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Tema 24: SERMONES PARA LOS QUE SE HAN CONVERTIDO EN NUESTROS COLABORADORES

[24-2] Entren por la puerta estrecha (Mateo 7:13-27)

Entren por la puerta estrecha(Mateo 7:13-27)
«Entrad por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella; porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan. Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces. Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos, o higos de los abrojos? Así, todo buen árbol da buenos frutos, pero el árbol malo da frutos malos. No puede el buen árbol dar malos frutos, ni el árbol malo dar frutos buenos. Todo árbol que no da buen fruto, es cortado y echado en el fuego. Así que, por sus frutos los conoceréis. No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad. Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace, le compararé a un hombre prudente, que edificó su casa sobre la roca. Descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y golpearon contra aquella casa; y no cayó, porque estaba fundada sobre la roca. Pero cualquiera que me oye estas palabras y no las hace, le compararé a un hombre insensato, que edificó su casa sobre la arena; y descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y dieron con ímpetu contra aquella casa; y cayó, y fue grande su ruina.»
 
 

La puerta estrecha es el camino difícil y hay pocos que la encuentran

 
En el pasaje de las Escrituras de hoy el Señor nos habla a todas las personas del mundo, no solo a los que creen en Jesús. El punto principal del pasaje de las Escrituras de hoy en día es que debemos entrar por la puerta estrecha. Está escrito: «Entrad por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella; porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan» (Mateo 7:13-14). El Señor nos dice que entremos por la puerta estrecha. Nos dice: «Porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan».
El Señor nos dice que entremos por la puerta estrecha, pero ¿qué hacen los cristianos hoy en día? Al contrario que la Palabra del Señor que les dice que entren por la puerta estrecha, les gusta la puerta ancha y entran por ella. El Señor nos dijo que entrásemos por la puerta estrecha y que los profetas, como los predecesores de la fe, entraron por esta puerta estrecha según la Palabra de Dios, pero los que no siguen la Palabra de Dios están moviéndose hacia la puerta ancha sin pensarlo dos veces.
Entre los líderes cristianos hay algunos muy ignorantes. La mayoría de los predicadores de la Palabra de Dios están enseñando a los creyentes cristianos incorrectamente sin conocer la Verdad manifestada en el Evangelio del agua y el Espíritu. Y el público que escucha sus palabras también es anormal. Cuando escuchamos lo que están diciendo, vemos que es demasiado ridículo sentarse a escucharles. Pero, siguen sentados en sus sillas escuchando con atención palabras que no son ciertas. Muchas de estas personas son personas que aprenden y experimentan. Por supuesto, el hecho de que una persona tenga conocimiento del mundo no significa necesariamente que esa persona sea inteligente. Pero incluso la gente con sentido común se sienta ahí a escuchar palabras sin sentido de los falsos maestros y están de acuerdo con ellos. Las Escrituras dicen que hay personas que entran por la puerta ancha. Por tanto, los que están predicando la Palabra de Dios de manera falsa están entrando por la puerta ancha y sus seguidores están escuchando enseñanzas falsas e intentando entrar por esta misma puerta ancha. Están predicando y escuchando diligentemente de esta manera porque están hechos de la misma tela. Me siento muy triste cuando veo a los creyentes cristianos que están yendo hacia la puerta ancha rápidamente.
Entre las personas que predican la Palabra de Dios en este mundo, hay algunos que predican la Palabra de Dios correctamente, pero otros no predican la Palabra correctamente y solo predican utilizando sus propios pensamientos malvados. Una vez vi a un pastor del extranjero predicando en un canal de televisión cristiano. Estaba liderando el servicio de adoración con muchas personas reunidas en un lugar tan grande como un estadio cubierto. Cuando miré al público parecía que estaban intentando creer en Dios con todas sus fuerzas a su manera. Sin embargo, cuando escuché su sermón el contenido de ese sermón estaba llevando al público por la puerta ancha. El predicador dijo que los matrimonios deben amarse, vivir en paz con otras personas y que Dios Padre considera a la gente sin pecados aunque tenga pecados en sus corazones por creer en Jesús como su Salvador. Y dijo que el Señor nos bendecirá y nos dará todo lo que necesitemos si vivimos en paz con la gente y vivimos por el Señor aunque sea difícil. El contenido de su sermón estaba lleno de palabras que llevan a la gente por la puerta ancha por la que el Señor nos dijo que no entrásemos.
Incluso en nuestro país hay un predicador famoso que solía reunir a cientos de miles de personas y predicaba cosas similares. Este predicador puso este ejemplo:
“Cierta virgen que creía en Jesús como el Salvador se casó con un hombre que no tenía la fe cristiana. Y su marido era un agricultor. Por tanto, la mujer también trabajaba en la granja. Para poder ir a los servicios de adoración la mujer hacía todo el trabajo que su suegra y suegro le pedían trabajando sin dormir y terminaba el trabajo antes de ir a la iglesia. Pero a pesar de esto los suegros la regañaban constantemente por ir a la iglesia. Sus suegros la perseguían. Incluso le pegaron con una piedra detrás de la cabeza y le rompieron el cráneo. Pero ella entró en el Reino de Dios por tener fe. Sin embargo, su marido y sus suegros creyeron en Jesús porque ella no se vino abajo a pesar de la persecución y al ver su fe ellos se sintieron inspirados.
Después de esto Dios llevó a sus suegros al Cielo un momento y les enseñó el Cielo. Vieron a la mujer allí y vieron que tenía un diamante detrás de la cabeza. Así que la suegra le preguntó al Señor: “Señor, ¿qué es eso? ¿Por qué tiene un diamante en la cabeza mi nuera?” Entonces Dios dijo: “¿No le diste a tu nuera en la cabeza con una piedra en vida por ir a la iglesia? Le he puesto un diamante en la cabeza como recompensa por ir a la iglesia y predicar el Evangelio aunque fuera perseguida en el mundo”.
Este es el resumen de lo que dijo el predicador. Lo que quiso decir en el sermón era que quien crea en Jesús y sirva al Señor con lealtad mientras es perseguido recibirá una gran recompensa en el Reino de los Cielos. Un predicador que predica estos sermones absurdos es quien lleva a la gente por el camino ancho.
Cierto ministro dio testimonio una vez diciendo: “Una vez, nuestra iglesia estaba pasando por muchas dificultades y problemas. En aquel entonces, los miembros de la iglesia ofrecieron dinero y así se convirtió en una de las iglesias más grandes del mundo y ahora podemos dar dinero a los pobre”. Y dijo que todos los miembros de su iglesia que sirvieron así durante los tiempos difíciles de la iglesia ahora tienen mucho dinero. Y dijo que Dios bendice a esta gente que sirve tanto.
¿De qué hablan estos sermones? Estos sermones nos incitan a entrar por la puerta ancha. Sin embargo, el Señor nos dijo que entrásemos por la puerta estrecha, no por la puerta ancha, como está escrito: «Entrad por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella; porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan» (Mateo 7:13-14). El Señor dijo que la puerta que lleva a la destrucción es ancha y por tanto muchas personas entran por ella, pero la puerta que lleva a la vida es estrecha y difícil y pocos la encuentran.
Según la Palabra de Dios que hemos leído debemos entrar por la puerta estrecha para recibir la vida. Sin embargo, Dios dijo que solo unos pocos encuentran esta puerta de vida, que es la puerta estrecha. El Señor dijo que poco encuentran la puerta de la vida porque el camino hacia ella es estrecho y difícil, pero dijo que la gente debe entrar por la puerta estrecha para recibir la vida verdadera. Esto significa que todos los miembros de la Iglesia de Dios, tanto los predicadores como la congregación, deben conocer la gracia que el Señor nos ha dado, cómo el Señor nos ha dado la remisión de los pecados y cómo ha eliminado todos nuestros pecados. Es decir, si nuestro Señor dice que ha borrado todos nuestros pecados mediante el Evangelio del agua y el Espíritu, la gente que escucha esta Palabra debe creer en ella de corazón. Y la gente que ha creído en el Señor así debe llevar a otras personas a la Palabra de Dios. Nosotros debemos llevar a la gente por esta puerta estrecha.
De esta manera, los predicadores del Evangelio del agua y el Espíritu y la gente que escucha este verdadero Evangelio debe dar gracias a Dios por fe al creer en la Palabra de Dios después de escucharla y creer lo siguiente: “El Señor tomó todos nuestros pecados sobre Sí mismo mediante el bautismo que recibió de Juan el Bautista y cargó con todos esos pecados hasta la Cruz y recibió el juicio por ellos. Así el Señor nos hizo creer para entrar en el Reino de Dios al borrar todos nuestros pecados y recibir el juicio por ellos en nuestro lugar”. Debemos darle gracias a Dios por eso por la fe que cree en el Evangelio del agua y el Espíritu.
Sin embargo, hay muchos cristianos que no conocen el Evangelio del agua y el Espíritu por el que el Señor nos ha salvado de los pecados del mundo. Los falsos líderes están yendo por el camino de la destrucción y no pueden ofrecer enseñanzas que permitan a los cristianos de hoy en día resolver el problema de sus pecados. Estos líderes están hablando solamente sobre cómo recibir las bendiciones carnales y la gente que les escucha también quiere escuchar estas cosas solamente. Estos cristianos carnales que quieren ir por la puerta ancha no están interesados en cosas como entrar por la puerta estrecha y recibir la remisión de los pecados y solo están interesados en escuchar a alguien que haya sido bendecido mucho al servir al Señor mucho o a alguien que haya sido curado de una enfermedad después de orar fervientemente a Dios.
Hoy en día muchos programas de ministerio familiares han surgido como moda. Así que los predicadores intentan enseñar acerca de estas cosas como cómo vivir en harmonía en un matrimonio, cómo vivir juntos sin discutir. Estas enseñanzas son muy populares entre los cristianos de hoy en día. Sin embargo, por muy populares que sean estas enseñanzas, son sermones que llevan a los cristianos por la puerta ancha. El Señor nos dijo que trabajásemos duro para entrar por la puerta estrecha y que quien entra por la puerta estrecha recibe la vida. Pero los falsos predicadores de hoy en día muestran la puerta ancha constantemente y llevan a muchos cristianos carnales por la puerta ancha.
 
 

¿Quiénes son los que llevan a la gente por la puerta ancha?

 
Como dijo el Señor en el pasaje de las Escrituras de hoy, los falsos profetas son los que llevan a la gente por la puerta ancha. Los falsos profetas se visten con pieles de cordero y se presentan a la gente como si fueran buenos, pero en realidad están robándoles. Hacen la obra de matar a las almas y destruir las vidas de la gente. Los falsos profetas están robando el tiempo, los pensamientos y las almas de la gente para quitarles su dinero ganado con el sudor de su frente. Dicho simplemente, estos falsos profetas son lobos. Son lobos que se visten de corderos y se lo quitan todo a estas personas confusas.
Dios dijo que los falsos profetas son lobos espirituales, pero la gente no lo sabe. Cuando los falsos profetas les dicen que vivan con virtud y decencia, la congregación lo hace a ciegas y sigue a estos falsos profetas. El Señor nos dijo que hay muchos falsos profetas como estos. Estos falsos profetas son los lobos porque predican aunque no hayan nacido de nuevo todavía, y son ladrones que hacen cosas como devorar a los corderos y robarles la comida.
Estos cristianos confusos que han sido engañados por los falsos profetas dan malos frutos porque no son los santos de Dios que han entrado por la puerta estrecha. El Señor comparó a la gente con árboles diciendo: «Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos, o higos de los abrojos? Así, todo buen árbol da buenos frutos, pero el árbol malo da frutos malos. No puede el buen árbol dar malos frutos, ni el árbol malo dar frutos buenos» (Mateo 7:16-18). Esto significa que los que no han nacido de nuevo llevan a la gente por el camino ancho y la gente que sigue el camino ancho no da buen fruto. Se convierten en personas que no pueden recibir la vida nueva porque no entran por la puerta estrecha. Estas personas son los árboles malos que Dios no aprueba. Por tanto, aunque estas personas hagan buenas obras durante toda su vida, el resultado es siempre un fruto malo. Se presentan ante personas confusas y les hacen creer que han hecho buenas obras, pero la realidad es que su fin será el fuego eterno porque son personas que no han nacido de nuevo y que siguen el camino ancho hacia la destrucción. Dios dice que cortará estos árboles y los arrojará al fuego (Mateo 7:19). El Señor envía a estas personas al infierno.
Estos “ministros” deben aprender a llevar a sus congregaciones por el camino estrecho, pero la realidad es que están yendo por el camino ancho. Estos ministros solo intentan ser aceptados por sus congregaciones mientras que llevan a la gente continuamente por el camino ancho haciendo hincapié en su propia justicia. Cantan himnos sin cesar e intentan ser reconocidos como buenos ministros que siguen al Señor con lealtad. Intentan parecer muy honestos y fieles como ángeles ante sus congregaciones y hacen que busquen las mismas cosas que ellos. Por tanto, llamamos a estas personas “ángeles de la luz” (2 Corintios 11:14).
Sin embargo, todo lo que hacen y dicen son mentiras. ¿Puede una persona que no ha nacido de nuevo hacer el bien verdadero? ¿Cómo puede una persona que no ha nacido de nuevo llevar a otros por el camino recto? Me parece ridículo lo que hacen estos pastores. Me enfado cuando veo a estos ministros predicar en la televisión y les escucho llevar a su audiencia por el camino ancho. A estos predicadores falsos les parece que son muy buenos.
Algunos de ellos son muy ridículos. Salen a dar un sermón diciendo algo así: “Esto ocurrió cuando estaba predicando en una iglesia grande de Seúl después de graduarme del seminario teológico. Uno de mis amigos también era un pastor y tenía cáncer. Como mi amigo se estaba muriendo, dejó en su testamento que yo oficiase su funeral porque estaba seguro de que era un verdadero siervo de Dios. Por tanto, tuve que oficiar el funeral de mi amigo. Ese fue un momento solemne que me hizo darme cuenta de lo poco que vale la vida. Y desde ese momento, mi ministro tuvo tanto éxito que ahora estoy predicando en una iglesia con casi cien mil miembros”.
¿Acaso ese predicador no estaba alardeando con esa historia tonta? ¿Acaso no debería predicar el Evangelio del agua y el Espíritu a otras personas si lo conociese? Lo que importa, sin tener en cuenta el éxito que una persona tenga en su ministerio, es si tiene pecados en su corazón porque no conoce el Evangelio del agua y el Espíritu. No, no importa el éxito que tenga. Por ejemplo, si un pastor no nacido de nuevo construye una iglesia enorme y predica a 500,000 miembros o incluso a un millón, ¿para qué sirve todo si va a ir al infierno? El Señor dijo que cortaría a estos árboles y los quemaría en el fuego. Así, que ese predicador está destinado a ir al infierno. Entonces, ¿de qué le sirve su éxito en su ministerio en este mundo? Por mucho éxito que tenga en su ministerio y dé su enorme edificio como herencia a su hijo o un miembro de la iglesia, ¿es esto tener éxito? El cristianismo de hoy en día está lleno de historias parecidas acerca del éxito carnal.
Estamos bendecidos realmente cuando hemos recibido la remisión de los pecados al creer en el Evangelio del agua y el Espíritu ante la presencia de Dios, es decir, cuando hemos recibido la gracia de Dios y nuestra fe ha sido aprobada ante la presencia de Dios al recibir la remisión de los pecados e iniquidades. Consideramos que una persona ha vivido una vida con éxito solo si ha recibido esta gracia de salvación ante Dios, ha vivido por fe, va al Reino eterno de Dios cuando la llame el Señor y disfruta de la vida eterna allí. De lo contrario, se ha fracasado completamente y se acaba en el infierno. Así, David declaró lo siguiente:
«Bienaventurado aquel cuya transgresión ha sido perdonada, y cubierto su pecado. Bienaventurado el hombre a quien Jehová no culpa de iniquidad, Y en cuyo espíritu no hay engaño» (Salmos 32:1-2).
Sin embargo, los pastores de hoy en día que van por el camino ancho piensan que han encontrado el éxito aunque están yendo por el camino de la destrucción. Entonces, ¿para qué creen los seguidores de estos pastores? ¿De qué les sirve a los pecadores cristianos reunirse y adorar así? ¿Qué importa si uno tiene pecados en su corazón?
Cuando Dios le dijo a Abraham que ofreciese a su hijo como holocausto, Abraham obedeció la Palabra y se preparó a ofrecer a su hijo. Dios había preparado una cabra como sacrificio y Abraham llamó a ese lugar “Jehovah jireh,” que significa el Señor proveerá (Génesis 22:14). Entonces Abraham ofreció una cabra como sacrificio en lugar de su hijo Isaac. Caminar por el camino difícil y entrar por la puerta estrecha es obedecer la Palabra de Dios como está escrita de la misma manera en que Abraham obedeció la Palabra por muy difícil que sea aceptarla.
El Señor nos dijo que entrásemos por la puerta estrecha porque moriremos si vamos por el camino ancho. Quien sea cristiano debe haber leído esta Palabra muchas veces. Los Libros del Evangelio del Nuevo Testamento, como el Evangelio de Mateo son la Palabra de las Escrituras que todo predicador generalmente predica mil veces a lo largo de su ministerio. Pero pocos son los que encuentran este camino estrecho que lleva a la vida porque es un camino difícil. ¿Puede haber algún cristiano que no conozca el siguiente pasaje de las Escrituras?: «Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá» (Mateo 7:7) o «Entrad por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella; porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan». (Mateo 7:13-14) Todos los cristianos han escuchado y leído estas Palabras de las Escrituras por lo menos una vez. Entonces, ¿acaso los cristianos no deben pasar algún tiempo pensando en si están yendo por el camino ancho? Si una persona todavía tiene pecados en sus corazones mientras creen en Jesús, entonces esta persona irá por el camino ancho.
Me enojo cuando veo a esta gente. El éxito del presente no es éxito verdadero, y solo el que se ríe el último es el que tiene éxito. Una persona debe recibir la remisión de los pecados si quiere reírse al final. Una persona debe por lo menos recibir la remisión de los pecados y conocer la voluntad de Dios y vivir según la voluntad de Dios para reír al final. Para poder reírse al final no hay otra manera que recibir la remisión de los pecados al creer en el Evangelio del agua y el Espíritu.
Sin embargo, la mayoría de los ministros no son así. Nos preguntan cómo podemos saber si una persona ha nacido de nuevo o no. Por tanto, dicen que todos los cristianos deben vivir con virtud solamente porque no pueden saber si han nacido de nuevo o no. Piensan que vivir con virtud es la manera de resolver el problema de sus pecados. En otras palabras, los cristianos de hoy en día dicen que deben vivir con virtud en este mundo para no ir al infierno porque no están convencidos de que vayan a ir al Cielo o al infierno.
Los denominados grandes ministros entre los ministros de hoy enseñan esto a los miembros de sus iglesias. Como no saben si van a ir al Cielo o al infierno, predican la doctrina cristiana de la predestinación diciendo: “¿Cómo sabemos quién ha sido escogido por Dios y quién no? El Señor dijo que los árboles se conocen por sus frutos. Así que podemos distinguir a los escogidos de los perdidos por sus obras. Si creen en Jesús y van a todas las reuniones de la iglesia serán escogidos y lo que no lo hagan no serán escogidos”. Pero si un creyente pregunta: “Entonces, seguro que voy al Cielo porque he sido escogido ya que creo en Jesús y voy a la iglesia ahora. ¿No es así?”. Entonces el ministro contesta: “Nadie sabe si alguien va a ir al Cielo o al infierno. Solo Dios sabe esto”. Y entonces otro creyente pregunta: “Entonces, si he creído en Jesús creyendo que iré al Cielo si creo en Él, pero acabo en el infierno, ¿no hay manera de volver atrás?”, el ministro contesta: “Sí, no hay vuelta atrás con el juicio de Dios. No hay manera de cambiarlo”. Generalmente estos famosos pastores o estos teólogos que se creen humildes confirman esta noción. Esta es la prueba de que son falsos profetas. Los que no creen en el Evangelio del agua y el Espíritu en el presente son falsos maestros, herejes y pecadores cristianos que están destinados al infierno.
Sin embargo, lo que me hace sentirme triste es que hay muchos pecadores cristianos que están yendo por el camino ancho. Podemos mirar a nuestro alrededor y ver que hay muchos cristianos así. Hay muchos ministros que aparecen en los programas de televisión y entre ellos hay un ministro tan gracioso como el mejor cómico del país. Me avergüenzo cada vez que aparece en un programa de televisión. Habla con la Biblia abierta, pero no puede hablar claramente de un versículo de las Escrituras ni de lo que quiere decir. Simplemente hace que la Palabra se ajuste a lo que él dice de manera ridícula. Y como pueden ver la mayoría del público está compuesto por mujeres de mediana edad. Estas mujeres están enamoradas de Él y es muy popular entre ellas.
Debemos saber por qué hay tantas personas que van por el camino ancho. Hoy en día muchas personas van a ser destruidas. Los que están engañando a la gente y los que están siendo engañados van a ser destruidos. Por eso el Señor nos avisó que tuviésemos cuidado con estos falsos profetas.
 
 

¿Quién es la gente que hace la voluntad de Dios Padre en el Cielo?

 
Leamos la Palabra del Evangelio de Mateo 7:21-23: «No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad».
El Señor lo dijo así. Por tanto, los que van por el camino ancho están en este camino de destrucción y por tanto van de cabeza al fuego eterno. Hay muchos cristianos que ahora están en el camino ancho. El Señor nos está diciendo cómo esta gente está viviendo la vida de fe.
Primero dijo: «No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos» (Mateo 7:21). Los que dicen a Jesús: “Señor, Señor” son los que creen en Jesús. Sin embargo, el Señor está diciendo que no todo el que cree en Jesús entrará en el Reino de los Cielos, pero solo que creen según la voluntad de Dios entrarán en el Cielo.
La voluntad de Dios Padre fue enviar a Su Hijo a este mundo y hacer que Su Hijo recibiese el bautismo de Juan el Bautista y eliminase los pecados del mundo para salvarnos al morir en la Cruz. Y el Señor Jesús ha cumplido estas obras en obediencia a Su Padre. Por tanto, quien recibe la remisión de los pecados al creer en la justicia de Jesucristo entra en el Reino de los Cielos. Y estas personas que reciben este Evangelio al creer en la justicia de Jesucristo entrarán en el Reino de los Cielos. Y estas personas que creen en el verdadero Evangelio son las que van por el camino estrecho. Pero, los que no creen en el Evangelio del agua y el Espíritu y van por el camino ancho dirán lo siguiente al Señor: «Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros?» (Mateo 7:22). Los que están yendo por el camino ancho son los que están fingiendo ser profetas.
Entonces, ¿quiénes son los llamados profetas de Dios? ¿Son los que dicen conocer y enseñar la Palabra de Dios? Han enseñado en el nombre del Señor a sus seguidores. Enseñan que quien cree solamente en la sangre de Jesús derramada en la Cruz recibirá la remisión de los pecados y podrá ir al Cielo aunque tenga pecados en sus corazones si cree en Jesús. Estos falsos profetas enseñan falsa información a muchas personas. Por supuesto también enseñan a la gente que Jesús es Dios. Y enseñan que Jesús se ha convertido en nuestro Salvador al ser condenado en nuestro lugar por nuestros pecados y al sufrir el dolor en la Cruz. Y también enseñan a la gente que quien cree en Jesús como el Salvador recibirá la remisión de los pecados. En resumen, enseñan a la gente a que quien crea en la sangre de Jesús derramada en la Cruz puede recibir la remisión de todos los pecados, como el ladrón que fue crucificado junto a Jesús.
Leamos como estos profetas malvados que han enseñado esto se defenderán cuando conozcan al Señor. Protestarán diciendo: «Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros?». Incluso los falsos profetas pueden expulsar demonios. Sin embargo, ¿para qué sirve expulsar demonios? Estos demonios vuelven al corazón de la persona poseída si sigue teniendo pecados en sus corazones. Los demonios son expulsados completamente del corazón de la persona poseída solo cuando la persona poseída reciba la remisión de los pecados de verdad al creer en el Evangelio del agua y el Espíritu. Por tanto, debemos dejar nuestros pensamientos carnales de lado y creer en la Palabra de Dios espiritualmente. La manera de expulsar demonios es simple. Los demonios salen de una persona poseída aunque esa persona no haga nada especial para arrojar los demonios; cuando esa persona cree está agradecida porque el Señor tomó todos los pecados del mundo sobre Sí mismo al recibir el bautismo de Juan el Bautista y llevarlos a la Cruz donde murió para ser juzgado por esos pecados. Los demonios no pueden vivir en el cuerpo de una persona si esa persona reconoce sus errores ante Dios y cree en el Evangelio del agua y el Espíritu. Entonces los demonios salen del cuerpo de las personas inmediata y permanentemente.
Una persona no puede expulsar demonios sin esta fe correcta. Sin la fe correcta no vale de nada que los pastores grandes pongan las manos sobre los que están poseídos. ¿Quiénes son los predicadores del Diablo? Son los chamanes, los falsos profetas y los exorcistas cristianos. Estos falsos profetas han ido por el camino ancho de esta manera, diciéndole al Señor lo siguiente: «Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros?».
Los que predican en las iglesias, profetizan en el nombre de Dios, expulsan demonios aunque no hayan recibido la remisión de los pecados son falsos profetas. Les dicen a la gente que pueden hacerse ricos si creen en Jesús, que pueden ser sanados de enfermedades al creer en Jesús y que pueden ser felices si creen en Jesús. En resumen, estos falsos profetas llevan a sus seguidores a buscar solamente la felicidad carnal. Estos falsos profetas les llevan por el camino ancho. Estos creyentes confusos tienden a ser convencidos por las palabras de estos falsos profetas y creer en ellos, y como resultado acaban por el camino de la destrucción y van al infierno; y por desgracia hay muchas personas así en este mundo.
Pero lo que es peor es que no hay nadie que les cuente esta verdad a estos cristianos confusos que van por el camino de la destrucción en la actualidad. Si les dijesen a estos cristianos confusos que van por el camino de la destrucción, serían perseguidos y odiados por ellos. La gente considera que estamos siendo irrespetuosos si les hablamos de su ceguera espiritual. Sin embargo, cuando vemos a una persona ciega, primero debemos hablarle de la ceguera espiritual según la Palabra de Dios y curarle de su ceguera por el Evangelio del agua y el Espíritu. En términos carnales no debemos tratar a un hombre loco y violento como si fuese una persona normal. De esta manera no está bien que no podamos llamar falso profeta a un falso profeta. Los que no pueden decirlo y los que no pueden aceptar a los que lo dicen son ambos insensatos.
¿Qué dijo el Señor acerca de estos dos tipos de personas? Dijo: «Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace, le compararé a un hombre prudente, que edificó su casa sobre la roca. Descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y golpearon contra aquella casa; y no cayó, porque estaba fundada sobre la roca. Pero cualquiera que me oye estas palabras y no las hace, le compararé a un hombre insensato, que edificó su casa sobre la arena; y descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y dieron con ímpetu contra aquella casa; y cayó, y fue grande su ruina» (Mateo 7:24-27).
El Señor dijo que una persona que escucha la Palabra de Dios y no la practica es como una persona insensata que construye su casa sobre la arena. El Señor dijo que, entre los que creen en Jesús, todos los que escuchan la Palabra del Señor y no la practican son falsos profetas, hacedores de maldad y malditos que serán arrojados de la presencia del Señor el día del juicio e irán al infierno. Quien escuche la Palabra de Dios y no la practique acabará con este fin tan horrible.
 
 
Entonces, ¿qué tipo de persona no practica la Palabra de Dios?
 
Quien no haya recibido la remisión de los pecados en su corazón porque no cree en el Evangelio del agua y el Espíritu no puede practicar la Palabra del Señor aunque quiera. Una persona que tenga pecados en su corazón no puede vivir según la voluntad del Señor por muy desesperada que esté por hacerlo. Esta persona no puede salvar a sus vecinos aunque quiera; y esta persona no puede predicar el Evangelio del agua y el Espíritu aunque quiera hacerlo. Esta persona no puede predicar el verdadero Evangelio aunque quiera porque no conoce la Verdad del Evangelio del agua y el Espíritu. Aunque esta persona ame a otra persona y quiera darle vida nueva, esa persona no podrá hacerlo porque no conoce esta Verdad del Evangelio del agua y el Espíritu.
¿Por qué es así? Porque los pecadores cristianos no tienen al Espíritu Santo en sus corazones. Esto se debe a que no se han convertido en el pueblo de Dios todavía. Un pecador no puede predicar el Evangelio del agua y el Espíritu que elimina los pecados de los demás. Así tienden a dedicarse a actividades de voluntariado que parecen maravillosas como crear clínicas gratuitas u orfanatos. Parece que están haciendo obras justas, pero no son aprobados por Dios porque están alardeando de su justicia humana. Esto se debe a que su fe habla de su justicia carnal en vez de la justicia de Dios.
El Señor dijo: «Honra a tu padre y a tu madre; y, Amarás a tu prójimo como a ti mismo» (Mateo 19:19), pero ¿pueden seguir este mandato? No, no pueden. No pueden llevar al punto en que obedecen este mandato completamente. No pueden hacerlo. Consecuentemente, esta persona ha construido su casa de fe sobre la arena. Por tanto, la casa se viene abajo cuando cae la lluvia, vienen las inundaciones y el viento sopla y derrumba la casa. Cuando hay una inundación y se crea una corriente de agua la casa construida sobre arena será destruida por completo. Sin embargo, la casa construida sobre piedra sólida se mantiene firme cuando cae la lluvia y el viento sopla y empuja la casa porque el agua no puede destruir la roca.
 
 

¿Qué tipo de persona puede escuchar la Palabra de Dios y practicarla tal y como es?

 
Hay algunas personas que van por el camino estrecho. Hay personas que van por el camino de la vida. Solo estas personas pueden hacer buenas obras y amar a los demás. Por muy importante que sea un ministro, lo famoso que sea el líder de un movimiento social o de un servicio social, y por mucho que ame a su prójimo y a sus amigos e intente ayudarles, esta persona no es nada si la persona no puede predicarles el Evangelio del agua y el Espíritu que les hace recibir el perdón de todos sus pecados en sus corazones. Si un pastor no conoce ni cree en el Evangelio del agua y el Espíritu, entonces el pastor no puede hacer nada bueno. Entonces este pastor irá al infierno como el Señor dijo: «Y descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y dieron con ímpetu contra aquella casa; y cayó, y fue grande su ruina». Una casa de fe falsa se derrumba.
Por muy fielmente que una persona crea en la sangre de Jesucristo e intente vivir una vida de fe, por muy maravillosas que sean las obras que hacen, como expulsar demonios y ofrecer dinero, por mucho que se entreguen a Dios y vivan como obreros Suyos, por muy alta que sea su condición social y por mucho que sea un anciano, diácono o pastor en la iglesia o el superintendente o director de una denominación, o un pastor famoso en todo el mundo, esa persona no puede escuchar la Palabra del Señor y practicarla si tiene pecados en sus corazones porque no ha creído en el Evangelio del agua y el Espíritu. Por tanto, una persona así es como una casa que se construye en la arena. La persona que no haya creído en el Evangelio del agua y el Espíritu es una persona que ha entrado por la puerta ancha, en vez de la puerta estrecha y lleva a los demás por la puerta ancha. El Señor dijo que la casa de fe de esta persona se derrumbará.
Ahora, el Señor dice que juzgará a todo el mundo por sus pecados cuando venga. El Señor dijo: «Y de la manera que está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio» (Hebreos 9:27), y el Señor les juzgará si tienen pecados. En otras palabras, el Señor les juzgará dependiendo de si han creído en el Evangelio del agua y el Espíritu. Y el Señor les juzgará dependiendo de si han vivido según la voluntad de Dios después de creer en el Evangelio del agua y el Espíritu.
Quien deje la Iglesia de Dios y viva solo por sí mismo aunque crea en el Evangelio del agua y el Espíritu será condenado por Dios. Y una persona que no les hable a otros sobre el Evangelio del agua y el Espíritu aunque lo conozca y lo entienda también será juzgada. Además, esa persona será condenada si explica la Verdad del Evangelio solo en términos generales y evita los detalles porque no quiere ser perseguida por la Verdad y por tanto insiste en que se puede recibir la remisión de los pecados al creer solamente en la sangre derramada en la Cruz. Esto no es algo que me haya inventado sino que es la Palabra que nuestro Señor nos ha dado. El Señor dijo que la casa construida sobre la arena se refiere al camino ancho y la persona cuya casa está construida sobre la roca es la que va por el camino estrecho.
El tema principal del pasaje de las Escrituras de hoy es que la casa construida en la roca no se derrumba, y el Señor es esa roca. La roca puede aguantar aunque venga la lluvia y el viento la empuje porque la roca es sólida. Es decir, el Señor comparó la Palabra del Evangelio del agua y el Espíritu con la roca para ilustrar lo firme que es este Evangelio. Cuando el Apóstol Pedro confesó su fe en el Señor diciendo: «Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente» (Mateo 16:16), el Señor le contestó: «Y yo también te digo, que tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi iglesia; y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella» (Mateo 16:18). Y Pedro después dijo: «El bautismo que corresponde a esto ahora nos salva (no quitando las inmundicias de la carne, sino como la aspiración de una buena conciencia hacia Dios) por la resurrección de Jesucristo» (1 Pedro 3:21). Por tanto, Pedro entendió exactamente quién es Jesucristo. Por eso Jesús le dijo a Pedro: «Y Sobre esta roca edificaré mi iglesia» (Mateo 16:18).
Pedro sabía claramente que Jesús es el Salvador que nos ha salvado al tomar sobre Sí mismo todos los pecados de la humanidad al ser bautizado, cargar con los pecados del mundo en la Cruz, ser crucificado y resucitar. Por eso Jesús le dijo a Pedro: «Y Sobre esta roca edificaré mi iglesia». El nombre original de Pedro era Simón, pero después de esta confesión de fe el Señor le llamo Pedro, que significa roca. El Señor estaba muy contento con su fe tan fuerte.
 
 

¿Qué nos hace tener una fe fuerte?

 
Es la verdadera fe en el Evangelio del agua y el Espíritu. ¿Cuál es la Verdad que elimina todos nuestros pecados? Es el Evangelio del agua y el Espíritu por el que el Señor vino a este mundo y eliminó todos nuestros pecados. Es la verdad de que todos nuestros pecados fueron pasados al Señor para siempre cuando fue bautizado por Juan el Bautista en el río Jordán. Todos los pecados de nuestros corazones han sido borrados porque fueron transferidos a Jesús en aquel entonces; y cargó con esos pecados del mundo hasta la Cruz y recibió todo el juicio por los pecados en nuestro lugar al ser crucificado porque Jesús había cargado con nuestros pecados. El Señor nos ha salvado de los pecados del mundo por el Evangelio del agua y el Espíritu.
Debemos construir la casa de nuestra fe sobre la roca. Debemos tener el tipo de fe que nos permite entrar por la puerta estrecha. Nuestra fe debe ser algo que nos lleve a entrar por la puerta de la vida. Esto es posible para todo el mundo si deciden entrar por la puerta estrecha y recibir vida nueva. ¿Cómo es esto posible? Hemos distribuido muchos libros y libros electrónicos que contienen el Evangelio del agua y el Espíritu. Hemos publicados muchos libros y libros electrónicos con sermones en muchos idiomas de todo el mundo. Así que, quien lea uno de nuestros libros que contengan el Evangelio del agua y el Espíritu puede recibir la remisión de los pecados. Es posible que cualquiera entre por la puerta estrecha si tiene una fe suficiente para construir su casa de fe sobre la roca a través de nuestros libros.
Estamos en la era electrónico de Internet. Por tanto, quien quiera encontrar este Evangelio del agua y el Espíritu puede hacerlo fácilmente. Ustedes también pueden ir a nuestra página web con palabras clave como “el Evangelio del agua y el Espíritu”, “la remisión de los pecados”, “Espíritu Santo” y “salvación” en los buscadores de Internet. Por tanto, el Señor dijo que encontraremos al Señor y Él nos abrirá la puerta si llamamos y le buscamos. Esto significa que cualquier persona puede ser salvada de sus pecados completamente. En otras palabras, si leen uno de nuestros libros detenidamente, pueden ver cuál es la puerta de la vida y cuál es el Evangelio del agua y el Espíritu verdadero y creer en él; podrán ser salvados y construir su casa de salvación sobre la roca si deciden conocer la Verdad y tienen un deseo fuerte de construir su casa de fe sobre la roca.
 
 
El camino de la vida es difícil
 
La puerta de la vida que está abierta para ustedes es estrecha y difícil. Por tanto, los que van por ese camino pasan por muchas dificultades. Sin embargo, este es el camino de la vida. Pueden ir por este camino por fe. El camino ancho puede parecer el bueno. Pero el camino estrecho es mucho más maravilloso y podemos darle gracias a Dios por él. El camino de la vida es estrecho. No todo el mundo puede entrar por el camino estrecho, sino solamente los que quieren caminar por el camino estrecho pueden entrar por la puerta estrecha al final. El camino estrecho es por el que hay que ir en una sola fila porque es tan estrecho. Aunque es tan estrecho, muchas personas pueden ir por él porque solo tienen que ir en fila y entrar por él a lo largo de 50, 100 o 1000 años.
Sin embargo, la mayoría de la gente no camina por el camino estrecho. ¿Por qué tienden a caminar por el camino ancho que es el camino de la destrucción? Van por ese camino porque quieren el camino ancho. No es que no sepan lo que dice la Palabra. No es que los miembros del clérigo o los creyentes no sepan lo que les dice la Palabra.
Por supuesto, a menudo no entendemos algunas partes de las Escrituras antes de nacer de nuevo. Por tanto, mientras leemos la Palabra, a veces no podemos seguir leyéndola. Yo solía leer las Escrituras mucho antes de nacer de nuevo pero a menudo no podía seguir leyéndola. Era porque era un falso profeta y un falso exorcista que iba por el camino ancho. Me sentía culpable en mi conciencia porque estaba llevando a muchas personas por el camino ancho aunque no había nacido de nuevo.
El Señor nos lo dice constantemente y con ternura. Jesucristo no es el Señor que no nos hable del camino de la vida o que no nos destruya o juzgue. Por tanto, el Señor llama a muchos trabajadores Suyos como nosotros para que lleven a la gente por esta puerta estrecha, la puerta de la vida, según la voluntad del Señor. Esto se debe a que Dios también ha abierto este camino para ellos. Dios le ha dado al mundo Su Iglesia y Sus trabajadores. Por tanto, hay santos que entran por la puerta estrecha al escuchar y creer en el Evangelio del agua y el Espíritu. Por otro lado, hay muchos falsos líderes y trabajadores que llevan a la gente por la puerta ancha en ese mundo porque Satanás también está trabajando en este mundo.
¿De qué parte están? ¿Hacia que puerta van ahora? ¿Están intentando entrar por la puerta estrecha y caminar por el camino difícil? ¿O están yendo por el camino de la destrucción, hacia la puerta ancha tan tranquilos y de la mano?
Debemos distinguir qué tipo de fe tenemos y poder verla correctamente en la Palabra de Dios. El Señor dijo: «De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios» (Juan 3:5). Todos los que creemos en el Evangelio del agua y el Espíritu están yendo por el camino estrecho, pero todos los demás están yendo por el camino ancho porque no creen en este verdadero Evangelio. Sn embargo, el camino que escojamos definitivamente depende de nosotros. El camino que escojamos ante Dios y Su Palabra depende solamente de nosotros. Debemos escoger el camino correcto. Una decisión puede poner nuestra alma en el camino del Cielo o el infierno. Quiero que escojan el camino correcto.
Los cristianos de todo el mundo están yendo por el camino ancho. Sin embargo, hay muchas personas por todo el mundo que están yendo por el camino estrecho como nosotros. Hay mucos de nuestros colaboradores por todo el mundo, en nuestro país y en el extranjero. Entre ellos está el Pastor Jim Montgomerie de los Países Bajos, el Hermano Phil Grahn de Nueva Zelanda, Pastor Francisco Salcido de Méjico, Pastor Francisco V. Escobar de Perú, Hermano Julian Chaderton de las Antillas, Pastor Peter Lee de Vietnam, Pastor Stephen Benjamin de Pakistán, y el Hermano Roshan Rai de Bután. Estos colaboradores extranjeros han sido nombrados evangelistas oficiales de la New Life Mission.
También hay algunos colaboradores extranjeros muy dedicados como la Hermana Christine Troy de Francia, el Pastor José Galvão y Silvano Ribeiro de Paula de Brasil, el Hermano Zheng de China, el Hermano Eric Aboadwe y Henry Asabre de Gana, el Hermano Kassahun Ayele de Etiopía, Pastora Lucy Prada y Jorge Denegri de Perú, Pastor Luis Troncoso Rodriguez de Chile, y Pastor Emmamuel Tandoc de Filipinas, etc. No podemos nombrar a todos nuestros fieles colaboradores porque no tenemos tiempo. Pero Dios conoce su devoción a Su obra. Y muchos de nuestros colaboradores y santos del extranjero nos están enviando sus testimonios de salvación por todo el mundo.
Por supuesto, algunos de ellos están caminando bien por el camino de la fe después de recibir la salvación a través del Evangelio del agua y el Espíritu, pero otros no. Algunos dejan el camino de la justicia de Dios después de recibir la salvación de sus pecados y por tanto van por el camino de la destrucción. Los que van por el camino estrecho después de ser salvados de sus pecados son los que están caminando por el camino de la vida. Están yendo por el camino estrecho, el camino de la vida.
¿Está esto absolutamente claro o no? ¿Estamos yendo por el camino estrecho? ¿O estamos yendo por el camino ancho? Los que creen en el Evangelio del agua y el Espíritu están unidos con la Iglesia de Dios y están bendecidos y van por el camino estrecho. Somos muy afortunados.
Nuestras vidas valen la pena aunque caminemos por el camino estrecho después de recibir la remisión de los pecados. Este camino estrecho es ancho para nosotros cuando caminamos por fe al creer en la justicia de Dios. Hay muchas cosas que tenemos que hacer y muchas cosas que preparar para hacer las obras justas en la Iglesia de Dios.
Queridos hermanos, quiero que se conviertan en personas sabias, en vez de insensatas. El Señor nos dijo esto en el pasaje de las Escrituras de hoy. Lo que también quiero es que muchas personas del mundo entren por la puerta estrecha. Este camino es estrecho y difícil, pero no tanto que la gente no pueda andar por él. En algunos casos es mejor caminar y vivir en este camino estrecho.
Yo habría muerto física y espiritualmente si no hubiese encontrado el Evangelio del agua y el Espíritu, si no hubiese entendido el secreto de las Escrituras cuando las leía. Iba a ser un pastor después de estudiar teología en una escuela de postgrado de un seminario, y habría tenido que predicar todos los días a la gente para que recibiese la remisión de los pecados aunque todavía tenía pecados intactos en mi corazón. El camino ancho no es siempre cómodo y maravilloso. Sin embargo, muchas personas van por ese camino ancho.
Deseamos predicar en un lugar bonito, ser tratados con respecto y estar cómodos porque tenemos carne humana. La carne humana es secular. Ningún ser humano puede escapar de ella. Sin embargo, no está bien desear estas cosas e ir por el camino ancho. ¿Pueden los pastores que han seguido los deseos de la carne con sus pecados intactos en sus corazones predicar falsamente con la conciencia tranquila? Sus corazones están llenos de angustia. ¿Cómo puede un pastor honesto delirar así? Sería mejor que dejase de ser pastor y viviese honradamente vendiendo frutas y verduras o limpiando las calles. Esto es mejor que engañar a otras personas. Estos pastores malvados son los que no pueden enseñar a los miembros de su iglesia el Evangelio del agua y el Espíritu y solo les enseñan a creer en la sangre derramada en la Cruz. Yo también era así antes de nacer de nuevo. Yo también enseñé a los miembros de mi iglesia a creer solo en la sangre derramada en la Cruz. Pero tenía pecados en mis corazones aunque dijese esas cosas. Sin embargo, el Señor me enseñó el Evangelio del agua y el Espíritu personalmente con la Palabra de Dios.
El siguiente ejemplo ocurrió poco después de que creyese en el Evangelio del agua y el Espíritu por primera vez. Un día me encontré con un ministro que conocía personalmente bastante bien. Le saludé y me senté a su lado. Entonces me dijo: “Estaba oficiando una reunión de adoración en un sitio la semana pasada y se reunieron tres mil personas. Mientras predicaba invité a todos los enfermos que subieran al podio y les puse las manos en todas las partes del cuerpo que les dolieran y oré sobre ellos uno a uno. Ordené a Satanás que se fuese en nombre de Jesucristo y que fuesen sanados de sus enfermedades. Terminé diciendo: En el nombre de Jesucristo. Amén. Entonces les dije a todas las personas enfermas que se levantasen y todas se levantaron de inmediato. Así el ministerio tuvo mucho éxito”. Estaba alardeando de su propia justicia.
 
 
Sentí asco espiritualmente cuando escuché las palabras de estos falsos profetas
 
Cuando escuché a este ministro decirme esto iba a dejar mi falso ministerio de todas formas. Había decidido que iba a dejarlo lo antes posible y así dejé atrás esa vida de falsedad sin arrepentirme. Y decidí hacer la obra de predicar este verdadero y puro Evangelio del agua y el Espíritu. Oré: “Dios, quiero predicar este maravilloso Evangelio. Sin embargo no tengo dinero. No tengo nada”. Si hubiese estafado a la gente para sacarle el dinero mientras trabajaba en el centro de oración que mi madre regentaba, podría haber ganado bastante dinero. Sin embargo, no tenía dinero porque nunca recibí dinero por imponer mis manos sobre creyentes desesperados. A mi manera había creído que es honrado no recibir dinero. Por tanto, no recibí dinero mientras hacía este ministerio.
Aunque no tengo nada, estoy contento de creer en el Evangelio del agua y el Espíritu y vivir mi fe en esta Verdad. Y estoy predicando el Evangelio del agua y el Espíritu con devoción ahora porque me siento responsable por el hecho de que muchas personas en este mundo están yendo por el camino ancho. Sería diferente si una o dos personas fueran por el camino ancho, pero entre los cristianos de hoy en día el 99,999% está yendo por el camino ancho. Si la realidad es así entonces los teólogos deberían predicar a gritos el Evangelio del agua y el Espíritu, ¿no? Deberían enseñar a gritos este Evangelio con todas sus fuerzas. Pero no lo hacen.
Así que, como se niegan a hacer esto, estamos predicando el Evangelio del agua y el Espíritu mediante el ministerio literario de esta manera. Yo escribí mi estilo de sermón en el prólogo de mi primer libro de sermones, diciendo: “Quiero informarles con antelación que este libro es repetitivo. Estoy repitiendo los puntos más importantes de mis sermones porque son extremadamente importantes. Por tanto, mientras leen el libro, tengan paciencia porque algunos argumentos son repetitivos”. Así me sentí justificado por escribir repetida y continuamente acerca del Evangelio del agua y el Espíritu.Dios nos ha hecho caminar por el camino estrecho y el camino de la vida y nos ha hecho servir este Evangelio del agua y el Espíritu y estoy agradecido a Dios por todas estas cosas. Ahora deben ir por el camino estrecho al creer en el Evangelio del agua y el Espíritu. Y así debemos complacer a Dios caminando por este camino estrecho.