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Bài giảng

Tema 23: Hebreos

[Capítulo 11-6] Debemos presentarnos ante Dios viviendo por fe como Noé (Hebreos 11:6-7)

Debemos presentarnos ante Dios viviendo por fe como Noé(Hebreos 11:6-7)
“Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan. Por la fe Noé, cuando fue advertido por Dios acerca de cosas que aún no se veían, con temor preparó el arca en que su casa se salvase; y por esa fe condenó al mundo, y fue hecho heredero de la justicia que viene por la fe.”
 
 

El pecado del líder tuvo consecuencias irreversibles 

 
Nuestra Iglesia piensa que es necesario publicar un libro sobre herejías, pero tengo algunas preguntas acerca de esto. Muchas personas piensan que Salomón fue un gran rey. También hay personas que no saben que el Rey Jeroboam, en el Antiguo Testamento, un líder prominente que había propagado una herejía apareció por el pecado de Salomón. El pecado de Salomón consistió en llevar ídolos a Israel y hacer que el pueblo de Dios los adorase. Por tanto, podemos decir con certeza que el Rey Salomón causó un resurgimiento de los ídolos en Israel. Estoy muy avergonzado por hablar de Salomón. 
Salomón tuvo 1,000 esposas y concubinas y entre ellas había muchas gentiles. Salomón tomó a mujeres gentiles arbitrariamente como esposas y trabajó duro para apaciguar a sus dioses e ídolos para ganarse sus corazones. Debemos pensar en esta situación negativa. Si cada mujer hubiese creído en una religión diferente, ¿cuántas religiones habría tenido que contentar con tantas esposas? Una cosa de la que podemos estar seguros es que algunas de ellas empezaron a adorar a sus ídolos, en vez de al verdadero Jehová Dios. Las mujeres de Salomón empezaron a arrodillarse ante imágenes grabadas en piedra o en madera y a adorarlas. 
Recitaron cánticos a estos ídolos y el Rey Salomón tuvo que tolerar que estas reinas ofreciesen sacrificios. Sus muchas mujeres trajeron estos ídolos con ellas desde sus tierras natales y quemaron incienso y ofrecieron sacrificios malvados. Salomón les preguntó a sus esposas: “¿Cómo os responden los ídolos?”. Entonces le contestaron: “Adelante, quema incienso y ofrece sacrificio a mi dios”. Entonces Salomón contestó: “Solo creo en Dios Jehová”. Entonces sus esposas empezaron a manipularle diciendo: “¿No decías que me querías? Si de verdad me amas, quemarás incienso al dios que amo”. 
Por mucho que Salomón se negase y siguiese insistiendo que no podía adorar a ningún dios gentil, sus esposas insistieron: “¿No decías que nos amabas? Demuestra tu amor por nosotras adorando a los dioses en los que creemos”. La insistencia de sus esposas empezó a tener sentido para él. Pronto Salomón también empezó a arrodillarse ante sus ídolos para complacer a sus muchas esposas. 
¿Pueden imaginar cuántos tipos diferentes de ídolos había en su reino como tenía tantas mujeres gentiles? Digamos que su primera esposa encendió incienso y se arrodilló ante su ídolo. Cuando sus otras mujeres vieron esto, dijeron: “¿Por qué no podemos hacer eso nosotras también? Debes darnos estos mismos privilegios para adorar de manera justa si nos amas”. En esta situación, ¿cómo podría un rey negarse a hacer esto por sus amadas reinas? Después de ver esta maldad de su rey, ¿cómo creen que reaccionó su pueblo? Todos empezaron a arrodillarse ante muchos ídolos poco a poco. Pronto todos los oficiales de Salomón tuvieron que empezar a arrodillarse y adorar a estos ídolos. Y, si los subordinados leales de Salomón hicieron todas estas cosas malvadas, entonces todo Israel empezó a arrodillarse ante estos ídolos. Durante ese tiempo los israelitas siguieron la fe de estas reinas y las sirvieron según sus varias religiones para ser aprobados. 
Así que podemos ver que fue Salomón el culpable de traer ídolos a Israel. Fue quien hizo a todo el pueblo de Israel caer en la herejía. Por los pecados de Salomón, Dios dijo que Jeroboam sería el rey de Israel. Salomón había llevado a Israel a adorar a ídolos porque había aceptado a sus esposas gentiles. 
 
 

El pueblo de Israel no obedecía a Dios

 
En realidad, fue Jehová Dios quien gobernaba en Israel personalmente y no sería incorrecto decir que los jueces también gobernaban en aquel entonces. Los israelitas sirvieron a Dios y tuvieron un sistema de teocracia hasta el tiempo de los jueces. Josué también fue uno de sus líderes. Sin embargo, el pueblo de Israel empezó a rechazar la teocracia y quiso establecer un reino de Israel y tener un rey que reinase sobre ellos. 
Por tanto, quisieron que un ser humano gobernase en vez de dejarse gobernar por un Dios perfecto. Por tanto, Dios les dijo: “No hagáis esto. Si un ser humano imperfecto reina sobre vosotros, os llevará a la muerte y no podrá resolver vuestros problemas cuando estéis pasando por una situación difícil”. Dios intentó pararles los pies, pero no sirvió de nada. Como insistieron en tener un rey humano, Dios le dijo a Samuel: “Haz lo que te pide el pueblo y establece a un rey humano”. 
¿A quién quería el pueblo como su primer rey? Escogieron a Saúl y Samuel lo ungió como rey. Era un hombre alto y bien parecido, más grande que los demás. La Biblia dice que Saúl les sacaba una cabeza de altura a la mayoría de los israelitas. Saúl se convirtió así en el primer rey de Israel. Sin embargo, desde ese momento, podemos ver que las cosas empezaron a cambiar cuando la Palabra de Dios no fue respetada, cuando no se le veneraba y se ofrecían sacrificios a ídolos. 
Pero a pesar de esto, incluso en un sistema de monarquía Dios quiso que la persona que gobernase le venerase y por eso estableció a David, pero el pueblo se negó y estableció a Saúl como su rey. Por esta situación, las cosas que no pudieron hacer durante los tiempos del Rey de David fueron aceptables durante el reino de Salomón, el hijo de David; y bajo el reino de Salomón el país de Israel entero se convirtió en una nación que adoró a ídolos. Como la gente adoraba a ídolos, Dios decidió darle la autoridad real sobre el pueblo de Israel a otra persona para castigarles. Pero Dios no quiso que esto ocurriese mientras Salomón vivía, sino después de su muerte. Dios hizo esto porque quiso mantener Su promesa a David, a quien amó. 
Después de la muerte de Salomón, Rehoboam, su hijo, se convirtió en rey. Entonces, Dios tomó su título de rey y se lo dio al oficial de Salomón, llamado Jeroboam, quien no había nacido del linaje real. Dios tomó a gente de 11 de las 12 tribus de Israel y se la dio a Jeroboam. Por tanto, Israel se dividió en un reino del Norte y otro del Sur. Y por eso Israel fue dividido en un reino del Norte y otro del Sur. Y Jeroboam, en el Norte, empezó a sustituir a Dios por becerros de oro. Cambió todo lo que Dios había establecido por becerros de oro, e incluso cambió la ley del sacrificio establecida y el estatuto de Dios que estipulaba que solo los descendientes de Leví podían ser sacerdotes. Y por eso, las 11 tribus de Israel sirvieron a becerros de oro. Pero la tribu más pequeña de Judá no sirvió a ídolos, ni siguió esta herejía, pero al final también sucumbió a esta costumbre malvada de servir a ídolos. Así, Israel se convirtió al final en un país que adoraba a ídolos. 
 
 

¿Qué tipo de fe tiene hoy en día la gente del cristianismo? 

 
Esto me hace preguntarme por qué tantas personas adoran a los ídolos hoy en día en vez de creer en Jesús. Además, sus corazones no cambian y sus vidas no son honestas; y la cuestión sigue sin ser resuelta de por qué el cristianismo no ha podido cambiar el mundo. Por tanto, debemos mirar la realidad actual del cristianismo en el contexto de la corrupción de Salomón y cómo una persona como Jeroboam salió de esa situación. 
La gente tiene la noción de que el cristianismo es una de las religiones del mundo. Pero el cristianismo no es una mera religión del mundo. En el verdadero sentido consiste en tener fe en la verdad de que Dios nos salvó de nuestros pecados. Los seres humanos en este mundo han creado la religión, pero la fe consiste en admirar y creer que Dios nos ha salvado de nuestros pecados al manifestar Su poder. Esta es la verdadera creencia y la verdadera fe. La religión es algo que los seres humanos han creado sin contar con Dios. El cristianismo no es algo que los seres humanos hayan creado. De hecho, la salvación de la remisión de los pecados está iluminada por la verdad que Dios nos ha dado. 
Dios creó este mundo y nos dio el Evangelio del agua y el Espíritu para salvar a Su pueblo cuando, a pesar de que fuimos creados a imagen y semejanza de Dios, caímos en el pecado y la tentación. Por tanto, Dios nos creó y nos aceptó como Su pueblo cuando creímos en Su Evangelio del agua y el Espíritu que nos salvó. Por tanto, debemos hablar y predicar esta Palabra que nos enseña acerca de las cosas fundamentales y explica los pecados de Salomón y la herejía que se manifestó con esta situación. 
Los herejes aparecieron en Israel porque el Rey Jeroboam y el Rey Salomón adoraron a ídolos. De la misma manera, en el cristianismo actual tenemos muchos herejes que adoran a ídolos en vez de a Dios y cuya fe es como la de Salomón. Muchas personas saben que el cristianismo ha ido por el mal camino, pero no saben qué ha ido mal y se han convertido en herejes. Los cristianos deben leer acerca del Evangelio del agua y el Espíritu para que puedan encontrar al Dios de la Verdad. Cuando encuentran este verdadero Evangelio que les salva perfectamente, al principio se sienten confusos, pero deben seguir adelante dejando sus pensamientos atrás. 
 
 
Sabiendo esto, los justos también podemos desviarnos del buen camino
 
Como vemos la vida de fe de Salomón, muchos líderes del cristianismo llevan a sus seguidores a las religiones de ídolos. Y al hacer este acto malvado, serán maldecidos. Y por esta situación no pueden conocer el Evangelio del agua y el Espíritu y acabarán siendo destruidos. Deben saber estas cosas malvadas y lo que debe decirse, debe decirse. Si todos los cristianos creyentes de todo el mundo no conocen el Evangelio del agua y el Espíritu, no podrán comparar su fe incorrecta con la correcta. La gente debe saber que todas las cosas en sus vidas espirituales han ido mal. No podrán creer o entender el Evangelio del agua y el Espíritu si no saben esto. 
Tenemos que predicar este verdadero Evangelio a todo el mundo, pero cada vez es más difícil. Nosotros solo podemos orar por esta obra. Debemos orar a Dios para que salve a esta gente que ha caído en las religiones de ídolos. Debemos orar a Dios para que nos proteja mientras seguimos con la evangelización del Evangelio del agua y el Espíritu para que no tengamos obstáculos. Debemos responsabilizarnos por los dos tipos de trabajo como un vigilante fiel. Un buen vigilante tiene la responsabilidad de informar a la gente clara y concisamente que vienen los enemigos. Y nosotros, los vigilantes, tenemos esta responsabilidad de hacer este trabajo. 
Si un vigilante trepase a una torre de vigilancia y viese al enemigo llegando a invadir, pero no informase a la gente de esta situación difícil porque tuviese miedo de la gente, y si como consecuencia su tierra fuese invadida y la gente asesinada, ¿quién creen que sería culpable de este crimen? El vigilante tendría que pagar las consecuencias de este crimen. Por tanto, no tenemos otra opción que hacer el trabajo de un vigilante. Debemos predicar el Evangelio del agua y el Espíritu a muchos cristianos, incluyendo a todos los que no son cristianos también. Debemos seguir predicando el Evangelio del agua y el Espíritu a todo el mundo. 
Deben saber que el cristianismo de hoy en día adora a los becerros de oro como el pueblo de Israel. Muchos sermones de estos cristianos tratan de dinero y de ofrecer más dinero. Y están diciendo que cualquiera puede entrar en el Cielo si creen arbitrariamente en Jesús como su Salvador. Fundamentalmente, el contenido de sus sermones trata de vivir vidas virtuosas, morales y éticas en este mundo mientras ofrecen mucho dinero. Por eso, muchos de estos líderes adoran a ídolos y becerros de oro. 
En el Evangelio de Juan, el Señor dijo que un jornalero huye cuando los lobos se acercan a las ovejas. Para ser sincero, los líderes del cristianismo actual están aquí para pedir dinero sustituyendo a Jesús por becerros de oro y creyendo en ellos. No tienen al Dios de la Verdad en sus corazones. Su meta última es el dinero, no Dios. Por tanto, el cristianismo de hoy en día no puede responder positivamente al Evangelio del agua y el Espíritu. La razón por la que la gente que cree en Jesús hoy no puede aceptar el Evangelio del agua y el Espíritu es que tiene miedo a perder su religión. A pesar de esto debemos seguir predicando el Evangelio del agua y el Espíritu por todo el mundo. Por tanto, no podemos evitar hacer la obra justa de Dios predicando el Evangelio y entregando nuestros sermones impresos en libros. 
 
 
Miremos el ministerio de Noé
 
Por eso Hebreos 11:7 dice: “Por la fe Noé, cuando fue advertido por Dios acerca de cosas que aún no se veían, con temor preparó el arca en que su casa se salvase; y por esa fe condenó al mundo, y fue hecho heredero de la justicia que viene por la fe.” Noé hizo la obra de Dios por fe. Después de ser avisado por Dios, Noé preparó un arca para salvar a su casa y así condenó al mundo. Noé, al construir el arca, juzgó y condenó a la gente diciendo: “¿Por qué sois tan tercos y os negáis a creer? Todos acabaréis en el infierno si no creen. Todos seréis destruidos”. Y por su fe se convirtió en heredero de la justicia. La Biblia dice que Noé heredó el Reino de los Cielos y se convirtió en una persona que vive eternamente con Dios. 
Nosotros, como Noé, también estamos trabajando por fe. Hemos estado trabajando como Noé después de haber sido avisado de que este mundo sería destruido. Hemos estado preparando el arca y haciendo la obra de establecer la Iglesia en todo el mundo mediante la predicación del verdadero Evangelio. Estamos trabajando sin descanso en nuestros puestos. Debemos hacer que muchas almas reciban la salvación preparando un arca de fe, es decir, haciendo que crean en el Evangelio del agua y el Espíritu, porque este mundo no seguirá existiendo durante mucho tiempo. 
Noé puede ser descrito como una persona justa y perfecta en su tiempo. Es una persona justa ante la presencia de Dios, aunque sus obras justas fuesen insuficientes. Dios salvó a la familia de Noé a través de él en aquel entonces. Como Noé había hecho esta obra hace mucho tiempo, estamos haciendo esta obra de predicar el Evangelio del agua y el Espíritu también. 
Después de regresar de una conferencia, recibí más correos electrónicos de testimonios maravillosos de salvación; hay muchos testimonios de salvación. Ahora estamos predicando el Evangelio del agua y el Espíritu por todo el mundo; muchas personas dicen que les gustaría trabajar con nosotros después de encontrar el verdadero Evangelio del Cristo. Algunas dijeron que tuvieron miedo cuando leyeron nuestro libro. Tenían miedo de caer en una secta mientras leían nuestros libros de sermones. Así que, en vez de tirarlos, oraron a Dios diciendo: “Señor, por favor, dame paz y gozo en mi corazón de que esta es la verdad y no una mentira. Dame fe. Dime que está bien que lea este libro”. Y así empezaron a leer nuestros libros de sermones después de haber orado. Por su fe, la Palabra de Dios entró en ellos y se dieron cuenta de la verdad después de entender el Evangelio del agua y el Espíritu y recibieron la remisión de los pecados. Dan testimonio ahora y están muy agradecidas por haber encontrado el verdadero Evangelio que les ha salvado perfectamente. 
Sin embargo, hay muchas personas que entienden el Evangelio del agua y el Espíritu que estamos predicando como un Evangelio que es fundamentalmente diferente al suyo. Hermanos y hermanas, si no creemos en el Evangelio del agua y el Espíritu, el cristianismo no es nada más que una de las religiones de este mundo como el budismo. Si los cristianos no creen en el Evangelio del agua y el Espíritu, ¿cuál sería la diferencia entre estas personas y los seguidores de las religiones de este mundo? 
El objetivo fundamental de la religión es hacer que la gente viva con virtud en la carne. El Evangelio del agua y el Espíritu no es como el Evangelio que solo tiene fe en la sangre derramada en la Cruz. La Biblia dice que nuestro Señor vino a salvarnos de todos nuestros pecados por el Evangelio del agua y el Espíritu porque somos personas que merecían ser juzgadas ante la presencia de Dios por nuestros pecados. Por tanto, nuestro Señor fue bautizado por Juan el Bautista para tomar nuestros pecados sobre Su carne. Las Escrituras nos están diciendo que nuestro Señor tomó todos nuestros pecados sobre Sí mismo para siempre, pero muchos no han entendido bien pensando con sus pensamientos carnales y así crean la noción de que debemos vivir virtuosamente. Estas nociones son erróneas, muy erróneas. 
No puedo entender a la gente que intenta vivir una vida espiritual así. No podemos vivir con virtud todo el tiempo porque hacemos el mal constantemente, y aunque hiciésemos algo bueno por casualidad, Dios no lo consideraría bueno. Por tanto, somos las personas que merecen ser juzgadas por nuestros pecados. Por tanto, debemos creer en el Evangelio del agua y el Espíritu y cómo nuestro Señor nos ha salvado de todos nuestros pecados. 
No fue fácil al principio para todos darnos cuenta de la Verdad del Evangelio del agua y el Espíritu. Fue muy difícil porque nos dimos cuenta de que teníamos que deshacernos de nuestros pensamientos, los pensamientos típicos de este mundo, antes de poder entender y creer. Nuestra propia justicia debe deshacerse completamente antes de recibir la remisión de los pecados al creer en el Evangelio del agua y el Espíritu. Pensamos que estábamos bien cuando nos mirábamos a nosotros mismos, pero nuestras debilidades se manifestaban incluso después de haber estado viviendo una vida espiritual durante mucho tiempo. Así, cuando los errores de nuestros hermanos y hermanas o los siervos de Dios se revelaron, le dimos gracias a Dios aún más porque nos dimos cuenta de los siguiente: “Yo también soy así. Nuestro Señor nos ha salvado a los que somos así por el Evangelio del agua y el Espíritu”. Por tanto, debemos creer en el verdadero Evangelio para seguir viviendo en Cristo y Él en nosotros. Así, una persona que cree en el Evangelio del agua y el Espíritu debe escuchar este Evangelio continuamente, y no solo escucharlo, sino también predicarlo. 
Ahora hemos visto que Noé había preparado un arca y predicado la Palabra de Dios a muchas personas. Pero la única gente que creyó en la Palabra que estaba predicando fue su familia. De alguna manera, tuvo suerte de que, por lo menos su familia creyó en la Palabra. Habría entrado en el arca solo, aunque su familia se hubiese negado a creer. ¿Qué habría ocurrido entonces? Pero Dios hizo que todos los miembros de la familia de Noé creyesen. Pienso que tuvo suerte, pero, por otro lado, estoy triste porque solo unas pocas personas escucharon y recibieron la remisión de los pecados. A través de este evento, Dios está hablándonos a nosotros también. 
Dios está diciendo que no podemos complacerle sin tener fe en Él y Su justicia. Debemos tener la fe que cree en Dios y en Su justicia. ¿Saben que la obra que estamos haciendo ahora complace a Dios? 
Sé que esta obra de predicar el Evangelio del agua y el Espíritu por todo el mundo mediante nuestras misiones literarias es como un ramo de flores, y todas las obras que hacemos son las que complacen a Dios. Debemos tener fe en Dios y en Su voluntad para complacerle. Por tanto, creemos en Dios y en Su Palabra escrita. Sé que Dios nos ayudará cuando hagamos las cosas que le complacen. El Señor guía a los creyentes del Evangelio del agua y el Espíritu. El Señor bendice a los creyentes del Evangelio del agua y el Espíritu. Y tenemos esperanza cuando hacemos lo que complace a Dios. Esperamos que Dios nos haga prosperar en todas las cosas y tenemos esta esperanza porque Dios nos ama. Estoy muy agradecido. 
Estoy muy agradecido porque estamos haciendo un trabajo digno predicando el Evangelio del agua y el Espíritu después de haber nacido en este mundo y doy gracias a Dios por habernos confiado este trabajo. Estábamos destinados a hacer un trabajo superficial en este mundo, pero estoy agradecido porque ahora podemos hacer obras dignas y vivir así gracias a Dios. Si no hiciese esta obra de servir al Evangelio del agua y el Espíritu, no podría hacer esta obra digna mientras vivo en este mundo. Si fuese así, ¿qué esperanza habría? Hay una canción popular en Corea que dice: “Bebed, cantad y bailad. Pero lo único que hay en mi corazón es pena”. ¿Qué esperanza hay? No hay gozo. ¿Lo pasaríamos bien si jugásemos al fútbol? Sería divertido jugar al fútbol, pero solo habría vacío después de acabarse el partido. ¿Estarían felices si ganasen el partido? Después de ganar, solo habría vacío. Como en todo, no hay satisfacción después de alcanzar un objetivo. 
Pero, mientras me pregunto estas cosas, estoy agradecido porque Dios me ha hecho servir este Evangelio del agua y el Espíritu. Dios dijo que recompensaría a los que creyesen en el Evangelio del agua y el Espíritu y sirviesen a este Evangelio. Oramos a Dios a menudo para hacer la obra justa. Solo cuando hacemos esto por fe podemos hacer la obra justa. 
Si resumimos la vida de fe de Noé a través de la Palabra que hemos leído, podemos decir que nos hemos convertido en herederos de fe, que nos hemos convertido en personas que viven con Dios. Las Escrituras dicen que Noé condenó al mundo. Al condenar al mundo, Noé apuntó a sus pecados y los juzgó diciendo: “Vuestra fe es incorrecta. ¿Por qué no creéis en la Palabra de Dios de la justicia? ¡Estáis completamente equivocados!”. De esta manera somos como Noé, en cierta medida. Dios quiere bendecir la obra que estamos haciendo. Así, quiero agradecerle a Dios la obra que están haciendo por fe.