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Bài giảng

Tema 25: El Cantar de los Cantares

[25-1] ¿Han besado al Señor? (Cantar de los Cantares 1:1-17)

¿Han besado al Señor?(Cantar de los Cantares 1:1-17)
“Cantar de los cantares, el cual es de Salomón. ¡Oh, si él me besara con besos de su boca! 
Porque mejores son tus amores que el vino. 
A más del olor de tus suaves ungüentos, 
Tu nombre es como ungüento derramado; 
Por eso las doncellas te aman. 
Atráeme; en pos de ti correremos. 
El rey me ha metido en sus cámaras; 
Nos gozaremos y alegraremos en ti; 
Nos acordaremos de tus amores más que del vino; 
Con razón te aman. 
Morena soy, oh hijas de Jerusalén, pero codiciable 
Como las tiendas de Cedar, 
Como las cortinas de Salomón. 
No reparéis en que soy morena, 
Porque el sol me miró. 
Los hijos de mi madre se airaron contra mí; 
Me pusieron a guardar las viñas; 
Y mi viña, que era mía, no guardé. 
Hazme saber, oh tú a quien ama mi alma, 
Dónde apacientas, dónde sesteas al mediodía; 
Pues ¿por qué había de estar yo como errante 
Junto a los rebaños de tus compañeros? 
Si tú no lo sabes, oh hermosa entre las mujeres, 
Ve, sigue las huellas del rebaño, 
Y apacienta tus cabritas junto a las cabañas de los pastores.
A yegua de los carros de Faraón 
Te he comparado, amiga mía. 
Hermosas son tus mejillas entre los pendientes, 
Tu cuello entre los collares. 
Zarcillos de oro te haremos, 
Tachonados de plata. 
Mientras el rey estaba en su reclinatorio, 
Mi nardo dio su olor. 
Mi amado es para mí un manojito de mirra, 
Que reposa entre mis pechos. 
Racimo de flores de alheña en las viñas de En-gadi 
Es para mí mi amado. 
He aquí que tú eres hermosa, amiga mía;
He aquí eres bella; tus ojos son como palomas. 
He aquí que tú eres hermoso, amado mío, y dulce; 
Nuestro lecho es de flores. 
Las vigas de nuestra casa son de cedro, 
Y de ciprés los artesonados”.
 
 

¿En quién fija su mente Dios?

 
Como dice el título, el Cantar de los Cantares fue escrito por Salomón para expresar el amor inmenso de Dios por Su pueblo. Cuando leemos el Cantar de los Cantares, vemos que los obreros de Dios habían recibido la remisión de los pecados. Estos obreros están representados por la mujer sulamita. Este Libro nos demuestra cuánto quiere Dios a Sus obreros que han decidido unir sus corazones con la voluntad del Señor y vivir para la predicación del Evangelio. Cuando Dios mira a Sus obreros aprobados, le parecen tan dignos de amor que no puede esconder Sus sentimientos.
Está escrito en el Cantar de los Cantares 1:2: “Cantar de los cantares, el cual es de Salomón. ¡Oh, si él me besara con besos de su boca! Porque mejores son tus amores que el vino.” Esto es exactamente lo que Dios nos está diciendo a Sus amados obreros. Los obreros de Dios se refieren a los que están viviendo por la voluntad del Señor. En otras palabras, los corazones y la fe de los obreros que están complaciendo al Señor. El que los siervos de Dios besen al Señor es unir sus corazones con la voluntad del Señor. Al haber recibido la remisión de los pecados al creer en el Evangelio del agua y el Espíritu, los obreros se han unido a la voluntad de Dios y ahora estamos viviendo entre Su amor y bendiciones. A los ojos del Señor, estas personas le dan felicidad a Su corazón.
El Señor dijo que Su amor está con todos Sus obreros que hacen Su obra al confiar en la justicia de Dios. El Señor está diciendo que Su amor abunda en todos los que hacen Su obra. Debemos darnos cuenta de que Dios ama especialmente a los que se han unido a Su voluntad. Los justos que se han unido a la voluntad del Señor se han vestido de Su amor y gracia. Dicho de otra manera, las mujeres de Cristo trabajando en la viña del Señor se han vestido de Su amor especial. Los que se han convertido en trabajadores del Señor son los que han recibido la remisión de los pecados al creer en el Evangelio del agua y el Espíritu y son los que han unido sus corazones con el corazón del Señor y Su obra. Todos los santos, viejos y jóvenes, que se han vestido del amor del Señor, se han convertido en Sus obreros. Estos santos deseas hacer la obra del Señor y seguir los pasos de los predecesores de la fe.
 
 

¿Qué tipo de personas han unido sus corazones con el corazón del Señor y Su obra?

 
Los que han unido sus corazones con la obra del Señor y Su voluntad son los que siguen la voluntad del Señor al negar sus pensamientos carnales. Estas personas son odiadas por este mundo por su devoción por la obra del Señor. En la Biblia, la viña se refiere a la Iglesia de Dios. Como lo obreros de Dios han estado haciendo la obra del Señor unidos a la voluntad de Dios, su piel se ha puesto morena. Así, aunque su piel se haya puesto morena, es decir, aunque su apariencia externa parezca dura por haber hecho la obra de Dios, siguen siendo bellos a los ojos de Dios. En otras palabras, aunque los obreros de Dios parezcan personas feas a los ojos del mundo, a los ojos del Señor son bellos como las cortinas de Salomón. Este es el corazón cálido que el Señor tiene con todos Sus santos y obreros en la Iglesia de Dios.
Cuando miramos las apariencias externas de los obreros de Dios y Su Iglesia, se parecen a los soldados en el campo de batalla. Son diferentes a la gente de este mundo porque tienen las marcas de Cristo en sus cuerpos. Como los soldados de la batalla tienen marcas que muestran lo duro que han trabajado haciendo la obra de Dios. Cuando los miramos mejor, podemos ver que son los verdaderos soldados de la fe. Su fe y su apariencia son bellas. Para la mayoría de nosotros, estos obreros de Dios parecen bellos en cuerpo y espíritu, sin embargo, no todos los vemos igual A los ojos de los santos más jóvenes que acaban de llegar a la Iglesia de Dios, estos obreros pueden aún parecer más pobres. Estas personas que son nuevas en la Iglesia de Dios suelen decir: “Esta Iglesia de Dios es una asamblea de mendigos”. La verdad es muy diferente. A los ojos de Dios y a los ojos de los santos maduros, los obreros de Dios son bellos.
Estos obreros han estado haciendo la obra de Dios en Su Iglesia porque creen en el Evangelio del agua y el Espíritu y por eso tienen marcas en sus cuerpos que muestras su trabajo. He oído muchas veces cómo la gente de la fe dice que los obreros de Dios son bellos y estoy completamente de acuerdo. Esto es cierto. Aunque los obreros de Dios estén tan oscuros por el sol como las tiendas de Quedar cuando hacen la obra de Dios, pero por dentro son tan bellos que no hay palabras para explicarlo. Lo único es que los obreros de Dios nos e adornan superficialmente como la gente de este mundo. En otras palabras, no practican la hipocresía como la gente de este mundo. La verdad es que, cuando los obreros de Dios son observados desde dentro de la Iglesia, sus vidas son muy hermosas.
 
 

El Cantar de los Cantares trata del amor

 
En el pasaje de las Escrituras de hoy el Señor nos está explicando cuánto nos ama a Sus valiosos obreros. Este pasaje de las Escrituras trata del amor entre Dios y Su pueblo amado. Entre los santos están los obreros que viven con sus corazones unidos al Señor del amor y estos son los obreros de Dios. Estos obreros de Dios son todos hermosos porque están viviendo en la Iglesia de Dios y Dios está propagando Su justicia a través de ellos. Dios está diciendo que sus vidas son hermosas como las cortinas de Salomón. Estos obreros de Dios están diciendo: “No reparéis en que soy morena, Porque el sol me miró. Los hijos de mi madre se airaron contra mí; Me pusieron a guardar las viñas; Y mi viña, que era mía, no guardé” (Cantar de los Cantares 1:6).
Los obreros de Dios están seleccionados especialmente entre los santos en Su Iglesia. Estas personas en particular son las que el mundo odia, y son las que siguen la voluntad del Señor por fe. Separados del mundo y sus hipócritas religiosos, han sido reclutados por Dios para vivir como Sus obreros dedicados. Por eso son tan fieles a la Iglesia de Dios. Su apariencia física está dañada por el sol al que han estado expuestos mientras hacen la obra de Dios. Pero, aunque esto les está pasando a sus cuerpos, están dispuestos a vivir como obreros de Dios siempre y cuando sean amados por Dios.
Los obreros de Dios son amados por Él, porque a Sus ojos están viviendo según Su voluntad. Como han besado al Señor y han dedicado sus vidas a Su voluntad, son amados por Dios aún más. Por eso son tan bellos a los ojos de Dios. Ante el Señor no hay nadie tan bello como estos obreros de Dios. Lo que no debemos olvidar es que nuestro Señor ama a los obreros de Dios.
Sin embargo, incluso estos obreros de Dios pueden olvidarse de Su amor de vez en cuando. Como resultado, a veces no pueden ver cómo Dios les ama. Estas personas se han dormido espiritualmente. Demasiado a menudo estamos demasiado preocupados con nuestro trabajo diario que no podemos ni sentir el amor del Señor. Pero, a pesar de esta fragilidad, el Señor nos ama de la misma manera. Aunque de los obreros de Dios parezcan las tiendas de Quedar por fuera, desgastados por hacer la obra de Dios, el Señor los ve como las cortinas de Salomón y los ama aún más. No debemos olvidar que Dios ama a Sus obreros, cuida de ellos y los bendice. Como nos dijo el Señor, debemos creer que nos ama.
Nuestra fe en el amor de Dios es tan importante como la vida misma para nosotros. Es una gran bendición par nosotros vivir confiando en que Dios nos ama a todos. Si no tienen esta fe acabarán cayendo en la desesperación y saliendo de la Iglesia de Dios, aunque hayamos estado trabajando por el Señor por mucho tiempo. Por el contrario, si creen que Dios les ama, esta fe les dará una gran victoria. Como obreros de Dios, mientras tengamos fe en Dios, seamos quién seamos, en este mundo o en la Iglesia de Dios, podemos vivir una vida que está aprobada por Él. Sin importar nuestras apariencias externas, podremos vivir en la luz brillante del Evangelio del agua y el Espíritu, entre las bendiciones de Dios.
Creemos que el Señor nos ama y que ama a todas las demás almas. El Señor ama a los obreros de Dios como el Rey Salomón amó a la mujer sulamita que aparece en el Cantar de los Cantares. Es imposible hacer hincapié completamente en lo importante que es que crean que Dios nos ama a todos. Dios dijo que nos ama, aunque parezcamos las tiendas de Quedar, y esto es cierto si lo vemos a través de las lentes de nuestra fe en la justicia de Dios. Así es como Dios ve a Sus obreros. Por mucho que pensemos los unos en los otros, a los ojos de Dios, no hay nadie en este mundo tan digno de amor y honorable como los que se han convertido en obreros de Dios.
Dios se complace con los que han fijado su corazón en la predicación del Evangelio del agua y el Espíritu a través de sus vidas. Dios ama a estas personas y se complace sobretodo con estas personas dedicadas. Entre todos los santos combinados, Dios ama sobretodo a los que se han convertido en Sus valiosos obreros. Cuando Dios mira a los justos, no hay nada más digno de amor que los justos que se han convertido en Sus obreros leales. Desde una perspectiva humana, los obreros de Dios no parecen diferentes. Sin embargo, la perspectiva de Dios es diferente a la nuestra y Su perspectiva es contraria a la nuestra. Para los justos, el punto de vista de Dios es más importante que nada. No nos importa cualquier otra perspectiva.
Mientras vivimos nuestras vidas en este mundo, es cierto que a menudo pasamos por tiempos difíciles mientras servimos al Evangelio del agua y el Espíritu. Pero estos tiempos difíciles ocurren cuando nuestros valores y juicios se desvían de los valores del Señor. Sin embargo, lo que está claro es que Dios nos ama y que está con todos los que confiamos en Él. Por nuestra fe en el Evangelio del agua y el Espíritu Dios nos ha ungido para ser Sus obreros. Al darnos cuenta de que Dios nos ama a todos podemos eliminar todas nuestras dudas acerca de Dios y podemos tener el orgullo espiritual de la verdadera fe. Esta fe nos da poder para seguir al Señor con orgullo espiritual.
 
 

¿Quieren que el Señor conteste nuestras oraciones?

 
Dios nos ama tanto que, como el Señor del Evangelio del agua y el Espíritu, vino a buscarnos. Es importante darnos cuenta aquí que, aunque estamos vestidos del amor de Dios, todavía acabamos olvidando este amor de Dios. Así que, es imperativo pensar en el amor de Dios tan a menudo como sea posible y restaurar nuestra fe. ¿Cómo podemos amar al Señor siempre y hacer Su obra lealmente?
La respuesta a esta pregunta se encuentra en el versículo 1:7-8: “Hazme saber, oh tú a quien ama mi alma, Dónde apacientas, dónde sesteas al mediodía; Pues ¿por qué había de estar yo como errante Junto a los rebaños de tus compañeros? Si tú no lo sabes, oh hermosa entre las mujeres, Ve, sigue las huellas del rebaño, apacienta tus cabritas junto a las cabañas de los pastores.”
Este pasaje nos enseña que debemos orar al Señor. Al seguir la justicia del Señor por fe, a veces tenemos dificultades cuando oramos al Señor para pedirle ayuda. Si de verdad queremos que el Señor esté con nosotros en todo lo que hacemos, debemos orar al Señor por fe. Cuando oramos al Señor, no esconde Su cara de nosotros, sino que manifiesta Su justicia para nosotros. Así que, al revelarse a Su pueblo, Dios nos muestra que está con nosotros y nos da Su gracia. El Señor siempre está con Sus obreros durante todas sus vidas cuando se dedican a servir a la justicia del Señor. Buscamos la ayuda del Señor en todos los aspectos de nuestras vidas. Cuando oramos, el Señor está con nosotros en todo lo que hacemos. Todos creemos en esto.
 
 
Los que quieren unir sus corazones con el Señor y hacer la obra de Dios deben tener fe en la justicia de Dios y vivir por esta fe
 
Como Dios conoce nuestras circunstancias, quiere ayudarnos. Mientras hagamos la obra de Dios y trabajemos por los objetivos del Señor, Dios nos ayudará sin falta. Esto es lo que creemos. Si queremos caminar con el señor y si queremos unir nuestros corazones con el Señor y seguirle, necesitamos que el Señor esté con nosotros y debemos tener fe en Él. Debemos darnos cuenta de que el Señor está caminando con nosotros y ayudándonos. Debemos conocer a Dios correctamente y creer en Él correctamente. Solo entonces podemos seguir al Señor. Y para ello debemos seguir los pasos de los predecesores. Solo entonces podemos predicar el Evangelio del agua y el Espíritu a todos los que no han recibido la remisión de los pecados.
Algunos santos, a pesar de confiar en la justicia de Dios y quiere seguirla, no pueden hacerlo porque su futuro no parece seguro. Estas personas tienen que seguir los pasos de los obreros de Dios que han ido antes que ellas. Deben dejar de lado sus metas, confiar en los líderes de la Iglesia nombrados por Dios y hacer Su obra en Su tienda. Cuando siguen la justicia del Señor con su corazón unido a la Iglesia de Dios, podrán participar en el precioso ministerio de Dios.
De hecho, deben darse cuenta de que, si quieren seguir la justicia del Señor por su cuenta confiando en sus propias fuerzas, no podrán hacerlo. Por eso todos debemos seguir la fe y el consejo de nuestros predecesores de la fe. Si les resulta difícil intentar seguir la justicia del Señor, es porque los deseos de su carne están evitando que sigan la justicia del Señor. Sus propios deseos carnales son completamente opuestos a la justicia de Dios y por eso no tienen ninguna confianza en poder seguir al Señor.
Sin embargo, si tienen a un pastor guiándoles, podrán seguir la justicia del Señor mucho mejor. Esto se debe a que recibirán las bendiciones de Dios cuando se unen al Señor confiando en su líder espiritual. Si de verdad quieren besar al Señor y vivir según Su voluntad, deben unirse a la Iglesia establecida por Dios y a sus líderes. Entonces podrán seguir al Señor hasta que vuelva. Aquí, nuestro Señor nos está hablando de la base de la fe.
 
 

Cuando conseguimos la justicia del Señor por fe, todos querremos seguir al Señor

 
No hay nadie entre los justos que no tenga este deseo. Esto se debe a que tienen al Espíritu Santo en su corazón, solo si han recibido la remisión de los pecados al creer en el Evangelio del agua y el Espíritu que constituye la justicia de Dios. Todo el que cree en el Evangelio del agua y el Espíritu quiere seguir la justicia del Señor por fe hasta el final. Pero ¿cómo podemos conseguirlo? La respuesta es muy fácil: Todos podemos seguir la justicia del Señor si vivimos con nuestros hermanos creyentes que tienen la misma fe en la justicia de Dios. Y podemos seguir la justicia de Dios solo unimos nuestros corazones con nuestros líderes espirituales que nos guían al Señor. Esto se debe a que podemos encontrar alimento para nuestra fe solo en los que tienen una fe mayor que la nuestra. Esto es absolutamente cierto cuando lo consideramos desde el punto de vista de Dios.
¿Pudieron hacer la obra de Dios mientras su corazón estaba puesto en el mundo? ¿Pudieron servir a la justicia de Dios de todo corazón por sí mismos? No, estoy seguro de que no es así, porque nadie puede servir a la justicia de Dios mientras su corazón está todavía en el mundo, o por su cuenta. Es completamente absurdo que una persona intente servir al Señor de esta manera. A los ojos de Dios esto es ser arrogante.
Por eso es tan importante que todos sigamos los pasos de nuestros predecesores de la fe. Solo cuando seguimos los pasos de nuestros predecesores de la fe podemos seguir la voluntad del Señor. ¿Cuántos de nosotros pensamos que podríamos seguir a la justicia del Señor sin seguir a los siervos de Dios que caminaron antes que nosotros? ¿Podríamos vivir con fe sin un pastor que nos guiase? No, si queremos seguir la justicia del Señor hasta que regrese. Todos nosotros podemos seguir al Señor solo si confiamos en la justicia de Dios y nos unimos con la Iglesia de Dios.
Algunas personas en la Iglesia de Dios piensan que son más inteligentes que el resto. Todavía se adhieren a los valores de este mundo y los usan incluso dentro de la Iglesia de Dios. Por eso están de acuerdo con la Iglesia solo si les conviene y se niegan si no les conviene. Si insisten en sus propios valores e ignoran el consejo del Señor no están siguiendo al Señor, sino que están siguiendo sus propios deseos. En vez de ser guiados, estos cristianos empujan a sus pastores con sus propios deseos. Son fraudes espirituales, como Acab y Jeroboam. Pero incluso estas personas deben unirse a sus pastores nombrados por Dios y seguir la justicia del Señor. Nadie en este mundo puede seguir al Señor sin unirse con la justicia del Señor y Su Iglesia. Nadie puede seguir a la justicia del Señor solo sin unir su corazón con los hermanos y hermanas en el Señor que son el pueblo de Dios.
Por el contrario, para todos los que creemos en el Evangelio del agua y el Espíritu de todo corazón, Dios ha hecho posible que sigamos la justicia del Señor al darnos el deseo y la fe para hacerlo. Todos los siervos y santos de Dios tienen este deseo de la fe. Por tanto, si de verdad quieren seguir a la justicia del Señor, deben seguir los pasos del rebaño sin falta, unirse con este rebaño sin falta y seguir al Señor con el rebaño.
Pase lo que pase, todos debemos encontrarnos en este rebaño, vivir unidos a la voluntad del Señor y seguir a nuestros líderes espirituales. Solo entonces podemos vivir con nuestra fe. Aunque tengamos virtudes personales excepcionales, ninguno podemos seguir la voluntad del Señor solo. Por tanto, es absolutamente importante que obtengamos la verdadera fe a través de Su Iglesia. Está escrito en el versículo 1, 8: “Si tú no lo sabes, oh hermosa entre las mujeres, Ve, sigue las huellas del rebaño, Y apacienta tus cabritas junto a las cabañas de los pastores.” Y esto es lo que nos está diciendo. Todos tenemos un deseo sincero de predicar el Evangelio del agua y el Espíritu a los gentiles, pero si esto es lo que de verdad creemos, debemos unir nuestros corazones con nuestros líderes espirituales. Así nunca traicionaremos a la justicia del Señor y la seguiremos hasta que regrese.
La mujer sulamita en el pasaje de las Escrituras de hoy quiso que Salomón la besara y Salomón la amó de todo corazón. Esto implica que debemos tener un deseo sincero de unir nuestros corazones con el Señor por fe. Aunque estemos llenos de errores, tenemos este deseo de unir nuestros corazones con la justicia del Señor y servirla con lealtad. Pero, aunque sea verdad que tenemos este deseo de la fe, ¿hemos centrado nuestros corazones en Dios para vivir así? ¿Es posible?
Sí, cualquier de nosotros puede seguir la justicia del Señor siempre y cuando se una a la Iglesia de Dios ante el Señor. Y el Señor dijo que ama a esta gente. Si de verdad quieren seguir la justicia del Señor hasta el día en que regrese, podrán vivir en la Iglesia de Dios y con sus líderes espirituales. Cuando llegue el momento de ser martirizados, sé que ninguno de nosotros podrá afrontarlo a solas, pero si vivimos con el rebaño de Dios y Sus líderes espirituales, no habrá ninguna duda de que podremos seguir la justicia del Señor hasta el final.
Dios dijo en el Cantar de los Cantares 1:8: “Si tú no lo sabes, oh hermosa entre las mujeres, Ve, sigue las huellas del rebaño, Y apacienta tus cabritas junto a las cabañas de los pastores.” Los cabritos aquí se refieren a los que no han recibido la remisión de los pecados todavía. Dios nos dijo que alimentásemos a estas almas junto a las tiendas de los pastores. Debemos dedicar nuestras vidas a eso.
Quizás hay santos que se sienten atormentados por sus propios pensamientos y están preocupados por el fin de los tiempos, pero en realidad no tenemos nada de lo que preocuparnos. Los que no tienen ninguna atadura al mundo pueden ser martirizados con gozo. Aunque esto parezca imposible en nuestra carne, podemos recibir con gozo el martirio gracias al Espíritu Santo. Esto se debe a que el Espíritu Santo dentro de nuestros corazones está dando testimonio de que hay un Reino preparado por el Señor. Podemos entregar nuestras vidas con confianza porque el Señor nos está llamando desde arriba.
El Señor nos está diciendo: “Os amo”. ¿Cuánto nos ama? No se puede explicar con palabras, nos ama tanto que ha cumplido el Evangelio del agua y el Espíritu especialmente para nosotros. En resumen, el Señor nos ama para siempre.
 
 

Dios ha manifestado Su amor con todo detalle

 
Cuando volvemos al Cantar de los Cantares 1:9, vemos que la Biblia dice: “A yegua de los carros de Faraón Te he comparado, amiga mía.” En tiempos antiguos el Faraón era el hombre más poderoso del mundo conocido. Debido al poder y la riqueza del Faraón, podemos imaginar fácilmente lo maravillosos que serían sus carros. Los caballos son animales magnificentes y seguramente el Faraón tenía los mejores caballos y más magnificentes estirando de sus carruajes. De hecho, Dios comparó a Sus santos con los caballos del Faraón para indicar lo hermosos que nos considera Dios. Así es lo hermosos que somos los obreros de Dios a los ojos del Señor.
Está escrito en el Cantar de los Cantares 1:10-11: “Hermosas son tus mejillas entre los pendientes, tu cuello entre los collares. Zarcillos de oro te haremos, tachonados de plata.” Dios dijo aquí que nos haría ornamentos de oro con botones de plata. Dios ha preparado abundantes bendiciones para nosotros. El versículo 12 sigue diciendo: “Mientras el rey está en su reclinatorio, mi nardo dio su olor.”
Este pasaje implica que al estar sentados ante Dios nuestra fragancia es tan agradable que Dios no puede evitar amarnos. El Señor dijo que cuando nos mira a los que estamos en Su corazón somos como un manojito de mira (Cantar de los Cantares 1:13) y un racimo de flores de alheña (Cantar de los Cantares 1:14). No estoy seguro de qué son las flores de alheña, tendría que mirarlo en una enciclopedia botánica. Pero no tengo ni ganas ni tiempo. Quizás ustedes pueden buscarlo. Sin embargo, hay una cosa clara, que, aunque no estoy seguro de los que son, son muy bellas. Esto significa que, cuando Dios mira a Sus obreros, todos son absolutamente bellos para Él. Así es cuánto nos ama Dios a los que hacemos Su obra en Su Iglesia. La Iglesia de Dios está en este mundo y los obreros de Dios viven en Su corazón. Cuando Dios saque a Su Iglesia de este mundo, vivirá con ella en Su Reino porque la ama. Así es como Dios nos ama.
Y todos los obreros de Dios son muy especiales para Él. Aunque hay multitud de personas en este mundo, los obreros de Dios son las únicas esposas amadas de Dios. Aunque este mundo está lleno de personas, solo los que hacemos la obra de Dios hemos sido escogidos para ser las esposas de Jesucristo. Somos los que nos hemos vestido del amor especial de Dios.
¿Cómo podemos encontrar el consuelo de Dios entonces? No podemos encontrarlo si seguimos mirándonos a nosotros mismos a través de las lentes del mundo. Mientras vivimos en estamos en este mundo es cierto que a menudo son sentimos cansados físicamente, pero aún así estamos viviendo vestidos del amor de Dios. También es cierto que nos sentimos desilusionados en nuestras vidas, pero siempre podemos encontrar consuelo. ¿Dónde podemos encontrar este consuelo? ¿Dónde podemos restaurar nuestra fe en la justicia de Dios, recuperar nuestro orgullo espiritual y renovar nuestra fe para disfrutar toda la gloria y esplendor? Todo esto es posible cuando creemos que Dios nos ama infinitamente y que nos ha salvado. Como personas que han recibido las bendiciones de Dios, debemos restaurar nuestro orgullo de la fe y dejarnos consolar por Dios cuando caigamos en la desesperación.
Siempre me gusta jugar a fútbol con ustedes, aunque no sea muy bueno. Pienso que soy lo suficientemente bueno como para jugar con nuestros hermanos, pero si les soy sincero me gusta jugar más con las hermanas, porque les gano fácilmente. Pero ya no es así, ya que nuestras hermanas han mejorado bastante y me resulta difícil estar a su nivel. Pero aún así me lo paso muy bien jugando con las hermanas, aunque cometamos todo tipo de errores y nos caigamos mucho. Se pueden preguntar por qué me gusta jugar con las hermanas si nuestros partidos no son tan buenos. Porque tiene ojos como palomas. Son muy hermosas porque viven en el Señor con Sus esposas y palomas. Para mí son maravillosas, y para ustedes y para todos los santos. ¿Están de acuerdo? Todas nuestras hermanas son hermosas.
¿Cuándo sentimos mucho gozo en nuestros corazones los santos? Cuando estamos en comunión con nuestros hermanos. Amamos a nuestros hermanos tanto que compartir una sandia con ellos nos hace felices. Por supuesto no hay nada especial en comer una sandía. Por supuesto que las sandías están buenas, especialmente en verano, pero lo que más disfrutamos es la comunión. Aunque cada uno de nosotros tiene un carácter diferente, somos las esposas del Señor. Así que es maravilloso tener comunión los unos con los otros.
Estoy muy contento cuando pienso en cuánto me ama Dios. Así que les pido que den gracias a Dios, dándose cuenta de que Dios también les ama. Yo también sé que me he vestido del amor de Dios y creo de todo corazón que no podría estar más contento. Cuando pienso en cómo Dios nos ama tanto, mi corazón siempre está consolado, hoy y mañana, incluso el día en que sea un mártir. Cuando llegue ese día, según la sabiduría, el Señor nos dará las fuerzas para soportarlo. Incluso ahora, podemos ver que el Señor nos está dando fuerzas según Su voluntad, permitiéndonos llevar a cabo muchas obras para Él y bendiciéndonos para dar muchos frutos.
En los días de la Iglesia Primitiva, más de 3000 personas se arrepintieron y creyeron en Jesús como su Salvador cuando escucharon un solo sermón del Apóstol Pablo. En el fin de los tiempos Dios está haciendo cosas maravillosas a través de Su Iglesia. Aunque estemos sufriendo ahora, el Evangelio del agua y el Espíritu se está predicando por todas partes para llegar a todos los rincones del mundo. Dios está haciendo esto a través de nosotros. No podemos estar suficientemente agradecidos a Dios por esto. Así que debemos creer de todo corazón que Dios nos ama profundamente y que nos ama de todo corazón; debemos tener orgullo y fe; debemos amar al Señor y seguirle con un corazón unido.¡Aleluya!