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Tema 22: Evangelio de Lucas

[Capítulo 4-1] Sirvan solamente al Señor (Lucas 4, 1-15)

Sirvan solamente al Señor(Lucas 4, 1-15)
«Jesús, lleno del Espíritu Santo, volvió del Jordán, y fue llevado por el Espíritu al desierto por cuarenta días, y era tentado por el diablo. Y no comió nada en aquellos días, pasados los cuales, tuvo hambre. Entonces el diablo le dijo: Si eres Hijo de Dios, dí a esta piedra que se convierta en pan. Jesús, respondiéndole, dijo: Escrito está: No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra de Dios. Y le llevó el diablo a un alto monte, y le mostró en un momento todos los reinos de la tierra. Y le dijo el diablo: A ti te daré toda esta potestad, y la gloria de ellos; porque a mí me ha sido entregada, y a quien quiero la doy. Si tú postrado me adorares, todos serán tuyos. Respondiendo Jesús, le dijo: Vete de mí, Satanás, porque escrito está: Al Señor tu Dios adorarás, y a él solo servirás. Y le llevó a Jerusalén, y le puso sobre el pináculo del templo, y le dijo: Si eres Hijo de Dios, échate de aquí abajo; porque escrito está:
A sus ángeles mandará acerca de ti, que te guarden; y, En las manos te sostendrán, Para que no tropieces con tu pie en piedra. Respondiendo Jesús, le dijo: Dicho está: No tentarás al Señor tu Dios.
Y cuando el diablo hubo acabado toda tentación, se apartó de él por un tiempo. Y Jesús volvió en el poder del Espíritu a Galilea, y se difundió su fama por toda la tierra de alrededor. Y enseñaba en las sinagogas de ellos, y era glorificado por todos».
 
 
Después de que Jesús fuese bautizado en el río Jordán para eliminar los pecados de la humanidad, fue tentado por Satanás antes de empezar Su ministerio de predicar la Verdad. Satanás le tentó al preguntarle que si era el Salvador de la humanidad y el Hijo de Dios, y si de verdad creía en Dios. A través de este suceso, Jesucristo nos está enseñando acerca de las tentaciones que puedan presentarse en sus vidas, y nos está enseñando cómo superar la tentación de Satanás al mostrarnos que Él también fue tentado por Satanás, y cómo superó la tentación.
Lucas 4, 1 describe el suceso en que Jesús fue tentado por Satanás. Dicho de otra manera, este pasaje nos enseña las maneras en que somos tentados. Está escrito aquí: «Jesús, lleno del Espíritu Santo, volvió del Jordán, y fue llevado por el Espíritu al desierto por cuarenta días, y era tentado por el diablo. Y no comió nada en aquellos días, pasados los cuales, tuvo hambre». Aquí se nos dice que las condiciones estaban maduras para que Jesús fuese tentado por Satanás. Llevado al desierto por el Espíritu no comió nada durante 40 días y tuvo hambre, y en esta condición el Diablo se le apareció y le tentó. ¿Cómo le tentó Satanás? Satanás tentó a Jesús cuando Su cuerpo tuvo hambre porque había ayunado durante 40 días.
 
 

¿Qué tentaciones tenemos los cristianos?

 
Las tentaciones que se nos presentan tienen que ver con nuestras debilidades. Por ejemplo, los que son pobres piensan que todo estará bien si tienen más dinero. Los que son ricos desean ser famosos. Los que no tienen de nada simplemente desean resolver sus problemas fundamentales de ropa, comida y casa. De esta manera, somos tentados cuando pensamos que nos falta algo. Pero la mayoría de los problemas de nuestras vidas están causados por nuestros deseos carnales.
En momentos como este Satanás aparece y dice: «Voy a resolver este problema tuyo si haces lo que yo quiero. Si me obedeces, resolveré tu problema». El pasaje de las Escrituras de hoy muestra cómo el Diablo nos tienta. Sin embargo, el problema es que la mayoría de las personas caen en la tentación de Satanás. La mayoría de las personas son tentadas por Satanás cuando las condiciones son ideales para que caigan en la tentación y en ese momento somos más vulnerables. Sin embargo, no es la voluntad de Dios que los cristianos se separen de Él cuando son vencidos por los ataques de Satanás.
Después de que Jesucristo ayunase durante de 40 días, fue tentado por Satanás. El Diablo le dijo: «Si de verdad eres el Hijo de Dios, levanta esta piedra, conviértela en pan y cómetela. ¿Acaso no eres el Creador de los cielos y la tierra?». Jesucristo, el Hijo de Dios Padre, es el Creador del universo. Así que el Diablo, sabiendo esto, tentó a Jesús diciendo: «Si eres el Hijo de Dios, toma esta piedra, conviértela en pan y cómetela. Prueba. ¿No puedes? Has creado algo de la nada y esto es mucho más fácil. Es más que posible. No sé por qué no puedes. ¿Por qué tienes hambre y sufres igual que las meras criaturas cuando eres el Creador? Todo lo que tienes que hacer es tomar una piedra, convertirla en pan y comértela. Es así de simple».
Así es la tentación que toda persona justa tiene. Las tentaciones que los cristianos tienen son así. Los estudiantes pueden averiguar si han estudiado mucho o no cuando tienen exámenes en la escuela. De la misma manera, Satanás les examina de temas cruciales para ver si respetan la justicia de Dios, creen en Él y le siguen, si han recibido la remisión de los pecados al creer en la Palabra del agua y el Espíritu y la siguen, si viven por fe y si pueden seguir al Señor por fe hasta el final. Si tuviésemos la misma tentación que Jesús, caeríamos en ella. Si tuviésemos el poder supernatural de transformar una piedra en pan, no haríamos la obra de Dios. Dejaríamos la obra justa de Dios, utilizaríamos nuestro poder y convertiríamos piedras en diamantes y pan a todas horas. Y no pensaríamos en Dios, levantándonos contra Su justicia, pensando que nadie es más poderoso que nosotros.
Así que debemos pensar en esto y averiguar cómo resolver estos problemas, qué tentaciones tendremos y cómo Satanás nos está tentando ahora. Aunque tropecemos por estas tentaciones, con este conocimiento debemos estar firmes por fe. De la misma manera en que la Biblia dice que nuestro exterior es débil, nuestro interior se renueva todos los días, y debemos estar firmes en nuestra fe. Debemos ganar nuestra batalla espiritual poniendo nuestra fe en el Señor. Pero el Diablo se centra en nuestras debilidades e intenta atacarnos.
Cuando Jesús había ayunado durante 40 días, el Diablo le tentó diciendo: «Si eres el verdadero Hijo de Dios, convierte estas piedras en pan y come». Incluso ahora, Satanás está buscando cualquier oportunidad para tentarnos a través de nuestras debilidades. Nos lo está haciendo a nosotros también. Así que los que caen en esta tentación, intentan encontrar otra manera de resolver su problema en vez de confiar en Dios, pensando: «Si hubiese tenido el poder de transformar esta piedra en pan cuando tenía hambre, lo habría hecho. ¿Por qué me muero de hambre así y sufro tanto? Puedo cuidar de mis propios problemas. Aunque no tengo el poder de transformar piedras en pan, tengo mis propios medios de resolver mis problemas». Satanás intenta desviarnos de nuestra fe en Dios para que confiemos en nuestros medios humanos. Por ejemplo, al encontrar un trabajo que paga más dinero, o al utilizar nuestras habilidades. En otras palabras, el Diablo nos tienta para que intentemos resolver nuestros problemas por nuestra cuenta, pero al hacerlo intenta que tropecemos y muramos para siempre.
Sin embargo, mis queridos hermanos, debemos darnos cuenta de que aunque todos somos débiles y tenemos necesidades indispensables, debemos tener fe para creer que Dios nos da todas las bendiciones. Se podrán dar cuenta de esto si observan a sus predecesores de fe. Por eso debemos resolver nuestros problemas por fe ante Dios. ¿Que es más importante: intentar resolver nuestros problemas de cualquier manera posible, o creer en la justicia de Dios y seguirla por fe a pesar de nuestras circunstancias? Tenemos que decidir qué es más importante, aunque nuestros problemas no se resuelvan de inmediato. ¿Seguiremos la justicia de Dios? ¿O seguiremos a otras personas que nos prometan resolver nuestros problemas? Debemos tomar la decisión correcta. De vez en cuando todos nosotros nos encontramos en esta situación.
¿Qué dijo Jesús cuando tuvo este tipo de tentación? Dijo: «Está escrito: No solo de pan vive el hombre». Esto es lo que Jesús dijo. Y si esto es lo que Jesús dijo, nosotros debemos seguir Su ejemplo. Debemos pensar correctamente. Por mucho que necesitemos dinero, compañía, fama o cualquier otra cosa que es completamente indispensable, Jesús dijo que el hombre no vive solo de pan.
De hecho los cristianos debemos tener fe en la Palabra de Dios de justicia, seguir escuchando esta Palabra de Dios, y seguir hacienda la obra de la justicia de Dios. Esto significa que además de nuestras necesidades carnales, tenemos la necesidad de creer en Jesucristo en nuestras vidas. Aunque Satanás solo habló de una cosa, el Señor dijo que estas dos cosas son indispensables. El que el hombre no solo viva de pan significa que aunque todo el mundo tiene que comer, si somos cristianos, debemos vivir por fe en la Palabra del Señor. Aunque Jesús contestó a Satanás con una afirmación simple, es la verdadera solución. Por eso Satanás le dejó en paz.
Todos nosotros tenemos estos problemas a lo largo de nuestras vidas. A menudo nos encontramos agobiados por estos problemas. Aunque todos necesitamos dinero y cosas de este mundo, y aunque todos estamos tentados por estas cosas, la verdadera pregunta es si amamos a Dios o no, si le necesitamos más que estas cosas, si podemos vivir sin Él, en resumen si podemos vivir sin Dios y resolver nuestros problemas. Tenemos un dilema y sufrimos tentaciones. Jesús no estaba solo en esta tentación. Nosotros también tenemos estas tentaciones. Por eso los que no tienen una fe firme acaban muriendo. Los que no toman la decisión correcta perecerán.
Dejadme ilustrar esto con una historia. Había una vez un joven sacerdote católico que iba en carruaje hacia su nuevo puesto con dos monjas sentadas a cada lado. A su izquierda había una monja joven y bella, y a su derecha había una monja vieja y gorda. El camino hacia su nuevo puesto tenía muchos baches y piedras y el carruaje iba de lado a lado. Cuando el carruaje se volcaba hacia su izquierda, oraba en su mente: «Señor, hágase Tu voluntad». Pero cuando el carruaje se echaba a su derecha, el sacerdote joven oraba: «Señor, no me dejes caer en la tentación». Esta historia ilustra cómo ciertos cristianos intentan justificar sus propios pensamientos y seguir sus circunstancias como si no tuviesen elección, mientras oran al Señor para que se haga Su voluntad.
Por supuesto, cuando leemos el pasaje de las Escrituras de hoy, podemos pensar que Jesús puede resolver todos los problemas perfectamente y que no tiene debilidades porque es Dios mismo, y que es solo cuestión de tiempo que acabe venciendo todas las tentaciones. Sin embargo, el Señor dejó por escrito esta tentación para hablarnos. Así que esta historia es para nuestro propio beneficio. La tentación que Jesús sufrió es nuestra también. Los problemas con los que Satanás atacó son también nuestros problemas.
Pueden decir que no tienen estos problemas, pero esto no es cierto. No hay nadie que no tenga este tipo de tentaciones. Nadie en este mundo está libre de la tentación. Pero muchas personas piensan que no sufren por estos problemas. Aunque en realidad están sufriendo aún más, piensan que son especiales.
Mis queridos hermanos, ¿por qué tropiezan los cristianos? Porque cuando los cristianos necesitan algo para su carne, algunos creen que pueden tenerlo si escuchan a Satanás y siguen su consejo. Hacen esto porque piensan que tienen lo que necesitan cuando se comprometen un poco. Así que caen en la tentación como si no pudieran resistirla.
Pero, ¿qué pasa entonces? ¿Pueden conseguir lo que quieren? ¿Cumple Satanás sus promesas? Aunque la gente del mundo les prometa resolver sus problemas, ¿qué reciben? Dicen que resolverán todos sus problemas si les escuchan y hacen lo que quieren, piden que hagan una cosa: que dejen su fe en Dios y dejen de ir a la Iglesia.
Mis queridos hermanos, no deben pensar que están haciendo un gran favor al venir a la Iglesia de Dios y escuchar la Palabra de Dios y servirle. Todo lo hacen por ustedes mismos. Por su propio bien están llevando una vida de fe. Pero Satanás les promete una respuesta a todos sus deseos carnales si dejan de creer en Dios y de seguirle. Pero, ¿es esto verdad? No, por supuesto que no. Desde ese momento serán miserables. Satanás utilice las cosas de la carne como cebo para tentar a la gente y cuando están enganchados, los arrastra. Los arrastra a todas partes prometiendo darles todo tipo de cosas atractivas si les obedece. Como resultado, pasan la vida entera esclavizados por el Diablo intentando poner comida en sus bocas y satisfaciendo sus necesidades más básicas, pero ni siquiera pueden satisfacer esos deseos y acaban matándose o muriendo de una enfermedad.
Este es el plan de Satanás. Cuando vemos cómo Satanás tentó a Jesús, podemos ver que el Diablo tienta a las personas de fe, no a las que no creen en Jesús. Sin embargo, los que tienen sus corazones puestos en Dios por fe se han decidido y saben que no pueden dejar a Dios por otra cosa, pase lo que pase, sean insuficientes o suficientes. Así que cuando son tentados, pueden quedarse un poco desorientados, pero al final vuelven al lugar adecuado. Pueden seguir con sus vidas de fe y levantarse por fe, pero los que no tienen sus corazones puestos en Dios no pueden levantarse. El problema es que los corazones de los creyentes no están refinados y su conocimiento y fe son limitados, aunque crean en el Evangelio del agua y el Espíritu, conozcan este Evangelio, se den cuenta de que no tienen pecados y estén agradecidos a Dios por esto. En otras palabras, no han trazado una línea clara en sus corazones cuando se trata de sus debilidades y puntos vulnerables que pueden acabar siendo tentados por Satanás.
Así que muchas personas han tropezado aunque dicen creer en el Evangelio y muchas de ellas tropezarán en el futuro. Estas personas son prominentes entre los pastores, evangelistas y trabajadores. Podemos ver qué hay en sus corazones cuando se presentan ante Dios. Se pueden estar preguntando por qué no intento advertirles de ellos cuando hay tantos. Pero aunque hable de ellos en mis sermones, los que se van a ir, es decir los que no se han decidido y están mirando sus propias circunstancias, se irán al final. Y esta gente en realidad debe dejar la Iglesia de Dios.
Si de verdad creemos en Dios y confiamos en Él, y si de verdad le seguimos confiando en Él completamente como Abraham, aunque seamos tentados durante un tiempo, podremos levantarnos con una fe inamovible, y podremos brillar aún más. Sin embargo, los que no se han decidido todavía, con el tiempo se verá quiénes son y dejarán la Iglesia para seguir sus deseos. Esto se debe a que no han tratado sus problemas fundamentales ante Dios y solo los han ignorado. Lo importante aquí no es tener tentaciones o no, sino tener el corazón en el lugar adecuado.
Jesús es Dios mismo que creó el universo. Así que Satanás, que sabía esto, le dijo que transformase las piedras en pan. Jesús es el Creador de este universo y de todo lo que hay en él. Es el que creó el sol en el cielo y todas las estrellas. Así que si el Señor hubiese dicho que la piedra se convirtiese en pan, se habría cumplido. Por ejemplo, hubo un tiempo en el que Jesús dio de comer a una gran multitud al bendecir una cesta con dos peces y cinco panes. Hubo tanta comida que pudo alimentar a más de 5.000 personas y aún sobraron 12 cestas.
Jesús es un Dios poderoso. Es Dios mismo que puede convertir una piedra en pan y crear algo de la nada. Cuando ordenó que hubiese luz, existieron una luz más pequeña, una luz grande y las estrellas en el cielo. Los científicos dicen que incluso las estrellas mueren, existen y después desaparecen, y es Dios quien hace que desaparezcan. Cuando llamamos Su nombre, Jesús, estamos llamándole Salvador, y cuando le llamamos Cristo, le estamos llamando nuestro Dios, Rey de reyes y Creador del universo.
Ahora están enfrentándose a tentaciones en su vida de fe. Yo también las tengo. Sin embargo, la gente de fe que se ha decidido y está refinada puede estar firme, mientras que la gente que no se ha decidido abandona a mitad y se va de la Iglesia de Dios, ya que abandona la vida fe en vez de confiar en el Señor. ¿Por qué? Porque aunque creen en la Palabra de Dios, se comprometen con el Diablo pensando que está bien comprometerse en solo una cosa, pero al final se dan cuenta de que sus demandas no se quedan ahí. Estas personas se acaban avergonzando de sí mismas y como Judas se acaban colgando. La fe en la justicia de Dios es absolutamente indispensable.
El Señor pudo superar estas tentaciones porque es Dio, pero nosotros tenemos que tener fe. La fe en Jesucristo es lo que nos salva. Por tanto, la habilidad de tener nuestras propias soluciones no es importante. El hombre es muy estúpido. En otras palabras, los seres humanos no tienen ni idea de lo que hay escondido en las palabras de Satanás. Por eso la Biblia dice que las personas son como bestias. Y por eso todo el mundo debe nacer de nuevo al creer en el Evangelio del agua y el Espíritu y recibir la vida eterna.
El punto principal es que todos nosotros tenemos tentaciones. ¿Acaso ustedes no tienen estas tentaciones? Por supuesto. ¿Y nuestros hermanos? ¿Acaso no son tentados? Todo el mundo tiene tentaciones. Nuestros estudiantes, por ejemplo, si estudian mucho en la escuela, aprobarán y sus padres estarán orgullosos. Sin embargo, no están viviendo como estudiantes solamente, sino que también están viviendo como pueblo de Dios y Sus seguidores, y su prioridad debe ser Dios. Así que a veces son tentados. Como son tentados por las promesas del Diablo, algunos caen en la tentación y se van de la Iglesia. En resumen, todos somos tentados.
Para nosotros, la cuestión principal es si creemos en nuestro Señor como nuestro Salvador. ¿Es el Señor Jesús nuestro Salvador? Y no solo es nuestro Salvador, sino también nuestro Pastor. ¿De verdad tenemos una fe inamovible en que el Señor nos está guiando y cuidando? Los que tienen esta fe pueden vencer sus tentaciones y mantenerse firmes. A pesar de esto, si siguen teniendo tentaciones se debe a que no se han decidido completamente.
Pueden decir que han tenido bastantes tentaciones y que no van a ser tentados más, pero no hay nadie así. Todo el mundo tiene tentaciones. Así que cuando tengan tentaciones, deberán rendirse ante el Señor. Deben admitir su verdadero ser a Dios y levantarse por fe de nuevo. No hay ninguna otra manera de hacer las cosas. Solamente decir con palabras que se está siguiendo al Señor con fidelidad y que se han unido al Señor no es suficiente. Como Satanás tienta nuestros corazones siempre, no podemos presentarnos ante el Señor con nuestras acciones. Por eso tenemos que mirar dentro de nuestros corazones y examinarnos para ver si de verdad estamos firmes en la fe, si estamos viviendo con fe y si nos hemos convertido en personas de fe. De lo contrario, no solo tropezaríamos, sino que también dejaríamos la Iglesia para siempre y por eso debemos examinarnos. ¿No es esto cierto, queridos hermanos?
Pasemos a Lucas 4, 5-7: «Entonces el diablo le dijo: Si eres Hijo de Dios, dí a esta piedra que se convierta en pan. Jesús, respondiéndole, dijo: Escrito está: No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra de Dios. Y le llevó el diablo a un alto monte, y le mostró en un momento todos los reinos de la tierra».
Aquí Satanás está diciendo algo completamente ridículo. Después de mostrarle todo el mundo a Jesús, Satanás prometió que se lo daría todo a Jesús si se lo rendía todo a Satanás. Este es el método de Satanás. Incluso ahora este método no ha cambiado. Es el mismo. Satanás tienta a la gente de fe prometiendo algo si hacemos su voluntad. El Diablo tienta a la gente con el mismo método, prometiendo darnos todo lo que queramos si nos rendimos ante él.
El Diablo habla a los que no han nacido de nuevo también. Les dice: «Si te rindes ante mí y me adoras, te daré todo lo que quieras. Te daré felicidad, riqueza, fama, y todo. Todos tus deseos carnales se cumplirán». Algunas personas caen en esta tentación y se rinden ante Satanás, diciéndole: «Aunque he adorado a Dios hasta ahora, te serviré como si fueses mi dios». Pero el Señor dijo en el versículo 8: «Vete de mí, Satanás, porque escrito está: Al Señor tu Dios adorarás, y a él solo servirás». El Señor nos dijo que sirviésemos a Dios y le adorásemos a Él solo.
¿Cómo de poderoso es Satanás? Nos puede mostrar todo de una vez y dárnoslo todo si nos rendimos ante él. ¿No es esta una tentación poderosa? El Diablo nos puede mostrar un montón de diamantes y decirnos: «Te los daré todo si te rindes ante mí. Si te postras ante mí y te sometes a mí, te los daré todo». Los diamantes son tan valiosos que la gente puede incluso matarse por ellos. Si tienen un diamante grande, es suficiente para poder vivir el resto de sus vidas. ¿Qué harían entonces si el Diablo les enseñase un montón de diamantes ante el púlpito aquí y les prometiese dárselos todos si se postrasen ante él? ¿Le dirían que van a servir a Dios y adorarle solo a Él? La gente de fe nunca se rendiría ante Satanás aunque prometiese cientos de diamantes. ¿Por qué? Porque conocen a Dios y creen en Él.
Le dicen al Diablo: «Si te soy sincero, necesito esos diamantes, pero no puedo dejar a Dios por ellos. Además, aunque digas que me los vas a dar, no vas a cumplir tu promesa». Mis queridos hermanos, cuando uno se rinde ante Satanás, el Diablo cambia de actitud y dice: «¿Cuándo te he prometido eso? ¿Estás sordo? ¿Estás loco?». Entonces la persona confusa dice: «He hecho lo que me has dicho porque me prometiste esos diamantes». Entonces el Diablo contesta: «Bueno, era una forma de hablar».
Satanás es así. Esto es lo que hace. Debemos pensar en la tentación que Jesús sufrió y las tentaciones que los cristianos sufren y aplicarlas a nuestras vidas. Aunque no podamos considerarlas completamente por ahora, debemos pensar en ellas durante nuestras vidas. Debemos ver cómo nuestros predecesores de la fe han vivido hasta ahora y aprender de ellos. Todas sus tentaciones están descritas en el pasaje de las Escrituras de hoy. Sus predecesores de la fe han pasado por estas tentaciones. Yo también fue tentado por el Diablo de esta manera, y me dijo: «Si dejas de servir al Evangelio del agua y el Espíritu, te enviaré al extranjero a estudiar, te daré un cargo alto en nuestra denominación y te daré toda esta riqueza». Satanás nos tienta de esta manera.
Pero si sucumben a esta tentación, ¿cumplirá Satanás su parte? Al contrario, acabarán empobrecidos si escuchan las palabras del Diablo. No podrán recibir las bendiciones espirituales. Incluso los que han traicionado la justicia de Dios y están siguiendo al Diablo pueden prosperar de momento, pero pronto desaparecerán sus bendiciones y solo habrá sufrimiento.
Mis queridos hermanos, todas las respuestas están en la Palabra de Dios. Satanás llevó a Jesús al tejado del Templo y le dijo que saltase. Pero Jesús le dijo: «No tentarás al Señor tu Dios». Después de esto, el Diablo se fue y esperó un momento más oportuno. ¿Por qué nos tienta Satanás aunque sepa cómo debemos vivir después de recibir la remisión de los pecados al creer en el Evangelio del agua y el Espíritu? ¿Por qué nos tienta el Diablo si sabe lo que pasará si recibimos la remisión de los pecados y vivimos con el Señor siguiendo la justicia de Dios, y sabe muy bien que si rechazamos al Señor, nos separaremos de la Iglesia de Dios y nos convertiremos en enemigos del Dios? Porque Satanás es enemigo de Dios. Dios nos da las bendiciones del Cielo a los que somos fieles, pero Satanás solo da maldiciones. ¿Quieren aceptar la tentación de Satanás para ver si la Biblia tiene razón?
El Señor dijo: «No tentarás al Señor tu Dios». Y está escrito aquí que el Diablo se fue y esperó un momento más oportuno. Solo porque acabe una tentación no significa que no haya dejado de perseguirnos. Volverá en un momento más oportuno. Seremos tentados de nuevo. Cuando pasamos por una tentación, debemos creer que la Palabra del Señor es la Verdad. Debemos pensar en la siguiente Palabra y vivir por fe: «No tentarás a Dios; adorarás a Dios solamente y a Él le servirás; y no vivirás de pan solo». Los que siguen creyendo en Dios y siguiéndole con una fe refinada se vestirán del poder del Espíritu Santo y podrán hacer la obra de Dios con todas sus fuerzas.
Sin embargo, los que no hacen esto se alejarán y morirán. Como el eunuco etiope desaparecerán de repente. No les estoy suplicando que no desaparezcan de la Iglesia de Dios y no les estoy diciendo que odio a los que dejan la Iglesia. A los que dejan la Iglesia de Dios, les diría: «Os vais sin una palabra. Adiós. Os vais porque sois débiles, pero como habéis escogido tu camino aunque sepáis cómo va a acabar, sois responsables de todo. Os he dicho todo lo que tengo que decir».
El problema aquí no es los que han dejado la Iglesia de Dios, sino los que están aquí todavía. Se trata de nosotros. ¿Qué harán cuando tengas tentaciones? Muchas personas tienen tentaciones espirituales y muchas han tropezado con ellas y se han ido. Estas tentaciones seguirán persiguiéndonos y entonces ¿qué haremos?
Mis queridos hermanos, debemos estar ante el Señor cuando ponemos nuestra fe en la justicia de Dios. No estoy hablando de otra persona. Hablo de nosotros. Es algo con lo que pueden estar de acuerdo por ahora mientras escuchan este sermón y después se olvidan. Es algo que después de escucharlo lo ignoran. Deben pensar en esto seriamente ante Dios y deben continuar para tomar la decisión correcta en su mente.
Algunas personas pueden preguntarse si tienen que seguir poniendo un límite con la fe una y otra vez después de haber pasado por tentaciones, pero si esto es lo que el Señor nos está pidiendo de nuevo, debemos hacerlo. ¿Por qué? El Señor está diciendo esto porque hay elementos de su corazón y mente que pueden ser tentados continuamente.
Mis queridos hermanos, la Palabra de Dios es la Verdad, no algo que puedan oír una vez y después ignorarlo. Aunque seamos insuficientes, no pereceremos, sino que viviremos, caminando con el Señor al creer en la justicia de Dios, haciendo la obra que complace al Señor, y luego iremos a conocer al Señor cara a cara. Toda la gente de fe debe vivir por fe. Pero los que traicionan al Señor caerán en la tentación de Satanás, dejarán la Iglesia, se convertirán en enemigos de Dios y serán destruidos.
Espero y oro por que Dios, que se ha convertido en nuestra justicia, nos cuide. ¡Aleluya!