Rev. Paul C. Jong
Índice
Prólogo
1. Pablo, un misionero para los gentiles (Romanos 1, 1-32)
2. A los que se unen para levantarse contra Dios (Romanos 2, 1-29)
3. ¿En qué respecto son los judíos mejores que los gentiles? (Romanos 3, 1-31)
4. La justicia humana no es nada de lo que estar orgulloso (Romanos 4, 1-25)
5. Junto con Dios (Romanos 5, 1-21)
6. Ya no podemos seguir pecando (Romanos 6, 1-23)
7. La Ley que tiene control sobre el hombre (Romanos 7, 1-25)
8.Los que no están condenados (Romanos 8, 1-39)
9. ¿De dónde procede la angustia del Apóstol Pablo? (Romanos 9, 1-33)
La justicia de Dios es transparente. La justicia de Dios no puede sustituirse por nada. Por eso su justicia es diferente a la justicia del hombre. Debemos saber qué es la justicia de Dios, y debemos creer en ella. La justicia de Dios es fundamentalmente diferente a la justicia humana. La justicia de la humanidad es como un trapo sucio, pero la justicia de Dios es como una perla que brilla para siempre. La justicia de Dios es la verdad que todo pecador necesita sin falta y que trasciende todos los tiempos.