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创世记

SERMONES SOBRE GÉNESIS (II) - La caída del hombre y la perfecta salvación de Dios

ISBN8983144653
页码289

西班牙语 23

SERMONES SOBRE GÉNESIS (II) - La caída del hombre y la perfecta salvación de Dios

Rev. Paul C. Jong

Índice

Prólogo

CAPÍTULO 2
1. Las bendiciones que Dios nos ha dado (Génesis 2, 1-3)
2. Los pensamientos de la humanidad son como la niebla (Génesis 2, 4-6)
3. Hemos conocido a Jesucristo, nuestro esposo (Génesis 2, 21-25)

CAPÍTULO 3
1. La Verdad no cambia por mucho que la gente la niegue (Génesis 3, 1-4)
2. El pecado entró en el mundo (Génesis 3, 1-6)
3. ¿En qué debemos basar nuestra fe? (Génesis 3, 1-7)
4. El poder de la fe en Dios (Génesis 3, 1-7)
5. Sólo podemos vencer a Satanás por fe (Génesis 3, 1-7)
6. Debemos escapar de la trampa de Satanás al creer en el verdadero Evangelio (Génesis 3, 1-7)
7. Busquen siempre el beneficio de Dios (Génesis 3, 1-24)
8. Nuestros pecados deben ser borrados al creer en el verdadero Evangelio (Génesis 3, 8-10)
9. Debemos vivir según los deseos del Espíritu Santo (Génesis 3, 8-17)
10. ¿Qué es el verdadero bien y el verdadero mal? (Génesis 3, 10-24)
11. La providencia de Dios (Génesis 3, 13-24)
12. ¿Por quién deberíamos vivir? (Génesis 3, 17-21)

En el libro de Génesis se explica por qué Dios nos creó. Cuando un arquitecto diseña un edificio o cuando un pintor pinta un cuadro, primero conciben la obra que será completada en sus mentes antes de empezar a trabajar en este proyecto. Del mismo modo, nuestro Dios tenía en mente la salvación de la humanidad incluso antes de crear los cielos y la tierra, y creó a Adán y a Eva con este objetivo en mente. Entonces Dios tenía que explicarnos la realidad de los cielos, que no podemos ver con nuestros ojos, y para ello creó una analogía con la realidad terrenal para que todos pudiésemos ver y entender. Incluso antes de la creación del mundo, Dios quería salvar a la humanidad perfectamente mediante el Evangelio del agua y el Espíritu. Así que, aunque todos los seres humanos estemos hechos de polvo, debemos entender la verdad del Evangelio del agua y el Espíritu por el bien de nuestras almas. Si la gente sigue viviendo sin conocer la realidad celestial, no solo perderán sus bienes terrenales, sino también todo lo que pertenece al cielo.