Search

សេចក្តីអធិប្បាយ

Tema 6: Herejía

[6-3] ¿Quiénes son los cristianos que creen en Jesús según la razón humana? (1 Reyes 12, 25-33)

¿Quiénes son los cristianos que creen en Jesús según la razón humana?(1 Reyes 12, 25-33)
«Entonces reedificó Jeroboam a Siquem en el monte de Efraín, y habitó en ella; y saliendo de allí, reedificó a Penuel. Y dijo Jeroboam en su corazón: Ahora se volverá el reino a la casa de David, si este pueblo subiere a ofrecer sacrificios en la casa de Jehová en Jerusalén; porque el corazón de este pueblo se volverá a su señor Roboam rey de Judá, y me matarán a mí, y se volverán a Roboam rey de Judá. Y habiendo tenido consejo, hizo el rey dos becerros de oro, y dijo al pueblo: Bastante habéis subido a Jerusalén; he aquí tus dioses, oh Israel, los cuales te hicieron subir de la tierra de Egipto. Y puso uno en Bet-el, y el otro en Dan. Y esto fue causa de pecado; porque el pueblo iba a adorar delante de uno hasta Dan. Hizo también casas sobre los lugares altos, e hizo sacerdotes de entre el pueblo, que no eran de los hijos de Leví. Entonces instituyó Jeroboam fiesta solemne en el mes octavo, a los quince días del mes, conforme a la fiesta solemne que se celebraba en Judá; y sacrificó sobre un altar. Así hizo en Bet-el, ofreciendo sacrificios a los becerros que había hecho. Ordenó también en Bet-el sacerdotes para los lugares altos que él había fabricado. Sacrificó, pues, sobre el altar que él había hecho en Bet-el, a los quince días del mes octavo, el mes que él había inventado de su propio corazón; e hizo fiesta a los hijos de Israel, y subió al altar para quemar incienso».
 

He leído con ustedes la Palabra de Dios en 1 Reyes 12, 25-33. Las palabras del pasaje de las Escrituras de hoy suelen aparecer en un sermón que escuchamos muchas veces, pero que en realidad muchos cristianos no entienden debido a su significado espiritual. Y por eso, junto con mis colaboradores, tanto aquí en casa como fuera, me gustaría echar un vistazo a estos herejes, un grupo malvado, que aparece en el pasaje de hoy.
En resumen lo que el pasaje dice es lo siguiente: originalmente había un hombre llamado Jeroboam que no era miembro de la realeza. Como Salomón había pecado ante Dios, Jeroboam se convirtió en rey de Israel, y para defender su trono, creó dos becerros de oro y los colocó en Betel y en Dan. Entonces, le dijo al pueblo de Israel: «Aquí tenéis dos becerros de oro, dioses que os guiarán» e hizo que adorase a estos ídolos, y al hacerlo lo convirtió en un pueblo hereje.
Dios odiaba este pecado de Jeroboam. Todos los pecados que la gente comete por culpa de sus insuficiencias y debilidades pueden recibir la remisión de los pecados mediante la fe en el Evangelio del agua y el Espíritu, pero el pecado de hacer que la gente crea en falso y sea maldita por haber alterado el Evangelio del agua y el Espíritu no puede perdonarse. Por eso, los que alteraron el sistema de sacrificios que Dios había establecido como la Ley de salvación en el Antiguo Testamento no pudieron evitar el castigo. Incluso hoy en día hay mucha gente que ha recibido la remisión de los pecados al creer en la salvación establecida por Dios y al tener fe en la Verdad del Evangelio del agua y el Espíritu. Sin embargo todos los que no creen en el Evangelio del agua y el Espíritu y se levantan contra él son herejes. No pasaría nada si creyeran en el Evangelio del agua y el Espíritu ahora, pero si no lo hacen, no recibirán la remisión de los pecados para siempre.
Dios nos dice que el pecado que Jeroboam cometió es como el pecado de la blasfemia contra el Espíritu Santo en el Nuevo Testamento (Mateo 12, 31, Hebreos 10, 29). La Palabra de Dios nos dice que solo el sistema de sacrificios establecido por Dios puede salvar a la humanidad de sus pecados. Sin embargo, como Jeroboam desafió el plan de salvación de Dios, Él lo destruyó junto a sus hijos y a su pueblo.
Para poder mantener su trono, Jeroboam cambió el sistema de sacrificios de Dios arbitrareamente y ofreció sacrificios a los becerros de oro en los templos en los que los hizo colocar como si fueran dioses. Y además nombró sacerdotes a personas que no procedían de la familia de Leví, lo que era un gran pecado que hizo caer al pueblo de Israel en la ruina. El rey Jeroboam, en su propio corazón, había sustituido a Dios por becerros de oro. Y además había instaurado a falsos sacerdotes que no reunían las condiciones establecidas por Dios para el sacerdocio, e hizo que la gente ofreciera sacrificios a los ídolos. Por todo esto, su alma fue destruida junto con las almas de los israelitas que eran súbditos suyos. Por eso Dios nos dice, a través de este pasaje de las Escrituras, que la maldición de Dios cayó sobre la cada de Jeroboam y todos los que vivían dentro de esa casa, y que esa misma maldición cayó sobre sus sucesores. 
 

Hay cristianos que tienen una fe basada en la razón humana

Hoy en día, los líderes cristianos también han creado una fe extraña basada en su propia razón. Hasta ahora todas las denominaciones cristianas han definido al cristianismo como una religión destinada a la remisión de los pecados, y se han inventado su propia doctrina de la remisión de los pecados con la sangre de Jesús derramada en la Cruz y han creído en ella. La doctrina de salvación del cristianismo de hoy en día está compuesta por la sangre de la Cruz y la doctrina de la santificación. Por eso los cristianos están convencidos de que sus pecados pueden borrarse por la fe en la sangre derramada en la Cruz. En otras palabras, tienen la creencia firme de que Jesús vino a este mundo y borró los pecados del mundo mediante la sangre derramado en la Cruz. De esta manera, la gente tiende a creer que se puede recibir la remisión de los pecados si se cree que Jesús ha borrado todos los pecados al derramar Su sangre en la Cruz. Los cristianos han creado la doctrina de la salvación basándose en su propia razón y han difundido esta fe a los demás. Sin embargo esta doctrina es una invención humana. El que nadie pueda recibir la remisión de los pecados por mucho que crea en esta doctrina, demuestra que no es la Verdad de la Palabra de Dios. Por tanto, la doctrina de las oraciones de penitencia es una adición a la doctrina central del cristianismo.
Las doctrinas creadas por los reformistas religiosos o teólogos en cada una de las denominaciones del cristianismo son similares. En primer lugar, la doctrina del cristianismo afirma que «el cristianismo es la religión de la remisión de los pecados». Esto significa que el cristianismo es una religión que limpia los pecados de la gente. Los cristianos piensan que si creen en la Preciosa Sangre que Jesucristo derramó en la Cruz, todos sus pecados desaparecerán. Para ellos todo lo que tienen que hacer es creer que Jesucristo borró todos nuestros pecados la ser crucificado y morir. Y por eso dicen que «quien cree en la Preciosa Sangre que Jesús derramó en la Cruz, la doctrina del arrepentimiento, y la doctrina de la santificación, alcanzará la salvación» y que esta es la fórmula de la fe mediante la que pueden recibir la salvación. Han creado una doctrina de salvación dentro del marco de sus propias ideas y han hecho que la gente crea en ella. 
Por tanto, hay un número muy elevado de personas hoy en día que creen en una creencia falsa que dice que quien cree en la sangre de la Cruz, alcanza la salvación. Esta es una doctrina cristiana que los líderes del cristianismo han creado dentro del marco de sus propias ideas. Si alguien puede ser salvado de sus pecados con tan solo creer en la sangre de la Cruz, los que creen así no deben tener pecado, pero en realidad sí que lo tienen. Ahora, ¿se han convertido en personas justas sin pecado alguno al creer solo en la sangre de Jesús? No, no ha sido así. Sin embargo, muchas personas creen de esta manera. 
Las doctrinas cristianas actuales han sido creadas según la razón humana, y son solo falsas doctrinas. Enseñan que quien reconoce sus propios pecados y cree que Jesús ha borrado nuestros pecados al ser crucificado y derramar Su sangre, recibe la remisión de los pecados. Y enseñan a la gente a pensar que quien cree en una doctrina por fe recibe la salvación de los pecados aunque tenga pecados. 
Como han creado su propia doctrina de salvación aunque sus pecados sigan sin desaparecer, los cristianos siguen creyendo en Jesús en vano porque se hipnotizan a sí mismos, diciendo: «He recibido la salvación». Los cristianos de hoy en día han creado una fórmula para la remisión de los pecados dentro del marco de la razón y la han basado en la sangre derramada en la Cruz, por lo que siguen pensando que si se cree en esta fórmula, pueden recibir la remisión de sus pecados. Sin embargo, como la gente que cree solo en la sangre de Jesús tiene pecados, en realidad siguen viviendo como pecadores para siempre, lo que convierte a esta doctrina en una doctrina absurda. Los que creen en esta fórmula son como los que no creen en Jesús que viven como pecadores hasta que mueren.
La gente tiene la tendencia a crear hipótesis según sus ideas y pensamientos y entonces desean que sean ciertas. Sin embargo, el verdadero Evangelio de la salvación ante Dios es el Evangelio del agua y el Espíritu, y no el evangelio de la sangre derramada en la Cruz. Solo se puede recibir la salvación cuando se nace de nuevo al creer en este Evangelio del agua y el Espíritu, y esta es la Verdad. 
Jeroboam, siguiendo su propia razón, creyó en ídolos como Dios. ¿Cuál fue el resultado? Que Dios le maldijo. Según sus propios deseos, cambió el Día de la Expiación del décimo día del séptimo mes, al decimoquinto día del octavo mes. Asimismo ordenó sacerdotes a gente común e hizo que adorasen a estos ídolos. 
Dios había construido el Templo de Jerusalén para los israelitas. Pero Jeroboam, al construir templos en Betel y Dan y poner becerros de oro allí, hizo que el pueblo de Israel creyese en esos ídolos y para ello les dijo que eran los dioses que les habían guiado. Pero aún así no estaba satisfecho, y construyó altares para los ídolos en todas las aldeas, y en Betel él mismo ordenaba a los sacerdotes. Para poder adorar a los ídolos según su razón, ordenó a los sacerdotes arbitrariamente. Sin embargo la Biblia dice que solo los descendientes de Leví podían ser sacerdotes de Dios. Así lo había establecido Dios. Pero Jeroboam creyó en Dios según la razón. Su fe, manifestada a través de sus pensamientos, era extremadamente incorrecta.
Entre los descendientes de Leví, los hombres que podían convertirse en sumos sacerdotes eran los hijos de Aarón cuando cumplían los 30 años, y los sacerdotes comunes eran elegidos de entre los hijos de Leví a los 25 años de edad. Dios había establecido que los sacerdotes descendieran de la familia de Leví, y especialmente elegía de la familia de Aarón a un barón cuando cumplía los 30 años sin ningún problema físico o mental para ser utilizado como instrumento de Dios para ser Sumo Sacerdote. Por tanto, cuando el pueblo de Israel iba al Templo de Jerusalén, podían ver al Sumo Sacerdote y a los descendientes de Leví. Cuando la gente entregaba el sacrificio al sacerdote después de haber puesto las manos sobre el animal, los sacerdotes desangraban al animal, ponían la sangre en los cuernos del altar de los holocaustos y derramaban un poco de sangre en el suelo. Y entonces, el sacerdote ofrecía el sacrificio a Dios en nombre del pueblo y quemaba la carne del animal en el altar. Así Dios estableció todas estas obras para permitir que Su pueblo recibiera la remisión de los pecados. 
La gente ha creado su propia salvación según la razón, que estipula que si se cree en la sangre de Jesucristo únicamente, se recibe la salvación, pero, ¿qué ocurre con la voluntad del Señor? ¿Acaso no creó el Señor nuestra salvación mediante el Evangelio del agua y el Espíritu? ¿En qué salvación debemos creer? ¿Acaso no deberíamos creer en la salvación del Señor? Si ustedes temen a Dios, creerán en el Evangelio del agua y el Espíritu que Dios ha establecido como nuestra salvación. La verdad del asunto es que Dios nos ha salvado mediante el Evangelio del agua y el Espíritu. Dios no cambia la ley de la salvación según las circunstancias. Este hombre, Jeroboam, cambió la salvación a su gusto.
 


Debemos creer en el Evangelio del agua y el Espíritu según la salvación que ha establecido el Señor


Nosotros creemos sin objeción alguna en el Evangelio del agua y el Espíritu que el Señor nos ha dado. Si la Palabra de Dios dice algo, debemos aceptarlo. Y por eso no podemos poner nuestros propios pensamientos antes que la Palabra de Dios. Eso sería un atajo hacia la herejía porque nos alejaríamos de la providencia de Dios. El cristianismo de hoy en día se opone a la Verdad del Evangelio del agua y el Espíritu mediante doctrinas cristianas creadas por el hombre. La gente se ha aliado y ahora está creando su propia salvación mediante creencias humanas. Y por eso piensa: «Jesucristo dejó el trono celestial y vino al mundo. Y al ser crucificado, al sufrir lo impensable, al derramar Su sangre sagrada, y al resucitar de entre los muertos, nos ha salvado. El Señor nos ha librado de los pecados del mundo completamente». Dicho de otra manera, los que todavía creen en su propia idea de la salvación, piensan lo siguiente. «Dios envió a Su único Hijo al mundo para borrar nuestros pecados, y al crucificarlo, los hizo desaparecer». Por tanto dicen que los que tienen pecados, sean quienes sean, pueden recibir la remisión de los pecados al creer en Jesús como su Salvador. 
Esta gente ha creado una salvación por su cuenta, que dice que cualquiera que crea en la sangre de Jesucristo derramada en la Cruz puede ser redimido de sus pecados. Como la gente, suele creer en esta doctrina de la Cruz a través de la razón humana, sigue creyendo sin duda siempre y cuando la doctrina se ajuste a su forma de pensar. Por eso, para los cristianos de hoy, el Evangelio del agua y el Espíritu se ha convertido en una doctrina errónea.
Por tanto, ahora se ha llegado al punto en que si hay pecados en el corazón, esta gente ya no puede creer en el Evangelio del agua y el Espíritu ni la remisión de los pecados. Y los pecados permanecen para siempre en sus corazones. Los cristianos que solo creen en la sangre de Jesucristo según su razón no pueden hacer que sus pecados desaparezcan. Como creen en las doctrinas cristianas que han creado con su razón, ahora no pueden borrar sus pecados mediante la fe. Como los cristianos de hoy en día, aunque tengan pecados en sus corazones, creen según su razón, están cegados por su estupidez Como solo creen en la sangre derramada en la Cruz a través de las doctrinas cristianas creadas por los seres humanos, al final sus pecados están intactos en sus corazones.
El verdadero Evangelio no consiste solamente en tener fe en la sangre derramada en la Cruz. El único verdadero Evangelio que el Señor nos ha dado es el Evangelio del agua y el Espíritu. Este Evangelio es la única Verdad de salvación que el Señor nos ha dado a los seres humanos. El verdadero Evangelio es el siguiente: nuestro Señor no solo fue crucificado cuando vino al mundo, sino que, para poder salvarnos de los pecados del mundo, tuvo que tomar todos nuestros pecados de una vez por todas al ser bautizado por Juan el Bautista en el río Jordán. Y al derramar Su sangre en la Cruz y resucitar de entre los murtos, nos ha dado a la vida eterna y la verdadera salvación a los que creemos en el Evangelio del agua y el Espíritu.
 


¿Qué es el verdadero Evangelio que Dios nos ha dado? 

 
El Evangelio del agua y el Espíritu es la Verdad de salvación, ¿Qué es la Verdad del Evangelio de Dios que nos salva de todos los pecados? Recibe el nombre de Evangelio del agua y el Espíritu. Sin embargo, los pecados no han desaparecido de los corazones de muchos cristianos porque siguen creyendo n Jesús como el Salvador según sus propios pensamientos. Si estos cristianos pecadores siguen sin creer en el Evangelio del agua y el Espíritu hasta el final, serán como Jeroboam en cuerpo y en espíritu. Todos los pecadores que han heredado la fe de Jeroboam, el mismo Jeroboam incluido, no vivirán porque Dios así lo ha prometido. Cuando el hijo de Jeroboam se convirtió en rey de Israel, llevó a mucha gente a la muerte al cometer el mismo pecado que su padre. Dios condenó a los que tienen esa fe: «El que muera de los de Jeroboam en la ciudad, lo comerán los perros, y el que muera en el campo, lo comerán las aves del cielo; porque Jehová lo ha dicho» (1 Reyes 14, 11). La verdad es que Dios ha maldecido a los que cometen el mismo pecado que Jeroboam.
¿Por qué hizo esto Dios? Porque habían creado una religión que adora a ídolos según la razón humana y creyeron en esta religión. Y no solo eso, sino que también la predicaron. Los pecados que Jeroboam cometió ante Dios eran pecados que no pueden ser borrados. Son el mismo pecado que la fe falsa de hoy en día que dice que la remisión de los pecados se recibe si se cree únicamente en la sangre derramada en la Cruz, es decir, si se cree en Jesucristo mediante las ideas humanas. Este es el pecado de levantarse contra la voluntad de Dios y deteriorar la Verdad de salvación del Evangelio del agua y el Espíritu que Dios Padre creó incluso antes de la Creación para que Jesucristo nos salvara de nuestros pecados. Los pecados de este tipo no pueden borrarse si no se cree en el Evangelio del agua y el Espíritu.
En el Evangelio de Juan, capítulo 3, Jesús dijo que si uno no nace de nuevo del agua y el Espíritu, no puede entrar en el Reino de Dios ni ver a Dios Padre. Jesús dijo: «Todo el mundo debe nacer de nuevo por el agua y el Espíritu», y está escrito en la Biblia que los doce discípulos, incluidos Pedro, Pablo, Mateo, Juan y Marcos, creyeron en el Evangelio del agua y el Espíritu y lo predicaron. Sin embargo, los líderes del cristianismo y miembros de la iglesia actuales no se dan cuenta de que el Evangelio del agua y el Espíritu es la Verdad, Y por eso siguen creyendo en doctrinas cristianas incorrectas. Dentro del cristianismo hay mucha gente que cree en la Verdad del Evangelio del agua y el Espíritu instaurada por Dios porque la han cambiado. Esto es creer en Dios según sus propias ideas.
En un canal cristiano de Corea hay un programa titulado Grandes Sermones, en el que se pueden ver a pastores a los que se les consideran grandes predicadores. Una vez vi este programa, y el pastor que aparecía en pantalla decía que los cristianos tenían que ser positivos y no negativos. El tema principal del sermón era: «Si una persona piensa en positivo, incluso si tiene pecados en su corazón, puede ser justa».
Como tener pensamientos positivos es algo bueno, no quiero decir que el contenido del sermón fuera incorrecto. Sin embargo, por muy positivos que seamos, una persona que tiene pecados no puede estar sin pecado por tan solo creer en un evangelio que solo contiene la sangre derramada en la Cruz, que ni siquiera es un evangelio completo. Los pecados de la gente solo pueden ser borrados si se cree en el Evangelio del agua y el Espíritu. La gente de hoy en día cree en Jesucristo como el Salvador con una actitud positiva, pero en realidad, todavía tienen pecados en sus corazones. Aunque la gente tiene pecados en sus corazones, siguen creyendo que han recibido la remisión de los pecados porque piensan que Jesucristo ha borrado sus pecados al ser crucificado. Sin embargo, los pecados no desaparecen por creer en la doctrina de la sangre derramada en la Cruz que la gente se ha inventado con su propia razón. 
Cuando hay un pecado en el corazón de una persona, la conciencia de esa persona da cuenta de este pecado a Dios. Después, la Ley de Dios señala el pecado de esa persona. Así, si hay un pecado en el corazón de una persona, la única manera de borrarlo es tener fe en el Evangelio del agua y el Espíritu. Los cristianos de hoy en día le piden a la gente que tengan una actitud positiva: «Yo he recibido la remisión de los pecados. Aunque tengo pecados, he recibido la remisión de los mismos». Pero esta fe es solo una lógica falsa que dice: «Me estoy ahogando ahora mismo, pero he sido rescatado». Pero un pastor renombrado le dice a la gente que sea positiva: «Yo he recibido la remisión de los pecados al creer en Jesús, y Él me ha salvado al morir en la Cruz y resucitar. Y por eso he recibido la remisión de los pecados. Aunque tenga pecados en mi corazón, Dios ha borrado mis pecados». Y entonces el público responde: «Amén. Amén». Lo cierto es que el cristianismo de hoy en día ha degenerado en una herejía, hasta el punto de haberse convertido en algo más infantil que un niño en un jardín de infancia. 
Intenten ser positivos por todos medios, pero la verdad es que si lo hacen, los pecados de su corazón no desaparecerán de esa manera. El predicador se refirió a este tipo de fe como «la fe de la cuarta dimensión». Queridos hermanos, los pecados que hay dentro del corazón no se van con tan solo ser positivos, sino que con esta fe solo nos engañamos a nosotros mismos. Cuando una persona es positiva, sus pensamientos le levantan la moral y puede encontrarse bien durante un período corto de tiempo, pero se puede ocultar para siempre el hecho de que su conciencia tiene pecados ante Dios. 
 


Los líderes cristianos creen con una fe falsa porque han creado una doctrina que dice que la remisión de los pecados se recibe al creer en la sangre de la Cruz

 
En la primera epístola a los corintios, capítulo 1, verso 18, el Apóstol Pablo dijo: «Porque la palabra de la cruz es locura a los que se pierden; pero a los que se salvan, esto es, a nosotros, es poder de Dios». Aquí «la palabra de la cruz» se refiere al Evangelio del agua y el Espíritu. Habla de la Cruz y asume el bautismo de Jesús. En otras palabras, habla de la Verdad de que Jesús pudo derramar Su sangre en la Cruz en nuestro lugar porque había sido bautizado por Juan el Bautista. Si Jesús no hubiese tomado los pecados del mundo mediante el bautismo, no tendría que haber muerto en la Cruz. La Biblia dice claramente: «El camino de la salvación que Dios ha establecido requería enviar al Hijo de Dios al mundo, y Él debía tomar nuestros pecados al ser bautizado por Juan el bautista, ser crucificado y resucitar de entre los muertos. Los que creen en esta doctrina pueden ser salvados por la fe verdadera».
Sin embargo, la gente ha cambiado la Verdad de la salvación de Dios utilizando doctrinas creadas con la razón humana. La gente ha creado estas falsas doctrinas con sus propios pensamientos que dicen que mientras se crea en la sangre de Jesús derramada en la Cruz, se puede recibir la salvación de los pecados del mundo y la vida eterna. Y por eso los cristianos siguen creyendo en Jesús según estas doctrinas. 
Sin embargo, la gente ha distorsionado la Verdad de la salvación de Dios con doctrinas que han creado con su propia razón. La gente ha creado falsas doctrinas que dicen que cuando se cree en la sangre de Jesucristo derramada en la Cruz, se puede recibir la salvación de los pecados del mundo y la vida eterna, y por eso siguen creyendo en Jesús de esta manera. Hay gente que dice: «Tengo pecados, pero he recibido la remisión de los pecados» y esto es un sofisma que es similar a decir: «1-1=1». ¿Cómo pueden creer en esta doctrina que se contradice a sí misma y que inste que aunque Jesús haya borrado nuestros pecados a través de la sangre en la Cruz, es correcto decir que aún se tienen pecados? Esto equivale a hipnotizarse a uno mismo diciendo: «Estoy bendecido aunque tengo pecados» y vivir con la ilusión de que se está bendecido. Siguen hipnotizándose de esa manera y piensan: «He recibido la remisión de los pecados. Jesús me salvó cuando derramó Su sangre en la Cruz y cuando resucitó de entre los muertos».
Se aferran a la Palabra de Isaías 53, 5 que dice: «Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados» y creen en la doctrina de la sangre derramada en la Cruz que es una doctrina inventada por el hombre. Pero como tienen pecados en el corazón, su lema es «Piensa en positivo». Así es como se convierten en herejes y pecadores como Jeroboam. Creen en Jesús con un evangelio que han cambiado, del mismo modo en que Jeroboam construyó altares donde puso becerros de oro para ofrecerles sacrificios. Además también hizo sacerdotes a personas que no cumplían los requisitos. Y estos cristianos pecadores dicen: «Somos el pueblo de Dios y le tememos. Dios es nuestro Dios».
Cuando se cree en Jesús según la razón humana en vez de tener fe en el Evangelio del agua y el Espíritu que Dios ha establecido como la salvación, uno se convierte en un hereje. Esta fe falsa hace que caiga una maldición sobre aquel que la tiene, pero también sobre su familia y sus seguidores. Los cristianos de hoy en día han formulado doctrinas falsas y no creen en el Evangelio del agua y el Espíritu tal y como está en las Escrituras, lo que es un pecado grave. La fe que solo cree en la Cruz es una fe completamente diferente de la fe que cree en la justicia de Dios manifestada en las Escrituras. La Biblia no dice que la salvación se consigue al creer solo en la sangre derramada en la Cruz. Ha surgido una gran herejía colectiva llamada cristianismo en este mundo porque la gente ha inventado falsas doctrinas. Y los líderes de esta herejía colectiva siguen hipnotizando a la gente con esas doctrinas falsas. 
¿Cuál es la diferencia esencial entre el verdadero cristianismo y las demás religiones del mundo? Una religión del mundo es un sistema de creencias o un sistema de doctrinas que la gente ha creado mediante su razón humana. Pero el cristianismo es diferente de las otras religiones del mundo. En el verdadero cristianismo, los fieles aceptan la Palabra de Dios de la salvación tal y como es. La verdadera fe del cristianismo consiste en creer en la Palabra de Dios, ya se ajuste a nuestra razón o no. Pero el cristianismo de hoy en día no es muy diferente a las demás religiones del mundo porque los cristianos creen en doctrinas falsas que han formulado según la razón. Dios nos ha dado el verdadero Evangelio del agua y el Espíritu y si creemos en él tal y como es, no nos convertiremos en herejes. Pablo habla de «la palabra de la cruz» en las Escrituras, y con esto se refiere al Evangelio del agua y el Espíritu.
Después de Pablo, el cristianismo creó falsas doctrinas según la razón. Y como resultado, los herejes prevalecieron en el cristianismo y los cristianos no pueden recibir la verdadera remisión de los pecados. No pueden guiar a sus familias, amigos y a toda la gente con la que comparten el Evangelio para recibir la remisión de los pecados porque ellos mismo no la han recibido. Los que han creído en Jesús antes que otros están llevando a muchos al infierno. Por eso todos serán destruidos. Por tanto, solo hacen hincapié en las bendiciones carnales de este mundo. Todos los cristianos creen en Jesús por las bendiciones materiales: «Si crees en Jesús, serás rico; si crees en Jesús, estarás sano; si crees en Jesús, tus negocios irán bien». Son todos herejes.
Los cristianos de hoy en día creen en las doctrinas cristianas que han formulado según su razón, del mismo modo en que Jeroboam sustituyó a Dios por los becerros de oro y creyó en ellos. Jeroboam nombró a gente común para el sacerdocio, cambió el Día de la Expiación al decimoquinto día del octavo mes, y sustituyó a Dios por los becerros de oro. ¿Es el oro divino? ¿Puede el oro ser Dios? ¿Pueden las posesiones materiales convertirse en Dios? ¿Podemos encontrar a Dios en lo material? Jeroboam actuó según sus propias ideas para mantenerse en el trono. Como resultado, cometió un pecado irreversible ante Dios. Y por ello Dios maldijo a toda su familia. 
Hoy en día, los cristianos dicen: «Creed en la sangre de la Cruz y recibiréis la salvación», pero esta fe es incorrecta y deriva de una manipulación de la Verdad de la salvación de Dios. Mucha gente piensa que puede recibir la salvación de los pecados a través de la sangre derramada en la Cruz únicamente, pero esto es incorrecto. Miren el Antiguo y el Nuevo Testamento. Examinemos los 33 años de la vida de Jesús en este mundo. La Biblia nos da testimonio de sus primero 8 años, y después hay un lapso de bastantes años hasta que recibe el bautismo en el río Jordán a los 30 años y hasta que cumple los 33 años y se acaba Su ministerio. Podemos ver que el Evangelio del agua y el Espíritu es la Verdad si miramos el ministerio de estos 3 años de la vida de Jesús. 
Jesucristo vino al mundo y fue bautizado por Juan el Bautista para cargar con todos nuestros pecados cuando tenía 30 años. En Mateo 3, 13-17 se describe la escena del bautismo de Jesús: «Deja ahora, porque así conviene que cumplamos toda justicia. Entonces le dejó. Y Jesús, después que fue bautizado, subió luego del agua; y he aquí cielos le fueron abiertos, y vio al Espíritu de Dios que descendía como paloma, y venía sobre él» (Mateo 3, 15-16). 
¿Por qué se bautizó Jesús? Para cargar con todos nuestros pecados, los pecados de toda la humanidad, los pecados del mundo. Después del bautismo de Juan el Bautista, Jesús enseñó a Sus discípulos y dio testimonio de la Palabra de Dios a la gente durante 3 años, antes de morir en la Cruz. Jesús tomó todos los pecados del mundo a través del bautismo, derramó Su sangre y murió en la Cruz, resucitó de entre los muertos al tercer día, dio testimonio de Su resurrección durante 40 días y ascendió a los cielos en las nubes delante de muchos testigos. Y prometió volver algún día. 
 La muerte en la Cruz solamente no podía salvarnos de los pecados del mundo. Debemos prestar atención al hecho de que lo primero que Jesús hizo en Sus 3 años de ministerio público fue ser bautizado por Juan el Bautista. Además, debemos reconocer que los cuatro Evangelios recogen el bautismo de Jesús como el comienzo del Evangelio. Dios empezó la obra de nuestra salvación al enviar a Juan el Bautista a este mundo y hacer que gritara: «Arrepentíos, hijos de la serpiente». Después de preparar los corazones de la gente de esta manera, Jesús apareció y lo primero que hizo fue recibir el bautismo de Juan el Bautista para cargar con los pecados del mundo. Así es como el Señor tomó nuestros pecados sobre Sí mismo. Y entonces, murió en la Cruz porque había tomado sobre Sí mismo nuestros pecados en Su bautismo, y nos salvó para siempre al resucitar de entre los muertos al tercer día. ¿De verdad nos salvó Jesús de los pecados del mundo con tan solo derramar Su sangre den la Cruz? No.
Muchos cristianos todavía viven como pecadores a pesar de tener fe en Jesús. Creen en la falsa doctrina de la salvación que han creado según sus pensamientos. Y la verdad es que los pecados que tienen en su mente no pueden borrarse con este falso evangelio. Por eso se han convertido en herejes ante Dios y siguen acumulando pecados que cometen con su cuerpo y su mente. Sufren por sus pecados y se arrepienten, pero siguen cometiendo cada vez más pecados a los ojos de Dios. Debemos creer en la Palabra de Dios tal y como queda recogida en las Escrituras. Aunque hayan creído con una fe falsa hasta ahora, si alguien comparte con ustedes el Evangelio del agua y el Espíritu, deben escucharlo atentamente y buscar en las Escrituras para ver si es cierto. Y si es cierto, deben creer en él. ¿Por qué la gente cree según la razón? Todo el mundo debe creer por fe y no por la razón.
En el cristianismo actual, después de la Reforma, se han formulado doctrinas basadas en los pensamientos humanos. Sin embargo, los cristianos pueden volver a Dios si dejan esas doctrinas y creen en el Evangelio del agua y el Espíritu. Quiero destruir todas las doctrinas incorrectas con la Verdad del Evangelio del agua y el Espíritu. ¿Dónde habla el Señor en las Escrituras solamente de la sangre en la Cruz? Las Escrituras claramente hablan del Evangelio del agua y el Espíritu como el verdadero Evangelio. Todos los que no han dejado de lado sus pensamientos humanos y no creen en el Evangelio del agua y el Espíritu se han vuelto locos por recibir la maldición de Dios. Los que están atrapados en este pecado y creen en estas doctrinas deben, sin dudarlo, dejar sus propios pensamientos de lado y salir de esta situación. Si no lo hacen, la maldición de Dios caerá sobre ellos. 
Las doctrinas cristianas de hoy son hipótesis que la gente ha creado según sus ideas. Los cristianos han creado una serie de doctrinas religiosas extrañas según la razón. Por eso la gente todavía tiene pecados aunque crea en Jesús y se identifique con el cristianismo, del mismo modo en que la gente que cree en el budismo o cualquier otra religión del mundo sigue teniendo pecados. Los seguidores del cristianismo, confucianismo, islam, el hinduismo u otras religiones, tienen pecados en sus corazones. Los cristianos siguen siendo pecadores a pesar de su fe en Jesús porque creen en estas doctrinas incorrectas. Crean en e Evangelio del agua y el Espíritu que el Señor nos ha dado. ¿Hay pecados en el corazón de un cristiano si abandona su fe falsa y cree en el Evangelio del agua y el Espíritu? No. Todos los pecados desaparecen cuando una persona cree en la Verdad del Evangelio del agua y el Espíritu. Sin embargo, si una persona solo cree en la sangre derramada en la Cruz, solo cree que no tiene pecados, pero la verdad es que sigue teniendo pecados en su conciencia.
Esta fe es una herejía. Todos los que no creen en el Evangelio del agua y el Espíritu según el plan de salvación de Dios son herejes. Jeroboam era un hereje, y todos los cristianos del mundo que no creen en el Evangelio del agua y el Espíritu son herejes también. Sin embargo, ¿quién se atreve a pensar que la doctrina que dice: «Jesús borró mis pecados al derramar Su sangre en la Cruz» es incorrecta? ¿Quién se atreve a desafiar esta doctrina que los cristianos han defendido durante más de 2000 años? Pero, Lo incorrecto es incorrecto. Y lo que está mal debe corregirse. Los cristianos deben destruir todas estas doctrinas con la Verdad del Evangelio del agua y el Espíritu y corregir los aspectos erróneos de su fe con la Verdad. 
Entonces, algunas personas se preguntarán: «¿Hay alguna prueba de que los pecados se borren con agua en el Antiguo Testamento?». Echemos un vistazo. Los israelitas cruzaron el Mar Rojo cuando se dirigían a la tierra de Canaán, pero antes de entrar a la Tierra Prometida tuvieron que pasar una prueba. Era el río Jordán. Durante la estación de lluvias, el río Jordán se desborda. Pero el agua dejo de correr cuando los sacerdotes, obedeciendo a Dios, entraron en el río con el Arca de la Alianza. Las Escrituras dicen que el agua del río Jordán se levantó en un montón lejos, en la ciudad de Adán, cuando los sacerdotes entraron en el agua (Josué 3, 15-16). El río Jordán dejó de correr y se levantó en un montón como lo hizo el Mar Rojo cuando los israelitas salieron de Egipto. El agua del río Jordán se levantó como una montaña muy lejos de ellos. 
¿Cómo pueden suceder tales cosas? Ocurrieron por la obra especial de Dios. A través de este suceso, Dios nos está diciendo que, incluso en el Antiguo Testamento, borra los pecados con agua y nos da salvación a través del agua. Naamán, era un comandante, como se puede comprobar en 2 Reyes 5. ¿Acaso no fue al río Jordán y se lavó 7 veces? Su cuerpo quedó limpio después de sumergirse en el río Jordán 7 veces. Este suceso nos habla del bautismo de Jesús en el río Jordán, a través del cual Jesús tomó los pecados del mundo y los borró. Por eso el Antiguo Testamento también habla del «agua» en muchas ocasiones. En muchas ocasiones, Dios nos habla de limpiar nuestros pecados con agua.
Esto ocurre también en el Nuevo Testamento. El Apóstol Pedro dice: «El bautismo que corresponde a esto ahora nos salva (no quitando las inmundicias de la carne, sino como la aspiración de una buena conciencia hacia Dios) por la resurrección de Jesucristo» (1 Pedro 3, 21). Las Escrituras nos preguntan cómo podemos decir que Jesús no pudo cargar con nuestros pecados y borrarlos aunque viniese a este mundo, cargase con los pecados mediante el bautismo, y muriese en la Cruz. El Hijo vino al mundo, siguiendo el plan de salvación de Dios Padre, y fue bautizado por Juan el Bautista, murió en la Cruz, resucitó de entre los muertos y así nos ha salvado de los pecados del mundo. Por eso nuestra conciencia no nos permite ir ante Dios con pecados en nuestros corazones después de conocer esta Verdad y creer en ella. Ahora vamos a Dios con una conciencia limpia que ha recibido la remisión de los pecados. Podemos presentarnos ante Dios con una conciencia limpia porque tenemos fe en que Jesús fue bautizado por Juan el Bautista, murió en la Cruz y resucitó de entre los muertos para borrar nuestros pecados, ser juzgado en nuestro lugar y salvarnos de la maldición, de la muerte. Por eso las Escrituras dicen: «El bautismo que corresponde a esto ahora nos salva». Jesucristo fue bautizado por Juan el Bautista para recibir los pecados del mundo, y derramó Su sangre y murió en la Cruz para borrarlos. 
 

¿Acaso los cristianos de hoy en día entienden el Evangelio del agua y el Espíritu y creen en él por fe?
 
No hay muchos cristianos que sepan que el cristianismo de todo el mundo ha caído en el pecado de Jeroboam. Y eso me duele. ¿Quién se atreve a imaginar o a decir que la doctrina cristiana que afirma que solo la sangre de la Cruz proporciona la remisión de los pecados es incorrecta? Pero estas doctrinas cristianas son imperfectas y creadas por los humanos. Del mismo modo en que Jeroboam colocó ídolos y nombró a sacerdotes según su propio criterio, los teólogos han creado doctrinas cristianas del mismo modo. Calvino, de Francia, Lutero, de Alemania, y muchos otros, han creado doctrinas cristianas. Por eso muchos creen solamente, sin cuestionarlo, en la muerte de Jesús en la Cruz. 
Pero, ¿qué dicen las Escrituras? Las Escrituras hablan del Evangelio del agua y el Espíritu. Las Escrituras nos informan del Evangelio del agua y el Espíritu y dan testimonio de él. Es imposible recibir la remisión de los pecados sin tener fe en el Evangelio del agua y el Espíritu, Los cristianos de hoy en día en todo el mundo creen en Jesús dentro de doctrinas humanas, y eso es incorrecto. No está bien porque la gente se inventa doctrinas que dicen que Jesús, al venir al mundo, borró los pecados del mundo solo al morir en la Cruz. La gente no recibe la remisión de los pecados aunque crea en Jesús porque es una doctrina formulada por la razón humana en la que ellos creen y que comparten con otros. Pregunte a alguien que crea en Jesús como su Señor y Salvador: «¿Tienes pecados en tu corazón?».
Solo los que creen en el Evangelio del agua y el Espíritu no tienen pecados, pero los demás sí que tienen pecados. Algunas personas dicen que no tienen pecados aunque creen solo en la sangre derramada en la Cruz. Aunque tienen pecados en sus corazones, esa gente afirma creer en las doctrinas que ellos han creado. Dicen que no tienen pecados, pero no lo dicen porque creen que no los tienen. Como creen en las doctrinas cristianas incorrectas y como les suena raro decir que tienen pecados cuando dicen haber recibido la remisión de los pecados mediante la sangre en la Cruz, dicen tener fe.
Pero los que creen en el Evangelio del agua y el Espíritu no tienen pecados en sus corazones. Aunque son insuficientes, no tienen pecados en sus conciencias porque creen que Jesús ha salvado a toda la humanidad al cargar con todos los pecados a través de Su bautismo, morir en la Cruz, y resucitar de entre los muertos. 
Los que creen en el Evangelio del agua y el Espíritu no tienen pecados en sus conciencias. Aunque sean insuficientes, no tienen pecados en sus conciencias porque creen en que Jesús ha salvado a toda la humanidad al eliminar todos los pecados del mundo mediante el bautismo que recibió de Juan el Bautista, al morir en la Cruz y resucitar de entre los muertos. Los que creen en el Evangelio del agua y el Espíritu no pueden decir que tienen pecados. ¿Por qué? Porque Jesús vino al mundo, fue bautizado, tomó todos los pecados del mundo, sufrió, murió en la Cruz, resucitó de entre los muertos, y así nos ha salvado de nuestros pecados para siempre. ¿Cómo podemos, con buena conciencia, decir que tenemos pecados cuando nos ha salvado con el Evangelio del agua y el Espíritu? No podemos decir que tenemos pecados porque creemos en el Evangelio del agua y el Espíritu. Como el Señor ha borrado todos nuestros pecados y como creemos en esta Verdad, no podemos decir que tenemos pecados, y la verdad es que hemos recibido la remisión de los pecados. Por eso no tenemos pecados en nuestros corazones. ¿Es solo nuestra imaginación? ¿Es este Evangelio algo que nos hemos inventado? ¿Es algo que yo he creado? Esta es la Verdad y no nos la hemos inventado. 
Este Evangelio del agua y el Espíritu es el núcleo de las Escrituras. Cuando estudiamos una asignatura en concreto, debemos entender el tema clave para poder entender el resto. Dios vino al mundo para salvar a los pecadores, y la clave de la salvación es que Jesucristo fue bautizado por Juan el Bautista en el río Jordán. Él tomó los pecados de la humanidad al ser bautizado por Juan el Bautista. Por eso pudo darnos la verdadera salvación al ser clavado en la Cruz, morir en ella, y resucitar de entre los muertos. Hemos recibido esta salvación al entender la Verdad y creer en ella.
Pero, ¿qué es el cristianismo hoy en día? Hoy en día el cristianismo ha formulado falsas doctrinas basadas en la razón humana, y está convirtiendo a los cristianos en legalistas hipócritas. Les enseñan a la gente diciendo: «¿Cómo podéis no creer en el Señor si ha venido al mundo y ha derramado Su sangre por nosotros? ¿Y cómo podemos no vivir con rectitud después de creer en el Señor?». Así los líderes cristianos están convirtiendo a sus seguidores en gente digna de alabanza. Ellos enseñan: «Debéis vivir con rectitud porque sois cristianos. Vuestro comportamiento debe cambiar. Entonces seréis bendecidos. Vivid según la Palabra de Dios. Entonces seréis bendecidos. Creed en la sangre derramada en la Cruz. Aunque tengáis pecados en vuestros corazones, Dios os perdonará los pecados si creéis en la sangre de Jesucristo. Pensad de manera positiva y sed rectos. Vivid con rectitud y sed decentes». Entonces, ¿cómo no van a ser herejes los cristianos de hoy en día?
Hemos recibido la salvación al creer en el Evangelio del agua y el Espíritu, y ahora estamos al servicio del Señor porque hemos recibido la salvación. Creemos en el Señor, cantamos alabanzas, le alabamos, y apoyamos la predicación del Evangelio porque el Señor nos ha salvado con la Verdad del Evangelio del agua y el Espíritu. Si decimos que hemos sido salvados al creer solo en que Jesús murió en la Cruz, entonces, Jesús, por Su parte, no ha borrado nuestro pecados por completo, y por nuestra parte, no podremos recibir la remisión de los pecados al creer en Jesús de esta manera. 
Aunque Él es el único Hijo de Dios, sería degradante para Él y un gran deshonor. Y nuestros pecados no habrían sido eliminados si Jesucristo hubiera dicho: «Estoy muriendo por ti. Todos tus pecados han sido eliminados» y murió por nosotros. Sin el proceso de tomar nuestros pecados sobre Sí mismo, es indecente, incluso para Dios, decir: «Moriré en la Cruz. Solo tienes que creer en Mí». No sería razonable pedirle eso a Dios. ¿No es verdad?
¿No es cierto? ¿Significa esto que debemos creer sin cuestionar nada? Jesús nos da una razón por la que creer en Él, no nos pide que creamos sin razón alguna. 
Hoy en día, las doctrinas cristianas han convertido a los cristianos en herejes. Por eso están llevando a otras personas al infierno. La fe que cree en estas doctrinas cristianas falsas es diferente a la que cree en el Evangelio del agua y el Espíritu. ¿Creen que hay alguna diferencia? Puede que crean que no hay ninguna diferencia, pero hay una gran diferencia. Pensemos en esto por un momento. ¿Son los demás evangelios que no son el Evangelio del agua y el Espíritu herejías o no? Sí, son todos herejías. Me siento muy mal al hablar de esto. La gente es engañada fácilmente por las doctrinas que los humanos se inventan, y van al infierno porque creen en ellas aunque crean en Jesucristo. No puedo dejar de predicar el Evangelio del agua y el Espíritu cuando pienso en esto. Tengo que hablar sobre los herejes cuando pienso en esto. 
Hay muchos herejes en el mundo. Hay más de 6500 millones de personas en el mundo, y 1500 millones de cristianos en total. Y pensar que solo miles de cristianos han nacido de nuevo al creer en el Evangelio del agua y el Espíritu y que todos los demás creen en doctrinas falsas, me deja sin habla. ¿No es así? La mayoría son herejes. Esto me hace sentir miserable.
Una cosa que es similar pero no es lo mismo se llama «seudo». Los líderes cristianos que no han nacido de nuevo, predican: «Debéis ser la luz del mundo». Pero la gente no puede convertirse en la luz o la sal del mundo con tan solo trabajar duro. La gente quiere ser la luz del mundo y la sal de la tierra, pero esto no ocurrirá por mucho que lo intenten. ¿Por qué no? Muchos cristianos no pueden convertirse en la luz o sal del mundo porque creen en doctrinas falsas. Esto se debe a que no creen en el Evangelio del agua y el Espíritu, y por tanto, no pueden ni creer en él ni poseerlo. La gente se convierte en la luz o sal del mundo gracias a la obra del Espíritu Santo, porque creen en la Verdad del Evangelio del agua y el Espíritu y el Espíritu Santo vive en ellos. Pero esto no ocurre porque dependen de doctrinas que salen de la razón humana. 
Compartir esta verdad es una gran responsabilidad. SI hay 1500 millones de cristianos en el mundo, casi todos son herejes. Ese es el problema. Si al menos el 10 % de esos cristianos tienen la fe correcta, no habría problemas, porque harían la obra del Evangelio por fe. Pero, hay un gran problema porque todos los cristianos del mundo, como Jeroboam, piensan lo que ellos quieren y se inventan doctrinas para creer de la manera que más les conviene. Es un gran problema, sin tener en cuenta a los que no creen en Dios. Me siento muy frustrado.
Pero, ¿qué podemos hacer? Solo podemos distribuir libros impresos y electrónicos a la gente del mundo. ¿Qué más podemos hacer? Aunque no tenemos mucho, hacemos la obra de Dios porque nos ha dado esta tarea. Jeroboam es el líder de los herejes y hay muchos como él entre los cristianos de hoy en día, porque creen como quieren. Debemos considerar esta realidad. 
¿Qué es un hereje? Un hereje es alguien, que como Jeroboam, cree de la manera que él quiere. La fe hereje es muy parecida al verdadero cristianismo, pero es muy diferente. Es lo que llamamos seudo-cristianismo. Incluso si dicen: «De verdad trata el tema de la herejía cuando se pone. No para de hablar de herejías en todos los cultos». No puedo dejar de hablar de esto. 
No debemos creer en doctrinas que enseñen cosas tan absurdas como que 1-1=1. No hay ninguna diferencia entre una doctrina que dice: «Jesucristo ha eliminado todos nuestros pecados a través de la sangre derramada en la Cruz, pero todavía tengo pecados» y un cálculo erróneo como «1-1=1». No debemos inventar doctrinas mediante nuestros pensamientos. Los cristianos deben creer en el Evangelio del agua y el Espíritu.
Debemos orar por estos cristianos herejes. Debemos orar porque toda la gente del mundo vuelva a la Verdad del Evangelio del agua y el Espíritu y que reciba la salvación. Debemos salvar a los que creen en Dios por sus propios pensamientos.