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Bài giảng

Tema 24: SERMONES PARA LOS QUE SE HAN CONVERTIDO EN NUESTROS COLABORADORES

[24-43] Ve a mi familia y toma una mujer para mi hijo (Génesis 24, 1-4)

(Génesis 24, 1-4)
«Era Abraham ya viejo, y bien avanzado en años; y Jehová había bendecido a Abraham en todo. Y dijo Abraham a un criado suyo, el más viejo de su casa, que era el que gobernaba en todo lo que tenía: Pon ahora tu mano debajo de mi muslo, y te juramentaré por Jehová, Dios de los cielos y Dios de la tierra, que no tomarás para mi hijo mujer de las hijas de los cananeos, entre los cuales yo habito; sino que irás a mi tierra y a mi parentela, y tomarás mujer para mi hijo Isaac».
 
 

Debemos ser siervos de Dios que conocen el corazón de Dios

 
El pasaje de las Escrituras de hoy nos cuenta la historia de cómo nuestro antecesor de la fe, Abraham, había envejecido e intentaba casar a su hijo Isaac. Y en este pasaje, Abraham le dijo a su siervo que fuese a encontrar a su futura nuera diciendo: «Irás a mi tierra y a mi parentela, y tomarás mujer para mi hijo Isaac». Sí, le dijo a su siervo más mayor que fuese a su país y a su familia para encontrarle una mujer a su hijo. Entonces, ¿por qué dijo Abraham esto y por qué hizo Dios que este suceso fuese escrito de esta manera? Vamos a examinar esto juntos.
Abraham le dijo a su siervo fiel que fuese a traerle una mujer a su hijo. Y le dijo: «No tomarás para mi hijo mujer de las hijas de los cananeos, entre los cuales yo habito; sino que irás a mi tierra y a mi parentela, y tomarás mujer para mi hijo Isaac». Queridos hermanos, ¿por qué creen que Abraham dijo esto? El siervo más viejo de Abraham mencionado aquí era una persona que conocía el corazón de su maestro muy bien. Este pasaje nos dice que, con tal solo escuchar la voz de Abraham, el siervo sabía lo que su maestro estaba pensando. Como había vivido en la casa de Abraham durante mucho tiempo, era un siervo que podía leerle la mente a su maestro. Y así, Abraham envió a este siervo de confianza a su país para ir a buscar una esposa a su hijo. ¿Qué significa todo esto? Esto significa que la persona que hace la obra de Dios debe ser un siervo de Dios que conoce el corazón de Dios bien.
A través de este pasaje de las Escritura Dios nos está hablando. Nos está diciendo que debemos vivir nuestras vidas ante Dios al conocer Su corazón y pensamientos. No debemos ser el tipo de personas que hacen recados por Dios sin conocer Sus intenciones, sino que debemos ser personas que conocen el corazón de Su maestro y cumplen Su voluntad. Debemos ser las personas que satisfacen a Su Maestro al someterse a Él.
Entonces, ¿qué es lo que Dios quiere de nosotros, Sus siervos? Como dice aquí: «Irás a mi tierra y a mi parentela, y tomarás mujer para mi hijo Isaac», de la misma manera, Dios quiere que establezcamos Sus Iglesias en este mundo. Queridos hermanos, Dios nos ha hablado a través de Abraham acerca de la fe y de la tierra de Canaán, es decir, el Cielo. Y por eso debemos reconocer que nos está hablando a través de Isaac acerca de Su Iglesia.
Sí, esto es cierto. El pasaje de las Escrituras de hoy nos cuenta cómo Abraham intentaba casar a su hijo Isaac y como esto representa la voluntad de Dios de que debemos plantar las Iglesias por el Señor. Entonces, ¿por qué simboliza Isaac a la Iglesia? Cuando examinamos la vida de Isaac en la Biblia en profundidad, podemos ver que vivió su vida cavando pozos. Jacob, el hijo de Isaac, también siguió cavando pozos y Dios nos está hablando a través de Isaac y Jacob acerca de establecer iglesias. Isaac y Jacob cavaron pozos allí donde vivían. En la Biblia, un pozo o una esposa denota la Iglesia de Dios. Por tanto, el pasaje de hoy que dice “ve a mi país y toma una esposa para mi hijo” puede significar que tenemos que establecer Iglesias para Jesucristo, el Hijo de Dios.
Sin embargo, ¿qué nos pide Dios que recordemos en este caso en el que Isaac iba a ser casado, o en otras palabras, la Iglesia es establecida? Nos dice que vayamos a otra familia a encontrar una mujer allí, sino que solo debemos tomar una mujer de la familia de Abraham, es decir del linaje de Abraham, de sus propios parientes. ¿Qué significa esto? Que para establecer Iglesias para nuestro Señor, en otras palabras, en el matrimonio entre Dios y Su Pueblo, no debe haber matrimonio con los que no han nacido de nuevo de verdad.
Dios nos está diciendo que debemos establecer Sus Iglesias para Su Hijo Jesucristo. Pero, ¿en qué hizo hincapié Dios a través de Abraham en cuanto a este asunto? Abraham le dijo a su siervo: «Irás a mi tierra y a mi parentela, y tomarás mujer para mi hijo Isaac». ¿Cuál es la obra que complace al Señor? Primero, se trata de establecer la Iglesia de Dios. Al entender esto completamente, ¿cómo debemos establecer esta Iglesia de Dios? Debemos estar casados en la familia de Abraham y establecer la Iglesia de Dios. A través del matrimonio así podemos obtener el linaje puro y producir descendientes puros para Dios.
El Libro de Hebreos dice que, aunque hay muchos espíritus, Dios Padre ha escogido un Espíritu, Jesucristo, para obtener Sus hijos puros. En otras palabras, el Señor quiere obtener Sus descendientes puros a través del matrimonio con los santos nacidos de nuevos de verdad. Por supuesto, los hijos que nacen de esta manera son pecadores primero. Esto se debe a que, como hay personas que nacen de padres nacidos de nuevo heredarán la fe correcta de sus padres. Esto depende de si su padre y madre son personas de fe verdadera. En el pasaje de las Escrituras de hoy, el Señor nos está hablando acerca de la importancia de este matrimonio puro. Así, debemos tener en mente que, incluso en un matrimonio debemos buscar lo que es correcto por nuestro Señor Dios.
 
 

La Iglesia de Dios existe por el pueblo de Dios

 
Incluso la Iglesia de Dios, si pensamos en esto, existe por el pueblo de nuestro Señor. Nosotros necesitamos la Iglesia de Dios y la Iglesia de Dios nos necesita por el Reino de Dios. ¿Por qué? Dios puede hacer Su obra a través de esta Iglesia y puede seguir teniendo hijos puros de Dios a través de esta Iglesia. Dios quiere vivir en el Cielo con Sus muchos hijos. Y Dios está diciendo que estos descendientes nacen a través de la Iglesia, y para seguir teniendo esta raza o linaje puros, solo se debe tomar una mujer para Jesucristo de la familia de Dios.
Nuestro Señor necesita a los miembros de la Iglesia de Dios. El Señor atrae a la persona que va a ser Su esposa a Sí mismo a través de Su Iglesia. Solo atrae a los que han nacido de nuevo, y si una persona no ha nacido de nuevo, entonces hace que esa persona Nazca de nuevo para que pueda tener una relación con el Señor. Entonces, ¿qué debemos hacer los que estamos en la Iglesia de Dios sirviendo al Señor? Debemos seguir trayendo a esposas futuras completas ante nuestro Señor. El pasaje de las Escrituras de hoy trata de esto.
Abraham era anciano y quería que su hijo se casase. ¿Por qué no envió a un siervo más joven en vez de al anciano para encontrar una nuera? Piensen en esto más. ¿No creen que un siervo joven trabajaría más rápida y eficazmente? Pero hay una razón definitiva por la que Abraham confió esta tarea importante a su siervo más mayor. La razón era que este siervo conocía bien el corazón de su maestro.
Esto es lo mismo para nosotros. Los que han recibido la remisión de los pecados ante Dios y están siguiendo al Señor en la Iglesia como este siervo anciano deben reunir a las almas y llevarlas a la Iglesia y proclamar la Palabra de Dios a estas almas para que esta Iglesia se convierta en una Iglesia que el Señor necesita. Queridos hermanos, ¿por qué existimos? ¿Por qué necesitamos a la Iglesia después de haber nacido de nuevo? La razón por la que necesitamos a la Iglesia después de nacer de nuevo es para vivir por Jesucristo. Existimos para Jesucristo y la Iglesia existe para Jesucristo también. El pasaje de las Escrituras de hoy nos dice que trabajemos por el Hijo. Y, estamos trabajando en la Iglesia por Jesucristo, el Hijo de Dios.
 
 
¿Por qué deben casarse con una persona justa?
 
Los que nacen de nuevo por el Evangelio del agua y el Espíritu no deben casarse con la gente del mundo. Cuando leemos el libro de Ezra, nos enseña que casarse con los gentiles no permitía mantener la fe pura. Como dice este libro, si una persona que cree en el Evangelio del agua y el Espíritu se casa con un no creyente, su descendencia no heredará la fe verdadera del padre nacido de nuevo. Esta es la razón por la que Abraham dio instrucciones para que le trajesen a una mujer de su familia para casarse con su hijo. Esta es la voluntad de Dios. Debemos conocer esta razón del matrimonio espiritual con Jesucristo y la razón de la existencia de Su Iglesia, que es por el bien de Jesucristo. Si no saben que el matrimonio es por Jesucristo, y piensan que es por ustedes, tendrán problemas graves. Nuestros jóvenes deben escuchar esto. La verdad es que si se casan con un hombre o mujer gentil, su fe pura no pasará a su descendencia.
Dios nos dijo claramente que, ya comamos o bebamos, o hagamos lo que hagamos, debemos hacerlo por la gloria de Dios (1 Corintios 10, 31). Pero si pensamos que la Iglesia de Dios existe por nuestros deseos de la carne, ¿qué pasará? La Iglesia de Dios entonces será influida por las pasiones de los humanos en vez de la voluntad de Dios. Y así, debemos saber claramente cuál es la voluntad de Dios. La razón por la que Dios estableció la Iglesia fue por el Señor Jesús. Dios desea que hagamos lo que hagamos, lo hagamos por Él. Quiero que lo hagamos todo por Él, en vez de por nosotros mismos, incluyendo nuestro matrimonio y nuestras vidas diarias después de nacer de nuevo.
 
 
Nunca tomen una mujer entre las hijas de los cananeos
 
Dios nos ha hecho una petición importante a Su Iglesia. Nos dijo en el pasaje de las Escrituras de hoy: «Te juramentaré por Jehová, Dios de los cielos y Dios de la tierra, que no tomarás para mi hijo mujer de las hijas de los cananeos». Nos ha pedido que no tomemos una hija de los cananeos como mujer por el bien de Su nombre. Entonces, ¿cuál es el significado de este pasaje? Existimos por Dios y la Iglesia también existe por Dios. Esto significa que si la gente del mundo nos enseña algo, escogemos la carne y tomamos posesión de las cosas del mundo para trabajar en la Iglesia, entonces derrumbaremos el Reino de Dios y al mismo tiempo será perjudicial para nosotros.
Mientras trabajamos o tenemos contacto con la Sociedad a veces nos interesamos en los hombres y mujeres de este mundo. Las mujeres de este mundo pueden parecer hermosas y los hombres de este mundo pueden parecer atractivos. Pero hay una cosa muy importante para el Señor, y es que debemos conocer el corazón del Señor. El Señor dice que no debemos tomar una mujer de las hijas de los cananeos. Nos dice que no tengamos contacto con los hombre y mujeres de este mundo y que no unamos nuestros corazones con ellos. El matrimonio es la unión de dos personas, ¿no es así? El que no deban casar a sus hijos con una mujer de los cananeos significa que no debemos unir nuestros corazones con los hombres y mujeres del mundo.
Queridos hermanos, hoy he visitado la Iglesia Presbiteriana de la Gran Luz por invitación porque van a mover la capilla a otro lugar, pero pronto me di cuenta de nuevo de que son tan diferentes como el agua y el aceite en cuanto a nosotros. Pero he ido allí con el único objetivo de compartir el verdadero Evangelio con sus miembros. He intentado ver si había algún alma sincera buscando a Dios. Vi a unas cuantas almas entre los trabajadores del ministerio que volverían a Dios. Sin embargo, los corazones de los miembros de la iglesia estaban en el lugar equivocado. Nosotros nunca debemos ser así. Aunque vayamos al mundo y trabajemos y vivamos en la sociedad, no debemos entregar nuestros corazones al mundo. No debemos unir nuestros corazones con la gente del mundo. Debemos intentar mantener nuestros corazones dentro de esta Iglesia por Dios y debemos hacer las cosas que le complacen. Este es el mensaje que Dios nos está dando acerca de Abraham.
Abraham, como se revela en el pasaje de las Escrituras de hoy, quiso que esos principios que Dios había establecido por la nación de Israel, es decir por la Iglesia de Dios, no fueran obstruidos por las reglas y las normas de las naciones gentiles. Nuestro padre de la fe, Abraham, después de conocer a Dios, sabía que él y sus descendientes tenían que seguir la Palabra de Dios sin falta y por eso afirmó: “No tomes una mujer para mi hijo entre las hijas de los cananeos”. Dios habló a Abraham de esta manera: “No escojas una nuera entre los cananeos. Tu descendencia, Isaac, que has obtenido a través de Mi Palabra es un hijo de Dios, y por tanto debe casarse en tu familia y así pasar tu fe a los descendientes y seguir con el linaje de la fe”.
Para ser sincero, el linaje de la familia de Abraham que aparece aquí no era una familia conocida, sino que era de la raza de Arán y a demás no eran palestinos nativos tampoco. A pesar de esto invocaron al Señor Dios. Parece que había cierta cantidad de fe en sus corazones. Dios vio esta fe y deseó que Su linaje de la fe continuase a través de ellos. Por eso, cuando echamos un vistazo a todos los pasajes que hablan de Abraham, nuestros antecesores de la fe, podemos saber que la Iglesia y nosotros existimos por Dios y por nuestro Señor. Si vivimos sin conocer esto, estaremos bajo la influencia del mundo y nuestras circunstancias.
Mientras vivimos nuestras vidas, debemos pensar siempre en cuál es la voluntad de Dios, qué complace a Dios, qué es la vida espiritual y qué significa que nuestros corazones se hagan completos. Hay una cosa que Dios desea y es que nuestros corazones prosperen. Dios no desea particularmente que nuestra carne vaya bien. Por eso, cuando nuestra carne está bien, nuestros corazones pueden ir por el mal camino.
¿Cuál es lo siguiente que Dios quiere de nosotros? Como Dios le dijo a Abraham, debemos preservar a nuestros descendientes en la fe y no unirnos con la gente del mundo. Dios está involucrado en los asuntos de la Iglesia y la preserva. Dios está preservándonos para que tengamos comunión y nos casemos dentro de Su familia. Si no conocen esta voluntad de Dios y tomamos una mujer gentil, entonces se separarán de la Iglesia de Dios.
 
 

Dios desea que el linaje de la verdadera fe continúe

 
La Iglesia de Dios existe por Su voluntad y Dios lleva a los justos a la Iglesia. Si no seguimos la voluntad de Dios y tomamos una mujer del mundo o salimos de la Iglesia de Dios por alguien del mundo, Dios cortará esa rama. Aunque hayamos nacido de nuevo, Dios nos expulsará sin falta. Dios nos ha dicho que vayamos a Su familia y nos casemos con una mujer. Si no mantenemos nuestra fe en la Palabra podremos tener problemas graves. Así, aunque estén involucrados en el evangelismo en el trabajo, sus corazones no deben estar demasiado unidos con la gente de su trabajo.
Los que creen en el Evangelio del agua y el Espíritu son el pueblo de Dios. El pueblo de Dios no debe unir sus corazones con la gente de este mundo. Aunque su cuerpo puede estar allí, están allí para compartir el Evangelio y están allí por Jesucristo y no por sí mismos. Es lo mismo para nosotros, los que estamos en la Iglesia. El mensaje es que estamos aquí por el Señor y no por nosotros mismos. Sí, esto es correcto. Pensemos lo que pensemos o hagamos lo que hagamos, todo en la Iglesia debería hacerse por la Iglesia y el Señor y no por nosotros mismos.
Queridos hermanos, nuestros corazones no deben salir al mundo. No debemos intentar tomar a las mujeres del mundo como esposas. Si nuestros corazones siguen tomando las cosas del mundo y las cosas de la carne, entonces nos convertimos en personas que no conocen el corazón de Dios. ¿Cómo es el corazón de Dios? Lo que Abraham le dijo a su siervo anciano fue lo siguiente: “Quiero que mi hijo, como hombre verdadero de fe y persona justa, suceda mi línea”. Como había un deseo sincero en el corazón de Abraham, nuestro Dios desea que guardemos este linaje puro de nuestra fe.
Debemos vivir nuestras vidas sabiendo cuál es la voluntad de Dios para nosotros. Dios nos ha dicho que vivamos por nuestro Señor, que comamos o bebamos, lo hagamos todo por el Señor. Pero, si nuestros corazones están inclinados hacia la carne y no hacia el Señor, ¿qué ocurrirá? Lo que estoy diciendo es que tenemos que saber lo qué ocurrirá si nos acostumbramos a vivir con prosperidad en este mundo. Esto es lo mismo que tomar una mujer entre las hijas de los cananeos.
No podemos tomar a una mujer gentil como esposa y puede que no haya hermanos o hermanas que hagan estos, pero en realidad tomar una esposa gentil no es todo. Si queremos que nuestros corazones sean prósperos y vivamos bien en este mundo en la carne, y si nuestras vidas sociales y actividades de la iglesia tienen el único objetivo de estar cómodos en la carne, todas estas cosas serán lo mismo que tomar a mujeres gentiles como nuestras esposas.
Queridos hermanos, recuerden que nuestras vidas deben vivirse por Jesucristo. Existimos por Su nombre para ampliar Su Reino. ¿Entienden este principio? Después de recibir la remisión de los pecados, tener un trabajo y estudiar más no debe ser lo más importante para estar bien en este mundo. Debemos hacerlo todo por Su nombre y para ampliar Su Reino, porque esta es la razón por la que existimos.
 
 

Las vidas de los justos se viven completamente por Jesucristo

 
Los nacidos de nuevo no existimos solo para vivir por nosotros mismos. Después de haber nacido de nuevo nos convertimos en personas que han venido a este mundo temporalmente por nuestro Señor. Debemos marcar una línea clara en nuestros corazones. Si está línea no está en nuestros corazones, si no hay un estándar claro en nuestros corazones que nos diga que tenemos que vivir por el Señor, solo nos preocuparemos de nosotros mismos mientras vivimos en este mundo. Piensen en esto detenidamente. ¿Qué pasaría si siguiésemos los deseos de la carne en este mundo y recibiésemos riquezas? ¿No pensaríamos en cuánto dinero tendríamos si ahorrásemos dinero durante un tiempo y qué haríamos con este dinero? De esta manera, debemos seguir buscando maneras de hacer nuestras vidas más cómodas en la carne.
Hay dos inclinaciones del corazón de los nacidos de nuevo. Una parte de su corazón quiere acercarse a nuestro Señor y la otra parte desea buscar la carne para estar cómodos. Este pasaje de las Escrituras está diciendo que un corazón que sigue las comodidades de la carne es lo mismo que tomar una mujer de entre los cananeos. Por tanto, debemos eliminar esta inclinación de nuestro corazón. Existimos en este mundo solo por el Señor En el pasaje de las Escrituras de hoy Abraham le dijo a su siervo que no tomase una mujer de los cananeos para su hijo. Dijo que si una mujer cananea era escogida su hijo sería arruinado. Sabía que si esto ocurría el honor y distinción que su hijo había obtenido a través de la Palabra de Dios, serían arruinados.
Tengo toda confianza que si Dios lo permite, esta Iglesia podrá crecer espiritualmente de manera infinita. Sin embargo, ¿qué ocurriría si nuestros corazones solo quieren hacer que la Iglesia sea más grande y tenga más miembros, es decir, solo quiere las cosas que puede ver con sus ojos? Este corazón es tan ignorante que no conoce las intenciones del corazón de Dios como está escrito en el pasaje de las Escrituras de hoy donde está escrito: «tráele una nuera para su hijo de su propia familia». Debemos tener este estándar en nuestros corazones. Este estándar tiene objetivos claros: “Existo por Dios y nuestra Iglesia existe por Dios también. El objetivo de nuestras vidas individuales es vivir por Dios y por Jesucristo”. Quiero reiterar esto hoy. ¿Entienden lo que estoy diciendo?
 
 

Vuelvan su corazón para poder vivir por el Señor

 
Debemos tener una meta clara en la vida que indique: “Mi vida existe por Dios y por la expansión del Reino del Señor”. Nuestros corazones pueden salir al mundo, pero no deben ser arrebatados por el mundo y por eso debemos ofrecerlos al Señor. Debemos volver nuestros corazones hacia nuestro Señor, buscar la voluntad de Dios que le complace y trabajar con la Iglesia para servirle en nuestras vidas.
Queridos hermanos, ¿a quién pertenecen nuestras vidas? ¿Y para quién existen nuestros corazones? Existimos para Jesucristo. Debemos tener esta meta absolutamente clara. Muchos cristianos dejan de servir al Señor cuando prosperan en el mundo. Esto se debe a que no han establecido sus objetivos claramente. En el mundo hay muchas organizaciones misioneras, ¿verdad? Al principio parecen actuar según la voluntad de Dios. Pero, echen un vistazo de nuevo después de un tiempo. No encontrarán a nadie que siga la voluntad de Dios. Estas personas empezarán a revelar que no existen por el Señor, sino por sí mismas u otros líderes famosos.
Debemos preguntarnos esto seriamente. Solo existimos por el Señor Dios y por Su Hijo y no por nosotros mismos. El plantar Iglesias, comprar tierra y hacer obras en la Iglesia y administrar nuestra Mission School se hace por el Hijo de Dios. Pero tenemos en cuenta que si el Señor no está complacido con esto, debemos dejarlo de lado, y si el Señor sí que se complace, debemos hacerlo. De esta manera, nuestros corazones deben estar rectos ante el Señor.
 
 
Inclinemos nuestros corazones hacia las cosas espirituales
 
¿Van a desear las comodidades de la carne o van a buscar lo que complace a Dios? Entre estas dos inclinaciones del corazón, debemos inclinar los nuestros hacia tener un corazón espiritual. Debemos dejar de lado los deseos de nuestra carne que quieren vivir bien y vivir una vida espiritual para que nuestros corazones y almas prosperan en línea con el deseo de glorificar a Dios. En otras palabras, la Iglesia de Dios no debe orar para prosperar en la carne. Queridos hermanos creyentes, ¿debemos orar para que Dios nos haga ricos en este mundo pase lo que pase? No. Debemos orar para que nos bendiga económicamente de manera en que podamos servir completamente al Evangelio con obstáculos limitados para poder vivir por Su Reino. No debemos orar por la prosperidad de nuestra carne para vivir cómodamente en este mundo.
¿Vamos a vivir nuestras vidas por Dios y por la proclamación del Evangelio del agua y el Espíritu? ¿O vamos a vivir por el Evangelio y también un poco por nuestra carne? ¿Vamos a vivir una doble vida para que estemos contentos en la carne? Debemos trazar una línea clara y definitiva. Dios nos dijo que buscásemos primero el Reino de Dios y Su justicia y todo lo demás se nos daría por añadidura. Esto significa que si seguimos hacia adelante por la expansión del Reino de Dios y por las obras que complacen a Dios en vez de la comodidad de la carne, Dios nos proporcionará todo lo que necesitemos. Si sabemos que existimos por Dios y que vivimos para servir a Dios, no debemos buscar la seguridad de la carne. Tenemos un corazón espiritual y uno carnal. ¿Debemos buscar la prosperidad de nuestros corazones o a de la carne? Aunque no podamos ver nuestros corazones con nuestros ojos, hay cosas que claramente permiten que nuestros corazones prosperen. Para que nuestros corazones prosperen debemos tener un corazón que prospera y sigue hacia adelante con fe hacia Dios.
Entre seguir las cosas de la carne y las cosas del corazón, creo que debemos escoger seguir las cosas del corazón. Estoy diciendo que debemos desear tener un corazón correcto ante Dios y vivir según Su voluntad. Queridos hermanos, lo que debemos entender claramente es lo siguiente: no debemos vivir por la seguridad de la carne, sino con una actitud de bondad hacia Dios.
 
 

No le den demasiada importancia a vivir por la carne

 
Cuando veo a los que se han convertido en nacidos de nuevo al recibir la remisión de los pecados recientemente e ir a nuestra Iglesia, casi todos se preocupan por este mundo. Se preocupan de cómo van a vivir y qué van a comer, cómo van a vivir cómodamente y vivir una vida segura. Este tipo de preocupaciones siempre visitan a los que han nacido de nuevo recientemente. Pero cuando esto ocurre, deben pensar de nuevo. Estos santos nacidos de nuevo deben pensar lo siguiente: “¿Cuál es la voluntad de Dios para mí? ¿Cuál es la voluntad de Dios para salvarme? ¿Cuál es la voluntad de Dios para salvarme y ponerme en la Iglesia?”. ¿Es la voluntad de Dios que tengan este tipo de corazón? Tener pensamientos sobre cómo vivir con comodidad y respeto en la carne es tener pensamientos de la carne. ¿Qué ocurrirá si siguen en esta dirección sin dejar de lado los deseos de la carne? Serán como Ismael, quien se alejó de Dios. Dejarán a Abraham. Serán expulsados.
Debemos tenerlo claro y no seguir hacia adelante con un corazón que desea que nuestra carne prospere. Debemos seguir hacia adelante con un corazón que complazca a Dios y hacer la obra que es buena para nuestras almas y beneficiosa para el Hijo de Dios. Y debemos proporcionar una comunión verdadera a los que han recibido la remisión de los pecados recientemente. Cuando miramos los corazones de los santos en nuestra Iglesia, podemos ver que las cosas de la carne han entrado en ellos. Especialmente los que han nacido de nuevo recientemente desean estar bien en la carne. No saben lo que los santos mayores piensan y no reconocen el significado de las cosas que dicen los predecesores de la fe y por tanto, sus corazones están atraídos por las cosas que aparecen en la superficie y las cosas de la carne que ven con sus ojos. Debemos orar por estas personas y tener comunión con ellas. Los que fueron salvados antes que estas personas hacen las obras que complacen a Dios y hacen lo que pueden para acercarse a nuestro Dios. Tengan cuidado de esto: no debemos luchar por nuestra carne para ser prósperos.
Después de nacer de nuevo de verdad no es importante dedicarnos a ayunar o al ascetismo. Lo más importante es que busquemos la prosperidad de nuestras almas. Debemos tener un corazón próspero que quiera vivir por la voluntad de Dios. Nuestros corazones no deben dejarse llevar por los deseos de prosperar en la carne.
Cuando leemos la siguiente parte del pasaje de las Escrituras de hoy vemos que el siervo de Abraham le trajo a su futura nuera. Como Abraham se lo había dicho, este siervo fue a la familia de su maestro y le trajo una mujer para su hijo. Este siervo de confianza podría haber traído a cualquier mujer de cualquier familia y podría haber engañado a Abraham, quien era ya anciano, pero este siervo de confianza no lo hizo.
Entonces, ¿a quién representa este siervo de Abraham? Nos representa a nosotros. Este siervo anciano nos representa a nosotros, a los que estamos en la Iglesia de Dios. Nuestro Señor nos está enseñando aquí cómo nuestros corazones deben ser mientras le servimos. Como Abraham le dijo a su siervo: “No tomes una mujer para mi hijo de entre los cananeos”, Dios nos está diciendo: “No toméis una mujer de las hijas de los cananeos, y no viváis en este mundo por la carne que se deteriora”. Tengan esto en cuenta. Si siguen hacia adelante por Dios con fe, Dios les proporcionará todo lo que necesitan para sus cuerpos físicos.
 
 
Si nuestros corazones luchan por la salvación de otras almas, entonces el Señor nos dará todo lo que necesitemos para la carne
 
En el Evangelio de Mateo el Señor dijo: «Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas» (Mateo 6, 33). Si no buscamos las cosas del mundo, si nuestros corazones están decididos a salvar las almas de otras personas en vez de hacer que prospere nuestra carne, y si seguimos hacia adelante por fe y seguimos en la dirección que complace a Dios, Él nos dará todo lo que hay en este mundo. Pero, ¿qué pasará si no obedecemos Su Palabra y seguimos las cosas de este mundo? Empezaremos a perder todas las cosas valiosas de Dios. Por eso Dios, para darnos más cosas de este mundo, incluyendo gozo y felicidad, nos pide que le sigamos a Él primero. Por Jesucristo y por nosotros mismo debemos seguir la voluntad de Dios. Si obedecemos la voluntad de Dios que tiene para nosotros, no solo prosperarán nuestros corazones y almas, sino que también nos dará felicidad para nuestra carne también. Queridos hermanos, ¿creen en esto?
Hacer cosas por el Señor es hacer cosas por nosotros mismos. Algunos de ustedes son miembros de nuestro grupo misionero para el Evangelismo en el Trabajo. Están predicando el Evangelio en el trabajo. Les pido que hagan todo por Dios y Jesucristo. Ya estén en la Mission School, en el trabajo o en la sociedad, les pido que vivan el resto de sus vidas completamente por Jesucristo. Nosotros existimos por Jesucristo. No es suficiente con saberlo en nuestras cabezas. Debemos creer esto en nuestros corazones y aplicarlo en nuestras vidas y guardar nuestros valiosos corazones y por eso debemos vivir según la voluntad de Dios siguiendo este corazón. Oro para que tomen esta lección importante y vivan sus vidas según esta lección.