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শিক্ষা

Tema 8: El Espíritu Santo

[8-11] Para mantener su vida llena del Espíritu Santo (Efesios 5:6-18)

Para mantener su vida llena del Espíritu Santo(Efesios 5:6-18)
“Nadie os engañe con palabras vanas, porque por estas cosas viene la ira de Dios sobre los hijos de desobediencia. No seáis, pues, partícipes con ellos. Porque en otro tiempo erais tinieblas, mas ahora sois luz en el Señor; andad como hijos de luz (porque el fruto del Espíritu es en toda bondad, justicia y verdad), comprobando lo que es agradable al Señor. Y no participéis en las obras infructuosas de las tinieblas, sino más bien reprendedlas; porque vergonzoso es aun hablar de lo que ellos hacen en secreto. Mas todas las cosas, cuando son puestas en evidencia por la luz, son hechas manifiestas; porque la luz es lo que manifiesta todo. Por lo cual dice: Despiértate, tú que duermes, Y levántate de los muertos, Y te alumbrará Cristo. Mirad, pues, con diligencia cómo andéis, no como necios sino como sabios, aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos. Por tanto, no seáis insensatos, sino entendidos de cuál sea la voluntad del Señor. No os embriaguéis con vino, en lo cual hay disolución; antes bien sed llenos del Espíritu.”
 
 
¿Que debemos hacer para mantener Nuestras vidas llenas del Espíritu Santo?
Tenemos que negarnos a nosotros mismos, tomar nuestra cruz, negar nuestros malos pensamientos consagrándonos a redicar el evangelio.
 
A fin de “mantener una vida llena del Espíritu Santo” debemos consagrarnos a predicar el evangelio. Para vivir una vida llena del Espíritu Santo, primero debemos recibir la bendición de que el Espíritu Santo more en nuestros corazones. Para recibir la vida en el Espíritu Santo debemos tener este tipo de fe, es decir, nosotros debemos creer en el evangelio del agua y el Espíritu que Dios nos dio. Teniendo esta fe, recibiremos la bendición que hace que el Espíritu Santo more en nosotros.
¿Aquellos que han recibido al Espíritu Santo quieren tener una vida llena del Espíritu Santo? Claro que si. Pero ¿Por qué es que algunos de ellos no pueden vivir esta vida? La razón es que sus propios problemas se sobreponen a la obra de Dios, lo que significa que ellos no pueden andar con él. Para mantener una vida llena del Espíritu Santo, debemos aprender a creer en la Palabra de Dios. En primer lugar, mirando en la Biblia debemos averiguar qué tipo de vida y fe debemos tener.
 
 

¿Cuál es la razón por la que algunas Personas no pueden vivir una vida llena Del Espíritu Santo?

 
Primero, podemos decir que se debe a que ellos no pueden negarse a sí mismos. La Biblia dice que sólo aquellos que se niegan a sí mismos pueden andar con el Señor. Tratar de lograr una vida llena del Espíritu Santo no es posible a través del propio poder de uno mismo, todos debemos tener fe en la vida en el Espíritu Santo y negarse a sí mismos. Incluso para aquellos que tienen la vida en el Espíritu Santo, es difícil abandonar sus egos y no tener alguna preocupación por el Reino de Dios. Así que para tener la vida llena del Espíritu Santo, debemos servir al evangelio del agua y el Espíritu. Sólo entonces puede la persona negarse a sí misma y vivir como siervo justo.
 En Mateo 16:24-26 dice, “Entonces Jesús dijo a sus discípulos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame. Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí, la hallará. Porque ¿qué aprovechará al hombre, si ganare todo el mundo, y perdiere su alma? ¿O qué recompensa dará el hombre por su alma?”
La razón por la que algunas personas que nacen de nuevo no pueden vivir una vida llena del Espíritu Santo es que no se negaron a la lujuria de su carne. Incluso las personas que tienen la vida en el Espíritu Santo sólo pueden seguir el Espíritu Santo cuando ellos dejan la lujuria de su carne. Hay muchos aspectos de la vida de la carne que nosotros debemos rendir para seguir al Señor. El Señor dijo, “niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame.”
Vivir carnalmente es la muerte, pero vivir espiritualmente es vida y la paz. Las personas que desean andar en el Espíritu deben abandonar la vida de la carne. Sólo aquellos que se atreven a hacer este sacrificio pueden mantener una vida llena del Espíritu Santo. Ésta es la verdad de la llenura del Espíritu Santo.
¿Qué quiere usted seguir, al Señor o al mundo? La elección es suya, una vida llena del Espíritu Santo o una vida de lujuria. Si usted realmente quiere vivir una vida llena del Espíritu Santo, la elección es suya. Dios nos salvó de todos nuestros pecados y nos dio el don de la vida en el Espíritu Santo. Pero depende de usted decidir si vive una vida llena del Espíritu Santo. En otras palabras, la vida llena del Espíritu Santo no es algo que Dios predestine. La vida llena del Espíritu Santo sólo depende de la voluntad de aquellos que creen en el bello evangelio del agua y el Espíritu.
 
 

Usted debe tener la voluntad de vivir una Vida llena del Espíritu Santo.

 
Si usted tiene voluntad para vivir una vida llena del Espíritu Santo, Dios se lo permitirá. Él le ayudará y le bendecirá. Pero si usted no quiere, usted debe dejar la vida llena del Espíritu Santo.
Usted sólo puede recibir la vida en el Espíritu Santo por la fe en el evangelio del agua y el Espíritu y no por su voluntad. Pero vivir y mantener una vida llena del Espíritu Santo son totalmente dependientes en su voluntad.
Por consiguiente, si usted quiere una vida llena del Espíritu Santo, usted debe examinar su propia voluntad y debe pedir la ayuda de Dios. Si nosotros realmente queremos la vida llena del Espíritu Santo, Dios nos bendecirá y cumplirá nuestros deseos. Pero para lograr nuestra meta, debemos negarnos a la lujuria de la carne.
Segundo, para vivir una vida llena del Espíritu Santo, debemos llevar nuestra propia cruz. Debemos vivir e incluso andar por la voluntad de Dios en las situaciones difíciles. Esto es lo que significa vivir una vida justa llena del Espíritu Santo.
Y tercero, el Señor dijo, “Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí, la hallará. Porque ¿qué aprovechará al hombre, si ganare todo el mundo, y perdiere su alma? ¿O qué recompensa dará el hombre por su alma?” Esto significa que seguir al Señor es relevante en nuestras vidas. De hecho, si nosotros le seguimos a él, nuestro espíritu y nuestra carne prosperarán pero si no lo seguimos y escogemos vivir las vidas a nuestra propia manera, nuestro espíritu y carne perecerán.
¿Por qué no podemos tener vidas llenas del Espíritu Santo? La razón es que nosotros no negamos nuestros pensamientos, a saber la lujuria de la carne. Cuando nosotros seguimos a Jesús, el Espíritu fortalece nuestro ego interno y por consiguiente él puede guiarnos con mayor contundencia.
En Efesios 5:11-13 dice, “Y no participéis en las obras infructuosas de las tinieblas, sino más bien reprendedlas; porque vergonzoso es aun hablar de lo que ellos hacen en secreto. Mas todas las cosas, cuando son puestas en evidencia por la luz, son hechas manifiestas; porque la luz es lo que manifiesta todo.” Los cristianos no deben tener compañerismo con las obras estériles de la oscuridad. Pero cuando nosotros nos complacemos en las obras estériles de la oscuridad, Dios nos dice que las expongamos. Nosotros seremos reprobados con nuestras obras de oscuridad, porque vergonzoso es aun hablar de lo que ellos hacen en secreto. Mas todas las cosas, cuando son puestas en evidencia por la luz, son hechas manifiestas.
¿Quién es capaz de exponer y hablar sobre todas estas cosas vergonzosas? Si otros, sus hermanos o hermanas y los siervos de Dios no pueden exponerlos, usted debe exponerlos solo. Se dice que todas las cosas que son expuestas son manifiestas por la luz. Por consiguiente nosotros debemos admitir nuestros malos hechos que nos impiden ser justos, y ser guiados por el Espíritu Santo para exponer las obras estériles de oscuridad a través de nosotros mismos o de nuestro líder.
En este mundo, todas las cosas que son expuestas terminan como son, reprochadas por la Palabra de Dios, todas las cosas expuestas son hechas manifiestas por la luz, debido a que todo es hecho manifiesto en la luz. Debido a que estamos muy lejos de ser perfectos, cometemos muchos pecados inconscientemente en este mundo. Sin embargo, cuando vertimos la luz de la Palabra de Dios en nosotros, nos damos cuenta de ciertos pecados y podemos admitirlos. Y así es que nosotros venimos a dar gracias a Dios.
Porque Jesús se llevó todos nuestros pecados e iniquidades, y toda justicia de Dios fue cumplida cuando él fue bautizado en el río Jordán, nosotros podemos ser manifiestos a la luz a través de la justicia de Dios. Billones de pecados que la humanidad ha cometido se transfirieron a Jesús cuando Juan lo bautizó. Él es el Cordero de Dios que se llevó los pecados del mundo, murió en la cruz al ser juzgado por ellos, y resucitó. Jesús perdonó todos los pecados de la humanidad y cuando él dijo, “Consumado es” (Juan 19:30), toda la humanidad fue salvada. Nosotros nos santificamos a través de nuestra fe en lo que Jesucristo hizo. Desde que nuestros pecados fueron perdonados, podemos entrar de nuevo en la luz y podemos seguir a Dios honradamente.
 
 
Dios nos dijo que aprovecháramos bien el Tiempo
 
Pablo dijo que si nosotros queremos vivir una vida llena del Espíritu Santo, debemos aprovechar el tiempo. En Efesios 5:16-17 dice, “aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos. Por tanto, no seáis insensatos, sino entendidos de cuál sea la voluntad del Señor.” Si nosotros queremos vivir una vida llena del Espíritu Santo, debemos aprovechar el tiempo y no debemos ser imprudentes. Nosotros debemos entender lo que es la voluntad del Señor y hacerla. Debemos decidir qué es lo que más vale la pena: la vida fiel a nuestra carne o consagrarnos a Dios.
Después de que nacemos de nuevo, el Espíritu Santo mora dentro de nosotros. Si recibimos la vida en el Espíritu Santo, significa que nuestro amo es el Señor y él es nuestro Rey. Sólo él es nuestro Salvador y nosotros debemos admitir absolutamente que él nuestro Dios. Él es nuestro único amo. Él es el amo que me hizo, perdonó todos mis pecados y me bendijo. Y él es el Rey que tiene el dominio sobre mi vida y muerte, bendiciones o maldiciones. Nosotros debemos admitir que el Señor es el amo y Dios así nosotros debemos obedecerlo a lo largo de nuestras vidas.
Veamos lo que dice en Filipenses 2:5-11 “Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre.”
Pablo dijo, “Haya, pues, en vosotros este sentir.” Dijo que ese era el sentir de Jesucristo. Lo que Pablo quiso decir es que ese «sentir» es de Jesús, que es Dios el Creador que vino al mundo para salvar a su pueblo de sus pecados según la voluntad de su Padre. El Señor vino al mundo y tomó todos los pecados a través del bautismo que recibió de Juan. Y cuando murió en la cruz, los pecados del mundo fueron extirpados con él. Entonces resucitó al tercer día y se convirtió en nuestro Salvador.
La razón por la que Jesucristo, el Creador, vino a este mundo fue por salvarnos. Él mostró su amor por nosotros a través de su bautismo y sangre en la cruz. Toda la creación debe arrodillarse ante él y apreciar su amor que nos dio el perdón de pecado humillándose como una criatura pese a que él es el Creador. Por eso todas las criaturas deben confesar que él es su verdadero Salvador. Él nos hizo confesar que él no sólo es el Señor de toda la creación sino también el Señor de toda justicia para nosotros.
Los que creemos en Dios y tenemos la vida en el Espíritu Santo, debemos creer que ‘Dios es el único amo real para nosotros’ y que tenemos el amor de Jesucristo en nuestro corazón. Nosotros debemos tener fe en nuestro amo no en nosotros mismos sino en Jesucristo quien nos creó y nos salvo de todos nuestros pecados. Y también debemos tener fe en que él es el amo que nos hace vivir una nueva y bendita vida y prepara todo para nosotros y obra en nosotros.
Hay muchas personas que no quieren intercambiar amos después de nacer de nuevo. Hay muchos que tienen la vida en el Espíritu Santo pero insisten que ellos son los amos de ellos mismos. La vida llena del Espíritu Santo es la vida que sigue a Dios. Este tipo de vida no puede ganarse en un día sino sólo es posible cuando creemos que Jesús es el Amo de nuestras vidas y quien nos creó así como a todas las otras creaciones en el universo. Nosotros necesitamos tener la fe para servir a Jesús nuestro Señor, Amo y Dios que nos han salvado de nuestros pecados y nos han dado vida eterna en el Reino del Cielo.
Necesitamos tener presente la verdad. Muchas personas viven sus vidas como amos de ellos mismos. Ellos protegen y mantienen el dominio sobre sus propias vidas. Pero ahora es el tiempo para cambiar de amo. Nosotros ahora nos hemos vuelto de los que conocen a Dios, y así nuestro Amo esencial es el Señor.
Todos nosotros tenemos el pecado en nuestros corazones y debemos ser condenados al infierno por nuestro mal. Pero encontramos a Dios a través de nuestra fe en el evangelio del agua y el Espíritu. Dios nos ama tanto que él vino a este mundo, se llevó todos nuestros pecados bautizándose por Juan y derramando su sangre en la cruz para volverse nuestro Salvador real. Y a través de nuestra fe en Dios, nosotros nos libramos de todos nuestros pecados. En otras palabras, nosotros recibimos la vida en el Espíritu Santo.
La Biblia dice, “Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de él” (Romanos 8:9). Cuando recibimos su redención, esto es, la vida en el Espíritu Santo, nosotros nos volvimos hijos de Dios. El Espíritu Santo es Dios en nosotros y nosotros debemos andar en la justicia de Dios bajo la instrucción del Espíritu Santo. Para vivir así, debemos dejar el dominio sobre nosotros mismos. Después de que nos encontramos a Jesús y nos entregamos a él, debemos hacerle nuestro único Amo.
 
 
Nosotros debemos presentar nuestros Corazones a Jesús como tronos.
 
Nosotros no podemos seguir al Señor si consideramos que el dominio de nuestras propias vidas es de nosotros mismos. Cuando Dios pide que lo sirvamos, decimos “Sí” sin retraso, si nosotros no somos nuestros propios amos. Por otra parte, nosotros podíamos decir ¿“Por qué debo hacerlo por usted?” La persona que es su propio amo se negará a hacer lo que Dios quiere que él haga, pensando, “Él debe pedírmelo como un favor para yo hacer lo que él quiere.” A tal persona, las instrucciones de Dios le son nada más palabras ociosas y molestas.
Sin embargo para ser llenos del Espíritu Santo debemos obedecer su orden. Nosotros no podemos ser como ovejas que son llevadas al matadero, sino que debemos seguir a Dios voluntariamente. Debemos seguir a Dios, nuestro Salvador que nos guía a lo largo del camino recto. Dios es el Señor que nos bendijo con la salvación. Si nosotros lo servimos como nuestro Amo y guardamos sus reglas, podemos llenarnos del Espíritu Santo. Si usted y los miembros de su familia presentan a Jesús como su majestad y lo ponen por sobre todo el resto, ustedes tendrán gracia y bendiciones en sus vidas.
Quizá usted ha visto cuadros como el de un hombre que está navegando contra una fuerte tormenta y Jesús está de pie justo a un lado de él. Cuando parece que nosotros estamos en medio de tremendos desafíos en nuestras vidas y haciendo la obra del Señor, realmente es nuestro Señor Jesucristo quien está guiándonos y está sosteniendo nuestras manos. Es el Omnipotente Dios que vigila nuestras vidas. Él nos salvó. Él nos protege de satanás, nos guía y tiene el dominio sobre de nuestras vidas.
Desde que Él se hizo nuestro Amo, Él nos cuida y nos bendice. Pero si nosotros no lo reconocemos como nuestro Amo, Él no puede realizar ese papel. Así como Él es Dios en persona, Él no nos obliga a que le obedezcamos. Aunque Él es el Omnipotente Dios, Él no hace nada por nosotros a menos que nosotros nos ofrezcamos a servirlo como nuestro Amo y pedirle ayuda. 
 
 
Ponga todas sus cargas sobre Él
 
Ponga todas sus cargas sobre él y así pueda cumplir su dominio sobre nosotros. Sírvalo y admita que él es nuestro Amo. Debido a que estamos muy lejos de ser perfectos, debemos poner todas nuestras cargas cosas sobre él y debemos pasar toda la responsabilidad sobre él. Una vez que nosotros ponemos sobre él a nuestras familias, la vida diaria y todo lo demás, recibiremos la sabiduría de Dios y podremos vivir como él quiere, manejando todos los problemas con la fe y el poder que Dios nos ha dado.
Nuestros problemas entonces se vuelven de nuestro Señor lo que significa que si nosotros seguimos a Jesús el Omnipotente Dios, Él tomará la responsabilidad por nosotros. Y podremos vivir una vida llena del Espíritu Santo y disfrutar la paz que reside en él. Como cristianos fieles, debemos arrodillarnos ante Dios, debemos reconocerle y debemos servirlo como nuestro Amo.
Veamos lo que dice en Filipenses 3:3 sobre qué tipo de fe debemos tener para vivir una vida llena del Espíritu Santo. “Porque nosotros somos la circuncisión, los que en espíritu servimos a Dios y nos gloriamos en Cristo Jesús, no teniendo confianza en la carne.” Lo que se entiende aquí por ‘la circuncisión es el que rinde culto a Dios en el Espíritu, se regocija en Cristo Jesús, y no tiene la confianza en la carne.
Para vivir como de la circuncisión significa cortar todo el pecado en nuestros corazones y pasarlo adelante a Jesucristo que fue bautizado por Juan. Aquellos que son guiados por el Espíritu deben sus vidas al Espíritu. Ellos sirven a Dios y se regocijan en Cristo Jesús que dice, “Jesús me ha llevado a vivir esta vida gloriosa. Él me hizo justo y me bendijo. Él me dio toda la gracia que yo necesitaba para servirlo.” Nosotros necesitamos vivir así. Ésta es la vida llena del Espíritu Santo. Pablo dijo, “Si, pues, coméis o bebéis, o hacéis otra cosa, hacedlo todo para la gloria de Dios” (1 Corintios 10:31).
En Filipenses 3:13-14 dice, “Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús.” Dios nos dijo que nos olvidáramos de esas cosas que están detrás de nosotros en el pasado, y que prosiguiéramos hacia delante. Nosotros debemos ir hacia nuestra meta. Sin tener en cuenta nuestros hechos malos o justos, debemos olvidarnos de esas cosas que están detrás de nosotros e intentar alcanzar a esas cosas que están adelante y apresurarnos hacia nuestra meta. Esta meta es servir a su Voluntad apoyados en Jesucristo creyendo en él.
Nosotros estamos lejos de ser perfectos, así que tendemos a caer cuando sentimos el aguijón de la carne. Sin embargo mirando hacia Dios y teniendo fe, podemos sobreponernos a todas nuestras debilidades e iniquidades. Cuando Jesucristo fue bautizado por Juan y murió en la cruz, todos nuestros pecados se transfirieron a él. Cuando él se volvió nuestro Salvador a través de su resurrección, nos dio vidas nuevas gracias a nuestra fe en Él. Por lo tanto, debemos deshacernos de todas esas cosas que están detrás de nosotros, ir hacia adelante y apresurarnos hacia nuestra meta.
 
 

Para mantener una vida llena del Espíritu Santo

 
Nosotros debemos seguir a la meta por aquellas cosas que están delante y buscar la meta más alta. Yo espero que usted pueda olvidarse de todas las cosas pasadas tan rápidamente como sea posible si estas son una carga para usted. Hay muchas cosas que no pueden hacerse debido a nuestras debilidades, pero esto de ninguna es preocupación debido lo importantes está en el futuro. Debido a que el futuro es más importante, debemos dar el trono a Jesucristo a través de la fe y ser guiados por él. Nosotros debemos permitirle decidir cómo viviremos en el futuro y hacer lo que le agrada a él.
 
 
Tenemos que vivir como los discípulos lo Hicieron.
 
Podemos llevar una vida llena del Espíritu Santo únicamente si somos fuertes en nuestra fe en la remisión de pecados. Esto es muy importante, veamos 2 Timoteo 2:1-10. “Tú, pues, hijo mío, esfuérzate en la gracia que es en Cristo Jesús. Lo que has oído de mí ante muchos testigos, esto encarga a hombres fieles que sean idóneos para enseñar también a otros. Tú, pues, sufre penalidades como buen soldado de Jesucristo. Ninguno que milita se enreda en los negocios de la vida, a fin de agradar a aquel que lo tomó por soldado. Y también el que lucha como atleta, no es coronado si no lucha legítimamente. El labrador, para participar de los frutos, debe trabajar primero. Considera lo que digo, y el Señor te dé entendimiento en todo. Acuérdate de Jesucristo, del linaje de David, resucitado de los muertos conforme a mi evangelio, en el cual sufro penalidades, hasta prisiones a modo de malhechor; mas la palabra de Dios no está presa. Por tanto, todo lo soporto por amor de los escogidos, para que ellos también obtengan la salvación que es en Cristo Jesús con gloria eterna.”
Así como Pablo dijo a Timoteo, el Espíritu Santo nos dice, “esfuérzate en la gracia que es en Cristo Jesús Lo que has oído de mí ante muchos testigos, esto encarga a hombres fieles que sean idóneos para enseñar también a otros.”
“Esfuérzate en la gracia que es en Cristo Jesús.” Esfuérzate en la gracia significa que tenemos que fortalecer nuestra fe en el evangelio del agua y el Espíritu creyendo en él y aferrándose a él. Jesucristo vino en este mundo para aceptar todos nuestros pecados a través de su bautismo, murió en la cruz, resucitó y se volvió nuestro Salvador. Esto significa que nosotros debemos esforzarnos en la gracia de Dios y debemos ser agradecidos a él. Dios nos salvó y por consiguiente nosotros debemos aceptar la salvación a través de la fe como un regalo de Dios. Ésta es la salvación por la remisión de pecados. No tiene nada por que hacer ofrecimiento mediante oraciones diarias cada mañana o donar dinero para la construcción de una iglesia. Todas estas cosas hacen más daño que bien para recibir la salvación.
Nuestra salvación a través del perdón de pecados significa que Jesucristo, sin tener en cuenta nuestros hechos, fue bautizado para llevarse todos nuestros pecados, entonces murió en la cruz para borrar todas nuestras transgresiones. Él resucitó para salvarnos de todos nuestros pecados. Los Pastores pueden ser perdonados por sus pecados creyendo en este evangelio de verdad, como hombres comunes. Cualquiera que cree en Jesucristo así, con todos su corazón recibe el perdón de pecado. Por lo tanto podemos tener confianza en la gracia de la salvación y podemos fortalecer nuestra fe.
Si nosotros queremos una vida llena del Espíritu Santo, debemos esforzarnos en nuestra fe en el evangelio del agua y el Espíritu. Hay áreas en nuestras vidas donde nosotros no nos medimos, y tenemos nuestras áreas débiles. Por eso debemos esforzarnos en la gracia de la salvación. Cada vez que nuestros fracasos aparecen tenemos que meditar en nuestra fe diciéndonos, “Dios me salvó a través del evangelio del agua y el Espíritu. Jesús perdonó todos mis pecados a través del agua y el Espíritu.” Nosotros nos volvemos justos creyendo en este evangelio y nos fortalecemos teniendo la vida en el Espíritu Santo. Nosotros nos salvamos de todos nuestros pecados y nos hacemos fuertes creyendo en el evangelio del agua y el Espíritu. Nosotros venimos a ser personas bendecidas a través de nuestra fe.
Pablo dijo, “Si, pues, coméis o bebéis, o hacéis otra cosa, hacedlo todo para la gloria de Dios” (1 Corintios 10:31). Esto es un muy importante. Significa que debemos dedicar nuestras vidas a Dios. “Si, pues, coméis o bebéis.” Nosotros debemos comer, beber y ser fuertes para Dios para hacer su obra. Nosotros debemos comer las cosas buenas para nuestra salud para predicar el evangelio.
“Ninguno que milita se enreda en los negocios de la vida, a fin de agradar a aquel que lo tomó por soldado” (2 Timoteo 2:4). Usted debe llevar una vida llena del Espíritu Santo para predicar el evangelio. Nosotros podemos vivir una vida fiel cuando guiamos nuestra vida para predicar el evangelio. Todos los que viven una vida fiel así, están llenos del Espíritu Santo. Todos debemos esforzarnos para vivir llenos del Espíritu Santo. Incluso las ofrendas que usted hizo a través de su trabajo, debe usarse para el evangelio.
Si usted quiere mantener una vida llena del Espíritu Santo, debe dedicarse al Señor, esté a su servicio, use su dinero para el evangelio y comparta todas sus alegrías y dolores con Dios. Si queremos llevar este tipo de vida, debemos vivir en la fe con la fuerte voluntad de servir el evangelio.
Muchas personas hasta ahora han llevado una vida para ellos mismos. Ellos han levantado paredes y han acumulado propiedades para ellos siendo amos de sí mismos. Sin embargo, ahora tenemos que vivir para Dios. Debemos tomar a Dios como único Amo. El Señor dice, “Ninguno que milita se enreda en los negocios de la vida, a fin de agradar a aquel que lo tomó por soldado.” Viviendo la vida de un buen soldado significa ser partidario de las reglas. El Señor resuelve nuestros problemas por nosotros, nos protege y nos guía si vivimos para él como sus fieles soldados. Él nos dice que primero busquemos el Reino de Dios y su justicia (Mateo 6:33).
No hay nada falso en la Palabra de Dios. Si nosotros la seguimos, experimentaremos la veracidad de su palabra. Pero recuerde que primero usted debe tener la vida en el Espíritu Santo en su corazón. Una persona sin la vida en el Espíritu Santo no puede entregar su propio trono a Dios. Sin embargo, una persona con la vida en el Espíritu Santo puede dar el trono de su corazón a Dios y por eso puede experimentar la llenura del Espíritu Santo y tener felicidad y paz en su corazón.
Vivir en el Espíritu Santo se hará realidad en usted si usted lo entiende y cree en el bello evangelio del agua y el Espíritu. Si usted quiere tener la llenura del Espíritu Santo y quiere vivir una vida bendecida, usted debe servir a Dios como el Rey y debe vivir para el bien de su reino. Entonces usted se llenará del Espíritu Santo y entonces su corazón tendrá vida abundante y próspera y usted ganará las bendiciones de ser los hijos en el Reino de Dios.
Yo he entregado el mensaje a las personas que han recibido la salvación del pecado y la vida en el Espíritu Santo y creyendo en el Señor deben llevar una vida llena del Espíritu Santo. Yo he definido la vida llena del Espíritu Santo y les expliqué cómo puede mantenerse este tipo de vida. Yo también le he explicado esto a usted, y por fe debe entregar su trono al Señor y por fe usted debe servirlo y mantener una vida llena en el Espíritu Santo.
Una vez más, para alguien que tiene la vida en el Espíritu Santo, nacer de nuevo no es el fin. Él tiene que continuar llevando una vida llena del Espíritu Santo. Nosotros debemos saber ciertamente y creer que nuestros espíritus y carne sólo pueden ser bendecidos si nosotros llevamos una vida así.
Este tipo de vida no pasa espontáneamente. Sólo pasa cuando nosotros creemos en el Señor como nuestro Amo y lo ponemos en la posición más importante de nuestros corazones. Dios nos salvó y ya nos ha dado una vida llena del Espíritu Santo, una vida para servir al evangelio. Él también nos dio su obra y poder para hacer su obra y así nosotros pudiéramos mantener una vida llena del Espíritu Santo.
Usted debe dedicarse a él y viva la vida para él. Sírvalo predicando este bello evangelio. Su corazón entonces será lleno del Espíritu Santo, y la felicidad y la gracia fluirán en usted. En el día de su retorno, usted se bendecirá, estando de pie orgullosamente ante Dios y ganando su premio. Usted y yo debemos admirar la vida llena del Espíritu Santo. Debemos esforzarnos por vivir este tipo de vida a través de la fe. Así es cómo se mantiene una vida llena del Espíritu Santo.
¿Ha abdicado usted el trono en sus corazones para vivir una vida llena del Espíritu Santo? Yo espero que usted le permita la posición principal en su corazón. Usted debe tener la voluntad para vivir una vida llena del Espíritu Santo. Es entonces cuando Él lo bendecirá y pueda usted llevar una vida llena del Espíritu Santo.
 
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