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Kazania

Tema 24: SERMONES PARA LOS QUE SE HAN CONVERTIDO EN NUESTROS COLABORADORES

[24-22] ¿Es beneficioso para la Iglesia de Dios tener jueces? (Jueces 3, 7-14)

(Jueces 3, 7-14)
«Hicieron, pues, los hijos de Israel lo malo ante los ojos de Jehová, y olvidaron a Jehová su Dios, y sirvieron a los baales y a las imágenes de Asera. Y la ira de Jehová se encendió contra Israel, y los vendió en manos de Cusan-risataim rey de Mesopotamia; y sirvieron los hijos de Israel a Cusan-risataim ocho años. Entonces clamaron los hijos de Israel a Jehová; y Jehová levantó un libertador a los hijos de Israel y los libró; esto es, a Otoniel hijo de Cenaz, hermano menor de Caleb. Y el Espíritu de Jehová vino sobre él, y juzgó a Israel, y salió a batalla, y Jehová entregó en su mano a Cusan-risataim rey de Siria, y prevaleció su mano contra Cusan-risataim. Y reposó la tierra cuarenta años; y murió Otoniel hijo de Cenaz. Volvieron los hijos de Israel a hacer lo malo ante los ojos de Jehová; y Jehová fortaleció a Eglón rey de Moab contra Israel, por cuanto habían hecho lo malo ante los ojos de Jehová. Este juntó consigo a los hijos de Amón y de Amalec, y vino e hirió a Israel, y tomó la ciudad de las palmeras. Y sirvieron los hijos de Israel a Eglón rey de los moabitas dieciocho años».
 
 
A lo largo de este campamento de discípulos he estado predicando mis sermones centrándome en el Libro de Jueces. Con los 21 capítulos del Libro de Jueces me costaría por lo menos un año tratar de todo lo que trata en profundidad. Pero en este momento quiero centrar mi sermón en el tema principal del Libro de Jueces. Entonces pasaremos a otros pasajes mañana por la mañana y al mediodía.
Voy a empezar resumiendo el tema principal de la lectura de las Escrituras de hoy: el pueblo de Israel estaba haciendo el mal a los ojos del Señor Dios. Estaban adorando a los baales e imágenes de Aserá. Así que Dios los vendió a manos de un rey extranjero llamado Cusan-risataim y los hijos de Israel sirvieron a este rey durante ocho años. Cuando el pueblo de Israel clamó el nombre del Señor por su sufrimiento en la esclavitud, el Señor les envió un liberador, un juez llamado Otoniel. Era el líder del pueblo de Israel en aquel entonces. Dios lo levantó como líder de Israel y obró a través de Otoniel para vencer al Rey Cusan-risataim. Después de vencer en esta guerra, Israel fue una nación próspera y en paz durante cuarenta años.
Sin embargo, cuando Otoniel murió el pueblo de Israel empezó a adorar ídolos de nuevo. Dios permitió que fuesen derrotados por Eglón, rey de Moam, y los israelitas fueron esclavizados por los moabitas durante 18 años.
Este es el tema del pasaje de las Escrituras de hoy.
 
 
¿Tienen un líder espiritual?
 
Les voy a hacer una pregunta: ¿fue bueno o malo para el pueblo de Israel tener un juez que les juzgase? Esta es una pregunta profunda y es muy importante que todos conozcamos la respuesta correcta. Podemos ver de nuestras varias experiencias espirituales que es bueno tener un líder espiritual. En los tiempos de los jueces el pueblo de Israel estaba cansado de tener un líder. Consideraban que los siervos de Dios eran una molestia y demasiado pesados.
De manera similar, incluso entre los santos redimidos de hoy en día hay gente que no aprecia a los siervos de Dios y piensa que lo que la Iglesia de Dios está haciendo para predicar el Evangelio es muy pesado y no tiene sentido. Mientras que la mayoría de los santos obedecen contentos la voluntad de Dios en unidad con Su Iglesia, hay algunos que no sienten lo mismo. De hecho, algunos de los santos pueden incluso pensar que pueden hacer todo lo que quieran y prosperar si no tienen líderes. Parece que pueden prosperar en cuerpo y espíritu sin un líder espiritual. En sus mentes carnales piensan que los líderes de la Iglesia de Dios les molestan. Puede parecer que no vale la pena tener un líder espiritual, y que solo están para interferir en sus vidas y oprimirles en vez de darles libertad.
Pero ¿qué le ocurrió al pueblo de Israel cuando no tenía líderes? Perdieron sus guerras. ¿Y qué hay de nosotros? Para nosotros, no tener líderes simplemente significa perder nuestras batallas espirituales. ¿Qué nos ocurriría? Que seríamos esclavizados. Todo el mundo debe someterse y server al Señor o a este mundo. Esta es una ley inamovible. ¿Qué prefieren entonces: tener a un siervo de Dios a su lado o ninguno?
Como hemos visto en el pasaje de las Escrituras de hoy, Dios levantó a un juez llamado Otoniel para librar al pueblo de Israel y a través de este juez Dios los liberó de la mano del rey de Mesopotamia. Por eso, como está escrito en la Biblia, Israel pudo una vez más disfrutar de la paz y la prosperidad durante cuarenta años. ¿Podría Israel haber disfrutado de este período largo de paz si no hubiese tenido un líder? No, no habría sido posible.
Ningún grupo de gente, sea del tipo que sea, puede crecer sin un buen líder. Esto es cierto de las naciones y las iglesias. Una nación sin líderes no puede sobrevivir mucho tiempo en un mundo en guerra constante. Por ejemplo, cuando Corea fue anexionada y colonizada por Japón en el año 1910 después de haber mantenido su independencia durante miles de años, la falta de liderazgo efectivo fue una de las causas principales de la derrota de Corea. El pueblo coreano sufrió inmensamente, perdió su soberanía y fue esclavizado por un poder extranjero. Como súbditos coloniales los coreanos eran tratados como ciudadanos de segunda clase por el estado colonial japonés y se les negaron muchos de sus derechos. Sus condiciones de vida eran tan malas bajo este dominio colonial que muchos coreanos emigraron a Manchuria y al Krai de Primorie, pero como minoría étnica sin estado ni líder sufrieron todo tipo de discriminación. En el Krai de Primorie el gobierno soviético de Stalin deportó a los inmigrantes coreanos hasta Asia central contra su voluntad. Incluso hoy en día sus descendientes están siendo discriminados. Esto ocurrió porque Corea no tuvo un líder político efectivo a finales del siglo XIX y principios del XX para resistir ataques de otros países.
Como muestra este ejemplo, el liderazgo es muy importante. Esto también se trata en el pasaje de las Escrituras de hoy, que muestra que el pueblo de Israel solo podía tener paz si tenía un líder claro que les guiase por el buen camino. Los hijos de Israel podían florecer en cuerpo y espíritu solamente si adoraban a Dios, pero aún así necesitaban un líder espiritual que les guiase.
Esta es una enseñanza bíblica correcta. Sin embargo, en el pasado casi no he hablado del liderazgo en la iglesia, ya que no quería sacar este tema como líder de nuestra Iglesia. Como consecuencia la Iglesia tuvo una serie de problemas graves causados por algunos miembros que fueron por el mal camino por sus pensamientos carnales. Algunos miembros formaron sus propias facciones dentro de la Iglesia siguiendo sus pensamientos carnales y se fueron. Esto se podría haber evitado si esta gente hubiese entendido qué es el liderazgo espiritual. Es la base de nuestra fe el tener un líder espiritual. Deberían estar contentos de tener un líder espiritual. Y deberían estar gozosos de obedecer a su líder.
No pueden saberlo todo por sí mismos, ni hacerlo todo solos. Hay cosas mucho más importantes que no saben y no pueden hacer por su cuenta, especialmente mientras viven sus vidas de fe en la Iglesia de Dios. Por tanto, cuando toman cualquier decisión, es muy importante tener a alguien que sea más sabio para buscar consejo. Así que si tienen un líder así en el que confiar, deben considerarse muy afortunados. Es una gran bendición que los justos tengan un maestro.
Sin embargo, el problema es que algunos santos tienden demasiado a ignorar a su maestro espiritual, y esto es algo estúpido. Solo es cuestión de tiempo que los justos tengan un líder, pero algunos de ellos perecen en la ignorancia de este principio fundamental. Para darles un ejemplo, imaginen que me voy de viaje y nuestra próxima reunión se cancela. Pueden pensar que este no es un problema demasiado grave, ya que han estado viniendo a la Iglesia para adorar a Dios todo este tiempo y cancelar una sola reunión no es ningún problema grave. De hecho algunos de ustedes puede que se sintiesen agradecidos de tener un descanso. Pero si nuestras reuniones se acabaran permanentemente todo el mundo perecería. No pudimos celebrar nuestro campamento de discípulos el año pasado a causa de unas inundaciones terribles que causaron daños en el centro. Probablemente hubo bastante gente que pensó carnalmente que perderse el campamento no era nada porque lo celebramos dos veces al año.
Conozco a estas personas bastante bien. Aunque no digan nada puedo verlo en sus caras. Por supuesto que hay muchas cosas que no sé acerca de ustedes, pero por lo menos puedo presentir los problemas espirituales. Algunos santos de nuestra congragación tienen pensamientos carnales e inmaduros. ¿Qué les pasaría si dejasen que estos pensamientos permaneciesen? Que al final no tendrían como prioridad servir al Evangelio del agua y el Espíritu y preferirían vivir libremente. Estos deseos se encuentran en el corazón de todos los justos santos. Sin embargo, los justos pueden vencer estas tentaciones si se dejan guiar por el siervo de Dios que les recuerda el mandamiento de Dios de predicar el Evangelio. Aunque surjan pensamientos carnales de sus corazones, no deben dejar caer en dichos pensamientos carnales siempre que tengan un líder espiritual para guiarles. No se pueden superar estos pensamientos carnales si no se dejan guiar por un líder espiritual.
Como santos justos, si no sirven al Evangelio del agua y el Espíritu, su vida no tendrá ningún propósito ni significado. ¿Qué gozo encontrarán en sus vidas de fe? La comida que coman no tendrá sabor y las actividades que hagan no les divertirán. Ningún placer de este mundo les dará ningún gozo. Muchos de ustedes pueden pensar lo contrario y creer que podrán disfrutar de su vida, pero esto no es cierto. Como personas que han recibido la remisión de los pecados al creer en el Evangelio del agua y el Espíritu no encontrarán gozo en la vida si no pueden predicar el Evangelio del agua y el Espíritu en este mundo. De hecho, si les dijese que han trabajado lo suficiente y que no tenemos que hacer la obra de Dios más, y que podemos descansar y empezar a disfrutar de la vida, entonces habría multitud de suicidios entre ustedes a lo largo del primer año. Por supuesto, esto no es la norma para todos los santos. Pero muchos no encontrarían la felicidad en esta vida y perderían las ganas de vivir. Como todo el mundo es diferente, cada uno de nosotros se comporta de manera diferente, pero una cosa que ninguno de nosotros debe hacer es separarse de la Iglesia de Dios y formar otra iglesia. Como los justos tenemos al Espíritu Santo en nuestros corazones, el hecho de que podamos vivir por el Evangelio del agua y el Espíritu y servir a este Evangelio es un gozo tremendo, una causa diga y una experiencia que revitaliza nuestras vidas. Sin esta obra la vida no tiene gozo y mucho menos significado. Después de todo, ¿puede haber algo más divertido y emocionante que hacer la obra de Dios? A todo el mundo le justa viajar y hacer turismo, pero esta felicidad es temporal. Si viajan todo el tiempo al final se cansan y se deprimen.
¿Estarían encantados si les dijese: “Pueden dejar de trabajar tanto para apoyar el ministerio del Evangelio. No hagan nada. No hagan la obra de Dios aunque puedan. De ahora en adelante la sede de The New Life Mission les dará todo lo que necesiten y no tendrán que hacer nada más que disfrutar de la vida”? Por supuesto, algunos de ustedes querrían escuchar esto. Sin embargo, mis queridos hermanos, debemos darnos cuenta de que este es un camino directo a su propia muerte espiritual. Esto les llevará a su muerte y maldición.
Como se describe en el pasaje de las Escrituras de hoy, el pueblo de Israel vivió en paz durante 40 años cuando tuvo un líder. Pero cuando murió ese líder, empezaron a pecar contra Dios y adorar a ídolos de nuevo y Dios les castigó permitiendo que fueren esclavizados por otra nación. Está escrito aquí en el pasaje de las Escrituras de hoy que el pueblo de Israel sirvió el rey Cusan-risataim durante 8 años y después sirvió al rey Eglón de Moab durante 18 años. El pueblo de Israel fue esclavizado y tuvo que entregar a otra nación todo lo que tenía. Como personas justas, si no servimos al Señor, debemos servir a alguien. En otras palabras, si no servimos al Evangelio del Señor debemos servir al poder de la gente de este mundo. Cuando el pueblo de Israel obedeció los mandamientos del Señor Dios, fue próspero y pacífico. Pero cuando dejó de servir al Señor, desobedeció la voluntad de Dios y se resistió a su líder espiritual deseando vivir según sus propios deseos, acabó esclavizado por otra nación. Por tanto oró a Dios por su sufrimiento y cada vez que lo hizo Dios le envió a un juez para liberarlo.
 
 

Es una verdad inmutable que la Iglesia de Dios debe tener un Juez

 
Aunque es un principio básico que conocen bien, conlleva muchas implicaciones espirituales importantes. Este es el tema del que he estado hablando esta semana. Es absolutamente importante que todos conozcamos este principio básico. Si no tienen un líder, ni un predecesor de la fe, ni santos que sirvan al Evangelio, perecerán sin falta. Esta es una maldición fatal. Piensen si de verdad necesitan un líder espiritual y si es beneficioso o no para ustedes. Es beneficioso tener un líder espiritual. Aunque esto es beneficioso para el Reino de Dios, también es beneficioso para ustedes.
Las personas con una mente superficial están satisfechas si tienen bastante comida y algunas comodidades en sus vidas. Así que hacen todo lo necesario por satisfacer sus necesidades básicas. He conocido a muchas personas así en mi vida. Pero ¿cómo puede alguien servir al Señor de esta manera y cómo puede seguir la voluntad de Dios con esta mentalidad? Una persona que tenga esta disposición egoísta no solo se arruinará, sino que también arruinará a los demás. Incluso entre los justos hay muchas personas que intentan convertir a los demás en esclavos mientras fingen hacer la obra de Dios.
Por el contrario, los que sirven al Evangelio del agua y el Espíritu sinceramente bajo el liderazgo de la Iglesia vivirán vidas bellas y prósperas. Lo que están haciendo ahora no es para servir a otros hombres, sino para servir al Evangelio del agua y el Espíritu. Es maravilloso servir a este Evangelio del agua y el Espíritu precisamente porque es servir al Señor, no a otras personas. Sin embargo, si no tienen cuidado, podrían acabar sirviendo a otra persona. Eso no significa necesariamente que no deben servir a nadie en la Iglesia. Pueden servir a la gente de la Iglesia, ya sea a un líder o a un seguidor, siempre y cuando sea para ayudarle y apoyarle al servir a este verdadero Evangelio. Pero cualquier otra forma de servir a las personas está mal. Los que siguen sus propios deseos acaban pereciendo.
¿Es el líder en la Iglesia de Dios beneficioso para ustedes? ¿Qué piensan? Su líder espiritual es beneficioso, por supuesto. Cuando pienso en mí a los ojos de Dios estoy convencido de que soy beneficioso para ustedes. ¿Por qué estoy seguro de esto? Porque mi preocupación principal es su bienestar espiritual y por tanto no puedo dejar que vayan por el camino maldito aunque comprenda bien sus debilidades humanas. Todos ustedes son necesarios en la Iglesia de Dios para servir al Evangelio. Y de la misma manera en que son beneficiosos para servir al Evangelio, sus líderes también lo son. Un líder de la iglesia no es alguien que domine a todo el mundo desde arriba. Es una persona beneficiosa e indispensable a la hora de predicar el Evangelio. El líder de su iglesia debe tener visión de futuro para planearlo todo, no buscar sus deseos carnales y a menudo apoyar el ministerio del Evangelio desde atrás como ustedes. Y está haciendo todo lo posible para que ustedes hagan la buena obra y asegurarse de que su trabajo no es en vano. Por eso necesitan a un líder de la iglesia.
Sin embargo, algunas personas en la Iglesia no entienden esto y por eso viven según sus deseos carnales cuando tienen la oportunidad. Pero vivir por los deseos carnales es una maldición. Ahora que han recibido la remisión de los pecados, ¿pueden vivir según sus pensamientos carnales e ir al Reino de los Cielos? ¿Está bien seguir sus deseos carnales mientras puedan encontrar un equilibrio entre servir al Señor y servir a sus propios deseos carnales? No, esto no está bien. Este equilibrio no existe; tarde o temprano la carne les atrapará aún más y serán malditos como resultado. Se les apartará de la paz del Señor enseguida. Lo perderán todo y serán malditos.
¿Piensan que el Señor Dios nunca les maldecirá porque es el Buen Pastor y el Dios del amor? Piensen de nuevo, porque Dios les podrá maldecir. Les quitará la paz y el gozo que han disfrutado hasta ahora. Dios es celoso, no se queda pardo cuando se le provoca ira. Para poder prosperar en cuerpo y espíritu todos nosotros debemos seguir la voluntad de Dios. Debemos obedecer la voluntad de Dios precisamente porque hemos recibido la remisión de los pecados. Y podemos obedecer a Dios completamente solo si escuchamos a nuestros líderes espirituales. Es absolutamente importante que todos nos demos cuenta de esto. Por tanto, cuando seguimos la voluntad de Dios debemos seguir a nuestro líder espiritual, unir nuestros corazones a él y servir al Señor en unidad. Entonces seremos prósperos y tendremos paz en cuerpo y espíritu, recibiremos las bendiciones de Dios y nos vestiremos de Su gracia.
Ningún grupo de gente puede hacer nada sin un líder. Cuando celebramos un campamento de entrenamiento de discípulos los participantes son asignados a grupos pequeños para que puedan tener comunión a nivel más personal. Incluso cada grupo pequeño necesita un buen líder. Sin un líder que tenga ojos espirituales sabios, la gente no puede tener comunión espiritual buena incluso en un grupo tan pequeño. La gente se va por las ramas cuando da su testimonio o es demasiado tímida para decir algo en el tiempo de comunión.
Por eso no tener un líder es una gran pérdida. De la misma manera en que un buen líder era indispensable para el pueblo de Israel en su guerra, nosotros necesitamos un buen líder para luchar nuestra batalla espiritual. Ahora estamos predicando el Evangelio por todo el mundo y este Evangelio está financiado por los negocios que tenemos para apoyar nuestro ministerio. Hemos enviado multitud de libros al extranjero. Esto es un logro impresionante; aunque repartiésemos nuestros libros a cualquiera en la calle, no es fácil distribuir 500 libros al día. Pero, a través de nuestras páginas web multitud de libros han sido distribuidos a muchas personas que los necesitan desesperadamente. Y los que han recibido la remisión de los pecados al leer estos libros nos están enviando sus testimonios de salvación. Por todo el mundo hay demasiados pastores y misioneros que se han convertido en obreros de Dios gracias a nuestro ministerio literario. Estos nuevos colaboradores están dando testimonio con sus labios de que nunca habían escuchado este Evangelio auténtico y que ahora están sin pecados al creer en este Evangelio. Por tanto, debemos seguir trabajando para predicar este Evangelio verdadero por todo el mundo. Y debemos orar a Dios par que nos envíe aún más colaboradores para trabajar como estamos trabajando.
Creemos en la justicia de Dios y estamos sirviendo al Señor a través de varios medios, incluyendo negocios que apoyan nuestro ministerio del Evangelio. No servimos al Señor solo con nuestros labios, sino con el sudor de nuestra frente. Pero algunos de nosotros querríamos servir al Señor de manera más tradicional, como por ejemplo cantando en el coro. ¿Y ustedes? ¿Preferirían lo primero o lo segundo? Si les soy sincere, desde un punto de vista carnal, parece más apetecible cantar en el coro. Es una manera honrada y cultivada de servir al Señor. Y es lo que la mayoría de los cristianos tienen en mente cuando piensan en servir en la iglesia.
Pero somos diferentes. Si llevásemos nuestro ministerio como las Iglesias del mundo, no podríamos haber enviado tantos libros espirituales. ¿Saben cuánto trabajo y cuántos recursos económicos se necesitan para publicar y distribuir tantos libros por todo el mundo? No les necesito explicar todos los detalles para que aprecien este tremendo sacrificio. Piensen en todo el trabajo que lleva preparar los manuscritos. Piensen en todo el dinero que cuesta traducir y publicar los libros y enviarlos a todo el mundo. Piensen en cuánto cuesta empaquetar todos estos libros uno a uno. No es fácil. Pero el Señor ha hecho esta obra a través de nosotros.
Hace poco publicamos una versión de nuestro propio libro de himnos titulado Alabando el Nombre de Jesús. Cada letra de este libro de himnos está escrita de una manera bella. ¿De quién es esta obra? ¿Es algo que ustedes han hecho o es algo que Dios nos ha dado? Es el don de Dios para nosotros, algo que hemos recibido del Señor y que hemos escrito en un libro de himnos. Debería ser completamente normal servir al Señor como le estamos sirviendo.
Pero esto es lo que piensa la mayoría de los cristianos cuando se trata de servir al Señor. Piensan que tienen que hacer algo especial. Por ejemplo, hace poco cierta iglesia coreana fue a una misión a corto plazo en Afganistán para predicar el cristianismo, pero secuestraron a estos misioneros. Al final fueron liberados después de sufrir torturas y a un precio económico que no salió a la luz. Esto es tan estúpido que incluyo llega a la locura. Al parecer fueron a una región dominada por los talibanes vestidos con pantalones cortos y camisetas. Las mujeres del grupo ni siquiera se cubrieron la cara como hacen las mujeres afganas; y aún peor, se pusieron mucho maquillaje, se pasearon en pantalones cortos y cantaron en calles concurridas. ¿Se predica de esta manera el Evangelio? ¿Se predica el Evangelio gritando a ciegas “Creed en el Señor o iréis al infierno”?
Sin embargo así es como evangelizan las iglesias de todo el mundo. Piensan que es así como pueden evangelizar y servir a Dios. Piensan que no hay otra manera de servir el Evangelio. Así que están seguros de que es así como pueden servir a Dios. Pero esto no es correcto, no es servir al verdadero Evangelio. Intentar convertir a los que no son cristianos de esta manera solo puede ir mal. Si intentan predicar el Evangelio de esta manera, en vez de convertir a nadie en creyente se convertirán en hipócritas y jornaleros que solo quieren satisfacer sus necesidades. Aún peor, en vez de predicar el Evangelio acabarán proporcionando una solución temporal a sus problemas temporales. Así, cuando ofrecen beneficios materiales en vez de la Verdad del Evangelio, la gente esperará estas cosas. En vez de querer escuchar la Palabra de Dios solo querrán recibir algún beneficio material de ustedes. Por eso es tan insensato intentar convertir a la gente al cristianismo ofreciendo incentivos materiales. Por supuesto que será noble ir a un país lejano y ofrecer servicios voluntarios a las personas que lo necesiten, pero aún es más importante hacer que el Evangelio del agua y el Espíritu sea accesible a estas personas en sus propios idiomas a través de nuestro ministerio literario. Esta es la obra de Dios. Dios nos ha dado la sabiduría de hacer estas obras y no tengo palabras para expresar lo agradecido que estoy al Señor por permitirnos servir al Evangelio del agua y el Espíritu de esta manera. De la misma manera en que hemos servido al Evangelio del agua y el Espíritu hasta hoy, seguiremos sirviéndolo hasta el día en que vuelva el Señor.
 
 

Es por su propio bien el que haya un juez en la Iglesia de Dios

 
Apoyar al ministerio del Evangelio con nuestros negocios también requiere un líder. Hemos servido al Señor muy bien hasta este día. Suelo ser muy decidido. No me cuesta mucho tiempo tomar una decisión, a veces menos de cinco minutos. Pero me gusta escuchar sus opiniones humildemente cuando no sé nada acerca de un tema. En este momento debemos unir nuestras fuerzas y la sabiduría que nos ha dado Dios. Debemos consultar los unos con los otros, compartir nuestros pensamientos y hacerlo todo por fe. Especialmente esta semana quiero hablar con ustedes acerca de cómo crear una página web en japonés para nuestro ministerio por Internet.
No puedo dejar de decir lo maravilloso que es que la Iglesia de Dios tenga un juez. Este juez está en la Iglesia para guiar a nuestra congregación según la voluntad de Dios. Aunque el juez pueda tener algunos fallos, Dios lo ha establecido; Dios lo mantiene y Dios estará con él, le guiará y le protegerá todos los días de su vida. Debemos creer en esto. Si no creemos no podremos vivir con fe. Este es el tema principal de mi sermón.
El Libro de Jueces explica en sus 21 capítulos cómo los jueces liberaron al pueblo de Israel y como trabajaron. Pueden averiguarlo si leen el Libro de Jueces. La base de toda fe es reconocer al líder espiritual. En las iglesias del mundo los miembros nuevos suelen pensar que su pastor senior es el líder más importante. Por debajo del pastor senior hay pastores junior, evangelistas, ancianos, diáconos, etc; y todo el mundo obedece y se somete a la cadena de comando. Pero esto no es cierto en la Iglesia de Dios necesariamente.
¿Saben cómo los sacerdotes son tratados en la Iglesia Católica? Se les llama padre, supuestamente porque son considerados padres espirituales. No estoy seguro de por qué los creyentes del mundo obedecen tan fácilmente y respetan a sus líderes. Pero en la Iglesia de Dios esta obediencia activa no es fácil de encontrar. Esto es algo que no puede forzarse, pero es la ley de Dios que todo santo nacido de nuevo debe obedecer a su líder espiritual. Y es la voluntad de Dios completar todas Sus obras a través de Sus jueces.
Todos debemos obedecer la voluntad de Dios en unidad. La Iglesia debe someterse a la voluntad de Dios, quien es nuestro Pastor. Los que guían a la congregación deben obedecer la voluntad de Dios en unidad con el juez, y los que están siguiendo sus pasos también tienen que obedecer la voluntad de Dios en unidad. De esta manera, se debe establecer un orden activo. Solo cuando se organiza una Iglesia correctamente de esta manera se puede convertir en una Iglesia bonita y una Iglesia que puede vencer al enemigo. Y solo entonces se convierte en una Iglesia que puede llevar la gracia de Dios y la misericordia a muchas personas.
También es importante que estemos atentos a los negocios que tenemos para apoyar al ministerio del Evangelio. Aunque estos negocios vayan bien, pronto pasarán por crisis. Así que, al mismo tiempo en que dirigimos nuestros negocios debemos prepararnos para el futuro y tener un plan. Estamos pasando por muchos retos mientras servimos al Evangelio. Cuando los líderes del distrito de nuestra Iglesia se reúnen, consultan los unos con los otros y toman decisiones para que puedan dirigir estos negocios libremente, con energía y éxito.
De la misma manera en que ustedes están trabajando sin cesar para servir al Evangelio en cada iglesia, todos los líderes de sus iglesias están trabajando sin cesar. Si los líderes del distrito de nuestra Iglesia estuviesen malgastando el tiempo cuando se juntan, ¿les podrían pedir sinceramente que hiciesen algo? No, por supuesto que no. No les podrían pedir nada si no estuviesen trabajando tanto como ustedes. Para ser completamente honesto con ustedes, cuando los líderes de distrito se reúnen conmigo, algunas veces jugamos a fútbol. Muchos de nuestros ministros son seguidores del fútbol y es imposible no jugar cuando nos juntamos. A mí también me gusta jugar al fútbol, pero obviamente no es el motivo por el que llamo a los líderes del distrito para reunirnos. Nos reunimos porque tenemos trabajo que hacer y no solo para jugar al fútbol. Así que me aseguro de que todo lo que tenemos que hacer se ha terminado antes de jugar al fútbol.
Todos los predecesores en la Iglesia tienen el deber de server al Evangelio del agua y el Espíritu, obedecer Sus mandamientos y cuidar de todos los que les siguen. Primero me obedecen a mí y hacen que los santos en cada iglesia les obedezcan para cumplir la voluntad de Dios. Guiar al rebaño es beneficioso en cuerpo y en espíritu. Es beneficioso para nuestras almas, cuerpos y nuestras circunstancias. Asimismo, estamos bendecidos por Dios, ¿cómo de maravilloso es esto? El gozo que viene de obedecer al Señor es tan inmenso y maravilloso que no podemos evitar darle gracias a Dios. Al ayudar a los demás a recibir la remisión de los pecados, al servir a este valioso Evangelio, estamos llenos de gozo. Estoy seguro de que saben lo que quiero decir. No hay nada más maravilloso que hacer la obra de Dios. Aunque estemos cansados físicamente, estamos llenos de gozo espiritualmente.
 
 

La lección del Libro de Jueces

 
El Libro de Jueces cubre el período durante el que el pueblo de Israel estuvo gobernado por jueces, desde el momento en que los israelitas conquistaron la tierra de Canaán hasta el momento en que su primer rey, Saúl, fue coronado. En los 21 capítulos el Libro de Jueces cuenta lo que ocurrió al pueblo de Israel durante todo este período, tanto lo bueno como lo malo, pero hay un patrón constante y claro: mientras que el pueblo de Israel sufrió tremendamente cuando no tenían jueces, venció y fue próspero y fiel a Dios cuando tuvo un juez. Lo que nos está enseñando el Libro de Jueces es lo beneficioso e indispensable que son nuestros líderes espirituales para nosotros y para el Reino de Dios. Esta es la lección que Dios nos está enseñando aquí. Y para enseñarnos esta lección el Libro de Jueces nos cuenta muchos sucesos ocurridos en este largo período de tiempo.
Por lo tanto puedo decir con seguridad que soy indispensable para ustedes de la misma manera en que ustedes son indispensables para mí. Todos somos un mismo cuerpo. Somos la Iglesia de Dios, Su Reino y Su familia. Cada uno de nosotros es indispensable para el otro en la predicación del Evangelio del agua y el Espíritu por todo el mundo. Y como somos miembros del mismo cuerpo, podemos hacer esta obra solo si juntamos nuestras fuerzas. Todo el mundo en la Iglesia es indispensable, desde nuestros santos a nuestros trabajadores, nuestros líderes de distrito, el líder principal e incluso los niños de nuestra escuela dominical. Estoy absolutamente convencido de esto y espero que ustedes también lo estén. Por tanto, todos debemos juntar nuestras fuerzas y seguir la dirección que la Iglesia nos ha marcado. Y debemos poder ver el futuro. Si solo vemos un año o dos en el futuro, fracasaremos. Incluso nuestros negocios fracasarán con esta perspectiva tan miope. Debemos vivir hoy con una clara imagen del futuro, viéndolo todo hasta el final.
Estoy muy contento de tenerles a mi lado. ¿Y ustedes? ¿También están felices de tenerme a su lado? ¿Están contentos de verdad de tenerme como su líder? De la misma manera en que soy un siervo del Evangelio del agua y el Espíritu, ustedes también son siervos del mismo Evangelio. Nuestro Señor nos ha bendecido para reunirnos y vivir una vida justa en unidad. Gracias a esta bendición estamos propagando el Evangelio por todo el mundo. Nadie más está predicando este Evangelio, solo nosotros.
La primera prioridad de nuestra oración es la predicación del Evangelio. Dios ha contestado todas nuestras oraciones. Hace mucho tiempo, cuando encontré el Evangelio del agua y el Espíritu, oré a Dios para que me ayudase a predicar este Evangelio a todo el mundo. Pero durante un tiempo se me había olvidado y había vivido mi vida de cualquier manera. Sin embargo, Dios me devolvió al buen camino y me hizo hacer Su obra como líder de Su Iglesia. Esta obra no es algo que yo haya planeado, sino que es lo que el Señor ha hecho. No me he convertido en un juez porque haya querido. Tampoco soy un siervo de Dios porque sea mejor que ustedes en la carne. Pero ahora estamos juntos sirviendo el Evangelio del agua y el Espíritu. Estoy muy contento por hacer esta obra.
Si dividimos nuestra edad espiritual en infancia, niñez, adolescencia, juventud, mediana edad y vejez, nos encontramos en la juventud. En Corea la esperanza de vida para los hombres es de 75 años. Las mujeres tienen una esperanza de vida de 82 años. El Evangelista Kim y yo estamos cerca de los 60 de edad física, pero hablando espiritualmente todavía somos jóvenes. Así que me gustaría que me llamasen joven. Son un hombre joven en espíritu y de corazón. Y si soy un hombre joven, la mayoría de nuestros santos y colaboradores todavía son bebés. Son un obrero de Dios joven que sirve al Señor con ustedes. Ustedes también son obreros de Dios que sirven al Señor conmigo.
Le doy gracias al Señor. ¡Aleluya!