Search

Sermões

Tema 13: Evangelio de Mateo

[Capítulo 12-4] ¿Dónde quiere habitar Satanás? (Mateo 12, 43-50)

¿Dónde quiere habitar Satanás?(Mateo 12, 43-50)
«Cuando el espíritu inmundo sale del hombre, anda por lugares secos, buscando reposo, y no lo halla.
Entonces dice: Volveré a mi casa de donde salí; y cuando llega, la halla desocupada, barrida y adornada.
Entonces va, y toma consigo otros siete espíritus peores que él, y entrados, moran allí; y el postrer estado de aquel hombre viene a ser peor que el primero. Así también acontecerá a esta mala generación.
Mientras él aún hablaba a la gente, he aquí su madre y sus hermanos estaban afuera, y le querían hablar.
Y le dijo uno: He aquí tu madre y tus hermanos están afuera, y te quieren hablar.
Respondiendo él al que le decía esto, dijo: ¿Quién es mi madre, y quiénes son mis hermanos?
Y extendiendo su mano hacia sus discípulos, dijo: He aquí mi madre y mis hermanos.
Porque todo aquel que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos, ése es mi hermano, y hermana, y madre».
 


Los practicantes de la religión tienen demonios en sus corazones por causa de sus pecados


En el pasaje de las Escrituras de hoy, Jesús dijo: «Cuando el espíritu inmundo sale del hombre, anda por lugares secos, buscando reposo, y no lo halla.
Entonces dice: Volveré a mi casa de donde salí; y cuando llega, la halla desocupada, barrida y adornada.
Entonces va, y toma consigo otros siete espíritus peores que él, y entrados, moran allí; y el postrer estado de aquel hombre viene a ser peor que el primero. Así también acontecerá a esta mala generación».
Nuestro Señor expulsó demonios de los poseídos y curó a los enfermos. Pero aquí está la verdad de la que deben darse cuenta los que conocen el Evangelio del agua y el Espíritu. Los demonios pueden descansar y habitar en lugares áridos, es decir, en los corazones de los que tienen pecados. Los que no conocen la Palabra tienen pecados en el corazón. Por tanto cuando un demonio es expulsado de un poseído, pasea por lugares áridos, es decir por los corazones de los que no han recibido la remisión de los pecados; y entonces vuelve donde habitaba antes, al corazón del pecador, viendo que su corazón todavía tiene pecado y está preparado para recibirle.
En otras palabras, el demonio vuelve y habita en el corazón del hombre en el que había entrado antes. Jesús también dijo que cuando este demonio vuelve a su hogar, trae siete espíritus peores, de manera que la situación del hombre es peor ahora que antes.
En uno de mis sermones anteriores les hablé de que alguna gente se sorprendía y nos preguntaba: «¿No deberían dedicarse a expulsar demonios? ¿Por qué no lo hacen?». Pero debemos darnos cuenta de que expulsar demonios de alguien que no cree en el Evangelio del agua y el Espíritu es completamente inútil. Es totalmente inútil expulsar demonios de los que no creen en la Palabra del Evangelio del agua y el Espíritu, porque estos demonios volverán tarde o temprano y traerán más demonios y los poseídos sufrirán más.
Por lo tanto es absolutamente indispensable que todos creamos primero en la Palabra del Evangelio del agua y el Espíritu. Si alguien cree en este verdadero Evangelio, recibirá la remisión de los pecados y simultáneamente el don del Espíritu Santo. Sólo entonces los demonios no podrán volver a su corazón, ni entrar en él, porque su corazón pertenece ahora a Dios Todopoderoso. Pero si la gente no cree en la Palabra del Evangelio del agua y el Espíritu, los demonios pueden entrar en sus corazones y convertirlos en sus moradas.
Hoy en día es bastante común ver a alguien haciendo un exorcismo en la televisión. Los demonios pueden entrar en los corazones de los pecadores en cualquier momento. Donde hay alguien que no haya recibido la remisión de los pecados, si un demonio decide: «Voy a habitar en este hombre», puede habitar en él. Resistirse es inútil. Satanás se ríe de él diciendo: «¿Cómo te atreves a rechazarme?». Entonces se mete en su corazón y le tormenta diciendo: «Hará lo que yo quiera».
Los demonios son seres reales. Son los siervos de Satanás y les encanta habitar en los corazones de los pecadores. Así que si los que creen en el Evangelio del agua y el Espíritu expulsan demonios sin resolver el problema de los pecados, es totalmente inútil.
Tal y como hemos leído en el pasaje de las Escrituras, nuestro Señor dijo que si los demonios se expulsan simplemente en nombre de Jesucristo, volverán. Cuando un demonio, después de haber tomado el corazón de alguien como morada y haber vivido allí, sale y vuelve, trae a más demonios que se quedarán en la persona para siempre. Conquistado por malos espíritus, este hombre poseído se volverá loco y no podrá vivir como un ser humano, vivirá en la miseria durante el resto de su vida y morirá.
Por tanto debemos creer en el Evangelio del agua y el Espíritu y no expulsar demonios, sino predicar primero la Palabra del Evangelio del agua y el Espíritu a los poseídos para que sus pecados puedan ser perdonados. Por supuesto que no es una tarea fácil, por eso debemos enseñarles gradualmente la Verdad del Evangelio del agua y el Espíritu cuando tengan una estabilidad mental. Cuando prediquemos el Evangelio del agua y el Espíritu, debemos explicarlo paso a paso con respeto por ellos. Una vez haya entrado en sus corazones la Verdad del Evangelio, se convertirán en hijos de Dios, porque todos los demonios que les habían atormentado saldrán de ellos y el Espíritu Santo empezará a obrar en sus corazones. En los corazones de los que han recibido la remisión de los pecados hay paz porque el Espíritu Santo vive en ellos.
Pero a pesar de ello, los que no han recibido la remisión de los pecados intentan expulsar demonios. Afirman recibir poder, hacen todo tipo de cosas para expulsar demonios, pero todo lo que hacen no es más que un espectáculo.
Deberían darse cuenta de que es completamente inútil para todo aquel que tiene pecados en su corazón el que le expulsen los demonios. Para que no sean engañados por mentirosos deben aferrarse a la Verdad y tener una fe grande en la Palabra del Evangelio del agua y el Espíritu. A no ser que tengan esta fe y este conocimiento acabarán siendo poseídos por malos espíritus.
 

Los demonios discurren por lugares áridos buscando reposo

¿En qué corazones obran los demonios? En los corazones de los que no han recibido la remisión de los pecados. Dicho de otra manera, los demonios obran en los corazones de los que no tienen el Evangelio del agua y el Espíritu. Si sus corazones están ocupados por demonios y quieren librarse de ellos, crean en la Palabra del Evangelio del agua y el Espíritu de todo corazón. Sin duda Satanás no podrá volver a gobernar sus almas y el Espíritu de Dios reinará en sus corazones.
¿Tienen fe en el Evangelio del agua y el Espíritu en sus corazones? Si es así, el Espíritu Santo vive en sus corazones ahora. Pero en los corazones de los que no creen en el Evangelio, no está ni la Palabra de Dios que ha borrado los pecados, ni el Espíritu Santo, aunque profesen su fe en Jesús. Esta es la diferencia entre los que creen en el Evangelio del agua y el Espíritu y los que no. La diferencia entre los que tienen el Espíritu Santo en sus corazones y los que no es el resultado de que hayan creído en el Evangelio del agua y el Espíritu o no.
Por eso los demonios pueden entrar en los corazones de los que no tienen la Palabra del Evangelio del agua y el Espíritu. Como los espíritus malos pueden entrar en los corazones de los que no han recibido la remisión de los pecados, pueden usarlos como instrumentos de sus malas obras. Como los demonios controlan los pensamientos y la voluntad de los pecadores podemos ver y oír muchas de las malas obras que perpetúan los demonios a través de gente de todo el mundo.
Les dije que mi mente había estado poseída por un demonio. En aquel entonces mi corazón no tenía fe en la Palabra del Evangelio del agua y el Espíritu. Sólo creía en la sangre de la Cruz. Así que a través de mis pecados personales, un demonio se estableció en mi corazón. Se metía dentro de mí aunque lo rechazara. Por supuesto, no llegó a gobernarme completamente, pero me controló hasta un cierto límite. Expulsé a este demonio diciendo: «¡En nombre de Jesucristo te ordeno que salgas, Satanás!».
Lo que deben reconocer es que antes de creer en el Evangelio del agua y el Espíritu, nadie se puede librar de Satanás. Primero se debe conocer y creer en el Evangelio del agua y el Espíritu. A no ser que la gente reciba al Espíritu Santo, el Todopoderoso, los demonios volverán a sus corazones. Y cuando vuelvan traerán más demonios y esta vez ocuparán a sus víctimas completamente, les convertirán en siervos de Satanás, les harán hacer locuras, y les arruinarán totalmente. Esta es la obra de Satanás.
 

¿Quién habita en los corazones de los que creen en el Evangelio del agua y el Espíritu?

Lo que es tan importante para los que ahora creemos en el Evangelio del agua y el Espíritu es que mientras este Evangelio esté en nuestros corazones, estos demonios no jugarán con nosotros. Los que creemos en el Evangelio del agua y el Espíritu podemos ser insuficientes en nuestra carne, pero no somos juguetes de los demonios. ¡Qué afortunados somos! Estamos muy bendecidos. La diferencia entre los que tienen la Palabra del Evangelio del agua y el Espíritu en sus corazones y los que no la tienen es que los primeros no son presa de los demonios, mientras que los últimos lo son.
Si la Palabra del Evangelio del agua y el Espíritu está en sus corazones, están sin pecado, porque la Palabra mediante la que nuestro Señor borró todos nuestros pecados se encuentra en ustedes. Y como están sin pecado, el Espíritu Santo puede entrar en sus corazones y ustedes pueden vivir en el amor y las bendiciones de Dios como hijos suyos. Por el contrario si la Palabra del Evangelio del agua y el Espíritu no está en sus corazones, no hay remisión de los pecados ni pueden convertirse en hijos de Dios ni el Espíritu Santo está en sus corazones, sino que sólo hay demonios. Si no tienen fe en este verdadero Evangelio, se están convirtiendo en casas sin propietario que pueden ser ocupadas y habitadas por cualquiera. Los demonios pueden entrar en estas casas vacías y convertirlas en sus propias casas.
¿Cómo podemos recibir el don del Espíritu Santo en nuestros corazones? Sus corazones son vasijas que pueden contener de todo. Como vasijas pueden contener cosas buenas o cosas malas. Pero para poner el Espíritu de Dios en nuestros corazones debemos recibir primero la remisión de nuestros pecados al creer en la Palabra del Evangelio del agua y el Espíritu. Nosotros, los que creemos en el Evangelio del agua y el Espíritu somos vasijas que pueden contener el Espíritu de Dios. Deben darse cuenta de que todos somos vasijas que pueden contener el Espíritu de Dios si recibimos la remisión de los pecados. Por tanto si queremos invitar al Espíritu Santo en nuestros corazones, estos deben tener fe en la Palabra del agua y el Espíritu.
Cuando nuestro Señor vino al mundo y fue bautizado, tomó todos nuestros pecados de una sola vez. Jesús fue bautizado en el río Jordán por nuestros pecados y debemos creer que cuando recibió Su bautismo, todos nuestros pecados se pasaron al Jesús bautizado. Nuestros corazones deben tener la Palabra de Dios, que nos dice que Jesús cargó con los pecados del mundo, derramó Su sangre y murió en la Cruz, se levantó de entre los muertos, y nos salvó para siempre de todos nuestros pecados. Este Evangelio del agua y el Espíritu es el poderoso Evangelio que prohíbe que Satanás nos amenace. Por eso los que tienen la Palabra del Evangelio del agua y el Espíritu en sus corazones están felices, mientras los que no tienen esta Palabra están destinados a ser presas de Satanás.
Vemos que muchos cristianos en este mundo creen en el cristianismo sólo como una más de las religiones del mundo y como resultado han sido capturados y esclavizados por los demonios. Cuando estos demonios son expulsados, los que estaban poseídos cantan alabanzas por su gozo. Pero, ¿qué pasa con el tiempo? Vemos que los poseídos acaban con más demonios. Sorprendentemente hay muchos poseídos entre los cristianos.
 

Debemos darnos cuenta de que los demonios habitan en los corazones de los pecadores

Por tanto debemos examinar nuestros corazones para ver si creemos o no en la Palabra del Evangelio del agua y el Espíritu y todos debemos creer en este verdadero Evangelio. Sin duda debemos tener fe en el Evangelio del agua y el Espíritu en nuestros corazones. Deben darse cuenta de que cuando no tienen esta fe en la Verdad del Evangelio, pueden ser poseídos por los demonios. Recuerden que si no tienen esta Palabra, aunque profesen su fe en Jesús, tarde o temprano serán capturados por demonios y harán su voluntad. No quieren que esto pase, ¿verdad? Si no es así, entonces crean en la Palabra del agua y el Espíritu.
Sin embargo los que no tienen la Palabra del agua y el Espíritu en sus corazones, pueden librarse de los demonios, pero estos acaban volviendo a sus corazones. Jesús dijo que los demonios buscan lugares áridos para habitar. Los lugares áridos implican los corazones desiertos de los pecadores que no tienen la Palabra de Dios.
Mis queridos hermanos, ustedes están a salvo si la Palabra del agua y el Espíritu, la Palabra de la remisión de los pecados, se encuentra en sus corazones. Pero si la Palabra no está allí, los demonios pueden morar en sus corazones. Estos actos demoníacos no se pueden parar. El Señor dijo que todo el mundo sería poseído por demonios más adelante (Mateo 12, 45). Dijo que todos, excepto los que creen en el Evangelio del agua y el Espíritu, serían subyugados por los demonios.
¿Saben lo que es espiritual? Que alguien sea espiritual significa que tiene fe en la Palabra del Evangelio del agua y el Espíritu. Decir galimatías para fingir hablar en lenguas no es ser espiritual. Curar enfermedades y hablar en lenguas no es ser espiritual, en realidad son los que entienden la Palabra de Dios, conocen y creen en el Evangelio del agua y el Espíritu, rezan al Señor cuando necesitan ayuda, y viven su fe por la justicia de Dios, los que son verdaderamente espirituales. ¿Se dan cuenta?
¿Creen en el Evangelio del agua y el Espíritu de todo corazón? Si sus corazones no tienen fe en el Evangelio del agua y el Espíritu, deben arrepentirse y creer de todo corazón que este Evangelio es la única Verdad.
Si están poseídos por demonios, deben hacer su voluntad; si les dicen que se desnuden, lo tendrán que hacer. ¿Es esto difícil de creer? Los poseídos no pueden evitar hacer todo lo que sus demonios les piden. Deben hacer la voluntad de los demonios porque estos son sus maestros. Los débiles no pueden evitar hacer lo que los fuertes les mandan. Por tanto si no quieren estar sometidos a esta humillación, deben aferrarse al Evangelio del agua y el Espíritu con sus corazones y deben creer en él.
¿Pueden ver a Dios con sus ojos? No podemos ver a Dios con nuestros ojos, pero podemos creer en Él. Incluso los que están poseídos creen que Dios vive. Pero siguen poseídos por demonios porque no creen en el Evangelio del agua y el Espíritu aunque crean en Dios.
Como Jesús dijo en el pasaje de las Escrituras de hoy, los demonios entran en los corazones de los que no creen en el Evangelio del agua y el Espíritu. Por eso debemos creer en la Palabra de Dios. Debemos aferrarnos al Evangelio del agua y el Espíritu en nuestros corazones. Debemos aferrarnos a la Palabra de Dios en nuestros corazones, y debemos reafirmar que Dios ha borrado nuestros pecados con el Evangelio del agua y el Espíritu.
Cuando Satanás nos acusa de nuestras insuficiencias y nos tormenta, debemos mantenernos firmes profesando nuestra fe en la Verdad, diciendo: «El Señor me ha salvado a través del Evangelio del agua y el Espíritu». Debemos confesar que creemos que nuestro Señor vino a esta tierra, tomó nuestros pecados al ser bautizado por Juan el Bautista, llevó los pecados de este mundo a la Cruz, derramó Su sangre y murió en ella, se levantó de entre los muertos y ahora está sentado a la derecha del trono de Dios Padre. Y debemos reprender a Satanás por sus trucos cuando intenta destruir nuestra fe, diciendo: «Sabiendo que el Señor me ha salvado de todos mis pecados, ¿cómo te atreves a acusarme? Te ordeno en el nombre de Jesucristo que te alejes de mí, Satanás». Debemos tener este tipo de fe.
Ningún demonio puede entrar en alguien que tenga la Palabra del Evangelio del agua y el Espíritu en su corazón. Cuando no tienen este poderoso Evangelio en sus corazones, los demonios pueden entrar en sus corazones. Por eso debemos difundir la Palabra del Evangelio del agua y el Espíritu.
Muchos de ustedes pueden haber pensado que expulsar demonios de un poseído es una acción buena en sí misma, pero deben darse cuenta de que esta acción en sí es inútil. Es completamente inútil expulsar demonios cuando todavía no se ha recibido la remisión de los pecados, porque los demonios volverán en cualquier momento.
Los poseídos no siempre sufren ataques. Dicho de otra manera están siempre cuerdos excepto cuando les dan ataques de vez en cuando. Por tanto podemos enseñar el Evangelio del agua y el Espíritu a los poseídos mientras estén cuerdos. Cuando un poseído acepta la Palabra de Dios y cree en el Evangelio del agua y el Espíritu, se libra de sus atormentadores, porque los demonios no pueden seguir viviendo en los corazones de los que han nacido de nuevo por el agua y el Espíritu, por mucho que lo intenten. Lo que es más, Satanás no puede entrar en sus corazones de nuevo, nunca más.
Hemos visto dos verdades en la Palabra de Dios. Hemos visto la obra de demonios que tiene lugar en esta era, y hemos visto la poderosa obra del Evangelio que Dios nos ha dado. Dios nos ha dicho y nos ha permitido saber cómo hablar contra los trucos de Satanás.
Espero y rezo por que todos ustedes se conviertan en santos que recuerden la Palabra de Dios, se aferren a la Palabra del Evangelio del agua y el Espíritu en sus corazones, crean en ella, y esperen a que el Señor vuelva.