(Génesis 2:4-6)
«Estos son los orígenes de los cielos y de la tierra cuando fueron creados, el día que Jehová Dios hizo la tierra y los cielos, y toda planta del campo antes que fuese en la tierra, y toda hierba del campo antes que naciese; porque Jehová Dios aún no había hecho llover sobre la tierra, ni había hombre para que labrase la tierra, sino que subía de la tierra un vapor, el cual regaba toda la faz de la tierra».
Debemos sacar la suciedad de nuestros corazones
Una persona tiene que hablar mucho para sacar la suciedad de su corazón. Una persona tiene que hablar mucho para que las cosas malas de su corazón salgan. Si una persona se queda quieta y no hace nada, la suciedad no sale y el veneno tóxico se acumula. La suciedad se convierte en un veneno tóxico. Entonces los corazones humanos se llenan del veneno, y solo sale veneno de esa persona. Por supuesto, pueden cometer errores cuando hablan mucho y como resultado pueden ser regañados a veces, pero la suciedad de sus corazones sale y cosas nuevas salen de los corazones después.
Lo mismo ocurre con los predicadores. Por mucho conocimiento que tenga un predicador o cuántas bendiciones de Dios haya recibido, las cosas carnales salen de esa persona constantemente cuando no predica mucho. No puede evitar predicar superficialmente porque siempre intenta por la capa exterior de la Palabra. Pero cuando el predicador predica mucho, las cosas espirituales salen de su corazón y puede tener una conversación más profunda y honesta con su congregación. Por tanto, deben predicar aunque sea a una persona si no tienen la oportunidad de predicar a menudo. Deben predicar a los que tienen una voluntad dura, aunque les digan: “No me prediques”. Simplemente digan: “No. Esto no es predicar”. Y sigan predicando. Deben predicar mucho y hacer que todo lo que hay en sus corazones salga.
Y en su vida espiritual en la Iglesia necesitan conversar con otros santos y compartir para vivir espiritualmente aunque sea incómodo. Entonces, podrán ser regañados por intentar compartir en temas sin sentido, y les criticarán: “Son de la carne” y “No son justos”. Pero en el proceso, se convertirán en personas espirituales. Por eso los que hablan mucho después de haber recibido la remisión de los pecados crecen más rápido espiritualmente. Los que hablan mucho arrojan todo el veneno tóxico mientras cometen errores. Si dejamos en paz a la persona que no habla y después hacemos que hable, sacará mucho veneno tóxico y llenará cuencos de veneno. Así que hay hermanos y hermanas que serán dañados por una persona que tenga este veneno. Es bastante sorprendente escuchar las palabras con veneno acumulado.
Saben que suelo contar cosas graciosas. También canto canciones populares cuando predico. Así es como me deshago de la suciedad de mi corazón. Así saco la suciedad de la carne de mi corazón. Así, me quedo con las cosas que debo quedarme y me deshago de las cosas de las que debo deshacerme. Hay un dicho antiguo que dice: “El silencio es precioso”. Y hay un dicho coreano que dice: “Sigue trabajando y por lo menos terminarás en segundo lugar”. Pero en el mundo espiritual, te quedas en último lugar si no dices nada. Debes hablar diligentemente.
Hemos recibido la remisión de los pecados. Todos nuestros pecados fueron transferidos a Jesucristo en el río Jordán y fueron enterrados con Jesucristo. Incluso los pecados que cometemos por nuestras debilidades durante el resto de nuestras vidas fueron transferidos a Jesús en el río Jordán. Pero el problema es que, mientras seguimos al Señor después de recibir la remisión de los pecados, la suciedad y el veneno siguen saliendo y vemos que hay obstáculos dentro de nosotros. Así que, ¿qué es esto? No entendemos por qué es difícil y por qué algunas cosas parecen contradecir nuestros pensamientos y no sabemos qué está bien y qué está mal cuando seguimos al Señor. Así que caemos en un estado de agotamiento.
Esto significa que los pensamientos carnales aparecen incluso después de recibir la remisión de los pecados. Los deseos de la carne siguen saliendo. Hay muchos deseos que buscan solo el beneficio de nuestra carne, y debemos entender que esto sale de nuestros corazones. No todas las cosas que salen de uno mismo son buenas. Por tanto, debemos averiguar qué son las cosas espirituales y las cosas carnales para poder vivir una vida espiritual sana.
Entonces, ¿cuáles son los deseos de la carne? Los deseos de la carne siguen surgiendo, aunque una persona nacida de nuevo quiera entregar sus pensamientos y su vida al Señor. Pero a veces el corazón está lleno de deseos por el propio bienestar y de todo lo que está conectado.
Entonces, ¿qué es lo carnal? En primer lugar el egoísmo. En vez de buscar el bien del Señor, es buscar el beneficio propio. Han recibido la remisión de los pecados y ahora están viviendo en el mundo de esta manera, pero sin querer siguen sus propios beneficios carnales. Después de recibir la remisión de los pecados, siguen buscando su propio bien. Al parecer, aunque se quiera vivir por el Señor, en realidad uno se hace egoísta. Las personas son egoístas. Así es la carne.
Por el contrario, cuando amamos al Señor por el bien del Señor y Su Reino después de recibir la remisión de los pecados, somos del Espíritu. Buscar el beneficio del Señor, desear que se cumpla la voluntad del Señor, no intentar cumplir la voluntad propia y buscar la voluntad de Dios, todas estas cosas son del espíritu. Las cosas espirituales consisten en cumplir la voluntad del Señor y buscar al Señor.
Mírense a sí mismos, los que han recibido la remisión de los pecados. Estamos contentos de estar sin pecados después de haber recibido la remisión de los pecados. Nos gusta el Evangelio. Pero el problema es por qué viviremos después de esto, y aquí podemos establecer un criterio claro con el que diferenciar lo carnal de lo espiritual. Dios es el Espíritu y el ego es la carne. Por tanto, ¿por qué debe vivir una persona? El criterio para diferenciar lo carnal y lo espiritual es si la persona está viviendo por Dios o por sí misma.
Los que hemos nacido de nuevo tenemos el corazón de buscar lo espiritual. Pero, en realidad, solemos estar llenos de egoísmo y estamos siempre consumidos con los pensamientos que buscan los intereses propios. Vivimos en este mundo con o sin el conocimiento de que nuestros corazones están consumidos por los pensamientos que buscan nuestro propio interés. De la misma manera en que hay niebla en este mundo a veces y otras se levanta, las preocupaciones nos llegan a los que hemos recibido la remisión de los pecados aunque queramos vivir por el Señor. La niebla de la mente carnal a menudo cubre nuestros corazones. Los que hemos nacido de nuevo estamos constantemente obsesionados en buscar nuestro propio bien. Vemos como caemos en este estado de egocentrismo para protegernos con nuestro propio poder.
Entonces, ¿qué es? Cuando buscamos nuestro propio interés, definitivamente nos damos cuenta de que ese no es el buen camino; pero no sabemos qué ha ido mal. Pero no estamos completamente privados de cosas espirituales. Tenemos un corazón espiritual también. Tenemos un corazón espiritual y seguimos al Señor espiritualmente. Por otro lado, tenemos la carne que busca nuestro propio bien como el deseo de protegernos a nosotros mismos, el deseo de levantarnos, y estas cosas salen de nosotros.
Esto es similar a la niebla de la primavera. La agricultura se perjudica en la zona que queda cubierta por la niebla. Las cosechas no crecen bien en los valles que están cubiertos por niebla espesa o en los lugares donde hay mucha humedad. ¿Por qué? Es natural que las cosechas no sean buenas en esos lugares porque no reciben mucho sol. Nuestra vida espiritual no es sana cuando estamos consumidos por el egoísmo. Es difícil porque la vida espiritual no está sana y se hace aún más difícil porque intentamos vivir una vida espiritual por obligación. Debemos entenderlo.
Los nacidos de nuevo que han recibido la remisión de los pecados viven por Dios. Debemos seguir al Espíritu. Y podemos vivir espiritualmente porque el Espíritu Santo está dentro de cada uno de nosotros. Pero, como no solo tenemos espíritu, sino también carne, nuestro corazón egoísta nos llena. Por tanto, cuando este corazón egoísta nos inunda, podemos decir: “Esto no está bien” y vencer este egoísmo solo cuando entendemos que tenemos un corazón egoísta y que estamos llenos de intereses propios. Aunque tenemos una mente espiritual y una mente carnal, podemos seguir las cosas espirituales solo cuando vencemos los deseos carnales. ¿Es esto correcto o incorrecto?
Pero el problema es que a veces vemos la niebla de la carne y pensamos que es espiritual. Cometemos un gran error que lleva a un gran problema que podría llevar al estado de perder la luz del sol cuando pensamos que nuestros pensamientos egoístas son cosas espirituales. La tierra sigue igual, pero a veces la niebla la cubre. ¿Es esto una niebla o una luz? Es una niebla. Son los pensamientos propios. Es la carne. Es el ego. Pero cuando la luz del cielo brilla, la niebla desaparece y la vida se hace más activa. Por tanto, deben entender que tenemos carne, que tenemos ego, que nuestros pensamientos son como la niebla de la carne que daña la vida espiritual. Este conocimiento es necesario para su vida espiritual.
¿Por qué tiene que haber predecesores y siervos de Dios?
Dios es nuestro Pastor, pero también necesitamos buenos pastores en este mundo; y morimos cuando no tenemos estos pastores justos. Cuando están cubiertos de la niebla de la carne sus corazones se mojan. La tierra está feliz cuando está mojada. Parece que es beneficiosa para la tierra. Pero en realidad mata la vegetación porque demasiada humedad hace que las raíces se pudran. Se convierte en un pantano donde la vida no puede proliferar (Ezequiel 47, 11). Al final, se convierte en un pantano donde no puede crecer nada.
Deben entender que los pensamientos propios no son espirituales. Deben deshacerse de ellos rápidamente. ¿Qué tiempo va a hacer? El tiempo de esta semana aparece en el periódico. Dice que hará sol el lunes, estará nublado el martes y lloverá el miércoles. El periódico ilustra los cambios en el tiempo a través de imágenes. Cuando miramos el tiempo de la semana, podemos ver que habrá muchos cambios. No va a haber muchos días soleados durante la semana. Ya esté nublado o llueva, va a haber algunos cambios en el tiempo.
Nuestro corazón también pasa por muchos cambios. En este mundo, la lluvia y los días nublados pueden ser refrescantes y ser buenos, pero un día nublado o un día con niebla no es bueno en el mundo espiritual. Esto significa que un día cubierto en la niebla de la carne no es bueno. Un día soleado, un día con una brisa suave y sol es un buen día en el mundo espiritual. Aunque el calor sea un tanto molesto, la vegetación da frutos cuando hay mucho sol y hace calor porque entonces la fotosíntesis está muy activa. Aunque a veces buscamos nuestros propios intereses cuando vivimos por el Señor, como el tiempo cambia, queremos vivir por el Señor a través del Espíritu Santo que vive dentro de nosotros porque hemos nacido de nuevo por el Señor y porque nuestro pasado ha muerto en la Cruz con Cristo.
Pero también hay días nublados. Los días claros pueden durar algún tiempo, pero las nubes aparecen cuando una cosa pequeña va mal. Entonces viene la niebla y la lluvia. Pero debemos entender que la niebla de la carne es dañina. Por lo menos podemos orar a Dios cuando llueve y cuando tenemos problemas, pero lo que más daño nos hace en este mundo es la niebla. La niebla es tan dañina que no debemos dejar que surja en nosotros. Debemos hacer que desaparezca. Podemos hacer otras cosas, pero no debemos aceptar la niebla. Debemos alejarnos de nuestros pensamientos egoístas, los pensamientos carnales.
Cuando un ministro o colaborador cae en los pensamientos egoístas y sigue esos pensamientos constantemente, se convierte en una persona que no tiene nada que ver con Dios. ¿Cómo puede una persona que ha nacido de nuevo apartarse de Dios y convertirse en una persona que no tiene nada que ver con Dios? Porque solo ha buscado sus propios pensamientos y ha seguido su corazón egoísta. Una persona puede seguir el Espíritu y dar fruto si pone sus pensamientos en la obra de Dios y da la vida por Dios. Podemos hacerlo cuando sus obras malvadas se revelan porque está bien admitir el mal honestamente cuando se señala y esperar a Dios a que nos dé la luz. Lo que tenemos que hacer es decir amén y recibir la luz de Dios con corazones puros y seguir con fe cuando Dios nos da su luz. De la misma manera en que la tierra da frutos con la luz del sol, las personas dan frutos espirituales a través del poder que Dios nos da, a través de la luz que viene de arriba, y no por el poder de uno mismo. A través de Dios que obra en nosotros nos convertimos en personas espirituales y damos muchos frutos. Dios hace muchas obras a través de nosotros cuando seguimos al Espíritu. Pero morimos por completo cuando estamos consumidos por nuestros propios pensamientos y ego. Las Escrituras dicen: «Porque el ocuparse de la carne es muerte, pero el ocuparse del Espíritu es vida y paz» (Romanos 8, 6). Esto es lo que dicen las Escrituras.
De la misma manera en que la niebla sale de la tierra cuando surge la ocasión, los pensamientos de la carne salen constantemente. Nunca dejan de salir. No podrán deshacerse de los pensamientos carnales si piensan que nunca volverán a surgir. Pero deben entender que está mal y deshacerse de sus pensamientos egocéntricos. Deben deshacerse de ellos y seguir las cosas espirituales. ¿Tienen sus propios pensamientos o no?
Una persona tiene pensamientos carnales y espirituales. Los pensamientos espirituales no salen de uno mismo. Salen de la Palabra. Salen del Espíritu Santo cuando escuchan la Palabra. Pero cuando piensan que sus propios pensamientos son correctos, entonces empiezan a seguir sus pensamientos. No escuchan a los predecesores o líderes. Lo que dicen les parece incómodo.
Deben estar consumidos por la Palabra de Dios o Su liderazgo y no caer en sus propios pensamientos. Sería mejor que cayesen a manos de un dictador. El diablo es quien invalida sus corazones cuando caen en sus propios pensamientos. Así es como el diablo provoca la niebla de la carne. En las películas, ¿qué hay siempre cuando aparece un fantasma? Una niebla que cubre la zona y un humo oscuro y tenebroso.
No debemos buscar nuestros propios pensamientos. Nuestros pensamientos surgen a todas horas, así que debemos deshacernos de ellos continuamente. La luz vuelve a brillar en ese momento. Y cuando se deshacen del pensamiento de hacer algo por su propia voluntad, se convierten en personas de fe que esperan que el Señor haga algo por ellas. Se convierten en personas que buscan a Dios, creen en Dios y le siguen diciendo: “Dios, por favor, haz esto. Por favor, haz lo otro”. Por tanto, se convierten en personas que buscan la justicia de Dios.
El ego y los pensamientos propios son solo una niebla. La gente tiene demasiados pensamientos propios. La niebla suele levantarse sobretodo cerca del agua, los valles profundos o las superficies huecas. Estos pensamientos como la niebla salen del corazón egocéntrico. Sin embargo, no hay que seguir al propio corazón. No deben seguir sus propios pensamientos aunque surjan dentro de ustedes. ¿Lo entienden?
¿Acaso no tienen ustedes estos pensamientos carnales constantemente? Incluso en este momento están luchando contra su espíritu, ¿no es así? Están juzgando con su propio pensamiento incluso mientras escuchan la Palabra, diciéndose a sí mismos: “Esto es correcto y eso es incorrecto”. ¿Están pensando mientras están en la Mission School de qué van a vivir si no pueden plantar una iglesia después de terminar con su formación? ¿Piensan que tendrán que vender verduras en la calle? ¿Piensan que no podrán encontrar trabajo? Esos son solo pensamientos. ¿Es cierto o no?
El corazón de la persona que ha nacido de nuevo es así. Deben tener un corazón espiritual, pero la niebla surge constantemente. La niebla sale de la carne, de dentro de ustedes. La niebla no es demasiado peligrosa y no es constante pero la tierra no puede hacer nada cuando la niebla cubre el suelo. Debemos entender rápidamente que mientras la niebla cubra la tierra no está en buenas condiciones y no piensen: “Esto es maravilloso”.
Génesis 2, 4-6 del pasaje de las Escrituras de hoy dice: «Estos son los orígenes de los cielos y de la tierra cuando fueron creados, el día que Jehová Dios hizo la tierra y los cielos, y toda planta del campo antes que fuese en la tierra, y toda hierba del campo antes que naciese; porque Jehová Dios aún no había hecho llover sobre la tierra, ni había hombre para que labrase la tierra, sino que subía de la tierra un vapor, el cual regaba toda la faz de la tierra».
Dios no había dejado caer la lluvia todavía y no había nadie para cultivar la tierra, y por eso no había árboles ni vegetación ni tierra de cultivo. Pero, ¿qué había en la tierra? Solo la niebla es lo que salió de la tierra y cubrió la tierra. Estos son los pensamientos humanos. Dios no había trabajado en ella todavía, pero las personas piensan por su cuenta. Las personas hacen florecer las flores de la carne por sí mismas. Estos pensamientos son tan prevalentes que cubren toda la tierra en un momento.
Debemos esperar a que Dios obre. Aunque no parezca haber visiones en este momento y solo nos espere una situación dura, los nacidos de nuevo debemos deshacernos de nuestros pensamientos carnales y esperar a Dios tranquilamente y dejarnos guiar por la Iglesia. Y debemos creer en Dios. Cuando Dios deja caer la lluvia y les da luz, su tierra tendrá vida y dará frutos. Deben esperar tranquilamente. No deben llenarse de sus propios pensamientos.
Lo peor para la tierra es la niebla. Esta temporada ha llovido mucho y las cosechas se han ahogado. Cuando las cosechas se ahogan en el barro durante mucho tiempo, mueren porque no pueden respirar. Los frutos que no están maduros se caen y mueren. Mueren porque no pueden respirar.
Nosotros también morimos ahogados cuando nuestros pensamientos nos inundan, pero podemos deshacernos de ellos porque son como la niebla. Si entienden que los pensamientos propios son malos y tienen la voluntad de deshacerse de esa niebla, desaparecerán en un segundo. Y el cielo azul aparece cuando aceptamos la Palabra. La niebla desaparece en cuanto la luz brilla. La niebla se disipa cuando creen en la promesa de la Palabra de Dios y se aferran a la Palabra y esperan que cumpla la obra de Dios mientras esperamos y seguimos la Palabra de Dios. Podemos vivir la vida espiritual cuando seguimos la Luz con fe y entendemos que la niebla simboliza los pensamientos humanos y que no son correctos, mientras que la Luz siempre es correcta. ¿Entienden esto?
Mientras todo el mundo está experimentando condiciones atmosféricas catastróficas, el mundo espiritual de los que han recibido la remisión de los pecados por todo el mundo también está experimentando una corriente extraña porque están consumidos por sus propios pensamientos. No están siguiendo la Luz, sino que están buscando sus propios pensamientos.
Si vamos a seguir al Señor, debemos entender el hecho de que nuestros pensamientos son como la niebla y que nos hacen mucho daño. Debemos entenderlo. Y aunque parezca lento, debemos esperar la Luz y recibirla cuando brille y ser fieles y esperar cuando la Luz vuelva a brillar. Debemos vivir así. ¿Por qué viven los justos? Está escrito: “Los justos vivirán por fe” (Romanos 1, 17). Los justos vivirán por fe en la Luz. ¿Cómo vive la tierra? La tierra vive por la luz del sol. ¿Acaso no da frutos la tierra gracias a la luz del sol? ¿Ustedes por qué viven? Viven por la Palabra que sale de la boca del Señor. Las Escrituras dicen: “No solo de pan vive el hombre, sino de toda Palabra que sale de la boca de Dios”. Debemos tomar pan también, pero aunque nuestra carne viva de pan, no podemos vivir la vida espiritual cuando seguimos nuestros propios pensamientos. Cuando creemos en la Palabra que sale de la boca de Dios, se convierte en alimento para nuestro espíritu y en la Luz que nos guía; y podemos vivir con la fe en la Palabra de Dios.
Aunque nuestros propios pensamientos y nuestros egos hayan muerto con Cristo, siguen surgiendo. Por eso debemos ignorarlos si queremos seguir al Señor hasta el final. Y debemos entender que nuestros pensamientos no son la Verdad. Aunque vivamos una vida llena de egoísmo, debemos reconocer que esa no es la Verdad. Las cosas que salen de nosotros no son la Verdad. Solo Jesucristo es la Verdad y solo Dios es la Verdad. Debemos reconocerlo. En vez de pensar que somos buenos, debemos reconocer que nuestros pensamientos no son correctos, que son insuficientes y no son nada, y que vienen de la carne y no del espíritu.
¿Quién tiene más oportunidades de seguir al Señor con fe? ¿Las personas que tienen muchos pensamientos propios o las que no? Las personas que no tienen sus propios pensamientos tienen más oportunidades de seguir al Señor con fidelidad. El que una persona no tenga sus propios pensamientos no significa que no piense. Significa que, aunque sus propios pensamientos surjan constantemente, se niegan a sí mismos porque saben que sus pensamientos son malvados. Este tipo de personas son espirituales y siguen al Señor con lealtad.
Por ejemplo, han desechado sus pensamientos cuando obedecen a los siervos de Dios pensando: “El Evangelio debe ser predicado después de cultivar los corazones de la gente y hacer que reconozcan sus pecados. Y debo compartir el Evangelio del agua y el Espíritu incluyendo el bautismo de Jesús. Así es como debemos predicar el Evangelio. Esto me lo ha enseñado un siervo de Dios. Así que tengo que obedecer”. Pero algunos aprendices pueden pensar: “Creo que es mejor escoger algunas partes del Evangelio desde una perspectiva diferente cuando predique el Evangelio porque la gente no lo entiende muy bien, ¿no es así? ¿Puedo dejar algunas Palabras y predicar los puntos principales? ¿Puedo dejar de lado algunas Palabras que es fácil que rechacen y predicar solo algunas Palabras comprensibles?”. ¿Acaso no tienen estos pensamientos a menudo? Pero no son correctos. Dios romperá esos pensamientos. Debemos predicar la Verdad.
Mantenerse firmes con la Verdad es tener fe. Las Escrituras dicen: “Los justos vivirán por fe” y nosotros no podemos vivir sin fe. No podemos predicar el Evangelio sin la fe. Una persona que no tiene fe en Dios hace la obra de Dios mientras hace sonar su propia trompeta. Pero la persona de fe no hace la obra de Dios de esa manera. Entiende que los frutos serán cosechados sin él, y que vive por fe porque ha dejado de lado sus propios pensamientos y ya no tiene pensamientos egocéntricos. Dios nos habla así a través del pasaje de hoy.
Cuando los israelitas estaban a punto de escapar de Egipto, Dios les envió la catástrofe del granizo mezclado con fuego en todo el país. Entonces, la linaza y la cebada fueron dañadas porque la cebada tenía cabeza y la linaza estaba saliendo. Pero el trigo y la espelta no fueron dañados, porque se cosechan más tarde. Así que crecieron a pesar del granizo. Lo que ya había salido de la tierra se rompió y murió cuando cayó el granizo, pero los brotes nuevos salieron de las semillas y de las raíces escondidas en la tierra. Así tenemos muchos pensamientos que no nos dejan en paz.
Muchas veces, sus pensamientos les consumen, ¿verdad? Sé lo que pasa por sus corazones aunque no viva con ustedes porque la Palabra habla de esto. Entonces, ¿tengo propios pensamientos? Hay muchos pensamientos que surgen dentro de mí también. Dios los destruye con la Palabra cuando surgen, pero vuelven una y otra vez. Salen continuamente. Todos los días. No les importa ser destrozados y volver todos los días. Estos pensamientos carnales surgen continuamente y son destrozados, y algunos piensan en morir bajo tierra porque van a ser destrozados de todas formas. Estas personas no tienen opiniones propias y simplemente hablan de las mismas cosas y tartamudean y dicen cosas que no tienen sentido, y no tienen opiniones que expresar porque no tienen pensamientos propios. Una persona debe tener su propia opinión confiada y decir: “Escuchadme todos”. Pero un hombre de fe simplemente repite: “El Señor nos ha salvado a través del Evangelio del agua y el Espíritu” porque esa persona no tiene su propia opinión.
Por supuesto, una persona así habla de diferentes temas ocasionalmente, pero solamente habla del Evangelio cuando abre la boca porque no hay nada más santo que el Evangelio. Incluso si una persona no quiere convertirse en una persona de fe, la persona necesita algo para levantarla porque sus pensamientos propios no son nada, y lo que necesita es la Palabra de Dios. Hay un pilar de la Palabra incrustado en las personas que solo pueden vivir por esta Palabra. Tienen que reconocer que esta Palabra está en sus pensamientos, que esta Palabra es correcta, que esta Palabra es fe, y esta Palabra es su Dios, su Luz, su Pastor y solo esta Palabra es buena. Así es como una persona se convierte en una persona de fe y puede caminar por fe. Esta persona hace la obra de fe.
¿Acaso no quieren ser este tipo de personas? Sí. Por tanto, lo que sale de dentro de ustedes y los pensamientos propios, son la niebla. Los pensamientos como la niebla no son beneficiosos para las personas. Deben deshacerse de ellos o rechazarlos cuando surjan en su corazón. Las personas que han nacido de nuevo deben entender que la niebla es dañina. La niebla no es beneficiosa para la tierra aunque surja de la tierra. Sin embargo, solemos creer que nuestros pensamientos están de nuestro lado, aunque no sea cierto. Ese es el problema. Ser engañado es el problema. Como nos dejamos engañar así, dejamos que nuestros pecados nos guíen. Así que nos engañamos continuamente con decepción aún más.
La gente se engaña continuamente en esta vida. Engañan a otras personas y a sí mismas. Aún así, no saben lo que hacen mal. No se han dado cuenta de la verdad de que sus propios pensamientos son incorrectos y sus enemigos. Si lo entienden, todo lo que tienen que hacer es rechazarlos todos los días diciendo: “Esto está mal”. Deben negarse cada vez y buscar al Señor con fe. Pueden convertirse en este tipo de personas.
¿Hay algo que puedan hacer en fe si una persona no vive por fe y sigue sus propios pensamientos? Solo les queda la muerte. Solo hay muerte y las Escrituras dicen: “Porque la mente carnal es la muerte”. Al principio la tierra da brotes donde se ha plantado semilla, pero la tierra se queda indefensa y muere cuando hay demasiada humedad y las plantas no reciben suficiente luz natural por la niebla espesa. La tierra tiene muchos recursos. La tierra da oro, plata, hierro y muchos otros minerales. Pero todos se hacen inútiles. ¿Por qué? Por culpa de la niebla.
Cuando Dios dijo: “Que haya luz”, se hizo la luz y Dios iluminó la tierra y eliminó la niebla que cubría la superficie de la tierra. Cuando recibimos la Luz, debemos creer que solo la Luz es la verdad, que solo la Palabra de Dios es verdad. Entonces recibiremos la sabiduría de Dios. Háganse necios en el mundo y entonces Dios les levantará. Dios humilló a la gente arrogante en este mundo. Dios levantó a los que se convirtieron en necios por Dios. Levantó a José y a David. El convertirse en personas valiosas o no depende de si reconocemos que la niebla es dañina y nuestro enemigo.
Podemos ser fieles en la vida espiritual si entendemos esta Verdad
Cuando entendemos la Verdad de que los pensamientos propios son dañinos como la niebla podemos vivir una vida digna y valiosa espiritualmente. Por tanto, entiendan que la niebla es dañina antes de terminar la Mission School y graduarse. Si no entienden esta verdad antes de su graduación de la escuela de misiones y la acaban sin recibir la remisión de los pecados, morirán. Deben entender que ustedes mismos son la niebla. Solo Dios es la Luz y ustedes son la niebla. ¿Lo entienden? Jesús dijo que quien quiera seguir al Señor tiene que negarse a sí mismo. Y como nuestros pensamientos propios son la niebla, debemos negar nuestros pensamientos.
La niebla es definitivamente dañina para nosotros y por eso el Señor está hablando de la niebla. Cuando nuestros pensamientos surgen, deben entender que son la niebla. Cuando no entienden que sus propios pensamientos son la niebla, no pueden vivir por fe.
Las Escrituras dicen: «Sino que subía de la tierra un vapor, el cual regaba toda la faz de la tierra». En la tierra, la niebla cubre el suelo constantemente y el viento sopla todo el tiempo. La tierra tiene cuatro estaciones, ¿pero cuántas estaciones hay en el mundo espiritual? Hay ocho estaciones (Génesis 8, 22). Hay dos veces más estaciones. Esto significa que las estaciones cambian el doble de veces en el mundo espiritual. Como siempre, la niebla aparece a menudo. Debemos aceptar las cosas que experimentamos, por ejemplo, el frío y el calor, el día y la noche, pero nunca debemos pensar que la niebla es buena. La niebla también aparece en el invierno, ¿verdad? La niebla no tiene una estación específica. Es muy perjudicial cuando la niebla aparece en invierno. Es perjudicial para las enfermedades respiratorias. Debemos entender esto en nuestro viaje espiritual. Debemos entender que los pensamientos propios son enemigos de Dios cuando aparece la niebla. El diablo obra con la niebla. ¿Cuándo aparecen los fantasmas en las películas? Aparecen en medio de la niebla. Los fantasmas femeninos también aparecen cuando la niebla cubre todo el suelo. El diablo obra en medio de la niebla. La forma no desaparece pero obra en los pensamientos de las personas. ¿Y qué utilizan las personas cuando se levantan contra nosotros provocadas por el diablo? Se levantan contra nosotros con sus propios pensamientos. ¿Acaso no se levantan contra nosotros con sus propios pensamientos? Nos juzgan y se levantan contra nosotros con sus pensamientos. Por eso consideramos que nuestros propios pensamientos son un enemigo. Nuestros pensamientos son enemigos, pero también son enemigos de Dios.
Los pensamientos propios son malvados. Cuando tengan pensamientos propios, evalúenlos objetivamente y honestamente por una vez. Entonces entenderán que lo que buscan es completamente contrario a Dios, que no tiene nada que ver con el Evangelio y solo quiere su bienestar. Es cierto. Pero cuando no entienden lo que significa ser malvado, solo buscan su propio beneficio. Solo buscan los deseos de la carne. El Señor nos dice que no nos preocupemos por qué comer, qué beber y qué llevar porque somos seres humanos que solo piensan en las cosas carnales aunque hayamos nacido de nuevo. El Señor dijo: «Buscad primero el reino de Dios y Su justicia, y todas estas cosas se os darán por añadidura» (Mateo 6, 33). Pueden vivir con prosperidad si viven por Dios; pero vivirán destituidos si viven por sí mismos. Por tanto, para vivir su fe después de recibir la remisión de los pecados y conseguir la fe en la salvación, primero tienen que quitar la niebla.
¿Qué pasaría si este mundo estuviese completamente cubierto de niebla? Que toda la vegetación no daría fruto porque la tierra no recibiría luz del sol cuando la niebla espesa cubriese el suelo. ¿No es cierto? ¿Qué pasaría si no hubiese luz del sol? Que solo habría oscuridad, ¿verdad? Y todos los organismos morirían también. Dios nos dijo, a través de los fenómenos de la naturaleza, que la niebla es nuestro enemigo.
He dicho que deben hablar mucho. Deben dar su testimonio en la Iglesia también. ¿A quién deben manifestar las cosas malvadas que hay dentro de ustedes? Deben hacerlo a la gente que no ha recibido la remisión de los pecados. Cuando una persona que no ha recibido la remisión de los pecados hace algo que no me gusta, voy al baño y hablo mal de esa persona a solas: “Estúpido, idiota”. Pero enseguida no puedo evitar decir: “Pero, no eres la única persona que se merece ser maldita. Los seres humanos somos así. Así que yo también soy así”. Así que he llegado a la conclusión de que Dios me ha confiado el Evangelio a mí aunque sea una persona malvada. Y llegamos a conocernos a nosotros mismos a través de esas experiencias. En realidad, podemos predicar el Evangelio porque somos malvados. No podríamos predicarlo si fuésemos como ángeles. Predicamos el Evangelio porque somos personas malvadas.
¿Entienden lo que significa la niebla? Su espíritu se hace todavía más puro cuando entienden que sus pensamientos son la niebla. Podrán crecer espiritualmente. Y podrán abrir sus ojos al mundo de la fe. Podrán entender las cosas espirituales. Deben entender correctamente lo que es esta niebla. Solo entonces podremos vivir la vida espiritual en el futuro. Aunque no necesitemos entender esto si no vivimos una vida espiritual después de recibir la remisión de los pecados, debemos entender que nuestros pensamientos son nuestros enemigos y los enemigos de Dios porque tenemos que vivir con nuestra fe durante mucho tiempo.
Cuando me examino, veo que todavía hay una niebla en mi corazón constantemente. Acabaría muriendo si aceptase toda la niebla que sale de mi corazón como un humo espeso. Acabaría muriendo si siguiese las cosas que salen de mi corazón. Debo ignorar las cosas que salen de mi corazón. Debo ignorar las cosas que salen de mi corazón. Sus propios pensamientos salen mucho especialmente en su nivel después de haber recibido la remisión de los pecados. Probablemente lo desafiaron todo con fe cuando recibieron la remisión de los pecados al principio. Siguieron adelante con mucho gozo diciendo: “Voy a vivir solo por el Señor”. Y se estancan espiritualmente cuando pasa el tiempo después de recibir la remisión de los pecados. ¿Por qué se estancan? Pueden entender que su apariencia es horrible y que no pueden continuar tal y como son. Se dan cuenta de que son como un camión lleno de excrementos, y que no puede seguir adelante porque hay un acantilado justo delante. No puede ir a ningún sitio porque el contenido del camión es demasiado pesado. Por eso se ha quedado estancado.
¿Por qué se estanca? Porque la niebla es muy espesa. Sin embargo, ese camión lleno de excrementos se convierte en el coche más lujoso cuando entienden que la niebla es su enemigo. El camión de excrementos se convierte en el coche más lujoso y empieza a caminar silencioso y más suave desde el momento en que entienden que la niebla se refiere a sus propios pensamientos. Ahora están en esta situación.
Cuando recibieron la remisión de los pecados por primera vez, conducían a 250 km por hora. Pero después de conducir durante algún tiempo, se dieron cuenta de que el tubo de escape estaba taponado y el humo empezó a entrar en el coche, el motor empezó a hacer ruido y el coche no se mueve bien y está a punto de pararse. Esta es la situación actual. Pero aún así se acabará esta situación si se dan cuenta y creen que ustedes mismos y sus pensamientos son enemigos de Dios y son malvados. Entonces se convertirán en un Audi. Se convertirán en el coche lujoso que lleva a los VIP.
El camión lleno de excrementos solo puede transportar excrementos, ¿verdad? Aunque nosotros, los camiones de excrementos, hayamos recibido la remisión de los pecados, debemos transformarnos en coches lujosos y volar. Debemos volar por los aires. Debemos negarnos y creer en la Palabra de Dios y volar por los aires. Esta es la fe.
No deben olvidarlo nunca. De ahora en adelante deben unirse a la Iglesia y predicar el Evangelio con fe y servirlo con fe. Eliseo conoció a una mujer muy generosa cuando fue a la región de Sunam. Sirvió a Eliseo con comida y cobijo, así que Eliseo le preguntó a la mujer qué quería de Dios para pedírselo en su nombre. Entonces contestó: «Vivo entre mi propia gente» (2 Reyes 4, 13). Como el testimonio de la mujer, unirse a la Iglesia y vivir en fe es la bendición para los que han nacido de nuevo.
Una persona es libre cuando se convierte en una persona de fe. La vida espiritual correcta se vive a través del espíritu, no de la carne. Por eso se sienten libres, ¿verdad? Hacemos un trabajo que vale la pena gracias a nuestra libertad. Incluso con nuestra libertad nos convertimos en personas que hacen la obra que deben hacer. Vivimos en este mundo triunfando sobre la carne aunque a veces parezca que estemos perdiendo la batalla.