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Bài giảng

Tema 24: SERMONES PARA LOS QUE SE HAN CONVERTIDO EN NUESTROS COLABORADORES

[24-13] Los que entran por la puerta estrecha y los que entran por la puerta anch (Mateo 7, 13-27)

Los que entran por la puerta estrecha y los que entran por la puerta anch(Mateo 7, 13-27)
«Entrad por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella; porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan. Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces. Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos, o higos de los abrojos? Así, todo buen árbol da buenos frutos, pero el árbol malo da frutos malos. No puede el buen árbol dar malos frutos, ni el árbol malo dar frutos buenos. Todo árbol que no da buen fruto, es cortado y echado en el fuego. Así que, por sus frutos los conoceréis. No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad. Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace, le compararé a un hombre prudente, que edificó su casa sobre la roca. Descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y golpearon contra aquella casa; y no cayó, porque estaba fundada sobre la roca. Pero cualquiera que me oye estas palabras y no las hace, le compararé a un hombre insensato, que edificó su casa sobre la arena; y descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y dieron con ímpetu contra aquella casa; y cayó, y fue grande su ruina».
 
 
Acabamos de leer Mateo 7, 13-27 en el pasaje de las Escrituras de hoy. Como está escrito aquí, hay muchos falsos profetas en estos tiempos. Son tan prevalentes que no es una exageración decir que la mayoría de líderes cristianos son falsos profetas. Y estas personas están propagando mentiras muy graves.
El Señor en Mateo 7, 13-14 dijo: «Entrad por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella; porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan». La puerta que lleva a la destrucción es ciertamente ancha y su camino también lo es. Hay muchos que entran por esta puerta porque hay multitud de profetas falsos en este mundo que llevan a muchas personas por el camino de la destrucción. Estos falsos profetas son tan descuidados que ni siquiera intentan averiguar cuál es la voluntad de Dios y están convencidos de que su propia interpretación de la Biblia es correcta. Estas personas están llevando a todos sus seguidores por la puerta de la destrucción sin considerar la posibilidad de que podrían estar equivocadas. Y están haciendo esto bastante bien mientras consiguen riquezas y fama en el mundo.
Los falos profetas de hoy en día están llevando a muchas personas por la puerta de la destrucción tan abiertamente por lo que han aprendido de sus predecesores y maestros de teología, que establecieron los cimientos para todos los falsos profetas futuros. Como estos teólogos que enseñaron a los líderes cristianos de hoy en día no fueron cuestionados por nadie, llevaron a muchas personas por el camino de la destrucción. Como esta puerta ancha está hecha de pensamientos humanos, los que tienen una mente carnal tienen mucha seguridad en ella y entran por esa puerta sin dudarlo.
Por el contrario, el Señor nos dijo que entrásemos por la puerta estrecha y dijo esto porque la puerta de la vida de la que habló es estrecha y su camino es difícil y pocos hay que la encuentren. La puerta que lleva a la vida es tan estrecha que pocos entran por ella y su camino es tan difícil que pocos lo recorren. Como resultado, hay incluso algunas personas que, a pesar de haber recibido la remisión de los pecados, no solo dudan en embarcarse por el camino de la vida ellas mismas, sino que además no llevan a los demás por la puerta estrecha, todo porque la puerta que lleva a la vida es demasiado estrecha y su camino demasiado difícil. Pero la Biblia dice claramente que todos debemos entrar por esta puerta estrecha.
La puerta que lleva a la vida es estrecha y su camino es extremadamente difícil. Por eso el Señor dijo que hay pocos que lo encuentran. El camino de la vida es como una carretera peligrosa construida en el extremo de un acantilado. Es una carretera peligrosa donde un paso en falso podría hacernos caer por el precipicio y morir. Este camino es excepcionalmente estrecho. Como es tan peligroso y estrecho hay pocas personas que quieran pasar por él. Pero el camino de los falsos profetas es tan ancho que muchas personas caminan por él. Por tanto es muy importante entender correctamente lo que el Señor nos está diciendo en este pasaje de las Escrituras y lo que les ocurrirá al final a los que vayan por este camino ancho.
 
 
Pensemos en la puerta ancha
 
Cuando leemos Mateo 7, 15-20 vemos que el Señor nos avisa de los falsos profetas y explica cómo podemos distinguirlos. Pasemos a este pasaje y veamos lo que el Señor dijo: «Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces. Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos, o higos de los abrojos? Así, todo buen árbol da buenos frutos, pero el árbol malo da frutos malos. No puede el buen árbol dar malos frutos, ni el árbol malo dar frutos buenos. Todo árbol que no da buen fruto, es cortado y echado en el fuego. Así que, por sus frutos los conoceréis» (Mateo 7, 15-20).
El Señor nos dijo claramente que tuviésemos cuidado con los falsos profetas. También dijo que, aunque estos falsos profetas viniesen vestidos de corderos, en realidad son lobos feroces. Esto significa que los falsos profetas aparentan ser nobles y piadosos por fuera, pero en realidad están obsesionados con las riquezas y la fama del mundo y roban a sus seguidores y mientras como si estuviesen diciendo la verdad.
El objetivo de mi sermón no es desacreditar a los pastores reconocidos del mundo, sino dar testimonio de la Palabra del Señor de manera sincera y precisa. Los falsos profetas de hoy en día piensan que no están haciendo nada malo. Aunque todo lo que dicen es una mentira, hablan con tanta seguridad y tan convencidos que sus seguidores piensan que dicen la verdad. Estos falsos profetas mienten así para sacar dinero a sus congregaciones. Por eso hay tantos falsos profetas que planean e implementan programas superfluos en sus iglesias. Por ejemplo, patrocinan viajes misioneros cortos pero en realidad utilizan esa excusa para explotar el dinero y el tiempo de sus congregaciones. Y asignan cargos en la iglesia de cualquier manera con el mismo objetivo de ganar dinero. Estoy seguro de que han visto a estos pastores en la televisión. Cuando escuchan sus sermones detenidamente, pueden ver que están llenos de mentiras y que intentan establecer su justicia. Dicen tantas mentiras que es inevitable que sus mentiras queden expuestas al final. Sin embargo, hay muchas personas que todavía siguen estas enseñanzas y esto me entristece mucho.
Quien esté intentando llevarles por el camino ancho está caminando por el camino de la destrucción. Los falsos profetas son los que intentan llevar a los cristianos de hoy en día a la destrucción y quien les sigue entra por la puerta ancha. Estos cristianos confusos disfrutan escuchando a sus pastores predicando la prosperidad material. Los falsos profetas no dicen nada más que mentiras cuando abren la boca; y sus sermones siempre son acerca de cómo prosperar en términos carnales. Por tanto, el Señor los llamó lobos hambrientos. También dijo que juzgaría a esas personas por sus pecados. ¿Por qué les llamó el Señor lobos hambrientos y falsos profetas? Porque no creyeron en el Evangelio del agua y el Espíritu e ignoran completamente este verdadero Evangelio.
El Señor dijo: «Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos, o higos de los abrojos?» (Mateo 7, 16). Este pasaje significa que los que no creen en el Evangelio del agua y el Espíritu no pueden llevar a nadie a nacer de nuevo a través de sus sermones. Dicho de otra manera, un pastor que no cree en el Evangelio del agua y el Espíritu no puede llevar a su congregación por el camino estrecho. Por eso el Señor dijo: «¿Acaso se recogen uvas de los espinos, o higos de los abrojos?» (Mateo 7, 16). El fruto de los predicadores que predican y conocen el Evangelio del agua y el Espíritu es diferente del fruto de los que no. Los espinos no pueden dar buen fruto, mientras que una higuera siempre da buen fruto. De la misma manera en que ningún espino puede compararse con una higuera, los que no conocen el Evangelio del agua y el Espíritu no pueden dar buen fruto de sus congregaciones por mucho que lo intenten sinceramente, porque no pueden predicar lo que no saben. No tienen ninguna convicción en sus afirmaciones. No pueden evitar predicar con engaño por mucho que lo intenten evitar. Consecuentemente, como no pueden predicar el Evangelio del agua y el Espíritu a sus congregaciones, acaban pidiendo que sus seguidores les den dinero. Con sus mentiras se aseguran la obediencia de sus congregaciones y las explotan para cumplir sus propios planes. Por ejemplo, tienen a predicar incluso en tiempos de problemas económicos, que si sus seguidores van todas las mañanas a las reuniones de oración y sirven al Señor diligentemente, Dios protegerá sus negocios para que no fracasen y les bendecirá para que prosperen. ¿Por qué mienten estos pastores a sus congregaciones sin querer? Porque no han nacido de nuevo de verdad. Se debe a que no tienen al Espíritu Santo que vive solo en corazones sin pecados. Por eso el Señor dijo que ningún árbol malo, es decir uno que no haya nacido de nuevo, puede dar fruto bueno.
En la antigüedad, en Corea, los espinos se utilizaban como leña. Cuando la gente iba a recoger espinos, se ponía guante de piel para no pincharse. Los espinos no valen para nada más que para hacer fuego. Se utilizan solamente como leña. Aunque los espinos son fáciles de quemar y arden rápido, no producen ningún fruto comestible. Por eso el Señor está haciendo una analogía con los espinos y los cardos para explicar cómo son los falsos profetas, diciendo que los arrojará al fuego al final. Aquí, el Señor está hablando de los siervos de Satanás con Su analogía.
Por mucho que estos siervos de Satanás quieran hacer cosas buenas, predicar un sermón bueno, amar a los demás, hacerles nacer de nuevo y llevarles al Cielo, no pueden hacerlo. ¿Por qué? Porque no han nacido de nuevo y por tanto no tienen al Espíritu Santo en sus corazones. No es porque no quieran dedicarse de lleno a su ministerio. No pueden ser buenos ministros aunque quieran porque no conocen el Evangelio del agua y el Espíritu. En otras palabras, estos pastores no pueden ser buenos ministros por mucho que lo intenten. Después de todo, ¿cómo puede una persona que no conoce el Evangelio del agua y el Espíritu predicar este Evangelio a otra persona?
El Señor dijo: «No puede el buen árbol dar malos frutos, ni el árbol malo dar frutos buenos» (Mateo 7, 18). Este pasaje implica que, aunque ustedes eran espinos, si se convierten en buenos árboles al aprender acerca del Evangelio del agua y el Espíritu y creen en él, podrán dar buenos frutos de ahora en adelante gracias a esta fe. Pero si siguen siendo árboles malos, no podrán evitar dar malos frutos. Estos falsos profetas serán abandonados por Dios al final porque se aferran a su condición de espinos espirituales. Esto es absolutamente inevitable. Estas personas no pueden ser ministros por mucho que lo intenten.
Por tanto, solo los buenos árboles dan buen fruto y los árboles malos dan malos frutos. Y quien coma este buen fruto de un árbol bueno no morirá nunca. Los falsos profetas, por otro lado, no fueron nunca buenos árboles desde el principio y por tanto no pueden dar ningún fruto bueno por mucho que lo intenten. ¿Qué les hará el Señor a estos árboles? Los arrojará al fuego al final como dijo: «Todo árbol que no da buen fruto, es cortado y echado en el fuego» (Mateo 7, 19). ¿Cómo pueden diferenciar a los falsos profetas de los verdaderos profetas? Pueden diferenciarlos por sus frutos, como dijo el Señor: «Así que, por sus frutos los conoceréis» (Mateo 7, 20).
 
 

¿Cómo podemos saber si de verdad somos el pueblo de Dios?

 
No saben si alguien es el pueblo de Dios o si son siervos de Dios, Sus santos y Sus obreros solo porque digan que lo son, pero pueden averiguarlo si saben qué Evangelio conocen. Hemos estado predicando el Evangelio del agua y el Espíritu aquí y en el extranjero a través de nuestro ministerio literario y gracias a nuestros libros, muchas personas han sido salvadas al creer en este verdadero Evangelio de corazón e incluso algunas de ellas nos han mandado sus testimonios de salvación. Esto se debe a que hemos predicado el Evangelio del agua y el Espíritu a estas personas y ellas han recibido la remisión de los pecados al leer nuestros libros detenidamente. En su testimonio dicen que están llenos de gozo y gratitud porque sus pecados han desaparecido de sus corazones. Todo este tiempo esta gente pensaba que era buena gente, que eran cristianos sinceros, pero ahora que conocen la Verdad del Evangelio del agua y el Espíritu confiesan que no habían creído en la Verdad. Ahora podemos ver que estas personas son las nacidas de nuevo de Dios al mirar su testimonio y el fruto de su fe. Al predicar el Evangelio del agua y el Espíritu a esta gente, al tiempo predica el Evangelio a otras personas y por sus frutos podemos ver que se han convertido en el pueblo de Dios.
El Señor dijo: «Así que, por sus frutos los conoceréis» (Mateo 7, 20). Esto significa que al mirar los frutos que da la gente podemos saber si son siervos de Dios o no, Su pueblo y Sus obreros, o simplemente fraudes espirituales. Los falsos profetas se conocen por sus frutos. Por tanto, Jesucristo es quien da testimonio de que el Evangelio del agua y el Espíritu predicado por nosotros es l Verdad y nuestra fe es la fe correcta. El Evangelio del agua y el Espíritu en el que creemos es la Verdad.
Todos los que creemos en el Evangelio del agua y el Espíritu somos obreros de Dios y Su pueblo. Podemos reconocer nuestro estado claramente al ver nuestra fe en este verdadero Evangelio, pero nuestro conocimiento es aún más sólido porque la Palabra de Dios en nuestros corazones da testimonio de nuestra salvación y creemos en esta Palabra de Dios. En nuestros corazones está la Palabra del Evangelio del agua y el Espíritu a través del cual hemos recibido la remisión de nuestros pecados, y esta Palabra se mueve dentro de nosotros. El Espíritu Santo nos está diciendo que todos los que creemos en el Evangelio del agua y el Espíritu somos siervos de Dios que caminan por el camino estrecho y llevan a los demás por el camino de la vida.
 
 

¿Quién entra por la puerta estrecha?

 
Está escrito en mateo 7, 21: «No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos». Después de decirnos que entremos por la puerta estrecha, el Señor nos explica qué tipo de personas entran por esta puerta estrecha y guía a otros para que entren por la puerta de la vida. Aquí el Señor dijo que solo los que hacen la voluntad de Su Padre en el Cielo pueden entrar por la puerta de la vida. Entonces, ¿quién es esta gente de la que habla el Señor y que hace la voluntad de Su Padre en el Cielo? Esta gente es la que entra por la puerta estrecha y guía a los que no conocen el Evangelio del agua y el Espíritu por la puerta estrecha, la puerta de la vida. Estas personas son las que hacen la voluntad de Dios Padre.
¿Quién entre nosotros está haciendo la voluntad de Dios Padre? Alguien que hace la voluntad de Dios Padre vive una vida carnalmente cómoda en este mundo o una vida difícil? Estas personas pasan por muchas dificultades en sus vidas. Aunque todos los que hacen la voluntad de Dios Padre están bendecidos espiritualmente, pasan por muchos problemas carnales.
¿Por qué es tan difícil para nuestra carne seguir a Dios? Porque debemos entrar por la puerta estrecha. Y por eso debemos luchar contra los falsos profetas que están llevando a muchas personas a la destrucción. Asimismo, debemos llevar a todo el mundo por la puerta de la vida. Por tanto, entrar por la puerta estrecha es embarcarse en un viaje difícil que nos pasa cuenta tanto a nuestro cuerpo como a nuestro espíritu. Muchos de los que viven esta vida sufren persecución física y espiritual. Sin embargo, solo hay una manera de hacer la voluntad de Dios Padre. No es que haya otras maneras de hacer la voluntad de Dios, solo hay un camino. Por eso debemos obedecer la voluntad del Señor en vez de la voluntad de nuestros padres, hermanos, cónyuges, familiares o amigos, e incluso nuestra propia voluntad. Debemos someternos completamente al Señor. Como todos los que hacen la voluntad de Dios Padre deben negarse a sí mismos, e incluso desobedecer los deseos de sus padres a menudo, tienen muchos problemas y sufren muchas pérdidas en este mundo. Estas personas que hacen la voluntad de Dios Padre pasan por muchas dificultades porque intentan llevar a los demás por la puerta estrecha y el camino de la vida. Es duro servir la voluntad del Señor por fe. Pero aún así, nuestros corazones están en paz. De hecho, a pesar de las muchas dificultades que debemos pasar, estamos contentos de obedecer la voluntad del Señor.
Hace algún tiempo estaba muy ocupado con otras tareas y no tenía tiempo de revisar mi manuscrito. Así que me vi obligado a entregar partes del manuscrito para que fuesen traducidas sin revisarlas tan atentamente como debería haber hecho. Pero más adelante, cuando leí el manuscrito de nuevo, vi que había muchos errores. No las había visto antes porque estaba demasiado ocupado, pero cuando finalmente encontré el momento para leer el manuscrito más detenidamente, vi que muchas partes necesitaban ser revisadas. Este error hizo el trabajo más difícil para los traductores y editores y me sentí mal por ellos y decidí tener más cuidado y prestar más atención cuando preparaba mis manuscritos. Así que últimamente he estado muy ocupado revisando mis manuscritos.
Como la Biblia dice la Verdad claramente y esta Verdad está explicada en nuestros libros del Evangelio, estoy seguro de que todo el que los lea lo entenderá. Como el Señor mismo dijo en la Biblia: «Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces» (Mateo 7, 15), no hay motivo por el que los pastores de hoy que no conocen el Evangelio del agua y el Espíritu no se puedan dar cuenta de que son los lobos. Si leen la Biblia y nuestros libros sobre el Evangelio, pueden darse cuenta de quiénes son enseguida. En mi caso yo me conocía a mí mismo antes de conocer el Evangelio del agua y el Espíritu. Yo sabía que la Palabra de Dios me estaba hablando. El pasaje de las Escrituras de hoy es particularmente revelador, ya que cualquier pastor falso puede darse cuenta al leer este pasaje que el Señor le está hablando. Si los pastores de hoy en día que no han recibido la remisión de los pecados no pueden entender este pasaje de las Escrituras, su consciencia ha sido sellada con un hierro incandescente. Algunas personas son fraudes espirituales. No son más que jornaleros que han estudiado teología y están predicando al rebaño para enriquecerse.
Incluso para los que creemos en el Evangelio del agua y el Espíritu es muy difícil hacer la voluntad de Dios Padre. Sin embargo, debemos seguir caminando por este camino por muy difícil que sea hacer la voluntad de Dios Padre. Y estamos caminando por este camino incluso ahora. Nuestro mayor deseo es predicar la Verdad del Evangelio del agua y el Espíritu a todas las personas del mundo que no conocen este verdadero Evangelio, ya sean falos profetas o no. Queremos predicar el Evangelio del agua y el Espíritu a través de nuestro ministerio literario y nuestro ministerio de Internet.
A menudo recibimos noticias malas de nuestros colaboradores que dicen que han compartido nuestros libros con sus conocidos y que no tuvieron una buena impresión e incluso criticaron el contenido de los libros. Nosotros también hemos vivido esa experiencia. Aunque los que no creen en el Evangelio del agua y el Espíritu a menudo nos ridiculizan y se ríen de nosotros, algunas personas entienden el Evangelio que predicamos y reciben la remisión de los pecados al creer en él. Como nuestros colaboradores en el extranjero han sido salvados de todos sus pecados al creer en el Evangelio del agua y el Espíritu a través de nuestros libros, creen que otros serán salvados y serán felices si compartimos nuestros libros con ellos. Así que, como han compartido nuestros libros con la gente de su alrededor con estas expectativas tan altas, también pueden quedarse decepcionados fácilmente.
Sin embargo, nosotros no nos decepcionamos por obstáculos tan pequeños porque hemos experimentado aún peores decepciones muchas veces. Cuando predicamos el Evangelio del agua y el Espíritu, no nos preocupamos de antemano de si la gente creerá o no; sino que predicamos el Evangelio para darles una oportunidad para verlo y creer en él. Así que, los que creen en el Evangelio del agua y el Espíritu reciben la remisión de los pecados y alcanzan su salvación por e, pero los que no creen en este Evangelio no son salvados.
De vez en cuando oímos que algunas personas han recibido la remisión de los pecados al escuchar el Evangelio del agua y el Espíritu y han creído en él a través de nuestros libros, y ahora quieren venir a Corea a dar testimonio ante nosotros. Pero no me gusta esta gente. Solo quieren dinero. Quieren que les paguemos los billetes de avión cuando vienen de muy lejos y después nos piden dinero para otras cosas también. Cierto pastor de Filipinas nos hizo esto cuando vino aquí. Por eso no me gusta esta gente. Por supuesto, estamos contentos de escuchar que la gente ha recibido la remisión de nuestros pecados a través de nuestro ministerio literario, pero preferiría que estos nuevos santos nos pidiesen más libros para compartir con sus compatriotas y predicar el Evangelio en vez de venir a Corea o invitarnos a sus países. Después de todo, todos estamos muy ocupados. Pero muchas personas en las comunidades cristianas de hoy en día intentan aprovecharse de otros para ganar dinero.
Cuando los misioneros coreanos van al extranjero, les dan la bienvenida, pero algunas personas locales tienen otros motivos. No todo el mundo es así, sino que hay algunas personas sinceras y el resto solo tiene sus propios intereses. Por eso el ministerio literario es la mejor manera de predicar el Evangelio por todo el mundo. Los que están convencidos de que la Palabra de Dios es correcta en nuestros libros creerán, pero los que piensan que esta Palabra de Dios es incorrecta simplemente no tienen que creer. Es así de simple. ¿Parezco frío? Pero, ¿qué más podemos hacer cuando se niegan a creer? En el pasado solía predicar el Evangelio del agua y el Espíritu directamente visitando países como Rusia, China, Taiwán y Japón y algunas personas creyeron en este Evangelio gracias a mis viajes. Pero también he sido ignorado muchas veces y me han llamado cosas feas, por lo que decidí predicar el Evangelio a través del ministerio literario.
En Corea también hay muchos líderes cristianos que guían a sus congregaciones por el camino ancho espiritual. Hay muchos falsos pastores y teólogos en las comunidades cristianas de todo el mundo, y estas personas son mentirosas en el Reino de los Cielos. Y son defraudadores espirituales. Si los llamo charlatanes religiosos a la cara, reaccionarían negativamente; incluso quizás de manera violenta. Así que es mejor predicar el Evangelio a través de mis escritos.
 
 

El Día del Juicio de Dios les espera a todos los falsos profetas

 
¿Qué les ocurrirá a todos los falsos profetas el Día del Juicio? Leamos Mateo 7, 22-23: «Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad». Cuando el día del juicio de Dios venga, todos estos profetas falsos serán abandonados por Dios aunque digan creer en Jesús. El Señor mismo dijo que haría esto, como está escrito: «Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad».
 
 

Todos los falsos profetas de las comunidades cristianas actuales serán abandonados por el Señor el Último Día

 
¿Qué han hecho estos falsos profetas en este mundo? Han profetizado y enseñado a otros en nombre del Señor. Han pedido a la gente que crea en Jesús y les han enseñado a sus seguidores las doctrinas cristianas, explicando qué teólogo dijo qué y qué tipos de bendiciones se reciben si se cree en Jesús. Dicen que cualquier puede recibir la remisión de los pecados e ir al Cielo si cree en la sangre derramada en la Cruz y ofrece oraciones de penitencia. Y han profetizado y expulsado demonios en el nombre del Señor. Por supuesto, no es fácil expulsar demonios. Pero ¿sabían que incluso un chamán puede expulsar demonios temporalmente? La habilidad de expulsar demonios no es algo de lo que estar orgulloso. Pero los falsos profetas de hoy en día han hecho muchos milagros en el nombre del Señor. También han hecho muchas buenas obras en este mundo.
Sin embargo, el Señor dijo aquí que los echaría y les diría: «Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad». El Señor lo dejó abundantemente claro que estos falsos profetas han practicado la maldad. El Señor se ha convertido en nuestro Salvador al venir a este mundo, cargar con nuestros pecados al ser bautizado por Juan el Bautista, ser condenado por nuestros pecados en la Cruz y levantarse de entre los muertos. Pero a pesar de esto, los falsos profetas no creen en Jesús según esta Verdad de salvación, sino que creen en Jesús según su propia interpretación y enseñan cosas falsas a sus seguidores. Por eso el Señor les dijo: «Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad».
Los que practican la maldad ante el Señor son los que llevan a la gente por el camino ancho; son los falsos profetas que caminan por el camino ancho; y en vez de hacer la voluntad de Dios Padre, hacen todo lo contrario y denuncian la voluntad de Dios abiertamente. El Señor se refirió a estas personas diciendo: «porque recorréis mar y tierra para hacer un prosélito, y una vez hecho, le hacéis dos veces más hijo del infierno que vosotros.» (Mateo 23, 15). Entonces, ¿cuál es la base por la que tantos falsos profetas dicen tantas mentiras en sus sermones? Porque han aprendido las lecciones erróneas de sus maestros teológicos. Sus maestros teológicos les enseñaron lo que Juan Calvino y Martín Lutero dijeron. ¿Quién era Juan Calvino y quién era Martín Lutero? Teólogos con poca preparación. ¿Cómo pueden los teólogos estar enseñando la Verdad? En el cristianismo actual los teólogos son quiénes toman decisiones doctrinales y por eso los pastores creen lo que estos teólogos les enseñan. Asimismo, estos pastores no están seguros de las doctrinas que han aprendido, pero siguen enseñando falsas doctrinas a sus congregaciones. Como el Evangelio del agua y el Espíritu es la Verdad, todo lo que hay que hacer para alcanzar la salvación es escuchar el verdadero Evangelio sin prejuzgarlo y creer en él; ¿por qué se iba a preocupar nadie por lo que digan los teólogos?
Por muy famosos que sea un teólogo, todas sus enseñanzas deben ser examinadas con la lupa de la Palabra de Dios para verificar que sean correctas. Muchos líderes cristianos de hoy en día predican las doctrinas de estos teólogos diciendo que son ciertas, pero casi ninguno de ellos conoce el Evangelio del agua y el Espíritu. Por eso los pastores que aprendieron de estos teólogos son incapaces de predicar el Evangelio del agua y el Espíritu a sus congregaciones. Entonces se preguntarán cómo lo sé, pero ustedes también se pueden dar cuenta si comparan sus enseñanzas con la Palabra del Evangelio del agua y el Espíritu.
Los árboles se conocen por sus frutos. Como hay muchos pastores hoy en día que son falsos profetas, ¿cómo pueden los teólogos que les enseñaron ser verdaderos profetas? Los falsos solo pueden crear más falsos profetas. ¿Puede alguien recibir la remisión de los pecados leyendo sus libros o escuchando sus sermones? No, no es solo imposible, pero además estos teólogos serán abandonados por el Señor el último día. Por muy orgullosos que estén de sí mismos y por mucho que hablen de lo ortodoxas que son sus denominaciones a sus congregaciones, serán abandonados por el Señor. ¿Qué tiene esta gente para estar orgullosa cuando será abandonada por el Señor? Pero en este mundo estas personas son las que son respetadas. Pero, ¿qué pasaría si sus sermones fuesen traducidos a diferentes idiomas y revisados? ¿Qué pasaría si su fe fuese puesta a prueba por el Señor? Ante Dios no pueden ser tan confiados, a no ser que no tengan conciencia. Si tienen conciencia no pueden evitar llorar con tristeza y esconderse avergonzados. Pero como una rana en un estanque, siguen paseándose en su propio mundo pensando que son los mejores.
Aunque estoy predicándoles ahora mismo, este sermón debe ser examinado para ver si es correcto o no a los ojos del Señor. Si les estoy mintiendo en mi sermón, incluso si puedo engañarles, no puedo engañar al Señor.
Todos los falsos profetas serán destruidos cuando vuelva el Señor. ¿Quién puede pasar el juicio?
Pasemos a Mateo 7, 24-25: «Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace, le compararé a un hombre prudente, que edificó su casa sobre la roca. Descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y golpearon contra aquella casa; y no cayó, porque estaba fundada sobre la roca». Aquí está escrito que quien escuche las enseñanzas del Señor y las cumpla es como un hombre sabio que construyó su casa sobre la roca.
 
 

¿Quién tiene la fe que no se derrumba incluso con el juicio de Dios?

 
Son los que han construido la base de su fe sobre la roca y siguen la voluntad de Dios padre. El Señor dijo: «Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace, le compararé a un hombre prudente, que edificó su casa sobre la roca». Aquí, escuchar las palabras del Señor es escuchar y creen en la Palabra de Dios, especialmente en la Palabra del Evangelio del agua y el Espíritu a través del cual el Señor nos ha salvado. Por tanto, los que han recibido la remisión de los pecados y han alcanzado su salvación al creer en el Evangelio del agua y el Espíritu son como un hombre sabio que construyó su casa de fe sobre la Palabra de Dios que es sólida como una roca.
Este pasaje es muy adecuado porque ahora hay una tormenta. ¿Qué pasaría que hubiesen construido su casa sobre la arena? Digamos que alguien construye una casa de tres pisos con unos cimientos en la arena junto al río, mientras que otra persona construye la misma casa sobre la roca, con unos cimientos firmes para su casa. Las dos casas se construyen con los mismos materiales y de la misma manera. Ahora imaginen que empieza a llover muy fuerte. ¿Qué pasaría? Cuando relampaguea y la lluvia cae a cántaros, la casa que ha sido construido sobre la arena al principio resiste la tormenta, pero al final la arena debajo de la casa recede y deja los cimientos al descubierto hasta que la casa entera se viene abajo.
Por el contrario, la casa construida sobre la roca puede sobrevivir inundaciones a no ser que se le venga encima un huracán o un tsunami. Aunque los cimientos se llenen de agua, la casa en sí no queda afectada. Así que la casa sigue en pie cuando se acaba la riada.
¿Quién construye su fe en la roca? Los que escuchan detenidamente la Palabra del Evangelio del agua y el Espíritu y la practican por fe. Estas personas que practican la Palabra del Señor son los que no solo creen en el Evangelio del agua y el Espíritu, sino que también lo sirven por fe. Así Que sus vidas son difíciles y duras. Tienen que sufrir mucho dolor. A veces sus propios esposos o esposas y familiares los denuncian. Muchas veces se preguntan por qué deben seguir viviendo de esta manera.
Sn embargo, mis queridos hermanos, los que pueden entrar en el Reino de Dios el día de Su juicio son los que han construido sus casas en la roca. La roca aquí se refiere a Jesucristo y también a la Palabra del Evangelio del agua y el Espíritu que fue cumplida por Él. Por tanto, los que han construido sus casas sobre la roca son los que han recibido la remisión de sus pecados al creer en el Evangelio del agua y el Espíritu y por tanto siguen al Señor. Estas personas resistirán incluso el Día del Juicio.
Entonces, ¿quién no resistirá el Día del Juicio?
Leamos Mateo 7, 26-27: «Pero cualquiera que me oye estas palabras y no las hace, le compararé a un hombre insensato, que edificó su casa sobre la arena; y descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y dieron con ímpetu contra aquella casa; y cayó, y fue grande su ruina».
Este pasaje nos muestra claramente que los que serán condenados por Dios el Día del Juicio son los que no practican la Palabra del Señor a pesar de escucharla. Estas personas no pueden caminar según la Palabra del Señor aunque quieran. No pueden vivir según la voluntad de Dios aunque quieran. Como todos sabemos bien, cuando llegue el Día del Juicio, todo el mundo será condenado. Puede parecer que están bien ahora, pero serán abandonados por el Señor cuando llegue el Día del Juicio.
El Señor dijo aquí en la Biblia: «Entrad por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella; porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan» (Mateo 7, 13-14). Esto no es solo un dicho, si una figura literario, sino que es la verdad absoluta. Todos los falsos profetas serán condenados el Día del Juicio, mientras que el pueblo de Dios y Sus siervos que obedecen Su Palabra escaparán de este juicio y entrarán en el Reino de los Cielos. Todo el que practique la Palabra de Dios entrará en el Cielo.
Nuestro Señor dijo que la caída de los falsos profetas será grande el último día, porque sus casas han sido construidas en la arena, y por tanto esas casas se derrumbarán cuando caiga la lluvia, se inunden y sople el viento sobre ellas. Esto les ocurrirá a los falsos profetas porque han construido sus casas de fe sobre sus propias hipótesis y pensamientos. Por eso su caída será grande el último día. No se caerán gradualmente, sino que se caerán del todo. Una casa construida en la arena no puede soportar las lluvias, ya que la corriente se llevará los cimientos y derrumbará la casa entera en un instante. Y de esta manera, como la casa construida en la arena, todos los falsos profetas se caerán repentinamente al final.
El Señor nos está avisando acerca de estos falsos profetas en el pasaje de las Escrituras de hoy, enseñándonos que no debemos construir nuestras casas de fe en la arena. Hay muchos falsos profetas en este mundo. Como estas personas no saben que va a venir la destrucción en el último día, están propagando mentiras por todas partes en el mundo diciendo que todavía es un lugar seguro y pacífico. Pero todos serán destruidos sin falta. Aunque en nuestros pensamientos carnales nos preguntemos por qué estos falsos profetas son tan prósperos mientras que nosotros sufrimos tanto, el Día del Juicio caerá sobre ellos. Y cuando llegue el Día el Juicio este mundo también será completamente arruinado. Con la multitud de desastres que plagan el mundo, la raza humana se extinguirá. Nadie podrá sobrevivir este futuro tan horroroso.
Todos los falsos profetas deben arrepentirse y darse cuenta de que el Día del Juicio está cerca. Pero como sus oídos están cerrados, no nos escuchan por mucho que les gritemos. Las bestias que mueren están felices y contentas siempre y cuando tengan comida para comer hoy aunque la destrucción esté a la vuelta de la esquina.
Por el contrario, los que guían a los demás por la puerta de la vida siguen practicando la Palabra del Señor aunque sea difícil. Así que les pido que resistan en sus dificultades por fe y vivan con esperanza. Aunque las cosas no vayan bien al principio, deben superar sus dificultades por fe. Debemos vivir nuestra fe entendiendo lo que el Señor nos ha enseñado acerca de estos falsos profetas que están entrando por la puerta de la destrucción. Así que espero y oro por que todos aprendamos esta valiosa lección del pasaje de las Escrituras de hoy.
En un futuro no muy lejano, el Día del Juicio vendrá a este mundo. El Día del Juicio puede que tenga lugar en nuestras vidas. Puede que llegue antes de lo que la gente espera. Aunque el Día del Juicio pueda parecer que se retrasa al principio, cuando llegue a cierto punto irá muy rápido. Una bola de nieve rodando no parece muy grande ni peligrosa al principio, pero pronto se hace grande como una casa y puede destruir todo lo que hay en su camino.
De esta manera, creemos que el Día del Juicio se acerca rápidamente. Pero al mismo tiempo creemos que el Señor nos permitirá hacer todo lo que nos ha confiado. Espero y oro por que Dios proteja a Su Iglesia, bendiga a Sus siervos y santos de todo el mundo y los cuide.
¡Aleluya!