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Tema 24: SERMONES PARA LOS QUE SE HAN CONVERTIDO EN NUESTROS COLABORADORES

[24-39] No miren hacia atrás como hizo la mujer de Lot (Génesis 19, 23-29)

(Génesis 19, 23-29)
«El sol salía sobre la tierra, cuando Lot llegó a Zoar. Entonces Jehová hizo llover sobre Sodoma y sobre Gomorra azufre y fuego de parte de Jehová desde los cielos; y destruyó las ciudades, y toda aquella llanura, con todos los moradores de aquellas ciudades, y el fruto de la tierra. Entonces la mujer de Lot miró atrás, a espaldas de él, y se volvió estatua de sal. Y subió Abraham por la mañana al lugar donde había estado delante de Jehová. Y miró hacia Sodoma y Gomorra, y hacia toda la tierra de aquella llanura miró; y he aquí que el humo subía de la tierra como el humo de un horno. Así, cuando destruyó Dios las ciudades de la llanura, Dios se acordó de Abraham, y envió fuera a Lot de en medio de la destrucción, al asolar las ciudades donde Lot estaba».
 
 
En el pasaje de las Escrituras de hoy tomado de Génesis 19 vemos que Dios hizo caer fuego y azufre sobre Sodoma y la destruyó completamente. Esa era la ciudad donde vivía Lot, el sobrino de Abraham. Como saben bien, Dios juzgó la tierra de Sodoma con fuego. Lot, el sobrino de Abraham, vivía en Sodoma en aquel entonces, pero como Sodoma y otra ciudad vecina, Gomorra, eran tan malvadas, Dios decidió juzgarlas. Cuando Lot escuchó acerca de este juicio inminente de los dos ángeles que habían sido enviados por Dios, Lot se lo dijo a sus familiares, pero aunque su mujer y sus dos hijas le creyeron, sus yernos no se tomaron sus palabras en serio y pensaron que estaba bromeando. 
Dios Todopoderoso había enviado a Sus ángeles a la tierra de Sodoma y Gomorra para investigar, y después de verificar lo malvadas que eran estas ciudades, Dios hizo caer fuego y azufre del cielo para juzgarlas. Al hacer caer fuego y azufre sobre la tierra de Sodoma y Gomorra, Dios quemó a todos los habitantes y los animales y plantas de esas ciudades, destruyéndolas completamente. Este suceso histórico en el que Dios hizo caer fuego y azufre sobre Sodoma y Gomorra también está respaldado por pruebas arqueológicas. Algunos arqueólogos que investigaron estos yacimientos posibles descubrieron grano que podía haber sido quemado en aquel entonces, después de haber estado enterrado bajo tierra durante miles de años. Interpretaron este grano como una indicación de dónde estaban Sodoma y Gomorra. 
Como está respaldado por las pruebas arqueológicas, Dios hizo caer fuego sobre la tierra de Sodoma y Gomorra y la destruyó toda con fuego. Pero, antes de que pasase esto, Lot, el sobrino de Abraham, pudo escapar de Sodoma con su mujer e hijas, escapando a una ciudad cercana llamada Zoar. Los ángeles les habían avisado que no debían mirar hacia atrás y seguir hacia adelante para estar a salvo. Mientras que Lot y sus hijas escucharon esta advertencia y fueron corriendo para ponerse a salvo, su mujer se paró y se volvió y acabó convirtiéndose en un pilar de sal. Cuando el sol se levantó por la mañana, Abraham miró hacia la tierra de Sodoma y Gomorra y vio una nube de humo enorme saliendo de estas ciudades. La Biblia dice que, como Dios amó a Abraham, salvó la vida de su sobrino Lot. 
 
 
Esta era presente también puede sufrir un desastre así
 
¿Qué lecciones pueden sacarse del pasaje de las Escrituras de hoy? Estoy seguro de que saben bien que la era en la que estamos viviendo hoy en día es la era de los dolores. ¿Qué tipo de fe deberíamos tener en estos tiempos? Esta es precisamente la pregunta que Dios está contestando en el pasaje de las Escrituras de hoy. 
Este planeta Tierra está sufriendo cada vez más desastres, epidemias, hambrunas y guerras. En Corea del Sur hemos visto olas de calor sin precedente este verano. Estas olas de calor no solo han ocurrido en Corea del Sur, sino también en todos los países del mundo, llegando a temperaturas de más de 40 grados centígrados, destruyendo muchas vidas. Como si esto no fuera suficiente, también ha habido muchas lluvias torrenciales este verano además de incendios forestales. Por tanto, todo el mundo puede saber que esta era presente es la era de los dolores sin que tenga que decirlo. El mundo entero está plagado por desastre tras desastre. La gente de todo el mundo está sufriendo mucho por culpa de los desastres naturales, algunos causados por incendios forestales, otros por inundaciones y otros por terremotos. Pero eso no es todo. Las enfermedades incurables como el VIH o el ébola prueban de manera clara que esta era presente es la era de los dolores. Cuando echamos un vistazo global a todos estos signos, vemos claramente que no podemos ignorar el hecho de que estamos en «el principio de los dolores» (Mateo 24, 8). 
Lo que debemos preguntarnos a nosotros mismos es lo siguiente: ¿cómo debemos vivir en esta era presente de los dolores? De la misma manera en que Dios juzgó la tierra de Sodoma y Gomorra con fuego y azufre, este mundo en el que vivimos será condenado por sus pecados. Este mundo está sujeto al juicio inminente de Dios y para predicar la justicia del Señor en este mundo debemos tener una fe sólida e inamovible en la Palabra de advertencia del Señor. La advertencia del pasaje de las Escrituras de hoy es que no debemos poner nuestros corazones en este mundo como la mujer de Lot. Está escrito aquí que la mujer de Lot miró hacia atrás, es decir, como todavía tenía sentimientos de apego a este mundo acabó convirtiéndose en un pilar de sal. No debemos dejar convertirnos en la mujer de Lot, esta es la lección principal que Dios nos está enseñando en el pasaje de las Escrituras de hoy. 
En la Biblia, la sal se refiere a la Palabra de Dios. El hecho de que la mujer de Lot se convirtiese en un pilar de sal por no creer en la Palabra de Dios es una prueba clara de lo que les pasará a los que no creen en la Palabra de Dios. Dicho de esta manera, esto nos enseña que todo el mundo debe creer en la justicia de Dios como lo ordenó. Aunque los mensajeros de Dios se aparecieron ante sus propios ojos y le avisaron de lo que iba a suceder, la mujer de Lot no creyó de todo corazón en la Palabra de Dios que los ángeles habían comunicado. No es cierto necesariamente que la mujer de Lot no tuviese fe en la Palabra de Dios. Sí que tenía fe, pero era una fe débil. El problema es que su fe no era suficiente y por eso tenía muchas dudas. Debido a que su fe en la Palabra de Dios no estaba completa, miró hacia Sodoma y Gomorra aunque Dios le había dicho claramente que no mirase hacia atrás y por tanto acabó convirtiéndose en un pilar de sal. 
¿Por qué convirtió Dios en un pilar de sal a la mujer de Lot? Como todos sabrán seguramente, la sal se disuelve fácilmente. Si dejan un bloque de sal fuera en un día de lluvia, se disolverá y desaparecerá en poco tiempo. Dios convirtió a la mujer de Lot en un pilar de sal para enseñarnos una lección importante a todos los que vivimos en estos días. Así nos enseñó que si no creemos de todo corazón en la Palabra de Dios, seremos destruidos como la mujer de Lot
 
 

Cuando pase la era de los dolores, llegará la era de la tribulación

 
Sabemos muy bien que esta era presente es la era de la destrucción. Esta tierra ya ha entrado en la era de los dolores. Cuando tengan lugar más dolores, llegará la era de la tribulación y entonces el Anticristo aparecerá. Y cuando llegue la era de la tribulación, estará cerca el fin del mundo. Por tanto, la era de los dolores puede ser descrita como precursora de las tribulaciones. Esta era presente está caracterizada por terremotos e inundaciones catastróficos, cambios climáticos rápidos, epidemias, guerras y la desolación de los corazones de la gente. Entre estos dolores aparecerá el Anticristo e intentará someter a la fuerza, contra su voluntad, a los que creen en la justicia de Jesús y a los que no creen, e incluso intentará asesinarlos. La Palabra de Dios dice claramente que el Anticristo arrastrará a tantas personas como sea posible al infierno con él. Incluso algunos santos acabarán sometiéndose al Anticristo y acabarán en el infierno. 
Está escrito en el pasaje de las Escrituras de hoy que, cuando la tierra de Sodoma fue destruida, la mujer de Lot se convirtió en un pilar de sal por no creer en la Palabra de Dios. ¿Qué significa esto exactamente? ¿Qué nos está intentando explicar la Biblia aquí? Esto nos demuestra que en esta era de dolores, y con la era de la tribulación a la vuelta de la esquina, los que no reciben la remisión de los pecados serán destruidos como la mujer de Lot, porque no creen en la verdad de la justicia de Dios, es decir, en el Evangelio del agua y el Espíritu. El pasaje de las Escrituras de hoy nos enseña claramente que lo que no pueden creer en esta Palabra de la justicia de Dios no podrán recibir la remisión de los pecados, y como resultado, no podrán escapar de la destrucción segura. 
Todos sabemos bien que no debemos convertirnos en personas como la mujer de Lot que se negó a creer en la justicia de Dios. Es cierto que algunos de nosotros estamos teniendo dificultades al seguir al Señor con un corazón puro; algunos de nosotros sentimos que estamos siendo arrastrados contra nuestra voluntad. En vez de someternos a la justicia de Dios voluntariamente, estas personas están siendo arrastradas por los predecesores de la fe. Pero, ¿qué les pasa cuando se deshacen de esta ayuda? Que vuelven rápidamente al mundo y acaban muriendo en cuerpo y espíritu al final. Habrá gente que será destruida a pesar de creer en la Palabra de Dios sinceramente. 
¿Por que pasaría algo así? Porque estas personas están demasiado apegadas a las cosas del mundo, teniéndoles mucho amor, aunque Dios dijo que juzgaría este mundo y todo lo que hay en él con fuego; y por eso todas van a morir con las cosas del mundo. Entonces, ¿qué nos pasaría espiritualmente si amásemos cualquier cosa de este mundo más que a Dios, ya sea una persona, un familiar o una posesión material? Que iríamos por el mal camino. Pero Dios ha hecho que podamos escapar de la destrucción y que lleguemos a Su Iglesia. Al saber esto debemos renovar nuestros corazones y seguir al Señor con lealtad confiando en el Evangelio del agua y el Espíritu. Debemos tener en cuenta que, incluso los que conocen la justicia de Dios, si su fe es débil por culpa de las atracciones de este mundo, y solo buscan estas atracciones, echándolas de menos demasiado, acabarán abandonándola y el resultado será la destrucción al final. 
Debemos darnos cuenta de que este mundo será destruido sin falta. Dios Todopoderoso dijo que los primeros cielos y tierra serán destruidos. El Señor nos prometió que destruiría los primeros cielos y tierra. ¿Qué significa esta promesa? Significa que Dios nos dará unos cielos y tierra a todos los que han recibido la remisión de los pecados y nos bendecirá para siempre en el Reino de los Cielos. Esto, mis queridos hermanos, no es solo una promesa vacía, sino que es la verdad. Por tanto, debemos recordar esta Palabra de promesa, porque la Verdad que nos dio el Creador de este mundo es la Palabra que nos da la vida eterna. 
Antes de que la tierra de Sodoma y Gomorra fuese destruida, el sobrino de Abraham, Lot, había sido visitado por dos ángeles. Me gustaría explicar esto. La disposición de las ciudades del Antiguo Testamento era muy diferente a la de las ciudades actuales. En aquel entonces las ciudades estaban rodeadas por murallas como fuertes y solo se podía entrar por la puerta. Así, para entrar en Sodoma o Gomorra había que entrar por esa puerta sin falta. Cuando los ángeles llegaron a Sodoma, se encontraron con el sobrino de Abraham, Lot, sentado en la puerta. Se lo encontraron allí sentado. Cuando Lot vio a los dos ángeles se levantó para recibirlos y se postró ante sus pies. Entonces Lot los llevó a su casa y los invitó a un banquete. 
Ocurrieron otras cosas, pero en resumen lo que Lot escuchó de los ángeles era esto: “Vete de esta tierra de Sodoma y Gomorra. Dios ha dicho que las juzgaría. Hemos venido a verificar la maldad de estas ciudades y hemos visto que las acusaciones contra ellas son ciertas. Por tanto, Dios juzgará a Sodoma y Gomorra como dijo que lo haría. Así que debemos irnos lo antes posible. Díselo a todos los miembros de tu familia. Llévate a tantas personas como puedas y vete corriendo de esta ciudad”. De alguna manera, esta noticia era terrible para Lot porque está destrucción se llevaría todas sus posesiones, pero en realidad eran buenas noticias ya que Lot tuvo la oportunidad de salvarse a sí mismo y a su familia. 
 
 

¿Por qué se convirtió en un pilar de sal la mujer de Lot?

 
¿En quién creen que pensó Lot enseguida cuando oyó esta noticia? Por supuesto que pensó en su familia. Así que fue corriendo a su mujer, hijas y yernos y les dijo las noticias de la Palabra de Dios que había recibido de los ángeles. Pero la Biblia dice que los yernos de Lot pensaron que estaba bromeando. Podemos imaginarnos la siguiente conversación entre las hijas de Lot y sus maridos: 
“Cariño, tu padre tiene un buen sentido del humor. Para ser un viejo, todavía es gracioso”.
 “En realidad no está bromeando. Esto es lo que mi padre oyó de los ángeles”.
“Sí, sí, seguro que eso es lo que pasó. Vete si crees que no está bromeando. Me quedaré aquí durante un tiempo y después iré con vosotros. Mis piernas aún funcionan, si pasa algo iré con vosotros. No os preocupéis por mí. Vete con tu padre”.
Seguramente esta no fue la conversación exacta que tuvo lugar, pero les dará una buena idea de cómo los yernos de Lot se comportaron. Como todos pensaron que Lot estaba bromeando, ninguno de ellos hizo nada para escapar de la destrucción. 
Como sus yernos no le creyeron hasta el final, Lot no tuvo otro remedio que escapar de la tierra de Sodoma con su mujer y sus hijos solamente, y con unas pocas posesiones. Incluso esto les costó bastante a los ángeles ya que Lot arrastró los pies hasta el amanecer. El Señor entonces dijo a Lot a través de los ángeles: “Juzgaré la ciudad en cuanto llegue. Pero tienes que recordar una cosa: Tú y tu familia no debéis mirar hacia atrás”.
De hecho, Lot creyó que Dios iba a enviar fuego a la tierra de Sodoma para destruirla. Pero como Dios le había dicho que no mirase hacia atrás, no había manera de confirmarlo. De camino a un lugar seguro, Lot les preguntó a los ángeles que le dejasen ir a una ciudad pequeña de los alrededores en vez de las montañas altas a las que tenía que ir, diciendo que tenía miedo de lo que le pudiera pasar en aquellas montañas. Entonces Dios se lo permitió y Lot se fue a esta ciudad. De camino, Lot siguió preguntándose que pasaba en la tierra de Sodoma, pero pudo suprimir su curiosidad, aunque le costase muchísimo esfuerzo. También insistió en que su familia no debía darse la vuelta y mirar atrás, diciendo que esto es lo que Dios le había ordenado. Lot hizo todo lo que pudo para asegurarse de que nadie en su familia miraba hacia atrás, ya que sabía que la Palabra de Dios que le habían traído los ángeles se cumpliría. Sin embargo, la mujer de Lot no le escuchó. Seguramente les dijo a sus hijas también que no mirasen hacia atrás porque eso es lo que su marido le dijo a ella, pero ella no pudo resistir la curiosidad y acabo mirando hacia atrás. 
Quizás la mujer de Lot pensase para sí misma: “Echaré un vistazo rápido para decirle a Lot lo que está pasando. Seguro que no me pasará nada”. Pero, en cuanto miró hacia atrás, se convirtió en un pilar de sal. Lot no pudo hacer nada porque su mujer ya se había convertido en un pilar de sal, así que no tuvo otro remedio que dejarla allí y huir con sus dos hijas. 
En el momento en el que estuvieron a salvo, el sol ya había salido. Entonces empezó a caer fuero y azufre del cielo. Cuando intentamos entender esto con nuestra razón, es bastante difícil entender exactamente cómo Dios hizo caer fuego y azufre. ¿Creen que Dios preparó un cuenco gigante lleno de azufre? Nuestros pensamientos humanos están limitados. Cuando leemos la Biblia, donde dice que Dios envió fuego y azufre, nos preguntamos si Dios había preparado un horno gigante del que hizo salir azufre, como se hace azufre en una fundición. Puede que acabemos con todo tipo de imaginaciones. 
Sin embargo, la Biblia solo dice: «Entonces Jehová hizo llover sobre Sodoma y sobre Gomorra azufre y fuego de parte de Jehová desde los cielos» (Génesis 19, 24). Esta es la Palabra del Dios Todopoderoso que no requiere que pensemos más o cuestionemos nada. Como dice la Biblia, Dios hizo caer fuego y azufre. Y con esta lluvia de azufre y fuego Dios quemó todas las casas y a todos los seres vivos en la tierra de Sodoma y Gomorra, destruyendo estas dos ciudades por completo. 
 
 
Deben deshacerse de sus apegos a este mundo, sabiendo que ahora es el comienzo de los dolores
 
Abraham, nuestro padre de la fe, oró a Dios por su sobrino Lot. Como el Señor Dios amó a Abraham permitió que el sobrino de Abraham y su familia escapasen. Debemos ver como Abraham había intercedido ante Dios en nombre de Lot. Abraham dijo: “Señor, ¿destruirías Sodoma y Gomorra si hubiese allí cincuenta personas justas?”.
“Si hubiese tan solo cincuenta personas justas no las destruirías”, dijo Dios. 
Abraham dijo entonces: “¿Las perdonarías si hubiese cinco justos menos que cincuenta, solo cuarenta y cinco?”
“Sí, las perdonaría”. De esta manera Abraham siguió bajando el número de personas justas y Dios siguió contestando que destruiría Sodoma y Gomorra por aquellos que vivían allí, hasta que el número descendió hasta diez. 
¿Qué implica esto? Implica que la tierra de Sodoma y Gomorra fue destruida porque había menos de diez personas justas allí. Intentemos contarlas. Lot, el sobrino de Abraham, había recibido la remisión de los pecados, ya que creía en la justicia de la Palabra de Dios. De la misma manera, su mujer también había recibido la remisión de los pecados. Entonces estaban las dos mujeres de Lot. Pero aún así, cuando los sumamos a todos, el número es solo cuatro. Cuando Dios decidió quemar y destruir la tierra de Sodoma y Gomorra, iba a destruir también a Lot, el sobrino de Abraham junto con las ciudades. Pero Abraham intercedió ante Dios por su sobrino. Y la Biblia dice que Dios amó tanto a Abraham que contestó sus oraciones y salvó a Lot y a su familia. De hecho, de la misma manera en que Dios contestó la oración de Abraham, tengo plena fe en que Dios escuchará nuestras oraciones cuando le oremos. 
Sabemos que esta era es el principio de los dolores. Y si no nos deshacemos de los apegos del mundo acabaremos siendo destruidos. No debemos permitir que esto nos ocurra. Debemos creer que este mundo será destruido y juzgado por Dios. Dios dijo claramente que juzgará a este mundo con fuego. Si esto es lo que el Dios Todopoderoso dijo, entonces es lo que ocurrirá con certeza. Cuando la maldad prevalezca en este mundo como lo hizo en la tierra de Sodoma y Gomorra, Dios juzgará a este mundo con fuego. Todos sabemos que, quien no crea en la Palabra de Dios, será destruido en el momento del juicio de Dios. Por tanto, debemos recordar claramente lo imperativo que es creer en esta Palabra de Dios tal y como es. Debemos creer en la Palabra del juicio de Dios de todo corazón para escapar Su condena. En vez de poner nuestras mentes en este mundo, en otras palabras, debemos seguir al Señor por fe solo, ya que este mundo es un mundo que será destruido por fuego como dice la Palabra de Dios. 
De la misma manera en que es difícil que los ricos entren en el Reino de Dios, en vez de estar tan apegados a las riquezas materiales del mundo, incluyendo nuestra codicia, debemos estar satisfechos con lo que Dios nos ha dado y servir al Señor, confiar en Él y seguirle. Debemos prepararnos para el nuevo mundo que el Señor nos dará, y no para este mundo. Debemos escapar a este mundo nuevo que el Señor ha preparado por nosotros por fe y vivir allí felices para siempre. 
Si su fe todavía es joven y son espiritualmente inmaduros, tienen aún más motivos para aferrarse al Evangelio del agua y el Espíritu y creer en esta Palabra de Dios de todo corazón. Si Dios dijo que destruiría este mundo, entonces esto se cumplirá tal y como lo dijo. Así que, si siguen apegados a este mundo y no se someten a la Palabra de Dios como la mujer de Lot, entonces serán destruidos. El suceso de la mujer de Lot es lo suficientemente convincente para que no seamos destruidos por no tener fe como ella. La mujer de Lot era una mujer desgraciada física y espiritualmente, porque no solo fue destruida, sino que su familia entera fue arruinada por ella. 
Miren lo que ocurrió después de que Lot y sus hijas salieran de Sodoma. Si la mujer de Lot no se hubiese convertido en un pilar de sal y hubiera ido al lugar seguro con su marido todos podrían haber vivido felices en vez de ser destruidos al final. Quizás la familia de Lot podría haber ido a Abraham, haberle pedido perdón, sus hijas podrían haberse casado y podrían haber vivido bien trabajando con el ganado de Abraham. 
Sin embargo, como la mujer de Lot miró hacia atrás y se convirtió en un pilar de sal, Lot y sus dos hijas acabaron huyendo a una ciudad cercana en vez de ir a las montañas como los ángeles habían indicado. Las mujeres de Lot no pudieron encontrar maridos allí. Esto se debe a que todo el mundo en Sodoma y Gomorra y vecindad había muerto en el juicio de Dios. Así que las hijas de Lot lo emborracharon, se acostaron con él y tuvieron hijos con él. Uno de los hijos se convirtió en el padre de los moabitas y el otro el padre de la tribu de Amón. Estas tribus se convirtieron en archienemigos del pueblo de Israel en un conflicto constante. Como los descendientes de las hijas de Lot se levantaron contra el pueblo de Israel, se convirtieron en enemigos del ejército de Dios. Todo esto ocurrió por culpa de la mujer de Lot, ya que no creyó en la Palabra de Dios y miró hacia atrás. 
 
 

Debemos creer en la Palabra de Dios y recordarla

 
¿Quién conocía las consecuencias? ¿Quién miraría atrás si conociese las consecuencias? Nadie miraría hacia atrás. Pero la mujer de Lot acabó mirando hacia atrás simplemente porque no pudo resistir su curiosidad. No importa si prestan atención a lo que dicen los seres humanos o no. Pero deben escuchar la Palabra de Dios sin falta. Y deben creer en ella sin falta. Vivirán si creen en la Palabra de Dios y la siguen, pero morirán si no creen en la Palabra de Dios y miran hacia el mundo. Nada está más claro que esto. ¿Cómo se van a tomar la Palabra del Dios Todopoderoso a la ligera cuando se trata de una cuestión de vida o muerte? No deben tomar la Palabra de Dios como una broma como lo hicieron los yernos de Lot, ni deben tomársela a la ligera como hizo la mujer de Lot. Las consecuencias de tomarse la Palabra de Dios a la ligera son la muerte y la destrucción eterna. 
El suceso de la mujer de Lot es particularmente importante para los nacidos de nuevo. Dios nos está mostrando a los nacidos de nuevo que si miramos hacia atrás al mundo y seguimos nuestra codicia de este mundo al final de los tiempos, seremos destruidos sin falta. No habría sido tan malo si la mujer de Lot hubiese muerto sola por no creer en la Palabra de Dios, pero ¿quién más murió por ella? Su marido y sus hijas también acabaron muriendo espiritualmente. Esto es lo que la Biblia está enseñando a través del pasaje de las Escrituras de hoy. En vez de pasarlo por alto, debemos guardarlo dentro de nuestros corazones como una lección vital. El suceso de la mujer de Lot tiene una moraleja. Es una advertencia de que si ignoramos la Palabra de Dios al final de los tiempos, no solo seremos destruidos, sino que nuestras familias también serán destruidas. 
Todos nosotros debemos entender esta lección. Hemos recibido la remisión de los pecados al creer en el Evangelio del agua y el Espíritu, pero ¿qué pasaría si cayésemos en el mundo, abandonando nuestra fe en la Palabra de Dios para nunca seguirla más? ¿Moriremos nosotros solos o acabaremos siendo destruidos con nuestras familias? ¿Acaso no estaremos destruyendo a muchas personas en este mundo? Debemos pensar bien en estas preguntas importantes. 
Como seres humanos debemos pensar en términos simples. Solemos pensar: “Si estoy muerto, entonces es el final de todo. Nada más importa”. Sin embargo, mis queridos hermanos, todo ser humano está interconectado con los demás. Así tenemos la noción de familia sociedad y la raza humana. Todos los seres humanos están interconectados. No se acaba todo cuando mueren espiritualmente. Su muerte espiritual tiene un efecto negativo profundo en otros santos y también ejerce influencia sobre los que no han recibido la remisión de los pecados. Cuando me di cuenta de esto, me decidí a dejar atrás todos mis apegos del mundo y seguir al Señor de todo corazón. 
 
 

El Evangelio del agua y el Espíritu no es algo que debamos mantener en secreto en nuestros corazones

 
A veces me pregunto qué pasaría si hubiese tomado un camino diferente cuando encontré la Palabra de Dios y entendí la Verdad del Evangelio del agua y el Espíritu. ¿Qué habría pasado si hubiese escondido el Evangelio del agua y el Espíritu aunque supiese que este Evangelio no se encuentra en ningún otro sitio? ¿Qué ocurriría si nunca hubiese enseñado la Verdad del Evangelio del agua y el Espíritu y hubiese enseñado que uno puede estar sin pecados al creer solamente en la sangre de Jesús diciendo que quien cree en Jesús de cualquier manera no tiene pecados? Seguramente habría recibido alabanza de muchos cristianos mundanos, podría haberme elevado a mí mismo y habría convertido a mucha gente en presas mías. A veces sufría mucho con mi vida de fe y cuando servía el Evangelio del agua y el Espíritu. Había malos días en los que me decía a mí mismo: “Quizás debería abandonar ahora. Ya he hecho suficiente. No soy el único hombre en la tierra; que alguien más haga el trabajo duro. De cualquier manera, solo quiero que acabe. Debería tomarme un descanso y presentarme ante el Señor cuando venga”. Cuando pienso en lo que podría haber pasado si hubiese dejado de predicar el Evangelio del agua y el Espíritu por todo el mundo y me hubiese negado a servirlo, estos pensamientos me hacen temblar. 
Esta cuestión de si debemos servir al Evangelio del agua y el Espíritu o no tuvo consecuencias personales para mí, pero también tenía que pensar en otras personas. Me pregunté a mí mismo: “Si cierro la boca y no predico el Evangelio del agua y el Espíritu, ¿no acabaré matando a todas las almas que Dios me ha confiado?” Me di cuenta, en otras palabras, de que negarme a servir al Evangelio del agua y el Espíritu no solo me llevaría a la muerte, sino a la muerte de muchas personas en este mundo. 
Por eso decidí predicar este Evangelio a tantas almas como sea posible por muy difícil que fuese. Aunque era débil, decidí mantener mi posición y cumplir la función que Dios me había dado. Lo mismo es cierto de ustedes. ¿Qué ocurriría si dejasen su fe ahora, dejasen de predicar el Evangelio verdadero de Dios que está en sus corazones y predicasen un Evangelio falso diciendo que cualquiera puede estar sin pecados y ser justo al creer en la sangre derramada en la Cruz solamente? ¿Qué ocurriría, en otras palabras, si abandonasen sus vidas de fe porque son difíciles? Recuerden lo que ocurrió cuando la mujer de Lot no creyó: no solo se convirtió en enemiga de Dios, sino que su marido, Lot, y sus hijas también se convirtieron en enemigos de Dios. Todos fueron malditos y se convirtieron en enemigos de Dios. Fueron destruidos. De esta manera, su destrucción y la mía no son solo nuestras, sino que también significa la destrucción de nuestras familias. También implica la destrucción de los que habrían escuchado el Evangelio del agua y el Espíritu de nosotros y habrían recibido la remisión de los pecados. Todos debemos recordar esto siempre. 
Al seguir la Palabra de la justicia del Señor, debemos pensar en las consecuencias espirituales de nuestras acciones. Debemos pensar por adelantado para ver qué pasará dependiendo de si predicamos el Evangelio del agua y el Espíritu o no. Por encima de todo, debemos creer de todo corazón que Dios nos ha confiado claramente la obra de salvar a los pecadores y debemos vivir nuestra fe de esta manera. En resumen, todos debemos entender claramente la lección vital que nos enseña con la historia de la mujer de Lot que se convirtió en un pilar de sal. 
¿Qué apegos tuvo la mujer de Lot con este mundo para mirar atrás? Como mucho tendría una casa y algunas propiedades como ganado, ya que la ganadería era la manera principal de ganarse la vida en aquel entonces. ¿Qué valor tenían estas cosas para que la mujer de Lot muriese por ellas? ¿Y ustedes? ¿Todavía aman este mundo aunque Dios dijese que lo destruiría con fuego? ¿Todavía tienen apegos en este mundo como para entregar su vida por ellos y dejar que sus cónyuges e hijos fueran destruidos? 
Mis queridos hermanos, Dios nos ha dicho claramente que cuando juzgue este mundo con fuego, creará un cielo y una tierra nuevos para nosotros. Dios nos ha prometido que nos bendecirá para reinar en el Reino de los Cielos durante mil años. Los primeros cielos y tierra están tan llenos de suciedad y maldad que Dios no puede tolerarlo más. Por eso Dios dijo que los quemará y destruirá. El Dios Todopoderoso dijo que lo haría sin falta. 
Hemos recibido la remisión de los pecados al creer en el Evangelio del agua y el Espíritu, la Palabra de la justicia de Dios. Es solo cuestión de tiempo que creamos que Dios destruirá este mundo, porque esto es lo que el Creador de este mundo y el Señor de la salvación dijo. Dijese lo que dijese Dios, todos nosotros debemos creer en esto completamente. Aunque en nuestras mentes finitas no entendamos lo que Dios dijo, toda la Palabra de Dios se cumplirá tal y como es. 
Pronto escucharán más noticias. Verán con sus propios ojos noticias de misiles y bombas explotando. La era de las guerras llegará a este mundo. Llegará el día en que las naciones se levantarán contra otras naciones, estados contra estados. Como muestras los registros históricos no puede llegarse a un acuerdo cuando se lucha una guerra entre nacionalistas ardientes. No puede haber ningún acuerdo. Esta guerra total acaba en la destrucción completa de una de las dos partes. Aunque todo el mundo quiere la paz, no puede haber paz absoluta y completa en este mundo. 
 
 

Los eventos de este mundo ocurrirán como Dios lo dijo

 
Esta era presente en la que vivimos es la era de los dolores. Pronto, cuando los eventos que he descrito anteriormente en mi sermón tengan lugar, llegará la era de la tribulación. Entonces el Anticristo aparecerá y obligará a todo el mundo a recibir la marca de su nombre, destruyendo a todos los que se niegan a recibir esta marca sin pensar en ello. Y los que hayan nacido de nuevo de verdad serán distinguidos de los demás. Ya seamos martirizados o no, después de la persecución, nuestro Señor volverá a este mundo y lo destruirá. Entonces nos dará unos nuevos cielos y tierra. Esta es la promesa contenida en la verdadera Palabra de Dios. 
El plan de Dios para estos eventos que tendrá lugar en la era de la tribulación se ha completado. Cuando leemos esto en la Biblia, podemos ver claramente que esta era presente ha entrado en la era de los dolores después de haber pasado por la era de la creación, la era de la Ley y la era de la gracia. Solo quedan dos eras: la era de la tribulación y la era del Reino de los Cielos eterno. 
¿En qué era estamos ahora? Estamos en la era de los dolores. No es la era de la creación en la que vivieron Adán y Eva ni es la era de la Ley que Dios inició con Moisés, ni tampoco la era de la Iglesia Primitiva después de la ascensión de Jesús. Al haber pasado por la era de la gracia, ahora estamos viviendo en la era de los dolores marcada por desastres sin precedentes. Como Dios Todopoderoso dijo que destruiría este mundo, ¿quién va a evitarlo? ¿Todavía están apegados a este mundo que está destinado a ser destruido? Espero que sean este tipo de personas. Oro de todo corazón para que no tengan ningún apego en este mundo. Recuerden esto: quien no recibe la remisión de los pecados es destruido. 
¿Qué debemos hacer los justos cuando la gente se niega a aceptar el Evangelio del agua y el Espíritu cuando se les predica? No debemos pasar por alto esto pensando que no es importante. Debemos decirles claramente que serán arrojados al infierno si no aceptan este Evangelio del agua y el Espíritu. La mayoría de la gente es arrojada al infierno si no aceptan el Evangelio del agua y el Espíritu. La mayoría de la gente no tiene ni idea de la destrucción que se le vendrá encima. Como analogía piensen en un cerdo que va a ser sacrificado por la tarde. Por la mañana el cerdo se levanta y no tiene ni idea de que su vida va a terminar, que va a ser vendido y llevado al matadero, y por eso sigue haciendo lo que hacen los cerdos: comer por la mañana y revolcarse por el lodo sin ninguna preocupación, sin saber que al final del día será sacrificado y cortado en trozos. 
Por supuesto, cuando el cerdo ve a su dueño entrar en la pocilga e intenta agarrarlo, pueden sentir con sus instintos que algo va mal. El dueño tiene la misma cara, pero puede presentir que algo va mal, así que sale corriendo. La manera de agarrar a un cerdo es con su comida favorita, como por ejemplo judías cocidas. Así que el dueño deja un camino de judías para que el cerdo se acerque. Cuando el cerdo huele las judías, se olvida completamente de lo que estaba pasando hace unos momentos y sigue a su dueño contento hasta que este lo amarra con una soga. Entonces se lo lleva a un camión con el que será transportado hasta el matadero y allí lo matan y le cortan la carne en trozos y lo venden en el mercado. Hasta ese momento mismo de su destrucción el cerdo no tiene ni idea de lo que va a pasar. Está contento siguiendo el camino de judías, comiéndoselas sin tener ni idea de que le llevarán a su fin terrible. Como este cerdo, muchas personas siguen sin saber que van a ser destruidas, aunque esté a la vuelta de la esquina. 
 
 

Todo ser humano tiene honor ante Dios

 
En Salmos 49 está escrito que, aunque los seres humanos tienen honor, los que no conocen su honor son como las bestias que mueren. Como Dios dijo, todos los seres humanos tienen honor. Los seres humanos fueron creados originalmente a imagen de Dios. Pero, a pesar de que los seres humanos fueron creados a imagen y semejanza de Dios, la mayoría de ellos no conocen su propio honor. En vez darse cuenta de que pueden recibir la remisión de los pecados al creer en el Evangelio del agua y el Espíritu que Jesucristo nos trajo, reinar para siempre con Dios y vivir eternamente con la majestad divina, están interesados en sus propios deseos como los animales que mueren. En realidad, muchas personas solo están interesadas en las cosas de la carne como las bestias que perecen. Podemos saber muy bien que no debemos permitir convertirnos en personas que solo están preocupadas por las cosas de la carne. Ninguno de nosotros debe buscar las cosas del mundo solamente para morir como los animales. Lo que debemos hacer es darnos cuenta de nuestro honor y pensar en las circunstancias actuales con nuestras mentes puestas en el futuro, en el mundo futuro. En otras palabras, debemos pensar en cómo vivir ahora pensando en el futuro, y con esto en mente debemos tratar nuestras circunstancias con sabiduría. 
Asimismo, no debemos pensar solamente en nosotros mismos, sino que debemos pensar en el impacto que nuestras acciones tienen en nuestras familias para que no sean dañadas por nosotros. Esta preocupación por nuestras familias también debe extenderse a otras personas, ya que debemos tener cuidado de lo que les pasaría como resultado de nuestras acciones. En resumen, nuestras vidas deben ser guiadas por el altruismo y amor verdadero por todas las demás personas. Debemos ayudar a los demás. Es muy importante que todos ustedes aprendan esta lección de la Palabra de Dios. 
¿Cuál es el objetivo de nuestras vidas en este mundo? Servir al Señor. La Biblia nos enseña claramente que hagamos lo que hagamos, ya comamos o bebamos, debemos hacer todo por la gloria de Dios (1 Corintios 10, 31). Esto significa que, incluso en lo que concierne a la comida que comemos, debemos tener cuidado con nuestra dieta para poder servir al Evangelio del Señor. Esto no lo hacemos solo para asegurar nuestra salud y prosperidad individuales, sino por la de todos. De hecho, todos estamos obligados a vivir por la gloria de Dios, llevar la remisión de los pecados a todo el mundo. No obedecemos la Palabra del Señor ni le seguimos por fe por nosotros mismos, sino también por nuestras familias, por la gente de nuestro alrededor y por todo el mundo. 
 
 

Recuerden lo que Dios nos ha dicho

 
Nuestro Dios majestuoso no nos habla directamente. ¿Cómo nos habla? Nos habla directamente a través de Su Palabra escrita. A través de la Palabra de Dios nos habla a nosotros. 
El Señor Dios destruyó la tierra de Sodoma y Gomorra completamente al hacer caer fuego y azufre sobre ellas. La Palabra de Dios es suficiente para acabar con todas nuestras dudas y preguntas. Dios nos ha pedido que escuchemos con atención la Palabra que nos da a través de Su Iglesia y el Espíritu Santo. Dios habla a Sus siervos y a Su pueblo a través de Su Iglesia. Debemos creer que la Palabra de Dios se encuentra en Su Iglesia. 
Algunos de ustedes pueden pensar que, como la mujer de Lot se convirtió en un pilar de sal, se convirtió en algo útil. Como la sal es útil para diferentes usos, como para cocinar o preservar la comida, podrán pensar que la mujer de Lot se convirtió en algo beneficioso. Pero esto no es lo que significa. Esto significa que los que miran hacia atrás al mundo y no lo pueden dejar atrás morirán espiritualmente, y por culpa de esta gente, no solo morirán sus familiares, sino también muchas personas del mundo. Todos debemos grabar esta lección en nuestros corazones. Aprender de la lección de que nuestras acciones erróneas pueden llevarnos a nosotros y a todos los que amamos a morir nos hace vivir por fe. 
Mientras vivimos nuestras vidas, debemos tener un conocimiento claro y firme de que ahora es el tiempo de los dolores. Ya les he dicho lo que ocurrirá en el futuro. También les he explicado cómo los eventos de este mundo tendrán lugar y lo que ocurrirá en la economía del mundo. Como ya he explicado esto completamente, no me queda casi nada que decir. Nunca predico la Palabra desde el púlpito según mis propios pensamientos. Aquí y ahora Dios reina en mi corazón a través del Espíritu Santo y por tanto no hablo mis propias palabras. Así que no puedo decir simplemente lo que pasa por mi mente. 
Hoy en día, cuando el final no está muy lejos, debemos defender nuestra fe y obedecer la Palabra de Dios, sin mirar atrás hacia las cosas del mundo. Así que debemos predicar el Evangelio del Señor a tantas almas como sea posible en nuestras vidas, y cuando vuelva el Señor, debemos librarnos del mundo presente de la inseguridad y dolor para entrar en los nuevos cielos y tierra que Dios ha creado para nosotros. Entonces viviremos allí felices y con alegría durante mil años y más, durante la eternidad. Al darnos cuenta de que hay un lugar más maravilloso que este mundo, debemos vivir por fe. Dios nos ha dicho claramente que nos dará estas bendiciones. 
Señor Jesús, ven pronto.