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דרשות

Tema 9: Romanos

[Capítulo 2-1] Introducción a Romanos Capítulo 2

En este mundo, dos grupos, los judíos y los cristianos, creen en Dios y entre esta gente, existen aquellos que creen en Jesús y aquellos que no. Dios considera la fe de aquellos que no creen en Jesús, como inútil. Sin embargo, el problema más serio que los cristianos enfrentan, es que de alguna manera, creen en Jesús, pero no han sido remitidos de sus pecados. El apóstol Pablo habla acerca de este tema en Romanos capitulo 2, no sólo a los judíos y a los griegos, sino también a los cristianos de hoy. 
 


Los Judíos juzgan a otros fácilmente

 
El apóstol Pablo les reprocha a ambos, los judíos y cristianos quienes tienen la misma clase de fe. En Romanos 2:1, Pablo, al decir “oh hombre, quienquiera que seas tú que juzgas” reprochas a aquellos que están intoxicados con un sentido de superioridad por ser judío o cristiano. Aún aquellos que no han nacido de nuevo, después de creer en Dios, saben lo que está mal por la ley de la conciencia en sus corazones. Es por eso que ellos les dicen a otros que no roben. Sin embargo, ellos mismos cometen adulterio y no guardan las palabras del Señor, aún así guían a otros con los mandamientos de Dios, mientras ellos mismos profesan ser creyentes de Dios. Esta es la gente, entre los judíos y cristianos, que no han nacido de nuevo. 
Aquellos que creen en Dios les dicen a otros que no adoren ídolos o cometan asesinatos, gloriándose de que ellos guardan la ley de Dios. Por lo tanto, deshonran a Dios rompiendo sus leyes.
La gente que no conoce la justicia de Dios, pero cree en Jesús, también dice que Jesús es su Salvador. Pero su fe no esta basada sobre la justicia de Dios, así que se oponen a la verdadera justicia de Dios, la cual ya ha borrado todos sus pecados. Ellos mismos no saben que se oponen a los verdaderos creyentes en Dios. Podemos ver que mucha gente se llama así misma cristiana, pero rechazan el Evangelio que contiene la justicia de Dios, sin conocer el amor de Jesús, o la circuncisión espiritual. Dicen seguir la voluntad de Dios, pero en verdad, no han aceptado a Jesús y lo han crucificado a él a la cruz con un cargo de blasfemia de que Jesús se identificó a sí mismo como el hijo de Dios.
El apóstol Pablo dijo que un judío en lo exterior no es un judío, pero que un judío en el interior es un judío genuino. Dicen que son la gente de Dios y que son parte de la nación de Dios. ¿Pero cómo pueden creer los judíos en Dios, cuando han rechazado a Jesús como su Salvador?
El apóstol Pablo dice, “Y la circuncisión es la del corazón, en espíritu y no en letra” (Romanos 2:29). Aquellos que creen en la circuncisión espiritual son los verdaderos creyentes en Dios. Son justos por fe. 
¿De quién deben recibir reconocimiento y alabanza los creyentes de Dios? Deben recibirla de Dios. Pablo dijo, “La alabanza del tal no viene de los hombres, sino de Dios” (Romanos 2:29). Sí creemos en la justicia de Dios, ganamos su alabanza y recibimos la recompensa de él. Sí tú crees en Jesús exteriormente pero tienes pecados en tu corazón, en realidad no crees en la justicia de Dios; sólo te estás burlando de él. Por lo tanto, recibirás el juicio de un incrédulo.
¿Quiénes son aquellos que ignoran la verdad de Dios? Son la gente que sigue palabras humanas con más seriedad a la palabra de Dios. Se organizan en varias sectas religiosas de la cristiandad y se oponen a Dios. Rechazan y están en contra de la justicia de la salvación de Dios unidos por su poder. ¿Puedes imaginarte la clase de castigo que vendrá sobre esta gente? 
 


El castigo para aquellos que se oponen a Dios

 
Los versículos 8 y 9 dicen, “Pero ira y enojo a los que son contenciosos y no obedecen a la verdad, sino que obedecen a la injusticia. Tribulación y angustia sobre todo ser humano que hace lo malo, el judío en primeramente, y también el griego.”
Tribulación y angustia vendrá sobre cada una de las almas que hagan maldad. Aquí, la expresión “angustia” es el castigo que será recibido en el infierno. A aquellos que cometan maldad, existe tribulación y angustia en el infierno. 
¿Qué clase de maldición recibirán aquellos que rechacen a Dios? Dios trae un juicio terrible sobre aquellos que rechazan su amor. ¿Cómo esperas que aquellos que se han opuesto al amor de Dios, el cual viene de la circuncisión espiritual, que vivan en paz en cuerpo y mente? Alguna gente vivirá en ruina ahora y después de la muerte, porque merecen la ira de Dios. Se han opuesto a la justicia de Dios y no pueden tener una verdadera satisfacción en sus corazones. No conocen el amor que viene de la circuncisión espiritual; aún cuando van a la iglesia confesando que creen en Jesús, sufrirán por no tener sus pecados remitidos.
No puedes conocer este secreto solo por que crees en Jesús. Sólo aquellos que creen en la justicia de Dios lo saben. Sean aconsejados ustedes, creyentes en Dios, que deben entender y creer en el evangelio del agua y el Espíritu, el cual es la justicia de Dios. Entonces podrán ser capaces de liberarse de la maldición del sufrimiento. 
Si un hombre dice que él tiene pecado en su corazón aún cuando él cree en Jesús, quiere decir que él cree de la manera equivocada y tiene que creer en el evangelio que otorga la justicia de Dios. No importa en que denominación cree en Jesús, sí dicen creer de alguna manera en él, pero todavía tienen pecados en sus corazones, están ignorando la justicia de Dios. ¿Cuál es el resultado correcto de creer en Dios? Sí tú en verdad crees en Jesús como tú Salvador, seguramente estarás limpio. Sin embargo, sí tú tienes pecado en tu corazón aún después de creer en Jesús, quiere decir que no has entendido totalmente la justicia de Dios. 
El Señor que ha salvado a todos los pecadores de sus pecados ya ha venido en la carne, salvado a los pecadores y ha llegado a ser el Salvador de todos los creyentes. Entonces, ¿puede una persona que verdaderamente cree en el agua y en el Espíritu Santo tener pecado? La persona no debería tener pecado sí él/ella verdaderamente creen en la justicia de Dios, a partir del momento en que él/ella creyeron por primera vez en Jesús. Esto es por que él/ella ignoran la justicia de Dios, mientras que de alguna forma creen en Jesús, y así es como llegan a tener pecado en su corazón. 
Por lo tanto, tienes que rendir tu necedad ahora mismo. “¡Yo he creído en Jesús equivocadamente! ¿Entonces de que forma conoceré y creeré en Jesús? Yo he llegado a entender que la cruz es importante para creer en Jesús, pero su bautismo también es esencial. Ahora yo entiendo que Jesús fue crucificado sobre la cruz y recibió el juicio vicario, porque él tomó todos los pecados del mundo a través de su bautismo.” Tienes que darte cuenta de estas verdades y creerlas.
Aquellos que permanecen cerrados contra el Señor recibirán la justa retribución de Dios. El resultado es ser puesto en el lago de fuego. Es por eso que Mateo 7:22 dice, “Muchos me dirán en aquel día: ‘Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros?’” Cuando el Señor venga de nuevo, aquellos que no creen en la justicia de Dios y tienen pecados en sus corazones, mientras que externamente pretendan creer en Jesús serán juzgados ante Dios. Ellos dirán al Señor, “Acaso no he creído en ti correctamente? ¿Acaso no he echado demonios en tu nombre y hablado en lenguas? ¿Acaso no te he servido a ti Señor?”
Sin embargo, el Señor dirá, “¡Apartaos de mí, hacedores de maldad! (aquí se indica a aquellos que no creyeron en la justicia de Dios) ¿Cómo pueden decir que creen en mí, cuando ustedes no creen que yo borré todos sus pecados, recibiendo el bautismo y muriendo en la cruz? Mentiroso, deberás entrar en el fuego eterno. Tu pecado es el de un falso profeta y han guiado a mucha gente al infierno.” Aquellos que no creen en su justicia y no rinden su necedad recibirán la temida ira de Dios.
El más grande ejemplo de esta clase de fe es el de los judíos, y ellos permanecen cerrados ante Dios. Hasta hoy día, no creen en la justicia de Dios a través de Jesucristo. Aún entre los protestantes, existen demasiados cristianos cerrados que dicen que sus pecados diarios pueden ser perdonados cada vez que ofrecen oraciones de arrepentimiento. Esta gente debería rendir su necedad, al no creer en la justicia de Dios, para evitar su indignación.
¿Acaso Jesús perdona a aquellos por sus propios crímenes, cuando sea que se arrepientan y oren por su perdón cada día? No lo hace. Juan el Bautista, quien fue el último sumo sacerdote del Antiguo Testamento y el representante de toda la humanidad, bautizó a Jesús hace 2000 años y él derramó sangre sobre la cruz. Porque así el cumplió la justicia de Dios y borró todos los pecados de la humanidad de una sola vez.
¿En donde se encargó Jesús de nuestros pecados? Jesús cargó sobre sí mismo todos los pecados de la humanidad, todos a la vez, cuando él fue bautizado por Juan en el río Jordán. También salvó a los creyentes del pecado, por toda la eternidad, al subir al Gólgota a derramar la sangre sobre la cruz y recibir el juicio vicario, por todos los pecados. Pero todos los cristianos pecadores, aún continúan cerrados y no creen en la justicia de Dios. Si sus corazones han sido limpiados de todos sus pecados, por la sangre sobre la cruz, entonces, ¿por qué tienen que pedir perdón por sus pecados hasta que mueren? Están siendo cerrados. La sangre de Jesús sobre la cruz es importante, pero el bautismo que Jesús recibió de Juan también es importante, que la gente debe creer y que sus pecados sean perdonados en una sola vez, para poder obtener la justicia de Dios.
¡Todos son obstinados! Pero ante Dios, deberías de rendir tu obstinación y no rechazar la justicia de Dios. Aquellos que creen en Dios, deberían de creer y obedecer sus palabras. También yo soy una persona muy obstinada, pero rendí mi obstinación ante Dios y llegue a ser justo por su gracia.
El arrepentimiento verdadero es rendir nuestra propia obstinación y recibir la remisión de pecados, aceptando la justicia de Dios en la mente. Después de ser perdonado, tenemos que cambiar nuestros equivocados caminos y reconocer nuestros errores, tratando de vivir mejores vidas espiritualmente ante Dios. Lo último, es el arrepentimiento en la vida real de un santo nacido de nuevo.
Aquellos que creen en Jesús, pero que no conocen la justicia de Dios serán destruidos. Esta gente deberá rendir sus obstinados caminos, arrepentirse y creer en el bautismo y la cruz de Jesús, para la remisión de sus pecados (Hechos 3:19). El Señor nos dio este mandamiento para poder recibir la remisión de pecados de una sola vez, creyendo en su justicia. Debemos escuchar a Dios y oír sus palabras, para poder ser gente perfectamente justa y ser perdonados de todos nuestros pecados de una sola vez, creyendo en la verdad, que Jesús expió todos nuestros pecados a través de su bautismo y crucifixión. Cuando una persona cree en la justicia de Dios, él/ella serán perdonados de todos sus pecados y recibirán al Espíritu Santo como un regalo. Todos los apóstoles y todos los discípulos de Jesús creyeron en la justicia de Dios y recibieron la remisión de pecados de una sola vez. Tú también, no deberías de ser obstinado ante la verdad. Debes ser obstinado en las decisiones correctas. Si no entiendes bien la circuncisión espiritual, tienes que aprender a creerla. No servirá permanecer obstinado. Tienes que arrepentirte y creer.
La gente rechaza le verdad y se burlan, sin conocer la verdad de la circuncisión espiritual. “¡Eso esta mal! ¿Cómo puede una persona ser justa, cuando comete pecados todos los días? Sabes, sólo Dios llama ‘justos’ a los creyentes en Jesús, aunque aún continúan pecando. Esta es la Doctrina de la Justificación. No eres llamado ‘justo’, porque realmente no tengas pecado en tu corazón.” Sin embargo, debes de saber que es una enorme enseñanza. 
En la Biblia, Dios dijo a través del evangelio de la circuncisión espiritual que da la remisión de pecados, “Yo he borrado todos tus pecados. Estas sin pecado ahora. Por qué Yo he cargado con todos tus pecados, tú eres justo.” “¿Crees en mi justicia? Si tu crees en las palabras de la circuncisión espiritual, entonces eres uno de los míos y estas sin pecado.” Dios habla acerca de su total liberación, pero los cristianos nominales calumnian y se burlan de los cristianos nacidos de nuevo, que creen en la circuncisión espiritual. Ellos dicen, “¿Cómo puede una persona ser justa, cuando comete pecados sin cesar? Puedes llamar a una persona como ‘sin pecado’ solo a través de la Doctrina de la Justificación. ¿Cómo pensar en una persona sin pecado realmente? Una persona no puede evitar el pecar cada día.” Así calumnian y permanecen obstinados, porque no creen en la justicia de Dios.
Pero Dios da vida eterna a aquella que es paciente en hacer el bien. Aquellos que buscan gloria, honor e inmortalidad, pacientemente continúan haciendo bien y serán hijos de Dios, pero aquellos que no hacen eso recibirán castigo. Todos quieren ser hijos de Dios y vivir eternamente. Jesús da vida eterna a aquellos que diligentemente quieren vivir por siempre y tener vidas sin pecado.
“Lo que realmente quiero Señor es creer en la remisión de pecado, a través de la circuncisión espiritual, para que pueda vivir una vida sin ninguna vergüenza en mi conciencia. Quiero ser tú hijo. Quiero creer en tú justicia y hacerte feliz. Quiero estar sin pecado. Por favor sálvame de todos mis pecados.” Para aquellos que buscan la justa salvación de Dios y desean ser perdonados de todos sus pecados, Dios escucha todos sus deseos y perdona todos sus pecados, dándoles el evangelio de la justicia de Dios. A aquellos que quieren vivir eternamente, Dios les da vida eterna. 
 


¿Que es la circuncisión espiritual?

 
Significa la remisión de pecados, realizada a través del bautismo de Jesús y su sangre sobre la cruz. La sangre del Cordero es el juicio vicario y el bautismo de Jesús por medio de Juan significa que los pecados del mundo fueron pasados a Jesús. Aún en la actualidad, la cristiandad no puede ignorar el Antiguo Testamento porque entonces, no puede creer en el Nuevo Testamento. En las escrituras, podemos encontrar que la circuncisión espiritual y la sangre del cordero, en el ritual de la Pascua, están cercanamente relacionados.
En 1 de Juan 5.6, dice que Jesús vino “no mediante agua solamente, sino mediante agua y sangre.” Jesús no vino sólo por agua o por sangre, sino por ambos. Tienes que creer en la circuncisión espiritual contenida en las palabras del agua, la sangre y el Espíritu, para poder ser liberado de todos tus pecados.
Cuando leía el capitulo 12 de Éxodo, tuve algunas preguntas acerca de la circuncisión espiritual. ¿Qué quiere decir el capitulo 12 de Éxodo? Mire cuidadosamente todo el capitulo y todos los pasajes relacionados en la Biblia, una y otra vez. Y llegue a darme cuenta que los Israelitas fueron capaces de participar en la Fiesta de Pascua, porque habían recibido la circuncisión y en el Nuevo Testamento, decía que Jesús no solamente derramó su sangre sobre la cruz, sino que derramó su sangre porque él fue bautizado por Juan.
Dios le dio a los israelitas dos mandamientos para la legalidad de la Fiesta de Pascua: recibir la circuncisión previamente y después comer la carne del Cordero de Pascua. ¡Esta era la circuncisión espiritual del Antiguo Testamento! En el Nuevo Testamento, decía que nuestros pecados fueron pasados a Jesús, por el bautismo de Juan y porque él derramó su sangre sobre la cruz. Descubrí que aceptando estos hechos, nos daba como resultado la verdad de recibir la circuncisión espiritual. Jesucristo fue bautizado por Juan en el Jordán; así es como él cargó los pecados del mundo y porque él tuvo que morir en la cruz, para recibir el castigo en lugar nuestro. 
Tú puedes experimentar la salvación de todos los pecados e iniquidades, aceptando esta verdad en tu corazón. Para que una persona reciba la salvación de todos sus pecados, el/ella necesitan creer en la justicia de Dios, la cuál puede darnos la circuncisión espiritual. La gente necesita darse cuenta de esta verdad. Ustedes lectores tienen que percibir la verdad, de que la circuncisión espiritual en el Antiguo Testamento y el bautismo de Jesús en el Nuevo Testamento, forman un par en lo concerniente a la remisión de pecados. Jesús no recibió el juicio porque él hubiera pecado, sino que él murió en la cruz por la humanidad, porque él había sido bautizado y padecido por los pecados del mundo con su cuerpo. Esta es la fe de aquellos que han recibido la circuncisión espiritual.
Aquellos que creen en la justicia de Dios a través de la circuncisión espiritual, no tienen pecado, porque verdaderamente creen en Jesús. Siento pena por aquellos que a su manera creen en Jesús, pero que no han recibido la circuncisión espiritual. Tienen que creer en la verdad, de que Jesús se hizo cargo de todos los pecados del mundo cuando Juan lo bautizó a él. 
Desafortunadamente, la mayoría de los cristianos creen solo en la cruz y no creen en el bautismo de Jesús. Así, ellos no tienen la fe de creer en la justicia de Dios. Tenemos que saber que debemos creer lo que Dios nos ha dicho en las Escrituras.
Tenemos que derribar, no importan ni las doctrinas, ni las enseñanzas, ni los teólogos, solo creer en las palabras de Dios que nos guiarán a su justicia. Esto se debe a que las palabras sin su justicia, no son verdaderamente las palabras de Dios. El evangelio no es completo sin la circuncisión espiritual. Es por eso que en la Biblia, Dios frecuentemente habló acerca de la circuncisión espiritual en el Antiguo Testamento y del bautismo de Jesús en el Nuevo Testamento. En otras palabras, habla de la circuncisión y de la sangre del cordero de Pascua en el Antiguo Testamento, paralelamente con el bautismo de Jesús y su sangre en el Nuevo Testamento. Tenemos que creer en esta verdad para recibir la circuncisión espiritual. Sin embargo, si no creemos en esta verdad, seremos separados del Reino de Dios.
¿La justicia de Dios es solo cumplida por su sangre sobre la cruz? Esto no es así. La justicia de Dios se cumplió por ambos, el bautismo de Jesús y su sangre sobre la cruz. Así, recibimos la circuncisión espiritual en nuestros corazones, no solamente por el derramamiento de su sangre sobre la cruz, sino también por el bautismo que recibió de Juan. La circuncisión espiritual puede ser posible para nosotros, ya que Jesús realmente borró todos nuestros pecados, a través de su bautismo y su muerte expiatoria en la cruz. 
 

La circuncisión significa cortar
 
Isaías profetizó que el Mesías, Jesucristo, recibiría el juicio vicario por nuestros pecados, siendo herido y golpeado. Por lo tanto, existe algo que debemos saber antes de continuar. ¿Por qué Jesucristo tuvo que ser crucificado en la cruz? 
En el Antiguo Testamento, un pecador tenía que imponer sus manos sobre el cordero sacrificial para pasarle sus pecados y después tenía que matar al cordero. Entonces el sacerdote tomaba parte de la sangre de la ofrenda por el pecado con su dedo, lo ponía sobre los cuernos del altar de la ofrenda quemada, y vaciaba el resto de la sangre a la base del altar (Levítico 4:27-30). Un pecador en la era del Antiguo Testamento podía ser remitido de su pecado de esta forma. ¿Entonces, acaso Jesús, que vino como el cordero de Dios (Juan 1:29) a salvarnos de nuestros pecados, tuvo que haber tenido manos impuestas sobre su cabeza, como en el Antiguo Testamento, para poder tomar todos los pecados de la humanidad?
¿Entonces como y cuando, el Señor quitó los pecados del mundo? ¿Acaso no es eso mostrado en Mateo 3:13-17, en donde Juan bautizo a Jesús en el Jordán? Esto es como en Levítico en el Antiguo Testamento donde continuamente dice, el pecador “y pondrá su mano sobre la cabeza de la ofrenda ” (Levítico 1:4, 3:8, 4:29), para pasar los pecados. El sumo sacerdote en el Antiguo Testamento tenía que imponer sus manos sobre la cabeza del cordero y pasar todos los pecados de los Israelitas (Levítico 16:21), Entonces, él tomaba parte de su sangre y los ponía sobre los cuernos del altar de la ofrenda quemada y derramaba el resto de la sangre en la base del altar, ellos recibían la remisión de esta forma.
De esta manera, nuestra remisión de pecados fue hecha posible por el bautismo de Jesús de parte de Juan y su sangre sobre la cruz. Esta fue la justicia de Dios y la circuncisión espiritual que Dios quiso darnos dentro de la Biblia. Por lo tanto, nosotros que creemos en la justicia de Dios tuvimos nuestros pecados cortados por el bautismo de Jesús de parte de Juan y su sangre en la cruz. Cuando percibimos el significado del bautismo de Jesús en el Nuevo Testamento en relación a la circunsición en el Antiguo Testamento, llegamos a creer en la justicia de Dios y verdaderamente llegamos a recibir la circunsición espiritual en nuestros corazones.
 

La verdadera circuncisión espiritual en el Nuevo Testamento
 
Veamos Mateo 3:13-15. “Entonces Jesús vino de Galilea Juan al Jordán, para ser bautizado por él. Mas Juan se le oponía, diciendo: ‘Yo necesito ser bautizado por ti, y tú vienes a mí?’Pero Jesús le respondió: ‘Deja ahora, porque así conviene que cumplamos toda justicia.’ Entonces le dejo.” 
Juan el Bautista bautizó a Jesús en el Jordán. El impuso sus manos sobre la cabeza de Jesús y lo bautizó. (Bautizar, ‘baptizo’ en griego, significa inmersión o sumergimiento bajo el agua).
Para que Jesús pudiera morir en la cruz por nuestros pecados, primero él tuvo que tomar nuestros pecados a través del bautismo. Así, él fue bautizado por Juan primero y después ser sumergido bajo el agua. ¿Por qué fue él bautizado? Fue porque cuando él fue bautizado, toda la justicia de Dios pudo ser cumplida. Fue justo y apropiado que él haya quitado todos los pecados de la humanidad a través del bautismo y que él haya llegado a ser nuestro Dios y Salvador. Fue muy conveniente que Jesús muriera y sufriera todos nuestros pecados sobre su cuerpo a través de su bautismo. 
La primera cosa que Jesús hizo en su vida pública fue recibir el bautismo. Bautizo, ‘baptisma’ en griego, implica, “lavar, enterrar, transferir y pasar.” En el Antiguo Testamento el día 10 del séptimo mes era el Día de expiación de los Israelitas, y a Aarón imponía sus manos sobre el cordero sacrificial para pasar todos los pecados de los Israelitas. De los dos chivos, uno era ofrecido a Dios y el otro era hecho como una ofrenda para expiación en frente de los Israelitas (Levítico 16). En el Nuevo Testamento, Jesús recibió todos nuestros pecados, siendo bautizado por Juan. 
En el día posterior a su bautismo, Juan lo señalo a él y dijo, “He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo” (Juan 1:29).
Tienes que admitir que la circuncisión espiritual no es posible solo por la fe en su sangre. 
Veamos, comenzando desde 1 Juan 5:4. “Porque todo lo que es nacido de Dios vence al mundo; y esta es la Victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe. ¿Quién es el que vence al mundo, sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios? Este es Jesucristo, que vino mediante agua y sangre; no mediante agua solamente, sino mediante agua y sangre. Y el Espíritu es el que da testimonio, porque el Espíritu es la verdad.Por que tres son los que dan testimonio en el cielo: el Padre, el Verbo y el Espíritu Santo; y estos tres son uno. Y tres son, los que dan testimonio en la tierra: el Espíritu, el agua y la sangre; y estos tres concuerdan. Si recibimos el testimonio de los hombres, mayor es el testimonio de Dios, porque este es el testimonio con que Dios ha testificado acerca de su Hijo. El que cree en el Hijo de Dios tiene el testimonio en sí mismo; el que no cree a Dios, le ha hecho mentiroso, porque no ha creído en el testimonio que Dios ha dado acerca de su Hijo. Y este es el testimonio: que Dios nos ha dado vida eterna y esta vida está en su Hijo. El que tiene al Hijo tiene la vida; el que no tiene al Hijo de Dios no tiene la vida” (1 Juan 5:4-12).
¿Cuál es la prueba de la circuncisión espiritual? Es la fe de creer en ambos, el bautismo de Jesús y su sangre como nuestra salvación. La victoria que ha vencido al mundo es el agua y la sangre. “este es Jesucristo, que vino mediante agua y sangre; no mediante agua solamente, sino mediante agua y sangre. Y el Espíritu es el que da testimonio, porque el Espíritu es la verdad. Porque tres son los que dan testimonio en el cielo: el Padre, el Verbo y el Espíritu Santo; y estos tres son uno. Y tres son los que dan testimonio en la tierra; el Espíritu, el agua y la sangre, y estos tres concuerdan.” Estos testigos, que muestran que Dios es nuestro Dios y Salvador, testifican que Dios vino a la tierra en carne humana, tomó todos nuestros pecados en su cuerpo a través de su bautismo, derramó su sangre en la cruz en beneficio nuestro, y así nos liberó de todos nuestros pecados.
En el Nuevo Testamento, el evangelio de la espiritual circuncisión consiste del agua y la sangre. En el Nuevo Testamento, el agua es el bautismo que Jesús recibió de Juan y la sangre significa su muerte en la cruz. El bautismo de Jesús es la contraparte de la circuncisión en el Antiguo Testamento. El bautismo de Jesús por Juan es la prueba de que nuestros pecados han sido pasados a él. Aquellos que creen en la verdad serán capaces de pararse en frente de Dios y decir, “Dios, tú eres mi Salvador. Yo creo en tú justicia, por lo tanto, Yo no tengo pecado. Yo soy tu hijo sin defectos y tu eres mi Dios.” ¿Cuál es la base en las Escrituras que te deja decir esto con toda confianza? Es la fe en el bautismo de Jesús y su sangre sobre la cruz, lo cual constituye la justicia de Dios. Aceptar la justicia de Dios, ya que para mi justicia no lo es posible, solo por la sangre de Jesús. Es creado por ambos, su bautismo y la sangre.
Veamos otro pasaje acerca de lo indispensable del bautismo de Jesús en nuestra salvación. 1 Pedro 3:21 es la prueba de esta verdad. “El bautismo que corresponde a esto ahora nos salva (no quitando las inmundicias del carne, sino como la aspiración de una buena conciencia hacia Dios) por la resurrección de Jesucristo.”
El apóstol Pedro ahora esta hablando acerca de nuestra salvación sin lugar a dudas. El bautismo de Jesús es la circuncisión en el Antiguo Testamento. ¿Entiendes? Como los Israelitas cortaban el prepucio para la circuncisión en el Antiguo Testamento, en el Nuevo Testamento, Jesús fue bautizado por Juan y tomó todos los pecados del mundo, permitiéndonos recibir la circuncisión espiritual. El bautismo y la sangre sobre la cruz crearon la justicia de Dios. La circuncisión espiritual y el bautismo significan la misma cosa. Tú tienes que entender que el bautismo de Jesús implica la circuncisión espiritual para todos nosotros.
“El bautismo que corresponde a esto ahora nos salva.” ¿Cómo recibimos la justicia de Dios? Creyendo que Jesús fue bautizado y que murió en la cruz por nuestros pecados. Mateo 3:15 afirma, “Porque así conviene que cumplamos toda justicia.” Ya que todos los pecados de la humanidad han pasado a la cabeza de Jesús, los pecados de los ‘pecadores’ son absolutamente borrados. Cada pecador llega a ser justificado, creyendo en el bautismo de Jesús y en su sangre. Jesucristo derramó la sangre del juicio en la cruz después de sufrir por todos los pecados del mundo; todos los pecados de la raza humana fueron expiados de esta manera. El creer que Jesús cargo sobre sí todos los pecados del mundo al ser bautizado y que él recibió el juicio vicario en nuestro lugar, es tener fe en la verdad que traerá la justicia de Dios a los creyentes. Cree en esta verdad.
Juan 1:29 afirma, “He aqui el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo!” Jesús es el Hijo de Dios y como nuestro Creador, él cumplió la promesa de la circuncisión, tomando los pecados de los pecadores. Esta es la fe verdadera que trae a nuestros corazones la circuncisión espiritual, la cual es la justicia de Dios. Jesús es nuestra verdadera justicia. Debemos darle gracias a Jesús. Debemos darle gracias a él por su bautismo y por la sangre que nos permite recibir la circuncisión espiritual. 
1 Pedro 3.21 continua, “no quitando las inmundicias del carne, sino como la aspiración de una buena conciencia hacia Dios.” La inmundicia de la carne de una persona, no es removida solo porque el/ella cree en Jesús como su Salvador real. Tú puedes recibir la remisión de pecados, creyendo que todos tus pecados han sido pasados a Jesús por su bautismo y su sangre derramada en la cruz. El recibir la remisión de pecados, confesando a Jesús como su Salvador ocurre en tu corazón. Se lleva a cabo en el corazón del creyente. Si tú crees en el Salvador con tu corazón, serás redimido de todos tus pecados, mientras que tu carne continua inmunda y comete iniquidades todos los días, pero no hay pecado. Tú recibes la justicia de Dios, creyendo que cuando Jesús fue bautizado, todos los pecados fueron pasados sobre Jesús y que ya no existe pecado en tu corazón.
 

Tienes que creer en la verdad para hacerla tuya
 
En Juan 1:12, dice, “Mas a todos los que lo recibieron, a quienes creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios.” 
¿Que palabras has recibido y aceptado? Tú tienes que aceptar las cosas que fueron hechas por el Hijo de Dios. ¿Cuál fue el trabajo de Dios? El Hijo de Dios vino a la tierra en semejanza de carne pecadora, y cuando él cumplió 30, él fue bautizado para tomar todos los pecados de la humanidad y darnos la circuncisión espiritual para que nuestros pecados fueran borrados. Entonces él murió en la cruz como el Cordero de Dios e hizo expiación por nosotros. El Señor llego a ser la ofrenda eterna por el pecado para todos los pecadores, y nos salvó eternamente. Esto es fe verdadera. Somos justificados al creer esta verdad.
¿Podemos recibir la circuncisión espiritual solo por la sangre de Cristo? No, no podemos. El bautismo de Jesús cortó los pecados de nosotros y el juicio que él recibió sobre la cruz, derramando su sangre por los pecadores, fue el juicio vicario por ti y por mí. Somos salvos del pecado y estamos exentos del juicio, porque creemos en el evangelio de la justicia de Dios, esto es, el evangelio del bautismo de Jesús y la sangre sobre la cruz. El recibir a Jesús como nuestro Salvador puede borrar todos los pecados en el corazón de un pecador. Recibe la circuncisión espiritual en tu corazón. Entonces la justicia de Dios será tuya. 
 

La verdadera circuncisión espiritual debe Realizarse en el corazón
 
En Romanos capitulo 2, el apóstol Pablo dice, “Y la circuncisión es la del corazón.” ¿Cómo te circuncidas el corazón tú mismo? Esto es posible, creyendo que Jesucristo vino a la tierra en carne humana, que él fue bautizado para tomar “los pecados del mundo,” que ‘el murió derramando su sangre sobre la cruz, y que él resucito de nuevo para ser nuestro eterno salvador. El apóstol Pablo dijo que la circuncisión debe hacerse en el corazón, y tú puedes ser circuncidado en tu corazón, creyendo en el bautismo de Jesús. Si tú quieres recibir la circuncisión en tu corazón, cree en el bautismo de Jesús. Entonces, tú llegarás verdaderamente a ser uno de los hijos de Dios. Justo es la persona que cree en el bautismo de Jesús y la sangre lo libera a el/ella de todos sus pecados. Amén.
Hasta que él cumplió los 29 años, Jesús vivió una vida privada manteniendo a su familia, pero cuando él cumplió los 30, él comenzó a vivir su vida pública. Durante su vida pública, él borró todos los pecados de la humanidad y liberó a todos los pecadores de sus pecados. La primera cosa que él hizo fue recibir el bautismo para poder liberar a los pecadores de sus pecados y hacerlos justos. “Entonces Jesús vino de Galilea a Juan al Jordán, para ser bautizado por él.” ¿Por qué Jesús trató de ser bautizado? Nosotros tenemos que saber que él hizo esto para poder tomar todos los pecados de los pecadores. No debemos malinterpretar el verdadero significado de su bautismo. Bautismo, es lavar los pecados, transfiriéndolos. Esta es la razón del porque Jesús, para poder quitar los pecados de los pecadores, le pidió a Juan que lo bautizará a él.
¿Quién es este Juan que bautizó a Jesús? Juan es el representante de toda la humanidad. Esto esta bien explicado en Mateo 11:11-14. “De cierto os digo: Entre los que nacen de mujer no se ha levantado otro mayor que Juan el Bautista; pero el más pequeño en el reino de los cielos es mayor que él. Desde los días de Juan el Bautista hasta ahora, el reino de los cielos sufre violencia, y los violentos lo arrebatan. Porque todos los profetas y la Ley profetizaron hasta Juan. Y si queréis recibirlo, él es aquel Elías que había de venir.” 
Comenzando desde los días de Juan el Bautista, la era del pacto de Dios terminó. Esto es porque Jesús, la persona que iba a cumplir sus promesas, había venido. Entonces, ¿quiénes fueron las personas que cumplieron las promesas en el Antiguo Testamento? Fueron Jesús y Juan el Bautista. Juan el Bautista pasó los pecados a Jesús. Juan el Bautista fue el último profeta en el Antiguo Testamento, quien fue enviado para pasar todo los pecados al Cordero de Dios, quien vino en el Nuevo Testamento. Juan hizo esta tarea, poniendo sus manos sobre la cabeza de Jesús, de acuerdo a la ley establecida por el sistema sacrificial. Todos los pecados del mundo fueron cortados y transferidos a Jesús cuando él fue bautizado. “Por que así,” Dios dio la circuncisión espiritual en todos los corazones de la humanidad. 
Agarrate rápidamente del bautismo y la sangre de Jesús como tu expiación. Jesús ya ha tomado todos los pecados de este mundo y también ha llevado todo el juicio. El evangelio de la justicia de Dios es la verdad de que Jesús fue bautizado y derramó su sangre para expiar todos nuestros pecados. Ahora, podemos recibir la remisión de pecados, tan solo aceptando la justicia de Dios en nuestros corazones. Si tú la recibes, podrás ser parte de “Libro de la genealogía de Jesucristo, hijo de David, hijo de Abraham.” Existe gente que ya conoce la justicia de Dios, y aquellos que no la conocen, aún están fuera de Jesucristo. El solo se va a ocultar. Cree en el bautismo de Jesús y entra en Él. La fe de creer en el bautismo hará que tu aceite este preparado para el banquete de bodas. Yo espero que tú conozcas el secreto, para que tú puedas preparar el aceite para la lámpara, para esperar la segunda venida de nuestro Señor Jesús, solo por creer en el bautismo de Jesús y su sangre sobre la cruz.
Jesús recibió el bautismo, para que él pudiera borrar los pecados de todos. Jesús es el Hijo de Dios y Dios mismo. Él es nuestro Creador. Él vino a esta tierra con la voluntad de su Padre, para adoptarnos como hijos de Dios. ¿De quien hablan todas las profecías en el Antiguo Testamento? Profetizan acerca de Jesús. Eran profecías acerca de cómo vendría a la tierra para tomar nuestros pecados y eliminarlos. Como decían las profecías en el Antiguo Testamento, Jesús vino a la tierra hace 2000 años y tomo todos nuestros pecados al ser bautizado. Él cargó todos los pecados de la humanidad, comenzando con Adán y Eva, hasta la última persona.
Reciban la circuncisión espiritual en sus corazones. “Y la circuncisión es la del corazón” (Romanos 2:29). Cuando tú crees en el bautismo de Jesús, automáticamente recibirás la circuncisión del corazón. La circuncisión del corazón, significa, la eliminación de pecados en nuestros corazones, cuando reconocemos que todos nuestros pecados fueron pasados a Jesús por su bautismo. ¿Has recibido la circuncisión del corazón? Creyendo en la circuncisión del corazón, “todos tus pecados serán limpiados por la fe.”
 

¿Realmente aceptas la verdad de la circuncisión Espiritual en tu corazón?
 
Han pasado cerca de 2000 años desde que Jesús vino a la tierra, fuera bautizado y muriera en la cruz. Solo debemos aceptar este hecho y recibirlo en nuestros corazones hoy. “Y la circuncisión es la del corazón.” Podemos recibir la circuncisión en nuestras mentes y corazones por fe en la verdad. Todos nosotros hemos recibido liberación, creyendo en la justicia de Dios. Aún si el juicio de Dios sobre la tierra viene, no temeremos. Aquellos que creen en la justicia de Dios, no reciben el juicio de Dios. El juicio de Dios cae sobre aquellos que no han aceptado la justicia de Dios en sus corazones.
¿Porque los cristianos de hoy creen en Jesús, y aún así están perdidos? ¿Por qué viven en agonía? Es porque sólo creen en la sangre de Jesús para su salvación. Ahora, tú deberías admitir que has afligido a Dios con tú necedad y regresa a la verdad de que Jesús tomó todos nuestros pecados al ser bautizado en el Jordán. Entonces, la circuncisión espiritual tendrá lugar en tu corazón.
Si tú crees en ambos, el bautismo de Jesús y en su sangre, La circuncisión espiritual tendrá lugar en tu corazón y no recibirás el juicio de Dios, sino que serás uno de sus hijos. Dios será tu Dios y tú serás pueblo suyo. Si existen aquellos entre ustedes que solo dependen de la sangre de Jesús, me gustaría preguntarles algo: ¿Es nuestra circuncisión espiritual y la justicia de Dios, solo por la sangre sobre la cruz? Nuestra salvación es completada no solo por la sangre, sino por el bautismo de Jesús, su sangre y el Espíritu.
 

La justicia de Dios, obtenida por estar unida con Cristo
 
Estudiemos Romanos 6:3-8. “O no sabéis que todos los que hemos sido bautizados en Cristo Jesús, hemos sido bautizados en su muerte?, porque somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva. Porque si fuimos plantados juntamente con él, en la semejanza de su muerte, así también lo seremos en la de su resurrección; sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con él, para que el cuerpo del pecado sea destruido, a fin de que no sirvamos más al pecado, porque, el que ha muerto ha sido justificado del pecado. Y si morimos con Cristo, creemos que tambien viviremos con él.”
El versículo 5 afirma, “Porque si fuimos plantados juntamente con él en la semejanza de su muerte, así también lo seremos en la de su resurrección.” La Biblia dice que el pago del pecado es muerte, esto es, quien quiera que tenga pecado morirá e irá al infierno. ¿Todos ustedes, acaso no tenían pecado antes de creer en la verdad de Jesucristo completamente? —Si.— Aún si usted tiene el mínimo numero de pecados irá al infierno y recibirá el juicio de “el lago que arde con fuego y azufre” (Apocalipsis 21:8). Si nosotros fuéramos a dar el pago por nuestros propios pecados, cuyo pago es muerte, jamás podríamos ser salvados del pecado. Así que, Dios envió a su Hijo a esta tierra y pasó todos los pecados sobre él y lo juzgó a él en lugar de nosotros.
Dios nos salvó porque mucho nos amó. Dios el Padre envió a su Hijo unigénito al mundo, pasó todos los pecados del mundo a su Hijo a través del bautismo, y lo crucificó con clavos, para que él derramara su sangre para expiar todos los pecados. Creer en esto es estar unido con Jesús. La paga del pecado es muerte. Todos nosotros teníamos pecados en el corazón y se suponía que iríamos al infierno por esos pecados. Pero en lugar de nosotros, que estábamos destinados al infierno, Jesús se hizo cargo de los pecados en el Jordán, siendo bautizado y vicariamente castigado en la cruz. Así, su muerte llego a ser nuestra muerte, porque su bautismo quitó todos los pecados. Esta es la fe de estar unido con Cristo.
Mucha gente cree en Jesús de una manera religiosa. Van a la iglesia y derraman lágrimas, mientras confiesan sus pecados, pidiendo perdón. Deja de hacer eso ahora mismo y cree en la justicia de Dios, y ganarás la paz de Dios en tu corazón. Jesús fue bautizado y murió en la cruz para poder salvarnos, y yo espero que creas en este evangelio. 
Dios nos enseño a través de Moisés acerca de la remisión de pecados. Moisés aceptó la orden de Dios, de que fuera a Egipto a liberar a los Israelitas, su pueblo. Así, él fue a Egipto con su esposa e hijo sobre un burro. Esa noche, el mensajero de Dios trató de matar a Moisés. Entonces, su esposa Séfora, rápidamente tomó un pedernal afilado y cortó el prepucio de su hijo y lo lanzo a los pies de Moisés, y dijo, “¡A la verdad, tú eres mi esposo de sangre!” (Éxodo 4:25).
La verdad en este pasaje es de la siguiente manera. Aún el hijo de Moisés no hubiera sido considerado como alguien del pueblo de Dios, si él no hubiera recibido la circuncisión; por lo tanto, Dios iba a matarlo. Dios dijo que los Israelitas no serían considerados su pueblo si no se hubieran circuncidado. La circuncisión en el antiguo Testamento era señal de ser del pueblo de Dios. Dios tuvo que hacer que Moisés se diera cuenta de esto. Así, la esposa de Moisés rápidamente cortó el prepucio de su hijo y lo arrojó diciendo, “A la verdad, tú me eres un esposo de sangre.” Dios trató de matar a Moisés debido a la falta de la circuncisión de su hijo.
Aún si una persona fuera descendiente de Abraham, sería cortada de los Israelitas si no hubiera estado circuncidado. Solo los circuncidados podían comer la carne del cordero de Pascua y pintar el dintel y los postes de las puertas con la sangre del cordero. Igualmente, solo los circuncidados espiritualmente pueden participar en la santa comunión. Aquellos que no tienen esta fe nunca podrán entrar en la justicia de Dios y por lo tanto, no serán capaces de participar en la gloria de Dios.
Él apóstol Pablo era judío. El fue circuncidado cuando tenía ocho días y fue traído a los pies de Gamaliel. Era experto en el Antiguo Testamento. Así que Pablo entendía bien el porque Jesucristo había sido bautizado en el río Jordán y el porque tuvo que morir en la cruz. Por lo tanto, el podía predicar el evangelio del agua y el Espíritu con mucha seguridad. Es por eso que él dijo, “Y la circuncisión es la del corazón” (Romanos 2:29).
Desde luego, el apóstol Pablo hablaba con más frecuencia acerca de la muerte de Jesús en la cruz. ¿Por qué? Porque aún si Jesús llevó acabo nuestra circuncisión espiritual de tomar nuestros pecados; si él no hubiera sido sacrificado en la cruz, en otras palabras, si él no hubiera recibido el juicio, no hubiéramos podido ser salvados. Es por esto que Pablo hablo acerca de la cruz más frecuentemente. Tienes que considerar que la cruz es la conclusión y finalización de nuestra circuncisión espiritual. Sin embargo, la mayoría de los cristianos de la actualidad no tiene ni la más mínima idea de la relación entre el bautismo de Jesús y su muerte en la cruz, y así están condenados al infierno. Si el poder de la fe en la circuncisión espiritual hubiera sido pasado bien a través de las generaciones, la cristiandad actual no estaría de esta manera.
Alguna gente esta muy agradecida cuando conocen a Jesús por vez primera, pero se llegan a decepcionar con sus iniquidades inmutables y llegan a ser peores pecadores conforme pasa el tiempo. Diez años pueden pasar después de haber creído en Jesús por primera vez, pero ellos pueden llegar a ser peores pecadores. ¿Pueden ser pecadores después de creer en Jesús? Cantan el himno tan solo con palabras.
“!♪El llorar no me salvará¡ ♫ Aunque mi cara esté bañada en lagrimas, ♫ Que no pueden apaciguar mis dolores, ♫ ¡No pueden lavar el pecado de años¡ ♫ ¡El llorar no me salvará!... ♪!La fe en Cristo me salvará¡ ♫ Déjame confiar en tus lagrimas Hijo, ♪Confía en el trabajo que él ha hecho; ♪A sus brazos, Señor déjame correr: ♪La fe en Cristo me salvará. ♫”
Ellos cantan, “El llorar no me salvará. La fe en Cristo me salvará.” Pero. Eso es de palabra solamente. Oran derramando lagrimas cada vez que pecan. “Dios, por favor perdóname. Si me perdonas esta vez, seré bueno de ahora en adelante.” cuando un cristiano peca, el/ella confiesan, llora y pide perdón y después se siente mejor. Pero una persona que repite esto por años, se vuelve más pecador en su corazón, que cuando creyó en Jesús por primera vez 10 años atrás. Esa persona se pregunta con resentimiento, “¿Por qué creí en Jesús tan pronto? Yo debería haber creído en él cuando cumpliera los 80 años, o justo un poco antes de mi último aliento. Yo creí muy pronto.” Esto es porque se supone que el/ella debería vivir de acuerdo a la voluntad de Dios, pero no lo hizo.
Por cada pecado de la persona, debe haber un juicio. Es por eso que Jesús fue bautizado y juzgado en la cruz, derramando su preciosa sangre, para que él pudiera salvarnos de nuestros pecados. Él se levantó de los muertos en tres días. Dios el Padre levantó a Jesús a la vida nuevamente. Una persona que cree en la circuncisión espiritual, es la evidencia de que tenemos que ser hijos de Dios y esta es la justicia de Dios. El bautismo de Jesús es la evidencia que nuestros pecados han sido pasados a él, y su preciosa sangre sobre la cruz, es la evidencia de que él dio el pago por nuestros pecados, recibiendo el juicio vicario. 
¿Crees en Jesús, pero continúas como pecador en tu corazón? Esta es la fe de un hereje. Tito 3:10-11 afirma, “Al hombre que cause divisiones, después de una y otra amonestación deséchalo, sabiendo que el tal se ha pervertido, y peca y está condenado por su propio juicio.” Aquellos que tienen una fe de hereje, son pecadores que se auto-condenan. Insisten en que continúan siendo pecadores, aún cuando están amenazados con la muerte. Son muy cerrados para cambiar sus malos entendidos. Dios les dice a estos pecadores, “Eres un hereje, tú no eres mi hijo y entrarás al fuego eterno del infierno.”
Aquellos que creen en Jesús, pero que no han aceptado la justicia de Dios, o la circuncisión espiritual del bautismo y la sangre de Jesús, son cristianos herejes y los grandes pecadores que no pueden sino confesar su pecaminosidad ante Dios. Los pecadores que no creen en la justicia de Jesús, no pueden entrar en su reino.
Aquellos que han sido justificados después de creer en Jesús, tienen la evidencia de recibir la circuncisión espiritual en sus corazones. Las siguientes son evidencias: Jesús es Dios quien vino en la carne de un hombre, y él fue bautizado y derramó sangre sobre la cruz. Jesús vino a la tierra y fue bautizado por Juan el Bautista para poder tomar los pecados del mundo; Él recibió el juicio en la cruz para perfeccionar la fe de aquellos que creen en la circuncisión espiritual. Resucitó de los muertos en tres días y llego a ser nuestro Salvador viviente. Esta es la forma correcta de la salvación de la justicia de Dios, que no es solamente por la sangre, sino por el agua, la sangre y él Espíritu Santo. Estas son las evidencias concluyentes de la circuncisión espiritual que testifican de su salvación perfecta para nosotros.
Queridos cristianos, acepten en sus corazones que nuestra salvación no fue solo posible por la sangre de Jesús, sino por el agua, la sangre, y él Espíritu Santo. Dios ha cortado los pecados del mundo y ha eliminado la condenación completamente de nosotros. Él, no sólo, cortó mis pecados, sino también los pecados del mundo, comenzando por los pecados de Adán, hasta los pecados de la última persona sobre la tierra. Él los tomó con su bautismo y sangre. El recibir la circuncisión espiritual salvará a quien quiera que crea en la justicia de Dios, la cual fue completada por Jesús quien vino por agua y sangre.
Todos los pecados del mundo han sido cortados por el bautismo de Jesús hecho por Juan. Ahora, aquellos que creen en la circuncisión espiritual no pueden tener pecados en su corazón. Jesús se levantó de nuevo de entre los muertos y elevó nuestras almas, que habían estado perdidas por el pecado, con su justicia. Dios nos esta buscando con el evangelio del bautismo de Jesús, su sangre, y él Espíritu, y ahora podemos ser salvados por la circuncisión espiritual. La circuncisión espiritual fue el plan de Dios en Jesús aún antes de la creación, para aquellos que creen. Ahora, tú que crees en la justicia de Dios, también has recibido la circuncisión espiritual.
 
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La justicia de Dios es revelada en Romanos - Nuestro Señor Quien Llego a Ser la Justicia de Dios (I)