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Tema 13: Evangelio de Mateo

[Capítulo 2] ¿Dónde podemos encontrar al Señor? (Mateo 2:1-12)

¿Dónde podemos encontrar al Señor?(Mateo 2:1-12)
«Cuando Jesús nació en Belén de Judea en días del rey Herodes, vinieron del oriente a Jerusalén unos magos, diciendo: ¿Dónde está el rey de los judíos, que ha nacido? Porque su estrella hemos visto en el oriente, y venimos a adorarle. Oyendo esto, el rey Herodes se turbó, y toda Jerusalén con él. Y convocados todos los principales sacerdotes, y los escribas del pueblo, les preguntó dónde había de nacer el Cristo. Ellos le dijeron: En Belén de Judea; porque así está escrito por el profeta:
Y tú, Belén, de la tierra de Judá,
No eres la más pequeña entre los príncipes de Judá;
Porque de ti saldrá un guiador,
Que apacentará a mi pueblo Israel. 
Entonces Herodes, llamando en secreto a los magos, indagó de ellos diligentemente el tiempo de la aparición de la estrella; y enviándolos a Belén, dijo: Id allá y averiguad con diligencia acerca del niño; y cuando le halléis, hacédmelo saber, para que yo también vaya y le adore. Ellos, habiendo oído al rey, se fueron; y he aquí la estrella que habían visto en el oriente iba delante de ellos, hasta que llegando, se detuvo sobre donde estaba el niño. Y al ver la estrella, se regocijaron con muy grande gozo. Y al entrar en la casa, vieron al niño con su madre María, y postrándose, lo adoraron; y abriendo sus tesoros, le ofrecieron presentes: oro, incienso y mirra. Pero siendo avisados por revelación en sueños que no volviesen a Herodes, regresaron a su tierra por otro camino».
 

Hay mucha gente viviendo en este mundo. De entre esta gente, muchos consideran que Jesús es su Señor sólo en teoría. En América, Asia y Europa, mucha gente quiere recibir la salvación de sus pecados al creer en Jesucristo. Como está escrito en el capítulo 2 de Mateo, no deberíamos confundirnos como los reyes magos que viajaron para conocer al niño Jesús, guiados por la estrella, pero que cayeron en la confusión cuando se detuvieron en Jerusalén. Incluso hoy en día hay personas que intentan por todos los medios conocer a Jesús para recibir la salvación, pero nunca llegan a conocer al Salvador. La razón es que intentan conocer a Jesús según sus propias ideas fijas.
Los cristianos de todo el mundo tienen que conocer verdaderamente a Jesús, que vino por el agua y el Espíritu, y ser salvados de sus pecados para convertirse en el pueblo de Dios. Sin embargo, en realidad, no es así. La razón por la que no es así es que esta gente no sigue la Palabra de Dios, sino que siguen sus propias ideas fijas. La fe de mucha gente en este mundo se encuentra en un estado de confusión. Mucha gente en el mundo no conoce al Rey de reyes sin dificultad porque tiene la idea fija de que el “Rey nacerá en Jerusalén”.
Sin embargo, Él tuvo que venir al mundo como un humilde humano para salvar a los pecadores humildes. Por tanto, es normal que la gente no reciba la salvación cuando intentan conocer a Jesús y ser salvados de sus pecados a través de sus ideas fijas. Incluso hoy en día, mucha gente comete la misma equivocación, pensando: “Será fácil encontrar a Jesucristo si voy a esa iglesia grande, y si voy a esa iglesia grande a escuchar el sermón, escucharé la correcta Palabra de Dios”. Pero cuando se trata de la Verdad de la Palabra de Dios no es cuestión de escucharla en una iglesia grande o en una iglesia pequeña. Cuando la gente predica según sus propias ideas fijas, impiden a los pecadores escuchar el verdadero Evangelio y ser salvados de sus pecados al recibir el Espíritu Santo.
Ayer fue Nochebuena y hoy es Navidad. Al pensar en los sermones de Navidad de estos dos días pasados, me rompe el corazón que todavía ahora hay muchos cristianos que no han conocido a Jesucristo auque crean en Él. Además, esto nos recuerda una vez más la verdad de que nadie puede conocer al Señor según sus propias ideas fijas.
En Navidad, algunas iglesias hacen una figura tamaño natural del niño Jesús envuelto en pañales y yaciendo en un pesebre. Además, algunas iglesias sólo están interesadas en las ofrendas especiales que se hacen el día en que el niño Jesús nació. Algunas iglesias hacen el bien a través de la caridad con la intención de ayudar a los pobres. No obstante, la razón por la que el niño Jesús nació, fue salvar a toda la humanidad de los pecados del corazón y hacerlos el pueblo de Dios.
La Biblia nos dice que los reyes magos se encontraron con muchas dificultades porque siguieron sus propias ideas fijas. Y esto provocó que muchos niños pequeños murieran. Aunque Jesucristo tenía que nacer en el área de Belén, como fue profetizado por los profetas, ellos creyeron que nacería en Jerusalén por sus propias ideas fijas, y el resultado fue el caos y la muerte de muchos niños pequeños. Incluso ahora, debido a que mucha gente cree en Jesucristo como su Salvador según las propias ideas fijas de la carne, no pueden conocer a Jesucristo, que vino por el agua y el Espíritu. La gente tiene que saber que no puede conocer a Jesucristo, el Rey de la Verdad, como es debido a sus ideas fijas.
Muchos cristianos de hoy en día tienen tendencia a pensar que pueden ser curados de sus enfermedades o hacerse ricos si creen en Jesús. Pero esto es meramente una de sus ideas fijas. Cuando alguien cree en Jesús por motivos carnales, no puede recibir la salvación o el Espíritu Santo. No se recibe el Espíritu Santo por creer en Jesús como el Salvador según las propias ideas fijas.
Mucha gente se siente satisfecha cuando dan culto en una iglesia grande, escuchando órganos de tubos y enormes coros. Sin embargo, debemos reconocer que esta creencia de que podemos conocer a Dios sólo si le damos culto en una iglesia grande es una falsa creencia que proviene de nuestras inútiles ideas mundanas. Por tanto, debemos admitir que no podemos conocer a Jesucristo, que nos trajo el Evangelio del agua y el Espíritu, según nuestras ideas humanas. Lo que es realmente lamentable es que alrededor de todo el mundo, la gente se regocija en el nacimiento de Jesucristo sólo con placer mundano, sin conocer el Evangelio del agua y el Espíritu.
Si visitamos un campus de una universidad, vemos a menudo estudiantes cantando y adorando a Dios con guitarras. La escena de adoración a Dios es hermosa. Sin embargo, cuanto más escuchas sus alabanzas, más se puede sentir la sed de sus almas. Se puede sentir que sus almas están desesperadamente sedientas porque, aunque alaben a Dios con sus labios, no han tenido éxito en conocer al Dios de la Verdad, incluso cuando lo hubieran querido ansiosamente. No obstante, su deseo de conocer al Señor sin el Evangelio del agua y el Espíritu no es nada más que un deseo. Aunque digan que creen en Dios, están buscando a Dios como pecadores ya que no han encontrado el Evangelio del agua y el Espíritu. Esto quiere decir que los pecadores que no son nacidos de nuevo hoy en día en las iglesias cristianas, cantan canciones llenas de sed por conocer a Dios.
Sin embargo, la gente que cree en el Evangelio del agua y el Espíritu da un culto lleno de acción de gracias ya que han conocido al Señor, que ha perdonado todos sus pecados y los ha salvado. Los justos ofrecen culto de acción de gracias por la salvación recibida de Dios. Pero los pecadores no pueden ofrecer culto de acción de gracias ya que intentan dar culto a Dios sin conocer el Evangelio del agua y el Espíritu. Los pecadores no pueden conocer a Jesucristo, el Salvador, porque intentan conocerle sin el Evangelio del agua y el Espíritu.
Cuando observamos el estado actual de las iglesias cristianas, no podemos evitar estar de acuerdo con los reproches del mundo de que las iglesias cristianas hoy en día están dirigidas como compañías mundanas. Esto quiere decir que las iglesias no están cumpliendo sus funciones básicas. Hoy en día, el objetivo de las iglesias cristianas es alcanzar un presupuesto de las finanzas anuales y cumplir con el presupuesto mediante las ofrendas de Navidad y las ofrendas de acción de gracias.
Debemos enfatizar la difusión del Evangelio del agua y el Espíritu, ya que la Iglesia de Dios tiene la responsabilidad de dar al mundo la vida verdadera. Pero, en realidad, la mayoría de las iglesias han sido criticadas por muchos, ya que su objetivo es simplemente perseguir valores mundanos. Además están destruyendo almas que no deberían morir con falsos evangelios (Ezequiel 13:19). No obstante, el problema es que los líderes de las iglesias cristianas no se dan cuenta de la seriedad de la corrupción espiritual en sus iglesias.
Mis hermanos cristianos, ¿qué ocurrió cuando los reyes magos dejaron de seguir la estrella y adoptaron sus propios pensamientos? ¡Hubo tanta confusión! Los reyes magos no pudieron encontrar a Jesús al principio en su camino porque siguieron sus propios pensamientos, pero luego cambiaron sus pensamientos y buscaron a Jesús basándose en la Palabra de Dios, y finalmente conocieron a Jesús, el Salvador, de la manera adecuada.
En la Biblia, los reyes magos pudieron conocer al niño Jesús adecuadamente porque preguntaron a los escribas y a los sacerdotes, siguieron las profecías que estaban escritas en la Biblia, y fueron a Belén. La razón por la que los reyes magos pudieron encontrarle fue que siguieron la Palabra de Dios que estaba escrita. Esto es lo mismo que conocer al verdadero Salvador espiritualmente al conocer el Evangelio del agua y el Espíritu y creer en él. Los reyes magos no podían encontrar a Jesús por mucho que lo intentaban cuando ignoraban las profecías escritas de Dios. Todos nosotros podemos ser perdonados por todos nuestros pecados y ofrecer verdadera fe a Jesús sólo cuando nos aferramos a la Palabra de Dios escrita y creemos en el Evangelio del agua y el Espíritu. Los reyes magos pudieron presentar la fe mediante sus tres regalos.
Deberíamos saber que todo aquel que es nacido de nuevo recibe de Dios la Palabra de fe que cree en el Evangelio del agua y el Espíritu. Todos nosotros debemos saber que podemos conocer a Jesús exactamente cuando aceptamos el Evangelio del agua y del Espíritu de Dios en nuestros corazones. Todos nosotros nos convertimos en el verdadero sacerdote en espíritu, por lo que podemos recibir a Jesús en nuestros corazones y rezar al Salvador por la fe que cree en la Palabra escrita de Dios. Fuimos capaces de conocer a Jesús verdaderamente, adorarle, y recibir Su orientación a través del eterno Evangelio del agua y el Espíritu. El incidente de los reyes magos que pudieron conocer a Jesús nos enseña que fue posible gracias a la fe que creyó en la Palabra escrita de las profecías.
Lo que está escrito en Mateo 2:6 es la consecución de la profecía que está escrita en el Antiguo Testamento, en Miqueas 5:2: «Pero tú, Belén Efrata, pequeña para estar entre las familias de Judá, de ti me saldrá el que será Señor en Israel; y sus salidas son desde el principio, desde los días de la eternidad». Dios había prometido, a través del profeta Miqueas, que Jesucristo, Rey de reyes, nacería en Belén.
Belén significa “casa de pan” y era una pequeña ciudad rural en Israel. Esta ciudad era la ciudad natal de David. Ya que Dios había prometido a Judá, uno de los doce hijos de Jacob, en el libro del Génesis que “el trono será continuado por tus descendientes, Judá”, ocurrió como Él profetizó. Por tanto, como en la profecía que Dios había dado a Judá, nuestro Señor nació en Belén. Nuestro Señor nació realmente en este mundo en un cuerpo humano como el Rey de reyes. Así, como Dios prometió y profetizó a través de los profetas y como fue escrito, nuestro Señor nació en una pequeña ciudad llamada Belén.
Nuestro Señor nos enseña cómo Él obra a través de Su Palabra escrita. Nuestro Señor nos habla en la Verdad y cumple Su Palabra tal y como Él la ha dicho. Por tanto, cuando creemos en Dios y le seguimos, a veces es necesario negar nuestros propios pensamientos. Ya que es posible equivocarnos con nuestros propios pensamientos al seguir al Señor, debemos negar constantemente nuestros propios pensamientos y seguirle con la fe que cree en la Palabra escrita de Dios.
Los reyes magos, guiados de nuevo por la estrella, llegaron finalmente a Belén y encontraron al niño Jesús. Si queremos que todo el mundo conozca a Jesús, debemos difundir la Palabra escrita de Dios. Sólo podemos conocer a Jesús cuando creemos y seguimos la Palabra escrita de Dios. No es posible conocer y encontrar a Jesús como el Salvador por nuestras propias ideas, si no es a través de la Palabra de Dios escrita.
Cuando creemos y seguimos la Palabra de Dios escrita, llegamos a entender que Jesús nació por nosotros, fue bautizado por Juan para tomar los pecados de la humanidad sobre sí mismo, tomó todos los pecados del mundo sobre sí mismo, sangró y murió en la Cruz, fue resucitado y cumplió la Salvación por nosotros cuando se levantó de nuevo. Esta es la única manera de conocer a Jesús, el Rey de reyes. Por eso debemos creer en Jesús a través de la Palabra de Dios y del Evangelio del agua y el Espíritu para poder conocer a Jesús, el Salvador. Debemos recordar que no podemos de ninguna manera conocer a Jesús, el Salvador, a menos que sea a través de la Palabra de Dios escrita.
Los tres regalos, oro, incienso y mirra, eran valiosos. La mirra simboliza la Palabra de Dios inamovible, y si no tenemos la Palabra de Dios, la Verdad, no podemos creer en Jesús o recibir el Evangelio del agua y el Espíritu. Si los reyes magos hubieran dado sólo dos regalos, oro e incienso, no serían más que hombres religiosos. Esta sería una fe incorrecta que proviene de pensamientos humanos, y no la fe correcta a los ojos de Dios. Debemos considerar que también nosotros debemos darle los tres regalos al Señor. Si queremos conocer a Jesús, primero debemos recibir el Evangelio del agua y el Espíritu, la remisión de los pecados, y seguirle sólo por la fe.
Cuando los reyes magos encontraron a Jesús en Belén después de haber seguido la Palabra de Dios escrita, el niño Jesús yacía en un pesebre. Fue entonces cuando ellos se inclinaron ante el niño Jesús, presentaron sus regalos y confesaron su fe. Como Pedro confesó: “Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente”, también ellos confesaron lo mismo. Si los reyes magos no hubieran dependido de la Palabra escrita, sino de sus propios pensamientos, y hubiesen recorrido la vecindad de Jerusalén buscando a Jesús, no podrían haber encontrado al Señor. Sin embargo, cuando llegaron al lugar sobre el que estaba escrito, el niño Jesús estaba allí. Igualmente, en estos días, todo el que realmente quiera ser nacido de nuevo tiene que seguir la Palabra de Dios escrita y ser nacido de nuevo al creer en el Evangelio del agua y el Espíritu.
Independientemente de quien sea, uno tiene que creer en la Palabra de Dios escrita tal y como es para encontrar al niño Jesús hoy en día. Y debemos librarnos del tipo de fe que cree en nuestros propios pensamientos, y volver al Salvador creyendo en Jesús, que nos salvó de todos nuestros pecados a través de la Palabra escrita, y el Evangelio del agua y el Espíritu. Todos los cristianos del mundo deben conocer este Evangelio del agua y el Espíritu y volver a Dios. Debemos volver a la Palabra y encontrar al Señor. Esta es la única manera en que podemos ofrecer nuestra fe firme a Dios y ser aprobados.
La gente de este mundo que no conoce a Jesucristo todavía, debe volver a Dios creyendo en el Evangelio del agua y el Espíritu. Debemos volver a la Palabra de Dios y conocer a Jesucristo en la Verdad. Cuando creemos y seguimos la Palabra de Dios tal y como es, nos convertimos en creyentes de una fe firme. En realidad, toda la gente del mundo debería volver al Evangelio del agua y el Espíritu. En vez de buscar las llamadas denominaciones ortodoxas o iglesias en edificios grandes, deberíamos recibir el Evangelio del agua y el Espíritu a través de la Palabra de Dios, haciéndonos humildes.
Aunque el mundo entero sabe que Jesús vino, la mayoría no ha conocido a Jesucristo como su Salvador. Esta gente todavía busca al Señor en un palacio terrestre. Sin embargo, deben ir a Belén. Cuando vayan al pueblecito de Belén, podrán encontrar allí a Jesús. No pueden encontrarlo en ningún otro sitio. El niño Jesús no está, ni mucho menos, en un palacio. Hermanos cristianos, ¿entienden? El niño Jesús no vive, ni mucho menos, con el Rey Herodes. Debemos ir a Belén para conocer a Jesús. Esto quiere decir que debemos ir a la cada de pan, en otras palabras, la iglesia donde vive la Palabra de Dios, para conocer a Jesús. Debemos ir a la iglesia de Dios para tener pan, comida, agua y sirvientes. Por tanto el Belén de hoy se refiere a la iglesia de los nacidos de nuevo.
Toda la humanidad puede ser salvada de todos sus pecados sólo por la fe en la salvación de Dios a través de la Verdad del Evangelio del agua y el Espíritu. No obstante, mucha gente todavía anda despistada en confusión, intentando encontrar a Jesús con sus propias ideas, como hicieron los reyes magos. Algunos lo buscan durante 50 años, y otros incluso buscan durante 70 años.
Nosotros tenemos la obligación de arrastrar a aquellos que no han encontrado al niño Jesús, el Salvador, y llevarles el Evangelio del agua y el Espíritu para que ellos también puedan conocer a Jesús, el Salvador. Debemos abrir los ojos de nuestra fe de par en par y ver más allá. Somos sacerdotes que debemos pasar el Evangelio del agua y el Espíritu a todo el mundo en todas partes de la tierra.