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דרשות

Tema 12: La fe del credo de los Apóstoles

•Sermón sobre el Espíritu Santo 9 : La Vida llena del Espíritu 

(Efesios 6:10-17)
“Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor, y en el poder de su fuerza.
Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo.
Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes.
Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, estad firmes.
Estad, pues, firmes, ceñidos vuestros lomos con la verdad, y vestidos con la coraza de justicia,
y calzados los pies con el apresto del evangelio de la paz.
Sobre todo, tomad el escudo de la fe, con que podáis apagar todos los dardos de fuego del maligno.
Y tomad el yelmo de la salvación, y la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios”.
 

Ser llenos del Espíritu Santo, Efesios 5:16-18 nos dice, “aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos.
Por tanto, no seáis insensatos, sino entendidos de cuál sea la voluntad del Señor”. 
Para que las personas sean llenas del Espíritu Santo, deben primero que todo creer en el evangelio del agua y del Espíritu y vivir para este evangelio. La razón de esto es porque uno primero debe haber recibido la remisión del pecado para que el Espíritu Santo more en su corazón, y uno debe de haber recibido el Espíritu Santo para ser lleno de Él. Es decir, la primera prioridad para nosotros es llegar a estar sin pecados en nuestros corazones creyendo sinceramente en el evangelio del agua y del Espíritu. 
En segundo lugar, debemos redimir nuestro tiempo, para que solamente los que hayan redimido su tiempo puedan servir el Evangelio fielmente y vivir sus vidas conducidas por el Espíritu. 
El tiempo no nos espera para siempre. Una semana se inicia en un abrir y cerrar de ojos. Yéndose a la cama el domingo después del servicio vespertino de la iglesia, despertamos el lunes por la mañana. Hablamos con alguien por el teléfono, nos reunimos con alguien, y el día entero se va pronto. Cuando lo pensamos es martes, estamos ya en miércoles. Asistimos al servicio de adoración de la tarde del miércoles, y entonces el jueves se acerca, seguido por el viernes y el sábado, y muy pronto estamos haciendo frente a otro domingo. Como tal, solamente los que redimen su tiempo y sirven fielmente los trabajos de este Evangelio se pueden llenar del Espíritu Santo. 
Tercero, los que saben exactamente cuál es la voluntad del Señor y sirven a esta voluntad se llenan del Espíritu. ¿Por qué? Porque solamente cuando sabemos claramente cuál es la voluntad de Dios en esta época, podemos finalmente hacer de Su voluntad nuestro objetivo y hacemos Sus obras. Podemos hacer las obras del Señor conducidos por el Espíritu Santo cuando estamos unidos con el Señor. Si vivimos sin saber cuál es la voluntad del Señor, entonces no podemos evitar vivir vidas absurdas. Así, para estar llenos del Espíritu Santo, debemos saber claramente cuál es la voluntad del Señor. 
Cuarto, debemos esforzarnos por estar juntos. Podemos estar llenos del Espíritu solamente si permanecemos juntos en la Iglesia de Dios, alabamos al Señor, y agradecemos siempre a Dios en el nombre del Señor. Pero aquellos que no escuchan la Palabra de Dios, no dan gracias, ni alabanzas a El para la salvación y las obras que el Señor les ha dado, no pueden llenarse del Espíritu. Los que pueden llenarse del Espíritu son solamente los que alaban, agradecen, y se esfuerzan siempre por mantenerse juntos en el nombre de Cristo Jesús, así como también creer en la voluntad y en la Palabra de Dios manifestada en Su Iglesia. Así, para estar llenos del Espíritu Santo, no debemos faltar a nuestras épocas de estar juntos. 
Cuando oímos la Palabra, es importante que la oigamos con nuestros corazones sinceros, no simplemente con nuestros oídos. Y es muy importante que conduzcamos nuestras vidas con la fe de nuestros corazones. Qué hacemos si nuestros corazones no tienen nada que ver con el Señor, “pues Dios ve no como el hombre ve, pues el hombre mira la apariencia exterior, pero el Señor mira el corazón.” (1 Samuel 16:7). Así, los que escuchan la Palabra con sus corazones pueden en verdad decir “amén” y ser agradecidos. También, porque pueden meditar en la Palabra que oyeron, pueden estar llenos del Espíritu. Sin embargo, los que no reciben su Palabra con sus corazones, incluso que oyeron la misma Palabra en la misma reunión, no pueden decir “amén” y ser agradecidos. El Espíritu Santo se complace con nuestra adoración, alabanzas, y rezos que se dan a Dios con nuestros corazones sinceros. 
Para que seamos llenos del Espíritu Santo, no hay atajo terrestre. El único atajo es creer en la Palabra de Dios y aceptarla en nuestros corazones. Esta es la razón por la cual debemos valorar nuestras reuniones y no debemos mirarlas ligeramente. Después podemos ser llenos del Espíritu y defender nuestra fe hasta el día que vuelva el Señor. 
Quinto, aquellos que creen en la Palabra de Dios están llenos del Espíritu. Cuando Efesios 6:11 nos dice “vestíos de toda la armadura de Dios” está diciéndonos que debemos conducir nuestras vidas con fe creyendo en la Palabra de Dios. Oyendo la Palabra de Dios hablada a nosotros a través de Su Iglesia y creyendo en ella, podemos estar llenos del Espíritu Santo. 
Sexto, debemos mantener la Palabra de Dios en nuestros corazones. Efesios 6:13 también nos dice que “tomad toda la armadura de Dios”. La palabra “tomad” aquí significa una fe activa. Es decir se debe leer la Palabra escrita de la Biblia y sostener con firmeza en nuestros corazones lo que hemos leído. 
Los 66 libros de la Biblia están llenos de la Palabra de Dios. Pero no importa qué tan abundante sea la Palabra, si no podemos mantenernos en ella, no podrá haber ninguna plenitud del Espíritu. Sin importar qué tan bien atendamos a la Iglesia y oigamos la Palabra, todavía hay muchas ocasiones en que estamos espiritualmente cansados, vacíos y flojos. Hay muchas ocasiones en que somos de alguna manera débiles. Esta es la razón por la cual tenemos que tomar la armadura entera de Dios; es decir, la Palabra de Dios. Aun si solo es un solo pasaje, si es apropiado y necesario para usted, entonces deberá sostenerse en Él. Mantenerse en la Palabra con sus corazones de esta manera no es otra cosa que tomarla, y esta es la respuesta de cómo vivir una vida llena del Espíritu. Usted debe meditar en la Palabra, y vivir su vidas creyendo que todo será cumplido según la Palabra. Este es el camino para estar lleno del Espíritu. 
Conduciendo nuestras vidas de fe, si no nos mantenemos en la Palabra de Dios, entonces no podemos mantener nuestra fe. Hay buenas épocas y las malas épocas en las que conducimos nuestras vidas de fe en este mundo, y hay también las épocas en que nuestros corazones se hunden y llegan a ser débiles. En épocas como estas, si nosotros no creemos en la Palabra de Dios y no nos mantenemos en ella, entonces nadie puede animar nuestra fe. Nadie puede mantenerle constante. E incluso si alguien la mantuviera, sus corazones no pueden evitar sino estar siempre vacíos. Así, en tales épocas, debemos mantenernos en la Palabra escrita. 
Cuando usted se mantiene en la Palabra de Dios, esta Palabra lo mantiene constante y le permite vivir sumergido en la Palabra prometida de Dios. Porque la Palabra lo sostiene, incluso si usted está haciendo frente a circunstancias difíciles o si se pierden sus pensamientos, la Palabra le despierta, haciéndole volver a su lugar legítimo, vivir por fe, y que se sumerja en el Espíritu, y vive una vida que se llena de Él. Esta es la razón por la cual es importante que tomemos la Palabra escrita de Dios. 
Cuando el pueblo de Israel en el Antiguo Testamento vivía en el desierto, Dios les envió el maná. Recolectando el maná y trayéndolo al hogar, los Israelitas lo cocinaron de diversas maneras y lo comieron. Como esto, entre las incontables verdades de la Palabra escrita, la Palabra de la vida, usted y yo nos mantenemos en la Palabra que es absolutamente necesaria para nosotros creer en ella y tomarla. Cuando usted lo hace así, esta Palabra le hace orar, se consolida su fe, le permite vivir en esperanza, y hace que usted sirva al Evangelio. Y le permite ser bendecido ante Dios, para nunca dejarlo sino para estar cerca de Él ante Su presencia. Es, por lo tanto, muy importante tomar esta Palabra para estar llenos del Espíritu.