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Tema 3: El Evangelio del agua y del Espiritu

[3-6] La Verdadera Circuncisión Espiritual (Éxodo 12:43-49)

La Verdadera Circuncisión Espiritual
(Éxodo 12:43-49)
“Y Jehová dijo a Moisés y a Aarón: Esta es la ordenanza de la pascua; ningún extraño comerá de ella. Mas todo siervo humano comprado por dinero comerá de ella, después que lo hubieres circuncidado. El extranjero y el jornalero no comerán de ella. Se comerá en una casa, y no llevarás de aquella carne fuera de ella, ni quebraréis hueso suyo. Toda la congregación de Israel lo hará. Mas si algún extranjero morare contigo, y quisiere celebrar la pascua para Jehová, séale circuncidado todo varón, y entonces la celebrará, y será como uno de vuestra nación; pero ningún incircunciso comerá de ella. La misma ley será para el natural, y para el extranjero que habitare entre vosotros.”
 
 
¿Cuál era la condición indispensable para que los Israelitas vinieran a ser hijos de Dios en el Antiguo Testamento?
Ellos tenían que ser circuncidados.
 
Las palabras de Dios en el Antiguo Testamento y en el Nuevo Testamento son importantes y preciosas a aquéllos quienes creemos en Dios. Nosotros no podemos apartarnos ni aun una frase de esas palabras porque las palabras de Dios son palabras de vida.
El pasaje de hoy nos dice que cualquiera que quiere guardar la Pascua tiene que ser circuncidado de antemano. Debemos pensar acerca de la razón por la que Dios nos dice esto. A menos que uno sea circuncidado, él no puede guardar la Pascua.
Si nosotros somos creyentes en Jesús, debemos entender el propósito de Dios al darnos este decreto. La circuncisión es el corte del prepucio del hombre. ¿Por qué Dios les dijo a Abraham y a sus descendientes que fueran circuncidados? La razón es que Él había prometido que sólo los que “cortaran” sus pecados serían hechos su pueblo.
Por eso Él les dice a las personas de Israel en el Antiguo Testamento que debían ser circuncidados. Para volverse el pueblo de Dios, las personas de Israel tuvieron que ser circuncidadas. Era su ordenanza, la base de la consagración, y Él se conviertió en el Dios de aquéllos que desunieron sus pecados con la fe a través de la circuncisión. Y también en el Nuevo Testamento, Él se vuelve el Dios de aquéllos que cortaron el pecado con la fe.
 
 

LA PASCUA

 
¿Qué es la pascua?
Es el día en que los Israelitas recuerdan y agradecen a Dios por la salida de Egipto.
 
La fiesta más importante para el pueblo de Israel era la Pascua. Era el día para recordar y agradecer a Dios por el Éxodo de Egipto dónde los Israelitas habían vivido como esclavos durante aproximadamente 400 años. Dios había traído 10 grandes plagas para mover el duro corazón del Faraón. Así Él llevó el pueblo de Israel fuera de Egipto y en la tierra de Canaán.
El pueblo de Israel se había salvado de la muerte de los primogénitos, la última plaga, a través de la sangre del cordero sacrificatorio y la circuncisión. Así que, Dios les dijo que guardaran la Pascua a lo largo de sus generaciones como un recordatorio de su misericordia.
 
 
¿QUE TENÍAN QUE HACER LOS ISRAELITAS PARA GUARDAR LA PASCUA?
 
¿Qué tenían que hacer los israelitas para guardar la pascua?
Ellos tenían que ser circuncidados.
 
Nosotros tenemos que entender que para guardar la Pascua espiritualmente tenemos que ser circuncidados en nuestros corazones. Incluso el pueblo de Israel tuvo que ser circuncidado para observar la Pascua.
Está escrito en Éxodo 12:43-49. “Y Jehová dijo a Moisés y a Aarón: Esta es la ordenanza de la pascua; ningún extraño comerá de ella. Mas todo siervo humano comprado por dinero comerá de ella, después que lo hubieres circuncidado. El extranjero y el jornalero no comerán de ella. Se comerá en una casa, y no llevarás de aquella carne fuera de ella, ni quebraréis hueso suyo. Toda la congregación de Israel lo hará. Mas si algún extranjero morare contigo, y quisiere celebrar la pascua para Jehová, séale circuncidado todo varón, y entonces la celebrará, y será como uno de vuestra nación; pero ningún incircunciso comerá de ella. La misma ley será para el natural, y para el extranjero que habitare entre vosotros.” Así Él les dijo a los Israelitas que guardaran la Pascua después de que ellos habían sido circuncidados.
¿Quiénes eran los únicos permitidos para comer la carne del cordero de la Pascua y guardar la Pascua? Sólo aquellos que fueron circuncidados podrían guardar la Pascua.
El cordero de la Pascua, como bien sabemos, es Jesucristo quien quitó los pecados del mundo.
¿Entonces, que es la circuncisión en el Antiguo Testamento y en el Nuevo Testamento? La circuncisión significa el corte del prepucio. Jesucristo también fue circuncidado ocho días después de que Él nació en este mundo. Dios había pedido que todos los que participaran en el ritual de la Pascua tenían que ser circuncidados, y dejó muy claro que cualquiera que no había sido circuncidado no podía participar en la Pascua nunca.
Por consiguiente todos tuvimos que ser circuncidados así como Dios ordenó. Si tú crees en Jesús, Tienes que entender el significado de la circuncisión en el Nuevo Testamento.
 
 

¿CUÁL FUE EL RITUAL DE CIRCUNCISIÓN QUE DIOS ORDENÓ A ABRAHAM QUE HICIESE?

 
¿Cómo pudieron Abraham y sus descendientes venir a ser hijos de Dios?
Por ser circuncidados
 
En Génesis, Dios se apareció a Abraham e hizo su pacto con él y sus descendientes. En el capítulo 15, Dios prometió que los descendientes de Abraham se multiplicarían como las estrellas en el cielo y que Él les daría la tierra de Canaán como herencia.
Y en capítulo 17, Él le dijo a Abraham que si él y sus descendientes entraban en su pacto y se circuncidaban, Él se volvería su Dios y ellos se volverían su pueblo. Era el pacto de Dios con Abraham y sus descendientes. Dios prometió que cuando ellos creyeran en su pacto y se circuncidaran, significaría que de hecho ellos se habían vuelto su pueblo, y Él se habría vuelto su Dios.
Génesis 17:7-8 dicen, “Y estableceré mi pacto entre tú y yo, y tu descendencia después de ti en sus generaciones, por pacto perpetuo, para ser tu Dios, y el de tu descendencia después de ti. Y te daré a ti, y a tu descendencia después de ti, la tierra en que moras, toda la tierra de Canaán en heredad perpetua; Y seré el Dios de ellos.”
La circuncisión era la marca del pacto de Dios con Abraham y sus descendientes.
 
 

¿CUÁL ES LA CIRCUNCISIÓN ESPIRITUAL?

 
¿Cuál es la circuncisión Espiritual?
Es cortar todos los pecados de tu corazón creyendo en el bautismo de Jesús.
 
Porque Abraham creyó en la palabra de Dios, Dios lo hizo justo y su hijo. Fue la circuncisión la marca del pacto entre Dios y Abraham.
“Este es mi pacto, que guardaréis entre mí y vosotros y tu descendencia después de ti: Será circuncidado todo varón de entre vosotros” (Génesis 17:10).
La circuncisión significa el corte del prepucio. También significa el paso de todos nuestros pecados sobre Jesús a través de nuestra fe en su bautismo. Nosotros nos circuncidamos espiritualmente cuando cortamos todos nuestros pecados admitiendo el bautismo de la salvación de Jesús. La circuncisión en el Nuevo Testamento es cortar todos los pecados a través del bautismo de Jesús.
Por consiguiente la circuncisión en el Antiguo Testamento es el bautismo de Jesús en el Nuevo Testamento, y los dos son los pactos de Dios que nos hacen su pueblo. Por consiguiente la circuncisión en el Antiguo Testamento y el bautismo de Jesús en el Nuevo Testamento son lo mismo.
Así como los descendientes de Abraham se volvieron el pueblo de Dios cuando ellos cortaron sus prepucios, nosotros nos volvemos hijos de Dios cuando cortamos todo el pecado de nuestros corazones. Nosotros hacemos esto creyendo que no hay ningún pecado en el mundo porque Jesús quitó todo el pecado cuando Él fue bautizado por Juan Bautista.
El bautismo de Jesús hizo justos a todos los pecadores cortando sus pecados. Así como un pedazo de piel fue removido en el proceso de la circuncisión, así los pecados de la humanidad fueron cortados de los corazones de todos los hombres cuando Jesús se bautizó por Juan Bautista en el Jordán. Aquellos que creen esto pueden circuncidarse espiritualmente y pueden llegar a ser el pueblo de Dios, los justos.
 
 
LA FALSA FE QUE HACE QUE EL HOMBRE SE APARTE A SÍ MISMO DE DIOS
 
¿Qué hizo que los Israelitas se apartaran a sí mismos de Dios?
La Incircuncisión
 
Dios le dijo a Abraham que cualquier hombre incircunciso debía ser apartado de su pueblo. ¿Entonces, que es la circuncisión? ¿Y cuál es la circuncisión espiritual? Si la circuncisión de la carne es cortar un pedazo de piel de una parte del cuerpo, entonces la circuncisión espiritual es cortar todo el pecado de nuestros corazones y pasarlo adelante a Jesús a través de su bautismo.
El bautismo de Jesús es la circuncisión espiritual de humanidad a través de la cual los pecados del mundo fueron cortados de nosotros y pasados a Jesús. La razón por la que Jesús se bautizó por Juan Bautista fue para salvar a toda la humanidad a través de la circuncisión espiritual que quitó todo el pecado.
Todos los pecados de la humanidad se pasaron sobre Jesús. Dios, siendo el Dios de Abraham, el Dios de Isaac, el Dios de Jacob, y el Dios de todos sus descendientes, había hecho un pacto con Abraham y sus descendientes y les había hecho cortar sus prepucios. Así Él se volvió su Dios, el Salvador de todos aquéllos que cortaron sus pecados a través de la circuncisión.
¿Cuál es la circuncisión que corta el pecado? Es el pacto de Dios con Abraham y todos aquéllos que nacen de nuevo creyendo en el bautismo de Jesús y su muerte en la cruz como su salvación. De esta manera, Él nos dio el derecho para ser hechos su pueblo. Así Él es el Dios de aquéllos que han sido circuncidados.
Dios habló a Abraham. “Y de edad de ocho días será circuncidado todo varón entre vosotros por vuestras generaciones; el nacido en casa, y el comprado por dinero a cualquier extranjero, que no fuere de tu linaje. Debe ser circuncidado el nacido en tu casa, y el comprado por tu dinero; y estará mi pacto en vuestra carne por pacto perpetuo. Y el varón incircunciso, el que no hubiere circuncidado la carne de su prepucio, aquella persona será cortada de su pueblo; ha violado mi pacto” (Génesis 17:12-14).
Cualquiera que intenta ir a Jesús sin la circuncisión espiritual será cortado de entre su pueblo. La circuncisión espiritual es el bautismo de Jesús en el Nuevo Testamento a través del que todos los pecados de hombre se pasaron a Él.
Cualquiera que cree en Jesús también debe creer en la circuncisión del Antiguo Testamento y el bautismo de Jesús en el Nuevo Testamento, para que pueda recibir del Espíritu, pueda salvarse de todo el pecado, y pueda volverse un hijo de Dios. Para nosotros quienes creemos en Jesús, la circuncisión en el Antiguo Testamento y el bautismo de Jesús en el Nuevo Testamento es lo mismo.
Si nosotros no entendemos el verdadero significado de la circuncisión o no podemos aceptar en nuestros corazones la salvación a través de circuncisión espiritual que nos permite el nuevo nacimiento, nuestra fe será en vano. Podemos pensar que nosotros somos fieles a Dios, pero es como si nosotros hubiéramos construido nuestra casa de fe en arena.
Dios les dice a todos aquéllos que creen en Él que sean circuncidados, creer en la redención a través del bautismo de Jesús, la circuncisión espiritual. Sin la circuncisión, no podemos ser hechos su pueblo. Sin la circuncisión, nosotros seremos excluidos de las filas de su pueblo. Por consiguiente Dios ordenó que cualquiera, aun los comprados con dinero o los extranjeros, debían circuncidarse antes de participar de la fiesta de la Pascua.
Incluso el que hubiera nacido en Israel sería cortado de su pueblo si él no hubiera sido circuncidado. El pacto de Dios con el pueblo de Israel también debe aplicarse a todos aquéllos que creen en Jesús.
En el Éxodo capítulo 12, el pueblo de Israel que comió la carne de la Pascua y las hierbas amargas, ya antes tuvo que haber sido circuncidado. El derecho para comer la carne de la Pascua sólo se dio a aquéllos que habían sido circuncidados.
Es importante para nosotros saber que cuando el pueblo de Israel comió la carne de la Pascua y puso la sangre del cordero en los postes y los dinteles de sus casas, se había circuncidado ya.
Por la ordenanza de Dios, si una persona no hubiera sido circuncidada, él habría sido cortado de su pueblo y perdido el derecho para volverse uno de los hijos de Dios. Esto significa que el pecado de la incredulidad en la circuncisión espiritual lleva el hombre a la ruina. Sólo aquéllos que han sido circuncidados espiritualmente a través del bautismo de Jesús pueden ser salvados.
“El bautismo que corresponde a esto ahora nos salva” (1 Pedro 3:21). ¿Tú crees verdaderamente que todos tus pecados se pasaron a Jesús a través de su bautismo en el Jordán? Si tú realmente entiendes y crees en la verdad, el bautismo de Jesús y su sangre, entonces comprenderás que tú has sido circuncidado espiritualmente y que has llegado a ser un hombre justo. Y también tendrás fe en la verdad espiritual que la sangre de Jesús en la cruz no hubiera tenido sentido sin su bautismo.
Si tú creyeras en la cruz de Jesús sin ser circuncidado espiritualmente a través de la fe en el bautismo de Jesús, Tú serías echado fuera de la misericordia de Dios. Te darás cuenta que todavía tienes el pecado en tu corazón.
Nosotros tenemos que creer en la verdad de que la redención de Dios empezó con el bautismo de Jesucristo y se completó con su sangre en la cruz. Para hacer eso, tenemos que tomar en nuestros corazones las palabras de verdad, el bautismo de Jesús y su sangre, como nuestra salvación.
Con esta fe, nosotros podemos liberarnos del poder de la oscuridad y podemos llegar a ser hijos de la luz. Esta fe separa a aquellos que han nacido de nuevo de las filas de los creyentes ordinarios espiritualmente.
Nuestro Señor, Jesús, nos dice que moremos en Él. Él ya ha lavado los pecados del mundo con su bautismo y su sangre. Por consiguiente, para llevar la marca de ser pueblo de Dios, nosotros tenemos que creer en el bautismo de Jesús. Si nosotros no hacemos eso, seremos cortados de Él.
La salvación de redención no es ninguna otra que el bautismo de Jesús en el Nuevo Testamento y la circuncisión en el Antiguo Testamento. La salvación sólo es completa cuando nosotros tenemos la fe en ambos, el bautismo de Jesús (la circuncisión espiritual) y su sangre en la cruz (la sangre del cordero de Pascua).
La circuncisión de la carne en el Antiguo Testamento se conecta al bautismo de Jesucristo en el Nuevo Testamento. Isaías 34:16 nos dice que todas las palabras en la Biblia tienen sus compañeras. “Inquirid en el libro de Jehová, y leed si faltó alguno de ellos; ninguno faltó con su compañera; porque su boca mandó, y los reunió su mismo Espíritu.”
Cada palabra en el Antiguo Testamento se conecta al Nuevo Testamento. A ninguna palabra de Dios le falta su contraparte.
 
 
¿QUE HAY DE LOS TONTOS QUE CREEN INCORRECTAMENTE?
 
¿Quiénes de entre los creyentes en el mundo irán al infierno?
Aquéllos que no creen en la circuncisión espiritual
 
En estos días hay muchos que sólo creen en la sangre del cordero de Pascua. ¿Ellos preguntan, “Qué quieres decir, con circuncisión? Esta sólo se aplicó a los judíos en la época del Antiguo Testamento. Nosotros no tenemos que cortar nuestro prepucio en la época del Nuevo Testamento.”
Claro que esto es verdad. Yo no estoy diciendo que nosotros debemos circuncidarnos físicamente. El apóstol Pablo explicó claramente el mismo la circuncisión espiritual, y es la circuncisión del corazón a que yo estoy refiriéndome ahora.
Yo no estoy diciéndole que seas circuncidado físicamente. La circuncisión de la carne no tiene ningún significado para nosotros, nosotros tenemos que venir a Jesús y nos circuncidaremos espiritualmente creyendo en el bautismo de Jesús para ser salvados de todos nuestros pecados.
Para que un hombre nazca de nuevo, tiene que ser circuncidado espiritualmente. Cualquiera que cree en Jesús tiene que ser circuncidado espiritualmente. Es la única manera de cortar todos nuestros pecados, la única manera de ser hecho justo. Sólo después de nuestra circuncisión espiritual estamos completamente sin pecado. Por consiguiente tenemos que aceptar en nuestros corazones la circuncisión espiritual creyendo en el bautismo de Jesús.
El apóstol Pablo también creyó en la importancia de la circuncisión espiritual. Él dijo, “la circuncisión es la del corazón,” (Romanos 2:29). Cada uno de nosotros tiene que ser circuncidado para estar libre del pecado espiritualmente.
¿Tus pecados se han pasado realmente a Jesús después de que te fueron quitados? Incluso en el Nuevo Testamento, los que creen en Jesús tienen que ser circuncidados en sus corazones creyendo en el bautismo de Jesús.
El apóstol Pablo dejó esto bien claro en sus Epístolas. Dios salvó a toda la humanidad de los pecados del mundo, les hizo su pueblo. El pueblo de Israel fue hecho el pueblo de Dios por cortarse sus prepucios y nosotros nos volvemos sus hijos cuando pasamos todos nuestros pecados a Jesús creyendo en su bautismo.
Dios nos acepta como su pueblo cuando Él ve nuestra fe en el bautismo de Jesús y su sangre en la cruz. Esta fe nos hace espiritualmente circuncidados y nos lleva a nuestra salvación.
 
 

LA SALVACIÓN PARA LOS PECADORES A TRAVÉS DEL BAUTISMO DE JESÚS Y DE SU SANGRE

 
¿Cómo fue completada la salvación de Jesús?
A través de su bautismo y muerte en la cruz
 
La salvación de Jesucristo completada a través del agua de su bautismo y su sangre en la cruz es para los pecadores. La sangre del cordero era el juicio, y el bautismo de Jesús era la circuncisión espiritual que transfirió todos nuestros pecados sobre Él.
Las iglesias cristianas hoy no deben hacer esta circuncisión espiritual a la ligera. Aunque la circuncisión del Antiguo Testamento significa poco en estos días, el bautismo de Jesús nunca debe ignorarse.
Yo te dije que todos tus pecados fueron quitados por el bautismo de Jesús, y el bautismo de Jesús te salvó de todos tus pecados. ¿Lo crees así? Si tú ignoras el bautismo de Jesús, Tú nunca conocerás el evangelio del nuevo nacimiento, el evangelio de la redención completa a través del bautismo de Jesús.
¿Cómo podemos ignorar el bautismo de Jesús, la circuncisión espiritual de la cual nos habla Dios? Si leemos la Biblia, podemos ver que la circuncisión y la sangre del cordero de la Pascua están estrechamente relacionadas. Éste es el secreto de la circuncisión espiritual, el bautismo de Jesús.
El evangelio predicado por el apóstol Juan no era ningún otro que el evangelio del bautismo de Jesús y su sangre en la cruz. Él dijo en 1 Juan 5:6, “Este es Jesucristo, que vino mediante agua y sangre; no mediante agua solamente, sino mediante agua y sangre.”
Él dijo que Jesús vino mediante agua, sangre y del Espíritu. No sólo por el agua, y no sólo por sangre, sino por el agua, sangre y del Espíritu en total. Estos tres, el bautismo de Jesús, la sangre de Jesús en la cruz y su resurrección de la muerte, son uno, la prueba de nuestra salvación.
 
 

¿POR QUÉ LA BIBLIA HABLA ACERCA DEL BAUTISMO DE JESÚS Y SU SANGRE?

 
¿Fue salvado el pueblo de Israel solo a través de la sangre del cordero en la Pascua?
No. Ellos ya habían sido circuncidados antes de que guardaran la Pascua.
 
El bautismo de Jesús y su sangre es lo que nos permite nacer de nuevo de agua y del Espíritu. Éxodo capítulo 12 dice, “Toma para ti un cordero, y toma algo de su sangre y ponlo en los dos postes y en el dintel de sus casas. Cuando Yo vea la sangre, Yo pasaré de largo sobre Ti.”
¿Sabiendo esto, es posible que podamos salvarnos de todos nuestros pecados sólo creyendo en la sangre del cordero de la Pascua? ¿Entonces por qué se habla mucho del bautismo de Jesús en el Nuevo Testamento? Los apóstoles dijeron, “sepultados con él en el bautismo,” (Colosenses 2:12). “Porque todos los que habéis sido bautizados en Cristo, de Cristo estáis revestidos” (Galanas 3:27). “. . . el bautismo que ahora nos salva” (1 Pedro 3:21).
 Los apóstoles Pedro y Pablo y todos los otros discípulos de Jesucristo hablaron sobre el bautismo de Jesús. Era el bautismo de Jesús en el Jordán al que ellos estaban refiriéndose, y es la fe en el bautismo de Jesús y su sangre en la cruz lo que es la verdad del nuevo nacimiento de agua y del Espíritu.
 A decir verdad, yo creí que en Jesús, pero sólo en su sangre, durante mas o menos 10 años, incluso sin reconocer el bautismo de Jesús. Pero este conocimiento no quitó los pecados en mi corazón. Yo creí en Jesús con todo mi corazón, pero mi corazón todavía estaba lleno de pecado.
Después de 10 años, yo descubrí el significado de la circuncisión espiritual (el bautismo de Jesús) y entonces nací de nuevo. Sólo entonces yo comprendí la verdad: La circuncisión en el Antiguo Testamento simboliza el bautismo de Jesús en el Nuevo Testamento. Yo lo creí y yo todavía lo creo así.
“¿En el Nuevo Testamento, es correcta la fe de creer en ambos, la sangre de Jesús y su bautismo? ¿Es correcta mi apreciasión según la Biblia?” Después de que yo nací de nuevo, yo me pregunté estas cosas.
Aunque yo creí en el mensaje del bautismo de Jesús y su sangre, yo todavía tenía las siguientes preguntas. “¿Es correcto creer en la verdad de que todos mis pecados se pasaron a Jesús cuando Él fue bautizado o es correcto creer que Jesús sólo nos salvó a través de su muerte en la cruz.? ¿No es bastante sólo con creer que Jesús es mi Dios y Salvador?” Yo ponderé esto mientras leía el capítulo 12 de Éxodo.
 Muchas personas hoy leen el capítulo 12 de Éxodo y no lo piensan dos veces para declarar que Jesucristo murió en la cruz como su Salvador. Ellos piensan que es correcto creer en la sangre de Cristo y ellos testifican a la verdad de sus convicciones. Ellos pueden creer firmemente y dicen que el Señor es Cristo y el Hijo de Dios pero ellos todavía son pecadores. Ellos piensan que si creen que Jesucristo es el Salvador, ellos se salvarán aun cuando todavía tienen el pecado en sus corazones.
Este tipo de fe no es la verdadera fe. Esta fe no puede hacerlos nacer de nuevo. Sólo el bautismo de Jesús y su sangre nos puede hacer justos.
¿Entonces, que significa el capítulo 12 del Éxodo? Yo leía la Biblia, pensando, “¿No hay problema si sólo se cree en la sangre de Jesús mientras se está ignorando su bautismo?” Incluso antes de que yo terminara la lectura de Éxodo, yo descubrí la verdad de que la salvación no sólo es por la sangre de Cristo sino también por su bautismo. A través de la Biblia, yo estaba seguro de que nosotros nos circuncidamos en nuestros corazones a través del bautismo de Jesús así como su sangre en la cruz.
 
¿Por qué la mayoría de los cristianos siguen siendo pecadores?
Porque no creen en el bautismo de Jesús.
 
Yo comprendí en Éxodo 12:47-49 que antes de permitirse a uno comer la carne de la Pascua, se tenía que ser circuncidado. Por eso Dios dice en el verso 49, “La misma ley será para el natural, y para el extranjero que habitare entre vosotros.”
 Por consiguiente cualquiera que no fuera circuncidado no podría comer la carne de la Pascua. Ésa es la verdad que yo encontré. Similarmente, cuando nosotros creemos en Jesús como nuestro Salvador, primero tenemos que aceptar el hecho que todos nuestros pecados se pasaron a Jesús a través de su bautismo en el Jordán y después aceptar el hecho de que Jesucristo murió en la cruz por estos pecados. 
Cuando yo comprendí que Jesús se había muerto en la cruz por ser juzgado por los pecados que él quitó a través de su bautismo, yo también comprendí el significado de la circuncisión espiritual que nos salvó de todos los pecados y transgresiones del mundo.
En ese momento, yo comprendí que todos mis pecados se habían ido. Mi corazón se hizo blanco como la nieve y tomé finalmente en mi corazón el evangelio del agua, la sangre y el Espíritu.
Yo comprendí que hay dos cosas que nos salvan, la circuncisión y la sangre del cordero en el Antiguo Testamento y el paso de todos los pecados sobre él a través del bautismo de Jesús y su sangre en la cruz en el Nuevo Testamento. La circuncisión en el Antiguo Testamento y el bautismo de Jesús en el Nuevo Testamento realmente son uno y lo mismo.
Jesucristo no fue juzgado porque él cometiera algún pecado, sino porque él asumió todos los pecados del mundo a través de su bautismo. Aquéllos que creen que Juan Bautista como el representante de la humanidad, bautizó a Jesús y le pasó todos los pecados del mundo a Jesús, también creen en ambos, el bautismo de Jesús y su sangre en la cruz.
¿Por qué muchas personas niegan su bautismo aunque se describe repetidamente en la Biblia? Haciendo esto ellos siguen siendo pecadores aun cuando ellos crean en Jesús. Ellos pueden creer en Jesús pero todavía siguen apartados de Dios. Ellos son pecadores dignos de lástima que irán al infierno aunque crean en Jesús.
¿Cómo pueden seguir siendo pecadores si ellos creen en Jesús? ¿Por qué ellos viven como pecadores? ¿Por qué están yendo a la destrucción? Es una lástima. Ellos continuarán siendo pecadores porque no creen el hecho de que todos los pecados del mundo se pasaron a Jesucristo quien trajo la salvación eterna a todas las personas a través de su bautismo espiritual.
Las personas piensan que ellos se redimen creyendo en la sangre de Jesús, pero ese tipo de fe nunca será completa. ¿Por qué? ¡Porque ellos fallaron al pasar sus pecados a Jesús!
Nosotros sólo podemos salvarnos creyendo en el agua (el bautismo de Cristo) y su sangre de la manera que Dios ordenó: la salvación de la circuncisión espiritual. Entonces, y sólo entonces, podemos nosotros volvernos hijos de Dios.
Nosotros tenemos que preguntarnos. “¿Si sólo creemos en la sangre de Jesús como la circuncisión espiritual, nuestros pecados pueden ser completamente lavados?” Nosotros tenemos que mirar profundamente en nuestros corazones para encontrar la respuesta.
En el Antiguo Testamento, se salvaron las personas a través de la circuncisión y la sangre del cordero de la Pascua así como nosotros ganamos la salvación a través del bautismo de Jesús y su sangre en la cruz. De esta manera nosotros nos salvamos del juicio de Dios y de este mundo pecador. Aquéllos que lo creen se vuelven hijos de Dios y Dios se vuelve su Padre.
Un hombre se salva y se vuelve propiedad de Dios creyendo en estas dos cosas: la circuncisión y la sangre del cordero de la Pascua, es decir, el bautismo de Jesús y su sangre. Ésta es la verdad según Jesús. Esto es el nuevo nacimiento de agua, sangre y Espíritu.
 
 

¿CUÁL ES LA REDENCIÓN DEL AGUA Y DEL ESPÍRITU EN LA BIBLIA?

 
¿Pueden los pecadores volverse justos por creer únicamente en la sangre de Jesús?
Nunca
 
Jesús abandonó su trono en el cielo y descendió a este mundo. Él fue bautizado por Juan el Bautista a la edad de 30 años para llevarse todos los pecados del mundo.
La sangre de Jesús en la cruz fue su condenación por los pecados de todos los pecadores en el mundo. Jesucristo vino como Salvador a este mundo y salvó a todos los pecadores de sus pecados a través del agua y la sangre.
¿Nosotros nacemos de nuevo de la sangre exclusivamente? No. Nosotros nos salvamos del pecado por el bautismo de Jesús y su sangre. Me gustaría hacer una pregunta a aquéllos que sólo creen en la sangre de Jesús. “¿Los pecadores pueden volverse justos sólo creyendo en la sangre de Cristo, o a través de ambos, el bautismo de Jesús y su sangre en la cruz? ¿Es está la creencia por la cual nosotros pasamos todos nuestros pecados a Jesús a través de su bautismo y sangre o sólo a través de su sangre? ¿Cuál es la verdad, yo le pregunto?”
Para ser nacido de nuevo de agua y del Espíritu, nosotros tenemos que creer que Jesús vino a este mundo en la carne, que él asumió todos los pecados del mundo en el Jordán con su bautismo y fue juzgado por todos nuestros pecados en la cruz. Creyendo en Jesucristo, nuestro verdadero Salvador, de esta manera, es que nosotros verdaderamente podemos nacer de nuevo.
Yo te pregunto de nuevo. ¿Cuál es la fe definida en la Biblia? ¿Es la fe en la sangre de Jesús, o en ambos, el bautismo de Jesús y su sangre?
La fe en la sangre de Jesús es como sigue. Jesús fue juzgado y condenado por todos los pecados del mundo. Porque él fue molido y herido por nuestros pecados, nosotros nos salvamos de un juicio terrible. Pero ésa no es la verdad completa. Antes de que nosotros aceptemos esta doctrina, nosotros tenemos que aclarar un punto. ¿Por qué Jesús tuvo que ser crucificado en la cruz?
La Biblia dice claramente que el pago del pecado es la muerte. Jesús nunca cometió algún pecado en este mundo. Él vino en carne de hombre a través del cuerpo de María, él vino en la imagen expresa de su pueblo como el Hijo de Dios Santo y el Salvador de los pecadores. Por eso él tuvo que ser bautizado por Juan el Bautista antes de que él muriera en la cruz. Cuando él fue bautizado, él tomó todos nuestros pecados en él. Así, sin el bautismo, él no podría haber sido sentenciado para verter sangre en la cruz.
 
 
EL SISTEMA SACRIFICIAL EN EL ANTIGUO TESTAMENTO
 
¿Cual era la condición indispensable para ofrecer el sacrificio?
① Un animal vivo sin mancha
② La imposición de manos
③ Su sangre
 
Echemos una mirada a esta verdad a través del sistema sacrificatorio del Santo Tabernáculo. En el Antiguo Testamento, un pecador o el sumo sacerdote ponían sus manos sobre el cordero o cabra del sacrificio para pasar sus propios pecados o los pecados de Israel sobre su cabeza. Las ofrendas eran entonces degolladas y se ofrecían ante el altar. El Antiguo Testamento era la sombra del Nuevo Testamento, y Jesucristo era el cordero sacrificatorio que Dios había prometido enviar.
¿Cuándo le pasaste todos tus pecados a Jesús? Quiero que pienses en esto y que contestes esta pregunta. En el Antiguo Testamento, los Israelitas no podrían matar los animales del sacrificio sin imponerles delante sus manos (la imposición de manos era para pasar el pecado sobre la ofrenda). Antes de que las ofrendas del pecado se trajeran delante del altar, la imposición de manos tenía que hacerse para pasar los pecados a los animales del sacrificio.
“Entonces él pondrá su mano en la cabeza de la ofrenda quemada” (Levítico 1:4). Está escrito en Levítico que todas las ofrendas requirieron de la imposición de manos. Poniendo sus manos en la cabeza de la ofrenda, el pueblo de Israel pudo pasar sus pecados sobre ella, y ofreciendo su sangre y carne en la fe ante Dios, ellos podrían salvarse de sus pecados. Los Israelitas también se salvaron por la fe en los tiempos del Antiguo Testamento.
Cuando una ofrenda quemada se ofrecía a Dios, el pecador tenía que poner sus manos sobre su cabeza para pasarle los pecados del pecador. La ofrenda se degollaba entonces en nombre del pecador. Su sangre se rociaba en los cuatro cuernos del altar y el resto se vertía en la tierra de la base del altar. Así era cómo se redimía a los pecadores.
En el Nuevo Testamento los pecadores pueden redimirse de todos sus pecados a través de su fe en el agua y la sangre de Jesús. 1 Juan 5:1-10 dice que un pecador se ha redimido cuando él cree en el bautismo de Jesús y la sangre del cordero (la cruz).
Por consiguiente cualquier pecador puede redimirse siempre y cuando él crea en los dos, el bautismo de Jesús y su sangre en la cruz. El bautismo de Jesús y su sangre, junto con el Espíritu Santo, son indispensables para nacer de nuevo de agua y del Espíritu.
Amado amigo, ¿Puedes ser redimido sólo creyendo en la sangre de Jesucristo? Aquéllos que piensan que pueden nacer de nuevo sólo creyendo en la sangre de la cruz todavía tienen el pecado en sus corazones. Pero nosotros podemos salvarnos de todos nuestros pecados creyendo en el bautismo de Jesús como la circuncisión espiritual del Nuevo Testamento que es el equivalente a la circuncisión descrita en el Antiguo Testamento.
Todas las denominaciones tienen sus propias doctrinas. Nosotros sabemos que todas ellas están condenadas a ir al infierno a menos que abandonen sus creencias falsas. La Iglesia presbiteriana pone el énfasis en la doctrina de la predestinación; la Iglesia metodista enfatiza el humanismo; la Iglesia bautista, el bautismo; y la Iglesia de santidad, la vida santa; todos éstos han tergiversado la Palabra de Verdad.
¿Pero qué dice la palabra de verdad en la Biblia sobre el nuevo nacimiento? La Biblia dice que la verdad se encuentra en el bautismo de Jesús y su sangre. Cualquiera que cree y sigue la palabra de Dios y tiene fe en el nuevo nacimiento de agua y del Espíritu encontrará la redención.
 
 
¿CUÁL ES EL SECRETO DEL BAUTISMO DE JESÚS?
 
¿Cuál es la circuncisión espiritual en el Nuevo Testamento?
El bautismo de Jesús
 
El bautismo de Jesús era la circuncisión espiritual. En el Antiguo Testamento, Dios dijo que cualquiera que no fuera circuncidado debía ser cortado de su pueblo.
Nosotros tenemos que saber y creer que la circuncisión espiritual en el Nuevo Testamento es de hecho el bautismo de Jesús. Porque Jesús se bautizó por Juan el Bautista al principio de su ministerio público, nosotros podemos circuncidarnos espiritualmente creyendo en su bautismo. Nosotros debemos ponderar cuidadosamente las razones por las que Jesús tuvo que ser bautizado por Juan el Bautista.
“Entonces Jesús vino de Galilea a Juan al Jordán, para ser bautizado por él. Mas Juan se le oponía, diciendo: Yo necesito ser bautizado por ti, ¿y tú vienes a mí? Pero Jesús le respondió: Deja ahora, porque así conviene que cumplamos toda justicia. Entonces le dejó” (Mateo 3:13-15).
 Jesús fue bautizado por Juan el Bautista en el Jordán, “el río de muerte.” Juan el Bautista puso sus manos en la cabeza de Jesús y él fue sumergido totalmente. Ésta es la manera correcta de ser bautizado (Bautismo = ser sumergido en el agua). Para que Jesús se llevara todos los pecados del mundo, él tuvo que ser bautizado de la misma manera, con la imposición de manos a que se refirió en el Antiguo Testamento.
El bautismo de Jesús es la circuncisión espiritual para aquéllos que creen en Jesús. “Deja ahora, porque así conviene que cumplamos toda justicia” (Mateo 3:15). Jesús quitó todos los pecados del mundo y se volvió nuestro Dios y Salvador. Así, estaba determinado, como está escrito, que él muriera en la cruz con todos nuestros pecados sobre su cabeza.
El bautismo de Jesús tiene el poder para hacer a todos los pecadores nacidos de nuevo. Es el secreto del evangelio del agua y del Espíritu.
La primera cosa que Jesús hizo en su ministerio público fue salvar a los pecadores de todos sus pecados al ser bautizado por Juan el Bautista. El bautismo significa “ser lavado, ser enterrado, pasar a.”
Bautizándose de la manera que Dios demandó, Jesús asumió todos los pecados del mundo en Él. “¡He aquí! ¡El Cordero de Dios que quita el pecado del mundo!” (Juan 1:29) el bautismo de Jesús significa que todas las personas del mundo que creen en él han sido circuncidadas espiritualmente.
Después, él fue a la cruz como el cordero de Dios que quitó todos los pecados del mundo y aceptó el juicio por todos los pecadores. Así, él salvó a toda la humanidad del pecado.
Por consiguiente todo aquél que cree en el bautismo de Jesucristo, la circuncisión del Antiguo Testamento, y su sangre en la cruz como su salvación está salvado de todos sus pecados. Jesucristo salvó a todos los pecadores con su bautismo y su sangre. Ésta es la verdad de la circuncisión espiritual.
 
 
¿LA SALVACIÓN ES SOLO POR LA SANGRE? NO, NO LO ES
 
¿Mediante qué, vino Jesús al mundo?
Mediante el agua y la sangre
 
1 Juan 5:4-8 dice, “Porque todo lo que es nacido de Dios vence al mundo; y esta es la victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe. ¿Quién es el que vence al mundo, sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios? Este es Jesucristo, que vino mediante agua y sangre; no mediante agua solamente, sino mediante agua y sangre. Y el Espíritu es el que da testimonio; porque el Espíritu es la verdad. Porque tres son los que dan testimonio en el cielo: el Padre, el Verbo y el Espíritu Santo; y estos tres son uno. Y tres son los que dan testimonio en la tierra: el Espíritu, el agua y la sangre; y estos tres concuerdan.”
Queridos cristianos, ¿Cual es el testimonio de que él es tu Salvador? No es ningún otro mas que la fe en el Hijo de Dios que vino mediante agua y sangre.
¿Cuál es la victoria que vence al mundo? No es ninguna otra mas que el poder de la fe en el agua y la sangre. Es Jesucristo quien vino mediante agua y sangre. Y es el Espíritu que da testimonio, para el Espíritu que es la verdad.
Hay tres cosas que dan testimonio en la tierra: el agua, la sangre, y el Espíritu. Y estos tres concuerdan. Jesús vino a este mundo en carne, él fue bautizado y murió en la cruz para salvarnos de la condenación eterna. La prueba de que Dios, nuestro creador, se volvió el Salvador de todos los pecadores está en el evangelio del agua y del Espíritu que nos salva a todos.
Nuestra prueba es que Jesús vino a este mundo como el Espíritu en la carne, se bautizó en el Jordán para asumir sobre él mismo todos nuestros pecados, y derramó su sangre en la cruz aceptando el juicio por nuestros pecados. Así, él salvó a todos los que creen en él. Éste es el evangelio original del agua y del Espíritu.
 
 
¿CUÁL ES EL AGUA Y LA SANGRE QUE DAN TESTIMONIO DE LA SALVACIÓN DE DIOS?
 
¿Cuál es la contraparte de la circuncisión descrita en el Antiguo Testamento?
El bautismo de Jesús
 
El agua se refiere al bautismo de Jesucristo. En el Antiguo Testamento, el bautismo de Jesús significó la circuncisión. La contraparte de la circuncisión en el Antiguo Testamento es el bautismo de Jesús en el Nuevo Testamento. La prueba que todos los pecados del mundo se pasaron delante de Jesús está en el bautismo de Jesús.
Cualquiera que cree en esta verdad puede estar de pie ante Dios y decir con una buena conciencia, “Tú eres mi Salvador, mi Señor porque yo creo en tu bautismo y tú sangre, el evangelio del agua y del Espíritu. Así que, yo no tengo ningún pecado. Yo soy un hijo de Dios y tú eres mi Salvador.” Nosotros podemos profesar esto con la verdadera fe. La razón por la que podemos decir esto es debido a nuestra fe en el bautismo de Jesús y su sangre.
¿Cuál es la palabra que nos permite el nuevo nacimiento? Es el bautismo de Jesús y su sangre en la cruz que es el testimonio de la salvación en nuestros corazones. Éste es el evangelio del nuevo nacimiento de agua y del Espíritu.
Estimados cristianos, yo les pregunto de nuevo, ¿“Un pecador puede salvarse solamente a través de la creencia en la sangre de Cristo? No. La salvación requiere no sólo la creencia en su muerte en la cruz. Es únicamente a través de creer en las dos, en el agua y la sangre - el evangelio del agua y del Espíritu - que permite que los pecadores puedan nacer de nuevo. Permíteme ahora referirte la Biblia que habla sobre el agua o en otras palabras, el bautismo de Jesús.
1 Pedro 3:21-22 dice, “El bautismo que corresponde a esto ahora nos salva (no quitando las inmundicias de la carne, sino como la aspiración de una buena conciencia hacia Dios) por la resurrección de Jesucristo, quien habiendo subido al cielo está a la diestra de Dios; y a él están sujetos ángeles, autoridades y potestades.”
El apóstol Pedro testificó que el bautismo de Jesús era el que ahora nos salva, y también era la prueba de la salvación del pecado. El bautismo de Jesús es el equivalente de la circuncisión en el Antiguo Testamento. Así como los del pueblo de Israel creyeron en la palabra de Dios y cortaron su prepucio para volverse hijos de Dios en el Antiguo Testamento, el bautismo de Jesús nos salva de todos nuestros pecados en el tiempo del Nuevo Testamento.
Por consiguiente la circuncisión en el Antiguo Testamento y el bautismo de Jesús en el Nuevo Testamento son uno y lo mismo. ¿Crees ahora que el bautismo de Jesús de hecho es igual que la circuncisión? Como está escrito en 1 Pedro 3:21, hay también un bautismo que ahora nos salva, a saber, el bautismo. ¿Puedes refutar la palabra escrita de Dios?
¿Cómo es que nosotros, los que ahora vivimos en este mundo, podemos estar libres de pecado? Es únicamente debido a que Jesucristo fue bautizado para cumplir toda justicia, que la salvación está disponible para nosotros. Mateo 3:15 dice, “Porque así conviene que cumplamos toda justicia.”
Porque todos los pecados del mundo fueron pasados a Jesús, todos los que creen en él están ahora sin pecado. Todos podemos ser hechos justos aceptando la verdad que todos nuestros pecados fueron pasados a Jesús a través de su bautismo. Jesucristo asumió todos nuestros pecados en él y murió en la cruz para salvarnos de todo el juicio.
Estimados amigos, las dos cosas que salvan a los pecadores de sus pecados son el agua y la sangre. El que él tomara nuestros pecados y su muerte en la cruz son las dos cosas principales que Jesucristo hizo por nosotros durante los 3 años de su ministerio público en este mundo.
Juan 1:29 dice, “He aquí el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo” Jesucristo fue bautizado para llevarse el pecado del mundo y murió en la cruz para reparar nuestras transgresiones. Jesús es el Hijo de Dios, y como Creador, cumplió el pacto de la circuncisión que Dios hizo en el Antiguo Testamento llevándose los pecados del mundo.
Cualquiera que cree en su corazón en el evangelio del bautismo de Jesús, el agua y la sangre nacerá de nuevo de agua y del Espíritu. Y el Señor será el Salvador de todos aquéllos que creen. ¡De gracias al Señor, Aleluya! Jesús cumplió nuestra salvación como Dios había prometido, y él nos salvó de todos los pecados del mundo.
 
 
LA NO-REMOCIÓN DE LA SUCIEDAD DE LA CARNE
 
¿Se santifica la carne con el tiempo?
No. La carne continúa acumulando pecado hasta el día que muere.
 
1 Pedro 3:21 dice, “El bautismo que corresponde a esto ahora nos salva (no quitando las inmundicias de la carne, sino como la aspiración de una buena conciencia hacia Dios) por la resurrección de Jesucristo.”
 Cuando un hombre llega a creer en Jesucristo como su Salvador, no significa que él deja de cometer pecados de la carne. Nosotros continuamos pecando, pero creyendo en el bautismo de Jesús, es como pasamos todos nuestros pecados mundanos sobre Jesús quien pagó por ellos con su sangre en la cruz. Creyendo en estas dos cosas como los elementos indispensables de nuestra salvación, nosotros nos salvamos de nuestros pecados.
Nacer de nuevo significa que se le da la bienvenida a Jesús en nuestros corazones como el Salvador de la humanidad. También se logra el perdón del pecado en nuestros corazones. Cuando nosotros creemos en el bautismo de Jesús y su sangre en la cruz, nuestros corazones son nuevos, aunque continuamos cometiendo pecados y transgresiones con nuestra carne. Pero, ya han sido perdonados todos nuestros pecados de la carne.
El bautismo de Jesús es testimonio a todos aquéllos que han sido salvados. Nosotros estamos sin pecado cuando nosotros creemos en el perdón de pecado a través del bautismo de Cristo. Nosotros nacemos de nuevo cuando tomamos en nuestros corazones la verdad de la salvación a través del bautismo de Jesús y somos hechos justos a través del evangelio del agua y del Espíritu.
Ésta es la fe de Abraham en el Antiguo Testamento, la fe de ser hecho justo sobre la cual habló el apóstol Pablo, y la que corresponde a nuestra salvación de la que el apóstol Pedro testificó.
Así como Abraham oyó y creyó en la palabra de Dios y fue hecho justo, nosotros nos salvamos cuando creemos en el bautismo de Jesús y su muerte en la cruz.
Juan 1:12 dicen, “Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios.” ¿Tú aceptas a Jesucristo, el que nos salvó de todos nuestros pecados a través de su bautismo y sangre, como tu Salvador? Debemos recibir la salvación dada a nosotros a través del agua y la sangre del Hijo de Dios.
¿La salvación es sólo por la sangre de Jesucristo? No. Es mediante el agua y la sangre de Jesús. En la Biblia, se declara claramente que la salvación no es por la sangre de Jesús exclusivamente. Es mediante el bautismo de Jesús y su sangre.
El bautismo de Jesús es la circuncisión espiritual del Nuevo Testamento. Es la verdad de la salvación que quitó todos nuestros pecados. El hecho de que él fue juzgado por los pecados del mundo significa que él fue juzgado por nosotros, por ti y por mí.
Recibiendo el evangelio del perdón de los pecados, el bautismo de Jesús y su sangre, nosotros nos libramos del juicio por todos nuestros pecados. Con nuestra fe, nos salvamos de todos los pecados que cometemos en este mundo. Cuando nosotros tomamos el bautismo de Jesús y su sangre como nuestra salvación, se lavan todos los pecados en nuestros corazones. ¿Lo crees así? Yo espero sinceramente que tú quieras que todos crean en el evangelio del agua y del Espíritu. Créelo y gánate la vida eterna.
El apóstol Pablo dijo, “la Circuncisión es la del corazón” (Romanos 2:29). ¿Cómo nos circuncidamos en nuestros corazones? Nosotros podemos circuncidarnos espiritualmente cuando creemos en la venida de Cristo Jesús a este mundo en la carne, en su bautismo para llevarse todos los pecados del mundo, en su muerte en la cruz por nuestros pecados, y en su resurrección de la muerte.
El apóstol Pablo dijo que la circuncisión es la del corazón. La circuncisión del corazón significa creer en el bautismo de Jesús y su sangre. Si tú quieres ser circuncidado en tu corazón, tú tienes que tomar en tu corazón el evangelio del bautismo de Jesús y su sangre. Entonces, sólo entonces, puedes realmente ser hecho hijo de Dios.
 
 

¿JUAN EL BAUTISTA FUE ENVIADO POR DIOS?

 
¿Quién fue Juan el Bautista?
Él fue el representante de la humanidad, y el último sumo sacerdote de acuerdo al linaje de Aarón.
 
Aquí, necesitamos preguntarnos quién era Juan el Bautista que bautizó a Jesucristo. Juan el Bautista era el representante de la humanidad. Mateo 11:11-14 dice, “De cierto os digo: Entre los que nacen de mujer no se ha levantado otro mayor que Juan el Bautista; pero el más pequeño en el reino de los cielos, mayor es que él. Desde los días de Juan el Bautista hasta ahora, el reino de los cielos sufre violencia, y los violentos lo arrebatan. Porque todos los profetas y la ley profetizaron hasta Juan. Y si queréis recibirlo, él es aquel Elías que había de venir.”
Estimados cristianos, Jesús dice que no hay nadie mayor que Juan el Bautista entre los nacidos de mujer. Con el nacimiento de Juan el Bautista, la era del Primer Pacto de Dios la del Antiguo Testamento había terminado. Había terminado porque Jesucristo con quien se cumplía el pacto de Dios había venido por fin.
¿Entonces, quién era el que debía cumplir el pacto de Dios? Jesucristo y Juan el Bautista. Juan el Bautista pasó todos los pecados del mundo sobre Jesús. ¿Quién era el último sumo sacerdote del Antiguo Testamento? ¿Quién era el descendiente de Aarón? El mismo Jesucristo testificó que no había otro como Juan el Bautista. Juan el Bautista era el representante de la humanidad, el más grande entre los nacidos de mujer.
Ponderemos los hechos. Moisés, Abraham, Isaac, y Jacob nacieron de mujeres. ¿Pero entre las personas del Antiguo Testamento y del Nuevo Testamento quién es el más grande entre los nacidos de mujeres? Es Juan el Bautista.
Juan el Bautista, como el último profeta del Antiguo Testamento y descendiente de Aarón, bautizó al cordero de Dios en el Nuevo Testamento del mismo modo que Aarón puso sus manos en las ofrendas del sacrificio en el Día de Expiación en el Antiguo Testamento. Él bautizó a Jesucristo y pasó todos los pecados del mundo sobre Jesús. Él era siervo de Dios. Él cumplió la circuncisión espiritual en los corazones de toda la humanidad bautizando a Jesucristo.
Junto con el bautismo de Jesús, debemos creer en su sangre como el testimonio de nuestra salvación. Jesucristo quitó todos los pecados del mundo a través de su bautismo y fue juzgado por ellos. Y la única cosa que debemos hacer es simplemente creerlo. Es la voluntad de Dios que nosotros creamos en lo que Jesús hizo.
Una vez que tú tomas en su corazón el evangelio del nuevo nacimiento de agua y del Espíritu, Tú puedes volverte un descendiente de Abraham y un hijo de Dios. Hay sólo unos pocos que están en Cristo mientras que hay muchos que no lo han aceptado todavía en sus corazones.
El día casi ha terminado y la oscuridad está cayendo. Cree en el bautismo de Jesús y permítele entrar en tu corazón. Tú fe en el bautismo de Jesús y su sangre harán que seas bendecido con la salvación espiritual.
Ten siempre presente que el nacimiento viene cuando tú crees en el evangelio de la salvación, el evangelio del bautismo de Jesús y su sangre. Yo quiero que tú sepas que puedes preparar la lámpara espiritual (la Iglesia) y el aceite (el Espíritu) como las vírgenes sabias (Mateo 25:4) creyendo en el evangelio del bautismo de Jesús y su sangre. Aquéllos que creen en Jesús van a la iglesia con el Espíritu en sus corazones.
 
 

¿POR QUIÉN FUE BAUTIZADO JESÚS?

 
¿Para qué propósito fue bautizado Jesús?
Para lavar los pecados de la humanidad
 
“Yo necesito ser bautizado por ti, ¿y tú vienes a mí? Pero Jesús le respondió: Deja ahora, porque así conviene que cumplamos toda justicia” (Mateo 3:14-15).
Jesús fue bautizado para lavar todos los pecados de la humanidad. Jesucristo es el Hijo de Dios y nuestro Salvador. Él es el Creador, quien nos hizo. Jesucristo vino por la voluntad de Dios, el Padre, para hacernos su pueblo.
¿Sobre quien hablaron todos los profetas en el Antiguo Testamento? Ellos hablaron de Jesucristo. Todos los profetas del Antiguo Testamento hablaron de Jesús quien vino a este mundo a llevarse todos nuestros pecados y librarnos para siempre del pecado.
Jesús vino a este mundo como se profetizó en el Antiguo Testamento y quitó todos los pecados de la humanidad desde Adán y Eva hasta el último hombre en la tierra.
Ahora, toma en tu corazón la salvación a través del bautismo de Jesús y su sangre. ¿Estás inseguro de que ésta es la verdad? ¿Tienes todavía pecado en tu corazón? “Porque así conviene que cumplamos toda justicia” Jesús se bautizó por Juan el Bautista para cumplir toda justicia.
La palabra “bautismo” en si misma significa “para ser lavado.” Jesús se bautizó por Juan el Bautista en la forma de la imposición de manos descrita en el Antiguo Testamento.
Después de que él había asumido todos los pecados de la humanidad, él se sumergió en el Jordán. El río significa muerte y juicio para los pecadores. La inmersión de Cristo en el agua simboliza su muerte en la cruz. Su emergencia del agua representa la resurrección. Jesús resucitó al tercer día después de morir en la cruz.
Jesús es nuestro Dios y Salvador. El hecho de que Jesús vino a este mundo a ser bautizado, de haber sangrado hasta la muerte en la cruz, resucitar al tercer día, y ahora estar sentado a la derecha de Dios es la clara prueba de que él salvó a toda la humanidad de la muerte. ¿Tú crees esto?
El bautismo de Jesús es la circuncisión espiritual del Nuevo Testamento. “La circuncisión es la del corazón.” La circuncisión del corazón se completa cuando nosotros creemos en el bautismo de Jesús, la verdad del paso de todos nuestros pecados a Jesús. La circuncisión del corazón es el reconocimiento del bautismo de Jesús a través del cual nosotros pasamos todos nuestros pecados a Jesús.
¿Tú te has circuncidado en tu corazón? Si tú crees en la circuncisión del corazón, tus pecados se lavarán por última vez. Para este propósito Jesús cumplió toda la justicia y aseguró la salvación de todos los pecadores.
Estimados cristianos, tomen esta prueba de salvación en sus corazones y mentes. Ésta es la verdad. Una vez que tú tomas en tu corazón la salvación de Jesús, Tú te librarás de todos tus pecados. “Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios” (Juan 1:12).
¿Puedes ver ahora por qué Jesús tenía que venir a este mundo a ser bautizado? ¿Lo crees ahora? Jesús fue bautizado para llevarse los pecados de toda la humanidad. Era el bautismo de la circuncisión. El bautismo de Jesús nos da la circuncisión espiritual. Por eso el apóstol Pablo nos dice que seamos circuncidados en nuestros corazones. Jesús nos salvó tan claramente con su bautismo y sangre que nosotros no tenemos ninguna otra opción mas que creerlo en nuestros corazones. Nosotros debemos decir “Sí. Amén” a la palabra de Dios en nuestros corazones. ¿No es verdad? ¿Crees esto?
 
 
¿ACEPTAS ESTA VERDAD EN TU CORAZÓN?
 
¿Qué debemos hacer antes de adorar a Jesús?
Tenemos que tomar en nuestros corazones la verdad del agua y del Espíritu.
 
Casi 2000 años han pasado desde que Jesús vino a este mundo. En este día estamos en la era de la gracia de Dios, debemos tomar en nuestros corazones la verdad, el agua y la sangre de Jesús. No hay nada más que debamos hacer.
“La circuncisión es la del corazón.” Nosotros tenemos que ser circuncidados a través de la fe en nuestros corazones. Nosotros sólo podemos salvarnos a través de la fe. En el Antiguo Testamento, los Israelitas se salvaron a través de la circuncisión y la sangre de la Pascua que se puso en los postes y los dinteles de sus casas.
Aquéllos que creen en el bautismo de Jesús y su sangre como su salvación, no tienen miedo del juicio de Dios porque pasará de largo de ellos. Pero el juicio de Dios si caerá en todos los que no toman la verdad en sus corazones. Hay muchos que creen en Jesús en vano y trabajan como esclavos todavía de sus pecados.
¿Cómo han llegado a este estado? ¿Por qué padecen todavía el pecado? Es porque ellos no saben la verdad del bautismo de Jesús y su sangre. Ellos sólo creen en la sangre de Jesús, omitiendo o pasando por alto su bautismo.
¿La salvación es asequible a través de la creencia simple sólo en la sangre de Jesús? ¿Qué nos dice la Biblia? ¿Qué dice sobre esto el Antiguo Testamento y el Nuevo Testamento? Según la Biblia, no es sólo por la sangre del cordero de Dios, sino también por el bautismo de Jesús que se logra la salvación (1 Juan 5:3-6).
¿Crees tú en la sangre de Jesús exclusivamente? Aquéllos que lo hacen así todavía deben tener el pecado en sus corazones. Ellos deben superar su fe incorrecta y deben volver al verdadero evangelio.
Los incrédulos deben reconocer ahora que ellos se han salido del camino, no sabiendo que Jesús quitó todo el pecado en el Jordán a través de su bautismo. Ellos deben admitir que ellos han estado equivocados por abandonar el aceptar el bautismo de Jesús. Ellos deben creer en sus corazones que Jesús quitó todos los pecados del mundo a través de su bautismo. La salvación sólo está disponible cuando nosotros creemos en ambos, el bautismo de Jesús y su cruz. En otros términos, sólo a través del evangelio del agua y del Espíritu es que nosotros somos capaces de ganar la vida eterna.
Estimado cristiano, ¿Tú has vivido hasta hoy sólo dependiendo de la creencia en la sangre de Jesús? Entonces, ciertamente tú tienes el pecado en tu corazón. Si tú pecas, entonces tienes el pecado en tu corazón. Si piensas que estás libre del pecado cuando tú guardas la ley de Dios, es sólo un sentimiento que sale de tus emociones. Esta convicción no está de acuerdo con la palabra de Dios.
 
 
AÚN NO ES DEMASIADO TARDE
 
¿De cual ley nos libera la verdad?
De la ley del pecado y de la muerte
 
Aún no es demasiado tarde. Simplemente cree en el bautismo de Jesús y su sangre, y tú serás circuncidado en el corazón y llegarás a ser libre de todo el pecado. Volviéndote libre de todos los pecados, significa que tú eres salvado creyendo en el evangelio del bautismo de Jesús y su sangre.
¿Estás dispuesto a creer en el bautismo de Jesús y su sangre para la salvación de tus pecados? Una vez que creas, Tú aprenderás como es la salvación. Recibirás la paz interior. Entonces, y sólo entonces, serás hecho justo. No a través de tus obras, sino a través de tu fe en la palabra de Dios. Si alguno de ustedes todavía cree y sólo depende de la sangre de Jesús para la salvación, me gustaría urgirle a creer en ambos; el bautismo de Jesús y su sangre.
Estimados cristianos, la salvación completa de la humanidad del pecado se cumplió a través del evangelio del bautismo de Jesús y su sangre. El Espíritu es Dios. Dios vino a este mundo en la carne de hombre.
Dios dijo a través de los profetas que nosotros debemos llamar su nombre Jesús, porque Él salvará a su pueblo de sus pecados. Dios dijo, “«Una virgen concebirá y dará a luz un hijo y le pondrás por nombre Emmanuel» (que significa: «Dios con nosotros»)” (Mateo 1:23).
Dios vino a este mundo para salvar a los pecadores. Él fue bautizado para llevarse todos los pecados del mundo y así salvó a todos los pecadores. Ésta es la verdad y la salvación del agua y la sangre. Yo estoy aquí para decirle esto. ¿Nosotros sólo nos hemos salvado por la sangre de Jesús? Claro que no. Nosotros nos hemos salvado por el bautismo de Jesús y su sangre en la cruz.
Hay muchos profetas falsos y herejes hoy que no creen en el bautismo de Jesús. Jesús dijo, “conoceréis la verdad y la verdad os hará libres” (Juan 8:32).
Nosotros debemos saber la verdad. Debemos saber por qué Jesús habló sobre su bautismo, y por qué nosotros debemos creer en él. Nosotros debemos saber por qué Dios les dijo al pueblo de Israel que fueran circuncidados en el Antiguo Testamento y por qué él habló sobre la sangre del cordero de la Pascua.
Cuando nosotros sabemos sólo parte de la historia, nosotros nunca podemos reconocer la verdad. Jesús dijo, “De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios” (Juan 3:5).
 
 
PARA SER BAUTIZADOS EN CRISTO
 
¿Cómo nos unimos a la muerte de Cristo?
Mediante el paso de nuestros pecados a Jesús a través de su bautismo
 
La Biblia testifica el secreto de la salvación. ¿Es sólo por la sangre de Jesús? No. Es por su sangre y su bautismo juntos. El apóstol Pablo habló a menudo sobre esto en Romanos capítulo 6 y de nuevo en muchas otras Epístolas.
Leamos Romanos 6:3-8. “¿O no sabéis que todos los que hemos sido bautizados en Cristo Jesús, hemos sido bautizados en su muerte? Porque somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva. Porque si fuimos plantados juntamente con él en la semejanza de su muerte, así también lo seremos en la de su resurrección; sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con él, para que el cuerpo del pecado sea destruido, a fin de que no sirvamos más al pecado. Porque el que ha muerto, ha sido justificado del pecado. Y si morimos con Cristo, creemos que también viviremos con él;.”
Leamos el verso 5, “Porque si fuimos plantados juntamente con él en la semejanza de su muerte, así también lo seremos en la de su resurrección.”
Su muerte era nuestra muerte porque todos nuestros pecados fueron pasados a él a través de su bautismo. Así el bautismo de Jesús une su sangre en la cruz con nosotros.
Nuestra fe en el bautismo de Jesús y su sangre nos permite unirnos con Jesús. “La paga del pecado es muerte” (Romanos 6:23). Por consiguiente la muerte de Jesús en la cruz era nuestra muerte. Él fue bautizado para asumir todos nuestros pecados en Él. Creer en esta verdad es unirse con Jesucristo, nuestro Salvador.
 
 
NO DEBERÍAMOS CREER EN JESÚS COMO UN ESTILO RELIGIOSO DE VIDA
 
¿Qué entendemos por “Él es fiel y justo?”
Esto significa que Jesús quitó nuestros pecados de una vez por todas y salvó a todo aquél que cree en la verdad.
 
Muchas personas creen en Jesús como un estilo de vida religioso, ellos van a la iglesia y lloran orando y arrepintiéndose. Ellos confiesan sus pecados y piden perdón todos los días. Ellos oran, “Jesús, yo sé y creo que tú moriste en la cruz por mí. Sí, yo lo creo.”
Claramente, ellos entienden mal el pasaje siguiente. “Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad” (1 Juan 1:9). Ellos dicen que deben ser perdonados de sus pecados todos los días a través de la confesión de pecado. Pero el pecado en el pasaje anterior no significa las transgresiones cotidianas triviales. Lo que significa ese pasaje es que nosotros somos perdonados por última vez de nuestros pecados cuando confesamos que nosotros no hemos sido salvados todavía.
“Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios” (Romanos 10:17). “Y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres” (Juan 8:32).
Estimado cristiano, la verdad está clara. Si tú crees que Jesús se murió en la cruz sin llevarse todos nuestros pecados a través de su bautismo en el Jordán, tu fe es en vano. Si cualquier cristiano quiere ser salvado de todos sus pecados, él debe creer que sus pecados se pasaron por última vez delante de Jesús a través de su bautismo en el Jordán y que él tomó el juicio por todos nuestros pecados en la cruz. En otros términos, nosotros debemos creer en ambos, el bautismo de Jesús y su sangre.
“Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos” (Hechos 4:12). Jesucristo asumió todos nuestros pecados a través de su bautismo y se volvió nuestro Salvador. Jesús vino mediante el agua y la sangre para salvarnos de la condenación eterna. “Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación” (Romanos 10:10). ¿Tú eres un pecador o un justo?
Gálatas 3, 27 dice: «Porque todos los que habéis sido bautizados en Cristo, de Cristo estáis revestidos». Este versículo nos habla de que Jesús fue crucificado después de haber tomado los pecados del mundo a través de su bautismo. Después resucitó de entre los muertos al tercer día y ahora está sentado a la derecha de Dios. Entonces se convirtió en el Señor de la Salvación para todos los que creen en él.
Si Jesús no hubiera sido bautizado, si él no hubiera derramado su sangre en la cruz por nosotros, él no se habría vuelto nuestro Salvador. Nosotros sólo podemos salvarnos cuando creemos en el evangelio del agua y del Espíritu.
 
 
INCLUSO EL HIJO DE MOISÉS
 
¿Por qué Dios trató de matar a Moisés en el camino a Egipto?
Porque él no había circuncidado a sus hijos.
 
Mi muy querido, Tú estás escuchando el secreto de la redención de todos tus pecados a través del agua y la sangre de Jesús. Es una bendición maravillosa el poder escuchar estas palabras de Dios.
¿Es sólo la sangre de Jesucristo? En el tiempo del Antiguo Testamento, las personas se volvieron los descendientes de Abraham a través de la circuncisión y la sangre del cordero de la Pascua. Ahora nosotros nos volvemos pueblo de Dios creyendo en el bautismo de Jesús y su sangre. Dios nos ha mostrado la prueba de esto en el Antiguo Testamento a través de Moisés.
Al salvar al pueblo de Israel, Dios habló a Moisés y le dijo que sacara a su pueblo de Egipto. Así Moisés, con el permiso de su suegro Jetro, dejó la tierra de Madián y se dirigió hacia Egipto con su esposa e hijos. Cuando él puso a su familia en un asno, el Señor lo encontró en su campamento y quiso matarlo.
Pero su esposa Séfora sabía la causa. ¡Ella recogió una piedra afilada y cortó el prepucio de su hijo y lo lanzó a los pies de Moisés y dijo, “Ciertamente tú me eres un marido de sangre!” Entonces Dios le permitió ir.
Ésta fue su manera de decir que él ciertamente mataría a cualquiera, incluso al hijo de Moisés, si él no fuera circuncidado. Para el pueblo de Israel, la circuncisión era la señal del pacto de Dios. Ellos supieron que Dios ciertamente cortaría a cualquiera de su pueblo, incluso el hijo del líder, si él permaneciera incircunciso. Por consiguiente, para evitar cortar a su hijo, Dios había alertado a Moisés de esa manera.
¡La Biblia dice que la razón por la que Séfora quitó el prepucio de su hijo y lo lanzó a los pies de Moisés y dijo “Tu me eres un marido de sangre!” Fue para acceder a la orden de Dios para la circuncisión (Éxodo 4:26).
Cualquiera que no fue circuncidado entre los Israelitas tuvo que ser cortado de su pueblo. Sólo a aquellos que fueron circuncidados les fue permitido comer la carne del cordero de la Pascua y unirse en el servicio como pueblo de Dios.
El apóstol Pablo era hebreo. Él fue circuncidado 8 días después de su nacimiento, estudió bajo el gran rabino, Gamaliel, y entendió exactamente por qué Jesucristo se bautizó en el Jordán y por qué tuvo que ser crucificado. Así que el apóstol Pablo escribió sobre el bautismo de Jesús en todas sus Epístolas.
El apóstol Pablo también habló a menudo sobre la sangre de Jesús como la realización de nuestra salvación. La sangre era sólo la fase final de su redención mientras que la verdadera circuncisión espiritual era el bautismo de Jesús. Está enfatizando que es inútil la sangre de Jesús sin su bautismo.
¿Por qué el apóstol Pablo habló a menudo directamente sobre la cruz de Jesús?. Porque es la prueba final de nuestra salvación. Si Jesús hubiera asumido todos los pecados del mundo en él pero no hubiera derramado su sangre en la cruz para recibir el juicio por nosotros, nosotros no habríamos sido completamente salvados. Por eso es que el apóstol Pablo habló tan a menudo sobre la cruz. La cruz es el paso final en nuestra salvación.
Si la verdad de la salvación se hubiera pasado a esta generación sin distorsión, habría habido ahora muchas más personas sin pecado. Pero desgraciadamente, la verdad se ha perdido con el tiempo y muchas personas sólo saben acerca de la cruz sin comprender el verdadero significado de su bautismo.
Debido que ellos sólo tienen la fe en la cáscara vacía del evangelio, ellos seguirán siendo pecadores, no importa cuántos años ellos crean fervorosamente en Jesús. Ellos todavía serán pecadores aun después de 10 años, aun después de 50 años de vida religiosa.
 
 
MI TESTIMONIO
 
¿Considera Dios justos a los pecadores?
No. Él es justo. Los justos son aquéllos que están libres de pecado, habiendo pasado todos sus pecados sobre Jesús a través de su bautismo.
 
Yo empecé a creer en Jesús cuando yo tenía 20 años. Antes de ese tiempo, yo no tenía ninguna idea de cuánto pecado había cometido en mi vida porque yo no sabía la ley de Dios. Yo había vivido de mi propia manera sin Dios en la vida inteligente hasta ese tiempo.
Entonces me enfermé. Estaba tan enfermo que pensé que iba a morirme. Así que, decidí que debía redimirme por lo menos de todos mis pecados antes de mi muerte. Porque yo había oído que Jesús murió por los pecadores como yo, así que decidí creer en Él. Al principio, yo estaba muy lleno de alegría y gratitud.
Pero el sentimiento empezó a marchitarse después de un rato. Después de unos años, aunque podía no haberlo hecho, yo cometí nuevos pecados todos los días. Y me volví un pecador una y otra vez. Después de 10 años, yo seguía siendo un pecador, realmente más pecador y peor que antes. Yo creí en Jesús durante 10 años, y el hecho que yo fuera un pecador nunca cambió. Yo era un creyente y un pecador.
Aunque yo canté, “♪¡Llorando no me salvaré! ¡Ya mi cara se dio un baño en lágrimas que no podrían aliviar mis miedos no podría lavar el pecado de años! ¡Lágrimas no me salvarán! ♪;” Yo lloraba cada vez que pecaba.
“Amado Dios, por favor perdóname este pecado. Perdóname esto una vez más, y yo nunca pecaré de nuevo.” Cuando pecaba solía orar durante tres días. Me encerraba en una habitación y oraba y ayunaba durante tres días. Como mi conciencia estaba tan llena de pecados, lloraba y le pedía perdón a Dios. Al tercer día, me sentía mejor y pensaba que Dios me había vuelto a admitir en su presencia.
“De nuevo, he lavado mis pecados. ¡Aleluya!” Así que salí y viví diligentemente durante algún tiempo. Pero muy pronto pequé de nuevo y mi desesperación creció. Yo repetía este oscuro proceso una y otra vez. Se sentía tan bien creer en Jesús al principio, pero entre más creía, más alto se amontonaron mis pecados al igual que el polvo en un cuarto sin usar.
Después de 10 años, vine a ser más y peor pecador que cuando empecé. “¿Por qué había creído en Jesús tan temprano en mi vida? Habría sido más fácil de creer en Jesús si yo hubiera esperado hasta que tuviera 80 años, justo antes de que yo muriera. Entonces, ya no estaría consciente del pecado y no tendría ninguna necesidad de arrepentirme todos los días.” Yo pensé que debía vivir de acuerdo con la voluntad de Dios, pero era imposible. ¡Yo me sentía como si me estuviera saliendo de mí!
Yo empecé a investigar y buscar a Dios. Yo me pasé mucho tiempo estudiando teología pero después de unos años, mi corazón se puso más estéril aun. Antes de que yo empezara con la lectura de las teorías religiosas, yo decía que me gustaría vivir como San Damián, nunca dormir cómodamente en una cama calientita. Yo había jurado que yo nunca me complacería a mí mismo, en cambio me consagraría completamente al necesitado.
Cuando yo leí sobre la vida de este santo, yo juré simplemente vivir como él. Intenté hacer una vida ascética para mí. Yo me arrodillaba en el duro suelo de cemento y oraba durante horas. Entonces, y sentía como si mis oraciones tuvieran más significado y después de esto yo me sentía mejor conmigo mismo.
Pero después de 10 años, ya no podría resistirlo más. Así que yo oré a Dios. “Amado Dios en el cielo, por favor sálvame. Yo creo en Ti con todo mi corazón. Sé que yo no cambiaría mi devoción por Ti aun cuando alguien pusiera un cuchillo en mi garganta. ¿Pero aunque yo creo en ti con todo mi corazón, por qué todavía me siento vacío por dentro? ¿Por qué estoy tan frustrado? ¿Por qué me estoy volviendo más pecador en la vida? Yo nunca antes pensé acerca del pecado. Yo vine a creer en ti y ahora me pregunto por qué yo me he puesto tanto peor después de tener la fe en ti durante años. ¿Qué pasa conmigo?”
Entonces yo vine a saber la razón. Yo no había creído que Dios me había salvado de mis pecados. Yo no supe la verdad en ese momento, y fue suficiente para volverme loco.
¿Con el pecado en mi corazón, cómo podía yo decirle a otros acerca de la redención de la gracia de Dios? ¿Cómo podría decirle a otros que creyeran en Jesús? Yo oré una y otra vez. “Querido Dios, muy pronto me graduaré del seminario y me ordenaré como ministro. ¿Pero si me vuelvo ministro con el pecado, cómo podré hablarle a los pecadores sobre la redención? Yo mismo soy un pecador y cuando leí las Epístolas del apóstol Pablo encontré que si alguien no tiene el Espíritu de Cristo, él no es un hijo de Dios. Pero no importa qué tan ávidamente yo investigara esto, el Espíritu no está en mí. Yo sentía que había estado ahí en el principio, pero había desaparecido. ¿Qué pasó? Por favor dime por qué, Señor.”
De hecho, la razón era que yo me había engañado al pensar que yo había sido redimido a través de la simple creencia en Jesús. Yo estuve agonizando con esto durante mucho tiempo.
Dios prometió manifestarse en aquéllos que ávidamente lo buscan. Él me encontró por fin en su verdad. Yo todavía fui un pecador durante 10 años después de que yo empecé a creer en Jesús, pero cuando aprendí el secreto del bautismo de Jesús y su sangre, cuando yo descubrí el significado de la circuncisión en el Antiguo Testamento y la circuncisión espiritual en el Nuevo Testamento, cuando lo comprendí y creí en el secreto de la salvación a través del bautismo de Cristo, todos mis sufrimientos habían terminado. Mi alma se puso tan blanca como la nieve.
Será lo mismo para ti. Si crees en el evangelio del bautismo de Jesús y su sangre, Tú también serás libre de pecado. Tú todavía puede que estés incompleto, pero serás justificado. ¡Cuándo tú tomes esta verdad en tu corazón y lo des a conocer a otros, ellos también se salvarán y alabarán a Dios, gritando “Aleluya!”
Yo quiero felicitar a todos los hermanos y hermanas que han sido redimidos. Yo alabo a Jesús por salvarnos de todos nuestros pecados. ¡Aleluya! Nosotros felizmente hemos sido redimidos de todos nuestros pecados.
Es una gran bendición que nosotros somos incapaces de expresar toda nuestra felicidad no más con palabras. Permítanos cantar una canción juntos. “♪El nombre se ha vuelto un secreto, porque todavía no hemos proclamado los secretos a toda criatura. Él fue desechado como las piedras que los constructores rechazaron, pero su nombre se volvió la joya más preciosa en mi corazón.♪”
 
 

EL BAUTISMO DE JESÚS Y SU SANGRE ES MÁS QUE SUFICIENTE PARA SALVAR A TODOS LOS PECADORES DE SUS PECADOS

 
¿Qué es lo que quita todo el pecado de nuestros corazones?
El bautismo de Jesús
 
Jesucristo lavó todos los pecados del mundo a través de su bautismo y sangre. Él nos circuncidó espiritualmente y nos hizo su pueblo. Él es el Dios del que ha nacido de nuevo.
Siempre hay juicio para el pecado. Pero Jesús fue bautizado y juzgado en la cruz para salvarnos. Con su sangre, nos salvó y resucitó al tercer día. Dios Padre levantó a Jesús de entre los muertos.
La Vida de Jesús es nuestra vida y la marca de nuestra existencia como los hijos de Dios. Su bautismo quitó todos nuestros pecados y la sangre preciosa de Jesús en la cruz es la prueba de que Él llevó el juicio en nuestro nombre.
Estimados amigos, ¿Tienen esta prueba del bautismo de Jesús y su sangre en sus corazones? Yo les pregunto de nuevo. ¿Nuestra salvación viene sólo a través de la sangre de Jesús? No. Esta viene a través del bautismo de Jesús y su sangre juntos.
 
 
¿QUIÉN ES UN HEREJE?
 
¿Quién es un hereje?
Es aquél que se condena a sí mismo por no creer en el bautismo de Jesús
 
Estimado amigo, ¿Eres tú un pecador a pesar de confesar tu fe en Jesús todos los días de tu vida? Si tú eres un pecador aunque Crees en Jesús, entonces tú eres un hereje. La herejía es la falta de creencia en la verdad de Dios. Tito 3:10 habla sobre la herejía, “El hombre que cause divisiones, después de una y otra amonestación deséchalo.”
¡Una persona condenada a sí misma dice, “Querido Dios! Yo soy un pecador. Yo creo en ti, pero todavía soy un pecador. No importa si alguien dice, yo soy un pecador y yo lo reconozco para estar en la verdad.”
Dios le dice, “¿Sigues siendo un pecador y todavía no eres un hijo Mío? Entonces, Tú eres un hereje, y serás echado en el fuego del infierno.”
Si tú crees en Jesús sin creer en el evangelio del bautismo de Jesús en tu corazón, si tú te condenas como un pecador y confiesas a Dios que tu espíritu está con pecado, entonces tú eres un hereje ante Dios.
 
 
¿QUIÉNES SON LOS VERDADEROS CREYENTES?
 
¿Cuál es el testimonio de Dios acerca de la salvación?
El agua, la sangre y el Espíritu
 
Todos aquéllos que creen en el evangelio del bautismo de Jesús y su sangre, todos aquéllos que se han vuelto el pueblo de Dios, y todos aquéllos cuyos pecados han sido lavados, son los justos. ¿Cómo puedes seguir siendo un pecador mientras crees en Jesús? Un pecador no puede entrar en el reino de Dios.
Aquéllos que se volvieron justos creyendo en Jesús tienen el testimonio de Dios en sus corazones. El testimonio es el bautismo de Jesús y su sangre. Este trabajo de salvación es lo que Jesucristo hizo en este mundo.
Por consiguiente, cualquiera que se niega a creer en el evangelio del bautismo a través del cual Jesús quitó todos nuestros pecados será cortado de la presencia de Dios.
Estimados hermanos y hermanas en la fe, ¿Aceptan en sus corazones que el evangelio de la salvación de pecadores no es sólo por la sangre de Jesús, sino también por el agua la cual es el bautismo de Jesús?
Quienquiera que cree en la obra que hizo Jesús en este mundo, y cualquiera que acepta el agua, la sangre, y el Espíritu, se salvará de todo el pecado. Ésta es la verdad y la sabiduría del evangelio del agua, la sangre, y el Espíritu.
Jesús nos limpió completamente de todo el pecado a través de su bautismo para que toda la humanidad pudiera salvarse a través de Él. Ahora, si crees tú de verdad en Jesús, no hay ninguna forma para que tú seas un pecador.
Jesús nos resucitó de la muerte. Él salvó a todas las almas que habían vagado lejos y se habían apartado de Dios lo cual debe ser la decepción del diablo. Jesús quiere encontrar todas las almas perdidas. Dios trabaja a través de Jesús con el evangelio del agua, la sangre, y del Espíritu. Él nos ha llamado y nosotros podemos ser redimidos ahora y ser salvados por Él.
¿Lo crees así? Yo estoy diciéndole que la salvación no es sólo por la sangre, sino por ambos, el bautismo de Jesús y su sangre en la cruz. Aquéllos que dicen que sólo se han salvado por la sangre deben reconocer que ellos tienen el pecado en sus corazones.
Todos nosotros pensábamos que era suficiente para nuestra salvación creer sólo en la sangre de Jesús. Así pensábamos antes, pero ahora debemos comprender que no es suficiente. Nosotros nos hemos salvado y nacido de nuevo creyendo en Jesucristo que vino mediante agua, sangre y el Espíritu.
Cada pecador puede nacer de nuevo con su fe a través del bautismo de Jesús y su sangre (1 Juan 5:5-10).
Alabemos a Dios. ¡Aleluya!
 
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REGRESA AL EVANGELIO DEL AGUA Y DEL ESPÍRITU