(Apocalipsis 2:18-29)«Y escribe al ángel de la iglesia en Tiatira: El Hijo de Dios, el que tiene ojos como llama de fuego, y pies semejantes al bronce bruñido, dice esto: Yo conozco tus obras, y amor, y fe, y servicio, y tu paciencia, y que tus obras postreras son más que las primeras. Pero tengo unas pocas cosas contra ti: que toleras que esa mujer Jezabel, que se dice profetisa, enseñe y seduzca a mis siervos a fornicar y a comer cosas sacrificadas a los ídolos. Y le he dado tiempo para que se arrepienta, pero no quiere arrepentirse de su fornicación. He aquí, yo la arrojo en cama, y en gran tribulación a los que con ella adulteran, si no se arrepienten de las obras de ella. Y a sus hijos heriré de muerte, y todas las iglesias sabrán que yo soy el que escudriña la mente y el corazón; y os daré a cada uno según vuestras obras. Pero a vosotros y a los demás que están en Tiatira, a cuantos no tienen esa doctrina, y no han conocido lo que ellos llaman las profundidades de Satanás, yo os digo: No os impondré otra carga; pero lo que tenéis, retenedlo hasta que yo venga. Al que venciere y guardare mis obras hasta el fin, yo le daré autoridad sobre las naciones, y las regirá con vara de hierro, y serán quebradas como vaso de alfarero; como yo también la he recibido de mi Padre; y le daré la estrella de la mañana. El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias».
Exégesis
Versículo 18: «Y escribe al ángel de la iglesia en Tiatira: El Hijo de Dios, el que tiene ojos como llama de fuego, y pies semejantes al bronce bruñido, dice esto».
Las malas acciones de la Iglesia de Tiatira estaban permitiendo las enseñanzas de Jezabel dentro de la iglesia. Jezabel, la esposa del Rey Acab, trajo la idolatría a Israel y sedujo a su gente a cometer inmoralidad sexual y a comer de las ofrendas sacrificadas a los ídolos. Por la descripción de Jesús “que tiene sus ojos como llama de fuego,” Dios está advirtiendo que Él reprenderá y juzgará a aquellos que tienen la fe equivocada en Sus iglesias.
Versículo 19: «Yo conozco tus obras, y amor, y fe, y servicio, y tu paciencia, y que tus obras postreras son más que las primeras».
Pero al mismo tiempo, Dios dijo a Su siervo de la Iglesia de Tiatira y a sus santos que sus obras eran mejores que las anteriores.
Versículo 20: «Pero tengo unas pocas cosas contra ti: que toleras que esa mujer Jezabel, que se dice profetisa, enseñe y seduzca a mis siervos a fornicar y a comer cosas sacrificadas a los ídolos».
El problema para la Iglesia de Tiatira era que aceptaba las enseñanzas de una falsa profetisa. Al permitir a una ramera, profetizas falsas como Jezabel, en la iglesia y por seguir sus enseñanzas, los corazones de sus santos terminaron siguiendo la lujuria de su carne. Como resultado, la temida ira de Dios iba a caer sobre ellos.
La verdadera iglesia de Dios no llama santos a aquellos que no creen en el evangelio del agua y el Espíritu. Ni pone gente que no tiene al Espíritu Santo en sus corazones en posiciones de liderazgo dentro de la iglesia. Ya que aquellos que no tienen al Espíritu santo solo van tras su carne y el mundo en lugar de ir tras de Dios, nunca se les podrá permitir ni tolerar dentro de la verdadera iglesia de Dios.
Versículo 21: «Y le he dado tiempo para que se arrepienta, pero no quiere arrepentirse de su fornicación».
Esto nos dice que aquellos que viven en la carne, quienes no han recibido al Espíritu Santo, no pueden reconocer, ni escuchar la voz del Espíritu Santo. Es por eso que los falsos profetas no se podían arrepentir de su inmoralidad sexual. Como resultado, ella fue golpeada por la espada del Espíritu Santo, y se condenó, en ambos, en la carne y en el espíritu.
En la verdadera iglesia de Dios, solo aquellos que creen en la Palabra del evangelio del agua y el Espíritu pueden ser establecidos como los siervos de Dios. Aquellos que no creen en el evangelio del agua y el Espíritu, sin importar de cuan buenos pastores puedan haber sido en este mundo, se pueden convertir en los líderes fieles que guían a los hijos de Dios a Él. Por lo tanto, debemos discernir a los falsos profetas y sacarlos de nuestras iglesias. Solo haciendo eso puede la iglesia de Dios sobrevivir a los trucos de Satanás, y seguirlo a Él espiritualmente.
Versículo 22: «Y le he dado tiempo para que se arrepienta, pero no quiere arrepentirse de su fornicación. He aquí, yo la arrojo en cama, y en gran tribulación a los que con ella adulteran, si no se arrepienten de las obras de ella».
Este pasaje nos dice que si un siervo de Dios no discierne y expone a los mentirosos, Dios mismo encontrará a aquellos que cometen adulterio espiritual y los meterá en gran tribulación. Los santos y los siervos de Dios deben darse cuenta que Dios Mismo guarda Sus iglesias limpias y las guía en el camino correcto.
No hay lugar para los falsos profetas en la verdadera iglesia de Dios, Dios Mismo los encontrará y los castigará. Cuando la confusión es traída a la iglesia de Dios por estos falsos profetas, Dios ciertamente los castigará con grandes tribulaciones.
Versículo 23: «Y a sus hijos heriré de muerte, y todas las iglesias sabrán que yo soy el que escudriña la mente y el corazón; y os daré a cada uno según vuestras obras».
Dios arroja a los falsos profetas de Su iglesia, para que todos sepan que Él vigila a Su propia iglesia. Los santos descubrirán que Dios se ocupa de Su iglesia, y que Él recompensa las obras de buena fe.
Versículo 24: «Pero a vosotros y a los demás que están en Tiatira, a cuantos no tienen esa doctrina, y no han conocido lo que ellos llaman las profundidades de Satanás, yo os digo: No os impondré otra carga».
Esto significa que aquellos que ya se han convertido en los santos de Dios por creer en Su evangelio del agua y el Espíritu deben de aferrarse a su fe hasta el fin delo mundo. Aquellos que creen en este evangelio no tienen otro camino sino solo el de vivir sus vidas unidos en corazón con la iglesia y los santos de Dios y defender su fe hasta el final. La verdadera iglesia de Dios no siempre debe predicar el evangelio del agua y el Espíritu, también debe exponer a los mentirosos con fe en este evangelio.
Versículo 25: «Pero lo que tenéis, retenedlo hasta que yo venga».
Los creyentes nunca deben perder su fe en el evangelio del agua y el Espíritu y tomarse de él hasta el día del regreso del Señor. Existe gran poder y autoridad en Su evangelio del agua y el Espíritu, que es más que suficiente para vencer a Satanás. Los santos pueden agradar a Dios con esta fe. Si los santos viven por su fe en el evangelio del agua y el Espíritu, y permanecen dentro de la verdadera iglesia de Dios, pueden vencer y triunfar aún en el fin de los tiempos.
Versículo 26: «Al que venciere y guardare mis obras hasta el fin, yo le daré autoridad sobre las naciones».
Los santos pueden a todos sus enemigos creyendo en el evangelio del agua y el Espíritu que Dios les ha dado. Esta batalla de fe, es una batalla que siempre nos da victoria. Por lo tanto, todos los santos pelearán en contra del Anticristo y serán martirizados al final de los tiempos, y como resultado les será dado poder para reinar con el Señor.
Versículo 27: «Y las regirá con vara de hierro, y serán quebradas como vaso de alfarero; como yo también la he recibido de mi Padre».
El Señor dará a Sus santos martirizados Su autoridad para reinar. Por lo tanto, aquellos que venzan reinarán con un poder que, como describe el pasaje, es tan fuerte como un cetro de hierro que puede hacer pedazos los vasos del alfarero.
Versículo 28: «Y le daré la estrella de la mañana».
Aquellos que luchan en contra de sus enemigos creyendo en el evangelio del agua y el Espíritu se les dará la bendición de entender la Palabra de Dios.
Versículo 29: «El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias».
Todos los santos pueden oír la voz del Espíritu Santo a través de la iglesia de Dios, debido a que el Espíritu habla a todos los santos a través de los siervos de Dios. Los santos deben reconocer como Su voz lo que escuchan a través de la iglesia de Dios.
Este sermón también está disponible en formato de libro electrónico. Haga clic en la portada del libro a continuación.