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Tema 13: Evangelio de Mateo

[Capítulo 25-4] Debemos predicar el Evangelio cuando podamos (Mateo 25, 14-30)

Debemos predicar el Evangelio cuando podamos(Mateo 25, 14-30)
«Porque el reino de los cielos es como un hombre que yéndose lejos, llamó a sus siervos y les entregó sus bienes. A uno dio cinco talentos, y a otro dos, y a otro uno, a cada uno conforme a su capacidad; y luego se fue lejos. Y el que había recibido cinco talentos fue y negoció con ellos, y ganó otros cinco talentos. Asimismo el que había recibido dos, ganó también otros dos. Pero el que había recibido uno fue y cavó en la tierra, y escondió el dinero de su señor. Después de mucho tiempo vino el señor de aquellos siervos, y arregló cuentas con ellos. Y llegando el que había recibido cinco talentos, trajo otros cinco talentos, diciendo: Señor, cinco talentos me entregaste; aquí tienes, he ganado otros cinco talentos sobre ellos. Y su señor le dijo: Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor. Llegando también el que había recibido dos talentos, dijo: Señor, dos talentos me entregaste; aquí tienes, he ganado otros dos talentos sobre ellos. Su señor le dijo: Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor. Pero llegando también el que había recibido un talento, dijo: Señor, te conocía que eres hombre duro, que siegas donde no sembraste y recoges donde no esparciste; por lo cual tuve miedo, y fui y escondí tu talento en la tierra; aquí tienes lo que es tuyo. Respondiendo su señor, le dijo: Siervo malo y negligente, sabías que siego donde no sembré, y que recojo donde no esparcí. Por tanto, debías haber dado mi dinero a los banqueros, y al venir yo, hubiera recibido lo que es mío con los intereses. Quitadle, pues, el talento, y dadlo al que tiene diez talentos. Porque al que tiene, le será dado, y tendrá más; y al que no tiene, aun lo que tiene le será quitado. Y al siervo inútil echadle en las tinieblas de afuera; allí será el lloro y el crujir de dientes».
 

Hermanos y hermanas, me alegro de verles de nuevo. En reuniones recientes se me pidió que hablase en la Iglesia de Praise the Lord en la ciudad de Sokcho con poca antelación porque el Reverendo Shin, que se suponía que tenía que hablar, tenía algo importante que hacer y no pudo ir a la reunión. Así que fui allí rápidamente para predicar la Palabra en aquel lugar. Allí me enteré de que cuando ponían una nueva pancarta, acudía a la iglesia más gente, pero si la pancarta no estaba bien hecha o era antigua, la gente no respondía tan bien. No sé si se debe a que vivimos en una era donde prima la moda, pero la gente le da importancia a estas cosas. 
Últimamente hemos celebrado reuniones de resurgimiento espiritual sobre el libro del Apocalipsis. La última reunión también era sobre el libro del Apocalipsis. He hablado sobre Apocalipsis 6 y Mateo 24 en varios sermones porque creo que estamos viviendo en la era que aparece en Apocalipsis 6. Esta es la era del caballo negro, aunque no lo quieran admitir. Ahora estamos sufriendo tormentas de arena en primavera, inundaciones fuera de temporada en invierno, tifones devastadores en otoño y temperaturas anormalmente altas en invierno. Estamos viendo como este tiempo tan extraño y los desastres naturales incrementan. Ahora hay más anormalidades ciclónicas por todo el mundo, y muchas de ellas ni siquiera se anuncian.
Estamos en el proceso de publicar otro libro sobre el Apocalipsis y la edición en mongol de nuestro primer libro. No tengo palabras para describir lo difícil que es. Parecía que la edición en mongol se había terminado, pero después de revisarla y corregirla, nos dimos cuenta de que muchas partes del texto original se habían perdido en la traducción. Así que el equipo del ministerio de traducción se reunió y la examinó. Trabajaron muy duro hasta altas horas de la madrugada y la terminaron por la mañana, por lo que se pudo enviar a la imprenta. En realidad era el día de descanso de la imprenta, pero como teníamos un acuerdo con los de la imprenta, abrieron la oficina e hicieron el trabajo para nosotros. Vamos a ir a Mongolia muy pronto, y no solo predicaremos el Evangelio, sino que nos llevaremos muchos libros con nosotros, así que nos corría prisa completarlos. 
Continuamos con estas reuniones sobre el fin de los tiempos enfocándonos sobre todo en Mateo 24 hasta Mateo 25, 13. En Mateo 24 el Señor nos habla de lo que ocurrirá en el fin de los tiempos. En Mateo 25, a través de la parábola de las diez vírgenes, nos habla de dos tipos de personas: los que esperan al Señor sin haber recibido la remisión de los pecados, y los que sí la han recibido. Además, a través de la parábola de los talentos, nos habla de Sus recompensas y castigos para los fieles y los infieles, cuando vuelva de nuevo después de que la era del caballo amarillo haya pasado. En Mateo 26, nuestro Señor habla de Su muerte en la Cruz. 
El Evangelio del agua y el Espíritu está siendo predicado por todo el mundo. Pero hay muchos lugares y países en los que todavía no se ha manifestado. Queremos ir a Mongolia muy pronto y predicar el Evangelio en persona, pero todavía hay muchos otros países que necesitan escuchar este Evangelio.
Si leemos el pasaje de las Escrituras de hoy, vemos que el Señor dice: «Porque el reino de los cielos es como un hombre que yéndose lejos, llamó a sus siervos y les entregó sus bienes. A uno dio cinco talentos, y a otro dos, y a otro uno, a cada uno conforme a su capacidad; y luego se fue lejos». El Señor empezó la primera parte de la parábola de los talentos explicando que un hombre les entregó sus bienes a sus siervos. Los bienes mencionados aquí se refieren a almas. 
Dios vino al mundo y eliminó los pecados de la humanidad (pasados, presentes y futuros). Dios es dueño de todo el que vive en este mundo. La verdad es que todos somos criaturas del Señor. La gente, sea quien sea, nunca puede compararse con ningún objeto material por muy grande que sea. Cuando el Señor volvió del Cielo a la tierra después de resucitar de entre los muertos, les dio órdenes a Sus siervos fieles. Dicho de otra manera, el Señor se fue después de encomendarles la obra de salvar almas a los siervos de Dios fieles, y les dio la habilidad para poder hacerlo. 
Nuestro señor, que tenía planes de viajar a un país lejano, les entregó Sus bienes a Sus siervos fieles, y se fue. Cuando volvió, se aseguró de que todos habían completado la obra que se les había encomendado, para ver si la habían hecho bien o mal. Así que en el pasaje de las Escrituras de hoy se nos dice que felicitó a los que lo habían hecho bien y castigó a los que lo habían hecho mal. No debemos dudar de que esta parábola tiene varios significados. Sin embargo, ahora vamos a considerar esta parábola con cuidado en relación con Apocalipsis 6. 
Nuestro Señor ha ilustrado claramente en este capítulo las siete eras en las que se divide el mundo. En primer lugar Dios salvará a muchas almas a través del Evangelio del agua y el Espíritu durante la era del caballo blanco. Primero vendrá al mundo, borrará los pecados de la gente a través del Evangelio del agua y el Espíritu. Entonces encargará a las almas que creen en el Evangelio que vivan haciendo las obras por las demás almas. Debemos pensar en esto y relacionarlo con el pasaje de las Escrituras de hoy. 
Dios nos ha puesto a cargo de todas las almas del mundo y nos ha dado el poder de salvarlas y la habilidad de predicarles el Evangelio. Dios nos ha dado a todos la habilidad de salvar a las almas y trabajar de corazón. El pasaje de las Escrituras de hoy habla de los talentos como dinero, pero en realidad se refiere a nuestras habilidades. Hemos recibido las habilidades que Dios nos ha dado para hacer la obra por Su precioso Evangelio. En otras palabras, Dios nos está hablando de las habilidades que se nos han entregado para hacer la obra de Su Evangelio valioso. Con estos talentos podemos entregarles el Evangelio, ayudarles a recibirlo y hacer que sean salvados y vuelvan a Dios. 
El que un hombre recibiera cinco talentos, otro dos y el otro uno, significa que el Señor le ha dado a cada persona diferentes tipos de habilidades. Los cinco talentos son muchas habilidades. También le dio dos talentos a otro hombre y uno al otro, y después se fue a un país lejano, y prometió que volvería para evaluarlos y pagarles. En este respecto nuestro Señor ha entregado Sus bienes a Sus siervos y les ha dado habilidades, y después se ha ido. La parábola menciona que el que recibió cinco talentos, los tomó, se fue a hacer negocios de inmediato y ganó otros cinco. El que recibió dos talentos también negoció con ellos y ganó dos más. Pero el que recibió solo un talento lo enterró en el suelo y se lo devolvió al señor cuando volvió. 
Aquí, en esta historia, los tres siervos recibieron sus talentos respectivos: el primer siervo recibió cinco talentos, el segundo dos talentos y el tercero un talento. Pero todos deberían haber hecho negocios y haber sacado provecho de los talentos que recibieron. Los que sacaron provecho, aunque fuera poco, fueron felicitados por su señor. El siervo que recibió los dos talentos también fue felicitado de la misma manera que el que recibió cinco. Pero uno de ellos, que no sacó ningún provecho, ya que enterró su talento, fue regañado y sufrió la ira de su maestro. 
Echemos un vistazo a la parte que habla de sacar provecho. Está escrito que el que recibió cinco talentos salió a comerciar con ellos, y ganó cinco más. Sacar provecho es un concepto importante aquí. Cuando hacemos negocios, sacar provecho es lo más importante, y es el motivo por el que hacemos negocios. Cuando el pasaje de las Escrituras habla sobre el comercio, no deben pensar en dinero, sino que deben darse cuenta de que la palabra comercio se refiere a salvar almas. Todas las almas pertenecen a Dios y por eso debemos considerar el hecho de que Dios nos ha encargado la tarea de predicar el Evangelio a estas almas. 
Quien haya recibido la remisión de los pecados y por tanto tenga su nombre escrito en el Cielo, tiene la obligación de predicar el Evangelio a los que no la han recibido. No hay ningún motivo por el que puedan decir que no tienen la habilidad de predicar el Evangelio. Quien haya recibido la remisión de los pecados puede predicar el Evangelio de una forma u otra. Antes de que el Señor se fuera del mundo, ¿no nos dio a todos diferentes talentos para predicar el Evangelio? Si no pueden predicar el Evangelio a muchas personas, por lo menos pueden predicárselo a los que hay a su alrededor, y si no han recibido una gran habilidad, pueden servir al Señor de diferentes maneras según la habilidad que les haya dado. Pueden predicar el Evangelio personalmente a las almas que Dios les haya encargado; pueden ayudar a otras personas a predicar el Evangelio; pueden darles su apoyo; y pueden trabajar duro de muchas maneras. Si se lo proponen, pueden hacer la obra de Dios.
El Señor dijo que a quien se le da mucho, se le pide mucho. Alguien que ha recibido mucha habilidad tiene que servir mucho. La persona que recibió cinco talentos fue a comerciar con ellos inmediatamente, ganó otros cinco talentos y se los entregó a su señor cuando volvió. Una persona que ha recibido mucha habilidad debe hacer muchas obras. Debemos hacer tanto como hemos recibido. Todos los santos tienen su parte de obras. Deben servir al Señor en el área en que hayan recibido su habilidad y todo lo que Dios les haya dado.
El Señor volverá al mundo montado en un caballo blanco y nos salvará, así como a toda la humanidad, a través del Evangelio del agua y el Espíritu. Pero debemos recordar que, cuando Dios obra, también obra Satanás. El Señor vendrá en el fin de los tiempos. Durante los últimos días, pasaremos por la era del caballo amarillo, y como resultado seremos martirizados, resucitaremos y seremos tomados. Hasta entonces deben tener una esperanza y llevar a cabo la obra de salvar almas al predicar el Evangelio. Esta es la tarea que Dios nos ha encomendado y la recompensa por llevarla a cabo es el Reino Milenario.
Debemos tener la actitud piadosa de no poder dejar de hacer la obra con los talentos que Dios nos ha dado. Sin embargo no es que debamos trabajar más solo porque seamos codiciosos, o que nos neguemos a servir porque no queremos hacerlo. Cada uno está obligado a hacer sus tareas según las circunstancias y los talentos que Dios nos ha dado. Por tanto nadie debe poner excusas diciendo: «No puedo trabajar para el Evangelio. No puedo servir. No tengo la habilidad para hacerlo». Todo el que haya recibido la remisión de los pecados puede servir al Señor, aunque el Señor le haya dado poco. 
Por tanto no deben poner excusas y sean cual sean sus circunstancias, deben hacer la obra de salvar almas. Todas nuestras iglesias en Corea están haciendo la obra de predicar el Evangelio por todo el mundo. Cuando hacemos esta tarea, vemos que es un trabajo difícil y duro, y hay momentos en que nos enfadamos porque las cosas no se hacen a tiempo. Estamos predicando el Evangelio por todo el mundo y para ello estamos traduciendo nuestros libros en diferentes idiomas. Pero a veces los traductores no hacen bien su trabajo. Esto me hace enfadar. En muchos casos, nuestros trabajadores de este departamento no conocen los idiomas de esos países pero aún así examinan los borradores de las traducciones párrafo por párrafo, comparándolos con el original para ver si se ha omitido algo.
A veces descubrimos que algunas traducciones son bastante malas y están llenas de errores. Cuando intentamos corregir estos errores a través de otros traductores más competentes, invertimos muchas más horas y gastamos más dinero. Esto me pone de los nervios porque entonces nos falta tiempo y recursos. Cuando esto ocurre siento el deseo de dejar de trabajar y empiezo a pensar que sería mejor vivir como la gente del mundo porque soy humano. 
Sin embargo, a pesar de estos sentimientos, no podemos hacerlo porque debemos llevar a cabo la gran comisión, y porque no hay nadie más que pueda predicar el Evangelio del agua y el Espíritu a parte de nosotros. ¿No hay nadie que nos pueda ayudar de vez en cuando predicando el Evangelio del agua y el Espíritu? A veces pensamos así, pero desafortunadamente no hay nadie que haya estado predicando esta Verdad. Como esta es una obra de la que debemos ocuparnos ahora, no debemos dejar de trabajar. 
Estamos haciendo la obra de proclamar el Evangelio por todo el mundo a través de Internet, porque no hay nadie más que crea en el Evangelio del agua y el Espíritu y lo predique. Si hubiese gente así, que hubiese nacido de nuevo como nosotros, ¿no creen que se habrían puesto en contacto con nosotros? Lo hubieran hecho en cuanto hubieran oído hablar de nosotros. «Nosotros también estamos predicando el Evangelio de esta manera. Vemos que ustedes también lo hacen. Estamos encantados de conocerles». Entonces nos habríamos puesto muy contentos y les habríamos mandado un correo electrónico para compartir con ellos. Pero, créanme, no hay nadie así. Por tanto no podemos dejar de hacer esta obra por nosotros mismos. 
Hace un tiempo fui a una reunión en la iglesia de Sokcho, y allí había mucha gente. Por supuesto, todas nuestras iglesias en Corea están así de llenas, y trabajan sin descanso por el Evangelio. Estuve con el Reverendo Roh en su oficina en la iglesia de Sokcho, y él estaba muy ocupado contestando al teléfono y haciendo otras cosas. Esto se debe a que ha empezado diferentes proyectos a la vez y algunos no los ha llegado a completar. Espero sinceramente que estas tareas incompletas se completen pronto y confío en que todo le saldrá bien. Hemos enviado trabajadores a todas nuestras iglesias en cada región. Normalmente la escuela de la Misión está abierta hasta junio, pero este año los estudiantes se han graduado muy pronto.
No debemos olvidarnos de nuestras hermanas y debemos pensar en lo que es bueno para ellas. Estamos considerando que se ocupen del departamento de correos electrónicos, en el que hay mucho trabajo enviando y recibiendo correos de todo el mundo. Pienso que ahora es el momento de comprar algunos ordenadores para este uso exclusivo, y asignárselos a personas cualificadas, para que envíen correos anunciando nuestra página Web. Vivimos en una era de tecnología e información, donde ha habido un cambio importante en la manera en que se intercambia la información, y debemos predicar este Evangelio utilizando todos los medios disponibles. Debemos hacerlo aunque sea difícil. Dios nos ha dado Sus bienes y nos ha dejado instrucciones claras de qué hacer con ellos, y después se ha marchado. Así nos ha puesto a cargo de todas las almas del mundo y nos ha dado a todos nosotros la habilidad de trabajar por el Evangelio.
Por eso tenemos la obligación de predicar el Evangelio, porque estamos viviendo en el fin de los tiempos, y en los tiempos de los que se habla en el libro del Apocalipsis, que cada vez es más caótico. Hay gente a nuestro alrededor que está muriendo por culpa de su fe errónea, porque cree en la teoría falsa del éxtasis pre-tribulación. Por desgracia hay muchas personas, incluso entre las que esperan al Señor, que se está desanimando y perdiendo el interés, y así abandonando su fe en Jesús por desesperación. No hay duda. Estas almas están muriendo.
Si visitan nuestra página Web, se darán cuenta de que la gente hace muchas preguntas sobre el libro del Apocalipsis. Nosotros contestamos de buena gana todas esas preguntas. Sin embargo parece que la gente de fuera de nuestro país es la que hace esas preguntas. Quizás es porque por lo menos tienen interés en Jesús y en el fin de los tiempos. Parece que hacen preguntas pertinentes y nosotros les contestamos. Pero parece que los coreanos no preguntan correctamente. Además son demasiado orgullosos y alardean cuando tienen la oportunidad de hacerlo. Están tan llenos de orgullo que solo la línea del asunto tiene sustancia. Cuando visito páginas religiosas en Internet que tienen un nombre atractivo o anuncios que llaman la atención, me da la impresión de que están ocupando espacio sin aportar conocimiento o proporcionar explicaciones correctas. 
Aunque estamos utilizando muchos recursos para predicar el Evangelio a Occidente, parece que solo los países en vías de desarrollo, como Mongolia, están abiertos a aceptar el Evangelio. Mongolia tiene una calidad de vida baja, parecida a la de Corea en los años 70. Internet es accesible para los órganos de gobierno y grandes empresas, como en otros países, pero no para la gente de la calle. Desgraciadamente hay muchos países en el mundo en los que casi no hay Internet; y generalmente la gente que vive en esos países no es muy corrupta. Así que cuando predicamos el Evangelio a estos países, la gente recibe la remisión de los pecados y acepta el Evangelio inmediatamente en su corazón. No se imaginan lo bien que creen cuando les predicamos, como gente hambrienta que devora la comida. 
No solo tenemos que predicar este Evangelio a la gente en estos países subdesarrollados, sino que también debemos predicarlo a las almas perdidas de todo el mundo. Como Dios nos ha puesto a cargo de todas estas almas, ¿cómo vamos a negarnos a predicarles el Evangelio? Aunque debemos cuidar de nosotros mismos, a veces estamos muy cansados y desfallecemos, porque trabajamos demasiado. Esta es la era del caballo negro que se menciona en el libro del Apocalipsis, capítulo 6, y todo lo que tenemos que hacer es proclamar el Evangelio a toda la gente que nos sea posible, con toda nuestra fuerza, antes de que acabe esta era. 
La era del caballo amarillo está cerca, y entonces será imposible predicar este Evangelio. Es difícil ahora, pero será mucho más difícil en el futuro, así que debemos aprovechar la situación y establecer las prioridades para seguir haciendo la obra del Evangelio sin mirar atrás. Predicar el Evangelio es como correr una maratón, la carrera que tenemos delante parece larga y difícil, pero debemos poner nuestras mentes en la meta y no desfallecer. Debemos correr a un paso constante y con confianza. 
Debemos predicar este Evangelio a buen paso renovando nuestras fuerzas, ya que solo si seguimos corriendo podremos llegar a la meta. Nosotros somos estos corredores de la maratón que Dios ha enviado para dar testimonio del Evangelio del agua y el Espíritu por todo el mundo. Dios nos ha confiado Sus obras y se ha marchado, pero volverá. Nos ha puesto a cargo de las almas del mundo en nuestro país y en todos los países, y por eso debemos predicar el Evangelio. Por tanto somos los que debemos llevar a cabo esta obra tan importante hasta el final. Cuidar de uno mismo es suficientemente duro, pero debemos cuidar de otras almas también. Por supuesto, vivir arriesgando la vida por otras almas no es fácil.
Si no sabemos qué tipo de era vendrá en el futuro, estaremos desanimados y moriremos como los demás. En poco tiempo todo el mundo sufrirá desastres naturales y hambrunas, y al final la era del caballo amarillo llegará. En esta era oscura, el Anticristo aparecerá y matará a muchas personas que crean en Jesús y hayan nacido de nuevo de verdad. Después del martirio de estas personas, habrá un tiempo en el que el Señor resucitará a estos santos y se los llevará consigo. Por esta razón debemos seguir predicando el Evangelio durante el tiempo tan valioso que nos queda. Por eso seguimos predicando sin cesar este valioso Evangelio. 
Últimamente hemos sufrido bastante por culpa de la sequía. Seguimos orando para que Dios nos dé la lluvia que tanto necesitamos, según nuestras necesidades. Los santos de nuestra localidad deben reconocer en qué tiempos estamos viviendo. Estamos sufriendo con otras personas este tipo de desastres naturales que están teniendo lugar en todo el mundo. Muy pronto experimentaremos desastres naturales más serios, que empezarán a aparecer por todo el mundo. La gente tiene la tendencia a ignorar la Palabra de Dios, considerándola poco importante y olvidándola. Pero en cuanto empiece a ser afectada directamente por estos desastres tan terribles, buscará de nuevo la verdad y volverán a creer. La gente tiene esta tendencia a creer si sufre, pero no cree en la Palabra de Dios si vive sin complicaciones. Por eso Dios hará que la humanidad sufra tanto. 
Si empezamos a leer en el versículo 7 de Mateo 24, vemos como el Señor habla de varios sucesos serios que ocurrirán durante la era del caballo negro: «Porque se levantará nación contra nación, y reino contra reino; y habrá pestes, y hambres, y terremotos en diferentes lugares. Y todo esto será principio de dolores». Estos son los sucesos que tendrán lugar durante la era del caballo negro. En otras palabras, estos sucesos tendrán lugar durante estos tiempos, ya que Él dijo: «Porque se levantará nación contra nación, y reino contra reino; y habrá pestes, y hambres, y terremotos en diferentes lugares. Y todo esto será principio de dolores».
Jesús dijo que, cuando estas hambrunas y terremotos aparezcan en la tierra, empezarán los dolores. Cuando estos desastres se hagan realidad en el mundo, la era del caballo amarillo estará cerca y las calamidades de las siete trompetas caerán sobre la tierra, una detrás de otra: bolas de fuego, granizo, cometas que caen del cielo como misiles celestiales a la deriva, estrellas que caen en el mar y en los ríos causando tsunamis, y terremotos de una intensidad inimaginable. Durante este período o era, las calamidades mencionadas por el Señor tendrán lugar, así que debemos creer en este Evangelio y hacer lo posible por proclamarlo en todo el mundo mientras haya paz, antes de que la era del caballo amarillo llegue. 
Cuando la gente corre maratones, suele llegar a sus límites físicos después de 30 kilómetros. Como en este ejemplo, nosotros estamos a punto de llegar al límite donde las cosas se ponen extremadamente difíciles. Sin embargo, aunque estemos cansados y pasemos por malos momentos, debemos recordar controlar a qué paso vamos y seguir corriendo esta carrera con la meta en mente. 
Debemos darnos cuenta de que esta era en la que vivimos es la era del caballo negro, y que hemos llegado a la era de estos desastres. En un año, por culpa de la seguía, el suelo se abre como un pastel hecho al horno; el nivel del agua en las reservas desciende de manera considerable, y el sector agrícola entra en crisis. Ahora somos testigos de una tendencia global a construir presas, algunas de las cuales son enormes. Pero dentro de un año, habrá una cantidad enorme de lluvias que harán que sea difícil que las cosechas maduren, habrá inundaciones en diversos lugares, la gente perderá sus casas, y habrá muchos muertos. Este tipo de clima anormal no solo ocurre aquí en Corea. 
Miren todos los desastres que han ocurrido recientemente en todo el mundo, y que los científicos no han podido predecir. Estos sucesos no son solo temporales. Todo esto se ha predicho en el libro del Apocalipsis, especialmente en el capítulo 6, donde se habla de la era del caballo negro. La era del caballo negro es una era de hambruna espiritual y física, y ahora estamos viviendo en esa era. 
Cuando llegue la era de las hambrunas, la gente pasará hambre y habrá escasez de alimentos por culpa de los desastres naturales. Asimismo la gente pasará hambre espiritual. Poco después de esta era, llegará la era del caballo amarillo como si se hubiera fusionado con esta era. Cuando se haga realidad esta era se habrá convertido en la era del caballo amarillo, y empezarán a caer los desastres desde el cielo. Como sabemos que esta era ocurrirá, no podemos tener nuestros propios pensamientos. No tendremos tiempo para eso. Les digo que no puedo evitar predicar sermones sobre el libro del Apocalipsis en esta era. 
Aún más, los santos deben organizar sus pensamientos y concentrarse en la obra espiritual. Sí, es difícil, pero debemos conocer este Evangelio del agua y el Espíritu, creer en él y servirlo. Los que han recibido la remisión de los pecados al creer en este Evangelio del agua y el Espíritu, deben predicarlo a sus familias, amigos y a toda la gente y así deben cuidar de esas almas que pertenecen a Dios.
Debemos predicar el Evangelio a otras almas también y vivir por este Evangelio durante el resto de nuestras vidas, cuidando de los bienes que Dios nos ha encomendado, y haciendo nuestros negocios con nuestras habilidades. Después de todo Dios nos ha dicho que vivamos de esta manera. Por tanto debemos estar alerta y nuestro espíritu debe estar despierto. Debemos conocer esta era, mantener nuestra fe y vivir predicando el Evangelio a todo el mundo, mientras oramos sin cesar. Debemos hacerlo porque Dios nos lo ha encargado. 
Estoy decidido a terminar mi libro sobre el libro del Apocalipsis, traducirlo a todos los idiomas del mundo y distribuirlo a todo el mundo. Esto se debe a que no habrá futuro si no se predice esta era. Nadie puede tener su futuro garantizado si no percibe el presente de la manera adecuada. 
En cuanto a nosotros, los nacidos de nuevo que estamos viviendo en esta era, y que conocemos estos sucesos, no debemos dejar que nuestra fe se estanque. Debemos reconocer esta era y la que viene. Al vivir con la fe correcta en el presente, iremos al Señor habiendo vivido por esta fe. Para poder cumplir todo esto, debemos predicar el Evangelio del agua y el Espíritu por todo el mundo y así desechar nuestros pensamientos personales y deseos. Hermanos y hermanas, debemos descartar esos pensamientos y deseos para vivir como príncipes y princesas. Debemos estar sujetos a Dios, predicando el Evangelio a todos los que pertenezcan a Dios, sirviendo al Evangelio a través de la habilidad que Dios nos ha dado, poniéndonos en la posición de la fe, proclamando este Evangelio por todo el mundo y viviendo como siervos de Dios. Aunque estamos luchando contra la fatiga constantemente, sabemos que hay todavía mucho trabajo que hacer. 
Hay hermanos y hermanas que acaban de entrar en nuestra escuela de la Misión. Creo que están decididos a vivir por el Evangelio. Creo que son personas de fe que desean vivir por el Señor por completo, comiendo y sufriendo juntos en los momentos difíciles, con la meta de cumplir la gran comisión. Estamos viviendo en un tiempo en que los trabajadores son escasos y la gente que desea vivir por el Señor es poca. Sin embargo, ustedes y yo debemos hacer esta obra que se nos ha encargado a cada uno, utilizando las habilidades que Dios nos ha dado. Asimismo debemos predicar el Evangelio con todo nuestro corazón y hacerlo lo mejor que podamos. Debemos vivir por este Evangelio. 
Vamos a ir a Mongolia. Queremos ir a Mongolia durante una semana. Nos costará un día llegar allí y cuando hayamos deshecho las maletas habrá pasado un día y medio. Como necesitamos otro día para el viaje de vuelva, solo nos quedarán cinco días para trabajar allí. No sé cuánto trabajo podemos hacer en cinco días. 
Espero y oro por que Dios nos mande a algunas almas y nos permita predicarles el Evangelio, ayudarles a recibir la remisión de los pecados y establecer a un obrero de Dios allí para que puedan vivir por el Señor. Así podrán vivir una vida de fe correcta, separados de su fe antigua. Deseo establecer la Iglesia de Dios en Mongolia. Al establecer la Iglesia de Dios y a sus líderes, será nuestro deber cuidar de ellos, proporcionarles lo necesario para vivir, así como material y libros, para así predicar el Evangelio a través de esta Iglesia estratégica y utilizarla para predicar el Evangelio por toda la región del norte de Europa y China. 
Mongolia está conectada con China y Rusia a través de una red de ferrocarriles. Los mongoles tienen un acceso fácil a estos dos países utilizando este medio de transporte. Esta nación estuvo colonizada una vez y gobernada por Rusia y China. Ahora es independiente pero, como resultado de su historia, los mongoles pueden entrar en cualquiera de estos dos países sin pasaporte o visado. Por eso queremos establecer la Iglesia de Dios en Mongolia. En cuanto a países como Filipinas, solo compartiremos libros impresos o electrónicos. No entraremos en los países en los que no sea necesario. Hay muchas naciones en el mundo en las que el orden público no se ha establecido bien, como algunos países en el Medio Oriente. En los países en los que hay guerras o disturbios y conflictos, podríamos sufrir innecesariamente. Si lo miramos desde esta perspectiva, Mongolia es un país con problemas políticos y económicos pero no está tan mal comparado con esos países, y por eso estoy contento. 
Queridos hermanos, ahora es hora de unirnos, de unir nuestras fuerzas creyendo en el Evangelio del agua y el Espíritu y predicarlo por todo el mundo. ¿Creen en el Evangelio del agua y el Espíritu? ¿Creen que sus pecados y los míos han sido redimidos a través de nuestra fe en el Evangelio del agua y el Espíritu? El Evangelio del agua y el Espíritu es simple, pero es la Verdad definitiva. Hay un gran número de falsos maestros en el mundo que no predican esta Verdad. Por tanto, los que tenemos este conocimiento y creemos en el Evangelio del agua y el Espíritu debemos hacer esta obra.
Los que desean nacer de nuevo sinceramente deben conocer este Evangelio y creer en él a través de los libros que les estamos enviando. Estamos predicando el Evangelio a través de medios impresos, porque era necesario. Los que han encontrado el Evangelio a través de nuestros libros se darán cuenta de que el Señor no solo ha borrado sus pecados, sino también los pecados de todos los que escuchen el Evangelio de su boca. Cuando la gente predica este Evangelio, recibe fuerzas, y ustedes también experimentarán lo mismo. Estaremos revestidos del poder del Espíritu Santo mientras vivimos de esa manera. Debemos predicar este Evangelio con una fe fuerte y debemos concentrar nuestros esfuerzos en la obra de predicar este Evangelio. 
En el futuro, a parte de escribir libros, concentraré todos mis esfuerzos en viajar por Corea, celebrar reuniones de resurgimiento y predicar el Evangelio junto con los estudiantes de la escuela de la Misión, para que aprendan. Haga el trabajo que haga, me siento más lleno de fuerzas y mejor cuando predico el Evangelio. ¿Son ustedes iguales? ¿Cuántas fuerzas ganan cuando predican el Evangelio? ¿Qué alegría tienen cuando afirman que Jesús ha borrado todos nuestros pecados? ¿Ha habido alguna ocasión en la que han recibido más fuerzas al hacer esta obra? En realidad, trabajar por el Evangelio no es fácil, pero nuestros corazones están en paz, contentos y en la mejor condición cuando predicamos el Evangelio y lo servimos. Predicar el Evangelio y servir al Señor es lo mejor. 
Iremos a Mongolia a predicar este Evangelio, pero tienen que haber almas humildes. Hay una percepción de que un gran número de coreanos son hombres de negocios ricos. Con esto en mente debemos luchar una batalla espiritual contra los poderes de la oscuridad que han sometido a estas almas durante mucho tiempo. Con esta verdad debemos hacer que la gente se rinda ante Dios.
Hermanos y hermanas, ¿creen que todas las comunidades cristianas del mundo conocen el Evangelio del agua y el Espíritu? No. El Evangelio del agua y el Espíritu es un tesoro escondido por Dios y por eso es un secreto. Durante la era de los siete sellos que aparece en el libro del Apocalipsis, el Evangelio del agua y el Espíritu seguirá siendo un secreto para los que no crean. Por tanto los falsos predicadores y los no creyentes no podrán conocer esta Verdad por mucho que lean la Biblia. 
Mientras escribía un libro sobre el Apocalipsis pensé que no hay muchos libros que valga la pena utilizar como referencia. Cuando la gente escribe un libro debe realizar afirmaciones propias y mostrar la verdad claramente. Pero los que escriben estos libros cuentan historias personales y utilizan palabras inútiles en vez de referirse a pasajes de las Escrituras y demostrar su significado más profundo. Por culpa de esta situación, la gente que busca la Verdad no la encuentra en esos libros. La gente así, que reúne información inútil y engaña a los ciegos espirituales, son como lobos que devoran las almas de los seres humanos. Nosotros conocemos el Evangelio del agua y el Espíritu y por eso tenemos mucho trabajo que hacer. Voy a dar gracias de nuevo a Dios porque nos ha dado esta obra. Confío en que seguiremos publicando libros y se los podré regalar. 
Hermanos y hermanas, me doy cuenta de que están cansados, pero debemos servir al Evangelio un poco más a pesar de la fatiga, y debemos vivir por él y predicarlo. Este mundo es muy grande y hay mucho trabajo que hacer. Por eso tendremos que trabajar mucho este año y el que viene. Cuando llegue el momento en que no podamos trabajar en el extranjero, viviremos bien y comeremos bien. Esto se debe a que en ese momento todavía podremos predicar el Evangelio en Corea hasta que la era del caballo amarillo llegue. 
Hermanos y hermanas, sé que es muy duro, pero debemos reunir nuestras fuerzas y predicar el Evangelio hasta que ya no podamos hacerlo. Estoy seguro de que el Señor nos ha encomendado esta obra. En vez de pensar en cosas inútiles, las hermanas deben servir al Evangelio bien a través de Internet. Los hermanos deben tener fe y pensar en el Evangelio ante todo según el mandamiento del Señor: Buscad primero el Reino de Dios y Su justicia. Como el fin está cada vez más cerca, debemos pensar en este Evangelio primero y vivir por él como prioridad. 
Estoy seguro de que habrá más y más obreros de Dios en nuestra Iglesia. Estamos enseñando a todos los santos a ser obreros de Dios. Todos los justos en Corea hacen un total de 300 personas, y estamos trabajando en nuestro departamento respectivo para todo el mundo con nuestro talento entregado por Dios. La obra que llevamos a cabo lleva a la gente de todo el mundo a pensar que somos una organización misionera enorme. Sin embargo nosotros podemos cumplir esta obra solo gracias a Dios. Los ministros encargados del ministerio literario nos han confirmado que, aunque otros grupos misioneros del mundo no están de acuerdo con nosotros cuando les enviamos en primer libro de nuestra serie, ahora están pidiendo más libros y les enviamos los volúmenes 1, 2 y 3 de las ediciones en inglés. Ahora han cambiado su actitud hacia nuestro ministerio y son más humildes. Cuando hablamos, ahora nos escuchan y cooperan mejor con nosotros.
Como nuestro trabajo se hace por fe en Dios creo que Él nos abrirá el camino. Dios quiere que Su Reino sea expandido por todo el mundo a través de nosotros porque el Evangelio que nosotros predicamos es la Verdad. Si todo el mundo conociese este Evangelio y creyese en él, quizás nuestros esfuerzos no serían necesarios. 
Los científicos reconocen que como el fenómeno de la arena amarilla es tan grave en Mongolia, la gente que visita esa zona debe llevar gafas como protección. Por este fenómeno las estaciones duran dos meses más que en Corea. Así que vemos que hace calor durante el día y frío por la noche. Mongolia tiene un sistema de calefacción central que también ha sido afectado por este fenómeno, y las autoridades mongolas han informado a la nación que después del 15 de mayo de 2006 apagarán la calefacción. Así que nos llevaremos mantas para estar calientes en esas noches frías. 
Hermanos y hermanas, les pido que oren por nosotros. Oren como si ustedes mismos fueran a Mongolia. Recuerden que vamos allí a predicar el Evangelio y no a pasarlo bien. Vayamos al país que vayamos, la única razón por la vamos allí es predicar el Evangelio y establecer la Iglesia de Dios. Si nombramos a uno o dos trabajadores para establecer la Iglesia de Dios allí, los trabajadores crecerán espiritualmente, mantendrán su fe y vivirán por Dios. Mientras nuestra misión sigue enseñando a los trabajadores a través de nuestros libros sobre el crecimiento espiritual, harán su trabajo, ayudarán a más almas y predicarán el Evangelio. Pronto podrán hacer la obra de Dios como Su trabajadores buenos y fieles. Espero que ustedes oren mucho por nosotros. 
Este martes el Reverendo Kim y su mujer volverán de los Estados Unidos. Ahora mismo estoy intentando encontrar un buen lugar para que nuestros ministros se reúnan con el Reverendo Kim. A veces pienso que deberíamos reunirnos y pasarlo bien haciendo una barbacoa con dos cerdos bien criados. Hermanos y hermanas, están cansados. Lo sé. Debemos juntar nuestras fuerzas. ¿Soy el único que dice que está cansado? Sé que todos están cansados. Solo hay dificultades en esta era de hambruna de la que habló el Señor. Pero aún así les pido que vivan por el Evangelio, que crean sin falta que esta era es la era del hambre, que hagan todo lo que puedan en el trabajo que se les ha encomendado, y que vivan con fe amándose los unos a los otros. 
En el futuro será más difícil vivir en este mundo, y un mundo mejor nunca llegará. Esto es verdad. Hermanos y hermanas, debemos guardar la fe bien y servir al Evangelio bien. Cuando primero buscan el Reino y Su justicia, su carne estará bien y recibirán bendiciones. Creo que saben bien que si no buscan el Reino de Dios y Su justicia, no podrán recibir ninguna bendición. Asimismo, creo que Dios proporciona a Sus obreros todo lo que necesitan, y les da comida y ropa satisfactoriamente. Amén.