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佈道

Tema 24: SERMONES PARA LOS QUE SE HAN CONVERTIDO EN NUESTROS COLABORADORES

[24-73] Hagan la obra de Dios con ojos que miran hacia adelante

(Génesis 42:1-5)
“Viendo Jacob que en Egipto había alimentos, dijo a sus hijos: ¿Por qué os estáis mirando? Y dijo: He aquí, yo he oído que hay víveres en Egipto; descended allá, y comprad de allí para nosotros, para que podamos vivir, y no muramos. Y descendieron los diez hermanos de José a comprar trigo en Egipto. Mas Jacob no envió a Benjamín, hermano de José, con sus hermanos; porque dijo: No sea que le acontezca algún desastre. Vinieron los hijos de Israel a comprar entre los que venían; porque había hambre en la tierra de Canaán”.
 
 
José se prepare para los años de hambruna durante los años de prosperidad
 
El pasaje de las Escrituras que acabamos de leer está sacado del Libro de Génesis 42. Esto ocurrió en un tiempo de gran hambruna en la tierra de Egipto y los países colindantes. Durante este tiempo de hambruna, también hubo una hambruna en la tierra de Canaán donde vivían Jacob y sus hijos. Y por eso los hijos de Jacob tuvieron que ir a la tierra de Egipto a buscar grano.
En aquel entonces, su hermano José era el gobernador de Egipto, quien había sido vendido por ellos como esclavo hacía mucho tiempo. José estaba viviendo en la tierra de Egipto como un criminal cuando interpretó el sueño de Egipto y así se convirtió en el gobernador de Egipto. Está escrito en la Biblia que José había almacenado mucho grano en toda la tierra de Egipto y así había podido salvar a muchas personas que se estaban muriendo de hambre. Gracias a su sabiduría el gobierno pudo preparar suficiente comida durante los años de abundancia mirando hacia adelante. Durante el tiempo en que José estaba gobernando en Egipto como gobernador, hubo grandes cosechas de grano en la tierra durante siete años y se almacenó una cantidad de grano enorme en los graneros. Durante estos siete años la cosecha fue tan grande que se dice que la cantidad no podía ni contarse.
En aquel entonces probablemente había personas necias que cuestionaron las decisiones de José. Es natural para la gente que disfruta de su vida cómoda y feliz durante los años de abundancia. Pero José les pidió a sus siervos que le construyesen graneros para asegurarse de que el grano no se estropease. Utilizó su sabiduría concedida por Dios para almacenar las cosechas en esos graneros durante esos siete años para salvar a la gente.
Mientras José gobernaba en Egipto, después de los siete años de la cosecha de grano, vinieron siete años de hambre. Queridos hermanos, imaginen qué pasaría si este país sufriese una hambruna durante solo seis meses. Que escucharían que la gente está muriendo por falta de agua y comida. En tiempos de José, el pueblo de Egipto fue a su rey y le pidió comida para sobrevivir. El pueblo de Egipto hipotecó su tierra y compró grano y así pudo sobrevivir esta hambruna.
Volvamos al tiempo en que José estaba en la cárcel. Un día fue ante el rey de Egipto para interpretar el sueño del rey. José interpretó el sueño del Faraón y la interpretación fue que habría siete años de grandes cosechas de grano seguidos por siete años de terrible escasez. Y por eso e dijo al Faraón que debían guardar la comida mientras tenían mucha para poder sobrevivir los siete años de terrible escasez. La sabiduría era necesaria en esos tiempos y José era un hombre que tenía esa sabiduría.
La situación en aquel entonces era que en la tierra de Egipto había una terrible hambruna y también en la tierra de Canaán. No hubo otro remedio para Jacob, sus hijos y sus familias, que vivían en la tierra de Canaán, que ir a comprar grano porque no tenían comida. Jacob había oído que había grano abundante en la tierra de Egipto y envió a sus hijos a por comida: “Hijos míos, he oído que hay mucho grano en la tierra de Egipto. No debemos morirnos de hambre aquí sentados. Os daré dinero, así que comprad comida”.
Ocurrieron muchas cosas en el pasaje de las Escrituras de hoy. Pero lo que estoy diciendo aquí es que debemos almacenar el pan de vida para estar preparados. Llegará un tiempo en el que el pan de vida que hemos preparado diligentemente será esencial para todo el mundo. Cuando llegue este momento el mundo entero nos pedirá este pan de vida. En esos tiempos, por la gracia de Dios, la gente de todo el mundo comerá el pan de vida que hemos almacenado. Ahora mismo estamos proclamando el Evangelio del agua y el Espíritu por todo el mundo, pero siempre debemos guardar este pan de vida. Queridos hermanos, ¿estamos almacenando el pan de vida ahora mismo? Les estoy diciendo: “¿Llevan a cabo esta responsabilidad por fe o no?”.
 
 

Incluso durante estos tiempos los justos están preparando el pan de vida

 
Ahora es el momento en el que estamos entrando por la puerta de la Era de los Dolores (Mateo 24:8). Como revela el Libro del Apocalipsis, la Era del Caballo Negro se está acercando. En este mundo el hambre está empezando a apoderarse de nosotros. Estoy hablando en términos de la Iglesia de Dios y del mundo. Sin embargo, Dios mismo protegerá y guardará a Su Iglesia. Dios protegerá a los justos incluso en los tiempos de hambre para que vivan cómodamente espiritual y físicamente y nos permitirá servir al Evangelio del agua y el Espíritu bien. Sin embargo, debemos saber que la Era del Caballo Pálido, la Era del Anticristo se estaba acercando rápidamente. Cuando aparezca el Anticristo, aunque queramos hacer la obra de Dios, no podremos hacer ninguna obra espiritual. Y así, debemos preparar nuestros libros que serán usados durante los tiempos de hambre espiritual que se están acercando. Y la Iglesia de Dios debe cumplir esta responsabilidad a través de la fe.
Como siervos de Dios debemos cumplir este ministerio que se nos ha confiado, así como otras tareas espirituales. En cuanto a mí mismo, cuando trabajo mucho, me empujo el que más para predicar el Evangelio. Esto se debe a que será mucho más difícil proclamar el Evangelio en el futuro. Hay muchos hermanos obreros que piensan que pueden hacer la obra cuando venga a nosotros. La gente de la carne solo piensa en su bien. Pero no debemos ser personas influenciadas por nuestro entorno, sino que debemos superar nuestras circunstancias por fe. Asimismo, los seres humanos racionalizan todo diciendo que, aunque no actúen por fe, no lo hacen todo por sí mismos. Pero los justos no debemos racionalizar la falta de fe, sino levantarnos con confianza y obrar por fe.
Cuando pienso en el futuro, me siento más convencido en mi corazón de que debo trabajar con una mente y fe nuevas. De ahora en adelante, mis queridos hermanos, quien trabaje conmigo debe llevar la tarea que se le ha confiado, y debemos ayudar a muchas más personas a que entren en el Evangelio del agua y el Espíritu para que reciban la salvación de sus pecados. Y debemos alimentar a los nacidos de nuevo para que tengan fuerzas espirituales en el amor del Señor y puedan vencer a las personas malvadas por fe. En el pasaje de las Escrituras de hoy, como José había almacenado mucho grano, salvó a mucha gente. Estoy seguro de que, si sus padres o familiares experimentan una hambruna terrible en cuerpo y espíritu, Dios les salvará a través de su fe. Estoy diciendo que, durante este tiempo de hambre, su familia pueda comer alimento espiritual gracias a ustedes.
Hemos invertido mucho dinero en construir este Centro de Formación de Discípulos. Me han recordado lo que les dije cuando empezamos a construirlo. Cuando compramos esta tierra, dije que construiríamos una Iglesia y otros edificios y realizaríamos campamentos de formación de discípulos todos los días para traer a nuestras familias y proclamar la Palabra de Dios para que reciban la remisión de los pecados. Este sueño se hará realidad en la Era del Anticristo. Todo esto es posible porque hemos estado preparando el pan espiritual que será utilizado en tiempos de hambre.
Vamos a seguir predicando el Evangelio del agua y el Espíritu tanto como Dios lo permita para cumplir Su obra. En realidad, si la gente no tiene alimento espiritual y físico escuchará lo que estamos diciendo y algunas personas que presten atención creerán en lo que hemos dicho. Entonces acomodaremos a nuestros familiares en este centro y proclamaremos el Evangelio del agua y el Espíritu y les daremos el pan de vida. Mientras les alimentamos el alimento físico, les ofreceremos la oportunidad de escuchar la Palabra del Espíritu. Y solo si escuchan el Evangelio del agua y el Espíritu y responden positivamente, podrán recibir la remisión de los pecados. Por eso hemos invertido tanto dinero en este centro desde el principio.
¿Han pasado frío este invierno en este centro? He oído que hemos utilizado la cantidad de leña que usamos en seis meses este invierno. Sé que seguramente están disfrutando de esta calefacción que hemos instalado. No solo la ponemos durante el campamento, sino durante todo el invierno. Hemos instalado calderas de leña nuevas y funcionan muy bien. Y por eso, si hacemos funcionar estas calderas, podemos vivir con comodidad y utilizar agua caliente siempre que queramos.
 
 

Debemos alimentar la justicia de la Palabra de Dios a toda la gente de fe

 
Somos las personas que tienen la responsabilidad de salvar las vidas de toda la gente del mundo en los últimos días preparando nuestros libros que contienen la Palabra de vida, que es el Evangelio del agua y el Espíritu. Los que creemos en el Evangelio del agua y el Espíritu somos responsables de este ministerio. Dicho de otra manera, somos los graneros del pan de vida para la humanidad. Debemos vivir como siervos de Dios que almacenan este pan de vida y lo distribuyen. Ahora no somos muchos, pero somos las personas que tienen la tarea de vivir por la gente de este mundo.
Ahora es difícil que la gente tenga vida nueva. Los justos que creemos en el Evangelio del agua y el Espíritu estamos pasando por muchas dificultades también. Sin embargo, la gente religiosa que vive en el cristianismo del mundo dice cosas optimistas como: “No se preocupen. Pronto las cosas irán mejor”. Pero la realidad es que este mundo nunca será un mundo mejor. Cuanto más vivamos en este mundo, más difícil será vivir aquí. No va a mejorar. Para sobrevivir en este mundo, no tenemos otro remedio que confiar en la justicia de Dios por fe. Si no estamos preparados para hacer las tareas que nos ha encomendado Dios por fe en la justicia de Dios, muchos morirán por su falta de lealtad. No hay garantía de que este mundo mejor espiritual o físicamente. Los que dicen que este mundo va a mejorar son mentirosos y defraudadores espirituales. Estos maestros falsos mienten a otras personas y les roban el dinero. De esta manera, intentan recibir el honor de otros, pero al final acaban arruinados.
Queridos hermanos, si miramos hacia adelante y no solo el presente, está claro que este mundo se va a apagar como el sol poniente. El fin del mundo no está lejos. Cuando les hablé del Libro del Apocalipsis, les hablé de la destrucción del mundo inevitable. Y estoy seguro de que hubo justos a los que no les gustó lo que dije y murmuraron: “¿Por qué no habla de las cosas positivas y siempre menciona las negativas?” Por supuesto estoy seguro de que la mayoría de ustedes aceptaron mis enseñanzas por fe y se regocijaron por ellas.
Sin embargo, piensen lo que piensen, este mundo no va a mejorar. Debemos entender esto claramente. Quiero decirles algo a todos los maestros falsos: “No engañemos a otros con falsas esperanzas. El mundo no va a mejorar”. Antes de que el Señor vuelva a este mundo, aparecerá el Anticristo. Y antes de que aparezca el Anticristo habrá hambre y tribulación y entonces llegará el fin del mundo. Por tanto, debemos ayudar a la gente a prepararse para el fin del mundo. Y esto se consigue cuando la gente cree en el Evangelio del agua y el Espíritu y recibe la salvación del juicio de Dios. Sin embargo, no debe haber ninguna circunstancia en la que demos falsas esperanzas de que el mundo mejorará a la gente que va a morir por sus pecados.
 
 

Debemos preparar el Reino de Dios por fe en la justicia de Dios

 
Una persona debe decir la verdad en vez de dar a la gente falsas esperanzas cuando las cosas no van bien. Dicho de otra manera, en cuanto al retorno del Señor, debemos enseñar a la gente a llevar una vida espiritual correcta para que le esperen con sus corazones. Debemos estar equipados con armas y un armamento mental cuando el enemigo nos invada. Entonces podremos defendernos si estamos preparados para esta invasión, pero seremos vencidos si tenemos que enfrentarnos al enemigo sin preparación. ¿Piensan que un soldado solo lucha con su pistola y su espada? Debemos estar preparados para luchar con el corazón también. El armamento mental es esencial. Solo entonces puede un soldado luchar con las armas que se le proporcionan. No es posible luchar con el enemigo con tan solo una pistola y una espada.
Por tanto, primero debemos reconocer en qué estado estamos y qué debemos hacer. Y debemos luchar esta guerra espiritual considerando qué debemos hacer para ayudar a los que están muriendo. Toda nuestra preparación y acciones deben hacerse con la fe que cree en la Palabra de Dios. Asimismo, no debemos luchar esta guerra espiritual con la carne. Una persona que lucha una guerra espiritual confiando en sus fuerzas de la carne es muy estúpida. Esta persona solo comete pecados ante Dios. Si luchamos una guerra espiritual sin creer en la justicia de Dios, acabaremos derrotados. Sea cual sea la tarea que se les ha asignado, debemos creer que Dios nos pide que la cumplamos y debemos hacer las obras de la justicia de Dios y de la salvación de las almas por fe. Los santos deben vender cosas en el mercado de la fe. Deben hacer negocios por fe. Deben proclamar el Evangelio por fe. Deben vivir por fe y su meta en la vida debe establecerse por fe. Debemos vivir con la fe que cree en la justicia de Dios.
Queridos hermanos, soy una persona débil en muchas áreas. No soy una persona extraordinaria. Pero puedo hacer la obra de Dios porque creo en la Palabra de la justicia de Dios. Como creo en la justicia de Dios, que está revelada en el Evangelio del agua y el Espíritu, hago hincapié en los proyectos que le complacen a Dios por fe. Estamos trabajando en nuestros negocios para servir al Evangelio con vigor. El jefe de un negocio debe pensar con creatividad y cuidar de varias cosas con todo detalle. Debemos hacer esto con fe en la justicia del Señor. Si nuestra meta es proclamar la justicia de Dios, nos dará sabiduría y nos ayudará. Si no tenemos la meta de predicar el Evangelio verdadero, el Señor no nos dará sabiduría. No nos dará sabiduría acerca de lo que ocurrirá en el mundo de ahora en adelante.
En el pasaje de las Escrituras de hoy de Génesis 42 vemos que José era un hombre que temía a Dios y por eso Dios cumplió Su voluntad de librar a los descendientes de Jacob a través de él. Para salvar a la nación de Israel, Dios ha establecido un plan de salvación. Sus hijos vendieron a José como esclavo en Egipto y José interpretó el sueño del rey de Egipto. Y finalmente, Dios hizo que José se convirtiese en el gobernador de Egipto. Y a través de esto Dios almacenó cosechas a través de José y salvó a todos los países colindantes y a Egipto.
¿Qué le pasó a la nación de Egipto gracias a José? Que acumuló un exceso de riqueza. Como José confió en Dios y fue guiado por Él, su política de grano tuvo éxito porque el grano era más caro durante los tiempos de escasez. Aunque el precio normal de un saco de trigo fuese $100, si José hubiese pedido $1000, se lo habrían comprado todo. En la Biblia vemos que los egipcios vendieron sus casas, tierra y todo lo que tenían para comprar comida y alimentarse. Como las cosechas solo podían encontrarse en los graneros del Faraón en toda la tierra, el pueblo de Egipto tuvo que ir al rey para comprar comida. Y como el país se hizo poderoso en aquel entonces, incluso después de la muerte de José, el Reino de Egipto fue más rico que nunca. José se convirtió en el gobernador de Egipto, y bajo su liderazgo, el Reino de Egipto no solo se convirtió en un país rico, sino que también poderoso y conocido en todo el mundo. Si algún país hubiese molestado a Egipto, ese país habría sido destruido.
Aunque Jacob y sus descendientes fueron a Egipto y fueron pastores, ¿acaso no se convirtieron en una nación enorme? Es seguro decir que crecieron y se convirtieron en una nación. En resumen, los descendientes de Abraham, Jacob y su familia, entraron en la tierra de Egipto a través de José y formaron la nación de Israel, que es la madre de la nación de Israel actual. Dios obró a través de la vida de José para cumplir Su voluntad. Dios permitió que todas estas cosas ocurrieran en la historia para poder salvarnos de todos nuestros pecados y salvar a todas las almas perdidas del mundo a través de nosotros. Y finalmente hará que Su Reino venga. Dios hizo que el Evangelio fuese proclamado para que todas las naciones crean en la justicia de Dios y entren en el Reino de Dios para vivir allí felices eternamente.
 
 
Debemos vivir por fe con los ojos que miran hacia adelante
 
Cuando pensamos en estas cosas, debemos seguir hacia adelante paso a paso al mirar un poco más hacia adelante proclamando el Evangelio del agua y el Espíritu. Y debemos crear un sistema para la proclamación del Evangelio. No empezamos cualquier proyecto deprisa, sino que, para proclamar el Evangelio del agua y el Espíritu a todo el mundo, cada departamento de nuestra misión debe hacer la obra que se le confía sistemáticamente. Debemos dejar de lado la actitud de que nada funcionará sin nosotros y ser fieles a la causa de la proclamación del Evangelio. Podemos hacer muchas cosas sin casi nada, ¿qué va a hacer que no trabajemos más? Y debemos formar y preparar a los obreros de Dios por fe para hacer Su obra. Ninguno de nosotros debe hacer nada por su cuenta, sino que debemos formar a nuestros colaboradores para compartir el trabajo que se nos ha confiado. Debemos pasar la obra de Dios presente a los que vienen detrás de nosotros y debemos ser pioneros en nuevas áreas de la obra de Dios por fe. De esta manera podemos cumplir el llamado de la proclamación del Evangelio del agua y el Espíritu por todo el mundo de manera correcta. Cumplamos nuestro deber de proclamar el Evangelio del agua y el Espíritu.
Podemos aprender muchas cosas considerando la fe de José. Debemos almacenar alimento espiritual como hizo José y, cuando llegue el hambre espiritual, debemos compartir este pan de vida con la gente que está muriendo de hambre para que reciba nueva vida. Debemos tener esta fe cuando hagamos la obra de Dios, y con esta fe debemos ir ante el Señor paso a paso. No debemos hacerlo deprisa, sino que debemos establecer un sistema adecuado cuando hagamos la obra de Dios. Como siervos de Dios debemos ser la sal de la tierra y servirle con lealtad.