Si, eso es correcto. Apocalipsis 7:9 dice, “Después de esto miré, y he aquí una gran multitud, la cual nadie podía contar, de todas naciones y tribus y pueblos y lenguas, que estaban delante del trono y en la presencia del Cordero, vestidos de ropas blancas, y con palmas en las manos.” De la frase, “de todas naciones y tribus y pueblos y lenguas.... vestidos de ropas blancas,” podemos ver que con su fe en el evangelio del agua y el Espíritu, una incontable multitud de entre los Gentiles peleará y vencer al Anticristo, serán martirizados y participarán en la primera resurrección y en el rapto.
Aunque en estos últimos días el Anticristo anda con impunidad, también podemos reconocer que al mismo tiempo, se levantará aún más gente que creerá en el evangelio del agua y el Espíritu dado por Dios. Como tal, también una gran multitud se levantará entre los Gentiles, una multitud tan grande que nadie podía contarla, que serán salvos del pecado creyendo en el evangelio del agua y el Espíritu, y abrazarán su martirio con su fe.
Apocalipsis 7:14 dice, “Yo le dije: Señor, tú lo sabes. Y él me dijo: Estos son los que han salido de la gran tribulación, y han lavado sus ropas, y las han emblanquecido en la sangre del Cordero.” Mientras que vino la Gran Tribulación sobre esta tierra, esta gente fue salva del pecado creyendo en el evangelio del agua y el Espíritu predicado con todo el corazón por la Iglesia de Dios. Por lo tanto, ellos fueron martirizados, ya que no adoraron al Anticristo ni recibieron la marca de la Bestia en sus manos derechas o en sus frentes, y por lo tanto se unieron en la resurrección y rapto de los santos. Es por eso que están ante el trono y ante el Cordero y alaban, “La salvación pertenece a nuestro Dios que está sentado en el trono, y al Cordero.”
Por lo tanto, Dios no es solo el Dios del pueblo Judío, sino que Él es también el Dios de los Gentiles. Como tal, Él se asegurará que cuando los últimos días de la Gran Tribulación lleguen, un innumerable número de Gentiles de todas las naciones, tribus, pueblos y lenguas que creerán en el evangelio del agua y el Espíritu, recibirán la remisión del pecado y estarán entre los archivos de los mártires.