisión de los pecados al creer en la justicia de Dios y en Jesús como el Salvador. Pero cuando los seres humanos se unen, solo llegan a tener una fe corrupta. Al final, si alguien se une a los pensamientos carnales de la humanidad, se levantará contra la justicia de Dios y Su Palabra y acabará construyendo una Torre de Babel con su propia justicia. Si alguien cae en las ideas humanas y vive su fe con la gente del mundo, no solo perderá su alma, sino que acabará destruyendo las almas de otras personas. Es estúpido intentar entender la justicia de Dios con los pensamientos carnales. Si la gente de hoy en día vive una vida carnal y una fe unida, solo producirá una fe corrupta. Cuando esto ocurra, sus mentes no podrán entender el Evangelio del agua y el Espíritu que Dios nos ha dado a todos, aunque se les predique, ni podrán creer en él. Por eso los que no creen en el Evangelio del agua y el Espíritu insisten con una sola voz que están en lo cierto con sus ideas humanas. Estas personas deben deshacerse de sus pensamientos falsos ahora mismo. Si no lo hacen, no podrán escapar de la muerte espiritual.
Dios se complace mucho más cuando la gente le teme y le sigue confiando en Su justicia, en vez de cuando se une. Si la gente se une con su propia justicia, acaba levantándose contra Su justicia. Así que deben entender que está mal alardear de la justicia humana. Incluso nosotros, que somos justos por creer en el Evangelio de Dios, el Evangelio del agua y el Espíritu, si nos unimos con nuestras ideas humanas y nuestra justicia, acabaremos separándonos de Dios y siendo condenados. Los justos debemos unirnos para ser uno con la justicia de Dios y para servir al Evangelio que Jesucristo completó. No debemos unirnos con los que tienen una mente carnal, sino con los que creen en la justicia de Dios y la siguen, y con los que obedecen la voluntad del Señor.
Lo más importante que podemos destacar de la Torre de Babel es lo siguiente: no debemos unirnos con la gente carnal y perseguir a los santos que creen en la justicia de Dios. Aunque seamos justos, si dejamos que nuestros pensamientos humanos y nuestras emociones nos lleven a la gente del mundo, nuestra fe espiritual morirá. Esto se debe a que, si nos levantamos contra la justicia de Dios, moriremos espiritualmente. Nunca debemos dejar que esto ocurra porque tenemos fe en la justicia de Dios.
En la historia de la Torre de Babel, puedo ver que los que creemos en el Evangelio del agua y el Espíritu podemos ir por el mal camino. Debemos tener mucho cuidado, porque todos los que creemos en el Evangelio del agua y el Espíritu somos también humanos. Cuando la humanidad se une, tiene un gran poder para levantarse contra la justicia de Dios. La justicia humana solo puede romperse con la justicia de Dios. Solo cuando una persona conoce esta justicia de Dios, puede admitir que no tiene justicia humana. La justicia de la humanidad debe rendirse ante la de Dios.
Aunque vivamos confiando en el Evangelio del agua y el Espíritu ahora, antes de conocer este Evangelio de Verdad, pensábamos que las creencias carnales eran ciertas. Por tanto, debemos recordar la Torre de Babel, y no repetir ese error. Aunque todo el mundo se esté uniendo para luchar contra la justicia de Dios, como los que construyeron la Torre de Babel, los justos no debemos vivir con esta gente, sino que debemos confiar en la justicia de Dios, temerle, y obedecer Su voluntad por fe. En estos últimos días, toda la humanidad prefiere ser egoísta a la justicia de Dios, y se une para servir al Diablo y oponerse a la justicia de Dios. Pero incluso de esta manera, si vivimos confiando en la justicia de Dios, podremos vencer al mundo.
El mundo entero está unificando la religión, y los que se levantan contra la justicia de Dios se quieren unir al Diablo. Al final, sucumbirán a la riqueza y a la fama de este mundo y a su poder y autoridad, y muchos apoyarán al Anticristo y se levantarán contra Dios y Sus santos. Cuando llegue el último día, el mundo entero quedará unido bajo una sola religión.
¿Sabían que es un pecado grande a los ojos de Dios unirse con las virtudes humanas como base? ¿A que no se han dado cuenta? Puede que todavía se pregunten por qué es un pecado que los seres humanos se junten alrededor de sus propias virtudes. De hecho, en vez de constituir un pecado, puede que piensen que no pasa nada por unirse y establecer la justicia humana. ¿Y nuestros diáconos? ¿Piensan que es bueno que la humanidad se una? Antes de recibir la remisión de lo pecados al creer en el Evangelio del agua y el Espíritu, seguramente no imaginaron que había nada malo en las virtudes humanas. Pero ahora que han recibido la remisión de los pecados, deben darse cuenta de que levantase contra la justicia de Dios es establecer nuestra propia justicia. Pero los que insisten en sus virtudes humanas, no se dan cuenta de que su unidad constituye un pecado grave ante Dios. Piensan que la humanidad se une por el bien de la raza humana, aunque Dios sea excluido.
Entre las virtudes humanas y la justicia de Dios, ¿cuál pensábamos que era correcta en nuestro subconsciente? ¿Acaso no pensábamos que era bueno que los seres humanos se uniesen? ¿Acaso no creíamos que la unidad de la humanidad era maravillosa? ¿Qué pensaban nuestras hermanas? ¿Pensaban que era bueno que la humanidad se uniese o no? Así que pensaban que era bueno. La hermana Eunyoung y la hermana Jihye han dicho que pensaban que era bueno. ¿Y nuestros diáconos? ¿Qué pensaban sobre este asunto? Quizá la diacona Youngae Kim tiene algo que decir, ¿le gustaría compartir sus ideas con nosotros?
(Nota del editor—a continuación aparece un extracto de la respuesta de la diacona Kim: «Antes de recibir la remisión de los pecados, solía evitar todas las reuniones sociales, porque no me gustaba conocer a gente nueva. Pero al mismo tiempo envidiaba a la gente que tiene don de gentes y puede hablar con los demás fácilmente. Este era uno de mis problemas más graves, incluso después de recibir la remisión de los pecados por el Evangelio del agua y el Espíritu. Pero ahora me han dicho que debo unirme con los justos de la Iglesia de Dios, y eso es lo que estoy haciendo»). Gracias por su comentario sincero.
Durante todo este tiempo, nuestros pensamientos creían que la unidad era buena. ¿No es esto lo que pensaban? ¿Y ustedes? ¿No creían que unirse era bueno? Todos solíamos pensar que la unidad era buena y deseable, ya fuera unidad de naciones o de personas. ¿Acaso no creían los diáconos que llevarse bien con todo el mundo era bueno, como la hermana Kim? Seguro que sí. ¿Acaso no pensábamos todo lo mismo?
Sin embargo la Biblia dice que está mal que los seres humanos se unan por sí mismo. La unidad con Dios es diferente a la unidad de los seres humanos. Unirse a la Iglesia de Dios es seguir la voluntad del Señor; requiere unirse a la justicia de Dios por fe, y después unirse con los demás que creen en la justicia de Dios. Esta es la unidad correcta que todos deberíamos conseguir. Pero intentar unirse entre los seres humanos es diferente a unirse con la justicia de Dios, y por eso es un pecado. Como la justicia de Dios es para todos nosotros, incluidos los diáconos, nos hemos unido a la Iglesia.
La Biblia nos está diciendo que no está bien que los seres humanos se unan con su fe carnal. Cuando los hombres se unieron, intentaron construir la Torre de Babel en la llanura de Sinar, pero Dios descendió y confundió su lengua. La gente de aquel entonces podía unirse contra Dios porque tenía la misma lengua, y por eso Dios la confundió. Ahora, por supuesto, hay muchos idiomas por todo el mundo y por eso tenemos problemas con la barrera del idioma para predicar el Evangelio del agua y el Espíritu. Si la humanidad de aquel entonces no hubiese construido la Torre de Babel, el mundo podría entender el Evangelio del agua y el Espíritu, y este podría obrar en sus corazones.
Aunque el pasaje de las Escrituras de hoy es corto, dentro de él, Dios nos está proporcionando la historia de los comienzos de la maldad de todas las religiones de este mundo. Cuando analizamos este pasaje de cerca, podemos ver cómo la historia de las religiones de la humanidad empezó y qué hay de malo en ellas. 
Hoy en día, el cristianismo está involucrado en el Movimiento Ecuménico. Los cristianos que participan en este movimiento se quieren convertir en la luz del mundo, pero para demostrar su fuerza, lo que está en contra de la voluntad de Dios. Esto se debe a que es una reunión de gente que tiene una fe falsa y que intenta retar a Dios y a Su justicia. Los cristianos de hoy en día intentan unirse entre ellos según los pensamientos carnales de la humanidad, pero Dios no lo permitirá y los esparcirá. Como conocemos la justicia de Dios, podemos darnos cuenta de esta voluntad.
La Torre de Babel simboliza la falacia espiritual de la unidad. La gente intenta reconciliar diferentes creencias religiones y las confunde, y los que siguen este tipo de fe recibirán maldiciones de Dios. Muchas personas dicen creer en Jesús pero ya están comprometidas espiritualmente. Como toda religión de hoy en día está construida sobre doctrinas sin fundamento, si la Palabra de la Verdad las mueve, todas caen como una casa construida sobre arena. Aunque parezca que esta gente está difundiendo grandes doctrinas, en realidad, cuando entienden la Verdad que ha venido por el Evangelio del agua y el Espíritu, pueden darse cuenta de lo que está mal con estas doctrinas de las religiones del mundo. Con su fe carnal, es decir con su fe confusa, los practicantes de la religión se levantan contra la justicia de Dios, y esto es lo que está mal.
El pasaje de las Escrituras de hoy está seguido de la genealogía de los que creyeron en la justicia de Dios, es decir la genealogía de Sem, el primer hijo de Noé. Los descendientes de Sem aparecen en la lista, donde al final aparece Taré, padre de Abraham, el padre de la fe. Según la tradición oral, Taré, el padre de Abraham, hacía ídolos y los vendía. Esto implica que la fe de Taré era unificadora. Creía en Dios y en otras deidades, pero Abraham no era como su padre. Cuando se le apareció Dios y le habló, Abraham creyó en la Palabra de Dios y la obedeció completamente.
El pasaje de las Escrituras de hoy nos dice cómo debe ser nuestra fe ante Dios. El episodio de la Torre de Babel nos demuestra claramente que solo los que siguen a Dios confiando en Su justicia pueden vivir vidas de fe correctamente. Todos los que no siguen la Palabra de Dios están equivocados, ya demuestren su desobediencia individualmente, colectivamente o nacionalmente. Por tanto, la fe de los que siguen al Señor según su voluntad es un pecado.
Si no podemos seguir la voluntad de Dios con nuestra fe en Su Palabra, todo está mal. Muchos cristianos intentan vivir su fe según su voluntad, ¿pero es esto posible? ¿Tiene Dios expectativas sobre la voluntad humana? Dios es el Creador, que creó la humanidad, y puede contar nuestros cabellos (Mateo 10, 30). Este Dios sabe bien que los seres humanos no podemos llegar a tener una justicia que pueda ser aprobada por Él, por mucho que lo intentemos. Aunque muchos cristianos tengan mucha voluntad y estén decididos a demostrar su propia justicia, como en la Torre de Babel, basándose en doctrinas falsas, Dios les está diciendo que alcancen Su justicia creyendo en el Evangelio del agua y el Espíritu.
En una lucha entre la justicia de la humanidad y la justicia de Dios, ¿cuál prevalecerá? Por supuesto que la justicia de Dios. La torre de la fe inútil que los seres humanos han construido por su propia voluntad, se vendrá abajo y se arruinará. Toda la fe humana es inútil. En Jinan, una ciudad al sudoeste de Corea del Sur, hay un par de montañas llamadas Montañas Mai, que parecen un par de orejas de caballo. (Nota del editor: la palabra mai significa oreja de caballo). Los que visitan estas montañas pasan por pagodas de piedra que un ermitaño construyó durante toda su vida como parte de su ritual ascético. ¿No creen que este ermitaño se sentiría muy vacío si un día viera que sus pagodas se habían destruido después de tanto trabajo? Aunque le costó toda una vida construir las torres, solo se necesita un momento para que se derrumben. La humanidad construyó la Torre de Babel, pero Dios la derrumbó en un momento. 
El incidente de la Torre de Babel, que aparece en Génesis, nos proporciona una lección profunda a todos los que creemos en el Evangelio del agua y el Espíritu. Si no hubiera sido por este suceso, ahora no nos tomaríamos tanto tiempo en aprender otro idioma. Además esto nos recuerda que todo el mundo puede ser tentado a construir su versión de la Torre de Babel. Esto se debe a que todo el mundo quiere vivir en unión con los demás. Aunque es un deseo común al ser humano vivir en armonía con los demás, este deseo no debe llevar a levantarse contra Dios y separarse de Él. Sin embargo, el problema es que la gente hace esto.
Durante siglos la humanidad ha intentado asegurar su felicidad por su cuenta. Pero esto es simplemente imposible. Como está separada por Dios, la humanidad no puede practicar el bien o ser feliz por su cuenta. Por eso Dios nos ha dado el Reino de los Cielos para vivir en perfecta armonía para siempre. Como seguidores del Evangelio del agua y el Espíritu, damos gracias, alabanza y gloria a nuestro Señor por darnos el Reino de los Cielos.
Pero todavía hay algo con lo que debemos tener cuidado: no cometer el pecado de separarnos del Dios de la Verdad, al vivir nuestras vidas de fe según nuestros pensamientos humanos. La lección de la Torre de Babel nos enseña que debemos desechar nuestras creencias carnales y tener una fe espiritual. El Señor no nos ha dado un Evangelio simple, sino que nos ha dado el Evangelio del agua y el Espíritu. No quiere que crean en un evangelio confuso y dogmático que insiste que solo la sangre de la Cruz salva, sino que quiere que crean en el Evangelio del agua y el Espíritu. El Señor nos ha dado la salvación a todos los que creemos en el Evangelio del agua y el Espíritu. Por tanto, vivamos confiando en este Evangelio del agua y el Espíritu.