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Tema 18: Génesis

[Capítulo 13-4] La fe es la sustancia de las cosas que se esperan (Génesis 13:14-18)

La fe es la sustancia de las cosas que se esperan(Génesis 13:14-18)
«Y Jehová dijo a Abram, después que Lot se apartó de él: Alza ahora tus ojos, y mira desde el lugar donde estás hacia el norte y el sur, y al oriente y al occidente. Porque toda la tierra que ves, la daré a ti y a tu descendencia para siempre. Y haré tu descendencia como el polvo de la tierra; que si alguno puede contar el polvo de la tierra, también tu descendencia será contada. Levántate, ve por la tierra a lo largo de ella y a su ancho; porque a ti la daré. Abram, pues, removiendo su tienda, vino y moró en el encinar de Mamre, que está en Hebrón, y edificó allí altar a Jehová».
 
 

Pensemos en la fe que confía en Dios

 
Cuando leemos el pasaje de las Escrituras de hoy debemos pensar en qué es la fe verdadera. Cada uno de nosotros hará una promesa de donación para plantar una Iglesia de Dios en Busan. Pongan la cantidad que desean ofrecer en la tarjeta, pero no tienen que escribir su nombre. Deben prometer hacer esto ante Dios. Creo que algunos de ustedes nunca han hecho una promesa de este tipo desde que recibieron la remisión de los pecados. Algunos de ustedes no se dan cuenta de que hoy es el día que hemos designado para esto. Otros no están seguros de si deben hacerlo. Así que no importa si piensan que deben participar en esto más tarde. Nuestra Iglesia está haciendo esta recolecta por primera vez este año. El contrato de alquiler de este edificio ha sido renovado recientemente. Pero hoy vamos a recolectar dinero para plantar una Iglesia en Busan.
La hermana Hong tuvo un bebé hace poco. Cuando la visité ayer estaba bastante delgada. Parece mentira que subiese las escaleras con tanto peso. Le doy gracias a Dios por su parto fácil y pronta recuperación.
 
 
Aprendamos acerca de la verdadera fe mientras hacemos esta recolecta
 
Cuando hacemos esta recolecta sin la fe verdadera sentimos como si tuviésemos un peso en nuestros corazones. Entonces pueden pensar: “¡Tonterías! ¿Cómo puedo hacer una donación para plantar una Iglesia lejos en la ciudad portuaria de Busan? Si no tengo suficiente dinero para mantenerme a mí mismo, ¿cómo voy a ayudar a la gente de Busan? Primero deberíamos cuidar de nosotros mismos”. Es normal pensar así ya que debemos tener nuestros gastos controlados y ofrecer donativos dentro de nuestra renta limitada. Pero hay una cosa que todos deberíamos entender. Podemos aprender todo acerca de la fe ofreciendo dinero.
Les voy a contar una historia de mi pasado. Solía llevar una caja de almuerzo muy pesada. La llenaba de arroz. En aquel entonces muchos de mis compañeros hambrientos no podían llevar almuerzo a la escuela. Y por tanto, mi almuerzo no era suficiente para mí. Me enfadaba cuando me pedían que compartiese mi almuerzo con mis compañeros. Cuando mi maestro me decía: “Por favor, comparte tu almuerzo con tus compañeros”, yo pensaba: “No digas eso. He esperado impaciente la hora del almuerzo y al final no había suficiente para mí”. Compartir mi almuerzo con otros y tener una caja vacía era como tener un vacío en mi corazón. Todo el mundo tenía hambre en aquel entonces.
Mi almuerzo no contenía solo arroz, también tenía un poco de cebada y una patata del tamaño de mi puño. Como la patata ocupaba más de la mitad de la caja, ¿cuánto arroz creen que cabía? Cuando mis amigos se comían la patata, la caja parecía muy vacía. Cuando tenía que compartir mi almuerzo con mis compañeros, me sentía insatisfecho, y mi único deseo era tener diez años para poder comer todo el arroz que quisiese. Puede parecer gracioso, pero en aquellos días todos éramos pobres. Crecí en estas circunstancias.
 
 
La vida es decepcionante
 
Podría comparar nuestra vida con esta caja de almuerzo. Incluso después de comerme todo mi arroz, la guarnición y la patata, me seguí sintiendo con hambre. Pero Dios nos está diciendo que comparta lo poco que tengo con la gente de Busan. No es extraño pensar: “Esto no tiene sentido. ¿Cómo voy a compartir mi comida con otras personas cuando estoy a punto de morir de hambre?”.
Sin embargo, esta recolecta y plantar esta Iglesia de Dios allí nos hace entender la verdad de Dios. Nos damos cuenta de cómo Dios obra y lo que nos está diciendo. En otras palabras, aprendemos que la fe se trata de darle ofrendas a Dios. Así que debemos ir al mundo por fe, lo que lleva a una vida abundante después de darle lo que tenemos a los demás.
Hermanos y hermanas, ¿están preocupados porque estamos haciendo la colecta ahora? ¿Están pensando: “El pastor no sabe que estamos pasando por una crisis económica”? Ya les he dicho todo con mi historia de la caja del almuerzo. Entiendo que todavía tienen preocupaciones y dudas. Puede que estén preocupados porque no saben cuánto escribir cuando hagan su donación.
 
 

Busquemos a Dios y tengamos fe

 
Ya sirvamos al Evangelio del agua y el Espíritu o vivamos en este mundo debemos ejercitar nuestra fe en Dios. Está escrito: «Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve» (Hebreos 11:1). Este pasaje resume en una frase todos los versículos de la Biblia que hablan de la fe. Debemos volver a considerar esta definición de fe antes de continuar con nuestra vida de fe.
Nos dice que la fe es la sustancia de las cosas que esperamos. Para entender lo que esto significa, vamos a mirar la historia de Abraham y Lot en el pasaje de las Escrituras de hoy. Abraham y Lot vivían juntos, pero surgieron conflictos entre ellos cuando sus posesiones crecieron. Así que Abraham le dijo a Lot: “Vete por tu camino. Si vas a la izquierda, yo iré a la derecha; si vas a la derecha, iré a la izquierda. Viniste conmigo y te hiciste rico, pero ahora te quieres separar de mí. Por este problema que no podemos resolver, debemos separarnos. Como no nos llevamos bien, debemos vivir separados”. Lot no lo dudó ni un momento y se fue a la tierra que escogió.
Mientras Lot desaparecía en la distancia, el Señor Dios se le apareció a Abraham. Y entonces le dijo: «Y Jehová dijo a Abram, después que Lot se apartó de él: Alza ahora tus ojos, y mira desde el lugar donde estás hacia el norte y el sur, y al oriente y al occidente. Porque toda la tierra que ves, la daré a ti y a tu descendencia para siempre» (Génesis 13:14-15). Entonces Abraham miró en todas las direcciones y la tierra que vio en la distancia es donde Israel está situado ahora. Dios prometió también a Abraham que les daría a sus descendientes la tierra donde los palestinos viven ahora. Dios dijo básicamente: “Té daré tanto como puedas imaginar”. Dios cumplió Su promesa al pie de la letra. Esta es a razón por la que Israel y Palestina siguen luchando.
Dios también nos está diciendo que miremos en todas las direcciones. Por eso debemos aferrarnos a la Palabra de Dios una vez más. No debemos fijar nuestros ojos en lo que hemos adquirido hasta ahora.
 
 

Estamos salvando a las almas de sus pecados

 
Estamos plantando Iglesias de Dios en otras ciudades para salvar a las almas que viven allí. Construiremos la casa de Dios en el desierto y entonces enviaremos a los siervos de Dios a predicar el Evangelio allí. Por tanto, debemos tener el deseo de participar en esta misión. Las ofrendas son parte de la predicación del Evangelio y salvar almas para que la gente sea salvada a través del dinero que ha ofrecido.
Hace poco tiempo tuvimos una reunión de resurgimiento en Daejeon. Debido a la situación de las Iglesias, ninguno de los siervos de Dios, excepto una pareja, puedo ir a esta reunión a predicar el Evangelio, pero muchas personas vinieron. La reunión de resurgimiento concluyó con éxito y bien. Vamos a celebrar otra reunión de resurgimiento sin invitar a ningún predicador en abril. Dios comparte el Evangelio y salva a las almas a través de nosotros cuando invitamos a la gente a nuestra Iglesia por fe.
Durante la última reunión de resurgimiento cuatro almas escucharon el Evangelio. Entre estas personas se encontraba el director del hospital donde trabaja la hermana Chung. Dijo: “He ido a muchas iglesias, pero sus enseñanzas nunca han estado claras. Esta vez entiendo el Evangelio claramente. He encontrado la Verdad”. Así que decidió estudiar la Biblia con nosotros. Muchas otras personas también vinieron a esta reunión de resurgimiento y escucharon el Evangelio y recibieron la remisión de sus pecados.
¿Cómo de valiosa es la obra de Dios? Cuando queríamos plantar una Iglesia en Daejeon hicimos una recolecta similar. Ahora vamos a plantar otra en Busan. La verdad es que no tenemos suficiente dinero. Pero estamos haciendo esto porque es lo correcto.
Cuando estemos a punto de llevar a cabo esta misión, no debemos mirar simplemente la cantidad de dinero que tenemos ahora. Debemos verlo con emoción y con fe en que Dios nos dará todo lo que necesitemos. Debemos estar llenos con emoción. Debemos plantar iglesias para salvar a las almas y servir al Señor por fe, y Dios siempre nos dará todo lo que necesitemos. También tenemos que hacer una recolecta para plantar la Iglesia de Busan con fe. Dios nos guiará en cada aspecto de nuestras vidas y nos bendecirá.
 
 

Servir la justicia de Dios nos da la plenitud de la vida

 
Hermanos y hermanas, lo que tenemos es una caja de almuerzo pequeña. Piensen en Jesucristo, quien hizo el milagro de los cinco panes y dos peces. Esa cantidad era muy insignificante incluso para Jesús. Pero el niño le ofreció su caja del almuerzo al Señor. Y cuando el Señor bendijo ese almuerzo comieron cinco mil personas y sobraron doce cestas.
Queridos hermanos, debemos esperar emocionados estas bendiciones de Dios. Esta es la verdadera fe. Debemos mirar las cosas por fe. Por eso el Señor dijo que la fe es la sustancia de las cosas que se esperan. Así que necesitamos ver las cosas por fe. Debemos esperar que Dios nos bendiga. Y debemos confiar en Él. Debemos vivir por fe. En otras palabras, no debemos mirar nuestra situación actual o nuestras habilidades, sino que debemos esperar las cosas por fe y así Dios nos bendecirá y llenará. Solo entonces estas cosas esperadas se hacen realidad. Dios prometió mostrarnos la sustancia de las cosas en las que confiamos y que esperamos.
He predicado durante más de diez años. Quiero decir simplemente predicando. Desde mi experiencia sirviendo a Dios les puedo decir con gran confianza: “Sirvan a Dios por muy difícil que sea la situación en la que se encuentren”. Puede que piensen: “Ese pastor no entiende nada” cuando me oyen decir: “Sirvan a Dios y tendrán éxito”. Mis palabras son sinceras. Por supuesto que entiendo su situación bien, pero les estoy diciendo que sirvan al Señor por su propio bien. No pueden cambiar nada para mejorar su situación si se preocupan. Sin embargo, Dios nos bendecirá tanto como esperemos de Él cuando esperemos y creamos en Sus bendiciones en nuestras pequeñas dedicaciones. Por tanto, necesitamos esperar la ayuda del Señor. Nuestras habilidades están limitadas. Pero cuando anticipamos al Dios Omnipotente por fe y no nos contentamos con los límites, Dios obrará a través de nosotros y nos ayudará a superar esos límites.
La fe es como un molde hecho de hierro. Cuando echan plástico caliente en el molde de plástico, se puede hacer una muñeca con esto. La fe es como este molde. Dios convierte nuestras esperanzas y confianza en realidad cuando creemos en Sus bendiciones de todo corazón. Por tanto, ya tengan su propio negocio o trabaje para otra persona, siempre deben esperar las bendiciones de Dios. Piensen en esto: ¿Qué pueden esperar de su trabajo? Lo único que pueden esperar es un ascenso. Pero cuando esperamos que Dios nos llene con abundancia en nuestros negocios, Dios nos llena abundantemente. Hay una diferencia clara entre poner nuestras esperanzas en este mundo y poner nuestras esperanzas en Dios por fe.
Deberíamos participar en la obra justa mientras vivimos en este mundo. ¿Acaso no tienen dinero cuando intentan participar? No piensen en sus malas circunstancias. Simplemente confíen en las bendiciones de Dios y participen en lo que está bien. Hagan lo que hagan, empiecen con la fe en que Dios les dará lo que necesiten. Cuando oren a Dios por esos deseos en su corazón, Dios siempre contestará sus oraciones. Dios siempre nos da las cosas buenas que pedimos. Cuando creemos que Dios nos dará lo que necesitemos cuando le comunicamos los buenos deseos de nuestros corazones al Señor y confiamos en Él, nuestros deseos se harán realidad. Esta es la verdadera fe.
Así que hacer esta recolecta para plantar la Iglesia de Busan no es una carga. Es una bendición. La Biblia define “hacer ofrendas al Señor” como gracia (2 Corintios 8:6-7). Así que debemos saber que participar en esta recolecta como donación para el Evangelio es participar en la gracia de Dios. No estoy diciendo esto para convencerles de que hagan más ofrendas. Quiero que aprendan la verdadera fe a través de esta recolecta. Mi intención es que sus corazones estén bendecidos al esperar que Dios cumpla sus deseos y sueños. Les estoy diciendo que espero que tengan una vida bendita. También espero que entiendan esta verdadera fe y aprendan a vivir por esa fe. Nuestras habilidades no significan nada. Podemos vivir una vida completa solo con las bendiciones completas de Dios. ¿Creen que Dios les bendecirá cuando esperan algo confiando en Él de corazón? Debemos hacerlo. Debemos aprender de la experiencia de que Dios nos dará lo que necesitamos cuando lo pedimos y lo buscamos por fe. La fe crece cada vez que la experimentamos.
 
 

Somos los justos que creen en el Evangelio del agua y el Espíritu

 
Por muy insuficientes que seamos, seguimos siendo justos. “Querido Dios, quiero vivir sirviéndote con un buen trabajo”. Deben tener estos deseos en su corazón. Y deben seguir nutriendo estos deseos. Confíen en Dios. Crean que Dios cumplirá sus deseos. Si sus situaciones no les permiten servir al Evangelio, ofrezcan una oración en su corazón así: “Querido Dios, dame una vida suficiente para servir al Evangelio. Sé que contestarás esta oración”. Entonces se hará realidad. Empezarán a experimentar cosas que han esperado y por las que han orado. Se dice que la fe es la sustancia de las cosas que se esperan. Cuando esperamos y confiamos sin dudar, verán como la fe se convierte en realidad. Así probaremos las bendiciones de Dios.
Debemos aprender este tipo de fe. La fe verdadera es tener una confianza fuerte en lo que Dios hará por todos nuestros deseos virtuosos. “Querido Dios, tengo estos deseos. Quiero que me des dinero para servirte. Creo que responderás este deseo puro”. Mientras el deseo sea para el Señor, confíen y pidan. Esperen. Entonces Dios se lo dará. Nosotros podemos experimentar esta transformación pura y poderosa de la fe. Todos debemos aprender lo que es la fe verdadera. Sea cual sea su posición, ya sean estudiantes, jóvenes o viajes, mujeres casadas o siervos de Dios, todos necesitamos este tipo de fe. Debemos aprender a vivir por fe. Queridos hermanos, recuerden esto: los justos viviremos con las bendiciones de Dios para siempre cuando aprendamos esta fe a través de nuestras experiencias. Seguiremos viviendo una vida llena después de compartirlo todo con los demás.
 
 
Cuando no tenemos fuerzas
 
Si no tenemos fe en Dios incluso después de haber recibido la remisión de los pecados al creer en el Evangelio del agua y el Espíritu, no seremos más que mendigos. Cuando no tienen fe, no tienen recursos. La realidad de tener más gastos que ingresos nos preocupa por cómo vamos a sobrevivir. ¿Saben que es lo que nos preocupa más después de recibir la salvación? Los gastos infinitos.
Cuando recibimos la salvación por primera vez, nuestros corazones se hacen más generosos y misericordiosos porque han sido liberados de la esclavitud del pecado. Hasta que nacimos de nuevo solíamos ser egoístas como sanguijuelas en un río, siempre pidiendo más sangre, como está escrito: «La sanguijuela tiene dos hijas que dicen: ¡Dame! ¡dame!» (Proverbios 30:15). Solíamos vivir así siempre recibiendo y nunca dando. Pero cuando la gente nace de nuevo de verdad, quiere dar todo lo que tiene. Naturalmente este deseo de dar y de servir al Señor sale de este corazón. Los nacidos de nuevo dan su dinero a otras almas, por el Evangelio y por la salvación de las almas. El corazón siempre intenta dar. ¿Cuál es el problema? El problema es que el corazón siempre quiere dar pero no hay mucho que dar en realidad.
Entonces, ¿qué debemos hacer cuando no nos queden recursos? Debemos tener un deseo santo ante Dios. Debemos tener un deseo como el siguiente: “Como Dios me ha hecho justo, quiero vivir el resto de mi vida sirviendo a Dios”. Y tener fe como esta: “Querido Dios, sé que me bendecirás para servirte el resto de mi vida”. Entonces debemos seguir orando de esta manera: “Querido Dios, dame dinero, fe y bendiciones. Hazme rico en fe y en posesiones”.
Para ver si Dios contesta este tipo de oraciones, deben intentar esto y esperar. Su vida cambiará. Sus circunstancias cambiarán. Así es como Dios obra. ¿Por qué? Porque somos los justos ante Dios. Es una gran mentira cuando los pecadores nacidos de nuevo dicen: “Dios nos da todo lo que pedimos en oración”. Son idiotas y mentirosos. ¿Acaso no es una mentira decir que recibirán dos casas si ofrecen una a Dios? Pero los justos son diferentes, como está escrito: «La oración eficaz del justo puede mucho» (Santiago 5:16). Cuando los justos se presentan ante Dios con los deseos de sus corazones pidiendo por fe y confiando en Él, Dios contestará estas oraciones sin falta.
Siempre he querido servir a Dios durante toda mi vida. No tenía nada. Como saben solía regentar una casa de oración con mi madre adoptiva. En aquel entonces era legalista, así que no robé dinero de la caja fuerte, ni un céntimo. Mi mujer tenía aún más cuidado que yo. Cuando le pedía para los gastos cuando estaba en el seminario en Busan, solo me daba la cantidad exacta para los almuerzos y para el alojamiento y transporte y ni un céntimo más. Si hubiese tenido dinero ilegítimo en su bolso seguramente habría sido más generosa.
Queridos hermanos, ¿cómo éramos antes de nacer de nuevo? Solo teníamos una entrada para el dinero, pero no una salida. En otras palabras, seguíamos recogiendo cosas pero no dábamos nada. Pero, ¿cuál fue el resultado? No nos hicimos ricos. Según la lógica del mundo estábamos destinados a arruinarnos. Así que recuerden que la vida sin fe es así.
 
 
Dios hará cosas por nosotros cuando busquemos nuestros sueños y superaremos nuestros retos al orar y confiar por fe
 
Hermanos y hermanas, nos hemos convertido en justos. Dios dijo: «Por tanto, os digo que todo lo que pidiereis orando, creed que lo recibiréis, y os vendrá» (Marcos 11:24). También dijo: «Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá» (Mateo 7:7). Esto es posible porque somos justos. Como somos los justos, la Palabra de Dios se cumplirá para nosotros. En otras palabras, la Palabra de Dios es aplicable a nuestra vida real. Esto no se puede hacer realidad si no nos convertimos en los justos. La Palabra de Dios se cumplirá cuando oremos, porque somos justos.
Quería servir al Señor toda mi vida. Quería vivir por el Señor. Esperaba poder predicar el Evangelio por todo el mundo. En cuanto encontré al Señor en el Evangelio del agua y el Espíritu, oré por predicar este Evangelio por todo el mundo: «Querido Dios, quiero predicar el Evangelio por todo el mundo. Por favor dame tu gracia, tu Palabra, tu poder, tus bendiciones y tu fuerza. Ayúdame a no tener problemas familiares. Como no puedo cuidar bien de mi familia mientras sirvo al Evangelio, por favor, resuelve todos mis problemas familiares». Llevé todas mis cargas al Señor de esta manera. Y esperé y creí que Dios me ayudaría. Aunque mi situación no prometía mucho, confié en el Señor.
Cuando tenía estos deseos, confiaba mis deseos a Dios en oración, Dios contestaba todas mis oraciones con lealtad. Por supuesto, tuve muchos problemas y retos y la gente me llamaba perdedor, pero el final era bastante diferente. El Señor guió mi vida. Algunas veces estaba en la completa miseria. Otras veces estaba en la situación contraria de lo que le había pedido al Señor y lo que había creído. Pero nunca me rendí. «Confié en el Señor de todo corazón. Creí en esta Palabra. Siempre me decía que se iba a hacer realidad». Cuando empecé a vivir por fe, Dios me dio el privilegio de servirle durante el resto de mi vida.
Ahora miro a todos los que están sirviendo en esta Iglesia. Miro a los que sirven a la Iglesia físicamente o de otra manera. Veo a los que tienen negocios para apoyar la obra del Evangelio. Puedo decirles con toda sinceridad y seguridad: “Dios siempre cumple nuestros sueños y oraciones cuando vivimos nuestras esperanzas y sueños por fe, confiando en Dios, orando y siguiendo hacia adelante”. Sé que experimentarán esta obra de Dios. Sé que Dios trabaja en las vidas de todas las personas.
Por esta razón recomiendo a todas las personas que empiecen sus propios negocios en vez de convertirse en trabajadores asalariados. Ser autónomo es difícil al principio, pero puede mejorar mucho al final. Entonces se puede vivir una vida rica después de dar generosamente. Cuando hacemos la buena obra del Señor, podemos vivir una vida rica y servir a los demás. Vivir por fe transformará nuestras vidas pobres en vidas llenas al final.
Queridos hermanos, siempre necesitamos buscar a Dios. Siempre debemos buscar los deseos santos. Siempre debemos anticipar que Dios hará grandes cosas por nosotros. Y siempre debemos creer en las bendiciones de Dios. Debemos creer que Dios nos bendecirá. Asimismo, debemos creer que Dios cumplirá los deseos de nuestros corazones. Todo el que haya recibido la remisión de sus pecados necesita esta fe. Nosotros, los que han recibido la remisión de los pecados, debemos vivir una vida de fe como hizo Abraham: «Alza ahora tus ojos, y mira desde el lugar donde estás hacia el norte y el sur, y al oriente y al occidente. Porque toda la tierra que ves, la daré a ti y a tu descendencia para siempre» (Génesis 13:14-15) y cumplió Su promesa.
Queridos hermanos, tengan solo deseos santos en sus corazones que complazcan a Dios. Y confíen en que Dios les ayudará a cumplir sus sueños como han querido. Pueden hacerlo. Estos sueños se harán realidad para nosotros y nuestras vidas enteras serán ricas. Entonces estarán en una situación en la que podrán prestar dinero en vez de tomar prestado. Podrán ayudar a los demás en vez de recibir ayuda. Vivir por fe es una vida bendita. Después de recibir la remisión de los pecados, no alardeen de haberse convertido en justos. La fe es un proceso de aprendizaje y debe practicarse continuamente. Cuando ejercitamos nuestra fe, nuestra vida será rica, abundante en salud en cuerpo y espíritu.
¿Piensan que no tienen nada que compartir con los demás? Esto se debe a que se están preocupando por lo que tienen ahora. Nadie en este mundo siente que tiene suficiente. De ahora en adelante deberán ejercitar su fe. Y deberán tener deseos santos por fe diciendo: “Quiero servir al Señor con dinero”. Si esto es lo que quieren, oren por ser ricos. Entonces crean. Crean que Dios hará eso por ustedes. Entonces oren a Dios. Oren para que les bendiga. Entonces ser hará realidad. Pero no pueden hacer esto cuando miran su situación actual. A pesar de todo he confiado en Dios. Ya no miro mi situación, sino que creo que hay almas que están esperando ser salvadas, y serán salvadas a través de mí. Entonces trabajo por fe. Cuando trabajo por fe, hay personas que reciben la salvación de sus pecados. La fe es la sustancia de las cosas que esperamos y la prueba de las cosas que no se ven. Nuestro Dios cumple nos deseos de nuestros corazones.
 
 

Los justos viven por fe en Dios

 
Los justos viven por fe solamente. Por fe podemos predicar el Evangelio; podemos ser ricos; podemos servir al Señor; podemos hacer la obra de Dios. Solo por fe podemos ser prósperos. ¿Creen en esto? Sus enfermedades físicas pueden ser curadas por fe. “Querido Dios, quiero estar sano de nuevo. Confío en Ti. Sé que me curarás. Dame salud. Creo en Ti. Amén”. Las oraciones de fe así serán escuchadas por Dios y contestadas sinceramente. Por tanto, debemos tener fe. Como somos justos, Dios escuchará nuestras oraciones cuando le pidamos lo que nuestros corazones quieren.
Hay una cosa que debemos recordar. Los justos deben tener deseos santos. No debemos orar por nuestra propia salud o nuestro propio trabajo, sino que debemos orar por el Evangelio. «Si, pues, coméis o bebéis, o hacéis otra cosa, hacedlo todo para la gloria de Dios» (1 Corintios 10:31), y también dijo: «Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas» (Mateo 6:33). A través de esto debemos aprender la verdadera fe. La verdadera fe consiste en albergar deseos santos y confiar en que Dios los cumplirá todos. Tengan estos deseos santos. Y oren. Entonces experimentarán esta verdadera fe. Recibirán la respuesta de Dios a sus deseos santos. A medida que pasa el tiempo después de haber orado por ciertas cosas, empezaremos a darnos cuenta de que Dios contesta nuestras oraciones. Mientras caminamos, debemos orar con deseos santos. Así es como Dios nos sigue, contestando nuestras oraciones constantemente.
No necesitan sentirse desesperados cuando no sus oraciones no se contestan de inmediato. Un ministro que acababa de plantar una Iglesia no tenía dinero. Cuando su hijo le pedía juguetes, decía: “Dios te dará uno si oras”. Entonces el niño dijo una pequeña oración enseguida: “Jesús, dame un juguete. Oro en nombre de Jesús”, Pero cuando abrió los ojos no había juguetes. ¿Qué piensan que dijo el niño? Empezó a llorar: “No me ha dado el juguete. ¿Por qué me has mentido?” Justo unas horas después el niño recibió un juguete enorme. Me temo que este niño pequeño nos representa a todos.
Queridos hermanos, confíen en Dios. Algún día, Dios les dará todo lo que quieren. Los niños son demasiado impacientes, pero los que somos más mayores podemos esperar. Toda la gente justa, incluyendo todos nosotros, podemos esperar pacientemente. Podemos creer que Dios cumplirá todos los deseos de nuestros corazones mientras esperamos. Por tanto, alberguen sus deseos en sus corazones y confíen que Dios contestará todas sus oraciones. Esta es la fe verdadera.
 
 
¿Cómo quieren vivir su vida de fe?
 
¿Qué tipo de vida quieren vivir los nacidos de nuevo? Deseamos vivir una vida de fe en el Señor. Contemplar su propia situación no es fe. Tener deseos santos y confiar en Dios es tener la fe verdadera. Está escrito en la Biblia que la fe es la sustancia de las cosas que se esperan y la prueba de las cosas que no se ven. En fe, las cosas invisibles son cosas visibles. Confiar en que las cosas se harán realidad gracias a Dios y anticiparlas es la fe verdadera. Los que no nacen de nuevo no pueden hablar de dicha fe. Si alguien habla de la fe sin nacer de nuevo primero, es un ladrón y un mentiroso.
Déjenme compartir con ustedes qué ocurrió hace algún tiempo en nuestro país. Un pastor le dijo a un miembro de la iglesia que diese falso testimonio de que había resucitado de los muertos, y esto hizo que todas las iglesias de Corea se conmoviesen. Pero más tarde confesó que no estaba muerta, sino que había fingido estar muerta y se levantó cuando el pastor oró. ¿Qué piensan que hizo el pastor? Anunció por todas partes que su oración tenía un poder inmenso para devolver a la gente a la vida, así que la gente debía ir a él para orar. Pedía mucho dinero cada vez que ponía las manos sobre alguien mientras oraba.
Mientras tanto, un anciano de una iglesia grande estaba muriendo de cáncer, pero creyó que viviría si ese pastor le ponía las manos encima y oraba por él. ¿Pueden adivinar lo que le dijo ese pastor? “Como señal de consentimiento para darme la mitad de tus posesiones, firma aquí. Si lo haces, oraré por ti”. El anciano dijo: “No, no puedo hacerlo. ¿Sabes cuánto dinero tengo? ¿Cómo voy a darte la mitad de mis posesiones? No puedo y no lo haré, aunque tenga que morir”. “Entonces, muere” contestó el pastor. Pero cuando el anciano volvió a casa, lo pensó de nuevo. Pensó que valía más la pena vivir que perder la mitad de sus posesiones, así que firmó el contrato. ¿Qué piensan que le pasó? Murió poco después de firmar el contrato y recibir la oración.
Cuando el anciano murió, el pastor fue a su casa y pidió el dinero. El resultado es que casi denunció a la familia. Este incidente tan desconcertante ocurrió en una iglesia que pertenecía a una famosa denominación aquí en Corea. Apareció en todos los periódicos. Como saben este pastor es un mentiroso. ¿Cómo pudo decir que podía resucitar a los muertos con sus oraciones? Esto no tenía sentido. ¿Se pensaba que era Dios Padre? Si soy honesto, era un estafador y un pecador y no tenía a Dios en su corazón.
Queridos hermanos, Dios solo contesta las oraciones de los que tienen un corazón puro. Cuando escuchan a su propio bebé llorar, es como música para sus oídos, pero cuando escuchan a otro bebé llorar, es un sonido horrible. Solo los que han nacido de nuevo a través del Evangelio del agua y el Espíritu son los verdaderos hijos de Dios. Dios es el Padre y el Maestro de solo los que han nacido de nuevo a través del Evangelio del agua y el Espíritu. Por tanto, Dios cumple los deseos de los nacidos de nuevo que creen en el Evangelio del agua y el Espíritu.
¿Acaso no hacen cosas por sus hijos diciendo: “De acuerdo, haré esto por ti” si tienen buenos deseos? Por tanto, los hijos de Dios deben orar a su Padre celestial. Dios no hace cosas por nosotros cuando no oramos. ¿Por qué? Si Dios nos da algo que no hemos pedido específicamente, pensaremos que lo hemos ganado con nuestras propias habilidades. Cuando oramos con todos nuestros corazones, Dios nos dará lo que le pedimos diciendo: “Ahora sabrás que esto no es gracias a ti, sino gracias a Mí”. Así que cuando oramos debemos decidirnos. En vez de tener dos pensamientos sobre si Dios va a contestar nuestras oraciones, debemos orar y confiar completamente en que Dios nos dará lo que hemos pedido.
Podemos ser bendecidos y vivir una vida feliz cuando empezamos a aprender acerca de la fe verdadera ejercitándola. Esta es la razón por la que debemos aprender esta fe después de recibir nuestra salvación. ¿Acaso no nos dijo Dios que los justos deben vivir por fe? Esto no solo está escrito en la Palabra. Es cierto. El Apóstol Pablo vivió por fe y también muchos profetas en la Biblia. Dios dejó esto escrito para que podemos vivir la misma vida con éxito.
Queridos hermanos, puede que no tengamos una fe buena pero tenemos una fe tan pequeña como una semilla de mostaza. ¿Qué tipo de fe es esta? Esta fe es la creencia en que somos los hijos de Dios por muy insuficientes que seamos. Esta fe es como una semilla de mostaza. Cuado plantamos esta semilla de mostaza en nuestros corazones, el capullo será muy delgado y débil al principio. Pero si lo regamos bien crecerá y pronto tendrá un tallo con hojas y ramas. A medida que pasa el tiempo será tan grande como un árbol. Al final se convertirá en un árbol de la mostaza donde los pájaros y animales pequeños pueden refugiarse del sol y la lluvia. 
Queridos hermanos, los que hemos sido salvados debemos tener fe en que nuestro Dios es nuestro Padre. Mientras albergamos deseos santos solamente en nuestros corazones, debemos pedir, confiar y convertirnos en grandes personas de fe. Entonces todo el mundo será salvado, recibirá ayuda y será bendecido a través de nosotros. Aunque seamos insuficientes y pobres ahora, podemos ser personas bendecidas.
 
 

Aprendan y ejerciten la fe

 
Queridos hermanos, practiquen su fe. Vivan por fe. Sean unidos con la iglesia de Dios y vivan por fe. Debemos aprender la fe haciendo una ofrenda para plantar la Iglesia de Busan. “Querido Dios, no tengo nada que ofrecer. Sé que me darás todo lo que necesitas. Lléname. Confío en Ti plenamente”. Podemos hacer esta recolecta por fe de esta manera. Por supuesto podemos vivir sin dar ofrendas al Señor. Pero nada mejorará. Intenten vivir por fe. Entonces intenten aprender la fe a través de esta experiencia.
Confíen en que Dios cumplirá todas las cosas por ustedes y empiecen a orar. Debemos aprender la fe esta vez. Aprendan la fe mientras dan ofrendas al Señor. Cuando experimentan lo que es ejercitar su fe, podrán ejercitar una fe más grande la vez siguiente. Ganarán más a través de la fe que han aprendido. Los judíos no solo les dan peces a sus hijos, sino que les enseñan a pescar. Esto también es cierto acerca de nosotros. Si aprendemos esta fe, seremos bendecidos y podremos resolver todos los problemas que surjan en nuestras vidas. Por tanto, debemos aprender esta fe. Al hacer esta recolecta aprenderemos esta fe. ¿Me siguen? ¿Creen en esto? ¿Creen que saben lo que es la fe?
La fe verdadera no consiste en creer solo en lo que pueden ver con sus ojos. La fe es la base que nos hace orar de la manera siguiente: “Aunque no veo nada tangible, creo que Dios me lo dará. No tengo nada ahora, pero sé que Dios me dará todo lo que necesito”. Esto también tiene que ver con nosotros. Cuando oro: “Mi voz es demasiado suave durante el sermón y no me pueden oír. Por favor, dame un micrófono nuevo para que la congregación me pueda escuchar sin problemas. Necesito un buen sistema de sonido. Sé que me darás uno”, entonces recibirán el tipo correcto de micrófono.
Dios dijo: “La fe es la sustancia de las cosas que se esperan y la prueba de las cosas que no se ven”. La fe es creer que Dios hará lo que le hayan pedido cuando solo albergan deseos santos, oran y esperan. Queridos hermanos, vivan por fe. ¿Lo entienden? Si no tienen salud, oren por su salud y busquen estos deseos para servir al Señor con su cuerpo sano. Crean que Dios les dará salud. Confiando y orando podrán darse cuenta de que están sanos. Este es el mundo de la fe.
Adolescentes, ¿entienden esto? Hermanos y hermanas, vivan por fe. Alberguen solo deseos santos para Dios. Se harán realidad como han esperado y anticipado. Quiero que ustedes, jóvenes, tengan deseos santos. Y que aprendan la fe. Cuando hacen cosas por fe Dios hará cosas por ustedes. Todas las mujeres casadas, tengan deseos santos. Dios cumplirá sus deseos. Todos los hombres casados, también tengas deseos santos. Dios los cumplirá todos por ustedes. Hermanos y hermanas, tengan deseos justos confiando en Él. Y ejerciten su fe. Será beneficioso para toda su vida.