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דרשות

Tema 24: SERMONES PARA LOS QUE SE HAN CONVERTIDO EN NUESTROS COLABORADORES

[24-29] La obediencia es mejor que el sacrificio (Génesis 12, 1-4, Mateo 1, 1-2)

(Génesis 12, 1-4)
«Pero Jehová había dicho a Abram: Vete de tu tierra y de tu parentela, y de la casa de tu padre, a la tierra que te mostraré. Y haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición. Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te maldijeren maldeciré; y serán benditas en ti todas las familias de la tierra. Y se fue Abram, como Jehová le dijo; y Lot fue con él. Y era Abram de edad de setenta y cinco años cuando salió de Harán».
 
(Mateo 1, 1-2)
«Libro de la genealogía de Jesucristo, hijo de David, hijo de Abraham. Abraham engendró a Isaac, Isaac a Jacob, y Jacob a Judá y a sus hermanos».
 
 
Está escrito en Mateo 1, 1-2: «Libro de la genealogía de Jesucristo, hijo de David, hijo de Abraham. Abraham engendró a Isaac, Isaac a Jacob, y Jacob a Judá y a sus hermanos».
¿Por qué dice la Biblia aquí que el Evangelio de Mateo es el libro de la genealogía de Jesucristo, el Hijo de David y el Hijo de Abraham? Abraham es el padre de la fe. Y Jesucristo, el Hijo de David, es el Rey de reyes. Por tanto, Su genealogía es una genealogía real. ¿Cómo continua esta genealogía real? ¿Cómo seguimos dando a luz a los hijos de la fe? ¿Cómo seguimos dando frutos espirituales? Estas son las preguntas que Dios quiere contestar a través de los pasajes de las Escrituras anteriores. 
 
 
Pensemos en la obediencia
 
El pasaje de las Escrituras de hoy de Mateo nos habla de tener hijos, pero hoy me gustaría hablar de la obediencia primero. Cuando leemos el pasaje de Génesis 12, vemos que la Biblia dice: «Pero Jehová había dicho a Abram: Vete de tu tierra y de tu parentela, y de la casa de tu padre, a la tierra que te mostraré». Entonces Dios prometió a Abraham que le bendeciría y Abraham obedeció la Palabra de Dios. 
Debemos pensar en esto primero. Abraham obedeció la Palabra de Dios y Dios le dijo que bendeciría a los que le bendicen y maldeciría a los que le maldicen. Pero, para que Abraham se convirtiese en un hombre de fe y tuviese a Isaac, lo primero que tenía que hacer era obedecer la Palabra de Dios. La obediencia era más necesaria que nada. De la misma manera, para vivir por fe, la obediencia es absolutamente indispensable. Si Abraham no hubiese obedecido la Palabra de Dios de todo corazón, no podría haberse convertido en el padre de la fe. Cuando se convirtió en un hombre obediente Dios lo llamó Abraham. Su nombre original era Abram. 
Por encima de todo Abraham quería obedecer a Dios. Cuando empezamos a vivir nuestras vidas de fe, lo primero que Dios nos pide es obediencia y no algo especial. Dios no quiere ningún talento especial o devoción excepcional de nosotros. Lo primero que Dios quiere de nosotros es que tengamos suficiente fe para obedecer Su Palabra. ¿Cómo de importante es la obediencia en nuestras vidas de fe? Si no aprendemos a obedecer a Dios no podemos probar la verdadera fe ni mantener una verdadera vida de fe. 
La obediencia es extremadamente importante, pero ¿de verdad saben lo que significa obedecer a Dios? La obediencia es hacer lo que Dios nos pide que hagamos. Se trata de hacer la voluntad de Dios con completa confianza. Lo primero que debemos aprender en nuestras vidas de fe es a obedecer a Dios por fe. Si no se han convertido en hombres y mujeres de fe todavía, deben aprender a obedecer a Dios primero. Si solo acumulan conocimiento bíblico, estarán destinados a convertirse en personas arrogantes y arrogantes. Por el contrario, cuando aprenden a obedecer a Dios por fe, es solo cuestión de tiempo que lleguen a tener fe espiritual y también a recibir bendiciones espirituales. 
 
 

Benditos los que obedecen a Dios

 
Entre los que están bendecidos por Dios, Jacob deseó recibir las bendiciones de Dios y quiso recibirlas a cualquier precio, mientras que Isaac fue bendecido por Dios por su obediencia. Como hizo Isaac, algunas personas reciben las bendiciones de Dios con tan solo obedecerle con fe. Pero algunas personas no obedecen a Dios y van contra Su voluntad en cualquier oportunidad ya que son buenos haciendo lo que hacen. 
Consideremos estos dos tipos de personas. Digamos que hay un hombre lleno de debilidades y faltas, pero como este hombre obedeció a Dios, su futuro es brillante y ha sido bendecido por Dios. Ahora digamos que hay otro hombre que tiene mucho talento, es brillante y prometedor, pero como se ha negado a obedecer a Dios y hace lo que quiere no puede recibir las bendiciones que busca de Dios, e incluso acaba dejándole. Al final, estar bendecidos por Dios o no depende de si obedecemos a Dios o no. He aprendido en mi vida de fe que, si obedezco la Palabra de Dios, incluso cuando no se ajusta a mis pensamientos, puedo darme cuenta de la voluntad de Dios y ser bendecido. 
 
 
Debemos aprender a obedecer a Dios con sinceridad
 
¿Qué significa obedecer a Dios según Su Palabra? Sabemos que Dios ha establecido Su Iglesia para enseñarnos obediencia, y a través de Su Iglesia y sus líderes allí Dios está intentando enseñarnos a obedecerle. Y podemos ver que Dios bendice a los que le obedecen. Los que aprenden a obedecer y someterse a Dios se encuentran con un futuro maravilloso y brillante, aunque estén llenos de debilidades y no tengan ninguna facultad propia. 
Pero los que desobedecen a Dios se encuentran con un camino difícil y rugoso. ¿Qué les ocurrirá si no obedecen a Dios? En primer lugar, no podrán recibir las bendiciones que recibió Abraham. Cuando Dios le dijo a Abraham: «Pero Jehová había dicho a Abram: Vete de tu tierra y de tu parentela, y de la casa de tu padre, a la tierra que te mostraré», Abraham obedeció esta orden, aunque ya tenía 75 años. Abraham es el padre de la fe, pero no se convirtió en el padre de la fe solo por creer en Dios en su corazón. En realidad, obedeció a Dios y actuó por fe. Si quieren seguir a Dios, es absolutamente indispensable que aprendan a obedecerle por fe, porque solo entonces podrán embarcarse en este viaje para probar la gloria, el poder y las bendiciones de Dios. 
Abraham engendró a Isaac e Isaac engendró a Jacob. Para que Abraham engendrase a Isaac, primero tuvo que aprender a obedecer a Dios. Todo el mundo debe aprender a obedecer a Dios primero sin excepción. Por mucho talento que tenga una persona, si esta persona no sabe cómo obedecer a Dios, su fe es en vano. Aunque uno de nuestros hermanos sea más inteligente que todos nuestros pastores, todavía tiene que aprender a obedecer la Palabra de Dios. Si no lo hace, todos sus dones no valdrán para nada. No podrá aprovechar sus talentos. 
Cuando visitan una prisión, ven a algunas personas que conocen la Palabra de Dios bastante bien. Algunas misiones también entrenan a sus miembros a memorizar la Palabra de Dios. Pero no deben pensar que solo porque una persona pueda recitar la Palabra de Dios de memoria, esta persona ha recibido la remisión de los pecados, tenga talento o fe. Aunque no puedan recitar la Palabra de Dios de memoria, lo importante es que sepan lo que significa la Palabra de Dios, que la graven en sus corazones, la obedezcan, confíen en ella y la sigan. Esta es la gente de fe. 
 
 

Dios dijo que la obediencia es mejor que el sacrificio

 
Si Abraham no hubiese aprendido a obedecer a Dios, no podría haber seguido Su Palabra. Dios dijo en 1 Samuel que la obediencia es mejor que el sacrificio. Vamos a verlo. El pasaje es 1 Samuel 15, 22-23: 
«Y Samuel dijo:
¿Se complace Jehová tanto en los holocaustos y víctimas, como en que se obedezca a las palabras de Jehová?
Ciertamente el obedecer es mejor que los sacrificios, y el prestar atención que la grosura de los carneros. Porque como pecado de adivinación es la rebelión, y como ídolos e idolatría la obstinación. Por cuanto tú desechaste la palabra de Jehová, él también te ha desechado para que no seas rey».
Está escrito aquí que obedecer es mejor que el sacrificio. También está escrito que rebelarse contra Dios en vez de obedecerle es como el pecado de la brujería. ¿Qué significa esto? Significa que desobedecer a Dios es lo mismo que practicar la videncia con los ídolos, obedecerles, ofrecerles sacrificios y adorarlos. En otras palabras, desobedecer a Dios no es algo de poca importancia, sino que Dios trata este asunto con mucha seriedad, de la misma manera en que trata el pecado de la idolatría, como está escrito: «Y como ídolos e idolatría la obstinación». 
Como creyentes en el Evangelio del agua y el Espíritu debemos aprender primero obediencia de Dios por fe. Deben aprender a obedecer a Dios por fe primero. Cuando obedecen la Palabra de Dios en pequeñas cuestiones, pueden obedecerle en cuestiones grandes. Esto es cierto. Pero, la obediencia por fe es algo que deben aprender, no es algo que puedan tener mediante esfuerzos intelectuales. La obediencia es fe. Cuando se someten a sí mismos a Dios por fe, encontrarán más fácil obedecer Su Palabra. Por el contrario, los que no se someten a Dios no pueden obedecer Su Palabra, aunque quieran. Como nuestros corazones tienden a ir contra la Palabra de Dios, es absolutamente importante que nos forcemos a obedecer a Dios. Entonces podemos acostumbrarnos a la obediencia y será más fácil obedecer a Dios con el tiempo. ¿Qué ocurriría si no obedeciésemos a Dios? Si no aprenden a obedecer a Dios, fracasarán en sus vidas de fe también, porque la obediencia es el primer paso para vivir con fe. Lo primero que Dios quiere de nosotros es obediencia. No nos enseño acerca de la fe primero. 
 
 
Echen un vistazo a lo que le pasó a Saúl cuando desobedeció a Dios
 
Dios levantó a Samuel como Su siervo para liberar a Su pueblo y para que reinase sobre ellos. Sin embargo, los israelitas le pidieron a Dios que les diese un rey y Dios les concedió su deseo. Los israelitas estaban muy contentos de tener a Saúl como su rey. Saúl era tan alto que la mayoría de los hombres solo le llegaban hasta los hombros. Esto significa que era por lo menos 35 cm más alto que los demás hombres. Además, no solo era alto, sino que también era un hombre muy bien parecido. Así que pueden ver lo imponente que era Saúl físicamente. Así que todos los israelitas lo aceptaron como su rey. 
Al principio, Saúl obedeció la Palabra de Dios durante un tiempo después de su coronación. A través del Profeta Samuel, Dios le habló a Saúl y dijo: “Me acuerdo de los amalequitas y como se levantaron contra Mí cuando os saqué, al pueblo de Israel, de Egipto y os llevé a la tierra de Canaán”. Los amalequitas habían atacado por sorpresa al pueblo de Israel cuando salieron de Egipto, y Dios lo recordó y quiso castigarles por lo que habían hecho a Su pueblo. Así que dijo: “Destruye y elimina a los amalequitas por completo. Mátalos a todos y destruye todo lo que tienen, a hombres y mujeres, jóvenes y viejos, buenos y malos”. Dios dijo esto a Su siervo Samuel y Samuel se lo comunicó a Saúl. 
Así que Saúl fue a la Guerra y venció a los amalequitas. También mató a todos los amalequitas como se lo pidió Dios, pero perdonó algunas cosas. Perdonó la vida a las mejores ovejas y bueyes y mató todo lo demás. Así desobedeció a Dios. Dios le había pedido a Saúl que destruyese todo lo que los amalequitas tenían porque eran los enemigos de Dios, pero Saúl había desobedecido a Dios completamente al perdonar a las mejores ovejas y bueyes en vez de destruirlos. Así que Dios llamó al Profeta Samuel y le dijo: “He abandonado a Saúl porque no me ha obedecido”.
El Profeta Samuel fue a Saúl para confirmar esto. Cuando llegó allí, oyó a las ovejas y a los bueyes y le preguntó a Saúl: “¿Qué es todo ese ruido?”. Entonces Saúl dijo: “He perdonado a las mejores ovejas y bueyes para sacrificarlos a Dios, y he destruido a los demás”. Samuel dijo: “¿Qué te ha dicho Dios? Como has desobedecido la Palabra de Dios, no serás el rey. Has caído de tu trono”. Entonces Saúl contestó: “He desobedecido la Palabra de Dios porque temía a la gente y obedecí su voz”.
Quien no tenga el Espíritu de Dios, quien no haya sido levantado por Dios, no puede obedecerle. Ningún hombre carnal puede obedecer a Dios. Esto es simplemente imposible por mucho que uno quiera. Los que no han recibido la remisión de los pecados no pueden obedecer a Dios, aunque vayan a la Iglesia de Dios. Saúl no ha recibido la remisión de los pecados. Así que Dios escogió a David como su próximo rey de Israel. David era un hombre que reconocía la Palabra de Dios, alguien que había recibido la remisión de los pecados. David siempre obedeció a Dios cuando le habló. 
Dios nos está enseñando a la gente de fe a obedecerle siempre. Pueden pensar que han obedecido a Dios incluso antes de nacer de nuevo, pero esto no es obediencia alguna. Deben obedecer a Dios aunque no les convenga. Obedecer a Dios solo cuando les conviene y desobedecerle cuando no les conviene no es la verdadera obediencia. 
 
 
Dios se complace más cuando le obedecen predicando el Evangelio
 
Dios dijo que obedecer es mejor que cualquier sacrificio. Deben entender aquí que, por mucho que adoren a Dios y por mucho dinero que le ofrezcan, obedecer a Dios completamente es mucho más satisfactorio que cualquiera de estas cosas. 
¿Creen que son santos obedientes? ¿Al venir a esta Mission School, piensan que están obedeciendo a Dios? ¿Piensan que está bien memorizar unos versículos de la Biblia antes de irse a casa y ya está? ¿Todavía están atrapados por sus pensamientos y decididos a no cambiar de opinión diga lo que diga el reverendo Jong? Puede que pensarán así cuando se fueron de casa para venir a este curso de formación de discípulos, pero no pueden hacer nada por la fe con este tipo de actitud. 
¿De verdad aman el Evangelio del agua y el Espíritu? Si de verdad aman el Evangelio del agua y el Espíritu, deben servirlo. Mientras que la Iglesia necesita santos, también necesita trabajadores dedicados y leales. Los verdaderos trabajadores de Dios son los que le obedecen por fe. Los que obedecen a Dios por fe pueden ser utilizados por Él para Su trabajo. Estas personas pueden presidir la Iglesia de Dios y guiarla. En contraste, los que no obedecen a Dios son completamente inútiles por muchos dones que tengan y por mucho que prediquen utilizando gramática correcta. Algunas personas no pueden superar los problemas o circunstancias espirituales adversas. Sin embargo, los que obedecen a Dios pueden distinguir Su voluntad y obedecerle por fe sin importar qué tipo de reto y dificultad tengan. 
Como nuestra Iglesia ha seguido plantando nuevas Iglesias, algunos santos pueden pensar que se arruinarían económicamente si siguen yendo a esta Iglesia. Muchos santos piensan así. Sin embargo, en realidad todo lo que debemos hacer es orar a Dios. Dios entonces nos dará todo lo que necesitemos. En vez de desobedecer a Dios cuando nos conviene, debemos someternos a Dios completamente. Mientras la Iglesia de Dios y Su Palabra sean ciertas, mientras la Iglesia de Dios predique el verdadero Evangelio, y mientras esto sea lo que complace a Dios más, debemos obedecerle y orarle unidos. Entonces podemos seguir la Palabra con fe. 
Es adecuado que la Iglesia dedique todos sus esfuerzos a predicar el Evangelio del agua y el Espíritu. No es tan complicado. Algunos de nosotros apoyamos el ministerio desde atrás, mientras que otros predican el Evangelio. Aunque esto parezca muy difícil, puede conseguirse si hay un solo trabajador dedicado que se entregue al Evangelio y obedezca a Dios. Puede conseguirse si hay un trabajador obediente del Evangelio. No es algo que requiera mucha gente. Es muy simple. 
En el pasado también tenía un trabajo para sobrevivir. ¿En qué se gastarán su dinero? No hay muchas cosas en las que valga la pena gastarse el dinero. Es un desperdicio gastarlo en alcohol, como lo es gastarlo en los placeres temporales de la carne. ¿Dónde deberían entonces invertir su dinero? No hay ningún sitio donde invertirle además de la predicación del Evangelio. Hay un pasaje en la Biblia que nos avisa que debemos poner nuestros tesoros en el Reino de los Cielos, y este es un pasaje muy importante. Invertir en la Iglesia y la predicación del Evangelio es invertir en el Reino de los Cielos. 
 
 

Lo primero que la gente de fe debe aprender es a obedecer a Dios

 
Muchos son llamados por Dios, pero pocos obedecen Su llamada. ¿Qué es la primera cosa que debemos aprender después de ser salvados de nuestros pecados? La primera cosa que nos enseña la Biblia a la gente de fe es obediencia. ¿Quién es el primero en ser reprendido? Los desobedientes son los que son reprendidos primero. ¿Cómo pudo engendrar Abraham a Isaac? Dios le había dicho que dejase su país, su familia y la casa de su padre, y Abraham obedeció a Dios. Si Abraham no hubiese obedecido a Dios por fe, entonces no habría engendrado a Isaac. Abraham no habría tenido frutos ni descendientes, y Dios habría utilizado otro hombre para Su obra. Dios le dijo a Abraham que le obedeciese por encima de todo. 
Por tanto, la obediencia a Dios es la lección más importante que deben aprender ante todo. Nadie sabe cuánto costará aprender esto. Pensemos en un trabajador que tiene miedo de un nuevo ambiente de trabajo. ¿Les gustaría irse a otra ciudad? A algunas personas les gustaría, pero a otras no por otras razones. A mí no me gustaría. Me canso cuando voy en coche más de dos horas y no puedo seguir. Además, me mareo. Antes no me mareaba, incluso cuando iba en barco, pero hoy en día me mareo incluso cuando estoy en la carretera durante mucho tiempo. Así que no me gusta viajar nada. Por lo tanto, una persona como yo desobedecería a la Iglesia si le dijese que tenía que ir a una ciudad a plantar una nueva iglesia. 
Sin embargo, aunque no les guste viajar, si la Iglesia de Dios les dice que vayan a un sitio, deben hacerlo en obediencia. Les guste o no, deben ir donde la iglesia les diga. Esto es obediencia. Y todos debemos aprender de esta obediencia. Si no quieren aprender a obedecer, no pueden obedecer a Dios. Mientras que la fe es algo que pueden tener al creer en la Palabra de corazón, la obediencia no se puede tener sin aprender. 
El tiempo en que Dios enseñe obediencia depende de a quién la esté enseñando. Piensen lo que piensen, el que obedezcan la voluntad de Dios cuando la Iglesia les habla depende de ustedes. Por mucho que aprendan acerca de la Palabra y por mucha fe que tengan, todo puede corromperse si no obedecen a Dios. Sin su obediencia, el poder de Dios no funcionará en su vida. Solo cuando obedecen a Dios, la obra de fe tiene lugar. 
Cuando Abraham se sometió completamente a Dios, siguió la Palabra y puso su obediencia en acción. Dios le prometió que le daría un hijo si le seguía con obediencia, pero le costó 25 años más engendrar a Isaac. Después de esto Dios le dio el fruto de la fe a Abraham. La obediencia debe ir primero, no la fe. Cuando la gente obedece primero a Dios y escucha Su Palabra con cuidado, recibe la remisión de los pecados. Pero, si alguien desobedece y reta a Dios con sus propios pensamientos y nociones, será arrojado al infierno sin falta. La obra de Dios nunca se llevará a cabo en las vidas de estas personas. 
 
 

¿Qué tipo de personas complacen más a Dios?

 
¿Preferiría Dios utilizar a alguien que obedece Su Palabra con lealtad o a alguien que es inteligente, pero con mucha voluntad propia? Dios quiere usar a alguien que le obedezca por fe. Para Dios, no importa si alguien es inteligente o tienen un don. Alguien que tiene un don y talento, pero desobedece, es completamente inútil en el Reino de Dios. Por el contrario, los que no tienen ningún talento especial, pero obedecen son usados por Dios como Sus instrumentos cuando Dios les da poder, les da todo lo que necesitan, les da fuerzas y les bendice. Así es como Dios funciona. 
Hasta este día, Dios me ha enseñado a cómo obedecerle. Muchas veces quería hacer lo que quería. Sin embargo, cuando Dios me habló, le obedecí completamente aunque no me gustase. A pesar de mis fallos, cuando fui hacia delante paso a paso en obediencia, Dios obró en mi vida. Si no le hubiese obedecido, estaría emborrachándome en algún bar ahora mismo en vez de estar aquí predicando. 
Cuando la gente recibe la remisión de los pecados, se divide en dos grupos: los que obedecen a Dios, que son usados en Su Iglesia como Sus preciosos instrumentos, y los que desobedecen a Dios, que acaban inevitablemente en una pelea de bar. Esto es lo que dice la Biblia. Las Escrituras nos explican lo fácil que es para Dios obrar a través de la gente de fe que es obediente. 
Por tanto, no puedo dejar de repetir lo importante que es que obedezcan a Dios. Hay muchas cosas que me gustaría pedirles que hagan en sus vidas de fe. Todas estas cosas son indispensables para ustedes. Por supuesto que pueden pensar que estas cosas son triviales y que no importan, pero deben aprender a obedecer a Dios paso a paso desde el paso más pequeño. Sin su líder en la Iglesia de Dios no hay nadie que pueda enseñarles a obedecer a Dios. 
 
 

Como justos nacidos de Nuevo, todos debemos vivir obedeciendo a Dios

 
Hasta hoy, podrán haber vivido de cualquier manera. Podrán haber hecho lo que han querido sin importarles. Pero ahora yo, como el líder principal de la Iglesia, tengo algo que pedirles. Aunque parezca trivial ahora, cuando observan las implicaciones, deben obedecer sin falta. Si rechazan incluso la menor crítica, las consecuencias serán graves. Por eso los líderes de la Iglesia les reprimen paso a paso. 
No quiero que sean personas intelectuales con conocimiento bíblico. Esto llegará a su debido tiempo mientras viven en esta Iglesia. No se preocupen por su falta de conocimiento bíblico. No tienen que preocuparse de esto ahora. Mientras vivimos con nuestra fe juntos, mientras obedecen la Palabra y la siguen por fe, y mientras escuchan la Palabra primero, Dios les bendecirá para que den mucho fruto espiritual. Sin embargo, si siguen desobedeciendo a Dio, nadie más que ustedes será responsable de sus consecuencias. Ni Dios ni yo podemos hacernos responsables de las consecuencias de su desobediencia. 
Es extremadamente importante que escuchen a los líderes de su iglesia. Deben darse cuenta de que, aunque Dios hable a través de la Biblia, la Biblia habla a través de los líderes de su iglesia y sus predecesores de fe. Hay personas que están por delante de ustedes en la Iglesia. No todo el mundo en la Iglesia está en la misma plataforma espiritual. Alguien que haya recibido la remisión de los pecados hace un año no es igual que alguien que la recibió hace cinco años. Los años que un santo haya pasado en la Iglesia son la prueba de la obediencia de este santo. Es la historia viva de la fe de una persona. La Biblia dice: «Delante de las canas te levantarás, y honrarás el rostro del anciano, y de tu Dios tendrás temor. Yo Jehová» (Levítico 19, 32). Cuando observan a las personas mayores en la Iglesia que han envejecido a medida que maduraba su fe, tienen muchas experiencias e historias que contarnos. Hay mucha sabiduría y tesoros escondidos en ellos. Tienen mucha sabiduría acumulada durante los años viviendo en este mundo como gente de fe. 
Como analogía digamos que estamos comparando a una mujer joven con formación profesional en cuidado de niños con una mujer mayor que, aunque no tiene formación, tiene más experiencia, para ver quién es mejor cuidando niños. No hay duda de que la mujer mayor haría un mejor trabajo que la mujer con formación profesional. Esta educación formal no vale para mucho para cuidar del niño. Pero, como la mujer mayor ha criado a niños con su propia experiencia, puede cuidar de ellos mucho mejor. 
De manera similar, como estudiantes de nuestra Mission School, no deben ignorar a los predecesores de la fe. No deben considerar a todo el mundo en la Iglesia como iguales por mucho tiempo que hayan sido santos redimidos. Cuando alguien que acaba de recibir la remisión de los pecados hace un mes ignora a otro santo que la recibió hace tres meses, el primero está ignorando todo tipo de sabiduría. Hay muchas lecciones que aprender del segundo. Sus predecesores de fe tienen muchas cosas que ustedes no han experimentado todavía. Si los ignoran, se estarán convirtiendo en necios. Deben obedecer a sus predecesores de la fe en la Iglesia por muy adelantados que estén espiritualmente, deben aprender de su sabiduría y seguir yendo hacia delante por fe. No puedo dejar de repetir lo importante que es esto. Si conocemos el Evangelio, pero no la vida de obediencia, no seremos nada. 
En realidad, hay una gran diferencia entre una persona que va a la Iglesia y escucha la Palabra una vez a la semana, y una persona que va a todas las reuniones y escucha la Palabra en toda ocasión. Los estudiantes de nuestra Mission School puede que no sean tan diferentes de la gente de la Iglesia por ahora, pero en su debido tiempo, hay una gran diferencia. Todos estos logros ocurren por fe cuando uno aprende, obedece y permanece en lo que se ha asegurado. 
Hoy les he explicado la importancia de la obediencia. Lo primero que Dios quiere de nosotros es obediencia. Lo primero que Dios nos enseña es obediencia. Sin obediencia, todo lo aprendido no vale para nada. Piensen lo que piensen ahora, deben considerar detenidamente la necesidad absoluta de aprender a obedecer a Dios. 
De hecho, nunca deben tomarse la Palabra a la ligera o ignorar o despreciar el liderazgo de la Iglesia. Si hacen esto, serán un obstáculo enorme para vivir confiando en Dios. Dios no puede usar a estas personas. Dios usa a la gente como el Apóstol Pablo. El Apóstol Pablo predicó el Evangelio cuando Dios se lo dijo. Cuando Dios le dijo que fuese a predicar el Evangelio, fue allí y predicó como Dios le había dicho. Hizo todo lo que Dios le dijo que hiciese, y a través de él Dios movió la historia del mundo conocido durante la primera mitad del primer siglo. 
¿A quién usa Dios? Usa a los que obedecen. Dios no usa a cualquier persona con demasiada voluntad propia que no obedece. ¿Y ustedes? ¿Quieren ser utilizados por Dios? ¿Quieren ser utilizados como instrumento valioso de Dios? Si es así, deben aprender a obedecer a Dios y les usará para una causa digna. 
No intenten aprender nada más. ¿Acaso no podría usarnos Dios porque no pueden hablar inglés o hebreo? No, supuesto que no. Si van al extranjero a predicar el Evangelio, pueden comunicarse a través de un intérprete. La obediencia es mejor que el sacrificio. Esta es la lección principal que todos nosotros debemos aprender del pasaje de las Escrituras de hoy.