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Tema 23: Hebreos

[Capítulo 11-7] La vida de fe (Hebreos 11:7)

La vida de fe(Hebreos 11:7)
“Por la fe Noé, cuando fue advertido por Dios acerca de cosas que aún no se veían, con temor preparó el arca en que su casa se salvase; y por esa fe condenó al mundo, y fue hecho heredero de la justicia que viene por la fe”.
 
 

¿Qué es vivir por fe?

 
Dios nos dice que Noé se convirtió en heredero de la justicia por hacer la obra justa y dejó un legado de justicia. La fe de Noé consistía en confiar en las palabras de Dios completamente y creer en el Dios invisible. Confiar en las Palabras de Dios y obedecerlas es tener fe. Por eso Hebreos 11:7 dice: “Por la fe Noé, cuando fue advertido por Dios acerca de cosas que aún no se veían, con temor preparó el arca en que su casa se salvase; y por esa fe condenó al mundo, y fue hecho heredero de la justicia que viene por la fe”. 
Noé creyó lo que Dios le dijo y preparó el arca, después de haber sido avisado de cosas que no había visto todavía. Durante los días de Noé en la tierra la gente era cruel y violenta. Los fuertes sobrevivían, devoraban y extorsionaban a los débiles. No había ley y no habia nadie que protegía a los débiles. Solo los fuertes sobrevivían. El mundo llegó a un momento en el que la violencia era tan grande que la gente no podía sobrevivir. Finalmente, Dios les avisó que destruiría el mundo con agua y lo juzgaría. Dios le dijo a Noé: “Haz un arca para ti y tu familia. Después entrarás en el arca. Y yo destruiré el mundo con agua, pero tú estarás a salvo”. Así que Noé obedeció a Dios y construyó el arca siguiendo el plan de Dios. 
Como saben el arca es un barco de madera enorme. Dios dijo: “Haz un arca y entra en ella”. Ser salvados de nuestros pecados es similar. Noé preparó un arca y Dios le avisó de lo que no había visto todavía para que pudiera salvar a su familia y a los animales en la tierra. Por su obediencia Noé se convirtió en heredero de la justicia. Cuando miramos su vida podemos ver cómo Noe confió y siguió a Dios. La Biblia dice que Noé confió en el Dios invisible y lo hizo todo según Su Palabra por miedo y respeto. 
La Biblia nos habla de la gente que vivió por fe en Dios. Hoy en día es imposible cuidar de los corazones de la gente o vivir por fe sin tener fe. ¿Cómo puede alguien vivir sin fe en Dios? ¿Cómo podemos vivir por fe cuando las virtudes, moral y ética del mundo están cambiando? La gente que vive por fe vive como Noé. Noé era un ser humano como nosotros, pero confió en el Dios invisible simplemente basándose en lo que Dios le dijo. La fe verdadera consiste en creer en Dios como si le estuviesen viendo y creer que está vivo y cumple Su voluntad. 
Dios nos dijo que esta vez destruirá el mundo con fuego y si somos personas que viven por fe debemos creer que Sus Palabras se cumplirán. Nosotros también debemos preparar un arca por fe como hizo Noé. Vivir una vida de fe significa confiar en un Dios invisible y poner nuestra fe en Sus Palabras y vivir según ellas. La Biblia dice que Noé hizo todo según lo que Dios le dijo. Dios le dijo a Noé: “Tráeme dos de cada tipo de animales y yo los mantendré vivos” y él obedeció. Sepan esto: los tiempos en los que vivimos ahora mismo son tan malvados como los tiempos de Noé. 
 
 

Estamos viviendo la vida de Noé

 
Aunque no podemos ver a Dios con nuestros ojos físicos, podemos verle por fe como hizo Noé, porque creemos que existe y Sus Palabras son ciertas; y lo que dijo se hará realidad. Confiar en la justicia de Dios es así. La conclusión es que la fe consiste en confiar en la Palabra de Dios y seguirla y vivir una vida obediente ante Dios como hizo Noé. La fe es vivir como Noé. La fe es vivir como Abraham. Es confiar en Dios como hicieron Abraham y Noé. La fe es así. ¿Lo entienden? De hecho, la fe es certeza. Estar seguro de lo que es invisible es...fe. 
Como somos seres humanos, tenemos debilidades al vivir una vida de fe. Pero los que creen de verdad en Dios se distancian de los que no creer en la justicia de Dios. La Biblia dice que Noé preparó un arca. No debemos interpretar su comportamiento literalmente, sino que debemos tener la misma fe que tuvo. “Quien confíe en el Dios invisible y siga Su Palabra pertenece a la familia de Dios. ¿Quién es nuestra familia? ¿No son los que han nacido de nuevo del agua y el Espíritu, nuestros hermanos y hermanas?”. La familia no solo es nuestra familia física, sino nuestra familia espiritual, a la que estamos unidos mediante la Iglesia de Dios, y los que creen en el Evangelio del agua y el Espíritu. 
Somos la familia de Dios si vivimos por fe en Dios. ¿Tienen familias físicas? ¿Sí? Mirándolas, si de verdad creen por fe, ¿de parte de quién estarán: de su familia física o espiritual? En esta situación, vivir por fe es estar de lado de Dios. Un hombre que vive por fe vive como Noé. Confía en Dios como hizo Abraham. 
Por tanto, una vida de fe es vivir como Noé. También es como vivio Abraham, quien siguió la Palabra de Dios. También es como vivir Isaac, quien obedeció la Palabra de Dios. Vivir por fe es tener el mismo tipo de vida que nuestros antecesores de la fe. Así es como deberíamos vivir, ¿no es así? Una cosa que tenemos que recordar siempre es que, aunque esté bien tener debilidades, debemos tener cuidado de no hacer daño a la Iglesia de Dios por nuestras debilidades. 
Todos deben saber que tenemos debilidades. Tengo un hermano mayor que no acepta la Palabra de Dios, aunque haya intentado enseñarle la verdad en la Palabra de Dios. Pero, aun así, sigo haciendo todo lo que puedo para compartir todo lo que puedo cuando tengo la oportunidad. No se enfrenta a mí personalmente, pero se opone a la Palabra de Dios rechazando la justicia de Dios. Por eso sigo orando y exhortándole para creer en el Evangelio del agua y el Espíritu. Pero la verdad es que, como creo en la justicia de Dios, no puedo vivir en unión con mi hermano. Sin embargo, por otro lado, si no creyese en la justicia de Dios, podría unirme a él con las cosas del mundo. 
De esta manera, no pueden vivir unidos con su familia física si creen en la justicia de Dios y ellos no. Aunque sean su propia sangre no podrán vivir unidos a ellos. La razón verdadera está clara; sus creencias son completamente diferentes a las nuestras. De nuevo, vivir por fe significa vivir por la justicia de Dios. Por miedo a Dios y Sus Palabras, Noé construyó el arca, almacenó comida en ella y metió animales vivos allí como le había dicho Dios. Dios dijo que iba a destruir el mundo mediante un diluvio porque los hombres eran completamente malvados. Pero Dios ha dicho que destruirá el mundo por fuego la próxima vez. Así que, como hizo con Noé, nos está advirtiendo que debemos preparar nuestra salvación espiritual. Dios le dijo a Noé que preparase un arca para su familia, para la gente y los animales. Y Noé obedeció a Dios y preparó el arca. Y por él, al hacer esta obra por fe, se propagó la semilla de la vida en el mundo. 
Lo mismo ocurre con ustedes. Como Noé construyó un arca por fe, nosotros también construimos el arca por fe compartiendo el Evangelio del agua y el Espíritu a la gente de todo el mundo. Estamos llevando a mucha gente al arca así. La gente con esta fe así complace a Dios. No viven como monjes que supuestamente tienen un gran conocimiento de la Palabra de Dios mientras cantan o ayunan y oran todo el día, pero viven sus vidas de fe como Noé y Abraham. Y por fe predicamos esta Palabra de este Evangelio del agua y el Espíritu perfecto que nos salva perfectamente. 
 
 

Estamos construyendo arcas por todo el mundo

 
Dios le dijo a Noé que llevase comida para él y su familia y Noé obedeció a Dios. De la misma manera, estamos almacenando comida para nosotros por fe. Lo hacemos publicando libros electrónicos e impresos. Muchas personas se alimentan del pan de vida a través de nuestras publicaciones. La vida de fe en el Señor se refleja aquí. Así es como vivimos por fe. La fe consiste en ver lo que es invisible y vivir como si fuera real. La fe puede ver lo que nuestros ojos físicos no pueden. 
A los ojos de un hombre de fe, incluso la destrucción del mundo parece real. Esto es lo que la fe espiritual nos permite hacer. En el mundo de la fe y espiritualmente somos expertos en la predicación del Evangelio del agua y el Espíritu. En este momento estamos viviendo por fe. Noé no fue el único que vivió por fe, porque nosotros también vivimos por fe en Dios. ¿Están de acuerdo o no con que no tenemos otra opción que hacer esto? ¿Están pensando que si pudiesen tener éxito en el mundo ya se habrían ido? ¿Se quedan aquí porque no pueden tener éxito allí fuera? Si están pensando de esta manera entonces no están viviendo por fe. Deben corregir su mente y corazón corruptos. 
Al ejercitar nuestra fe en Dios, debemos deshacernos de nuestros pensamientos carnales y dar testimonio con confianza: “Puede que el mundo me dé la bienvenida y que tenga éxito, pero prefiero sufrir con el pueblo de Dios que está predicando la justicia de Dios. Lo correcto es vivir por el reino de Dios. Por eso resido en la Iglesia de Dios. Lo correcto es vivir como Moisés”. Deben decidirse a seguir viviendo por fe en la justicia de Dios. Hay una gran diferencia entre servir a Dios por fe y servir a Dios superficialmente y sin quererlo. Caminar en la fe solo es posible cuando confiamos en Dios, aunque sea invisible. 
Algunos santos en la Iglesia que tienen sus propios negocios venden sus productos porque creen que sus productos son rentables. “Hacer esto y lo otro me da muchos beneficios”; esto es lo que piensan cuando trabajan en sus negocios. Esto es la fe en acción. Debemos hacer todo lo que podamos asumiendo el resultado por fe, no porque no tengamos otro remedio. ¿No es esto cierto? Lo hacemos todo por fe. 
Con esta misma mente debemos hacer nuestro trabajo en la Iglesia, recordando que nuestro trabajo ayudará a predicar el Evangelio aún más y ayudará a la gente a recibir la salvación de sus pecados. Incluso cuando cocinan y lavan los platos deben hacerlo por fe diciendo: “como cocino y lavo los platos para los santos, al menos ellos pueden tener fuerzas para trabajar más para que la gente reciba la remisión de sus pecados”. Todo lo que hacemos, debemos hacerlo por fe. Todo lo demás que hagamos sin fe en Dios...es pecado. La Biblia dice: “y todo lo que no proviene de fe, es pecado” (Romanos 14:23).
El Apóstol Pablo dijo en su Epístola que lo que no es de la fe es pecado. Somos personas que viven por fe. Hacemos cosa tras cosa por fe. ¿Conocen esa canción del Evangelio que dice algo así: “¿Hasta el día en que se acabe el viaje de mi vida, Jesús me guiará todo el camino”? Caminar con fe es hacerlo paso a paso y por la fe hacemos la obra de Dios. La verdadera fe es acción continua, estar activos. Es justo vivir por fe porque confiamos en Dios. Es justo actuar por fe porque confiamos en Dios. Queridos hermanos y hermanas, debemos quitar la escoria de nuestros corazones. Así es como podemos tener fe, con un corazón sincero. La Biblia dice: “Quita las escorias de la plata, y saldrá alhaja al fundidor” (Proverbios 25:4). 
Cuando se funde la plata, se puede ver la escoria. Nuestra fe debe ser pura. Nosotros somos la gente de fe que confía en la justicia de Dios y debemos quitar la escoria, es decir, lo que no sea la fe pura, de nuestros corazones. Los pensamientos carnales coexisten con la fe en nuestros corazones. Debemos eliminar esos pensamientos de nuestros corazones. Todo lo que necesitan es fe. 
Hace unos años empezamos a prepararnos para publicar libros electrónicos e impresos para la misión. Estamos haciendo esto ahora mismo, pero ¿cuándo empezó? Empezó hace quince años. Con nuestros ojos físicos, no podíamos visualizar cómo sería posible publicar literatura impresa, pero por la fe sí podíamos. Pero, cuando llegó el momento se materializó de la misma manera en que lo visualizamos por fe, y hemos estado trabajando desde entonces. Esto es la fe en acción. 
Por esta razón les estoy pidiendo a nuestros hermanos y hermanas que guarden las cintas de mis sermones grabados en un lugar seguro cuando nos mudemos a otro edificio. Estos sermones son como un tesoro para el alma. Así que no solo grabamos los sermones, sino que también los grabamos en vídeo. Los que no saben lo que estaba pensando cuando decidí esto pueden pensar que soy raro. Recuerdo cuando perdí algunas cintas. A pesar de que he tenido que rogar para que las cintas fuesen guardadas bien, la caja se perdió. Encontramos unas cuantas cajas cuando estábamos reformando nuestro edificio en Injae. Seguro que hay cosas útiles en ellas. Quiero que miren lo que contienen. Debemos reorganizar los contenidos para volver a utilizarlos. 
No puedo preguntarles si tienen pecados o no en sus corazones porque han recibido la remisión de los pecados al creer en el Evangelio del agua y el Espíritu que constituye y ya no tienen pecados. Su fe ha crecido y tengo que predicarles acerca de cómo ser discípulos, mientras que la gente en el mundo debe escuchar mis sermones sobre el Evangelio. Por eso debemos transcribir mis sermones grabados en esas cintas y publicar estos sermones sobre el Evangelio. Debemos vivir unidos por la justicia de Dios. Noé hizo el arca por fe y por fe almacenó comida para alimentar a su familia y a todos los animales. 
La vida de fe que estamos viviendo no es tan fácil. No estamos viviendo una vida puramente religiosa. Mucha gente recibe la remisión de los pecados al creer en el Evangelio del agua y el Espíritu. ¿No es esto cierto? He escuchado que el clima en los países africanos, como Kenia, es bueno todo el año. Hablando de las misiones en África, varios misionarios han construido
 centros misioneros y viven allí cómodamente. ¿Cómo es la situación actual? El clima ha cambiado drásticamente. Ha habido muchos problemas políticos en muchos países africanos y muchas personas inocentes han muerto. Muchos animales, incluyendo cabras y vacas, están muriendo por la sequía continua. Pero en Kenia una media de ocho personas recibe la remisión de los pecados todas las semanas. Además de Kenia, también recibimos emails de unas ocho personas a la semana de otros países de África, pero eso no significa que solo ese número de personas hayan venido a Cristo; no saben exactamente si hay ochocientas u ochenta personas que reciben a Cristo. Ahora es el mejor momento para predicarles el Evangelio. 
Predicamos el Evangelio del agua y el Espíritu a los que están muriendo en cuerpo y espíritu. La gente confiesa que, después de leer nuestros libros, han aceptado que el Señor ha eliminado sus pecados con el Evangelio del agua y el Espíritu, y se ha convertido en su Salvador. A sus ojos somos como Noé. Somos como Abraham y Noé. Por eso siempre nos dan las gracias. Escriben en sus cartas: “Que Dios bendiga a su organización y al Reverendo Paul C. Jong”. Las cartas no solo van dirigidas a mí, sino a todos nosotros. Si oran por las bendiciones de Dios, todos nos bendeciremos por sus oraciones. Sin embargo, si nos maldicen, serán maldecidos. 
Somos la gente de la fe. Somos como Abraham y Noé y la gente de fe. Sé que son como nuestros antecesores de la fe. Somos los obreros de Dios que apoyan el ministerio del Evangelio del agua y el Espíritu después de recibir la remisión de los pecados al tener fe en este Evangelio perfecto. No hay nada más valioso que esto. Pienso en mí mismo de esta manera ante Dios. Todos somos valiosos a los ojos de Dios. Somos valiosos porque vivimos por fe en la justicia de Dios. 
A través del Evangelio del agua y el Espíritu que predicamos la gente recibe la remisión de los pecados y recibe una vida nueva. Ahora estamos viviendo por fe en Dios y Su justicia. Seguiremos corriendo por fe en la presencia de Dios. Debemos entender lo gratificante y valioso que es predicar el Evangelio del agua y el Espíritu. Deben recordar lo valioso que es su trabajo. Solo cuando hacen esto pueden tener orgullo por su fe y pueden seguir caminando por fe. Oro a Dios para que nos bendiga en cuerpo y en espíritu.