Search

Mahubiri

Tema 24: SERMONES PARA LOS QUE SE HAN CONVERTIDO EN NUESTROS COLABORADORES

[24-1] Benditos los que comparten el pan de vida en estos últimos días (Mateo 24:32-51)

Benditos los que comparten el pan de vida en estos últimos días(Mateo 24:32-51)
«De la higuera aprended la parábola: Cuando ya su rama está tierna, y brotan las hojas, sabéis que el verano está cerca. Así también vosotros, cuando veáis todas estas cosas, conoced que está cerca, a las puertas. De cierto os digo, que no pasará esta generación hasta que todo esto acontezca. El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán. Pero del día y la hora nadie sabe, ni aun los ángeles de los cielos, sino sólo mi Padre. Mas como en los días de Noé, así será la venida del Hijo del Hombre. Porque como en los días antes del diluvio estaban comiendo y bebiendo, casándose y dando en casamiento, hasta el día en que Noé entró en el arca, y no entendieron hasta que vino el diluvio y se los llevó a todos, así será también la venida del Hijo del Hombre. Entonces estarán dos en el campo; el uno será tomado, y el otro será dejado. Dos mujeres estarán moliendo en un molino; la una será tomada, y la otra será dejada. Velad, pues, porque no sabéis a qué hora ha de venir vuestro Señor. Pero sabed esto, que si el padre de familia supiese a qué hora el ladrón habría de venir, velaría, y no dejaría minar su casa. Por tanto, también vosotros estad preparados; porque el Hijo del Hombre vendrá a la hora que no pensáis. ¿Quién es, pues, el siervo fiel y prudente, al cual puso su señor sobre su casa para que les dé el alimento a tiempo? Bienaventurado aquel siervo al cual, cuando su señor venga, le halle haciendo así. De cierto os digo que sobre todos sus bienes le pondrá. Pero si aquel siervo malo dijere en su corazón: Mi señor tarda en venir; y comenzare a golpear a sus consiervos, y aun a comer y a beber con los borrachos, vendrá el señor de aquel siervo en día que éste no espera, y a la hora que no sabe, y lo castigará duramente, y pondrá su parte con los hipócritas; allí será el lloro y el crujir de dientes».
 
 
Leamos la Palabra del Evangelio de Mateo, capítulo 24:6-8: «Y oiréis de guerras y rumores de guerras; mirad que no os turbéis, porque es necesario que todo esto acontezca; pero aún no es el fin. Porque se levantará nación contra nación, y reino contra reino; y habrá pestes, y hambres, y terremotos en diferentes lugares. Y todo esto será principio de dolores». Entonces el Señor dijo que, cuando llegue el final de los tiempos, oiremos hablar de guerras y rumores de guerra, y nación se levantará contra nación y reino contra reino, y habrá hambre y terremotos. Y esto es cierto.
 
 

Hoy en día solo escuchamos noticias de calamidades

 
A menudo escucho noticias acerca de calamidades por todo el mundo y pienso que el Señor volverá pronto. En el pasaje de las Escrituras de hoy hemos leído que el Señor dijo: «De la higuera aprended la parábola: Cuando ya su rama está tierna, y brotan las hojas, sabéis que el verano está cerca. Así también vosotros, cuando veáis todas estas cosas, conoced que está cerca, a las puertas» (Mateo 24:32-33). Las hojas de las higueras se secan y se caen; y las ramas se quedan desnudas en invierno. Sin embargo, en la primavera, salen nuevos brotes de las ramas y después salen pequeños higos. Cada higo tiene su propia flor dentro del fruto. No podemos verlo porque florece de esta manera. Podemos asumir que el fruto de una higuera está maduro cuando se pone de color rojizo. Así es la higuera que el Señor dice que debemos tomar como señal de que el verano está cerca al ver que sus ramas se hacen tiernas y las ramas empiezan a echar hojas.
De esta manera, el Señor nos avisa de que estará a las puertas cuando empiecen a ocurrir por todo el mundo hambrunas, terremotos y calamidades. El Señor nos está mostrando estos signos a los que vivimos en nuestra carne y estamos cansados de vivir en un mundo así. Hace algún tiempo muchas personas murieron aplastadas en la Provincia china de Sichuan a causa de un terremoto devastador y el Primer Ministro de China lloró y pidió ayuda para su pueblo. Muchos estudiantes murieron en este terremoto porque muchas escuelas se derrumbaron. El Gobierno de China se comprometió a investigar a los constructores de estas escuelas y castigar a cualquier persona responsable del mal trabajo en esos edificios. Pero, ¿creen que habrían sabido que estos edificios se colapsarían en caso de terremoto? Han pasado casi 10 años desde la última vez que visité Yeonbyun en China, y en aquel entonces vi mucha construcción mal hecha. Un terremoto de 7.8 en la escala de Richter arrasó la provincia de Sichuan y se dice que casi cien mil personas murieron en esta calamidad.
El Señor dijo que debemos saber que el Hijo del Hombre está a las puertas en los días de las calamidades y esto significa que el Señor retornará pronto. El Señor dijo que toda Palabra que habló se cumplirá, como está escrito: «El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán» (Mateo 24:35). El pasaje de las Escrituras de hoy puede interpretarse de varias maneras, pero lo principal es que el tiempo en el que nuestro Señor regresará está cerca. El primer mundo que Dios había creado fue a través de Adán y Eva, pero todas las criaturas murieron durante el diluvio excepto la familia de Noé y los seres vivos que había dentro del arca. El Señor entonces nos hizo a los seres humanos multiplicarnos y dar fruto después de que la familia de Noé saliese del arca. Y entonces nacieron los descendientes de Noé. Así, esta nueva humanidad fue creada, pero nosotros, la segunda humanidad, estamos condenados a morir.
De la misma manera en que la primera humanidad desapareció, la segunda humanidad está a punto de ser destruida y la tercera humanidad aparecerá en el nuevo mundo. Y el tercer mundo es el Reino Milenario y es el principio del Reino de Dios eterno. Entonces el Señor dijo: «El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán» (Mateo 24:35). Debemos entender que la Palabra del Señor se cumplirá definitivamente y debemos vivir por la fe en la Palabra del Señor. De lo contrario la gente no sabrá qué ocurre en estos tiempos y no vivirá por fe y será destruida con este mundo mientras solo le importa las cosas sin valor.
 
 

Nadie sabe el día ni la hora del retorno del Señor; pero vendrá como vino el Diluvio de Noé

 
El Señor dijo que la gente estaba comiendo y bebiendo, casándose y dando en matrimonio hasta el momento en que llegó el diluvio de Noé. Dijo que no sabían que la destrucción inminente iba llegar hasta el momento en que Dios los destruyó. Las Escrituras dicen que todos, excepto la familia de Noé, fueron destruidos en el diluvio. En aquel entonces, nadie sabía que la destrucción estaba cerca hasta que murieron todos.
¿Quién no conoce este hecho? Todos los cristianos de hoy en día lo saben. Pero a pesar de esto no les importa el hecho de que el retorno del Señor está cerca como a la gente de los días de Noé no le importó la destrucción inminente de la que Noé les avisó. Debemos saber que el Advenimiento del Señor está cerca. También es cierto que el tiempo de la destrucción de este mundo ha llegado, pero esto también significa que el tiempo del retorno del Señor está cerca y vendrá a nosotros como el Señor del Advenimiento.
¿Qué hará nuestro Señor cuando venga a este mundo por segunda vez? El Señor hará que toda la gente que ha recibido la salvación de sus pecados viva en el nuevo mundo con Él. Y el Señor vendrá a juzgar a los pecadores que no creen en Su justicia. Debemos saber que ha llegado la hora para que nuestro Señor venga y despertemos.
Nuestro Señor nos ha enseñado a los predicadores y a los santos acerca de este segundo Advenimiento. El Señor dijo: «Entonces estarán dos en el campo; el uno será tomado, y el otro será dejado. Dos mujeres estarán moliendo en un molino; la una será tomada, y la otra será dejada. Velad, pues, porque no sabéis a qué hora ha de venir vuestro Señor. Pero sabed esto, que si el padre de familia supiese a qué hora el ladrón habría de venir, velaría, y no dejaría minar su casa» (Mateo 24:40-43). La hora del retorno del Señor está cerca. Por tanto, los que dicen que no saben cuando volverá el Señor deben despertar y creer en esta Palabra del Señor. El Señor vendrá a este mundo y se llevará a uno pero dejará a otro.
Los dos hombres en esta Palabra denotan dos tipos de predicadores. Todos los predicadores piensan que están haciendo la obra de Dios en este mundo. Todos los predicadores están predicando la Palabra del Evangelio a la gente y cuando el Señor vuelva al mundo tomará a uno y dejará a otro. El que vaya a ser tomada por Dios será determinado por si una persona cree en la justicia de Dios. Todos hacen la obra del Señor, pero esto dependerá de si son aprobados por el Señor. Una persona será tomada por el Señor o dejada dependiendo de una cosa. Entre los predicadores, algunos serán tomados por el Señor mientras que otros serán dejados. Esto significa que nuestro Señor decide el resultado final de nuestra fe. El que seamos tomados por el Señor depende de lo que el Señor requiera y no lo que nosotros queramos. El Señor vendrá a este mundo y se llevará a los que merezcan ser tomados y arrojará a los que deban ser arrojados. El Señor nos llevará a los que creamos en el Evangelio del agua y el Espíritu y seamos fieles a Él al Reino del Señor y nos hará vivir eternamente allí.
En el pasaje de las Escrituras hemos leído hoy que el Señor dijo: «Dos mujeres estarán moliendo en un molino; la una será tomada, y la otra será dejada» (Mateo 24:41). ¿A quién le está hablando el Señor aquí? El Señor está hablando esta Palabra a los predicadores que viven en este mundo. El Señor nos está hablando a nosotros. El Señor nos está diciendo que estemos despiertos. El Señor está diciendo que debemos estar despiertos porque ha llegado la hora del retorno del Señor. Dicho de otra manera, el Señor nos está diciendo que estemos preparados para Su Segundo Advenimiento.
El Señor nos está diciendo que prediquemos este Evangelio con lealtad. El Señor nos está diciendo que prediquemos este Evangelio a toda la gente del mundo. Esto significa que entraremos en el Reino del Señor en su momento mientras predicamos el Evangelio así. El Señor dijo: “Levantaros y predicar este Evangelio. Cuando vuelva a este mundo y vea a la gente viviendo así, bendeciré a esta gente que viva así. Sin embargo, si hay alguien que bebe y se junta con la gente del mundo, la castigaré”. El Señor dijo que separará a los malvados de los justos (Mateo 13:49). El peor castigo de todos es ser rechazado por Dios. El Señor dijo que haría estas cosas cuando llegase el momento.
 
 

Ahora estamos predicando el Evangelio del agua y el Espíritu por todo el mundo

 
Ahora el Señor nos está hablando del retorno de nuestro Señor y las cosas que hará en el futuro. El Señor nos dice que debemos saber que el Hijo del Hombre está a las puertas cuando ocurran calamidades por todo el mundo. Sin embargo, el Señor dice: «Pero del día y la hora nadie sabe, ni aun los ángeles de los cielos, sino sólo mi Padre» (Mateo 24:36). El Señor repite estas dos cosas continuamente. El Señor nos habla del tiempo de Su llegada. Pero nadie en este mundo sabe cuándo regresará. Asimismo, la gente del mundo no debe saber la hora del retorno del Señor. Por eso el Señor dijo que nadie sabe que la hora de la llegada del Señor está cerca.
Hay una persona llamada Julian Chaderton en Bélgica. Ahora tiene unos 50 años. Dijo que había recibido la remisión de los pecados al creer en el Evangelio del agua y el Espíritu después de haber leído nuestros libros y que su mujer e hijos también habían aceptado el Evangelio con tanta alegría cuando compartió el Evangelio con ellos. Estamos pensando en nombrarle evangelista de nuestra Misión y confiarle la obra de predicar el Evangelio a la gente de su tierra, San Cristóbal y Nieves en las Antillas.
Los hermanos y hermanas de Corea y nuestros colaboradores en el extranjero están predicando este Evangelio del agua y el Espíritu por todo el mundo como predicadores del Evangelio ante la presencia de Dios. Aquí, en Mateo 24, versículos 45 a 46 el Señor dijo: «¿Quién es, pues, el siervo fiel y prudente, al cual puso su señor sobre su casa para que les dé el alimento a tiempo? Bienaventurado aquel siervo al cual, cuando su señor venga, le halle haciendo así». Esto significa que la gente que cuida del pueblo de Dios y le da alimento espiritual a su debido tiempo está bendecida. Pero entonces, ¿quiénes son las personas que darán alimento espiritual a su debido tiempo a los que han sido creados a imagen y semejanza de Dios? Son las personas que predican la Palabra de Verdad del Señor hasta el retorno del Señor. Los que predican el pan de vida de Dios por todo el mundo están bendecidos. Nuestros colaboradores, hermanos y hermanas son los elementos decorativos del candelabro de oro para compartir el Evangelio, la comida espiritual de Dios.
Hacemos la obra de Dios continuamente, pero algunas personas aceptan este Evangelio mientras que otras no. Los que aceptan el Evangelio del agua y el Espíritu en sus corazones serán llevados a la presencia de Dios, pero los que no creen en este Evangelio y no lo aceptan serán dejados atrás. Estamos predicando el Evangelio ahora cuando la venida del Señor es inminente y estas cosas ocurrirán cuando el Señor vuelva. Así que quiero que nos convirtamos en personas que distribuyen el alimento espiritual a su debido tiempo. Así que muchas personas por todo el mundo están recibiendo la remisión de los pecados a través de nosotros. Sin embargo, hay muchas personas que están en contra de nosotros. Pero hay una cosa clara, que el Advenimiento del Señor es inminente.
Durante el tiempo del diluvio de Noé la gente solo estaba interesada en casarse, dar en matrimonio y otras cosas carnales del mundo hasta que el diluvio devastó el mundo. En aquel entonces, el diluvio duró 40 días, pero hasta el momento en que empezó el diluvio la gente comió y bebió y nunca se paró a pensar en que iba a ser destruida. Solo Noé y su familia obedecieron la Palabra de Dios acerca de la destrucción inminente del mundo y prepararon el arca. Aparte de la familia de Noé nadie pensó así. La gente pensó: “Aunque llueva mucho, ¿cómo se va a inundar toda la tierra que tiene tanto especio? Por mucho que llueva no creo que vaya a morir todo el mundo. Solo tendremos que asegurarnos de que hay un sistema de drenaje que funcione bien. Y si se inunda este sistema, tendremos que subirnos a los tejados. Y si el agua llega hasta los tejados, tendremos que subir a las montañas. Y si el agua llega hasta la cima, tendremos que ir a una montaña más alta”. Pensaron: “Por mucho que llueva, dudo mucho que se inunde todo el mundo”.
Durante los días de Noé, probablemente no había una montaña tan alta como el Everest ni la cordillera del Himalaya. Las montañas altas de este mundo han sido formadas por los cambios distróficos de la tierra. De todas formas no sé si había montañas altas durantes los tiempos de Noé, pero el hecho de que todo el mundo se inundase es cierto. Sin embargo, la gente de aquel entonces dudó que esto pudiese pasar. Pensó: “Estas cosas no pueden pasar. Y aunque pasase, todo el mundo moriría, Pero yo no”. Pensaron cosas así de abstractas pero en realidad el diluvio ocurrió.
¿Cómo son los pensamientos de la gente que vive en la actualidad comparados con los de la gente de los tiempos de Noé? Son iguales. La destrucción vendrá a este mundo como el diluvio vino durante los tiempos de Noé. Esta destrucción vendrá de repente. ¿Cuándo? ¿Está el momento tan cerca? No tenemos que discutir sobre si el día está cerca o no. De la misma manera, no debemos hacer distinciones entre las denominaciones del cristianismo. ¿Por qué es necesario aferrarse a las diferentes denominaciones? No importa a qué denominación pertenezcan porque serán destruidos si tienen pecados en sus corazones, y por tanto, lo único que tienen que hacer es preparar sus corazones para tener la fe genuina al creer en el Evangelio del agua y el Espíritu cuando lo encuentren y recibir la remisión de los pecados. Y solo tienen que ser criados como personas de fe en el Evangelio del agua y el Espíritu y mantener esa fe preciosa en sus corazones para darle la bienvenida al Señor cuando vuelva. Por tanto, habremos conseguido nuestro objetivo si el Señor se nos lleva. Entonces, ¿por qué tenemos que hacer distinciones de denominaciones ahora? ¿Por qué tenemos que luchar los unos con los otros con las diferentes sectas dentro de las comunidades cristianas en el fin de los tiempos?
La gente prepara cosas solo para su carne como si fuera a vivir en este mundo miles de años porque no conoce la voluntad de Dios, pero será destruida si vive así. No solo para la gente del mundo, pero para todos los creyentes cristianos, no hay tiempo para contemplar los asuntos del mundo. Una persona debe creer bien en el Evangelio del agua y el Espíritu ahora cuando escuche a alguien predicarlo o cuando lo lea en uno de nuestros libros. Todos los pecadores deben prepararse para el Segundo Advenimiento del Señor. Deben prepararse para conocer al Señor e ir al Reino del Señor. Por eso los nacidos de nuevo deben predicar este Evangelio por todo el mundo. Debemos distribuir este pan de vida que nos da verdadera vida a todos.
Entonces, ¿qué es el alimento espiritual para las almas? Es la Palabra de Dios. La verdadera vida se vive en la Palabra de Dios. Esta Palabra es la Palabra del Evangelio del agua y el Espíritu. La Palabra de Dios es la Palabra de vida y la Palabra de Verdad. La Palabra de Dios renueva nuestras almas y nos hacer estar bendecidos.
La destrucción del mundo es inminente ahora y por eso los pecadores no tienen tiempo de contemplar si deben aceptar el Evangelio del agua y el Espíritu. Ahora estamos enviando nuestros libros acerca del Evangelio al por mayor para que nuevos colaboradores los distribuyan y también los mandamos en paquetes pequeños a personal individuales. Además de enviar uno o dos libros a la vez, estamos enviando entre 3000 y decenas de miles a la vez. Lo que quiero decir es que estamos enviando muchos libros. Cuando enviamos estos libros a la gente de cada país, algunas personas leen los libros y aceptan este Evangelio mientras que otras no lo aceptan; algunas personas lo dejan de lado después de leer un poco y le dan el libro a otros; y algunas personas ven que es diferente a lo que han aprendido y cierran el libro porque creen que es una herejía.
Pero, ¿se pueden permitir ser así en su situación tan extrema? No pueden permitirse ser así porque están en una situación desesperada. No pueden permitirse rechazar el Evangelio de Dios cuando son pecadores preparados para ser destruidos ahora mismo por sus pecados. Son pecadores que serán destruidos seguro. Entonces, ¿cómo pueden recibir la salvación de esta destrucción inminente si son así de tercos? Deben estar agradecidos y aceptar este Evangelio del agua y el Espíritu rápidamente. Deben estar agradecidos si Dios quiere salvarle de todos sus pecados.
 
 
Sin importar cómo reaccione la gente, los predicadores debemos compartir el alimento espiritual a su debido tiempo
 
Debemos administrar el pan de vida diligentemente. Cuando distribuimos esta comida, los predicadores no debemos tener favoritos; no debemos dar este alimento solo a las personas que nos gustan. Esta es la razón por la que estamos llevando a cabo nuestro ministerio literario. Estamos produciendo y distribuyendo muchos libros que contienen el Evangelio del agua y el Espíritu. Nos encontramos con dificultades y problemas a menudo mientras distribuimos estos libros de la misión de esta manera, pero la gente los lee y recibe la salvación. Los lectores que merecen creer creerán en el verdadero Evangelio, pero otros lectores no creerán en él. Quizás algunas personas se desharán de este libro o se lo darán a otros amigos. Pueden decir: “¿Estáis interesados en este libro? Vais a una iglesia, ¿no es así? Leed este libro, yo no lo entiendo aunque lo haya leído”. La gente lee los libros así. El Señor nos bendice a los que les damos este alimento espiritual a todo el mundo. El Señor nos ha prometido que nos dará el Reino Milenario y todo Su Reino de los Cielos a los que distribuimos este alimento espiritual. El Señor nos confía el Reino para vivir allí durante toda la eternidad. Esta es la bendición que el Señor nos da a los justos.
En el final de los tiempos, debemos hacer la obra de distribuir el alimento espiritual. Nuestros colaboradores también deben hacer la misma obra. Hemos hecho una página web que se llama “nlmbookcafe.com” para nuestros colaboradores del extranjero y están teniendo comunión los unos con los otros a través de esta página para trabajar juntos. Y se están haciendo más fuertes espiritualmente mientras se comunican los unos con los otros. Así ganan fuerzas los unos con los otros.
En realidad, podemos encontrar muchas cosas buenas si nos decidimos a hacer esta obra justa de Dios. Podemos distribuir nuestros libros de sermones o podemos predicar el Evangelio del agua y el Espíritu personalmente, y hay muchos lugares en los que podemos distribuir estos alimentos espirituales porque hay muchos pecadores en este mundo. Hay muchas personas en este mundo que han recibido la remisión de los pecados al escuchar este Evangelio verdadero y creer en él de corazón.
Antes solíamos distribuir nuestros libros en Corea también y en una ocasión, un anciano de cierta iglesia leyó uno de nuestros libros y recibió la salvación. Uno de nuestros santos metió un libro por la puerta abierta de su casa y el anciano lo leyó y vino a nuestra Iglesia y escuchó la Palabra del Evangelio con gozo y recibió la remisión de los pecados. Esta persona era un anciano de una pequeña iglesia de una iglesia rural y ahora ya no viene a nuestra Iglesia porque no quiere que la gente de su aldea le discrimine. Pero este anciano cree en el Evangelio personalmente. El que esta persona siga creyendo en este Evangelio en el futuro depende del Señor. Nosotros tenemos que distribuir nuestros libros del Evangelio para que muchas personas reciban la remisión de sus pecados a través de ellos. En cualquier caso, debemos saber que hay muchas cosas que tenemos que hacer en la actualidad. Salimos y predicamos este Evangelio a la gente en los hospitales, en las calles y escuelas y otros muchos lugares, y muchas personas recibieron la remisión de los pecados. Muchas personas reciben la remisión de los pecados cuando distribuimos nuestros pecados y predicamos este verdadero Evangelio. El Señor se complace con todos los que hacemos estas obras.
¿Cómo debemos vivir en el fin de los tiempos? El advenimiento de nuestro Señor está cerca y debemos hacer la obra de distribuir el alimento espiritual aún más. Debemos estar contentos de hacer esto. No hay nada más por lo que debamos regocijarnos. Debemos mantener nuestra fe, orar y hacer la obra de darles el alimento espiritual a otras personas. Distribuir el alimento espiritual es muy importante. Habría límites en la distribución de este alimento espiritual si simplemente predicásemos el Evangelio a través de la comunicación verbal. Sin embargo, si distribuimos este alimento espiritual del Evangelio a través del ministerio literario, podemos salvar a muchas personas en muchos países en poco tiempo, porque aún más personas podrán leer nuestros libros y recibir la remisión de los pecados. Entonces, muchas personas pueden ser siervas de Dios como nosotros y hacer la obra de distribuir el mismo alimento espiritual y complacer a Dios.
En este período de calamidades, cuando el Advenimiento del Señor está cerca, debemos hacer la obra de distribuir este alimento espiritual ahora. Nuestros colaboradores en el extranjero deben hacer estas obras buenas también. Nuestros colaboradores en Corea deben hacer estas obras también. Estoy diciendo que ahora no es el momento de quedarse pensando en cómo hay que vivir en este mundo con comodidad y prosperidad. Deben predicar este Evangelio sin cesar.
Parece que nuestro colaborador Julian Charderton de Bélgica ha predicado este verdadero Evangelio a su mujer y le ha pedido que vuelva a su tierra, la isla de Nieves, a predicar este Evangelio. Al parecer su mujer trabaja en una embajada. Voy a leer una de las cartas que esta pareja se ha escrito. Julian Chaderton está ahora en tu tierra de Nieves y esta es la carta que le escribió su mujer. Julian Chaderton ha sugerido que su mujer volviese allí para trabajar juntos por el Evangelio y la respuesta de su mujer a su carta es la siguiente.
“Julian, gracias por tus palabras de apoyo y sabiduría. Tus palabras me dan mucho coraje. Creo en ti. Todo lo que tengo que hacer es creer en el Señor y el Señor me guiará. Leanna y Carida están bien. Tienen exámenes al final de este mes y les va bien en la escuela”. Este colaborador escribió una carta a su mujer pidiéndole que volviese a su tierra con sus dos hijas para predicar el Evangelio y trabajar por el Evangelio juntos, y esa fue la respuesta de su mujer. Creo que su mujer es una buena mujer. Es maravilloso que una mujer responda de manera tan positiva con el mismo corazón que su marido cuando se le predica el Evangelio. La mujer le dio gracias a Julian por sus palabras de apoyo y de sabiduría. ¡Qué maravilloso!
¿Cómo de difícil sería que un marido predicase la Palabra del Evangelio a su mujer y que su mujer le acusase de haber caído a manos de un culto y le dejase por eso? Es maravilloso tener una mujer así de educada. Cuando el marido le pidió a su mujer que volviese a su ciudad natal y predicase el Evangelio con él, ella contestó: “Tus palabras son muy alentadoras. Tienes razón. Todo lo que tengo que hacer es creer en el Señor y el Señor me guiará”. Su marido le acababa de predicar el Evangelio solo hacía algunos minutos y ella le respondió que lo que le había dicho era alentador. Estaba diciendo que sus palabras eran correctas y que las cosas que hace y dice son correctas. Yo sé que la mujer de Julian será bendecida en abundancia. Pienso que su mujer se unirá firmemente con su marido y servirá el Evangelio con lealtad.
Me dijeron que sus dos hijas están estudiando mucho para sus exámenes y que quieren ir a la universidad en Canadá. Así, pienso que las hijas están en secundaria. El hermano Julian fue a su tierra hace unos meses y vio que había muchas personas que necesitan sustento espiritual. Por tanto, le pedí a nuestro centro de distribución que enviase más libros a nuestro Hermano Julian. He dado instrucciones a la Oficina Principal de nuestra Misión para que le nombre Evangelista. También le preguntamos cuántos de nuestros libros podía recibir y distribuir y vamos a enviarle 3000 libros. Hay mucho trabajo por hacer. Creo que la mujer del Hermano Julian sabe varios idiomas porque ha trabajado en una embajada. Y sé que está haciendo un buen trabajo con la obra de Dios.
Hay muchas personas en este mundo que necesitan desesperadamente esta comida espiritual, ¿no es así? Hay personas que se niegan a tomar este alimento y persiguen a nuestros predicadores, pero son pocas; hay muchas personas que de verdad anhelan tener la Palabra de Dios de vida cuando ven cómo este mundo está yendo hacia la destrucción. Estoy seguro de que hay muchas personas que buscan la verdad. Hay probablemente muchas personas que buscan el alimento espiritual aunque no las hayamos conocido todavía. Si un predicador se despierta y entra en razón verá que hay muchos lugares donde puede predicar el Evangelio del agua y el Espíritu. A veces quiero dejar este ministerio literario e ir a todos los países con algunos ministros y predicar el Evangelio y distribuir los libros con nuestros colaboradores. Sin embargo, no puedo hacerlo porque todavía no se han corregido todos mis manuscritos y tenemos que hacer mucho trabajo juntos. Recibiremos las bendiciones de Dios por esta obra que estamos haciendo y seremos tomados por Él por esta devoción. Seremos tomados por el Señor en el nuevo Reino que el Señor nos ha preparado.
 
 

Esta es la era en la que el Señor está a las puertas y Su advenimiento es inminente

 
Debemos saber en qué tipo de momento estamos viviendo y estar despiertos. Así, debemos saber correctamente que ahora es el momento de distribuir la comida espiritual con generosidad. Debemos conocer la realidad de estos tiempos y darnos cuenta de que el Señor vendrá pronto. Hemos escuchado como la gente de China ha sufrido tanto y llorado a causa del ciclón Nargis. Pero, ¿creen que no puede pasar esto también en Corea? Es cierto que Dios está protegiendo a Corea por Su providencia especial. Es cierto que Dios está protegiendo nuestro país porque los justos en Corea están haciendo la obra de distribuir el alimento espiritual por todo el mundo. Sin embargo, no hay ninguna garantía de que las calamidades de la misma escala que las de China y Myanmar no vayan a ocurrir en Corea. Estas calamidades también ocurrirán en Corea cuando acabemos de predicar este Evangelio del agua y el Espíritu por todo el mundo.
¿De qué sirve llorar por la muerte de decenas de miles de víctimas? Todas murieron debajo de las ruinas. En vez de llorar por sus trágicas muertes, debemos prepararnos para la salvación de antemano. Debemos preparar la salvación de nuestras familias. ¿De qué sirve llorar por nuestros familiares después de que hayan muerto? Debemos preparar su salvación y limpiarnos las lágrimas después de su muerte. Por supuesto, lloraremos porque estaremos tristes, pero debemos saber que todos vamos a morir algún día. Una persona debe saber que si tiene pecados en su corazón será destruida por Dios y juzgada por sus pecados. Una persona que tiene pecados en sus corazones es como una bestia que muere (Salmos 49:20). Estas personas deben saber que serán juzgadas por Dios y que irán al infierno por sus pecados. ¿Cómo puede una persona no ser encarcelada, no ser juzgadas y maldita por Dios por sus pecados cuando tiene pecados en sus corazones? Los pecadores deben recibir el juicio y la maldición de Dios por sus pecados. Deben saber que esto es verdad. Todo el mundo debe pensar en estas cosas mientras viva en este mundo.
Es ridículo que una persona sueñe con vivir con prosperidad o felicidad durante poco tiempo mientras está destinada a ir el infierno porque todavía tiene pecados en sus corazones. Estas personas deben conocer su naturaleza bien, lamentarse por sus pecados y buscar la misericordia de Dios para recibir la remisión de sus pecados. Y deben aceptar el Evangelio del agua y el Espíritu con gratitud y ser salvados absolutamente. E incluso después de haber recibido la salvación de los pecados, deben saber que otras almas irán al infierno si tienen pecados y por eso deben hacer la obra de predicar este Evangelio a estas almas. No valdrá de nada si no hacen esta obra y son destruidos. Pienso que una persona que quiera hacer la obra de predicar el Evangelio solo después de la gran tribulación es una persona muy insensata.
Hemos puesto unos paneles de cristal anchos en el tejado de nuestra iglesia en el Centro de Formación de Discípulos de Inje y hemos puesto un invernadero sobre el tejado de cristal pero el viento sopló tan fuerte que rompió el vinilo. Habíamos puesto sujeciones bajo los postes del invernadero para estabilizarlo con anclas, pero se salieron parcialmente. El viento era tan fuerte que algunos de los pernos que sujetaban los postes se salieron. Cuando construimos el invernadero no pensamos ni calculamos lo que pasaría si hubiese fuertes vientos. Por tanto el invernadero quedó destruido por completo. Ahora tendremos que calcular lo que pasará si soplan vientos fuertes y haremos la obra de manera adecuada para que no sea destruida por el viento en el futuro. La gente de China tendría que haber sabido que estos edificios se caerían si ocurriese un terremoto. De la misma manera, debemos prepararnos por si algo así pasa. ¿Qué más podemos hacer después de un desastre tan trágico? Debemos prepararnos para desastres como este antes de que ocurran y predicar el Evangelio del agua y el Espíritu de antemano.
¿Cuál era el nombre del exmarido de la diacona Soonok Park en Japón? Se llamaba Sakamoto y cuando estaba en Corea fue a las Colinas Misiryung en el Monte Sorak. Allí vio muchas rocas en la ladera junto a la carretera. Le pareció que se venían encima. Tenía mucho miedo porque en Japón hay muchos terremotos y la gente en Japón no puede permitirse dejar rocas colgando tan precariamente. Así que pensó que las rocas se le caerían encima y le aplastarían si se dejaban allí. Pero por el contrario, ¿Cómo es la gente de Corea? Los coreanos ni siquiera parpadean cuando ven rocas colgando en la ladera de una montaña sobre sus cabezas. Piensan: “Dejad que se caigan. A mí no me molestan”. Sin embargo, estas rocas serían peligrosas si ocurriese un terremoto.
Debemos informar a la gente de que incluso los predicadores de este mundo irán al infierno si siguen teniendo pecados en sus corazones. Debemos informarles de esta verdad y distribuir el alimento de vida de antemano. Si no conocemos esta verdad y la destrucción ocurre, no valdrá de nada llorar por estas personas. Será demasiado tarde. El retorno del Señor está cerca y lo que debemos hacer es mantenernos despiertos y predicar el Evangelio del agua y el Espíritu a la gente que va a ir al infierno. Ahora es el momento de hacerlo. Debemos estar despiertos. Estamos preparando esta obra y la estamos haciendo muy bien. Además, debemos seguir haciéndola. No debemos quedarnos de brazos cruzados y estar satisfechos con lo que hemos hecho hasta ahora.
El Evangelio y la Palabra de Dios que estamos predicando es el pan de vida. Yo me siento muy frustrado cuando escucho alguna retransmisión cristiana hoy en día. Pienso para mí mismo: “¿Es esa la Palabra de Dios siendo predicada? ¿Creen que esas son las palabras que dan vida a los pecadores? ¿Están predicando sus palabras y pensamientos o dando un sermón? ¿Han entendido el pasaje de las Escrituras que están predicando?”. Yo me enojo cuando veo a estos predicadores. No saben nada y son el tipo de personas que no escuchan aunque les diga la verdad.
No todo lo que se predica de la Palabra de Dios es la Palabra de Dios. Esta debe ser el verdadero alimento espiritual para la gente. La Palabra de Dios debe ser el pan de vida para los que escuchan. Debemos predicar la Palabra de Dios que les enseña los signos de los tiempos, guiarles a recibir la salvación, ayudarles a hacer la obra recta y hacerles recibir las bendiciones de Dios. Debemos predicarles estas Palabras que les hacen recibir la salvación de la destrucción. Esta es la Palabra de vida. Este es el pan de vida. ¿Cuál es el pan de vida de Dios? Este Evangelio del agua y el Espíritu que estamos predicando es el auténtico pan de vida. Debemos continuar predicando este Evangelio. Estamos distribuyendo este pan de vida ahora mismo.
He predicado la Palabra del Evangelio de Mateo, capítulos 24 y 25 muchas veces. Sin embargo, siempre me resulta nuevo cuando predico la Palabra de estos pasajes. ¿Resulta siempre refrescante cuando la escuchan? Es porque es el pan de vida. La Palabra de Dios es el pan de vida. Es la Palabra sobre la que debemos meditar a su debido tiempo. Estamos predicando esto ahora y la gente está recibiendo la salvación a través del pan de vida que estamos predicando. Están alimentándose de este pan. La gente de todos los países del mundo no solo está recibiendo la salvación, sino también las bendiciones.
Pero, por el contrario, los que recibirán el juicio serán juzgados a través de esta Palabra también. No tienen excusa ante la presencia del Señor porque no creyeron en ella incluso después de haberla escuchado y de haber conocido la Verdad. De esta manera ahora estamos haciendo estos dos tipos de ministerios. Esta Palabra que estamos predicando se convierte en la Palabra que da vida a ciertas personas, mientras que por otro lado, la misma Palabra que predicamos marca a ciertas personas como personas destinadas a ir al infierno. Esto se debe a que no creen en la Verdad aunque la conozcan y crean en ella.
Lo que les quiero decir a ustedes y a nuestros colaboradores del extranjero es que la segunda venida del Señor está cerca. El Señor está a las puertas. Como dijo el Señor, de la misma manera en que el diluvio de Noé ocurrió de repente cuando la gente de sus tiempos estaba comiendo y bebiendo, casando y dando en matrimonio, el Señor vendrá de repente: habrá hambrunas y terremotos por todas partes y catástrofes naturales y nación se levantará contra nación y reino se levantará contra reino, y este será el principio de la tribulación del Señor y el Advenimiento del Señor será inminente en aquel entonces, y el Señor vendrá después de esto. El Señor nos ha hablado acerca de esto. Por tanto, podemos saber cuando va a llegar este momento. Por esta Palabra, podemos saber que ha llegado la hora cuando el retorno del Señor sea inminente.
¿Acaso no sabemos los justos cuando llegará este momento? Por supuesto, el Señor dijo que incluso los ángeles del Cielo no saben cuándo vendrá el Señor. Pero, ¿significa esto que nosotros tampoco sabemos cuando vendrá? ¡No! El Señor nos ha enseñado las cosas que ocurrirán en el futuro y está trabajando con nosotros de manera confidencial. Dios nos lo ha enseñado todo acerca de Su plan de antemano, pero dijo que incluso el Hijo y los ángeles no lo saben, y que solo Dios Padre sabe este secreto. Sin embargo, nos ha enseñado todo lo que hay que saber acerca de Su plan.
El Señor nos enseñó con antelación el tiempo de Su Segundo Advenimiento porque somos una familia con Él, pero no se lo ha enseñado a la gente del mundo. El Señor dijo que nadie conoce la hora de Su Segundo Advenimiento, pero ¿de verdad Jesús no lo sabe? El Señor dijo: «De la higuera aprended la parábola: Cuando ya su rama está tierna, y brotan las hojas, sabéis que el verano está cerca.» (Mateo 24:32). El Señor está diciendo que llegará ese momento. El Señor vendrá cuando haya terremotos, cuando ocurran calamidades, cuando haya hambre por todas partes, cuando oigamos hablar de guerras y rumores de guerras, y cuando nación se levante contra nación y reino contra reino. El Señor nos habló de los signos que indican esos tiempos. El Advenimiento del Señor está cerca. Este mundo está a punto de llegar a la cosecha.
Por tanto, el Señor nos bendice mientras publicamos estos libros de sermones sobre el Evangelio y los distribuimos a la gente para que sean alimento para sus almas. El Señor vendrá cuando casi hayamos terminado esta obra. El Señor llevará a los que merezcan ser tomados y dejará a los que merezcan ser dejados. Dos mujeres estarán moliendo en el molino y trabajando duro para ganarse la vida y una será tomada ante la presencia del Señor, pero el Señor ni siquiera la mirará a la mujer que será dejada atrás. No debe haber nadie entre nosotros que se quede atrás. No debe haber nadie que sea arrojado de la presencia del Señor. No serán abandonados si creen en este Evangelio de la Verdad. Y aunque sean insuficientes, solo tienen que unirse a la Iglesia y servirle. Simplemente tienen que servir al Señor en lo que sean capaces. Entonces el Señor les aprobará. Sin embargo, el Señor dijo que Dios castigará a los malvados que no sirvan al Señor aunque sepan claramente qué tienen que hacer.
Por esta razón debemos servir al Evangelio. Cuando encontré al Señor a través de esta Palabra del Evangelio verdadero, me di cuenta de que este Evangelio no se encuentra en ninguna otra parte del mundo. Por tanto, cuando conocía a gente que decía conocer este Evangelio y predicarlo, intentaba trabajar con estas personas, incluso con algunos que se proclamaban evangélicos. Pero al final me di cuenta de que no creían en este verdadero Evangelio. Por tanto, me fui y ahora estoy trabajando con ustedes. Cuando empezamos a navegar por Internet para ver si alguien creía en este Evangelio del agua y el Espíritu, llegamos a la conclusión de que no había nadie en el mundo entero que creyese en este verdadero Evangelio. ¿Hay alguien que crea en este verdadero Evangelio independientemente hasta ahora? ¿Me lo he inventado yo? Además de la gente a la que hemos predicado este Evangelio del agua y el Espíritu, ¿hay alguna noticia del extranjero de alguien que crea y predique este mismo Evangelio en el que creemos y que predicamos? No, no hay nadie así. Si no hay ningún teólogo, entonces no hay nadie. Los ministros son los que trabajan por debajo de los teólogos, que son los jefes. Los ministros aprenden y predican lo que los teólogos les enseñan.
Nuestros colaboradores del extranjero deben saber que el Señor está cerca y por tanto deben trabajar diligentemente para distribuir aún más alimento espiritual. Deben trabajar diligentemente para distribuir nuestros libros sobre el Evangelio. Y ya salgas brotes o no y ya se reciba la salvación o no quiero encomendárselo al Señor. El resultado está a manos del Señor y no podemos hacer nada. Hay muchas personas que no creen en este Evangelio aunque digan creer. Por otro lado, hay muchas personas que sí creen pero no conocen bien este verdadero Evangelio. Estas personas no quieren dar testimonio de su salvación. Hay algunas personas que creen en este Evangelio del agua y el Espíritu que no saben si creen en este Evangelio o no porque están confundidas por tantas cosas que han escuchado antes.
Somos personas que plantan la semilla y riegan, pero el que hace que la planta dé frutos es el Señor. El Señor hace que la gente reciba la salvación, crezca y luego cosecha y guarda el grano en Su granero. No somos los que cosechamos. Somos los predicadores. Somos los que plantamos. Los que plantan tienen que plantar la buena semilla. El Maestro se encargará del resto y de cosechar. Solo tenemos que distribuir el alimento espiritual a la gente, predicar el Evangelio y orar por la obra de Dios para que el Señor coseche tanto como quiera.
¡Trabajemos diligentemente como siervos de Dios para predicar el Evangelio!